CINE / HEMEROTECA

El 'cap�tulo perdido' de la serie de TVE 'Isabel' se estrena hoy en cines

Fernando el Cat�lico y Felipe el Hermoso, la corona partida de Castilla

'La corona partida' a contracorriente films

La incapacidad de Juana I de Castilla para gobernar el reino enfrent� a su padre y a su marido.

La grave crisis institucional se complic� con el matrimonio en segundas nupcias de Fernando de Arag�n con Germana de Foix

'La corona partida' recupera para la gran pantalla un largometraje con los actores de la serie de TVE 'Isabel', el cap�tulo perdido con su sucesora en la ficci�n 'Carlos, rey emperador'

* En noviembre de 1505 se alcanzaba la Concordia de Salamanca, un momento clave en la historia de Castilla, pues exist�a una nueva amenaza de guerra civil entre el rey regente, Fernando el Cat�lico, y su yerno, Felipe el Hermoso, que pretend�a reinar en Castilla ante la incapacidad de su esposa Juana, la aut�ntica soberana. Tiempos pol�ticamente dif�ciles para Castilla, a los que se un�a el malestar originado por una �poca de malas cosechas a causa, primero, de la sequ�a y, luego, de lluvias torrenciales. Y tiempos cruciales, tambi�n, para el proyecto unitario tramado por los Reyes Cat�licos para Castilla y Arag�n.

Aquel oto�o de 1505, Fernando hab�a decidido casarse y sus representantes hab�an concertado su matrimonio con Germana de Foix, sobrina del rey franc�s Luis XIII, por el Tratado de Blois. Si ese matrimonio tuviera descendencia, Arag�n y Castilla hubieran separado en aquel punto sus destinos. Ese momento cr�tico vivido hace quinientos a�os se hab�a originado por la muerte de Isabel la Cat�lica, un a�o antes y por la desdichada situaci�n familiar de los herederos de los reyes.

La herencia de los Reyes Cat�licos

El fallecimiento en la villa de Medina del Campo, a finales del mes de noviembre del a�o 1504, de la reina Isabel I de Castilla plante� serios problemas pol�ticos en el �mbito de la Corona de Castilla. Conviene recordar que con anterioridad hab�an fallecido tanto Juan, en el a�o 1497, el hijo primog�nito de los Reyes Cat�licos, como el joven nieto Miguel, en el a�o 1500, hijo de Manuel de Portugal e Isabel, primog�nita de los Reyes Cat�licos.

�No lleg� a hablarse, por parte de algunos cronistas de la �poca, de dos cuchillos clavados de forma brutal en el coraz�n de Isabel la Cat�lica? As� las cosas, la herencia de sus reinos reca�a en otra hija del matrimonio, Juana, casada, en 1496, con Felipe el Hermoso y, lamentablemente, todo induc�a a pensar que Juana, es decir, la heredera, ten�a serios problemas mentales, lo que explica que haya pasado a la historia con el sobrenombre de "la Loca".

Juana ya hab�a sido proclamada reina de Castilla, que explica que las cartas enviadas para las Cortes de Toro, celebradas en el a�o 1505, fueran despachadas a su nombre. Eso s�, en esas fechas Juana, es decir, la reina castellana, se encontraba instalada en las tierras de Flandes. De ah� que, ante la ausencia de su hija, el gobierno directo de Castilla lo ocupara lisa y llanamente su padre, Fernando el Cat�lico. Precisamente en las mencionadas Cortes de Toro, en las que se pusieron en marcha numerosas y significativas leyes, se acord� entregar la gobernaci�n de la Corona de Castilla a Fernando el Cat�lico.

Recordemos lo que indicaba el final del cap�tulo de las leyes promulgadas en Toro: "Dada en la cibdad de Toro, siete d�as del mes de marzo, a�o del nascimiento de Nuestro Salvador Iesu Christo de mill e quinientos cinco a�os. Yo el Rey. Yo Gaspar de Gricio, secretario de la Reina nuestra se�ora, la fice escrebir por mandado del Se�or Rey su padre, administrador gobernador destos sus reinos".

Los intereses de Felipe

Ahora bien, aquel panorama suscit� serios inconvenientes. Sin duda, el problema m�s grave era el deseo de Felipe el Hermoso de encargarse directamente del reino de Castilla, y aleg� para ello la incapacidad mental de su esposa. Seg�n afirma un conocido documento de la �poca la Corona de Castilla pertenec�a ajuana, pero �sta estaba decidida a entregar el ejercicio de aquel derecho a su marido.

Es m�s, importantes sectores de la alta nobleza castellana, entre ellos el se�or de Belmonte, don Juan Manuel, el duque de N�jera, el de B�jar y el de Medinasidonia, as� como el conde de Benavente y el marqu�s de Villena, decidieron dar su apoyo a Felipe el Hermoso, al tiempo que se opon�an de manera rotunda al monarca aragon�s Fernando el Cat�lico. As� lo se�al� el cronista Andr�s Bern�ldez, conocido como el Cura de Los Palacios: "Gobernando el rey don Fernando a Castilla por la reina do�a Juana su fija e por el rey don Felipe, hubo grand celo e envidia en algunos caballeros de Castilla e procuraron la venida del rey don Felipe".

Esta actitud qued� plasmada en la carta que envi� Felipe el Hermoso al marqu�s de Villena, al cual le dec�a: "Conoc� la buena voluntad que a mi servicio ten�is... Espero en Dios remunerarlo muy bien". Asimismo, logr� conectar con las principales ciudades castellanas. De todos modos, en el mes de noviembre del a�o 1505 se alcanz� la denominada Concordia de Salamanca, expresi�n de una inequ�voca soluci�n amistosa. En ella se admit�an como reyes de la corona de Castilla a Juana y Felipe, pero al mismo tiempo se reconoc�a a Fernando como gobernador.

Fernando el Cat�lico, gobernador de Castilla

El a�o 1506, no obstante, fue testigo de significativos acontecimientos pol�ticos. Por de pronto, en el mes de abril, despu�s de haberse visto obligados a refugiarse en diversos puertos ingleses, desembarcaron en la ciudad de La Coru�a, procedentes de las tierras de Flandes, Juana y Felipe. Sin duda alguna Felipe el Hermoso hizo todo lo posible para no encontrarse, en las tierras hispanas, con Fernando el Cat�lico.

El humanista Pedro M�rtir de Angler�a, que viajaba en el cortejo de Fernando, manifest� que �ste "se vio hoy andar errante con escaso cortejo por las peque�as aldeas, no buscando otra cosa que el encuentro con su hija y su yerno". Ni que decir tiene que Felipe el Hermoso, estrechamente aliado en pol�tica internacional con la monarqu�a francesa, lo que buscaba era desplazar del poder a su suegro, es decir, Fernando el Cat�lico. Cambiando de tema, conviene se�alar que un mes antes, en marzo, Fernando se hab�a casado con Germana de Foix.

Si de dicho matrimonio nac�a un hijo var�n era posible que heredara la Corona de Arag�n, lo que habr�a supuesto ni m�s ni menos la ruptura de la unidad de las Coronas de Castilla y de Arag�n, conseguida en su d�a por el matrimonio de los Reyes Cat�licos. Ciertamente si que naci� un var�n del enlace de Fernando con Germana de Foix, pero dicho ni�o muri� muy poco tiempo despu�s de haber venido a este mundo. Es m�s, por sorprendente que pueda parecer, Fernando termin� abandonando los territorios de la Corona de Castilla, a ra�z -conseguida en su d�a por el matrimonio de los Reyes Cat�licos. de la concordia firmada en la localidad de Villaf�fila, lo que aconteci� en el mes de julio del a�o 1506.

El ef�mero reinado de Felipe

De todos modos, antes de marchar hacia las tierras aragonesas, Fernando y Felipe tuvieron un segundo encuentro en Renedo. Tras aquellos acontecimientos, Fernando decidi� dedicar sus esfuerzos a la incorporaci�n del reino de N�poles a la Corona de Arag�n. Por su parte, Felipe el Hermoso deseaba ser reconocido por las Cortes de Castilla y Le�n como rey, al tiempo que se declarara la absoluta incapacidad de su esposa Juana. Esa tentativa, pese a todo, no la logr�. Es m�s, algunos grandes magnates nobiliarios no estaban muy contentos con la actuaci�n que hab�a puesto en marcha el citado Felipe.

el reinado de Felipe el Hermoso fue de gran brevedad, pues apenas dur� el verano del a�o 1506. Es m�s, corr�an rumores de que Juana, debido a su deficiente estado mental, iba a ser encerrada en un castillo. Felipe instal� su Corte en la Capa Castellae, la ciudad de Burgos, instal�ndose en la Casa del Cord�n. All� falleci� el d�a 25 de septiembre de 1506, como consecuencia de una neumon�a infecciosa. A prop�sito de aquel lamentable acontecimiento, Pedro M�rtir de Angler�a escribi�: "�Ha muerto el rey Felipe!...

De nada le vali� tener por madre y abuelo a emperadores de romanos. Inesperadamente una ligera fiebre se llev� de en medio al yerno de tan grandes reyes. Sucumbi� en un abrir y cerrar de ojos". Juana sufri� de forma desgarrada la muerte de su esposo. Inicialmente, Felipe fue enterrado en la cartuja burgalesa de Miraflores y de all� lo sac� su esposa, Juana, para efectuar una macabra caminata por los campos de Castilla.

D�as de poco pan

Sin duda hubo rumores que alud�an a un supuesto envenenamiento de Felipe, mas el conocido cronista flamenco Antonio Lalaing los desminti� de manera rotunda. De todos modos, ante la tr�gica muerte de Felipe el Hermoso y el desgraciado panorama mental que ofrec�a en aquellas fechas su esposa Juana, el cardenal Cisneros fue designado regente de los territorios de la Corona de Castilla. Era Francisco Jim�nez de Cisneros una de las grandes figuras de la Iglesia espa�ola de aquella �poca.

Por si fuera poco, aquella etapa se caracteriz�, en las tierras de Castilla, por la sequ�a, seguida de lluvias torrenciales y, en todos los casos, por las malas cosechas, as� como por la propagaci�n de una fuerte epidemia, que se extendi�, a comienzo de 1507, por ambas Castillas y Andaluc�a. El cronista Andr�s Bern�ldez: recogi� aquel negro panorama: "En el a�o de 1502 no se cogi� mucho pan en toda Castilla. El a�o 1503 se cogi� poco pan en toda Castilla. El a�o de 1504 se cogi� menos, en los meses postreros del se ficieron muy buenas sementeras e muchas. Y entrando el a�o de 1505, vinieron tantas de aguas en todos los meses del invierno... y tantas avenidas, unas en pos de otras, y tan espesas, que se alcanzaban unas a otras, que los vivientes no se recordaban de tantas aguas ni avenidas; de manera que se da�aron los panes por la mayor parte en toda la tierra... e se cogi� muy poco pan".

Cisneros y Fernando

Cisneros, fundador del importante Estudio General de la localidad de Alcala de Henares, ocup� la regencia de la Corona de Castilla apenas por unos unos meses, en los cuales, gracias a sus excelentes condiciones de pol�tico, logr� imponer su autoridad. Pero, consciente de la provisionalidad de su cargo, pidi� a Fernando el Cat�lico que volviese a Castilla.

En agosto del a�o 1507, Fernando, que llevaba cerca de un a�o dedicado a los problemas napolitanos, regres� a las tierras de Castilla, manteniendo un c�lido encuentro con su hija Juana en la localidad de T�rtoles de Esgueva. El soberano, a petici�n del cardenal Cisneros, decidi� hacerse cargo del gobierno de Castilla. As� las cosas, se inici� en el a�o 1507 la segunda regencia de Fernando el Cat�lico, que dur� hasta su muerte, a comienzos del a�o 1516.

Al tiempo que lograba la pacificaci�n interior de Castilla, Fernando actu� duramente contra los integrantes del partido flamenco, as� como contra el duque de Medinasidonia, un magnate nobiliario que hab�a actuado de muy malas maneras, entre ellas el asalto a la plaza de Gibraltar y, en general, contra la nobleza rebelde. No es posible dejar en el olvido el notable fortalecimiento que se consigui� en esos a�os del poder de la Corona.

La fundaci�n de la Casa de Contrataci�n de las Indias

En otro orden de cosas, conviene mencionar el inter�s mostrado por Fernando el Cat�lico por las tierras de las Indias occidentales. Al tiempo que Diego Col�n, hijo de Crist�bal Col�n, era nombrado virrey de aquellos territorios, se pon�a en marcha la Casa de Contrataci�n, cuya sede se hallaba en la ciudad de Sevilla. Todo parece indicar, por sorprendente que pueda parecer, que en esta �poca Fernando el Cat�lico tuvo mucho m�s inter�s en ser regente de la Corona de Castilla que rey de la Corona de Arag�n.

Al respecto, resulta muy significativo lo que nos transmiti� el cronista Andr�s Bern�ldez, el cual afirmaba que "comenz� el rey don Fernando a gobernar a Castilla otra vez, a places e consentimiento de Dios nuestro se�or y con la su gracia y honra e favor de la reina do�a Juana su fija, e de sus fijos el pr�ncipe don Carlos e el infante don Fernando, e a placer de los caballeros que lo amaban, e de todas las ciudades e villas e lugares e comunidades que lo deseaban e clamaban por �l, ca se conosc�an estar como ovejas sin pastor".

Paralelamente, el cardenal Cisneros hab�a sido nombrado, en 1507, inquisidor general, lo que se tradujo en una reducci�n considerable del n�mero de procesos inquisitoriales llevados a cabo en las tierras hispanas. Asimismo, en el a�o 1508 dieron comienzo las clases en el Estudio General de Alcal� de Henares, sin duda uno de los m�s importantes de su �poca.

Los a�os siguientes, en los que la regencia segu�a en manos del rey Fernando el Cat�lico, se caracterizaron por la espectacular expansi�n efectuada hacia las tierras norteafricanas. En el mes de mayo del a�o 1509 se iniciaron, desde el puerto de Cartagena, aquellas campa�as militares, que terminaron en la conquista de las importantes ciudades de Or�n, Bug�a y Tlemec�n. �No se pensaba incluso proseguir el avance, si era posible, nada menos que hasta la ciudad de Jerusal�n, siguiendo la tradici�n de las Cruzadas? De todos modos, la fuerte reacci�n de los turcos supuso un corte de aquel progreso de los soldados cristianos.

Cambiando de tema, merece la pena se�alar que en las Cortes celebradas en la villa de Madrid, en la segunda mitad del a�o 1509, se jur� como heredero de los reinos de Castilla y Arag�n al joven Carlos. Estamos hablando del hijo primog�nito de Juana y Felipe, nacido en la ciudad flamenca de Gante en el a�o 1500. Un segundo hijo de Juana y Felipe, nacido en tierras hispanas, era Fernando, que terminar�a siendo emperador de Alemania.

La incorporaci�n de Navarra

Unos a�os despu�s, tuvo lugar nada menos que la conquista del reino de Navarra, aclarando el interrogante que estaba planteado: �Hacia donde se orientar�a el futuro del reino de Navarra? �Hacia el �mbito de la monarqu�a francesa o hacia el de la monarqu�a hisp�nica? Al respecto, Fernando el Cat�lico escribi�: "Yo he enviado a demandar a los reyes de Navarra que me den la seguridad conveniente para que estar�n neutrales (...) si no diesen la dicha seguridad estamos en pensamiento que en tal caso ser� mejor entrar por Navarra". Aquella duda, vigente desde hac�a bastante tiempo, termin� por evitarse en el momento en que las tropas hispanas, dirigidas por el duque de Alba, fueron avanzando hacia las tierras navarras, lo que aconteci� en el verano del a�o 1512. La ocupaci�n de la ciudad de Pamplona, capital de dicho reino, que cay� en poder de las tropas castellanas el d�a 25 de julio, result� decisiva.

Por su parte, Juan de Albret, monarca navarro, que estaba casado con Catalina de Foix, decidi� abandonar el reino de Navarra. Por tanto, como puso de manifiesto el cronista Andr�s Bern�ldez: "Y toda Navarra qued� por Castilla". A la postre Fernando el Cat�lico fue nombrado rey de Navarra. En el mes de marzo del a�o 1513 se celebraron en la ciudad de Pamplona unas significativas Cortes, en las que se consagr� a Fernando como monarca de dicho reino.

Dos a�os m�s tarde, en unas Cortes celebradas en Burgos, se acord� la incorporaci�n del reino de Navarra a la Corona de Castilla. En verdad, aquellas Cortes burgalesas fueron el �ltimo acontecimiento pol�tico de singular relevancia en el que intervino Fernando el Cat�lico. En los a�os siguientes se intent� que los Albret recuperaran el trono de Navarra, pero aquellos prop�sitos resultaron un rotundo fracaso.

La herencia de Carlos

En definitiva, la uni�n de las Coronas de Castilla y de Arag�n, que estuvo a punto de quebrarse unos a�os atr�s, permanec�a fija. Eso si, la reina Juana, reina nominal, aunque en modo alguno de hecho, viv�a apartada en la localidad de Tordesillas. Quien dirig�a los reinos en esas fechas, tanto en la Corona de Arag�n como en la de Castilla, era Fernando el Cat�lico. Pero �ste falleci� el d�a 23 de enero del a�o 1516. Dos meses despu�s, Carlos fue proclamado en Bruselas rey de Castilla y de Arag�n, junto con su madre Juana. Paralelamente, se acord� designar como regente, una vez m�s, al cardenal Cisneros.

La llegada a las tierras hispanas del joven Carlos, en el mes de noviembre del a�o 1517, modificaba de manera definitiva el panorama. La uni�n de las dos grandes Coronas, a la que se a�ad�a el reino de Navarra, permanec�a firme. De todos modos, con el acceso al trono del joven Carlos se pon�a fin al dominio de la dinast�a Trast�mara, dando comienzo en la monarqu�a hisp�nica el gobierno de la casa de Habsburgo, que perdurar�a hasta finales del siglo XVII. Conviene indicar, por otra parte, que el monarca hispano Carlos I accedi�, unos a�os despu�s, mediante la v�a de la elecci�n, a la condici�n de emperador de Alemania, siendo denominado Carlos V.

*Publicado en el N�85 de La Aventura de la Historia

1 Comentario

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Felipe de Borgo�a era fiel aliado de los franceses y tambi�n le corro�a la codicia de ser reconocido Rey de Castilla, es por ello que en enero de 1506 abandona sus posesiones en Flandes y se embarca junto a Juana para hacer valer sus derechos frente a su suegro Fernando (por entonces regente). �Insensato Felipe! ignoraba que se encaminaba hacia su propia mortaja pues aunque consigui� sus objetivos de ser coronado como Felipe I de Castilla, apenas rein� escasos tres meses cuando le sorprendi� la muerte con tan s�lo 28 a�os de edad.

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