La biografía murciana de José María de Torrijos The Murcian biography of José María de Torrijos Reseña de Salmerón Giménez, Francisco Javier, Torrijos, primer enemigo del Trono. Quince años de lucha por la libertad (1817-1831), Murcia, Asamblea Regional de Murcia y Real Academia Alfonso X el Sabio, 2018. De los tiempos de la primera revolución liberal en España —la que se gestó entre los ardores de la Guerra de la Independencia, en las discusiones de las Cortes de Cádiz y en la oposición al absolutismo del rey Fernando VII— sin duda uno de los personajes más interesantes es José María de Torrijos y Uriarte (1791-1831). Se trata de una figura fundamental de la conocida como Década Ominosa (18231833), que comenzó con la desarticulación del régimen constitucional español tras la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis y el consecuente exilio de numerosos liberales. En esos años, Torrijos se alzó como el líder más dispuesto a promover de nuevo la revolución en España mediante un pronunciamiento. Su constancia en esta lucha le valió ser reconocido por la propia administración fernandina como el primer enemigo del trono. Este apodo se encuentra en el título de la recomendable biografía que Francisco Javier Salmerón Giménez le ha dedicado. Lo primero que habría que decir de esta aportación al estado de la cuestión sobre Torrijos, es que se trata de un trabajo original por el enfoque de su punto de partida. Es innegable que el conspirador ha quedado para siempre unido a la ciudad de Málaga en la que conoció la muerte el 11 de diciembre de 1831 tras haber sido víctima de un engaño. Torrijos y aquellas costas han permanecido ligados tanto en los numerosos versos elegíacos de los que fue objeto, como en el celebérrimo cuadro de Antonio Gisbert y en la bibliografía que se ha centrado en el personaje. Salmerón Giménez, en cambio, ha incidido en la enorme importancia que tuvo para la región de Murcia, pues allí fue uno de los principales dirigentes de la revolución triunfante de 1820, así como el hombre que la defendió en Cartagena hasta el último momento en 1823. De este Torrijos murciano hay dos precedentes bibliográficos dignos de mención. Por una parte, el bosquejo histórico de Murcia realizado por José Frutos Baeza en los años treinta del siglo XX. Por otra, el clásico sobre las sociedades patrióticas en el Trienio por parte de Alberto Gil Novales, de los años setenta. Salmerón Giménez ha traído vitalidad y novedades a este panorama.1 De este modo, comienza aportando información sobre el estado de las celdas inquisitoriales murcianas en las que se encontraba Torrijos a finales de 1817, punto de partida de la narración. Al autor le interesa contextualizar al personaje en la región, y uno de los puntos fuertes de esta monografía es precisamente la atención prestada a los periódicos de la zona, así como a la documentación guardada en el Archivo General de la Región de Murcia, en el Municipal de Guardamar del Segura, el Municipal de Alicante y el Juan González Castaño. De hecho, Salmerón Giménez ya había publicado una destacable investigación sobre el desarrollo del Trienio liberal en Murcia.2 De esos tres años en que la Constitución de Cádiz estuvo nuevamente vigente en España (1820-1823), esta biografía es interesante por lo expuesto en lo referente a la guerra civil y a la lucha contra diferentes partidas levantadas en armas contra el régimen constitucional en Cataluña y en Navarra, como, sobre todo, en la defensa final del sistema que Torrijos encabezó en la ciudad de Cartagena en 1823. Episodio este último muy digno de tener en cuenta, en tanto las poblaciones que estaban bajo su responsabilidad fueron las últimas en claudicar ante la invasión francesa, manteniéndose el orden constitucional un mes más que en la misma Cádiz en la que se refugiaba el gobierno de la nación. Una vez más, un Torrijos unido en extremas circunstancias a la región de Murcia. Salmerón afronta en este capítulo una de las polémicas más interesantes de las relacionadas con quien había llegado a ser incluso —si bien sólo de forma interina— ministro de la Guerra. Aunque Torrijos no aceptó capitular hasta noviembre, cuando el gobierno ya lo había hecho a comienzos de octubre, fue considerado por este hecho poco menos que como un traidor por parte de sinceros y firmes liberales como Juan Romero Alpuente y Juan López Pinto. A partir de la consulta de los fondos municipales, Salmerón 1 Frutos Baeza, José, Bosquejo histórico de Murcia y su concejo, Murcia, s.n., 1934. Gil Novales, Alberto, Las sociedades patrióticas. Volumen 1, Madrid, Tecnos, 1975. 2 Salmerón Giménez, Francisco Javier, El Trienio Liberal en la Provincia de Murcia (1820-1823). Primera experiencia de libertad, Murcia, edit.um, 2014. Giménez reproduce el desarrollo de una defensa desesperada y concluye que las acusaciones de las que fue objeto en absoluto son justas. Finalmente, la emigración. Los años en los que definitivamente se gestó la leyenda, en los que se consagra como el primer enemigo del trono, en los que es reconocido como un héroe y un líder por aquellos exiliados que ansían volver a una España liberal. Es Irene Castells Oliván quien más ha estudiado esta época en la vida de nuestro hombre, pero Salmerón Giménez aporta nuevos detalles en una amena narración. En esta parte final de su estudio quizá lo más notable sea la atención que ha prestado a la correspondencia de Torrijos guardada en la Biblioteca Nacional de España. La misma le ha valido para reparar en su relación con el marqués de Lafayette (1757-1834). A partir de este importante personaje, José María mantuvo relación con figuras que jugarían un papel destacado en la Francia de 1830. A modo de cierre señalar dos cuestiones. La primera, que se trata ésta de una monografía para tener en cuenta en la historia política del reinado de Fernando VII. La segunda, que como relato consigue emocionar sin renunciar por ello al rigor académico. Y eso es cuanto puede pedirse a una obra sobre José María de Torrijos. Manuel Alvargonzález Fernández Octubre 2021