Asedio de Metz (1552)

De Hispanopedia
Alemania en 1555

El Asedio de Metz fue un fallido cerco de esta ciudad que duró desde el 19 de octubre al 26 de diciembre de 1552.

El asedio se enmarca dentro de la guerra italiana de 1551-59, que comenzó cuando Enrique II de Francia declaró la guerra al emperador Carlos V con la intención de reconquistar Italia y asegurar la hegemonía francesa en los asuntos europeos.

Contexto histórico

Con Lutero muerto y la Liga de Esmalcalda derrotada por la vía de las armas en 1547, los cabecillas protestantes fueron encarcelados en el castillo de Halle y los aliados de el Sacro Emperador Romano, Carlos V recompensados. A Mauricio de Sajonia le otorgó el cargo de elector por todos sus servicios, y a los que habían permanecido del lado imperial les recompensó con diferentes prebendas.

Pero en poco tiempo, tras el Interim de Augsburgo, los príncipes protestantes supervivientes formaron la Liga de Esmalcalda y se coligaron con Enrique II de Francia mediante el Tratado de Chambord, que cedió en abril de 1552 las ciudades libres de Toul, Verdún y Metz (los Tres Obispados) al Reino de Francia. Cuando Mauricio de Sajonia recibió el encargo de someter a la ciudad luterana de Magdeburgo en 1550, aprovechó la coyuntura (y el dinero de la Dieta) para formar un ejército personal que se alió con la Liga.

El emperador Carlos V, que aún no conocía la traición de Mauricio, le hace llamar a Innsbruck, pero este no acudió. En mayo, Mauricio había tomado el Tirol y avanzaba hacia Innsbruck, la capital del condado. Carlos V se vio obligado a huir con un pequeño séquito por los Alpes en medio de una fuerte tormenta de nieve. Una vez en Innsbruck, Mauricio entregó los bienes del emperador a sus soldados y organizó el asesinato de varios de los criados del Emperador.

Carlos V partió de Lienz, acompañado del Duque de Alba y de sus tropas italo-españolas, hacia Munich, donde se reunió con sus soldados alemanes. En Augsburgo y Ulm repuso a los regidores destituidos por Mauricio y expulsó a los anabaptistas y zwinglianos. Asimismo, en Kaiserslautern se juntó con sus ejércitos neerlandeses, dirigidos por el Señor de Boussue. Ahora sí, podía lanzarse con garantías a reconquistar la estratégica ciudad de Metz.

El Asedio

Asedio de Metz por Antoine Caron

Para el sacro emperador romano, Carlos V[1] recuperar Metz era muy importante ya se trataba de perla de Lorena, uno de los dominios patrimoniales recibidos directamente de manos de su abuelo Maximiliano. Reunió con este propósito al que tal vez fue el mayor ejército del siglo XVI, 55.000 hombres, para la batalla.

Francisco de Guisa.[2][3] mandó reparar a toda prisa las murallas y destruir los arrabales hasta convertir el lugar en una fortaleza moderna. Durante el transcurso del verano los pobladores de Metz pudieron hacer acopio de víveres en previsión del asedio que se avecinaba.

El Duque de Alba se había adelantado para preparar las obras de asedio, y el 31 de octubre comenzó a abrir fuego contra la sección inmediatamente al norte de la Porte des Allemands, si bien no logró ningún avance. El 2 de noviembre decidió trasladar las baterías a sur de la ciudad, entre el Seille y el Mosela. Desde allí, protegidos por los ríos de las posibles salidas de los defensores, inició un bombardeo sostenido sobre la población. Mantenía en ese momento un cerco desde tres puntos distinto, pero apenas había hecho mella a las murallas.

Cuando Carlos V, que estaba enfermo y viajaba en litera, llegó por fin con el resto del ejército, el año estaba ya demasiado avanzado. Alba concentró ahora sus ataques al oeste, entre la Porte de Champenoise y la Tour d'Enfer. El 24 de noviembre, tras 1448 andanadas, se pudo derribar un baluarte, y unos días después se abrió una brecha en la muralla. Pero, al disiparse el polvo, los atacantes descubrieron que se había erigido una segunda muralla detrás.

El ejército imperial fue incapaz de tomar la ciudad y aunque los bombardeos destruyeron gran parte de las fortificaciones de Metz[4], el 26 de diciembre de 1552 se desistió definitivamente el asedio en contra de la opinión del Duque de Alba. Acampados en un terreno inundado por las lluvias y sin víveres, las enfermedades habían debilitado a los soldados, especialmente a los italianos y españoles debido a su equipamiento inadecuado para semejante clima. El primer día de enero de 1553, durante la noche, se levantó el sitio, abandonando a 600 heridos y enfermos aquejados por el tifus, la disentería y el escorbuto [2] a merced del enemigo, quien sin embargo se encargó de cuidarlos, gesto humanitario poco habitual en aquella época.[4].

A pesar de las numerosas críticas procedentes de Alemania, Carlos V elogió en todo momento el papel del Duque de Alba exculpándole de cualquier responsabilidad asegurando que: «No podría tener en más alta estima a Alba si hubiera tomado Metz y París juntos».

Metz se mantuvo como protectorado francés hasta su anexión formal al reino en 1648 en virtud del Tratado de Westfalia.[5]

Referencias

  1. Parker, 1976, p. 207.
  2. 2,0 2,1 Gabriel, 2013.
  3. Frieda, 2006, pp. 129-130.
  4. 4,0 4,1 Frieda, 2006, p. 130.
  5. Chaunu, 2000, p. 707-760.

Bibliografía

  • Chaunu, Pierre (2000). L'Espagne de Charles Quint. Eds. Fayard. 
  • Gabriel, Richard A. (2013). Between Flesh and Steel: A History of Military Medicine from the Middle Ages. Potomac Publishers. 
  • Frieda, Leonie (2006). Catalina de Médicis. Siglo XXI. ISBN 9788432312212. 
  • Parker, Geoffrey (1976). «The "Military Revolution," 1560-1660--a Myth?». The Journal of Modern History (The Chicago University Press). 48 June (No. 2). doi:10.1086/241429. 

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