¿Conoces la historia del monasterio de Santa María Guadalupe?

¿Conoces la historia del monasterio de Santa María Guadalupe?

De Alfonso XI a los Reyes Católicos, la ampliación y desarrollo del monasterio de Santa María de Guadalupe fue enormemente impulsada, convirtiéndola, en 1993, en Patrimonio de la Humanidad.

¿Conoces la historia del monasterio de Santa María Guadalupe? (Guillermo Arquero Caballero)

Creado:

Actualizado:

El monasterio de Santa María de Guadalupe es, sin duda, la casa religiosa más célebre que ha tenido la orden de San Jerónimo. A lo largo de los siglos, los frailes de esta orden engrandecieron un santuario mariano con un complejo monástico de gran poder económico y político y un enorme valor espiritual y artístico que le mereció ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993.

La importancia del monasterio de Santa María de Guadalupe solo se puede entender conociendo su historia y la estrecha relación que siempre mantuvo con la realeza. Sin embargo, la primera causa de la relevancia del santuario de Guadalupe es anterior a la existencia del propio monasterio jerónimo, y radica en la devoción popular a la advocación de Santa María de Guadalupe.

Si bien, hoy día, es un centro urbano considerable, a finales del siglo XIII la zona del río Guadalupe o Guadalupejo (que desemboca en el Guadiana) era un lugar relativamente recóndito y despoblado, donde los pastores de localidades como Cáceres o Trujillo llevaban su ganado a pastar, en una tierra no muy alejada de la peligrosa frontera con el mundo musulmán.

santa-maria-guadalupe-escultura

Imagen de la Virgen de Guadalupe. Monasterio de Guadalupe, Cáceres. FOTO: ALBUM.

Pero, este paraje adquiere notoriedad cuando, según cuenta la tradición, un pastor recibió allí la aparición de la Virgen María, encargándole llevar el mensaje de que se desenterrara su imagen, oculta allí por siglos, desde que unos clérigos la escondiesen tras la invasión islámica.

A principios del siglo XIV ya existía un modesto santuario con la imagen de la Virgen María, que despertaba gran devoción entre los extremeños y allende Extremadura. Con el discurrir de los siglos, este santuario se convertiría en uno de los centros de peregrinación más importantes de toda la península ibérica.

Y, no es casualidad que los misioneros y conquistadores que marcharon a América (muchos de ellos oriundos de aquella región) llevaran esta devoción al Nuevo Mundo, de manera que dio nombre a una de las primeras y mayores devociones marianas de la América Hispana: la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac, en México.

Por lo tanto, la importancia del santuario de Guadalupe se debió, en primer lugar, a la devoción popular.

Orígenes del monasterio de Santa María de Guadalupe

Pero el monasterio de Santa María de Guadalupe no habría podido alcanzar la significación histórica que tiene sin el apoyo incondicional de la realeza.

El rey Alfonso XI de Castilla (1312- 1350) fue el primer rey en manifestar gran devoción a Santa María de Guadalupe, apoyando la reconstrucción del templo y dotándolo de sustento económico. Esta devoción se vio muy reforzada cuando, en 1340, el rey se encomendó a la Virgen de Guadalupe antes de acudir a hacer frente a la ofensiva islámica del emir de Granada y el sultán meriní de Marruecos.

Alfonso XI pudo derrotarlos en la decisiva batalla del Salado y no dudó en adjudicar la victoria a la intercesión de Santa María, en su advocación de Guadalupe. Alfonso pidió, entonces, al papa la creación de un priorato secular (un centro eclesiástico llevado por capellanes bajo la autoridad de un capellán principal o prior) que estuviese bajo el Patronato Real, lo que significaba que el rey podía intervenir activamente en la elección del prior y en los asuntos del priorato.

alfonso-xi-retrato

Alfonso XI de Castilla (1849), por Francisco Cerdá de Villarestan. FOTO: ASC.

Desde el punto de vista religioso, el centro dependería del arzobispo de Toledo. El papa concedió estas gracias eclesiásticas y Alfonso XI procedió a engrandecer el templo y proveyó al monasterio de Santa María de Guadalupe de grandes extensiones de tierras de dehesas, a costa de los concejos de Trujillo y Talavera.

De este modo, el priorato podría gozar de una gran independencia económica respecto a los dominios circundantes. Con el discurrir de los años, este patrimonio se agrandó con donaciones, permutaciones y ,sobre todo, compras de tierras por parte de los responsables del monasterio de Santa María de Guadalupe. El rey también creó la Puebla de Guadalupe, el centro urbano en torno al santuario donde acudirían a vivir personas dedicadas al mantenimiento del lugar y la atención de los peregrinos.

El hijo de Alfonso XI, Pedro I (1350-1369), también mostró devoción al santuario y continuó concediéndole dádivas y privilegios. En aquellos años surgió, en Castilla, un movimiento de eremitas, hombres que decidían apartarse del mundo e ir a vivir en regiones silvestres y remotas para dedicarse a la oración y la meditación. Su modelo era el Padre de la Iglesia de San Jerónimo, que había llevado siglos atrás una vida retirada en Palestina.

Un noble próximo al rey Pedro I, Fernando Yáñez de Figueroa, abandonó los honores de la corte castellana y se entregó a esta vocación. Junto a otros, formaron la orden de San Jerónimo cuando el papa les concedió vivir en comunidad bajo la regla de San Agustín.

Yáñez de Figueroa aprovechó las conexiones con la realeza y la nobleza castellanas para promover la fundación de monasterios y la extensión de la orden. La orden de los jerónimos conocería, de este modo, un rápido crecimiento en toda la península ibérica.

Pedro I, tras una cruenta guerra civil, muere en 1369 a manos de su hermanastro Enrique de Trastámara, quien se coronó como Enrique II (†1379). Pero este cambio no afectó al monasterio de Santa María de Guadalupe ya que, tanto Enrique como sus descendientes también manifestaron su aprecio al mismo, confirmando y ampliando los privilegios y donaciones.

Además, con el siguiente monarca, Juan I (1379-1390), se dio un hito esencial en la historia de Guadalupe, y es la conversión de este priorato en un monasterio jerónimo. En efecto, Juan Serrano, último prior secular del santuario, consideró que sería mejor que este quedase bajo el cuidado de una orden religiosa y sugirió al rey que se lo concediera a los jerónimos, lo que sucedió en el año 1389.

Entre finales del siglo XIV y el siglo XV, los frailes fueron adaptando el lugar a las necesidades monásticas y levantaron el claustro mudéjar, con su icónico templete central que hoy día es uno de los elementos más icónicos del monasterio.

Los priores anteriores habían levantado la iglesia, las torres que la flanquean todavía hoy y un hospital para la atención de peregrinos y enfermos. Los jerónimos ampliarían todas estas estructuras, haciendo del hospital y la botica del monasterio de Santa María de Guadalupe un auténtico centro de investigación y enseñanza en medicina que alcanzó su cénit en el siglo XVI.

Llegada de la Inquisición al monasterio de Santa María de Guadalupe

En las últimas décadas del siglo XV las posturas intolerantes hacia los judíos y los conversos se acentuaron en Castilla. Los jerónimos, por lo general, se opusieron a dicha actitud, como demuestran los casos de fray Alonso de Oropesa o el confesor de Isabel I, Hernando de Talavera. Por ello la orden fue un refugio para muchos conversos y esto atrajo la acción de la Inquisición.

martir-san-jeronimo-cuadro

Mártir de la Orden de San Jerónimo (1657), por Juan de Valdés Leal. FOTO: MUSEO NACIONAL DEL PRADO.

En Guadalupe, fray Diego de Marchena fue acusado de judaizante y condenado a muerte. Cosas parecidas ocurrieron en otros monasterios de la orden: en el monasterio de San Isidoro de Sevilla hubieron de huir varios monjes, entre ellos Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera que, ya en el exilio, se convirtieron al luteranismo y son los autores de la traducción de la Biblia conocida como Reina-Valera, que aún hoy es la referencia para los evangélicos de habla hispana.

La devoción por Santa María de Guadalupe llega a América

El monasterio de Santa María de Guadalupe también quedaría asociado a la gran empresa colombina. Los reyes ordenaron a los vecinos de Guadalupe a sufragar uno de los barcos de la expedición de Cristóbal Colón, devoto de la advocación de Guadalupe a la que se encomendó antes de su viaje y en honor a la cual bautizó una de las islas descubiertas en las Antillas.

En 1496 Colón regresó al monasterio de Santa María de Guadalupe y allí los reyes fueron padrinos de bautismo de algunos indígenas americanos llevados a Castilla, con el fin de instruirlos para favorecer la evangelización en América. Aparte de la gran advocación de Guadalupe en México, muchos fueron los templos y lugares de América que se erigieron bajo la advocación de Guadalupe.

Relación de los reyes de Castilla con el monasterio de Santa María de Guadalupe

En el siglo XV, el monasterio de Santa María de Guadalupe ya había adquirido gran notoriedad en toda la península ibérica y se convirtió en una escala habitual de los reyes de Castilla en sus viajes por las tierras del sur de sus reinos.

Por otro lado, los reyes también realizaron viajes de peregrinación. Por ejemplo, cuenta la crónica de Juan II de Castilla que en 1434 el rey visitó el monasterio de Santa María de Guadalupe junto a su hijo (el futuro Enrique IV) y su esposa María de Aragón, siendo magníficamente recibidos por el prior fray Juan de las Cabañuelas, que se convertiría en el confesor de la reina. Tal fue la devoción de la reina por su confesor y el monasterio de Santa María de Guadalupe que, a su muerte, dispuso generosas limosnas y se hizo enterrar en el templo, donde reposa hasta el día de hoy.

En aquellas visitas el rey Juan II (1406-1454) conocería a fray Gonzalo de Illescas, que también fue prior del monasterio de Santa María de Guadalupe. Fray Gonzalo no solo se convertiría en consejero y confesor del rey, sino en uno de los principales personajes de la política de Castilla, pues llegó a ser regente del reino, junto al dominico Lope de Barrientos, en los últimos tiempos del reinado de Juan II, tras la ejecución del famoso privado del rey Álvaro de Luna, que se había encargado en buena medida de las tareas de gobierno.

Como recompensa por sus servicios, fray Gonzalo fue nombrado obispo de Córdoba y aprovechó esta ventajosa situación para engrandecer aún más al monasterio de Santa María de Guadalupe. A él se debe, por ejemplo, el edificio de la librería, donde se albergaron muchos y valiosos manuscritos, por lo que el monasterio de Santa María de Guadalupe también se fue convirtiendo en un centro cultural de primer orden.

Enrique IV (1454-1474) también fue muy devoto del monasterio de Santa María de Guadalupe, donde se hizo enterrar cerca de su madre, la mencionada reina María. Ejerció mucha influencia sobre él fray Alonso de Oropesa, el General de la orden de los jerónimos, quien le prestó grandes servicios y abogó siempre por la resolución pacífica de los conflictos.

sepulcro-maria-de-aragon-guadalupe

Sepulcro de la reina María de Aragón (1403-1445), en la iglesia del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. FOTO: ASC.

Por ejemplo, se opuso a la instauración de la Inquisición por la que muchos abogaban. Esto no pudo impedir que, años después, se crease el Tribunal del Santo Oficio, cuya acción llegó al mismo monasterio de Santa María de Guadalupe donde, en 1485, un monje fue quemado acusado de judaizante junto a cincuenta personas más de la Puebla de Guadalupe.

Otras muchas personas, que habían muerto o huido, fueron condenadas simbólicamente y otros recibieron penas menos severas. Quizá, el hecho de que el monasterio de Santa María de Guadalupe fuese un centro religioso y político tan importante hizo que se tomasen medidas tan duras, con el fin de limpiar su imagen.

En efecto, los Reyes Católicos eran muy asiduos al monasterio de Santa María de Guadalupe erigiendo, dentro del mismo, un palacio (hoy desaparecido). Allí se darían hechos políticos de gran relevancia, como la firma por parte de Fernando el Católico de la Sentencia Arbitral de Guadalupe, para dar fin al conflicto entre los campesinos y los nobles catalanes.

Hieronymus Münzer, quien viajó por toda la península en aquellos tiempos, dijo que «la reina gusta sobre manera de este monasterio, al que llama su paraíso, y cuando reside en él reza todas las Horas canónicas en su magnífico oratorio, construido sobre el coro».

En el año 1516, Fernando el Católico murió cerca de Guadalupe y en el mismo monasterio se decidió encargar la regencia de Castilla al cardenal Cisneros. Años después, Carlos I pasaría por el monasterio al llegar de Flandes y su hijo Felipe II también acudió, como devoto cristiano, al monasterio de Santa María de Guadalupe, pero también se trasladó allí para estar al tanto de las operaciones militares contra los moriscos sublevados en Granada.

En 1576 se reunió allí con el rey Sebastián de Portugal y, tras la trágica muerte del mismo, el rey Felipe volvería al monasterio de Santa María de Guadalupe a ser jurado como rey de Portugal. A este respecto, hay que decir que Guadalupe había sido lugar de encuentro entre los reyes de Castilla y Portugal desde, al menos, la época de Enrique IV.

Por último, Felipe II hizo sacar del monasterio de Santa María de Guadalupe a muchos y valiosos frailes, para que ocupasen el nuevo monasterio de San Lorenzo de El Escorial. El resto de miembros de la Casa de Austria también visitaron el santuario, pero la presencia de los reyes se fue haciendo menor, y más aún con el cambio de dinastía, ya que ninguno de los reyes de la Casa de Borbón acudió al monasterio de Santa María de Guadalupe en el siglo XVIII.

Guadalupe había ido perdiendo relevancia en esta centuria y el golpe final al monasterio de Santa María de Guadalupe se dio con la desamortización en 1835: los frailes fueron expulsados y el lugar pasó a ser una parroquia, sufriendo graves pérdidas de su patrimonio. No sería hasta el año 1907, con la llegada de la Orden de San Francisco, cuando comenzase de nuevo la recuperación del monasterio de Santa María de Guadalupe de una manera continuada y hasta nuestros días.

* Este artículo fue originalmente publicado en la edición impresa de Muy Interesante o Muy Historia.

tracking

No te pierdas...

Recomendamos en...

Ocupa un lugar preponderante para encauzar las ventajas de su uso a fin de generar un mayor valor a cada mexicano y construir mecanismos de cooperación con la industria.

Inteligencia artificial MX

La incursión de la inteligencia artificial en México (IA MX) representa un hito significativo en la intersección entre la tecnología y la cultura.

Recomendamos en...

Recomendamos en...

Recomendamos en...

Recomendamos en...