La familia real danesa escenifica su reconciliación en la confirmación del conde Henrik

Los problemas familiares abundan también en las casas reales. Desde España hasta Reino Unido pasando por Dinamarca, donde la situación parece haberse normalizado después de que la reina decidiera quitarles a los cuatro hijos de Joaquín, su benjamín, los títulos de príncipes. Durante los días en los que se conoció la noticia, informaciones sobre una mala relación en el núcleo familiar llegaron de ambas partes, pero por fin este jueves se ha escenificado la reconciliación en la confirmación del que hasta hace poco era conocido como príncipe Henrik, ahora conde de Monpezat.

Joaquín y Marie han celebrado el sacramento de su primer hijo en común en París, ciudad en la que residen desde hace ya años y que dejarán el próximo verano, cuando se muden a los Estados Unidos, poniendo un océano de por medio con la reina y los herederos. Un Megxit a la danesa. Y en contra de lo que muchos pensaban, Federico, Mary y sus cuatro hijos han viajado hasta la ciudad del amor para arroparlos en un día tan especial, demostrando así que han acercado posturas y que su relación ya no es tan tensa como en el pasado.

Es cierto que ambas familias ya habían coincidido antes, en el cumpleaños de la reina celebrado en Copenhague hace unas semanas. Pero esta es la primera vez que los vemos sin la soberana, quien se encuentra todavía recuperándose de su operación de espalda y los médicos le desaconsejan viajar. Aun sin Margarita II poniendo orden, todos se han mostrado encantados y distendidos. Cabe recordar que Mary es una de las madrinas de bautizo de Henrik, por lo que hubiera resultado muy extraño si se hubiese ausentado.

El protagonista era de los primeros en llegar, acompañado por sus padres y sus tres hermanos. Marie elegía para la ocasión un dos piezas en fucsia de Armani que nos resulta muy familiar, pues también se lo vimos a Elisabeth de Bélgica en su reciente viaje a Egipto. Está formado por pantalón liso y top de manga capa, en el que la princesa ha colgado un broche de diamantes. Lo ha completado con salones en azul marino y el mítico clutch trenzado de Bottega Veneta.

Por su parte, su hija, Athena, vestía moda española con un diseño de Mango. A sus 11 años, la que fuera princesa ha elegido para la confirmación de su hermano un vestido con estampado de flores, detalle fruncido, cuello redondo y manga larga. Aunque su precio original era de 29,99 euros, ahora puede adquirirse rebajado en la web por 19,99.

En cuanto a Mary, la heredera llevaba un romántico vestido de la firma australiana Zimmerman, que ya le vimos durante las pasadas navidades, mientras sus hijas lucían algunas prendas de ropa suyas. Isabella, la mayor, se decantaba por un blazer color coral con top a juego de Scanlan Theodore que Mary llevó en su viaje a Holanda el año pasado. Por su parte, Josephine elegía un vestido amarillo plisado de Prada, que su madre se puso en 2011 en una visita a Corea.

Tras la ceremonia, la familia ha concedido una rueda de prensa en la que el protagonista ha hablado, algo tímido, con los medios alli congregados. "Estoy muy contento. Solo quería ver a mi familia y amigos juntos en el mismo lugar. Es una lástima que mi abuela no haya podido venir, pero lo entiendo". Por su parte, Marie confirmaba la reconcilación, asegurando: "Lo significa todo tener la familia unida. Ha sido muy, muy conmovedor. Me emocionó mucho y, por supuesto, estoy muy orgullosa de Henrik".

Henrik es el tercer hijo de Joaquín, quien ya tenía a Nicolas y Félix fruto de su matrimonio con Alexandra Manley, y el primero en común con Marie. Juntos tienen otra hija, la joven Athena. El protagonista de la confirmación ocupa el octavo puesto en la línea de sucesión al trono danés, por detrás de su tío Federico, sus primos Christian, Isabella, Vincent y Josephine, su padre y sus dos hermanos mayores. Recibió el nombre de Henrik por su abuelo paterno, el príncipe Enrique, marido de Margarita II.

Es un niño muy callado y muy tímido, según describen quienes le conocen. Muy unido a su madre, ha tenido varios problemas de salud; sin embargo, en la actualidad está estupendamente. Habla a la perfección inglés, danés y francés. Desde enero de 2022, y por decisión de su abuela la reina Margarita, no lleva el título de príncipe de Dinamarca, sino el de conde de Monpezat, herencia de su abuelo Enrique.