La leyenda «fake» más indecorosa de Jim Morrison

La leyenda «fake» más indecorosa de Jim Morrison

La anécdota de su desnudo y masturbación en un concierto le costó seis meses de prisión y ayudó a construir el mito del frontman salvaje, pero realmente no ocurrió

Nacho Serrano

La leyenda de Jim Morrison , el primer gran «front-man» de la historia del rock, se construyó con docenas de anécdotas increíbles que acabaron definiendo lo que significa ser una estrella del género bajo el escenario, pero sobre todo encima de él. ¿Fueron todas reales? Aunque toda buena historia merece ser adornada, conocer la verdad de algunas de ellas no va a hacer que se nos caiga el mito.

Una de las más memorables es la de su masturbación delante de diez mil personas durante la actuación de The Doors en el Dinner Key Auditorium de Miami , el 1 de marzo de 1969. Tal como recordaría años más tarde el teclista Ray Manzarek, fue un concierto «loquísimo» en el que pasó de todo. Jim estaba bastante borracho, insultó al público, que también iba bien surtido de alcohol y drogas, e incluso simuló hacerle una felación al guitarrista Robby Krieger mientras tocaban «Love me two times». Minutos más tarde, alguien del público subió una oveja al escenario y el cantante la cogió y dijo: «Me la follaría, pero es demasiado joven». No hay duda de que debió ser una auténtica bacanal de rock'n'roll, pero lo que no está tan claro es que ocurriese el suceso por el que la velada pasaría a la historia.

Al día siguiente, el periódico Miami Herald publicó una crónica del concierto en el que se aseguraba que Morrison se había «masturbado delante del público , gritando obscenidades y desnudándose». El mismo periodista que la escribió llamó a las autoridades para avisar de lo ocurrido , y el vocalista fue denunciado por conducta indecente y blasfemia, por lo que iría a juicio.

La noticia se propagó como la pólvora, y los precedentes (Morrison ya había sido detenido sobre el escenario en New Haven , dos años atrás) hicieron que la historia comenzase a moldearse con un fuerte halo de credibilidad: de pronto todos tenían un amigo de un amigo que había presenciado la escena; el mismísimo presidente Nixon escribió una carta apoyando el enjuiciamiento del artista; la Liga por la Decencia emprendió una campaña contra los Doors, y el grupo empezó a perder bolos y a ver cómo sus canciones bajaban varios puestos en las listas de ventas. Finalmente, Morrison fue arrestado en septiembre de 1970 y acusado formalmente por un tribunal del condado de Dade, en Florida.

El juicio, que se celebró en agosto de 1971, empezó lleno de irregularidades. El primer testigo que declaró contra Morrison resultó ser un ex empleado del fiscal , y a pesar de que se presentaron más de cien fotografías del concierto en las que no había rastro de la presunta conducta indecente, el juez rechazó aceptarlas como prueba. Ni el resto de miembros del grupo, ni su manager Bill Siddons vieron nada parecido a una masturbación sobre el escenario. Vince Treanor, el road manager, admitió que hubo mucho desparrame, pero nada parecido a lo que argumentaba el fiscal. «Alguien del público saltó al escenario y le sirvió una copa de champán a Jim, pero le puso perdido. Así que se quitó la camisa, porque estaba empapado. Entonces dijo: "Veamos un poco de piel, desnudémonos", y la gente de la multitud comenzó a quitarse la ropa».

Aquí es donde los testimonios posteriores de Manzarek se antojan esenciales: «Al ver que la gente seguía sus órdenes y se quitaba la ropa, Jim también empezó a desvestirse. Grité a nuestro road manager para que subiese al escenario para pararle. Vince le sujetó el cinturón para que no se quitase el pantalón, y el promotor del concierto, que no daba crédito a lo que estaba viendo, también fue a ayudarle, y a decirle a Jim que si no paraba, la cosa iba a acabar mal. « No nos vamos de aquí hasta que todo el mundo tenga un orgasmo », respondió el cantante. Entonces se desató el caos: varios espectadores se subieron al escenario y éste empezó a ceder por el peso, así que el grupo salió de allí despavorido. Robby Krieger consiguió refugiarse en el camerino, pero el baterista John Densmore tropezó con los cables y acabó cayendo sobre varios focos de iluminación, provocando un pequeño cortocircuito. Manzarek contemplaba la escena atónito, y tal como reconocería años más tarde, «asustado porque parecía que no saldríamos de allí». Pero de la presunta masturbación de Jim, nada de nada. «Lo vi todo aquella noche, y sé que no lo hizo», aseveró el teclista. «Fue un caso flagrante de alucinación colectiva».

Sin embargo, el propio juez insinuó al jurado que debía encontrar culpable al acusado, y éste así lo hizo. Morrison fue condenado a seis meses de prisión , pero evitó el ingreso pagando los 50.000 dólares de la fianza. Sus abogados recurrieron, pero antes de poder demostrar que todo había sido un bulo, el cantante murió en París, el 3 de julio de 1971, en las extrañas circustancias que todos conocemos.

En 2007 el gobernador del Estado de Florida, Charlie Crist, pidió a la Justicia el perdón póstumo para el artista, que finalmente le fue concedido en diciembre de 2010. La leyenda, sin embargo, ya estaba escrita en piedra en los anales del rock'n'roll.

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