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Giordano Bruno como símbolo del final de una era


Enviado por   •  16 de Octubre de 2021  •  Tareas  •  578 Palabras (3 Páginas)  •  479 Visitas

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Giordano Bruno como símbolo del final de una era.

Nací en 1548 en Nola en el reino de Nápoles.

Se me impuso el nombre de Giordano cuando entré en el convento de Santo Domingo de Nápoles donde posteriormente fui ordenado sacerdote en el año de 1572.

Cuando estaba en calidad de novicio pude manifestar mi espíritu de intolerancia y rebeldía, a tal grado de que en 1567 se inició un proceso en mi contra, que luego quedó en suspenso.

A los 15 años me fui a Nápoles, donde intenté encauzar su exaltada religiosidad ingresando en un convento de la orden de los dominicos, pero muy pronto causé revuelo por mi carácter indócil y mis actos de desafío a la autoridad. Quité de mi celda los cuadros de vírgenes y santos y solamente dejé un crucifijo en la pared, y en otra ocasión le dije a un novicio que no leyera un poema devoto sobre la Virgen.

Estuve en Ginebra, una vez que dejé los hábitos me fui a vivir a Francia desde 1579. Primero estuve en Toulouse durante dos años y en 1581 me trasladé a París, donde atraje la atención de Enrique III con sus artes de la memoria, hasta el grado de que el monarca me preguntara si mi memoria era adquirida por alguna especie de magia o por estudio; lo cual respondí que era adquirida por estudio y constante esfuerzo, dedicándole uno de sus libros, esto provocó que el rey me protegiera y apoyara de manera temporal.

Tenía la fascinación por el pensamiento antiguo, con la admiración de la razón y de la ciencia moderna copernicana.

En 1590 me trasladé a Francfort, donde publiqué la trilogía de mis grandes poemas latinos. Estando allí recibí, a través de un librero amigo mio, la invitación del noble veneciano Giovanni Mocenigo, quien deseaba aprender mnemotecnia (en realidad Mocenigo quería aprender magia ya que mi fama de como mago en Europa era mi principal carta de recomendación), disciplina en la que yo era maestro.

Mi estancia en Venecia fue muy breve: desde mi llegada a finales de 1591, hasta el sábado 23 de mayo de 1592 en que fui delatado y entregado a la Santa Inquisición de esa ciudad. Desde esa fecha hasta el 17 de febrero del 1600 jamás volví a estar en libertad. Los procesos del juicio en mi contra se pueden dividir en las ciudades de Venecia y Roma.

 Giovanni Mocenigo fue mi delator, aquel que me entregó a la Inquisición veneciana. Mi juicio en la ciudad de Venecia comienza el 26 de mayo de 1592, tres días después de que me arrestaran. Podemos decir que en esta ciudad los juicios eran muy diferentes a los que se efectuaban en Roma, se tenía que mantener enterado el gobierno civil de los pormenores y detalles tanto del proceso, del reo, así como de los jueces. Además, durante el juicio había una persona civil al que llamaban el observador, quien tenía la facultad de suspender el juicio si éste se estaba yendo por derroteros distintos a los prescritos por la ley.

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