Tom Cruise
Comparte con tus amigos










Enviar

Filmografía de Tom Cruise.

Si existiera un prototipo patentado del americano triunfador, ese sería nuestro protagonista de hoy. Carisma, magnetismo y confianza en sí mismo. Señoras y señores, den la bienvenida a la definición perfecta del astro de la gran pantalla: Tom Cruise.

“Para mí, lo más importante de mi carrera es conseguir que los espectadores disfruten con mi trabajo. Lo que realmente me gusta es entretener. Me apasiona la vida y mi meta es siempre ir un paso más allá” (Tom Cruise)

Una infancia complicada.
Thomas Cruise Mapother IV nació en Syracuse, Nueva York, el 3 de julio de 1962. Hijo de Mary Lee Pfeiffer y Thomas Cruise Mapother III. Profesora de educación especial e ingeniero eléctrico, respectivamente. La ascendencia de Cruise proviene de parientes germanos, ingleses e irlandeses. Tom era el menor y único hijo varón del matrimonio. Mary Lee, Marian y Cass son sus tres hermanas mayores.

Sus padres nacieron en Kentucky y estuvieron juntos hasta que Tom cumplió los 12 años. Según declararía años después, su padre solía pegarle frecuentemente cuando las cosas iban mal. Además, buena parte de su infancia la pasó mudándose de colegios por la nula capacidad de su progenitor para permanecer en el mismo trabajo: “No tenía ningún amigo de verdad. Alguien que me entendiera. Siempre era el niño nuevo con los zapatos equivocados”. Por si fuera poco, a los siete años, fue diagnosticado con dislexia. Años más tarde, en 1992, Cruise declararía (no sin polémicas médicas) que la Iglesia de la Cienciología le ayudó a superarla. Desde aquel momento se volcó en que niños sin medios como fue su caso, tuvieran a su alcance los mejores métodos para superar sus problemas de aprendizaje.

Cuando sus padres se divorciaron, Tom pasó los peores momentos de su vida teniendo que convertirse forzosamente en adulto. Siendo aún adolescente, llevaba a cabo trabajos en su vecindario para sacar algo de dinero, al igual que sus hermanas. Según recordó una vez, unas navidades no tenían dinero para poder regalarse nada, así que cada uno escribió un poema a otro miembro de la familia.

La Iglesia de la Cienciología entraría en su vida por medio de su expareja, Mimi Rogers, en 1986. Antes de casarse con Rogers (1987-1990), tuvo varios romances más o menos sonados con Heather Locklear o Cher. En 1990, se enamoraría y casaría por segunda vez con su compañera de reparto en ‘Días de trueno’ (Tony Scott, 1990), Nicole Kidman. Después de once años de matrimonio, ambos acabarían por separarse tras un último año durísimo en sus vidas. Ese tramo acabó con el rodaje de la casi inacabable ‘Eyes Wide Shut’ (Stanley Kubrick, 1999) y un aborto del bebé (segundo que padeció Kidman en su matrimonio) que esperaban ambos. La pareja adoptaría, durante el tiempo que duró su unión, a Isabella Jane y Connor. Al formalizarse la separación, los niños se irían a vivir con Tom.

El último matrimonio, hasta la fecha, del actor fue con Katie Holmes. Con la actriz nacida en Ohio tuvo una hija, Suri Cruise Holmes, nacida en 2006. En 2012, ambos acabarían divorciándose.

Rebeldía, sueños y velocidad (1981-1988).
Después de formarse en varias escuelas de actuación y graduarse, Cruise se mudó definitivamente a la gran manzana. Allí llevó a cabo una buena serie de trabajos incluido el de camarero en Nueva York. También comenzó a patear castings para anuncios, series y películas Su primera oportunidad en el celuloide fue una pequeña aparición en ‘Amor sin fin’ (Franco Zefirelli, 1981), un producto hecho a mayor gloria del fenómeno “Lolita” que era Brooke Shields en aquellos años. Cruise tiene un papel menor, como uno de los compañeros de clase del coprotagonista, Martin Hewitt.

También en 1981 tendría su primera gran oportunidad coprotagonizando Taps, Más allá del honor (Harold Becker, 1981). Dos años más tarde, en 1983, Francis Ford Coppola le daría el papel de Steve Randle en ‘Rebeldes’ (The Outsiders). En ese mismo 1983, conseguiría el rol que lo elevaría a la categoría de estrella juvenil en ‘Risky Business’. Este film lo protagonizaría a las órdenes de Paul Brickman junto a una fascinante Rebecca De Mornay como compañera femenina.

Fue a mediados de los ochenta cuando su carrera despegaría de forma definitiva con su interpretación justamente mitificada del impetuoso piloto Pete Mitchell, alias “Maverick”, enTop Gun (Tony Scott, 1986). El 16 de octubre de ese mismo año se le distinguiría con su estrella en el paseo de la fama de Hollywood Boulevard. Subido ya en las alas del éxito, encadenaría una nueva serie de films totalmente opuestos a los que Hollywood tenía pensado para él. Entre estos films estarían El color del dinero (Martin Scorsese, 1986) y ‘Rain Man’ (Barry Levinson, 1988).

Vietnam, Un Código Rojo y Lestat (1989-1994).
En la ceremonia de los Oscars de 1990, Cruise no pudo llevarse la estatuilla por ‘Nacido el cuatro de julio’ (Oliver Stone, 1989). Esta fue la primera de sus tres nominaciones a los premios de la Academia. Ese año ganó Daniel Day Lewis por ‘Mi pie izquierdo’ (Jim Sheridan, 1989). Según el actor: “Todos los ejecutivos se horrorizaron cuando firmé para hacer ‘Nacido el cuatro de julio’. Decían que esa película arruinaría mi carrera. ¿Qué se supone debía hacer? ¿Top Gun 2? Me gustan los desafíos”. En 1990 también viviría lo bueno y lo malo de ser una estrella. Los elogios por la cinta de Stone chocarían con las severas críticas por su papel en Cocktail (Roger Donaldson, 1988), un divertimento light con una gran ambientación de bares.

Entre medias, y harto de negarse a firmar secuelas o subproductos de sus propias películas, acabaría por volver a trabajar con Tony Scott y Jerry Bruckheimer en ‘Días de trueno’ (1990), un film coprotagonizado con Nicole Kidman y con una premisa ideada por el propio Cruise tras conocer las carreras de Nascar por mediación de su ídolo, Paul Newman. Tom tardaría dos años en volver a las salas después de aquella. Lo hizo bajo las órdenes de Ron Howard en ‘Un horizonte muy lejano’, un rescatable drama épico sobre inmigrantes irlandeses en busca de echar raíces en los Estados Unidos de principios de siglo. La película lo volvió a juntar con Kidman que, por aquel entonces, ya era su esposa.

Posteriormente encararía de manera consecutiva dos papeles de abogado sumamente diferentes. Por un lado, el de un ambicioso letrado que solo acepta casos que puede ganar en ‘Algunos hombres buenos’ (Rob Reiner, 1992). Y, por otro lado, el de un letrado idealista que se da de bruces con la realidad en ‘La tapadera’ (Sidney Pollack, 1993). En ambas películas se enfrentó a sendos titanes de la interpretación como eran Jack Nicholson y Gene Hackman, respectivamente. Finalmente, acabaría esta época dando toda una lección actoral, incluso a sus más severos detractores, con una excelsa y atrapante recreación del vampiro Lestat enEntrevista con el vampiro (Neil Jordan, 1994). Esta película sobre la novela de Anne Rice la coprotagonizó junto a Brad Pitt, Kristen Dunst y Antonio Banderas.

Lo imposible es sólo un juego (1996-2003).
Después de elegir personalmente al director de su siguiente film, Cruise se preparaba para el éxito sin miedo a lograr lo imposible. Así fue como la mitad de los noventa lo coronaron como una de las estrellas más importantes del celuloide. Esto fue gracias, sobre todo, a Misión: Imposible (Brian De Palma, 1996). El team Cruise/De Palma fue todo un éxito. Entre ambos tomaron “el concepto” de un serial de televisión y lograron entregar un film atemporal de espías y acción que marcaría la década y la carrera del propio actor. Esta vez sí, Tom estaba decidido a abrazar un personaje recurrente en su filmografía: Ethan Hunt.

A mediados de los 90, conseguía ser la primera estrella de cine que lograba enlazar cinco películas seguidas con recaudaciones por encima de los 100 millones de dólares (solo en cines USA). Algo que luego llevaría hasta las siete junto a Tom Hanks. El récord de ambos lo batiría posteriormente Will Smith con ocho films seguidos batiendo la barrera de los 100. El citado Smith acabaría por robarle un papel de camino a batirle en taquilla. Me refiero a ‘Enemigo público’ (Tony Scott, 1998), película a la que Tom tuvo que renunciar por los continuos retrasos en la filmación de ‘Eyes Wide Shut’ (Stanley Kubrick, 1999). Fue la obra de Kubrick la que cortó la racha de Cruise, mientras que Will logró un hit más para su “saco personal” con la cinta de Tony Scott.

Entre medias, se pudo notar cierto afán de Tom por lograr la bendición definitiva de la Academia de Hollywood. Para ello intentaría ganar la estatuilla por ‘Jerry Maguire’ (Cameron Crowe, 1996), pero los elogios se los acabarían llevando Cuba Gooding Jr y Renée Zellweger, incluso el chavalín Jonathan Lipnicki. Todos menos él. Nominado, pero de nuevo de vacío… y esta vez batido por Geoffrey Rush.

Cruise no lograba disociar su rol de estrella con el de actor reconocido. Por lo menos, no con los críticos. El público ya era otra cosa. Totalmente instalado como una superestrella internacional, tuvo incluso tiempo para sacarse una licencia de piloto de aviones, además de protagonizar sus películas y promocionarlas personalmente en todo el mundo. Era la forma personal de Tom Cruise de acercar Hollywood a cualquier lugar del globo. La década la cerraría con ‘Magnolia’ (Paul Thomas Anderson, 1999), una decisión inesperada y su última nominación a los Oscars, esta vez como secundario.

En el año 2000, John Woo era el director de acción del momento y Tom Cruise la estrella que se colaba en todos los salones del mundo. Su unión dio lugar a Misión: Imposible 2’, una clara esclava de su tiempo. El film tenía todas las trademarks de Woo empujadas forzadamente en una historia demasiado pretenciosa. Ni siquiera reclutar a Sir Anthony Hopkins le dio a film el empaque necesario para trascender. A esta le seguiría ‘Vainilla Sky’ (Cameron Crowe, 2001), un remake del original español que le serviría para conocer a su pareja por algunos años, Penélope Cruz.

‘Minority Report’ (Steven Spielberg, 2002) y un divertido cameo en ‘Austin Powers en Miembro de oro’ (Jay Roach, 2002) serían el preludio de una de sus mejores películas: ‘El último samurái’ (Edward Zwick, 2003). Cruise declararía: “Tenía 18 años cuando vi ‘Los siete samuráis’ de Akira Kurosawa. No llevaba ni treinta segundos cuando me di cuenta de lo que estaba viendo. Años más tarde leí sobre el Bushido. Y aquello influyó en mi propia vida. Términos como el honor, la compasión, la responsabilidad. Realmente me fascinaba el mundo de los Samuráis y su código. Y esa fue una de las razones por las que hice la película”.

Sillones, Escapismo y renacer (2004-Actualidad).
Durante la promoción de ‘La guerra de los mundos’ (Steven Spielberg, 2004), lo impensable sucedió. ¡Tom Cruise, tras décadas de medir a la perfección sus movimientos, tuvo un ataque de humanidad! El astro dejó ver totalmente sus sentimientos y acabó siendo atacado con total fiereza por los medios. El actor, que había luchado contra envidias, mentiras, difamaciones y había ganado demandas por ataques intencionados sobre su condición sexual solo con la intención de hacerle daño, tocó fondo. Y muchos aprovecharon que estaba en el suelo para patearlo.

No fueron pocos los que dudaron incluso de su cordura y capacidad. Los ataques fueron feroces y llevaron a la Paramount a replantearse la relación laboral entre Cruise y la major. Tom despidió a su equipo de publicistas y contrató en su lugar a gente de su círculo de confianza. La taquilla del film de Spielberg como la de Collateral (Michael Mann, 2004) y la deMisión: Imposible 3 se vieron claramente afectadas. Según unas filtraciones, Steven Spielberg culpó a los saltos de Cruise en el sillón del Show de Oprah del fiasco de su película y eligió a un nuevo actor fetiche, Tom Hanks, para sus siguientes proyectos. Por su parte, Cruise tardaría hasta el 2008 en dar con un nuevo colaborador de confianza. Fue Christopher McQuarrie enValkiria’.

Jack Reacher (Christopher McQuarrie, 2012) marcó un nuevo intento de franquicia en su madurez para no tener que apostarlo todo a las entregas de Ethan Hunt. Pero el viaje de Reacher fue sólo de dos films, para luego dar el salto a la televisión sin Cruise. En los años siguientes probó con acierto en el mundo de la ciencia ficción encarnando a dos héroes imperfectos del futuro:Oblivion (Joseph Kosinski, 2013) yAl filo del mañana (Doug Liman, 2014).

No le fue tan bien a nuestro protagonista de hoy con La momia (Alex Kurtzman, 2017), el intento de inicio de un universo de monstruos para la Universal. A excepción de su última concesión a la ligereza con Barry Seal: El traficante (Doug Liman, 2017), su filmografía reciente se ha concentrado en sacar adelante la mejor continuación posible del mito de Top Gun con Top Gun: Maverick (Joseph Kosinski, 2022). Y, por supuesto, a cerrar por todo lo alto la saga de Misión imposible rodando un épico final en dos capítulos: ‘Sentencia mortal’.

“Pienso en lo que había soñado a la hora de ser actor y es increíble lo que he vivido. Hago películas para entretener a las audiencias. ¿Mi secreto? Trabajar los siete días a la semana durante toda mi vida” (Tom Cruise)

Actualizada al 03/07/22.

Escucha nuestro podcast