Artículos sobre Tomás de Aquino y la filosofía escolástica

De RRFilosofia

Carreira, Manuel (entrevista a), "La teología no debe suplantar ni a la ciencia ni a la filosofía", Levante, 16/12/2010. FRAGMENTO: Si, "la teología no debe suplantar ni a la ciencia ni a la filosofía". Son maneras distintas de conocer una realdad que es muy compleja, no es una cuestión de reacciones químicas en un laboratorio. Tan estúpido es decir que la ciencia ha de demostrar un asunto de teología como pedir a la Biblia que explique algo de ciencia.


Castaño Gracia, José Ángel, "El problema del mal en Tomás de Aquino", Angelus novus, 10/1/2011. FRAGMENTO: Tomás de Aquino sistematizó los principios de Agustín de Hipona y los complementó ampliamente. Dios creó un mundo perfecto en su totalidad, por tanto el mal en el mundo no proviene de Él. El mal para Tomás de Aquino es también una privación, o ausencia de algo bueno. Por eso, el mal no es algo absoluto: siempre se sitúa dentro del contexto del bien. No hay ningún summum malum, o fuente positiva de mal, correspondiente al summum bonum que es Dios.


Moa, Pío, "Dominicos y franciscanos", Libertad Digital, 5/3/2009. FRAGMENTO: El fin de la vida en la tierra es alcanzar el máximo de felicidad mediante el espíritu pacífico, la caridad y la santidad, alcanzándose la felicidad completa con la visión beatífica de Dios, tras la muerte. Para el gobierno de los hombres existe la ley natural, impresa en la naturaleza humana, universalmente válida, cimiento de las leyes concretas y piedra de toque para juzgar estas (contra, por ejemplo, las leyes tiránicas). La teoría de la ley natural, aunque negada por tratadistas muy posteriores, ha influido en casi todos los textos legales europeos, y una derivación de ella ha sido la concepción de los derechos humanos como naturales. Dicha ley viene a ser una manifestación de la ley eterna de Dios que rige el universo, e incluye principios básicos como hacer el bien o el derecho a vivir y procrear. El ordenado y formidable sistema de Tomás de Aquino fundamentó en adelante la orientación principal de la filosofía y la teología cristianas.

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Pintura sobre madera de Fra Angelico (circa 1340) Colección de Vittorio Cini, Venezia. "Fra Angélico le sorprende en un acto de contemplación que respira gozo sereno, mirada penetrante, honda y densa de misterio. Es su diálogo amigo con la Verdad"

Ramírez, Sergio, "Los hombres de un solo libro", La nación, Buenos Aires, 3/7/2010. FRAGMENTO: La frase escrita encima de la puerta, y con la que se da la bienvenida a visitantes y lectores, "Temo al hombre de un solo libro", ha sido atribuida a lo largo de los tiempos nada menos que a Santo Tomás de Aquino, algo que la volvía menos sospechosa para los vigilantes de la ortodoxia en la austera Ginebra. Una frase que, viniendo de Santo Tomás, despertaría entonces tan poco escozor como si fuera del mismo Calvino, ambos fieles a un solo libro y mismo libro; aunque entre ambos la ventaja la saca con creces Santo Tomás, porque su pensamiento teológico, el tomismo, dominó por siglos la doctrina de la Iglesia Católica y fue, en ese sentido, un pensamiento único, como pocos en la historia de la humanidad; único y monolítico, sólo comparable al de Aristóteles, con el que se enlaza. (...) Algunos piensan, sin embargo, que Santo Tomás, lejos de promover la lectura múltiple para enriquecer el espíritu, con su frase estaba más bien previniendo que aquellos hombres de un solo libro son de temer porque están mejor armados para el combate en defensa de su fe. Es decir, son de respetar. Lo que vendría a resultar un tributo al pensamiento único, más que una crítica.


Termes, Rafael, "No puede ser en derecho lo que no es por naturaleza", El país, 27/10/2001. El autor argumenta que los parlamentarios deben oponerse al matrimonio entre personas del mismo sexo como contrario a la "ley natural" y socavador del "verdadero matrimonio".


Urbano Alonso del Campo, "Permanente lección de Tomás de Aquino", Ideal de Granada, Granada, 28/1/2009. FRAGMENTO: Toda la vida y obra de Santo Tomás adentrándonos fielmente en ella, nos lleva a ese humanismo que proviene de la búsqueda y encuentro con la verdad. Su mirada penetrante y escrutadora respira acogida, hallazgo gozosamente sentido, visión profunda y amorosa. Esa bondad natural y cultivada, bellamente cantada en "Il buon frate Tomasso" -del Dante. Fra Angélico le sorprende en un acto de contemplación que respira gozo sereno, mirada penetrante, honda y densa de misterio. Es su diálogo amigo con la Verdad.


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