Juan Nepomuceno Almonte, el hijo de Morelos y a quien Benito Juárez llamó espurio | Aristegui Noticias

Juan Nepomuceno Almonte, el hijo de Morelos y a quien Benito Juárez llamó espurio

La historiadora Verónica González Laporte publica ‘El hijo de la sombra’, una biografía del hijo de José María Morelos y Pavón.

  • Redacción AN / HG
07 Apr, 2016 14:45
Juan Nepomuceno Almonte, el hijo de Morelos y a quien Benito Juárez llamó espurio
(Redacción AN/Casa de las palabras).

José María Morelos tuvo un hijo, Juan Nepomuceno Almonte. En su calidad de prócer y cura, el Siervo de la Nación no podía reconocerlo y en público lo presentó como su sobrino. En principio, el vástago del caudillo fungió como un militar y político liberal. Sin embargo, con el tiempo y tras contender en dos ocasiones por la presidencia cambió de bando y se alió con los conservadores franceses. Personaje complejo y contradictorio, en su momento Juárez lo llamó “espurio”. Considerado como uno de los grandes villanos del siglo XIX mexicano, permanece en el olvido, al menos hasta ahora cuando la historiadora Verónica González Laporte, lo recupera para contar su historia en el libro El hijo de la sombra (Editorial Las Ánimas).

¿Qué la lleva a interesarse en el hijo de Morelos?

Soy franco-mexicana e hice un doctorado en Antropología Religiosa en la Sorbona, en París. Como bien dice la historiadora Patricia Galeana, el mejor pretexto para escribir sobre las relaciones Francia-México es el Segundo Imperio y dentro de sus protagonistas encontré que nadie había trabajado sobre Juan Nepomuceno Almonte, el hijo bastardo de uno de los padres de la patria mexicana: José María Morelos y Pavón. No sólo fue el “espurio de la patria” -como lo nombró Juárez en su momento- en vida, si no también después de su muerte, así que me propuse entenderlo.

Su libro lo coloca en una posición de anti-héroe…

Sí, entonces México era un país desgarrado. Cada quién tenía su propia propuesta, la de Morelos era obviamente la de la Independencia y la de su hijo en un principio era la República. Sin embargo, a partir de 1840 -él nace en 1803-, se olvidó de cualquier propuesta liberal y empezó a buscar una propuesta no sólo conservadora si no monárquica a tal grado que convenció a Napoleón III de que México era un país maravilloso, lleno de riquezas al que había que explotar a como diera lugar.

Curiosamente conoce a Napoleón III gracias a su puesto como embajador.

Sí, Juan Nepomuceno hablaba perfectamente francés y era buen diplomático por eso Valentín Gómez Farías lo nombró embajador.

¿Qué tipo de relación tenía con su padre?, ¿la necesidad de romper simbólicamente con la figura paterna lo lleva al lado conservador?

De niño sentía una admiración profunda hacia su padre y buscaba todo el tiempo su reconocimiento. Los soldados le llamaban “el adivino” porque era muy astuto y listo. En cambio José María Morelos, dada su investidura, lo presentaba como su sobrino. Después, cuando fusilaron a su padre el 22 de diciembre de 1815, él estaba en Nuevo Orleáns y se sintió traicionado. A sus doce años su mundo se derrumbó pero cuando Iturbide proclama el primer Imperio Mexicano, vuelve México a probar suerte y retomar su carrera militar.

Plantea que veía a Maximiliano al nivel de un mal necesario.

Maximiliano era un instrumento y a él le quedaba muy claro. Juan Nepomuceno se presentó tres veces a la candidatura presidencial. Las primeras dos desde la perspectiva liberal y la última desde la postura conservadora. Perdió las tres pero buscó otra forma de hacerlo. De ahí viene su interés por acercarse a Napoleón III y proponerle la idea de una nueva monarquía en México. Ante la posibilidad de extender el reino a México y Brasil, Francisco José, -emperador del imperio Austro-húngaro-, se sumó a la propuesta y apoyó la idea de enviar a su hermano Maximiliano a México, entre los dos no había una buena relación. Juan Nepomuceno le doró la píldora y le dijo que en México todo mundo deseaba una monarquía. Por supuesto eran mentiras porque el país buscaba restaurar la república a como diera ligar. Nepomuceno fue tramposo y vio a Maximiliano como un mal necesario.

Ahí es cuando Juárez lo nombra “espurio de la patria”…

Para entonces mantenía una relación ambigua con los políticos mexicanos y franceses. Ya se sabía que era hijo de Morelos. Por una lado era un hijo bastardo y al mismo tiempo era el vástago del padre de la patria. Durante dieciocho meses, mientras llegaba Maximiliano, el imperio francés lo nombró Regente del Imperio. Gobernó de facto porque Juárez no estaba en la capital, fue entonces también cuando entendió que no tenía la capacidad de gobernar.

¿El ocaso de su carrera empieza con su desencuentro con Maximiliano? 

Sí. Maximiliano no era tonto y a través de la correspondencia descubrió que México no estaba en paz. Por el contrario, los liberales seguían luchando por la República. Vio que Juan Nepomuceno no juntó ni las voces que le había prometido para reinar, ni el dinero, ni llenar las arcas. Para más desgracia cuando Nepomuceno Almonte iba a recibir al emperador a Veracruz se descompuso la locomotora y no llegó. El coraje de Maximiliano fue tal que lo destituyó. Tiempo después y con astucia convenció al monarca de que lo enviara a Francia, por supuesto ya sabía que las cosas se estaban derrumbando. Llegó a Paris en un exilio disfrazado, como embajador y con la encomienda de conseguir un préstamo de un millón de francos. El hijo de Morelos se quedó como embajador solamente tres meses y tres años después murió.

¿Con que perfil humano de Juan Nepomuceno Almonte se queda tras su investigación?

La parte humana es fascinante. No olvidemos que fue un niño bastardo y en cierta forma abandonado, que en principio quiso fraguar la república. Quizás su decepción fue la que lo llevó a sumarse al lado conservador y monárquico. La historia no se trata de hablar de buenos y malos, sino de comprender los hechos y a las personas.

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