Ella no fue una huérfana desgraciada como Marilyn Monroe, ni tampoco la hija de unos recolectores de tabaco y algodón de Carolina del Norte como Ava Gardner (repasa aquí la lista de las 60 mujeres más guapas de todos los tiempos). Grace Kelly nació en pleno crac del 29, un 12 de noviembre, en una preciosa mansión de Filadelfia de 17 habitaciones. Mientras el país se sumía en la mayor catástrofe económica de la historia, ella crecía arropada por el bienestar y la educación de los mejores colegios católicos. Quizá por eso siempre transmitió un ideal de mujer que iba mucho más allá de la típica estrella de Hollywood despampanante. Era tan bella como muchas otras, pero tenía un halo de distinción, de elegante prudencia y de frialdad calculada que la hacían única e irresistible. Cuando murió –14 de septiembre de 1982– parte de esa magia había desaparecido por el paso de los años, pero sobre todo por la exposición pública a la que se vio sometida al convertirse en ‘su alteza serenísima la princesa Gracia de Mónaco’. Si alguna vez pensó que aquel matrimonio la salvaría de los “incómodos”, según decía, focos de la industria cinematográfica, su nueva condición de royal multiplicó el interés por radiografiar sus imperfecciones más oscuras. Fue una decisión tan rápida que cualquiera diría que se la jugó a cara o cruz.

Grace Kelly: una niña débil, tímida y flacucha

grace kelly retrato joven con perro
Bettmann
Con su gran danés, en 1955, en los estudios de Hollywood. “Si pudiera reencarnarme, me gustaría que fuera en uno de mis perros, tienen unas vidas sencillas y fáciles”, dijo en su última entrevista.



Es cierto que Grace creció rodeada de comodidades, pero no del afecto y la aprobación que se espera de unos padres, pues los suyos fueron de los que exigían, sobre todo a ella. John Brendan Kelly era un tipo guapo y duro que había amasado una buena fortuna como empresario de la construcción. Empezó de albañil, así que sabía de qué iba la vida. También era un atleta de élite –fue triple ganador de la medalla de oro olímpica en remo–, por lo que esperaba de sus hijos la misma voluntad y fortaleza. La madre, Margaret Katherine Majer, profesora y también exatleta, era todo un carácter de origen germánico que le recordaba a diario lo débil, flacucha y tímida que era en comparación con sus tres hermanos. Normal que la niña Grace, que además llevaba gafas, creciera llena de complejos y refugiada en el mundo de fantasía que le proporcionaban los libros (aquí, los 80 libros que te engancharán desde la primera página).

Grace Kelly, la rubia de hielo era puro fuego

grace kelly retrato joven
Silver Screen Collection
Grace Kelly, retratada en los años 50.

Fue su tío George Kelly, dramaturgo y premio Pulitzer (revisa los mejores que deberías leer en alguna ocasión) en 1926 por la obra Craig’s Wife, el que encendió su pasión actoral y apoyó su vocación. Así es como convenció a sus padres para estudiar, con 14 años, en la Old Academy Players de Filadelfia y después, con 18, en la Academy of Dramatic Arts de Nueva York, donde fue aceptada por ser ‘sobrina de’. Allí, lejos de la mirada inquisidora de sus progenitores, nacía una nueva Grace Kelly que entraba y salía con quien le daba la gana, a pesar de que pernoctaba en el hotel-residencia Barbizon, exclusivo para mujeres. Cuando sus padres descubrieron que se había liado con un profesor, enviaron a una de sus hermanas para que hiciera de carabina. Pero ya era tarde, porque la rubia de hielo que en la intimidad era puro fuego –eso decían de ella sus amantes– había empezado a trabajar como modelo y ya no necesitaba el respaldo económico de los Kelly. Esa fue su liberación y su venganza: demostrar a su padre su autonomía, mientras brillaba, ahora más que sus hermanos, en revistas, vallas publicitarias y anuncios de televisión promocionando cigarrillos, productos de limpieza o ropa interior.

Grace Kelly debutó en Broadway con 20 años

grace kelly retrato joven
Keystone-France
Tomando una fotografía en 1955, durante el festival de cine de Cannes.

Su belleza caucásica y su (trabajada) imagen de mujer desenvuelta la llevó directa a Broadway con solo veinte años. Junto al actor Raymond Massey debutó con la obra El padre, un texto anticlerical del sueco August Strindberg. La joven recibió buenas críticas y se le abrieron las puertas de la televisión, donde interpretó más de 60 títulos. Un espléndido rodaje para una actriz novata, en el mejor escaparate posible.

Grace Kelly: su primera gran película y su primer gran amor

grace kelly y gary cooper en solo ante el peligro
Bettmann
Foto promocional de Solo ante el peligro (1952).

Su primera aparición en pantalla grande llegó de la mano del director Henry Hathaway con la película Catorce horas (1951). No era un gran papel, pero sí la oportunidad de pisar Hollywood. Con el siguiente proyecto sí que brilló: Solo ante el peligro (1952), el wéstern en clave de thriller de Fred Zinnemann que se alzó con cuatro premios Oscar, incluido el de su protagonista, Gary Cooper (así sería su instagram). En él interpretaba a la sumisa esposa del sheriff. Tanto se metió en el papel, que se enamoró perdidamente de Cooper, 40 años mayor que ella y casado. Fue con este romance con el que empezó a conocérsela como ‘la rompehogares’, aunque el affaire apenas durara lo que duró el rodaje.

Grace Kelly también la lió parda en ‘Mogambo’

ava gardner, clark gable and grace kelly
Metro-Goldwyn-Mayer Pictures
Grace, junto a Clark Gable y Ava Gardner.

Aquel filme la puso en el mapa al ser una de las mejores películas del Oeste de la época –y de todos los tiempos–, con la que llamó la atención del mismísimo John Ford para que protagonizara, junto a las estrellas ya consagradas Clark Gable y Ava Gardner, Mogambo (1953), aquel drama de aventuras que discurría en África, turbio y sensual, en el que Grace bordó el papel de una recién casada, fría y distante, que por dentro perdía el sentido por otro. Fue su primer premio –el Globo de Oro– y su primera nominación al Oscar (recuerda aquí la alfombra de los premios Oscar 2023). También conquistó con su elegancia innata a la hora de vestir, esta vez en mood safari. La responsable fue Helen Rose, directora de vestuario de la Metro Goldwyn Mayer, que diseñó años después el vestido de novia cuando la actriz se casó con Rainiero III de Mónaco. Así lo exigieron los mandamases del estudio como contrapartida a la rescisión del contrato de Kelly, cuando esta se despidió del star system para ser princesa, además de los derechos de retransmisión de la boda. En Mogambo también sembró el escándalo cuando se entregó sin medida a los encantos de Gable –un picaflor incorregible–, que la dejó tirada nada más regresar a EEUU. Dicen que ella lo pasó francamente mal.

Y hablando de los grandes estudios de Hollywood, no hay que pasar por alto la inteligencia con la que maniobró Kelly a la hora de firmar sus contratos. Como era de buena familia, tenía prestigio porque venía del teatro y ya sabía lo que era facturar a lo grande, era dura de pelar y no se achantaba. Dicen que ganó millonadas, pero cuando murió solo dejó por herencia el equivalente a 10.000 euros. Que Mónaco, entonces un principado que tiritaba de frío, le exigiera cuando se casó una dote de más de dos millones de euros la dejó sin herencia y sin ahorros, pero con un padre orgulloso y feliz.

Grace Kelly: Oscar por interpretar a una mujer corriente

grace kelly y marlon brando
Bettmann
Marlon Brando, con su Oscar por La ley del silencio, besa a Kelly, ganadora por La angustia de vivir.

Dejemos a un lado los temas personales y retomemos su cortísima pero espléndida carrera: once películas en cinco años. Después de Mogambo, Grace estaba cansada de recibir órdenes de la MGM y decidió cambiar de registro metiéndose en la piel de una esposa corriente que intentaba rescatar del alcoholismo a su marido. Le costó convencer a sus jefes porque La angustia de vivir (1954), junto a William Holden y Bing Crosby, era un proyecto de Paramount, pero se salió con la suya y además se llevó el Oscar y un segundo Globo de Oro. Si aún no la has visto, no tardes en hacerlo: sin maquillaje ni estilismos glamurosos, aquí Grace es pura interpretación.

Grace Kelly: la musa más bella de Hitchcock

alfred hitchcock y grace kelly
Michael Ochs Archives
Hitchcock, con su musa y el diseñador Oleg Cassini, que convirtió a Grace en icono de moda y fueron pareja.

Con 26 años, un Oscar y una lista de novios de vértigo –dicen que en un rodaje llegó a consumar con cuatro de sus actores–, el siguiente en echarle el ojo fue Alfred Hitchcock (aquí, sus 18 mejores películas). Lo suyo resultó un flechazo profesional en toda regla, porque en apenas año y medio rodaron tres títulos... y ¡qué títulos!: Crimen perfecto (1954), con Ray Milland; La ventana indiscreta (1954), con James Stewart, y Atrapa a un ladrón (1955), con Cary Grant. Por la primera Kelly recibió el premio Círculo de Críticos de Nueva York: nunca estuvo tan creíble y tentadora como a las órdenes del maestro del suspense.

Cuando Grace Kelly descubrió Mónaco

grace kelly y rainiero
Reg Burkett
“Casarse con un príncipe está en el camino de éxito de Grace. Lo ha hecho con la facilidad de un trapecista. No sé si la plataforma donde debe aterrizar será demasiado estrecha”, dijo su amigo Hitchcock.

Fue precisamente por Atrapa a un ladrón, rodada en la Costa Azul, cuando Grace descubrió Mónaco y a su futuro marido, Rainiero. Le conoció durante el rodaje de su siguiente proyecto, El cisne (1956), un drama romántico de época que dirigía Charles Vidor (Gilda). El príncipe, aconsejado por Onassis –dueño del casino y de medio principado–, invitó a la actriz a los jardines de palacio. El plan era ser fotografiados por la prensa para sumar atractivo al microestado y recuperar así la inversión y el turismo en la zona. Ella fue a regañadientes y, aunque mucho se ha hablado del cruce de intereses que se gestó en ese encuentro, Grace siempre defendió su amor por él. El 5 de enero de 1956 se anunció el compromiso. El príncipe monegasco había viajado días antes hasta Filadelfia para pedirle a John Brendan Kelly la mano de su hija. “De pronto, el príncipe era uno más del clan Kelly. Él y mi padre tenían el mismo apretón de manos. Compartían los mismos gustos deportivos”, comentó ella después.

grace kelly y sus hijos
Bettmann
En 1971, con su caniche, llevando al colegio a sus hijos Estefanía y Alberto. Dicen que al principio se paseaba por Mónaco como una más.

Antes de convertirse en la flamante princesa de Mónaco tuvo que rodar por contrato una película más titulada, bromas del destino, Alta sociedad (1956), una comedia sofisticada en la que compartía cartel con Frank Sinatra. Esa fue su despedida. “Me gustaba mi trabajo, pero no ser una estrella de Hollywood”, dijo en otra ocasión. Quizá no calculó lo que se le venía encima, aunque su amigo Alfred Hitchcock lo vio con toda claridad: “Casarse con un príncipe está en el camino de éxito de Grace. Lo ha hecho con la facilidad de un trapecista. No sé si la plataforma donde debe aterrizar será demasiado estrecha”.

Grace Kelly murió en la misma carretera en la que rodó ‘Atrapa a un ladrón’

grace kelly retrato
George Rose
Retrato de su alteza serenísima la princesa Gracia de Mónaco, con 48 años, cuatro antes de morir.

El cineasta le ofreció volver como protagonista de Marnie, la ladrona (1964), pero ya no podía ser. El resto de su vida –publicada como una fotonovela en el papel cuché– la dedicó a sus hijos, al principado, a la filantropía... y también a alguna distracción que se buscó en París –dicen que le gustaban jóvenes–. Cuando murió al volante de su Rover P6 3500 tenía 52 años. Conducía por la misma carretera en la que rodó Atrapa a un ladrón. Otra cruz en su destino.

* Este artículo aparece publicado en el número de septiembre de 2023 de la revista Esquire.

portada esquire septiembre 2023 jared leto
Charlie Gray