La casa adosada que ocupa el n�mero 249 al este de la calle 61 en el Upper East Side de Manhattan esconde un fragmento de historia.
Una vez propiedad del legendario Frank Sinatra, el cantante vivi� all� con la actriz Mia Farrow durante su breve matrimonio entre 1963 a 1969.
La residencia de la pareja m�s improbable de Hollywood est� a la venta por primera vez en m�s de 50 a�os por 4,45 millones de d�lares, unos 4,16 millones de euros. Construida en 1872, entre las avenidas Segunda y Tercera, es uno de lo cl�sicos edificios neoyorquinos levantados antes de la Primera Guerra Mundial.
La vivienda unifamiliar de cuatro pisos cuenta con 10 habitaciones, que incluyen cuatro dormitorios y 4,5 ba�os, repartidos en casi 400 metros cuadrados con un discreto patio trasero. Es una de los edificios m�s estrechos del distrito hist�rico de Treadwell Farm repleto de casas de piedra rojiza y antiguas mansiones renovadas testimonio de la antigua elegancia de la ciudad.
Los vendedores son la familia Solomon que la compr� a Sinatra en 1969. El cantante vivi� all� antes, durante y despu�s de su matrimonio con Farrow. "No quer�a mudarse, pero quer�a construir un garaje y no se lo permitieron", explica Teimour Solomon, cuyos difuntos padres, el doctor David Y. Solomon e Yris Rabenou Solomon, adquirieron la vivienda y criaron all� a sus dos hijos: Darius, nacido en 1968, y Teimour, nacido en 1972.
Esa fue la raz�n por la que el cantante se deshizo de la vivienda. Los compradores eran una pareja que hab�a escapado del antisemitismo. La madre huy� de la Francia ocupada por los nazis, mientras que el padre, nacido en Irak, huy� de la persecuci�n, primero en Irak y luego en Ir�n. La propiedad del Upper East Side se convirti� m�s tarde en un refugio para los amigos y familiares que huyeron de la Revoluci�n Isl�mica en Ir�n en 1979.
Antes de ser el puerto de llegada de los exiliados, la pareja formada por Sinatra y Farrow la convirti� en su hogar. De all� salieron la noche del 28 de noviembre de 1966 para asistir al legendario baile en blanco y negro organizado por el escritor Truman Capote en el Hotel Plaza de Nueva York.
La pareja se hab�a conocido dos a�os antes en un rodaje en los estudios de la 20th Century Fox en Los �ngeles. Sinatra ten�a 49 a�os y Farrow 19. Se casaron dos a�os m�s tarde en Las Vegas despu�s de que la actriz cumpliera 21 a�os. Los 30 a�os que les separaban acabaron con el matrimonio tan solo dos a�os despu�s.
En 1919, el arquitecto Frederick Sterner rehizo la residencia original, quit� la entrada y agreg� otra a un nivel inferior. La historia de la casa incluye a un inquilino del siglo XIX que se ofreci� a cambiar todo el contenido de la vivienda -incluidos muebles, espejos, alfombras y pianos- por Bourbon, seg�n los informes de la inmobiliaria Leslie J. Garfield encargada de la venta.
M�s tarde, Sinatra elimin� las antiguas molduras para darle a la casa un aspecto m�s elegante y moderno. Por suerte, conserv� la mayor�a de los detalles originales como los suelos de madera, las vidrieras y las chimeneas. La familia Solomon agreg� despu�s las puertas de estilo franc�s y abri� el sal�n para que entrara la luz desde el patio.
"Este lugar, y la historia de la casa, es una historia cl�sica estadounidense. Mi familia fue expulsada de sus hogares y vinieron a EEUU para vivir en libertad", cuenta Teimour. "Luego abrieron las puertas a otros que hu�an de la persecuci�n", a�ade.
Al llegar a Nueva York en 1961, el padre de Teimour, doctor de profesi�n, recibi� una beca en la Facultad de Medicina Albert Einstein, que forma parte del Hospital Montefiore. Mientras que su madre se convirti� en cantante y grab� m�sica folcl�rica francesa para Columbia Records.
El d�a de la compra de la propiedad, Sinatra no apareci� en la firma. Pero Yris Salomon insisti� en hablar con �l para asegurarse de que aprobaba la venta. As� que el abogado del cantante le llamo por tel�fono para que pudieran hablar. La compradora, desconfiada de que fuera �l, le pidi� que cantara algo para ella y el cantante no dud� en hacerlo.
La casa se convirti� en un refugio para inmigrantes de todas las razas, etnias y or�genes socioecon�micos. "Mi padre trabaj� hasta los 90 a�os y trataba a todos, desde el embajador de Senegal ante las Naciones Unidas, hasta otros diplom�ticos de alto rango y taxistas, y luego los invitaba a cenar a casa", dijo Teimour. Las cenas de los viernes llegaban a reunir a 50 personas.
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