Biografia de Eugene O'Neill

Eugene O'Neill

(Eugene Gladstone O'Neill, Nueva York, 1888 - Boston, 1953) Dramaturgo norteamericano. Su juventud aventurera no s�lo le suministr� las primeras experiencias a utilizar en las obras con que se dio a conocer, sino que le vali� tambi�n para enfrentarle con los problemas que plantea el contraste entre el destino y la naturaleza del hombre y que constituyen el centro de su obra, entendida no en sus relaciones humanas, sino en las relaciones entre el hombre y algo que puede llamarse Dios o Hado.


Eugene O'Neill

Su padre era un irland�s que emigr� a los Estados Unidos, donde lleg� a ser bastante conocido como actor y director teatral, y que durante muchos a�os fue popular�simo personificando el conde de Montecristo en la versión escénica de la obra de Dumas. Hasta los siete a�os, Eugene O'Neill sigui� a su padre en sus "tourn�es"; despu�s pas� por varias escuelas, casi siempre cat�licas; en 1906 se matricul� en la Universidad de Princeton, que abandon� un a�o despu�s para ser empleado en Nueva York.

Dej� este puesto tambi�n para unirse a una expedici�n de buscadores de oro que se dirig�a a Honduras; la expedici�n fracas� y O'Neill, de regreso a la patria, se hizo subdirector de una compa��a dram�tica que recorr�a los Estados Unidos, hasta que sinti� la llamada del mar y se enrol� en un velero noruego que zarpaba de Boston para Buenos Aires. Desempe�� en esta ciudad diversos empleos; pero pronto volvi� a embarcar, como simple marinero, en un barco ingl�s que hac�a la ruta Buenos Aires-Durban y regreso. El tercer viaje lo condujo de Buenos Aires a Nueva York, donde entr� como tripulante en un transatl�ntico de la l�nea Nueva York-Southampton.

Vuelto a los Estados Unidos, fue actor en la compa��a de su padre e hizo una "tourn�e" por el Far West; por �ltimo, pas� del escenario a la redacci�n del Telegraph, modesto peri�dico de New London, en Connecticut, como gacetillero. Poco tiempo despu�s descubri� que ten�a un principio de tuberculosis y hubo de permanecer seis meses en un sanatorio, entre 1912 y 1913. Sali� de �l f�sicamente curado y decidido a escribir para el teatro.

En la atm�sfera, entonces apasionada y entusiasta, del Greenwich Village de Nueva York, compuso las primeras obras dram�ticas en un acto que al a�o siguiente represent� un grupo de actores en Provincetown (Massachusetts). Estos Provincetown Players se trasladaron a Nueva York y ofrecieron a O'Neill una salida a su abundante producci�n, que suma m�s de cuarenta t�tulos en las obras completas del dramaturgo.

Las piezas en un acto de la fase inicial (La luna de los Caribes, Ruta al Este hacia Cardiff y El largo viaje de regreso) utilizan de modo directo las experiencias mar�timas: son m�s estudios de caracteres que verdaderos dramas y muestran influencias de George Bernard Shaw y de John Millington Synge. Del conflicto entre naturaleza y destino, ya esbozado en M�s all� del horizonte, que fue, en 1920, su primera obra de extensi�n normal y su primer gran �xito en los teatros de Broadway, pas� el mismo a�o al experimento expresionista de El emperador Jones que, junto con El mono velludo, de 1922, marca el periodo de influencia de Frank Wedekind y del expresionismo alem�n, aunque O'Neill, rebajando �sta y otras influencias, entre ellas la de Henrik Ibsen, reconociese solamente de un modo expl�cito como maestros suyos a Nietzsche y a August Strindberg.

El fatalismo, que hab�a encontrado ya expresi�n en Anna Christie (1921), condujo a O'Neill a una forma de teatro experimental, alimentado tambi�n con las diversas doctrinas nuevas que el autor iba descubriendo. Con deseo bajo los olmos (1924) comenz� a demostrar la influencia del psicoan�lisis; y mientras en El gran dios Brown (1926) el uso de las m�scaras simb�licas muestra todav�a viva la acci�n del expresionismo, Extra�o interludio (1928) y Dynamo (1929) pretenden traducir el flujo continuo de la conciencia, las frustraciones, los complejos y otros elementos psicoanal�ticos recurriendo al pensamiento hablado (sutil desarrollo del antiguo "aparte") y al drama-r�o en nueve actos.


Con su tercera esposa, la actriz
Carlotta Monterey, en 1937

En esta fase experimental representa un par�ntesis el drama Todos los hijos de Dios tienen alas (1924), una de sus obras m�s naturales y conmovedoras, inspirada en la defensa de los negros. De 1931 es El luto le sienta bien a Electra, trilog�a que figura entre las obras de m�s empe�o (aunque no mejor logradas) de Eugene O'Neill y en la que, aparte del origen psicoanal�tico de la trasposici�n moderna de un mito cl�sico, la culpa a expiar no es la ofensa a la divinidad, sino la violaci�n de la moral social, identificando as� el Hado con la sociedad civil.

En D�as sin fin (1934) aparece un protagonista atra�do irresistiblemente hacia el catolicismo; en Llega el hombre de los hielos (1946) se expresan de un modo simb�lico la p�rdida de las ilusiones y la proximidad de la muerte. En el mismo a�o fue atacado O'Neill por la enfermedad de Parkinson, que puso pr�cticamente fin a sus actividades.

Pero en 1940 hab�a escrito un drama autobiogr�fico, Viaje del largo d�a hacia la noche, que por expresa voluntad suya no fue publicado ni representado hasta despu�s de su muerte. Bajo nombres ficticios, se encuentran representadas all� las vicisitudes de su familia. En esta obra, dolorosa y conmovedora, los personajes se acusan rec�procamente del fracaso de sus vidas; no se dan cuenta de que el fracaso ha sido debido solamente a sus errores y lo atribuyen falsamente a las circunstancias. En otros t�rminos: O'Neill se muestra aqu� consciente de que el Hado est� dentro, y no fuera, de nosotros.

Quiz� le lleva a esta conciencia la comprobaci�n de que solamente �l, de toda la familia, logr� redimirse y salvarse a trav�s de su obra de escritor; aunque no estar�a muy alejado de la verdad el reconocimiento de que su fatalismo pesimista es un reflejo de aquella doctrina calvinista que el puritanismo, nunca apagado en la conciencia norteamericana, ha perpetuado desde los tiempos de los Padres viajeros. P�stumamente fue publicada, en septiembre de 1957, la obra A Touch of the Poet.

Considerada en su conjunto, la obra de Eugene O'Neill se nos aparece desigual por su mismo car�cter experimental debido a un temperamento fundamentalmente po�tico, que ha buscado a menudo un modo de expresi�n violentando la forma misma del arte dram�tico hasta triturarlo. No obstante, ese temperamento po�tico impregna los dramas de O'Neill de una sustancia humana y de pensamiento que hace de �l el m�s importante de los dramaturgos de los Estados Unidos, el iniciador de un aut�ntico teatro norteamericano y el primero que alcanzó, en el nuevo continente, una resonancia internacional, que le fue reconocida en 1936 con la concesi�n del Premio Nobel.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].