Editorial

La guerra patria

La guerra patria

La segunda intervención militar de Estados Unidos, infausto acontecimiento del que hoy se cumplen 59 años, colocó a República Dominicana ante los ojos del  mundo al mismo nivel de Vietnam, nación del sudeste asiático también invadida bajo el mismo argumento de contener el avance del comunismo.

El 28 de abril de 1965, miles de marines de la 82 Division Aerotransportada del Ejercito arribaron  a Santo Domingo cuatro días después del estallido de la Revolución de Abril que procuraba restablecer al derrocado gobierno constitucional de Juan Bosch, lo que convirtió esa revuelta popular en guerra patria.

Como coincidencia histórica, en ese mismo año, tropas de Estados Unidos entraron en combate directo contra el ejército de Liberación Nacional de Vietnam, que bajo el liderazgo de Ho Chi Ming, llevaba ya más de 20 años de lucha armada contra los franceses, en reclamo de su independencia.

En términos de relevancia y resultados no sería posible comparar las gestas  vietnamita y dominicana, pero puede afirmarse que ambos pueblos enfrentaron intervenciones militares justificadas bajo el pretexto del invasor de que  se requería contener el avance o expansión del comunismo.

La guerra de Vietnam se prolongó por diez años con saldo de más de 50 mil soldados estadounidenses muertos en combate y una cantidad mucho mayor de vietnamitas fallecidos, mientras que aquí esa intervención se prolongó por más de seis meses con miles de bajas, la mayoría combatientes dominicanos.

El Pentágono no pudo en Vietnam cumplir su cometido de frenar el avance comunista porque casi 60 años después esa nación es un Estado socialista y socio comercial de Estados Unidos, en tanto que República Dominica, cuya soberanía fue mancillada por ese inexistente motivo,  se promueve hoy como sociedad democrática.

En 1916, el Cuerpo de Marines de Estados Unidos instaló por la fuerza en Santo Domingo un gobierno militar al mando del contralmirante Harry Shepard, que se prolongó hasta 2024, y 49 años después, una segunda intervención fue enfrentada por un pueblo en armas en defensa del derecho a la soberanía y autodeterminación.

La proclama de Duarte y los Trinitarios, de que la nación dominicana sería destruida, pero  sierva de nuevo jamás, fue reivindicada con las armas por miles de hombres y  mujeres, que en conflagración desigual, defendieron el derecho del pueblo dominicano a  construir su propio destino. ¡Loor a esos héroes y mártires!

El Nacional

La Voz de Todos