Felipe de Edimburgo, el hombre a la sombra de la reina

El principe Felipe, duque de Edimburgo, ha muerto a los 99 añosHabía dicho en más de una ocasión que no quería tener una despedida pomposa como las que se suelen hacer con los miembros de las familias reales. "Cuando llegue mi hora no quiero un funeral de Estado, prefiero un entierro más modesto, acorde con lo que soy, solo un viejo cascarrabias”. Estaba pasando la cuarentena en el castillo de Windsor y desde allí hizo algo inusual, emitir un comunicado. En él agradecía el esfuerzo de los sanitarios británicos y de los que mantienen los servicios esenciales ante la pandemia, y unos meses después se ponía en sus manos para someterse a una operación de urgencia.

Con motivo de su cumpleños, el 10 de junio de 2020, se divulgó una fotografía del duquehecha diez días en el castillo de Windsor. Era la primera imagen suya desde finales de 2019 cuando le ingresaron en la Clínica Rey Eduardo VII de Londres para ser atendido de una dolencia que no fue especificada.

Vivía desde 2017 retirado en Wood Farm, la granja situada en la finca de Sandringham, en Norfolk. Allí pintaba con acuarelas, daba largos paseos y cultivaba trufas, haciendo pocas apariciones en público. Entre ellas la boda de Lady Gabriella en el Castillo de Windsor. En agosto de 2019 se desplazó a Balmoral para pasar las vacaciones con la reina. La prensa británica contó que la presencia del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, con la que mantenía una pésima relación, le molestó profundamente. Al parecer no se hablaron y ambos acortaron su estancia en la residencia.

Los tabloides han llenado páginas y publicado editoriales hablando del presunto rechazo que sentía hacia Diana de Gales y a Fergie. También se dijo que no le gustaba Meghan Markle. El periódico Sunday Times contó que allegados al príncipe habrían comentado que estaba muy preocupado por el noviazgo de su nieto con la protagonista de la serie Suits y que hizo lo imposible para convencerle de que cambiara de idea y no se casara con Meghan. "Uno sale con actrices pero no se casa con ellas”, cuentan que le dijo al joven Harry. Pero una vez más triunfó el amor.

Él sabía lo que era no ser admitido en una institución como la Familia Real. Corría 1947 cuando el entonces Felipe de Grecia y Dinamarca renunciaba a su nacionalidad griega, su religión y a todos sus títulos. El rey Jorge VI le otorgóentonces el tratamiento de Su Alteza Real y le nombró duque de Edimburgo, conde de Merioneth y barón Greenwich. Además, caballero de la Orden de la Jarretera. Fue horas antes de su boda con la entonces princesa Isabel. Desde su compromiso tuvo que lidiar con la frialdad con la que le obsequiaba una gran parte de la corte, la clase política, la prensa y la sociedad. Fueron muchos los que no vieron con buenos ojos este enlace, a pesar de sus credenciales.

Es su biografía se lee que nació el 10 de junio de 1921 en la villa Mon Repos en la isla de Corfú. Su padre fue el príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca, el cuarto hijo del rey Jorge I de Grecia y de la gran duquesa Olga de Rusia, nieta del zar Nicolás I de Rusia. Su madre era la princesa Alicia de Battenberg, hija mayor de Luis de Battenberg, el primer marqués de Milford Haven y de su esposa, la princesa Victoria de Hesse-Darmstadt, hija mayor del gran duque Luis IV de Hesse-Darmstadt y de su primera esposa, la princesa Alicia del Reino Unido (hija de la reina Victoria) y hermana de la última zarina de Rusia Alejandra Fiódorovna Románova.

Con siete años la familia se trasladó al Reino Unido. Felipe se formó entre Inglaterra y Alemania. Asesorado por su tío, lord Luis Mountbatten, solicitó la nacionalidad británica y adoptó el apellido materno (Battenberg en alemán, Mountbatten en inglés) para entrar en la Marina Real del Reino Unido. Allí obtuvo el grado de teniente y con sus galones se dispuso a lograr su sueño y el de su familia, tener un matrimonio noble. Y así fue.

En 1952, Isabel ascendió al trono y cinco años después le concedió el título de Príncipe del Reino Unido, y determinó que Felipe sería el primer caballero en la precedencia del Reino Unido. Pero ni todos los títulos juntos que ha atesorado durante su matrimonio con la reina Isabel II lograron cambiar la fama y la mala prensa que le han acompañado durante toda su vida. Una vida en la sombra, casi siempre.

Cuando Diana de Gales perdió la vida en París, en 1997, Mohamed Al-Fayed, padre del novio de Diana, le señaló directamente y le acusó al duque de haber planeado el fatídico accidente en el que murieron Diana y Dodi. Pero en 2008 las conclusiones de la investigación determinaron que se trato de un accidente. En el funeral de Diana tuvo un papel activo y ejerció de abuelo con sus nietos. Fue él el que los animó a caminar acompañando el ataúd. “Si no lo hacéis, os arrepentiréis el día de mañana. Yo os acompañaré”, cuentan que le dijo a Guillermo.

Una década después de la muerte de Diana un programa de investigación de la televisión francesa desveló algo inédito. Al parecer el duque de Edimburgo, pensando en la felicidad de sus nietos, hizo un acercamiento a Diana e incluso se ofreció a mediar en su separación. Fue en el programa 'Secrets d'Histoire' y tras la emisión, en 2008, hubo varias voces que apoyaron esta versión de lo ocurrido pero poniendo sobre la mesa un asunto: "Si lo hizo es porque se sentía un poco culpable de la presión que tanto él como la reina habían ejercidio en ese matromonio".

Durante años fue considerado un icono atemporal de estilo, algo que ha heredado su hijo Carlos. Siempre iba impecable con sus trajes a media de Hawes & Curtis pero también con sus gabardinas inglesas, la ropa deportiva y que llevaba en el campo. Dicen que la prensa siempre le dio igual y que solo le enfurecía cuando se inventaban cosas, se metían con él o cuando aireaban sus flirteos y su fama de conquistador.

Otro de sus rasgos es su mal carácter durante los actos públicos. De él se ha dicho, y escrito, que suele obviar lo que es políticamente correcto tenga a quien tenga delante. Sus defensores lo achacan al 'especial' humor griego. Fue un gran deportista y le gustaban los coches y la caza. Ha gozado de buena salud, salvo los sustos que ha tenido por su avanzada edad. En 2011 tuvieron que hacerle una angioplastia para desbloquear una arteria coronaria. La intervención quirúrgica fue un éxito.

Su vida se ha llevado al cine y la televisión de forma directa o indirecta. En 1982 el actor Stewart Granger le interpretó en una serie sobre Carlos y Diana. Pero ha sido con la serie The Crown cuando su popularidad ha crecido enormemente ya que su personaje tiene un gran protagonismo. Cuenta la prensa británica que Felipe se refería a la serie como "esa cosa" y que nunca tuvo intención de verla. Algo extraño y que no encaja en su perfil.

En 1969 convenció a toda la reina para que un equipo de televisión grabase la 'intimidad familiar' para que el pueblo conociera qué trabajo hacía la Familia Real y cuáles eran sus obligaciones. Las cámras grabaron durante 75 días sus actividades dentro y fuera de palacio pero el resultado no fue el esperado y la prensa se ensañó con ellos. Él fue también el que apostó por retransmitir la coronación de Isabel II apoyado por su esposa que lo había nombrado coordinador de la ceremonia. Así fue la emisión que hizo Televisión Española:

Se celebró el 2 de junio de 1953 en la abadía de Westminster (Londres). Isabel II sucedía a su padre Jorge VI tras guardar luto por su muerte, ocurrida en febrero de 1952. El arzobispo de Canterbury, Geoffrey Fisher, ofició la ceremonia en la que la reina recibió los símbolos del poder real una vez pronunciado el discurso de juramento de coronación. Fue Winston Churchill quien presionó para que el apellido Mountbatten fuese relegado y por eso los hijos de Felipe llevan el apellido Windsor.

El duque protestó pero tuvo que aceptar esta desaire. “En este palacio pinto menos que una ameba porque soy el único hombre de este país al que se le niega el derecho a darle su apellido a sus propios hijos”, dijo. Pero, con la elegancia que le caracterizaba, se inclinó ante su esposa, la reina, y prometió lo que siempre ha cumplido. Ser un siervo y el vasallo más fiel” . Como marido... esa es otra historia.

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