Historia de Pablo Escobar: Vida, crímenes, muerte y todo lo que aun no sabe de él

Historia de Pablo Escobar: Vida, crímenes, muerte y todo lo que aun no sabe de él

Pablo Escobar fue uno de los máximos exponentes del narcotráfico y terrorismo en Colombia y conocido también a nivel mundial. Fue el máximo líder y fundador del Cartel de Medellín. También se dio a conocer como político y empresario. Esta es la historia de Pablo Escobar.

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¿Dónde nació Pablo Escobar y cuál fue su historia?

Pablo Emilio Escobar Gaviria, era su nombre completo, nació en Rionegro, Antioquia, Colombia, el 1° de Diciembre de 1949. Provenía del seno de una familia campesina y humilde.  Fue el tercero de siete hijos de la pareja conformada por Abel de Jesús Escobar Echeverri y Hermilda de los Dolores Gaviria Berrío. (ver artículo: Historia de Colombia)

Su padre fue un campesino agricultor y su madre, maestra de escuela. Sus hermanos, por orden de nacimiento fueron: Roberto de Jesús, Roberto de Jesús, alias El Osito, Gloria Inés Escobar Gaviria, Argemiro Escobar Gaviria, Alba Marina Escobar Gaviria, Luz María Escobar Gaviria y Luis Fernando Escobar Gaviria (nacido en 1958 y asesinado a los 19 años en 1977).

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Infancia y juventud

Según datos aportados por su madre, Pablo en la escuela primaria ya mostraba su astucia y perspicacia, además de sus cualidades como líder, que las afianzó en la secundaria.

Ya en el liceo “Lucrecio Jaramillo Vélez”,  hacía “negocios” junto a su primo Gustavo Gaviria Rivero, donde estudiaban. Haciendo rifas, vendiendo exámenes y prestando dinero a bajo interés, empezó a desarrollar su habilidad para los negocios desde temprana edad.

Al terminar el bachillerato, en 1969, ingresó a la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín, en la que habían ingresado también varios de sus primos, pero finalmente se retiró y prefirió dedicarse a sus negocios particulares.

Matrimonio e hijos

Pablo Escobar se casó el 29 de marzo de 1976 con Victoria Eugenia Henao Vallejo, llamada “La Tata”. Con ella procreó dos hijos: Juan Pablo (24/02/1977) y Manuela Escobar (24/05/1984).

Ellos salieron del país, tras la muerte de su padre, pero los devolvieron desde Estados Unidos, lo mismo que pasó en Alemania. Pudieron residenciarse en Buenos Aires, Argentina, pasando por ciertos problemas legales, pero que finalmente resolvieron.

Se cambiaron los nombres, por motivos de seguridad, en su país de origen, Colombia, antes de salir de ese país.

María Isabel Santos Caballero, se llama ahora Victoria y Juan Sebastian Marroquín Santos, es o era Juan Pablo Escobar Henao. Ellos mismos revelaron su nueva identidad, por su propia voluntad. (ver artículo: Historia de Estados Unidos)

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¿Otro hijo en Costa Rica?

En el año 2009, un joven afirmó en Colombia, a través de la prensa, ser hijo de Pablo Escobar, producto de una relación, que mantuvo en 1974 con su madre de Costa Rica.

Contó que cuando tenía 10 años, su madre lo llevó a los Estados Unidos y se dio a conocer como Pablo Escobar Jr., cantaba hip hop y actuaba, llegando incluso a participar en la famosa serie “El Cartel de los Sapos” y en la telenovela “El rostro de Analía”. Mientras tanto, la familia de Pablo Escobar lo consideró como un impostor.

Hermilda, su madre, murió el 8 de noviembre de 2006 y un día después fue exhumado el cadáver de Pablo, su hijo, por orden de Nicolás Escobar, un sobrino, hijo de Roberto Escobar Gaviria.

Esto, según dijo Nicolás, fue para tomar muestras de Pablo y proceder a realizar pruebas de ADN, para resolver los reclamos de paternidad que estaban sucediendo y solicitando dos supuestos hijos del “Patrón”, como también era conocido Pablo Escobar.

Juan Pablo Escobar Henao, hijo, acusó a su primo de lucrarse con las imágenes de la exhumación en televisión y con la memoria de su padre.

Años después, Juan Pablo presentó un documental biográfico en televisión llamado “Pecados de mi padre”, en el que pidió perdón a todas las familias que habían sido víctimas de la violencia desatada por su padre y el narcotráfico, sumado al terrorismo.

Antecedentes delictivos

Desde muy pequeño Pablo Escobar demostró habilidades para los negocios. Su abuelo materno, Roberto Gaviria Cobaleda, fue un renombrado contrabandista de whisky a principios del siglo XX, cuando aún no se había legalizado su comercialización.

Este señor también fue abuelo del abogado y político colombiano José Obdulio Gaviria, ex-asesor del presidente Álvaro Uribe Vélez.

A finales de los años sesenta se inició en el mundo delictivo con el contrabando, trabajando para Alfredo Gómez López, a quien llamaban “El Padrino” y era el rey en ese delito.

Es falso que tuvo un negocio de bicicletas y que robaba lápidas para revenderlas, ya que siempre fue fiel creyente desde pequeño, como tradición familiar. Inclusive, años después, cuando tuvo mucho dinero, producto del tráfico de drogas, construyó varias iglesias, canchas de fútbol y ayudó en muchas obras de la ciudad.

Sus fechorías fueron “in crescendo”, se involucró en el robo y hurto de vehículos, en Medellín.  Fue involucrado en el secuestro y asesinato del industrial Diego Echavarría Misas, en el año 1971, así como del capo del narcotráfico Fabio Restrepo, en 1975.

Cartel de Medellín

Durante esa década de los 70’, empezó a involucrarse con la producción y comercialización de drogas como marihuana y cocaína, al exterior. (Ver artículo: Historia del rock)

Conjuntamente con Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos Lehder y Jorge Luis Ochoa, formó el Cartel de Medellín, con la cual llegó a controlar más del 80% de la producción mundial de cocaína y el 75% del mercado ilícito con Estados Unidos.

Tuvieron el control de rutas, laboratorios, pistas de aterrizaje y monopolizó el comercio ilegal, desde la producción hasta el consumo de cocaína.

Fue detenido en 1977, acusado de posesión y tráfico de estupefacientes, lo liberaron meses después por prescripción del caso, aunque lo reabrieron por orden de la jueza Mariela Espinosa, quien tuvo que desistir en la investigación debido a las amenazas que constantemente recibía en contra de su vida. Años después fue asesinada, por orden de Pablo Escobar.

Revista Forbes

En esa década Pablo Escobar se convirtió en el hombre más poderoso de la mafia colombiana. Consolidó su imperio criminal y amasó una inmensa fortuna, calculada entre unos 25 mil a 30 mil millones de dólares, siendo considerado para esa fecha uno de los hombres más ricos del mundo, reseñado en la revista Forbes durante siete años consecutivos.

Escobar fue un criminal, con un alto grado de violencia, sangre y maldad, pero por otro lado, daba muestras de paternalismo y filantropía, con los que compensaba su mal proceder y se ganaba afectos de la gente.

Mientras cometía sus fechorías, asesinatos, secuestros y conspiraba contra políticos y figuras influyentes del Gobierno, por otro lado regalaba sándwiches a los mendigos, construía casas a los pobres de la ciudad de Medellín y construía también campos de fútbol para los niños más necesitados de los suburbios. (Ver artículo: Historia del fútbol)

Con eso se fue ganando el apoyo de los barrios más pobres de la ciudad.

El Cartel de Medellín, según información de la DEA, fundó en el año 1981, un grupo llamado Muerte a Secuestradores (MAS), como respuesta a los secuestros y acciones guerrilleras en su contra. Este grupo se relacionó, luego de la muerte de Pablo Escobar, con los hermanos Carlos y Fidel Castaño, conocidos comandantes paramilitares.

Campaña electoral

Incursión en la política

En esos años ochenta, Escobar realizaba obras de caridad para los más necesitados, con el fin de limpiar su imagen y además ganar afectos para su próximo plan: la política.

Quería cultivar una imagen de hombre respetable, se codeó con políticos, abogados, altos ejecutivos financieros y otros. Construyó más de 60 campos de fútbol, un barrio entero llamado Medellín sin Tugurios o Barrio Pablo Escobar.

Congreso Nacional

Así se ganó el apoyo que lo llevó a ocupar un escaño como representante suplente por el Movimiento Alternativa Liberal, en la Cámara del Congreso Nacional en 1982. Pablo Escobar fue invitado, por intermedio del empresario español Enrique Sarasola, a la toma de posesión de Felipe González, tercer presidente de España, en ese año 1982.

Pero en 1983, fue acusado públicamente por sus negocios ilegales, apareciendo en diversas publicaciones del Diario El Espectador. Rodrigo Lara Bonilla, Ministro de Justicia fue acusador directo y público de los delitos de Pablo Escobar, entre ellos el origen dudoso de los fondos, que usaba en la política y en los equipos de fútbol nacionales.

El Congreso, vacilante al principio, decidió suprimir su inmunidad parlamentaria y así las autoridades tenían autorización para investigarlo. Unos meses después de que expulsaron a Escobar del Congreso, Lara Bonilla y Guillermo Cano, director de El Espectador, fueron asesinados por órdenes de Pablo Escobar.

Se impuso la «ley de plata o plomo», esta consistía en el soborno a policía, miembros de gobierno y militares colombianos, aceptaban “plata” (dinero) o les caían a “plomo” (balazos).

Laboratorios de cocaína

“Tranquilandia”, así se llamaba el mayor centro de procesamiento de cocaína del Cartel de Medellín. Estaba ubicado en Caquetá, departamento de Colombia; había 19 laboratorios, se surtían del agua del río Yarí, contaban con un sistema eléctrico independiente, dormitorios y hasta una pista de aterrizaje.

Este centro fue destruido por la Policía Nacional y la DEA, en operación conjunta, en el año de 1984. Incautaron unas 14 toneladas de drogas, para ese entonces, con un valor aproximado de 1.200 millones de US$.

Guerra contra el Gobierno

Tras el asesinato de Lara Bonilla, el 30 de abril de 1984, se desató un período que fue conocido en la historia de Colombia como “narcoterrorismo”. Belisario Betancour, presidente de Colombia en ese período de 1982 a 1986, inició la guerra contra el narcotráfico.

Autorizó el embargo y secuestro de bienes a los delincuentes, aumento de las penas y multas para los delitos referidos al tráfico de drogas e incluso con intervención de la Justicia Penal Militar.

Estaba dispuesto a poner fin a los carteles del narcotráfico presentes en Colombia, poniendo en marcha la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos.

Se desató una guerra entre ambos, gobierno y carteles, que llevó a intentos de negociaciones, secuestros y asesinatos selectivos, tanto de jueces como de funcionarios públicos. En el año 1989, fue el peor año de estos enfrentamientos entre el capo Escobar, con su cartel de Medellín y el Estado colombiano.

Los Extraditables

Muchos de los principales miembros del Cartel de Medellín, ahora llamados “Los Extraditables”,  se refugiaron en Panamá y trataron, a través de los Diálogos de Panamá, en 1984, un intento de acercamiento al Estado.

Pero esto fracasó por descubrirse que los diálogos se habían filtrado a la prensa. Regresaron clandestinamente al país y la guerra se desató en poco tiempo. Ellos permanecían impunes y ampliaron su radio de acción a otras zonas del país, además abrieron nuevas rutas hacia Nicaragua y Cuba.

Tenían gran complicidad de los sectores de las fuerzas públicas, a quienes sobornaban con dinero y terror.

​Pablo Escobar organizó una red de sicarios, quienes asesinaron a varios personajes, claves en las instituciones nacionales, además de cometer actos terroristas indiscriminados, como detonar coches bomba en las principales ciudades del país, desestabilizando las instituciones gubernamentales y a la ciudadanía en general.

Las autoridades se vieron mermadas y se pusieron de rodillas ante el capo, pero Pablo se convirtió en el delincuente más buscado a comienzo de los años 90’.

Se le acusaba de asesinar a 657 policías entre los años de 1989 y 1993 y de haber protagonizado feroces enfrentamientos contra los miembros del Cartel de Cali, los paramilitares del valle de Magdalena Medio y «Los Pepes» (Perseguidos por Pablo Escobar).

La Catedral

Reclusión en «La Catedral»

En 1991,  con la nueva Constitución colombiana, prohibieron la extradición de nacionales a los Estados Unidos. Pablo Escobar negoció su entrega con la condición de que lo recluyeran en “La Catedral”, que era una cárcel que mandó a construir, ubicada en terrenos de su propiedad, rodeada de muchas comodidades e incluso, lujos para él y sus asociados.

El 20 de junio de 1991 ingresó a prisión, tenía una fuerte seguridad apoyada por el Ejército Colombiano, pero que eran sicarios de Escobar, uniformados de guardias carcelarias.

Siguió cometiendo delitos desde allí, a lo que el Gobierno respondió con amenazas de traslado a un nuevo penal y Escobar se dio a la fuga, casi un año después de su encierro.

Mientras estuvo en prisión se desencadenó una guerra entre narcotraficantes que dejó por lo menos unos 50 muertos. Escobar escapó por la parte trasera de la prisión, siendo un capítulo vergonzoso para las autoridades penitenciarias colombianas, dejando entrever el sucio poder de corrupción y complicidad en las autoridades gubernamentales.

El Gobierno colombiano, bien afectado y humillado, activó un Bloque de Búsqueda para recapturarlo, con la participación de la Policía Nacional, el Ejército y cuerpos antidrogas de los Estados Unidos.

Bienes y propiedades

Pablo Escobar llegó a estar en la lista de los hombres más ricos del mundo, según la Revista Forbes. Fue dueño de la Hacienda Nápoles, una de las más grandes de Colombia y la que convirtió en su centro de operaciones ilícitas.

En esta hacienda Escobar tenía más de 200 especies de animales exóticos, entre los que había hipopótamos, elefantes, jirafas, cebras y avestruces, introducidos al país con sobornos a las autoridades aduaneras. No pudo evitar que difundieran por televisión, en reportaje a manera propagandística, las imágenes y bienes del inmueble.

Además de eso, tenía viviendas, edificios, automóviles y otras haciendas. En una de sus propiedades, el edificio Mónaco, en Medellín, consiguieron más de 40 vehículos deportivos, de los que Pablo era amante. Allí vivía parte de su familia.

Es incalculable la fortuna de Pablo Escobar, había que sumar la totalidad de sus bienes raíces, edificios, locales comerciales, casas, fincas, oficinas, sin contar otros que no estaban registrados. Además para movilizarse contaba con helicópteros, lanchas, motocicletas y varias avionetas, con las que transportaba la droga por toda la geografía colombiana.

Delitos más destacados de Pablo Escobar Gaviria

Los líderes del Cartel de Cali, cuando Escobar escapó de “La Catedral”, se encargaron de desencadenar nuevamente la guerra, al saber que estaban siendo buscados y rastreados por las autoridades colombianas y norteamericanas.

El terrorismo se multiplicó y se convirtió en una verdadera pesadilla, tanto para el Gobierno como para la población. Entre los meses de septiembre y diciembre de 1989, explotaron más de 100 artefactos en varias ciudades de Colombia: Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Cartagena, Barranquilla y Pereira.

Atacaron sin piedad edificios gubernamentales, sedes bancarias, comerciales, de servicios y de índole económico. Sumados estos ataques, se contabilizó un saldo de 289 atentados terroristas, 300 civiles muertos y más de 1500 heridos.

De igual manera, se generó una guerra entre los carteles colombianos, debido a asesinatos y ataques entre ellos mismos. Pero antes de eso, estos delincuentes tenían una larga cadena de ataques terroristas, asesinatos, secuestros y otros delitos que hicieron reforzar las alertas para encarcelarlo. Algunos de ellos son, en orden cronológico:

Ataque al Diario El Espectador

El diario El Espectador, uno de los más antiguos de América, siempre se manifestó abierta y públicamente, en forma severa, contra el narcotráfico.

Fueron los primeros que revelaron detalles de la vida y los hechos delictivos cometidos por Pablo Escobar, luego de lograr entrar a la Cámara de Representantes, en 1982. Guillermo Cano, el director del Diario El Espectador, fue asesinado y acribillado por órdenes de Escobar Gaviria en 1986.

Secuestro de Andrés Pastrana y Carlos Mauro Hoyos

Los sicarios del capo Pablo Escobar secuestraron el 16 de enero de 1988 al candidato a la alcaldía de Bogotá, para ese entonces, Andrés Pastrana. Estuvo oculto por varios días en una finca cerca de Rionegro y liberado el 25 de Enero por efectivos de la Policía de Rionegro.

Ese mismo día secuestraron y asesinaron a Carlos Mauro Hoyos, de 48 años de edad, ya que el Cartel tenía planeado tener a los dos secuestrados en el mismo sitio, para presionar al Gobierno.

Hoyos sólo tenía 10 horas secuestrado. En marzo de 1988 la Policía invadió la finca “El Bizcocho” de Escobar, pero ya había sido avisado y escapó.

Asesinato de Luis Carlos Galán

La mañana del 18 de agosto de 1989 los sicarios del capo acribillaron al Coronel Quintero, con decenas de balazos. Pero este crimen fue opacado por otro ocurrido en horas de la noche.

En un mitin político celebrado en Soacha, varios pistoleros bajo el mando de Rodríguez Gacha “El mexicano”, dieron muerte al precandidato presidencial del Partido Liberal, Luis Carlos Galán. Tenía muchas posibilidades de lograr el triunfo y era un acérrimo enemigo de los narcotraficantes; estaba a favor de la extradición de los mismos a los Estados Unidos.

También se inculpó en este hecho al político Alberto Santofimio Botero, en el año 2006, como coautor intelectual del asesinato.

El presidente Barco, como respuesta a este hecho, estableció la extradición por vía administrativa, es decir, sin esperar el fallo de la Corte Suprema de Justicia.

Autorizó a los jueces militares a registrar los sitios donde se presumía o existieran personas u objetos relacionados con algún delito, la confiscación de los bienes muebles e inmuebles de los narcotraficantes.

Así como la detención sin comunicación y por tiempo mayor de lo que establecían las normas constitucionales, a las personas que tuvieran graves indicios de cometer delitos contra la seguridad del Estado.

Grupo Élite

Creó, además el Grupo Élite, con 500 hombres, dispuestos a cazar a los cabecillas de los crímenes y atentados terroristas, bajo el mando del Coronel Hugo Martínez Poveda. Se realizaron más de 450 allanamientos en todo el país y detuvieron a unas 13 mil personas, acusadas de estar vinculadas con el narcotráfico.

Atentado a Cesar Gaviria Trujillo

En la Hacienda “El Oro” (Antioquia), estaban Pablo Escobar y Jorge Luis Ochoa un 23 de noviembre de 1989. Llegaron tropas cumpliendo un operativo relámpago, para localizar al Capo Escobar. Éste logró escapar pero murieron dos de sus fichas claves, uno era su cuñado, Fabio Henao y otros 55 más fueron detenidos.

Cuatro días después, Escobar dio órdenes de matar a Cesar Gaviria Trujillo, quien tomaría el poder de la presidencia en 1990. El 27 de noviembre de 1989, hizo estallar el vuelo 203 de Avianca, en el que murieron 107 personas inocentes. Por consejo de sus asesores, Gaviria no abordó ese vuelo en último momento. Cuando Gaviria llegó a la presidencia, Escobar fue su “blanco” y lo dio de baja.

Muerte de Pablo Escobar

El Capo, “El Patrón” como muchos lo llamaban, logró evadir  por unos seis meses, al Bloque de Búsqueda que había montado el gobierno para su captura.

Trató de negociar su entrega y rendición, con la condición de que dejaran salir del país a su esposa e hijos, pero no fue aceptada en el Poder Ejecutivo. Ya habían matado a su jefe de seguridad, León Puerta Muñoz, “El Angelito”, hecho que lo dejó debilitado y desprotegido, sólo quedaban sicarios rasos.

Se sintió arrinconado, tanto por las Fuerzas Armadas como por las amenazas que pesaban sobre su familia. Su esposa e hijos estaban refugiados en la Residencia Tequendama, bajo estricta protección policial y fueron utilizados como carnada para atraer a Pablo Escobar.

Después de un año y cuatro meses de intensa búsqueda y labores de inteligencia, por fin el 1° de diciembre de 1993, lograron dar con el paradero del capo, tras localizar seis llamadas que éste hizo a su hijo, Escobar estaba de cumpleaños No. 44.

Con tecnología francesa y británica, adquirida por la Policía Nacional en 1991, operada por oficiales y suboficiales de inteligencia, lograron el objetivo.

Rastreo de la llamada

Así, un día después, el 2 de diciembre de 1993, Pablo vuelve a comunicarse dos veces con su hijo, pero en la última llamada se extendió y se pudo localizar el sitio exacto, desde donde estaba saliendo la llamada.

Era una casa ubicada en un barrio exclusivo,  Los Olivos, en Medellín. Acorralaron la casa y Escobar tras verse atrapado, trató de escapar por el tejado, pero le dispararon y murió de un disparo al corazón. Pero hay muchas y distintas versiones sobre su muerte:

Unas versiones aseguran que se suicidó con un disparo debajo del oído, según lo observado en la exhumación del cadáver. Esta hipótesis concuerda con el lema de “Los Extraditables”: «Preferimos una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos». Esta versión es aprobada por la familia.

Otras, que le disparó un francotirador del grupo “Los Pepes”; que fue un oficial de la DIJIN que formaba parte del Bloque de Búsqueda; quien disparó fue un francotirador de la Delta Force;  o que el tiro de gracia lo dio el coronel Hugo Heliodoro Aguilar, líder del grupo de asalto que llegó a la casa.

Hay quienes dicen que fue Carlos Castaño Gil, máximo líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), según confesión de un paramilitar llamado Antonio Hernández; que fue acribillado por un escuadrón del Bloque de Búsqueda y otros  dicen que no murió, que contrató a un “doble” y está tranquilamente disfrutando de su dinero. ​

Funeral

A su funeral asistieron miles de personas, muchos de ellos de barrios pobres de Medellín. La prensa y el Gobierno lo anotaron como un punto a favor y triunfo en la lucha contra las drogas y como un principio del fin del narcotráfico, cosa que no fue así.

Aunque los carteles de Cali y Norte del Valle tuvieron control hasta que finalmente se disolvieron, los guerrilleros, paramilitares y otros grupos de delincuencia organizada se disputan aun el negocio del narcotráfico.

Su muerte contribuyó a muchas maneras de ganar dinero, sus fotos las venden junto a las del Che Guevara, lo veneran como a un santo, con sus respectivas imágenes y otros objetos  para la venta, en su tumba se depositan ofrendas, hay un paseo guiado en Medellín que gira en torno a su vida y fechorías.

La hacienda es hoy día un museo que recibe a miles de turistas en el año. Se venden en todo el mundo franelas con su fotografía e incluso las usan aún para campañas políticas, entre muchas cosas más.

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