Guerras napoleónicas (1803-1815) – LHistoria

Guerras napoleónicas (1803-1815)

Las Guerras Napoleónicas o «Guerras de Coalición» fueron una serie de conflictos bélicos declarados contra el Primer Imperio Francés durante el gobierno de Napoleón Bonaparte, por diferentes coaliciones europeas como extensión de los conflictos que estallaron a causa de la Revolución francesa.

Las Guerras Napoleónicas (en francés: Guerres napoléoniennes) fueron una serie de conflictos bélicos declarados por diferentes coaliciones de Estados europeos contra el Primer Imperio Francés. Fueron una extensión de las Guerras revolucionarias francesas que se iniciaron en con la Guerra de la Primera Coalición. En el contexto histórico de la época, las monarquías europeas buscaban (inicialmente) restaurar la monarquía francesa, así como evitar la propagación de la Revolución francesa y los ideales republicanos; pero con la llegada de Napoleón Bonaparte al poder en / fueron conflictos centrados a acabar con el Primer Imperio Francés. Las Guerras Napoleónicas iniciaron el 18 de mayo de 1803 cuando Gran Bretaña rompe la írrita tregua lograda con el Tratado de Amiens en . A continuación siguieron cinco nuevas guerras de coalición hasta la derrota definitiva de las fuerzas napoleónicas en la Batalla de Waterloo el 18 de junio de 1815.

Cuando estallan las Guerras revolucionarias francesas en , la Primera República Francesa prevalece ante la Primera Coalición en y ante la Segunda Coalición en , a pesar de una serie de derrotas iniciales. Una vez establecido el Primer Imperio Francés en 1804 bajo el liderazgo de Napoleón Bonaparte, las fuerzas francesas derrotan la Tercera Coalición (en la Batalla de Austerlitz), la Cuarta Coalición (en las Batallas de Jena, Eylau, y Friedland) y la Quinta Coalición (en la Batalla de Wagram). En , en el apogeo de su poder y capacidad militar, Napoleón invade Rusia con el Ejército Imperial Francés (originalmente: Grande Armée) pero una vez en Moscú emprende una desastrosa retirada en medio del inclemente invierno ruso, sin líneas de abastecimiento y ante constantes ataques rusos inconvencionales. Alrededor de 380 000 soldados fueron asesinados y otros 100 000 habrían sido capturados. Solo entre 22 000 y 80 000 soldados francesas habrían regresado. Fue una derrota aplastante.

Las Guerras napoleónicas fueron conflictos impuestos por los aliados europeos para contrarrestar la amenaza del Primer Imperio Francés. Foto: Pintura al óleo representativa de la batalla de Austerlitz el 2 de diciembre de 1805.
Las Guerras napoleónicas fueron conflictos impuestos por los aliados europeos para contrarrestar la amenaza del Primer Imperio Francés. Foto: Pintura al óleo representativa de la batalla de Austerlitz el 2 de diciembre de 1805.

Ese mismo año, en , las fuerzas napoleónicas son derrotadas por la Sexta Coalición en la Batalla de Leipzig (batalla de las Naciones) después que Prusia, Suecia, Austra y varios otros Estados alemanes reingresan a la guerra tras la desastrosa retirada francesa en Rusia. Napoleón fue derrotado definitivamente en por la Séptima coalición en la Batalla de Waterloo tras lo cual fue desterrado en Santa Helena (donde fallece en ) y Luis XVIII es reinstaurado en el trono francés.

Antecedentes

Revolución francesa

La Revolución francesa fue un conflicto radical que entre 1789 y 1799 sacudió todos los estamentos políticos y sociales en Francia, desencadenando el derrocamiento del antiguo régimen monárquico, la propagación de ideales liberales y el establecimiento de una República. La revolución francesa se inicia en 1787 con la convocatoria de los «Estados generales» con el objetivo de atender una severa crisis económica y política que afectaba a la monarquía francesa, que luego se auto proclaman como Asamblea Nacional con un objetivo más amplio de redactar una Constitución y establecer una República. La Revolución francesa finalizó en 1799 con el Coup d’état de Napoleón Bonaparte.

En Francia, al igual que en las Trece Colonias Americanas de Gran Bretaña, una severa crisis financiera precedió a la revolución. Hubo un paralelismo y una conexión directa entre la Revolución Americana de 1776 y la Revolución Francesa de 1789. La participación de los Franceses en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos contribuyó a un enorme incremento en la deuda del gobierno monárquico. El establecimiento de nuevos impuestos (al igual que en Norteamérica) desencadenaron rechazo y revueltas de burgueses, trabajadores urbanos y campesinos. Pero las causas de la Revolución francesa estaban más arraigadas y eran más complejas en Francia que en Norteamérica. Era la crisis de un antiguo sistema monárquico con más de 1000 años de antigüedad. Era la propagación de nuevas corrientes de pensamiento: del republicanismo, de la Ilustración, de los principios de libertad e igualdad y el rechazo a la doctrina del derecho divino de los reyes. También fue determinante el excesivo crecimiento de la población francesa (en una época en la que Francia era la nación más poblada en Europa), que se sumaba a los persistentes problemas con las cosechas y la exclusión de los burgueses en la política.

Guerras revolucionarias francesas

Las Guerras revolucionarias francesas se desarrollaron entre 1792 y 1802, inicialmente confinadas en Europa continental, pero los conflictos gradualmente adquirieron dimensiones globales extendiéndose a Egipto, el Oriente Medio, el océano Atlántico, el mar Mediterráneo, el mar Caribe, y el océano Índico.

Primera y Segunda Coalición

La Guerra de la Primera Coalición estalla en 1792 poco tiempo después que Francia declara preventivamente la guerra a Austria el 20 de abril. Prusia pronto se une al lado austriaco unas semanas más tarde y procede con una exitosa invasión en el territorio francés sin encontrar mayor resistencia. Poco tiempo después también se unen a la coalición Gran Bretaña, España, Portugal, Nápoles, Cerdeña y las Provincias Unidas, entre otros Estados europeos. Sin embargo, a pesar de las derrotas iniciales, las fuerzas francesas logran imponerse en el campo militar a partir de 1794 , derrotando la Primera Coalición en 1798 y la Segunda Coalición en 1802. En 1797 se firma el Tratado de Campo Formio entre Francia y Austria, poniendo fin a la Guerra de la Primera Coalición.

Pero el acuerdo de paz con Gran Bretaña no fue efectivo, ni duradero.

La guerra continua sin interrupción con Gran Bretaña. Solo un año después, en 1798 se conforma la Segunda Coalición liderada por el Archiducado de Austria y el Imperio ruso con el objetivo de contener la Revolución francesa y deshacer las previas conquistas francesas. La Segunda Coalición eventualmente estuvo conformada por el Archiducado de Austria (parte del Sacro Imperio Romano Germánico), Inglaterra (en guerra permanente con Francia desde 1793), el Imperio otomano, el Imperio ruso, el Reino de Portugal, el Reino de Nápoles y los Estados Papales. Durante el verano de 1798, Napoleón dirige una exitosa campaña militar a Egipto, logrando numerosas victorias lo que le vale una tremenda popularidad en Francia.

Golpe de Estado de Napoleón Bonaparte

Una vez que Napoleón Bonaparte regresa desde la campaña de Egipto de las Guerras revolucionarias francesas, lidera un golpe de Estado el 9 de noviembre de 1799 (día 18 de brumario del año VIII en el calendario republicano francés), aprovechando la debilidad política del Directorio Ejecutivo gobernante en Francia, contando tanto con el apoyo popular y como del ejército republicano. Ese día Napoleón persuade al Consejo de Ancianos que un golpe de Estado jacobino estaba en progreso en París, pero se trataba de un engaño. El Consejo acuerda trasladarse a Saint-Cloud por motivos de seguridad y Napoleón fue designado como responsable de la seguridad, con el comando de todas las tropas locales disponibles. Más tarde esa mañana renuncian Emmanuel Joseph Sieyès y Roger Ducosy como directores, y más tarde también renuncia Paul Barras tras ser presionado por un aliado de Napoleón. Con la renuncia de tres de los cinco directores el mismo día prevenía quorum, prácticamente aboliendo El Directorio. Dos directores jacobinos: Louis-Jérôme Gohier y Jean-François-Auguste Moulin; continuaron protestando enérgicamente, pero fueron arrestados por el general Jean Victor Marie Moreau y al día siguiente presionados para abandonar su resistencia.

El 10 de noviembre de 1799 (día 19 de brumario del año VIII en el calendario republicano francés) los diputados en su mayoría notan que se encontraban en medio de un golpe de Estado, en lugar de ser protegidos de una rebelión jacobina. Fue entonces cuando Napoleón secuestra a la Asamblea con el apoyo del ejército. A partir de entonces se convierte en un asunto militar. Aprovechándose de intrigas y la división de competencias entre los aparatos legislativos y ejecutivos del Estado, y recurriendo a la coacción personal, consiguió que los diputados nombraran como Cónsules provisionales a Sieyès, Roger Ducos y al mismo Napoleón, conformando lo que se conoció como el triunvirato. Este golpe de Estado eventualmente le condujo a recibir el título de Emperador de Francia el 2 de diciembre de 1804 y a la formación del Primer Imperio Francés.

Guerras napoleónicas

Se denominan «Guerras napoleónicas» y se diferencian de las Guerras revolucionarias francesas porque las coaliciones europeas se enfocaron en atacar a la Francia napoleónica después del Golpe de Estado del 18 de brumario. Con el nacimiento del Primer Imperio Francés también nace una nueva amenaza para el balance de poder en Europa. Numerosas acciones emprendidas por Napoleón irritaban a las monarquías europeas: por ejemplo cuando anexó Piedmont y Elba, se autoproclamó presidente de la República italiana (un Estado al norte de Italia) y no llegó a evacuar Holanda. Francia además continuaba interfiriendo con el comercio británico a pesar de haberse firmado un tratado de Paz en Amiens.

Guerra entre Francia y Gran Bretaña

Francia se encontraba en guerra con Gran Bretaña desde 1792 casi sin interrupción. Con el tratado de Amiens firmado el 25 de marzo de 1802 se logro un breve período de paz y finalmente colapsa la Segunda Coalición, pero se trataba de una paz efímera. Ninguna de las partes firmantes estaba satisfecha con los términos del tratado y ambas lo incumplieron reiteradamente. Gran Bretaña da por terminado el acuerdo de paz y declara la guerra a Francia el 18 de mayo de 1803. Los británicos estaban irritados con la reorganización napoleónica del sistema internacional en Europa Occidental, particularmente en Suiza, Alemania, Italia y los Países Bajos. Los británicos también se sintieron insultados cuando Napoleón aseguró que ellos no merecían tener voz en los asuntos europeos. Gran Bretaña estaba perdiendo su esfera de influencia en Europa e igualmente su acceso a los mercados era cada vez más restringido. También existía la inminente amenaza napoleónica a las colonias británicas en América.

El 16 de mayo de 1806 la armada británica impuso un bloqueo naval en las costas francesas. Napoleón responde decretando el Bloqueo Continental el 21 de noviembre, con el cual buscaban eliminar la amenaza británica mediante una guerra económica total, cerrando el acceso del comercio británico a todos los territorios europeos bajo control francés. Sin embargo, un bloqueo ya se venía aplicando de facto tras el aumento de las tasas aduaneras, el cierre de los puertos del norte de Francia y de las desembocaduras del Elba y el Weser durante la primavera de 1806. De hecho, fueron factores en el rompimiento de la paz. Mientras la población francesa, el número de tropas y su capacidad agro-alimentaria superaba notablemente a la británica, Gran Bretaña por su parte poseía la mayor capacidad industrial en Europa y su supremacía en los mares le permitía acumular considerable fuerza económica mediante el comercio con Europa, las Américas y otras regiones.

Gran Bretaña permaneció en estado de guerra con Francia durante todo el período de las guerras napoleónicas, a diferencia de muchos de sus aliados en las diferentes coaliciones. Durante más de una década, los británicos mantuvieron combates terrestres de baja intensidad pero a escala global, mientras que en los mares mantenían una absoluta supremacía. Los británicos también aportaron grandes sumas de dinero a otros Estados europeos para entrar o mantener la guerra contra Francia. Gran Bretaña prestó apoyo financiaron y militar a la rebelión española durante la Guerra de la península, o Guerra de Independencia Española.

En 1815 el ejército británico tuvo un rol importante en la derrota de Napoleón en Waterloo.

Tercera Coalición

La Tercera Coalición fue una alianza militar formada en 1805 entre el Reino Unido, Austria, Rusia, Nápoles y Suecia con el objetivo de derrocar a Napoleón del poder y disolver la influencia militar francesa en el continente europeo. Napoleón planeaba una invasión de Gra Bretaña y reunió unos 180 000 soldados en Boulogne, pero  era un objetivo complicado por su posición insular. Necesitaba conseguir antes una superioridad naval o de alguna manera alejar a la flota británica del canal de la Mancha. Napoleón entonces elaboró un complejo plan para distraer a los británicos amenazando sus posesiones en las Indias Occidentales, pero este plan falla cuando la flota franco-española al mando del almirante Villeneuve se retira de la batalla del Cabo Finisterre y más tarde esta flota es derrotada en la batalla de Trafalgar el 21 de octubre por la armada inglesa al mando de Horatio Nelson.

Luego de varios reveses en una serie de conflictos navales y coloniales, Napoleón abandona sus planes para invadir las islas británicas, y orienta su atención a Europa continental.

En abril de 1805, Rusia se une a la Coalición firmando un tratado con el Reino Unido para expulsar a los franceses de los Países Bajos y Suiza. Austria se une también tras la anexión de Génova y la proclamación de Napoleón como Rey de Italia. Los austriacos envían un ejército de unos 70 000 hombres bajo el mando de Karl Mack von Leiberich para invadir Baviera, y el ejército francés sale de Boulogne a fines de julio de 1805 con destino a Austria para contraatacar. Napoleón vence a los austriacos en en la batalla de Ulm entre el 25 de septiembre y el 20 de octubre, forzando una rendición sin sustanciales pérdidas. Napoleón entonces continua y procede a ocupar Viena donde se enfrenta a un ejército austro-ruso muy superior al suyo, bajo el mando de Mijaíl Kutúzov. El 2 de diciembre Napoleón derrota al ejército combinado austro-ruso en la batalla de Austerlitz, en Moravia, en lo que se considera históricamente como su mayor victoria. Austria se ve forzada a abandonar la alianza y firma el Tratado de Pressburg, con lo que colapsa la Tercera Coalición.

El resultado de la guerra de la Tercera Coalición fue la victoria napoleónica.

Cuarta Coalición

Con la retirada austriaca sobrevino un estancamiento en la guerra. El ejército napoleónico se encontraba indudablemente victorioso en los combates terrestres, pero la fuerza del ejército ruso aún no entraba en juego. A solo unos meses de haber colapsado la Tercera Coalición se conforma la Cuarta Coalición contra Napoleón entre Gran Bretaña, Prusia, Sajonia, Suecia, Sicilia y Rusia el 9 de octubre de 1806. Prusia se une a instigación de Inglaterra y gracias a los abundantes subsidios financieros otorgados por el gabinete de Londres a la corte prusiana. La mayoría de los Estados parte de esta Coalición ya se encontraban en guerra contra Francia como parte de la Tercera Coalición, por lo que no hubo un período formal de paz.

Los ejércitos de Prusia y Rusia se concentraron en Sajonia. Pero el ejército prusiano fue definitivamente derrotado por el ejército francés liderado por el propio Napoleón en la Batalla de Jena, y por el mariscal Louis Nicolas Davout en la Batalla de Auerstädt. Ambos combates se desarrollaron paralelamente el mismo día, el 14 de octubre de 1806. Las fuerzas napoleónicas ocuparon Prusia, capturando Berlín el 25 de octubre de 1806, y marchando sobre el este de Prusia hacia la frontera rusa. Un enfrentamiento en febrero de 1807 con tropas rusas en la Batalla de Eylau, detuvo brevemente el avance de Napoleón. Pero las fuerzas rusas fueron derrotadas el 14 de junio de 1807 por el ejército de Napoleón en la Batalla de Friedland, tras lo cual Rusia se ve forzada a acordar la paz con Francia. El 9 de julio de 1807 se firma el Tratado de Tilsit por el cual Francia acuerda la paz con Rusia y obliga a Prusia a ceder la mitad de sus territorios. Con Prusia y Rusia fuera de la guerra colapsa entonces la Cuarta Coalición.

El resultado de la guerra de la Cuarta Coalición fue la victoria napoleónica.

Invasión francesa a España

Tras el bloqueo naval británico establecido por la armada británica en las costas francesas desde el 16 de mayo de 1806, Napoleón responde decretando el 21 de noviembre el Bloqueo Continental, efectivamente declarando una guerra económica total mediante el cierre al acceso del comercio británico a todos los territorios europeos bajo control francés. Napoleón entonces orienta su interés hacia la Península Ibérica y el Mediterráneo occidental donde no ejercía un control absoluto. Al año siguiente, Francia y España firman secretamente el Tratado de Fontainebleau el 27 de octubre de 1807, bajo cuyos términos las tropas francesas tendrían acceso al territorio español con el objetivo de invadir conjuntamente a Portugal. El tratado también establecía los términos de la división del territorio portugués en tres entidades: el norte sería entregado al antiguo rey de Etruria con el nombre de «Reino de Lusitania Septentrional», el sur sería entregado al primer ministro español con el nombre de «Principado de los Algarves» y el resto de los territorios quedarían bajo control de los franceses. Pero Napoleón tenía otros planes para España.

El 17 de noviembre las tropas franco-españolas al mando de Junot entraron en Portugal con destino a Lisboa sin encontrar resistencia. Pronto la presencia persistente de las tropas francesas en España se volvió sospechosa, sumándose el hecho que ocuparon (sin respaldo del tratado de Fontainebleau) localidades que no se encontraban de camino a Portugal como Burgos, Salamanca, Pamplona, San Sebastián, Barcelona o Figueras. El 22 de diciembre otro ejército francés liderado por Dupont con 22.000 efectivos de infantería y 3.500 de caballería entró en España sin anuencia de la Corte española; y el 9 de enero, cruzó la frontera franco-española otro ejército al mando de Moncey con 25.000 efectivos de infantería y 2.700 de caballería. La presencia de tropas francesas en España se había convertido en una amenaza. Los soldados franceses controlaban no solo las comunicaciones con Portugal, sino también con Madrid, así como la frontera francesa.

Ante la inminente amenaza francesa, la familia real se retira a Aranjuez para, en caso de ser necesario, seguir camino hacia hacia Sevilla y embarcarse con destino a América, como ya lo había hecho Juan VI de Portugal. Entre el 17 de marzo y el 18 de marzo de 1808 ocurre el Motín de Aranjuez tras correr por las calles de Aranjuez el rumor del viaje de la familia real. Se trató de un levantamiento en las calles de esta localidad madrileña provocado por el descontento con la políticas de Manuel Godoy, secretario de Estado de Carlos IV.

Aprovechando los sucesos del motín de Aranjuez y el hecho de que tropas francesas al mando de Murat habían ya ocupado el norte de España, Napoleón forzó la cesión de la corona española a su hermano, José Bonaparte, como José I en las Abdicaciones de Bayona. Esto desencadena a su vez la Guerra peninsular, o Guerra de Independencia Española.

Quinta Coalición

La Guerra de la Quinta Coalición estalla el 10 de abril de 1809 cuando el renovado ejército austriaco cruza el río Inn e invade Bavaria. La Quinta Coalición contra Francia estuvo conformada por Austria, Gran Bretaña, Hungaria, España, Sicilia, Sardinia, Tyrol y las unidades alemanas Black Brunswickers (en alemán: Herzoglich Braunschweigisches Korps). Los combates más importantes se desarrollaron en Europa Central, Italia y los Países Bajos hasta julio de 1809. Las fuerzas napoleónicas alcanzaron una rápida victoria de manera similar a las previas cuatro coaliciones. Sin embargo, la Guerra de la Quinta Coalición fue el último en el que Napoleón y el Primer Imperio Francés prevalecería con una victoria decisiva.

Invasión francesa a Rusia

La Invasión napoleónica de Rusia (en francés: Campagne de Russie) o Guerra Patriótica como se le conoce en Rusia se inicia en junio de 1812. Napoleón Bonaparte y el Primer Imperio Francés se encontraban en el apogeo de su poder en Europa. Prácticamente toda Europa continental se encontraba bajo el control napoleónico como consecuencia de los tratados favorables logrados después de derrotar a casi todas las potencias en las Guerras de Coalición. La economía y el comercio ruso se encontraban ahogados como consecuencia del Bloqueo Continental impuesto contra Gran Bretaña y sus colonias americanas. Rusia no poseía suficiente capacidad industrial para generar manufacturas aun siendo rico en materias primas, por lo que decide retirarse de la política del Bloqueo Continental. Esto sería una de los motivos para invadir Rusia.

La Grande Armée de Napoleón cruza el río Niemen con una masiva fuerza militar conformada por al menos 680 000 hombres, organizados justo con el objetivo de penetrar el vasto territorio ruso y tomar la capital, Moscú. Unos 250 000 soldados se encontraban bajo el mando directo de Napoleón, unos 80 000 hombres bajo el mando de Eugène de Beauharnais y otros 70 000 al mando de Jérôme Bonaparte. Además de dos cuerpos separados al mando del mariscal Jacques Macdonald (con 32 500 hombres) y Karl Philipp de Schwarzenberg (34 000 soldados austriacos). La Grande Armée contaba además con una importante reserva de al menos 225 000 soldados. Se trataba del mayor ejército organizado hasta ese punto en la historia.

El número de fuerzas napoleónicas eran muy superiores a las fuerzas militares rusas disponibles para la defensa, que constaba de unos 280 000 hombres al comienzo de la invasión. Existían además dos ejércitos rusos de reserva, que sumaban más de 100 000 hombres. Pero los rusos se esforzaron en incrementar sus filas en plena invasión.

La invasión napoleónica a Rusia comienza el 23 de junio de 1812. El ejército francés emprendió una serie de largas marchas hacia Rusia occidental con el objetivo de destruir el ejército ruso, ganando un número de enfrentamientos menores y la batalla importante en Smolensk en agosto. A medida que el ejército ruso se retiraba dejaban arrasados los pueblos, villas y plantaciones de manera que los franceses no tuvieran oportunidad para abastecerse. El 7 de septiembre los franceses alcanzaron al ejército ruso en el pueblo de Borodino, a solo 112 km al oeste de Moscú. La Batalla de Borodino fue la acción militar (de un solo día) más sangrienta de las guerras napoleónicas, con unas 72 000 bajas y una estrecha victoria francesa. Una semana más tarde Napoleón entra en Moscú, pero la encuentra abandonada y quemada hasta sus cimientos por los rusos.

Napoleón permanece en Moscú por un mes, esperando que la captura de la capital obligase al zar ruso Alejandro I para llegar a un acuerdo de paz, pero esto no sucede. Napoleón entonces emprende la retirada hacia el suroeste hacia Kaluga donde se encontraba el príncipe Mijaíl Kutúzov con el ejército ruso. Después de una batalla inconclusa en Maloyaroslavets, Napoleón comienza la retirada hacia el borde polaco. Lo que siguió fue un desastre la para el ejército napoleónico. El inicio del severo invierno ruso, sumado a la falta de alimentos y forraje para los caballos, la hipotermia del frío intenso, los persistentes ataques por los campesinos y cosacos rusos, y la falta de fuentes de abastecimiento, causaron grandes pérdidas humanas y un colapso en la cohesión del ejército. Cuando el remanente del ejército napoleónico cruza el río Berezina a finales de noviembre, solo quedaron unos 27 000 soldados. La Grande Armée había perdido a unos 380 000 hombres muertos y otros 100 000 capturados.

Sexta Coalición

El 9 de enero de 1812, tropas francesas ocupan Pomerania Sueca para terminar con el comercio ilegal de Suecia con Gran Bretaña, en violación del Bloqueo Continental. Propiedades suecas fueron confiscadas y oficiales suecos detenidos. Como respuesta, Suecia declaró su neutralidad y firmó secretamente con Rusia el Tratado de San Petersburgo contra Francia y el Reino de Dinamarca y Noruega el 5 de abril. El 18 de julio el Tratado de Örebro finaliza formalmente la guerra entre Gran Bretaña y Suecia, así como entre Gran Bretaña y Rusia. Así se forma una nueva alianza entre Gran Bretaña, Rusia y Suecia. Aunque hasta ese momento la alianza solo existía en papel, ni los británicos, ni los suecos facilitaron tropas para atacar la invasión francesa en Rusia entre junio y septiembre de 1812. Pero ante la desastrosa retirada de los franceses en Rusia el ejército napoleónico ya no parecía invencible.

La Guerra de la Sexta Coalición se inicia el 3 de marzo de 1813 cuando Suecia declara la guerra contra Francia, en alianza con Gran Bretaña. El 17 de marzo el rey Federico Guillermo III de Prusia también declara la guerra contra Francia. El primer combate se llevó a cabo en la Batalla de Möckern el 5 de abril de 1813, en la que una fuerza combinada de Prussia y Rusia logran derrotar al ejército napoleónico. Ante la falta de personal, Napoleón retira 20 000 soldados desde el teatro de la Guerra peninsular (Guerra de Independencia Española) para reforzar su posición en Europa Central, pero esto debilita su posición en la península Ibérica dejando sus fuerzas vulnerables al ataque enemigo. El 17 de marzo José Bonaparte abandona Madrid, lo que desmuestra la pérdida de control en España. Fuerzas al mando del duque de Wellington penetran el norte de España tomando Burgos en mayo y definitivamente derrotando las remanentes fuerzas francesas en España en la Batalla de Vitoria.

La Guerra de la Sexta Coalición estuvo conformada originalmente por Rusia, Prusia,Gran Bretaña, Suecia, Portugal, España, Sicilia y Sardinia. Inicialmente Austria permaneció leal a Francia, pero se une a la coalición contra Francia en agsto de 1813. Después de la Batalla de Leipzig también se unen a la coalición Bavaria, Württemberg, baden, los Países Bajos y el Principado de Liechtenstein. En enero de 1814 se une el Reino de Dinamarca y Noruega.

El resultado de la Guerra de la Sexta Coalición fue la victoria de los aliados y la primera gran derrota del ejército napoleónico. Napoleón es desterrado en la isla de Elba, en Italia. Se firma el Tratado de Fontainebleau, así como el Primer Tratado de París. En consecuencia ocurre la Restauración borbónica en Francia. Los aliados instauran a Luis XVIII de la Casa de Borbón en el trono francés, pero ante una aguda reacción conservadora este se vio forzado a aceptar realidades surgidas con la Revolución francesa como la monarquía constitucional, el parlamentarismo, la redistribución de la tierra realizadas a finales del siglo XVIII y la desaparición de los antiguos gremios artesanales.

Séptima Coalición

Napoleón se encontraba exiliado en Elba entre 1814 y 1815, observando con interés el transcurso de los acontecimientos en Francia. La restauración de la vieja monarquía francesa provocaba un gran malestar popular. La situación en Europa no era menos peligrosa debido a las desorbitadas demandas del zar ruso Alejandro I que pusieron a las potencias en el Congreso de Viena al borde de una guerra entre ellas. El retorno de los prisioneros franceses desde Rusia, Alemania, Gran Bretaña y España podría proporcionarle un ejército mucho mayor que la Grande Armée de 1814. El 26 de febrero de 1815, aprovechando el descuido de la guardia francesa y británica, Napoleón escapa de Elba y nuevamente organiza un ejército con el que entra triunfante en París el 20 de marzo. Así inicia el período conocido como los «Cien Días», lapso que concuerda con la etapa de la Séptima Coalición.

El 13 de marzo de 1815, seis días antes de su llegada a París, las potencias en el Congreso de Viena ya lo habían declarado fuera de la ley. El 17 de marzo el Reino Unido, Rusia, Austria y Prusia comprometieron unos 150 000 hombres para terminar con su gobierno. Ante la imposibilidad de Napoleón para disuadir a sus antiguos enemigos de invadir Francia, su única oportunidad para permanecer en el poder era atacando antes que los aliados pudiesen organizar una fuerza abrumadora que no podría contener. Entonces ideo un plan para atacar las fuerzas aliadas existentes en Bélgica antes que se reforzaran, para conducir a los ingleses al mar y expulsar a los prusianos de la guerra.

El futuro del Primer Imperio Francés se decidiría en la Campaña de Waterloo.

Batalla de Waterloo

La Batalla de Waterloo se llevó a cabo el el 18 de junio de 1815 en las proximidades de Waterloo, una población de la actual Bélgica, a unos 20 kilómetros al sur de Bruselas. El ejército francés, comandado por el Napoleón Bonaparte, fue definitivamente derrotado por las fuerzas combinadas de los ejércitos británicos, holandeses y alemanes, dirigidas por el duque de Wellington, y el ejército prusiano del mariscal de campo Gebhard von Blücher. La Batalla de Waterloo fue el combate decisivo de la Campaña de Waterloo, así como el último enfrentamiento militar en el que participó Napoleón Bonaparte. 

Además de la Batalla de Waterloo, también forman parte de la Campaña de Waterloo todos los combates ocurridos en Bélgica entre las tropas francesas con destacamentos prusianos desde el 15 de junio hasta la retirada final del ejército francés el 18 de junio, como la Batallas de Ligny, la Batalla de Quatre Bras y la Batalla de Wavre.

Congreso de Viena

La derrota de Napoléon en la Batalla de Waterloo significó la conclusión definitiva de las Guerras napoleónicas, así como el final del Primer Imperio Francés. El 9 de junio de 1815 se firma en Austria el «Acta Final» del Congreso de Viena, en la cual participaron distintas delegaciones europeas que negociaron la reorganización política y territorial de la Europa posguerra durante poco más de un año. Pero la mayoría de las discusiones y acuerdos se llevaron a cabo en reuniones informales entre las grandes potencias: Austria, Gran Bretaña, Francia, Rusia, y en ocasiones Prusia; con una participación limitada de otras delegaciones.

Como consecuencia de los términos del Congreso de Viena, Francia pierde todas las conquistas logradas durante las Guerras napoleónicas, quedando limitada a fronteras que tenía en 1790, que en esencia eran aquellas que prevalecieron durante el Antiguo Régimen antes de la Revolución, más Aviñón. Prusia obtiene pequeños estados alemanes al oeste, Pomerania sueca, y un 60% del Reino de Sajonia. Austria obtiene Venecia y gran parte del norte de Italia. Rusia anexa la mayor parte de Polonia. En España, después de un año de haber concluido la Guerra de Independencia Española, fue ratificada la restauración de Fernando VII de Borbón en el trono. Fue además creada la Confederación Germánica, una débil asociación de 39 Estados de habla alemana, principalmente con el propósito de mantener un equilibrio de poder y servir a los intereses de las potencias europeas, particularmente Austria y Prusia.

Invasión aliada en Francia

Napoleón abdica el 22 de junio en favor de su hijo, Napoleón II, pero solo tres días después fue depuesto y el 8 de julio los aliados instauran por segunda vez a Luis XVIII en el trono francés.

Napoleón Bonaparte fue finalmente exiliado en Santa Helena, donde fallece en 1821.

Repercusiones

Las guerras napoleónicas produjeron cambios radicales en Europa así como en otras partes del mundo, aunque los aliados y las fuerzas reaccionarias intentaron revertir muchos de estos cambios. En el auge de su poder, Napoleón logró poner a la mayor parte de Europa occidental bajo un solo gobierno. De esta forma, la subyugación de los países europeos en el Imperio Francés introdujo consigo muchos de las características liberales de la revolución francesa como la democracia, las leyes, el debido proceso en las cortes, la abolición de la servidumbre, la reducción del poder de la iglesia católica, y la demanda del límite en los poderes de la monarquía. Las voces crecientes de las clases medias, sumadas al incremento de la industria y el comercio, significó que los monarcas europeos restaurados se encontraron en una difícil posición para restaurar también el absolutismo de la forma en la que existía antes de la Revolución francesa, así que estuvieron obligados a aceptar muchas de las reformas decretadas durante el gobierno de Napoleón. Uno de los legados más importantes de la expansión napoleónica en Europa fue la instauración del Derecho Civil y sus instituciones.

El imperio napoleónico fomentó la fraternidad en un sentido legal al promover la igualdad de todos los franceses ante la ley, una característica que nación con los ideales ilustrados, la Revolución americana y la Revolución francesa. En un sentido más amplio fomentó la fraternidad al estimular el nacionalismo, el sentido de pertenencia a un gran cuerpo corporativo, el Estado francés. El imperio mostró, para bien o para mal, como un nacionalismo en una escala sin precedentes podía conducir a un imperialismo de magnitudes nunca antes vistas.

Una vez concluida la guerra en Francia fue restaurada la casa de Borbón en el trono, lo que significó (pero no por completo) el regreso del antiguo sistema monárquico. Pero el constante período de guerra trajo como consecuencia una difícil situación financiera. Francia ya no era la potencia dominante en Europa continental. Prusia ensanchó sus bordes, recuperando sus territorios perdidos y obtuvo además grandes porciones de Polonia y Sajonia. Prusia se convirtió en una importante potencia mundial, lo que llevaría consecuencias a escala mundial durante los siglos XIX y XX. Después del período napoleónico también prosperaron los movimientos nacionalistas que dieron forma a gran parte de la historia europea.

El reinado de Napoleón sobre Europa sembró las semillas para la futura fundación de Naciones-Estado como Alemania e Italia. El mapa europeo cambió dramáticamente en los 100 años posteriores a la era napoleónica. El gobierno de los feudos y la aristocracia fue ampliamente reemplazado por ideologías nacionales basadas en orígenes y culturas comunes.

Las guerras napoleónicas fueron también decisivas para la independencia de Hispanoamérica, la independencia de las colonias portuguesas, y el proceso de descolonización de América en su conjunto. La conflictividad militar, política y económica en Europa debilitó la autoridad y el poderío militar de España. La invasión napoleónica en España y las abdicaciones de Bayona produjeron levantamientos en Hispanoamérica, inicialmente a favor de la corona española, pero finalmente se convirtieron en movimientos a favor de la emancipación.

El siglo de relativa paz trasatlántica, después del Congreso de Viena, permitió la mayor migración transcontinental en la historia humana. Por lo menos 30 millones de europeos emigraron a los Estados Unidos entre 1815 y 1914 en busca de nuevas oportunidades.


Esta web utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario y su correcto funcionamiento.    Política de cookies
Privacidad