(PDF) CUADERNO DE EJERCICIOS PARA LECTURA Y REDACCIÓN | Adalid Reyes - Academia.edu
1 CUADERNO DE EJERCICIOS PARA LECTURA Y REDACCIÓN https://www.clubensayos.com/Espa%C3%B1ol/Ejercicios-ParaLectura-Y-Redaccion/412802.html lesska119 ÍNDICE CAPÍTULO I Ejercicios de escritura y comprensión lectora……………… Trabajo del cuento “Jesús que mi gozo perdure” CAPÍTULO II Ejercitación de operaciones textuales……………………….. Carta de Ana Luisa CAPÍTULO III La integración de las operaciones textuales en el ensayo de investigación………………………………………………… Ensayo de “Colosio”. CAPÍTULO IV Los conflictos humanos en las novelas y los poemas………. Trabajo en equipo de la novela “Rinconete y Cortadillo”. Trabajo extraclase: asistir a una obra de teatro. Evaluación complementaria: Cuaderno Participación en clase Asistencia 2 PRESENTACIÓN En este Cuaderno de Ejercicios encontrarás una serie de materiales y actividades que te permitirán comprender y reflexionar sobre la importancia de manejar el lenguaje en sus dos formas: oral y escrito. Cada uno de los capítulos esta encaminado a ejercitarte en el laborioso arte de leer y escribir, concebidos como dos momentos fundamentales para llegar a un proceso de comunicación más eficaz y completo. No es ignorado por los docentes el poco gusto que tienen los estudiantes por la lectura, sin embargo es indispensable adentrarte en el mundo de las palabras a través de textos sencillos de fácil asimilación, pero con un gran contenido para analizar y reflexionar. En buena medida los conocimientos se adquieren a través de la lectura, es una forma de apropiarse del conocimiento e identificar que la importancia de los hechos, no sólo radica en el contenido sino en la presentación, el estilo y hasta en el propósito del autor. Razón por la cual la planificación presentada en cada uno de los ejercicios te acercan a diferentes tipos de textos y tareas a ejecutar para comprender la esencia de la información. Por lo tanto la elaboración de trabajos escritos te permitirá ampliar tus conocimientos sobre determinados temas, y al mismo tiempo desarrollar las habilidades de lectura, escritura e investigación, con la intensión de llevarte a la organización de tus ideas y a la reflexión de los argumentos contenidos en tus escritos. El cuarto capítulo cierra con la lectura de novelas y poemas, con la finalidad de que aprecies lo interesante de conocer ese mundo ficticio creado por los grandes escritores, y te enfrentes a los conflictos humanos que por supuesto te producirán un goce estético, pero sobre todo una identificación con las acciones de los personajes. Espero que este texto te proporcione una serie de conocimientos indispensables en tu formación, hoy como estudiante y mañana como profesionista, y ente de cambio en la sociedad. LA AUTORA 3 CAPÍTULO I. EJERCICIOS DE ESCRITURA Y COMPRENSIÓN LECTORA En este capítulo utilizarás los recursos de la redacción para que estructures de una forma adecuada tus escritos. Recuerda que en la materia de Taller es fundamental la práctica constante. 1. LA REDACCIÓN. “Redactar es expresar por escrito los pensamientos o conocimientos ordenados con anterioridad”. Esto significa construir con exactitud, claridad y originalidad. Por lo tanto es importante redactar porque: a) Cuando deseamos transmitir nuestras ideas, pensamientos, sugerencias, necesidades, dolor, afecto..., sólo contamos con dos formas de expresión: oral y escrita. b) La expresión oral, no lo olvides, va acompañada de otra forma de expresión como lo es la mímica. Hablar resulta fácil. Porque, aún cuando cometemos errores, la gente, quién sabe por qué arte, nos entiende. c) El escribir se nos dificulta porque ahí nos damos cuenta de que nuestra idea no fue expresada de manera correcta. Por lo tanto, para escribir existe la necesidad de hablar con propiedad. Si queremos conseguirlo, debemos aprender, y como caminos tenemos que leer, escuchar, ordenar, hablar, escribir, y sobre todo practicar. ►Ahora bien: La idea de redactar suena siempre como algo complejo y difícil, es muy común oír: Redactar...redactar... No sé en que consiste. Yo no sé redactar... Me cuesta mucho trabajo escribir... Estoy negado para eso. Exactamente, y la explicación podría ser tan simple como la que corresponde a la mayor parte de los problemas del hombre, o sea: tiene rechazo por lo que no conoce, aunque sea muy fácil una vez que se sabe el secreto. ¿El secreto? ¿Redactar tiene su secreto? Por decirlo de algún modo, redactar es expresar ideas en forma concisa, adecuada y coherente. 4 Recuerda que: Redactar es transmitir ideas por escrito. Luego entonces, lo único que se necesita es precisar una idea y después plasmarla en el papel. Evidentemente debemos tener la idea clara, para poder expresarla. Es como andar un camino, y el principio sería el viejo axioma geométrico de que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, o sea, expresarse en forma directa. a) Revisa el siguiente ejemplo: Se escribe primero QUIÉN HACE, y luego QUÉ HACE. Juan va a la escuela. QUIÉN HACE: Juan QUÉ HACE: va a la escuela Esta oración se compone de EL SUJETO Y EL PREDICADO. Y si agregamos: Juan se levanta temprano, toma el metro, va a la escuela y estudia mucho, ¿qué pasa? Nada. La idea núcleo es Juan va a la escuela. A esa idea se le están dando unas variantes, como en qué se va, en qué tiempo y a qué va. Son elementos circunstanciales que modifican la acción, pero la acción persiste. Juan va a la escuela. Podría irse en coche, y llegar o no a tiempo, y presentarse sólo para jugar futbol. Y entonces estaríamos utilizando modificadores de la acción base. El que redacta debe, pues, partir de esa base, para luego dar de ella todos los detalles que la definan más claramente. Hasta aquí es muy sencillo. Pero ¿qué sucede cuando nos enfrentamos con cosas más complejas? ¿Sí se tiene que redactar un escrito es válido el principio de sujeto y predicado?, y es válido siempre, cualquiera que sea el tema de redacción.   Pero no hay que olvidar que se tiene que ubicar primero el SUJETOTEMA para después enunciar y completar con el PREDICADO. La motivación para ESCRIBIR llega cuando algo nos hace pensar o sentir, y si practicas en forma constante lograrás mejorar considerablemente. 5 REDACTAR es escribir en el papel nuestras IDEAS Y SENTIMIENTOS, y eso significa fijarse primero esa iniciativa de libertad; pero, desde luego, no se puede ir directo de la posibilidad a la realización, si no se posee un mínimo de conocimiento. Por lo tanto, no consideres la escritura sin la lectura eficaz de los textos. Recuerda que el lenguaje esta constituido por palabras y entre más conozcas enriquecerás tu vocabulario.1 ACTIVIDAD 1 Realiza el siguiente ejercicio de redacción utilizando lo planteado con anterioridad. a) El sujeto-tema eres tú, tú eres el QUIÉN, y vas a contar QUÉ hiciste durante tus vacaciones. (10 RENGLONES) 2. LA GRAMÁTICA Cuando hablamos o escribimos no lo hacemos pensando en el orden gramatical que debe llevar nuestra idea. El proceso real es el de RAZONAMIENTO Y REFLEXIÓN. Y si éste se encuentra estructurado, al verter de forma oral o escrita nuestras ideas no tendremos problemas con la manera de expresarlas. Pero la gramática “DEBE”, no, obstante, ser dominada... Así, es indispensable conocer los verbos en sus tiempos, modos y voces. Por lo tanto, conviene emplear correctamente los nombres y los pronombres, los adjetivos y los adverbios, las proposiciones y las conjugaciones; aunque en este inciso no haremos un repaso, si existen dudas será necesario consultar, algunas veces la gramática. Lo que si es importante es considerar lo siguiente:  LA ESTRUCTURA: Retomamos el ejemplo dado al inicio y podemos advertir que la idea adquiere diversas presentaciones, sin que se afecte el significado: Las niñas juegan con muñecas, pequeños utensilios de cocina, espejos y elementos de maquillaje incoloro; los niños con soldaditos, futbolitos, pistolas. Los niños juegan con soldaditos, futbolitos y pistolas; las niñas, con muñecas, pequeños utensilios de cocina, espejos, elementos de maquillaje incoloro. Con soldaditos, futbolitos y pistolas juegan los niños; con muñecas, utensilios de cocina, espejos, maquillaje incoloro, etc. 1 Domínguez, Luis A., Redacción Uno. pp.17-23 6 Con lo anterior vemos que nuestra idea y la forma de expresarla no se sujeta a un orden único. Esto es la gramática: nos permite expresar el pensamiento, sin ceñirnos a un orden pre-establecido, pero lo que si debemos cuidar es: 1.- Tener identificada la(s) idea(s) que deseamos expresar. 2.- Ordenar el pensamiento. 3.- Verter la(s), dándonos cuenta: a) Con qué intención queremos hacerlo (lo que merecerá un orden); b) y seleccionando los vocablos adecuados ACTIVIDAD 2 a) Realiza los siguientes ejercicios gramaticales. Sinónimos (palabras que se escriben diferente pero tienen un mismo significado). Lee detenidamente el texto que sigue, en él vas a encontrar algunas palabras numeradas. Al terminar la lectura, elige entre las opciones que se ofrecen, aquella palabra que sea el sinónimo más apropiado. Escríbelo en la línea. “La técnica de Heimlich para salvar la vida (1) de alguien que se atraganta (2) es muy sencilla: el auxiliador se coloca detrás de la víctima y la sujeta con ambos brazos alrededor de la cintura, mientras cuelgan hacia delante la cabeza, los brazos y el tronco del accidentado. Después cierra una mano, y con la otra toma el puño oprimiendo (3) fuertemente(4) con él, el abdomen(5) del paciente(6), un poco por encima del ombligo y por debajo de la caja torácica, a la vez que ejerce un rápido(7) empujón hacia arriba. Si es necesario(8) se repite(9) la acción(10) varias veces.” a) En relación con(1), el sinónimo más apropiado es: vivacidad subsistencia existencia vivencia existencia 7 b) En relación con (2), el sinónimo más apropiado es: tragar ahogarse cortar atorar _______________ c) En relación con (3), el sinónimo más apropiado es: apretar estrujar domeñar dominar _________________ ch) En relación con (4), el sinónimo más apropiado es: dinámicamente robustamente corpulentamente vigorosamente __________________ d) En relación con (5), el sinónimo más apropiado es: barriga tripa vientre panza __________________ e) En relación con (6), el sinónimo más apropiado es: tolerante sufrido doliente enfermo ___________________ f) En relación con (7), el sinónimo más apropiado es: veloz momentáneo impetuoso vertiginoso ___________________ 8 g) En relación con (8), el sinónimo más apropiado es: ineludible indispensable fatal preciso ___________________ h) En relación con (9), el sinónimo más apropiado es: reclamar redoblar volver a hacer instar __________________ i) En relación con (10), el sinónimo más apropiado es: fuerza diligencia esfuerzo operación ___________________ Parónimos (vocablos que tienen parecido por su etimología o sonido pero su significado es distinto). Elige la palabra que corresponda correctamente al sentido del enunciado. 1) No hablo, pero si me preguntan contesto contexto/ contesto 2) El significado de las palabras depende del ____________________ contexto/ contesto 3) Uno de los grandes oradores fue Tulio Cicerón, llamado ____________________ callo/ cayo 4) Cuando no me dejan hablar, me ____________________ callo/ cayo 5) Por toda la gasolinera se derramó el ____________________ comestible/ combustible 6) Irma buscaba afanosamente algo que fuera ____________________ comestible/ combustible 9 7) El pensamiento puede ser una _____________________ preposición/ proposición 8) El nexo “en” es una _____________________ preposición/ proposición 9) La preposición enuncia la entre sujeto y predicado _______________________________ compatibilidad/ computabilidad 10) Las cuentas y cálculos son parte de la ___________________________ compatibilidad/ computabilidad Antónimo. Escribe el antónimo de las palabras cursivas, considera que todo en la vida tiene su contrario. Lo blanco tiene como opuesto a lo negro; hay bien y hay mal; los alumnos son altos o bajos, de complexión delgada o gruesa, simpáticos o antipáticos...y así podríamos seguir diciendo adjetivos, nombres y verbos y sus respectivos contrarios u opuestos. Las palabras que tienen significados opuestos se llaman antónimos. John D. Rockefeller, al cumplir los noventa años, dijo: Soy el hombre más dichoso del mundo. Parece que empiezo a vivir porque puedo trabajar. Los días no son lo bastante largos para que haga lo más urgente. Sin lugar a dudas, el trabajo es el secreto de la felicidad.” 1) dijo_______________________ 6) vivir__________________ 2) hombre______________________ 7) trabajar __________________ 3) más_______________________ __________________ 8) días 4) dichoso_______________________ 9) no __________________ 5) empiezo______________________ 10) bastante __________________ 10 ACTIVIDAD 3  Ejercicios para repasar la PUNTUACIÓN Y SU SIGNIFICADO. a) Las mismas palabras puestas en un orden similar, pueden tener significados distintos. Por ejemplo un refrán popular: Quien canta, su mal espanta. Quien canta su mal, espanta. ¿Quién canta? Su mal espanta. b) Puntuar correctamente implica ajustar lo más posible lo escrito a lo pensado, cerrar distancias entre autor y lector, eliminar ambigüedades involuntarias. Reflexiona sobre la utilidad de la coma: Si él la quisiera, mal podría perderla. Si él la quisiera mal, podría perderla. La señora, de usted espera un fallo. La señora de usted, espera un fallo. Desde que comenzaron a hacerse oír, por silbidos se les hizo callar. Desde que comenzaron a hacerse oír por silbidos, se les hizo callar. Ella no, tiene marido. Ella no tiene marido. Cansados de todo, le pegaban. Cansados, de todo le pegaban. Considera que: a) La coma se usa para separar o enumerar:  Personas, objetos, ciudades, acciones o elementos iguales. Ejemplo: Unos leían, otros cantaban, éstos jugaban, aquéllos hablaban y todos parecían felices. Separar oraciones iguales Antes de pero, sino, sin embargo, ya que o cualquier otra conjunción adversativa. Cuando la oración se interrumpe para incluir una palabra, frase u oración que aclara o amplía lo que se está diciendo. Ejemplo: Los muchachos, que vivían lejos, llegaron tarde. 11 b) Punto y coma se emplea para: Señalar una pausa, pero no el fin de la oración; representa una idea casi completa, aunque no la conclusión del tema que está tratando. Separa oraciones pertenecientes a una misma idea, sobre todo, si los elementos de cada oración se encuentran separados por comas. Ejemplo: La primera parte de la obra era interesante; la segunda insípida; la tercera, francamente aburrida; y el final era lamentable. Cuando se contraponen los pensamientos, o sea, antes de las conjunciones adversativas (pero, más, sin embargo, no obstante, sino, etcétera). Ejemplo: Luis sintió el mismo impulso; pero, sin saber por qué, no se movió. Une oraciones yuxtapuestas. c) Dos puntos:  Representan una pausa larga. Lo característico de este signo es que, lo escrito a continuación de ellos, tiene un sentido de aclaración, resumen o consecuencia de lo anteriormente expuesto.  Después de las fórmulas de saludo empleadas en las cartas.  Cuando se citan palabras textuales. Se han de colocar dos puntos antes del primer vocablo de la cita, el cual suele comenzar con mayúscula. Ejemplo: Sócrates dictó su famosa sentencia: “Conócete a ti mismo”. Al entrar en la habitación me dijo: “Acabo de llegar de Madrid”. Instrucciones: en las siguientes oraciones coloca la coma, punto y coma, los dos puntos donde hagan falta. 1. Había cinco personas dos mujeres dos hombres y un niño. 2. Cicerón dijo no hay cosa que más degrade al hombre que la envidia. 3. El vicio del juego es uno de los peores la gente más rica se ha quedado en la miseria los más dignos se han degradado y otros están en la cárcel. 12 4. Querido amigo deseo que tu viaje haya sido un éxito que la investigación haya dado buenos frutos y que tu reconocimiento también sea unánime por otra parte pienso que es necesario que te cuides y te preocupes por tu salud. 5. Quería cantar no puede evitarlo. 6. Después aparece la corona del Sol en todo su esplendor si es un momento de máxima actividad se tendrá una corona simétrica. 7. Necesito bañarme comer descansar y dormir. 8. Durante las vacaciones cerca del mar se pueden realizar las siguientes actividades pescar nadar bucear velejar y descansar. 9. Todos los grupos estuvieron en la discusión obreros campesinos estudiantes maestros empresarios industriales investigadores ninguno faltó. 10. Jóvenes y mayores pobres y ricos intelectuales y comerciantes todos necesitan expresarse bien. 3. LA IMPORTANCIA DE LA LECTURA. a) Recuerda que es indispensable familiarizarte con la lectura. Los grandes escritores primero fueron excelentes lectores, además es la manera más sencilla y práctica de acercarte a la palabra escrita. Lee con atención el siguiente artículo que se publicó en “LA GACETA DEL CCH”, y reflexiona sobre la importancia de adquirir buenos hábitos para realizar una lectura efectiva de los textos. Desecha los malos hábitos de la lectura (I) En la lectura, como en todas las actividades, todos adoptamos hábitos nocivos que es necesario conocer y luego desechar. La lectura es un proceso continuo al que le debes poner atención de principio a fin. De lo contrario, si pierdes la concentración en lo que lees, el proceso se interrumpe y corres el grave peligro de pasar por alto información que te sirve de antecedente para entender lo que posteriormente leerás. También sucede que la dicción y el estilo de algunos escritores nos confunde; pero, continuamos leyendo el material sin comprenderlo en su totalidad, lo cual origina lagunas en el conocimiento que si no se solucionan, posteriormente nos confundirán y haremos una mala interpretación del texto. Algunas personas, que de por sí leen, tienen la capacidad para ser mejores; otras, prácticamente no leen nunca; pero tendrán que hacerlo si esperan terminar cualquier lectura. Por lo anterior, tal vez tienes alguno de los siguientes hábitos que impiden ampliar tus conocimientos y extender tus horizontes. 13 1. Falta de concentración. No es fácil apegarse al trabajo intelectual, por que toda auténtica actividad mental depende del grado de atención y apego al trabajo que se tenga. Lo sabes, pero a menudo lo olvidas, sin embargo, no olvidas concentrarte cuando conduces un automóvil o una motocicleta, pues estás consciente de que muchos accidentes son provocados por los conductores que por momentos se distraen. Muchas fallas de lectura se deben a lo mismo. No importa lo que lleves a cabo, tarde o temprano tu atención se dispersará, tu interés decaerá y comenzarás a pensar en algo distinto de lo que haces. Para resolver la falta de atención es necesario que hagas un acopio consciente y deliberado de voluntad para leer con atención, forzar la concentración en la página que tienes ante ti. Debes convencerte de que puedes dominar ese material y tener confianza en lograrlo. Darte ánimos no te hará ganar la batalla, pero ayudará. Después de algunos minutos de leer, deja de hacerlo durante un breve lapso, cierra los ojos; si es necesario y te sientes aturdido lávate la cara y las manos con agua fría. Levántate durante diez segundos, pero no descanses tanto que tu mente divague hacia otros asuntos y olvides la lectura. Una pausa momentáneamente te ayudará a reanudar tus labores con interés y atención renovados. Concéntrate en lo que lees y hazlo día con día. Al principio no verás grandes resultados; sin embargo, conforme leas, será mayor tu concentración y será más fácil y natural. Inténtalo y verás. 2. Regresión. La palabra regresión se emplea cuando se retrocede en la lectura, con la finalidad de captar palabras o frases a las que no se puso atención por estar distraído mientras se supuso que en verdad se leía. Algunas partes de lo que se lee deben repararse, tal vez varias veces, pero no hay razón alguna en regresar una y otra vez para descubrir lo que debió considerarse desde la primera lectura. La causa de que muchas personas no puedan mantener un ritmo de lectura continuo es que desperdician tiempo, no en leer o releer, sino en reparar dolorosamente el material una y otra vez. Todos los lectores realizan algo de regresión, pero lo ideal sería evitarla cuando ésta es constante. Desecha los malos hábitos de la lectura II Otro mal hábito de la lectura frecuente, aun en los lectores asiduos, es mover los labios cuando no se está leyendo en voz alta. Esto es común cuando los niños están aprendiendo a leer, pero en un joven bachiller es un mal hábito que debes desechar. 14 3. Leer con los labios. Millones de lectores tienen el hábito de frasear las palabras con los labios. Si mueves los labios al leer, eres un lector de palabras, es decir, una persona que no puede leer a la velocidad deseada y a quien tal vez se le dificulta entender. Si crees que tú eres uno de ellos, ponte un dedo en los labios mientras lees y obsérvate en el espejo. Si aún no estás seguro, deja que alguien te observe mientras lees en silencio. En caso de que sí leas con los labios, deja de hacerlo. La lectura requiere de tus ojos y tu mente, no de tu boca. 4. Cuando no se saben usar los libros de consulta Casi todas las lecturas serias contienen palabras, expresiones, referencias, datos y nombres que no tienen significado para ti; así que usa un diccionario, un atlas o una enciclopedia (si no te gusta interrumpir tu lectura, anota lo que no conozcas y búscalo después). Incluso, los lectores que se dicen educados y experimentados con frecuencia recurren a este procedimiento, pues ellos se <<educaron>> y adquirieron “experiencia” porque siguieron esta práctica durante mucho tiempo, y si esperan continuar con su eficiencia no abandonarán tal método. 5. Sobre la postura A muchas personas les gusta leer sentadas en un sillón, o acostadas en la cama. Todos podemos disminuir el cansancio muscular y los calambres si nos formáramos el hábito de leer la mayor parte del tiempo mientras nos sentamos erguidos. La buena postura ayuda también a respirar en forma correcta. Puedes recostarte en el sillón, retozar en la cama, o acostarte en el suelo tantas veces quieras; pero, cuando se trate de leer textos importantes, no adoptes ninguna de estas deliciosas posturas. 6. La vista forzada Si tus ojos se cansan, se irritan y te arden, o leer te produce dolor de cabeza después de concentrarte en la lectura durante algún tiempo, es necesario que acudas al oftalmólogo. Tal vez la mala postura o la iluminación demasiado brillante, débil o mal colocada sean las causas de estos problemas. Pero si después de corregir estos factores aún sientes molestia, deberás consultar al oftalmólogo, pues abusar de la vista es un error grave, y si necesitas anteojos, úsalos. Tal vez no tengas ninguno de los seis malos hábitos mencionados, pero siempre es útil conocerlos. La lectura será más placentera y provechosa si te deshaces de esos malos hábitos de lectura, ya que no es posible que mejores tu estudio si no lees con placer y sin molestias de cuerpo y mente.2 b) Comenta cuáles hábitos adquirirás para realizar una lectura más productiva. 2 HERNÁNDEZ E.ELENA., “Desecha los malos hábitos de lectura” p.18 15 __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ ________________________ 16 4. LECTURAS PARA REFLEXIONAR Las telenovelas AUTORAS. Amalia Beltrán y Laura Juárez Un negocio en capítulos Desde sus inicios, hace más de 36 años, las telenovelas han ocupado un lugar preponderante en el gusto de los televidentes, especialmente entre las mujeres. Según un estudio sobre las “Culturas Contemporáneas” realizado por la Universidad de Colima, en la actualidad este tipo de programas son vistos por más de 200 millones de personas en todo el mundo (hombres, mujeres, niños, jóvenes y personas en edad avanzada). Además, alrededor de las telenovelas se ha desarrollado toda una industria de discos y revistas como Teleguía, TV y Novelas y Casos de la Vida Real. Pero, ¿cuál ha sido la razón del éxito de las teleseries? El transfondo de su éxito. El especialista de la Asociación Mexicana de Investigación de Comunicación (AMIC) José Luis Gutiérrez Espíndola, señala en su análisis: “La industrialización del melodrama”, que el “éxito de las telenovelas se debe a que en las tramas se imitan las aspiraciones sociales de la familia: el amor platónico, el matrimonio como aspiración suprema de la mujer, la pobreza como prueba, los hijos y las labores domésticas, así como las riñas y competencias con suegras, amigas y vecinas”. Éstos son algunos de los elementos que sirven de punto de identificación entre el público y las telenovelas. Sin embargo, el investigador Gutiérrez Espíndola dice a la Revista del Consumidor que “si bien es cierto que en los teledramas se reflejan segmentos de la realidad social, también se omiten otros elementos fundamentales en la vida. Sus planteamientos y soluciones a los problemas cotidianos suelen ser fantasiosos e idílicos. Le dan una importancia especial a los aspectos emotivos de sus historias y omiten la manera como influyen en la trama las condiciones económicas, sociales y laborales de los personajes. “Debido a ello, los participantes se presentan en una posición que va de acuerdo con valores de carácter absoluto: bueno-malo, trabajador-flojo, sumiso-rebelde, rico-pobre, etcétera. El éxito de las telenovelas también radica en el planteamiento de la trama: introduce a los espectadores en situaciones extremas caracterizadas por el suspenso. De hecho, éste es un elemento fundamental que permite mantener la atención del público en la historia, lo incita a seguirla día tras día”. 17 La Revista del Consumidor entrevistó a uno de los directores de la empresa Televisa, Luis Reyes de la Maza, refiere lo siguiente: “El guión, la historia, la trama, la construcción dramática son la materia prima de una buena telenovela. Un tema interesante en el que cada día suceden acontecimientos que mantengan la pasión constante del espectador, que logren emocionarlo, conmoverlo, hacerlo llorar y reír y, sobre todo, que exista entre los personajes y él un punto cualquiera de identificación, siempre gustará y alcanzará el éxito deseado”. Suspenso día tras día El final de cada capítulo está planeado para que los televidentes se queden con la duda de: ¿qué va a pasar mañana? El éxito de cada capítulo depende de que la telenovela se alargue. “Hay que buscar con mucho cuidado el equilibrio entre las 20 ó 30 secuencias que tiene cada capitulo. También un buen final que deje en “suspenso” la acción para que sirva de invitación a ver el siguiente capitulo. No todos los finales pueden ser “efectistas” sino que hay que tener cuidado en que el del viernes lo sea todavía más para que no se pierda el interés tres días después”, opina Luis Reyes de la Maza. Por su parte el investigador de la AMIC. José Gutiérrez Espíndola, comenta que “el televidente que sigue estos melodramas ha sido invitado a presenciar una serie de acciones que le garantizan, así sea de manera imaginaria, una emocionante participación en un escenario en donde se manejan poderes ficticios. Esta aceptación se debe al hecho de ver algo diferente a lo que el público realiza comúnmente en su vida cotidiana”. Asimismo, explica, “las telenovelas repercuten en la vida cotidiana de su público. Muchos fanáticos de estos dramas organizan su vida en función del horario en que se transmiten”. Pingüe negocio Telenovelero Las telenovelas no sirven solamente para entretener, sino también para vender. A los publicistas no les interesa anunciarse en series poco vistas. Sin comerciales las teleseries dejarían de ser un “negocio redondo”. El periodista y autor del texto: La industrialización del melodrama, Gutiérrez Espíndola, asegura que las telenovelas son el negocio más rentable que ha inventado la humanidad. Para muestra bastan estos ejemplos: las tarifas que cobraba la empresa Televisa a los patrocinadores eran, en el mes de marzo (horario triple A de las 14 a las 24 hrs., canal 2): por cada anuncio de 20 segundos, 23 millones 100 mil pesos; 34 millones 650 mil por uno de 30 segundos; por uno de 40, 46 millones 200 mil pesos y 69 millones 300 mil pesos por un mensaje de 60 segundos. Es cierto que de estas cantidades se cubre el costo de producción: que es mínimo ante las altas ganancias que tienen. Como ejemplo, tomamos la telenovela “Yo Compro a esa Mujer” (21 hrs canal 2). De acuerdo con un monitoreo que realizamos, se transmitieron trece anuncios de 20, dos de 30 y dos de 40 segundos. Por lo tanto, los patrocinadores pagaron en 18 total 462 millones de pesos en un día. Si multiplicamos esta cantidad por cinco tenemos que la empresa privada de televisión recibió por un solo programa 2 mil 310 millones en una semana; y en un mes 9 mil 240 millones de pesos. ¿A quiénes se cargan finalmente estos costos?; pues a los mismos consumidores, cuando adquieren los productos anunciados. Al respecto, Gutiérrez Espíndola comenta que “tales sumas para publicistas y empresas patrocinadoras no son nada en comparación con las ganancias que obtendrán. Los fabricantes buscan anunciar sus productos en los mejores horarios de la televisión. A su vez, los productores de las telenovelas las programan de acuerdo con la calidad y temática de las mismas, y les asignan horarios establecidos en razón del público cautivo. En esto se basan también para fijar las tarifas a los anunciantes”. Teledramas preferidos Un parámetro para determinar la preferencia del público por las telenovelas es el que indica cuántos televisores están prendidos a esa hora y en ese canal. Sin embargo, el escritor y director de televisión, Luis Reyes de la Maza, opina que “más que en los complicados sondeos de “ratings” el éxito de una telenovela se palpa. Es un aire que brota en todas las ciudades. Hay comentarios en los salones de belleza. Hay reconocimiento y casi delirio por los actores protagonistas. Los restaurantes, cines, avenidas y parques se vacían porque la gente se encuentra sentada frente a un televisor, esperando su comedia favorita”. De acuerdo con datos proporcionados por la Subdirección de la revista Teleguía, la telenovela que ocupó el primer lugar durante 1989 fue “Mi segunda madre”, el segundo “La casa al final de la calle” y el tercero “Carrusel”. En este año (enero) la de mayor “rating” fue “Teresa”. De las que aún se transmiten “Simplemente María” está a la cabeza, seguida por “Cuando llega el amor”. Engendros de telenovelas Las telenovelas son tan buen negocio que han servido de base para el desarrollo de otras industrias, tal es el caso de la publicación de revistas especializadas que se encargan de difundir sus contenidos y programación. Otros productos derivados de ellas son modas de ropa, cosméticos y discos. Además, “surgen” un gran numero de actores que, en opinión de Luis Gutiérrez Espíndola, “carecen de preparación y calidad”. En el caso de las revistas, TV y Novelas es una publicación dedicada exclusivamente a reseñar las historias de los melodramas del momento, así como la vida íntima de los protagonistas. Un excelente “gancho” para venderlas son los concursos que proporcionan y que, por ejemplo, consisten en contestar una serie de preguntas relacionadas con la vida artística del actor o actriz estelares de cierta telenovela; quien acierte a todas las interrogantes obtiene como premio algún objeto utilizado en dicha serie, como vestidos, guantes, recámaras y hasta los 19 parches de una tuerta. Cabe señalar que el 34.8 por ciento de la páginas de TV y Novelas se destina a anuncios publicitarios (ver Revista del Consumidor No. 149) Las telenovelas en manos cultas La escritora y periodista Margarita Michelena menciona en su artículo “Perversión pública, SA”, publicado en la revista Siempre (No.1915) que “los argumentos de todos esos almodrotes se parecen siempre entre sí, son la eterna repetición – deformada ad infinitum- de viejas historias como la Cenicienta, Romeo y Julieta y otros patrones por el estilo. “Este género inmensamente popular de la telenovela, es un continente que se puede llevar con buenos contenidos educativos, formativos y nobles sin dejar de construir una diversión. Ya es hora de que las telenovelas estén en otras manos más cultas y artísticamente más ambiciosas que las que tanto mal y tanto bien podrían hacer”. Muy irreal En fin, que para chicos y grandes, hombres y mujeres (que es el público mayoritario) se escriben las teleseries. Este género ya no consiste en novelas “rosas” hechas especialmente para las amas de casa. Ha evolucionado tanto que los temas versan sobre situaciones de espionaje, esotéricos, de suspenso o de niños “genios” que se desenvuelven como adultos. En las telenovelas no hay sucesos imposibles; muy raras veces los protagonistas envejecen y se enferman, a no ser de que haya un evento “importantísimo”; no padecen las penurias de quienes salimos a la calle, pues siempre están resolviendo enredos en sus hogares o en lo que transcurre un corte comercial se trasladan al lugar deseado, así sea fuera del país: los pobres se vuelven ricos, pero no por el trabajo, sino por fortuito. Una vida “envidiable” la de los protagonistas, lástima que sólo se dé en una telenovela. No haga de su tiempo libre una telenovela hay opciones más productivas. Recuerde que la “gata siempre es la misma, nada más que revolcada. a) Comenta brevemente sí te gustan las telenovelas. __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ ________________________________________ b) Menciona cinco razones que respalden los argumentos de las autoras cuando afirman que se trata de “Un negocio en capítulos”. 20 __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ ______________________________________________________ ACTIVIDAD 4. “Lecturas para Reflexionar”. a) A continuación conocerás parte de la obra literaria de Don Juan Manuel. b) Realiza un comentario sobre los consejos que le da Patronio al Conde Lucanor ante los problemas que le plantea. c) La biografía y los ejemplos están citados como se encuentran en el texto original. EL CONDE LUCANOR Autor: DON JUAN MANUEL Don Juan Manuel fue hijo del infante Don Manuel y de Doña Beatriz de Saboya, nieto de Fernando III, el Santo, y sobrino de Alfonso X, el sabio, nació en Escalona, villa de la provincia de Toledo, España, en 1282. Vive la primera mitad del siglo XIV, además del último cuarto del XIII, contemporáneo del otro gran narrador de la literatura española medieval: El Archipreste de Hita. Este en verso y aquél en prosa utilizan ambos las mismas fuentes en parte de su obra, y apuntan los dos las mismas tendencias moralistas típicas del siglo en que vivieron. Tiene como antecedentes don Jun Manuel timbres y ejecutorias no sólo reales, sino de virtud y sabiduría singulares. Alfonso X, su tío, le precedió en toda clase de saber medieval, y Fernando III el Santo, su abuelo, en las virtudes de que un rey y 21 guerrero del medioevo debía estar adornado para alcanzar la fama terrenal y, como último premio, la gloria perdurable. Apenas tenía don Juan Manuel doce años cuando empieza a guerrear contra los moros. Sus características de príncipe guerrero y literario le encuadran perfectamente dentro del marco de nuestros personajes históricos de los siglos XIV y XV, tan expresivamente representados en la famosa estatua semiyacente de El Doncel de la catedral de Sigüenza. Don Juan Manuel fue poeta, así lo comprueban las moralejas escritas en versos de variada métrica puestas al final de cada cuento del Conde Lucanor; un Libro de Cantares y otro De las Reglas cómo se debe trovar, ambos perdidos con detrimento para nuestras letras, aunque sus méritos como poeta debieron estar muy por debajo de los mismos como prosista, si juzgamos por los versos que condensan la moral de los cuentos. l) DE LO QUE ACONTECIO A UN REY QUE QUIZO PROBAR A SUS TRES HIJOS Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero, de esta manera: Patronio, tengo en mi casa algunos jóvenes, unos son hijos de hombres de pro y algunos, de otros que ya no lo son tanto. Observo en ellos maneras de comportarse bastante extrañas que me tienen preocupado. Como sois hombre inteligente, ruego os me digáis algo acerca de cómo podré saber cual de estos mozos llegará a ser hombre de bien, más o menos importante. Señor conde dijo Patronio, es bien difícil contestar juiciosamente a lo que me preguntáis. El porvenir es inseguro y vuestra pregunta pertenece a este género de cosas. Sólo podemos conjeturar por ciertas señales, visibles unas, y otras invisibles, lo que estos jóvenes llegarán a ser algún día. Las señales externas o visibles son el aspecto, el donaire o porte de cada uno, el color y el talle que son manifestaciones más o menos caras de ciertas disposiciones de órganos principales como el corazón, el hígado y el sistema nervioso. Pero ellas son indicios solamente ya, que unas señalan una cosa, y otras, la contraria. A lo sumo podremos sólo afirmar que a determinadas señales externas posiblemente respondan determinadas conductas. Las que puedan mayor seguridad en nuestros juicios son las de la cara, principalmente los ojos, y la gallardía o gentileza. Esta gallardía no está en relación con la belleza o fealdad de los hombres, ya que hay hombres guapos que 22 no son gallardos, y, al contrario los hay feos que tienen innata apostura o gallardía. La proporción en el cuerpo y en los miembros pueden ser indicios de agilidad y valentía, pero inicios solamente, ya que las señales son eso, únicamente señales de un posibilidad, mas no de una forzosa necesidad en todo momento. Ahora bien, para que conozcáis las posibilidades de esos jóvenes, atendiendo a las manifestaciones de sus cualidades internas, me parecería que supierais cómo, tres hijos que tenía para saber cuál de ellos sería el mejor y, por consiguiente, el más digno de sucederle en el reino. El conde pidió a Patronio que le contara qué clase de prueba era aquella. Señor conde Lucanor dijo Patronio, un rey moro tenía tres hijos, y como podía dejar el trono a cualquiera de los tres, cuando el padre llegó a la vejez, los hombres buenos del reino pidieron le que les indicara cuál de sus hijos quería que le sucediera. El rey les contestó que pasado un mes se lo diría. Ocho o diez días después, dejo el rey al hijo mayor que, al día siguiente, muy temprano, quería salir a caballo y que deseaba que le acompañara. Por la mañana el infante se presentó al rey pero no tan temprano como éste le había dicho. En cuanto llegó, le dijo el rey que quería vestirse y que le mandara traer las prendas que solía ponerse. El infante dijo al ayudante de cámara que trajera las prendas y éste preguntó a su vez que cuáles querría ponerse su padre. Volvió el hijo al rey a preguntárselo. El rey le dijo que la aljuba, y él volvió al ayudante de cámara para decirle que el rey quería la aljuba. Preguntó después el ayudante de cámara cual almejía quería, y el infante volvió a preguntárselo al rey. Esto hizo con cada una de las demás prendas, yendo y viniendo, hasta que las tuvo todas. Al fin pudo el ayudante de cámara vestir y calzar el rey. Cuando estuvo vestido y calzado mandó al infante que hiciese traer al caballo, y este dijo al que cuidaba los caballos del rey que le trajera uno; preguntó el caballerizo que cuál caballo quería, y el infante hizo la misma pregunta al rey, y así lo mismo con respecto a la silla, al freno, a la espada y a las espuelas, sobre cada cosa de las que necesitaba para montar a caballo iba a preguntar al rey cual de ellas deseaba. Cuando todo estuvo preparado, dijo el rey al infante que no podía cabalgar, y que fuera él por toda la villa, fijándose en lo que viera para que pudiera contárselo. El infante montó a caballo e inició el itinerario, acompañado de los ricos hombres del rey y del reino, precedidos de trompetas, atabales y otros instrumentos. Anduvo el infante algún tiempo por la villa, y cuando volvió junto a su padre, preguntolé éste que le había parecido todo lo que había visto. El infante le contestó que todo estaba bien menos el ruido producido por tantos instrumentos. 23 Al cabo de algunos días, ordenó el rey al hijo mediano que se presentara ante él al día siguiente por la mañana. El infante acudió a la llamada de su padre, el cual hizo con el todas las pruebas practicadas con el mayor, comportándose lo mismo que este. Mando venir, por último, al menor de los hijos muy de mañana. El joven madrugó mucho y hubo que esperar a que el rey despertara. Cuando lo hizo, entro el infante humillándose ante él con el respeto y reverencia que le debía. Le ordenó el rey que hiciera traer su vestido y el infante le preguntó que prendas quería ponerse y cuáles calzarse, saliendo inmediatamente por todo y trayéndolo consigo sin permitir que ningún ayudante de cámara le vistiera ni le calzara, dando a entender a su padre que se sentía muy honrado y venturoso si tuviera placer en que él lo hiciera, pues, siendo él su padre, era razonable y justo prestarle todos los servicios posibles. Cuando el rey estuvo vestido y calzado ordenó al infante que hiciera traer el caballo; éste le pregunto cuál quería, con cuál silla y freno con que espada y demás cosas necesarias para montar, y quien quería que cabalgara junto a él, y así por el estilo por todo lo que cumplía hacer. No repitiendo ninguna pregunta, sino trayendo y preparando las cosas como el rey había mandado. Cuando todo estuvo dispuesto, dijo el rey que no quería salir a caballo, sino que cabalgase él y volviera para contarle todo lo que viese. El infante salió y fueron con él los que antes habían ido con sus hermanos. Nadie sabía por qué el rey hacia esto. Salió, pues, el infante a caballo y mandó que le mostrasen toda la villa, las calles, los lugares donde el rey tenía sus tesoros, las mezquitas, toda la grandeza, en fin, de la ciudad y las gentes que en ella moraban. Salió después extramuros, y mandó que salieran también todos los hombres de armas tanto a pie como a caballo, ordenándoles que hicieran torneos y le mostrasen todos los juegos de armas y de entretenimiento que supieran hacer. Examinó después los muros y las torres y las fortalezas de la villa y cuando todo lo hubo visto, volvió al palacio junto al rey, su padre. Era ya tarde cuando llegó, y el rey le hizo preguntas sobre cuanto había visto. El infante le dijo que si no le parecía mal, le daría su opinión acerca de todo, ordenándole el rey que así lo hiciera so pena de no recibir su bendición. Dijo entonces el infante a su padre que, aunque era muy buen rey, a él le parecía que no era tan bueno como debiera serlo, porque si lo fuera, teniendo bajo su dominio tantas riquezas, debería ser dueño del mundo entero, si lo quisiera. Agradaron al rey las reconvenciones del muchacho, y cuando llegó el plazo de dar la respuesta a los hombres buenos de su reino, dijoles que les daba por rey al menor de sus hijos. 24 Hizo esto por las señales externas que en ellos vio, y aunque no le hubiera importado que fuera rey cualquiera de los otros dos, no dejo el reino sino al menor, en vista del comportamiento diferente de los tres hermanos. Y vos, señor conde, si queréis saber cual de los mozos será el mejor, pensad en estas pruebas y así podréis entender algo, y acaso todo de lo que los mozos llegaran a ser. Agrado mucho al conde lo que Patronio le dijo. Y como don Juan tuvo este ejemplo por muy bueno, lo hizo escribir en este libro e hizo los versos que dicen: Por obras y manera podrás conocer qué hombres los jóvenes llegarán a ser. a) Comenta qué te pareció este consejo de Patronio al conde Lucanor. __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ ______________ b) ¿Cuál es tú reflexión acerca del mensaje?. _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ ____________________________________________________________ II) DE LO QUE ACONTECIÓ AL LEÓN Y AL TORO Hablaba un día el conde Lucanor con Patronio de esta manera: Patronio, tengo un amigo muy poderoso y honrado y, aunque hasta el presente no he hallado en él sino buenas acciones, ahora me dicen que no me aprecia tanto como solía, y, aún más, que anda buscando motivos para volverse contra mí. Así pues, estoy preocupado, porque recelo que si entiende que sospecho y me guardo de él, hará él también lo mismo y así irá creciendo la desconfianza y malquerencia de ambos hasta que tengamos que separarnos. Por 25 la gran confianza que tengo en vos, ruego os me aconsejéis lo que creyereis me cumple hacer en este caso. Señor conde Lucanor dijo Patronio, para que os podáis proteger adecuadamente me agradaría que supierais lo que aconteció al león y al toro. El conde le rogó que se lo dijera, Señor conde Lucanor dijo Patronio, el león y el toro eran muy amigos y como son dos animales fuertes y recios dominaban a todas las demás bestias, pues el león con la ayuda del toro sojuzgaba a todas los carnívoros y, viceversa, el toro con la ayuda del león hacía lo mismo con los herbívoros. Cuando los demás animales se dieron cuenta de que el león y el toro los dominaban por la ayuda recíproca que se prestaban, y vieron el daño que de esto se les seguía, hablaron entre sí para ver la manera de librarse de tal esclavitud. Comprendían todos que sólo sembrando desavenencias entre el león y el toro, podrían salir del cautiverio al que ambos les tenían sometidos y como el raposo y el carnero eran los más allegados a la privanza de los dos, dijeron les que trabajasen todo lo posible por meter rencillas entre ambos. Raposo y carnero convinieron en hacer cuanto estuviera de su parte para conseguir lo que los demás animales querían. Entonces el raposo, consejero del león, dijo al oso, (que después del león es la más fuerte de las bestias carnívoras), que hiciera saber al león que había temores de que el toro anduviera buscando manera de ocasionarle daños graves; que ya hacia días que corría la noticia y, aunque a lo mejor no era verdad, debía, sin embargo, poner en guardia al león. Lo mismo dijo el carnero, consejero del toro, al caballo, el más fuerte animal que hay en la tierra, después del toro, entre todos los que comen hierba. El oso y el caballo, cada uno por su lado, comunicaron los chismes al león y al toro, y aunque éstos no lo creyeron del todo, y aunque empezaron a sospechar que los más honrados entre todos sus compañeros, querían sembrar cizaña entre los dos, comenzaron, sin embargo, a recelar uno de otro y cada uno de ellos hablo con el raposo y el carnero, sus privados respectivos. Estos muy abusados, le dijeron que aunque probablemente habían dicho aquello con poco fundamento el oso y el caballo, sin embargo deberían pensar en adelante en lo que habrían de hacer, y ver primero y obrar después. Esto fue motivo de que hubiera mayor confianza entre el león y el toro. Y cuando los otros animales comprendieron que ya había sospechas entre ellos, comenzaron a darles a entender más claramente que cada uno de ellos recelaba del otro y que esto no podía ser sino por las malas voluntades escondidas en sus corazones. 26 El raposo y el carnero, como falsos consejeros, mirando a su provecho y olvidando la lealtad que debían a sus señores, en lugar de desengañarlos los traicionaban cada vez más; y tanto hicieron, que el amor y confianza que hasta entonces se habían tenido, convirtióse en odio y desconfianza. Cuando los demás animales esto vieron, los incitaron cada vez más, hasta que empezó entre ellos la lucha declarada. Cada uno de los animales, carnívoros y herbívoros, daba a entender a su jefe respectivo que le guardaba las espaldas, pero lo que hacían era guardarse unos a otros y procurar que todo el daño recayera sobre el león y el toro. El pleito terminó mal. El león perjudicó mucho al toro y él quitó mucho poder; pero también él perdió autoridad en adelante, ya que no pudo volver a dominar a las demás bestias ni apoderarse de ellas, como solía. Y así, porque el león y el toro no entendieron que sólo por ser amigos y la ayuda que mutuamente se prestaban, eran honrados y dominaban a los demás animales, no sabiendo conservar esa amistad que a los dos aprovechaba, ni guardarse de los malos consejos, salieron tan mal parados del pleito que los que eran señores de los demás animales, vinieron a parar en servidores de todos ellos. Y vos, señor conde Lucanor, guardaos de los que siembran discordia entre vos y vuestro amigo, no vaya a sucederos lo que el toro y el león. Por ende os aconsejo que os fiéis del amigo leal, como el padre confía en el buen hijo y el hermano, en el buen hermano; que le reveléis lo que de él os digan para que él os dé a conocer lo que le dijeren de vos; que castiguéis a los que urden falsedades para que nadie se atreva a repetirlas ni difundirlas. Pero si el amigo no fuere como os he dicho, o fuere un amigo temporal, necesario sólo en determinado momento, guardaos, aun siendo así, de hacer cosa por la que pueda entender que sospecháis de él; no os fijéis en su yerro, si de ellos no pueden veniros males; dadle a entender que si su ayudo os conviene, también a él conviene la vuestra; mostradle agradecimiento y no sospechéis sin razón de sus actos. De esta manera durará la amistad y no caeréis en el yerro en que cayeron el león y el toro. Al conde agradó el consejo que Patronio le dio, lo siguió y se sintió feliz. Y entendiendo don Juan que este ejemplo era bueno, hízolo escribir en este libro y compuso estos versos que dicen así: Por falso dicho de hombre mentiroso no pierdas amigo provechoso. 27 a) Comenta brevemente la actitud del Toro ante sus compañeros. __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________ b) ¿Te pareció adecuado el comportamiento del León?. _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ __________________________________________________ c) ¿Te parece correcto creer en los rumores y las mentiras?. _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ ____________________________________________________________ llI) DE LO QUE ACONTECIÓ A UNA MUJER QUE LLAMABA DOÑA TRUHANA Otra vez hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero, de esta manera: Patronio, otro hombre y yo discutimos sobre un asunto y él me demostró cómo se encadenan todos los acontecimientos, y cómo en los negocios hay tantas maneras de aprovechamiento que si Dios quiere que el mío se haga como él me dijo, sería para mí de gran provecho, pues hay muchas cosas que nacen de otras, viniendo a constituir finalmente un hecho de gran importancia. El conde contó a Patronio el curso que los acontecimientos podrían llevar, y cuando este entendió sus razones, le habló de esta manera: Señor conde Lucanor siempre he oído decir que es de sentido común atenerse a lo seguro y no a vanas esperanzas, pues, cuando uno pone su confianza en cosas vanas puede acontecerle lo que le pasó a doña Truhana. El conde le preguntó qué le había pasado a doña Truhana. 28 Señor conde dijo Patronio, esta mujer era bastante más pobre que rica. Un día iba el mercado con una olla de miel en la cabeza. Yendo por el camino, comenzó a pensar que vendería aquella olla de miel y que compraría una partida de huevos, y de aquellos huevos nacerían gallinas y, después, con dineros que le dieran por las gallinas, compraría ovejas y así fue comprando con las ganancias habidas hasta hallarse más rica que todas sus vecinas. Con aquellas riquezas que ella creía obtener pensó cómo casar a sus hijos e hijas y cómo iría por la calle rodeada de yernos y nueras y cómo hablarían las gentes de su suerte, pues había llegado a tan gran riqueza, siento tan pobre como era. Pensando en esto, comenzó a reír con gran placer por su buena andanza, y riendo alegremente se dio una palmada en la frente y entonces se le cayó la olla de mil y se rompió. Cuando la vio rota comenzó a llorar amargamente por haber pedido todo lo que pensaba tener si la olla no se hubiera roto. Porque puso todo su pensamiento en una confianza vana, no se hizo al fin nada de lo que pensaba. Ahora bien, señor conde, si queréis que lo que os dijeron y lo que vos esperáis sea cosa segura, pensad siempre que las tales cosas sean razonables y no vanas esperanzas. Y se quisierais probar suerte, guardaos de aventurar lo vuestro con la esperanza de algún provecho de que no estáis seguro. Agradó mucho al conde lo que Patronio le dijo, y obrando en consecuencia se sintió feliz. Y como a don Juan le gustó el ejemplo hizo también ponerlo en este libro con estos versos al pie: Ateneos a las cosas ciertas Y dejaos de vanas confianzas. a) Elabora una narración de los sueños de Doña Truhana. __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ ____________________________________________________________ b) ¿Crees correcto olvidar tú realidad mientras sueñas? Argumenta. __________________________________________________________________ 29 __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ ____ c) ¿Te gustó el ejemplo?.Coméntalo brevemente. __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ ________________________________________________ ACTIVIDAD 5 “La hipótesis en la Lectura”. a) Lee con atención el siguiente cuento. b) Encierra en un cuadro los párrafos que identifiquen a los Narradores. c) Contesta las preguntas solicitadas al final del texto. Jesús, que mi gozo perdure. Severino Salazar. I Cuando Adelaida Ávila murió de vieja, en Zacatecas todos creímos que también ese era el fin de su casa, de esa casa que siempre estuvo ahí, arriba de aquella loma, como cambiando miradas con la ciudad a lo largo de los días y de las noches. Esa casa por la que tantas mujeres habíamos pasado a través de los años. Pero no, la casa siguió dando que decir. Tino González, su sucesor, le trajo nueva vida y, a los pocos meses, reabrió la casa con los ahorros de la difunta Adelaida Ávila, quien había sido su querida más bien simbólica. Porque Tino González no le funcionaba como hombre, pues estaba pudriéndose desde que era 30 joven; solamente, eso sí, la protegía y le llevaba sus negocios. Ahora la casa olía a pintura fresca y a muebles recién comprados; otra vez brillaba sobre la misma loma. Y este hombre le había agregado un atractivo nuevo a la casa. Amplió el bar sobre la terraza, lo rodeó con las ventanas- angostas y largas hasta el altísimo techo- que, implacables, miran a la ciudad, construyó una enorme pista de cemento brilloso, como si fuera de agua, y un lugar más alto para la orquesta. Los sábados había música y baile durante toda la noche; la alegría duraba hasta que los cantos de los gallos y la luz del alba comenzaban a rodear la casa. Para este tiempo los zacatecanos ya sabían comportarse en un lugar como éste, no armaban pleitos ni hacían escándalos: iban a lo que iban y ahí todos la pasábamos contentos. Pero de pronto, quién sabe de dónde, don Tino González sacó una bailarina y cantante con todo y marido. Unos dicen que llegaron por el norte, aunque las conjeturas empezaron a brotar cuando el hombre hubo desaparecido y la mujer ya no cantaba ni bailaba más. Desde que había aparecido sobre la pista de la ahora casa de don Tino González fue acogida con entusiasmo y todos los hombres querían verla y oírla. Cantaba los viernes, sábados y domingos. Era un canto que duraba todo el fin de semana, cesaba el lunes y se reanudaba el siguiente viernes. Corrió su fama por todo el estado en poco tiempo. Atraía gente como un imán poderoso al que nadie se podía resistir, no importaba la distancia a que se encontrara. A Zacatecas llegan muchas carreteras y tiene muchos atractivos: como los cines y las tiendas tan grandes. Por eso, al poco tiempo, ella tuvo que cantar y bailar todas las noches. La casa de don Tino González siempre estaba repleta los fines de semana, a las doce de la noche ya no cabía ni un alfiler. El marido de la muchacha cantante era un muchacho que no tendría más de veintitrés años, moreno él, alto y delgado, de músculos bien formados y correoso, manos grandes y venosas, ojos también grandes, alargados, de mirar triste, aunque siempre se anduviera sonriendo. No tenía ojos para ninguna otra mujer, aunque no fueron pocas las ocasiones en las que las muchachas de la casa, a escondidas de la esposa, lo trataron de seducir. Y él se deshacía de ellas como si fueran un mal inevitable, como acostumbrado a que eso pasara; y se alejaba de ellas con cara de aburrimiento, sin que nada perturbara su mundo interior. Hasta hubo una mujer que se obsesionó por el muchacho, nunca falta, la tal Cristina; ella anhelaba deshacerse de la cantante y ocupar su lugar, sustituirla en el mundo que los contenía a los dos, pero desengañada de que nada podía lograr y segura de no poder aguantar con el sufrimiento de verlo a diario, tan cerca e inalcanzable, decidió partir para Fresnillo, a otra casa que conocía por allá, y que era frecuentada por mineros jóvenes que se asemejaban mucho a él, para que su vida no se tornara más triste. Y se fue a buscar, entre los hombres que salían de la mina, uno que fuera como el que habían visto sus ojos. Se veía a leguas que Ildefonso-así era su nombreestaba enamorado de su bailarina que anunciaban todas las noches como Terry Holiday. Parecía que siempre estuviera pensando en ella a pesar de hallarse los 31 dos juntos, como presa de un amor insaciable, como si esa mujer, su música, sus palabras, sus movimientos y su ritmo permanecieran eternamente dando vueltas en su cabeza, como mariposas de mil colores. El, mirando todo el tiempo hacia ella: sobre la pista, sentada en una mesa, o dondequiera; mientras preparaba las bebidas y los bocadillos que ahí se consumían. Era el que daba órdenes a los meseros y vigilaba que todo marchara bien en el bar y en la cocina. Pero eso sí siempre tenía los ojos sobre su mujer, no como si la estuviera cuidando, porque ella tampoco tenía ojos para otros hombres; las miradas que mutuamente se echaban no iban manchadas por los celos, contenían una seguridad difícil de comprender para los zacatecanos. Ellos vivían en su mundo y cargaban con él a dondequiera que fueran, hilos invisibles siempre los mantenían juntos; nunca nadie fue capaz de penetrar ese universo tan pequeño y a la vez tan grande, o de romper esos lazos tan fuertes y a la vez tan frágiles, especialmente por el lugar donde estaban. Aquí vivían, en dos modestos cuartos al final y casi separados de toda la finca. Dormían casi todo el día y llegaban al salón de baile a las ocho de la noche pasaditas, los dos tomados de la mano, recién bañados y frescos. Ella vestida para cantar y bailar tres tandas hasta las cuatro de la mañana. Era alta y morena también. Alguien dijo que parecían gemelos. Junto con su leyenda de buena cantante y bailarina corrió otra de mujer incorruptible, quizás ahí nacía mucha de la fascinación que despertaba en los que venían a verla, vestida con escasas ropas y dos largas plumas de avestruz color de rosa adornándole la cabeza. A mí nunca me cayó bien esa mujer. Estaba como muy lejos. Nos miraba como si no fuéramos de adeveras, como un pescado desde adentro de su frasco de agua, o desde la muerte misma. ¿Pues quién se creía? Jamás habló con nosotros ni nos contó sus penas, ni dejó que nosotros le contáramos las nuestras. Como si no fuéramos iguales, como si no viviéramos de lo mismo y en el lugar común. Sus canciones hablaban de un mundo interior –haciendo violencia dentro de ella, delicado y hermoso, quebradizo como una flor de nopal que, perfumada, crece y desdobla sus pétalos sobre las espinas que apuntan como espadas- que la hacían retorcer su cuerpo sobre esa pista de humo, olorosa a licor y caliente, atravesado por las luces de los reflectores. La música, el amor, la pasión y la alegría eran los elementos que contenía la atmósfera encerrada en la casa de don Tino González, detrás de la cual iban los peregrinos que escalaban esa loma todas las noches. Y, A través de Terry Holiday, como que cada uno descubría su mundo aparte, ese mundo que estuvo sin descubrir durante mucho tiempo. Terry y el muchacho eran muy jóvenes –todos estábamos muy nuevos entonces-, apenas empezaban a disfrutar sus vidas, uno tenía al otro y los dos eran uno. Se veía que el destino era espléndido con ellos. Si alguien les hubiera preguntado si deseaban ser o tener más en la vida, se hubieran mirado extrañados el uno al otro, pues nunca se imaginarían que un ser humano pudiera llegar a tremenda interrogación. La casa de Tino González era el lugar de moda. Así estaban las cosas hasta que apareció una noche mi general Aniceto López Morelos. Entonces la vida de todos nosotros tomó por caminos diferentes. 32 II. Me decían: Florentino, cuéntanos cómo cayó aquí el general Aniceto López Morelos, cuando andaban en la Cristera. Siempre había alguien que me lo pidiera cuando estábamos aquí en el portal de Tepetongo, y lo veíamos pasar a Zacatecas o de regreso a la Hacienda de Víboras, hacia el sur. Este pueblo tuvo la maldita suerte de padecerlo aquí tan cerquita, cuando solamente una larga presa nos separa de él, y tan rápida que es la carretera que va bordeando la presa para desembocar en el mero centro de la hacienda. Pues para hacer un poquito de historia ahí tienen ustedes que andábamos en la Cristada, ya para finalizar. Primero llegó el general Montalba en un tren a Calera, bajó sus ejércitos de los furgones y jaulas y luego fue derrotado. Pues los muy pendejos cargaban sus ametralladoras en mulas y sobre ellas mismas las hacían disparar; los pobres animales, como reguiletes, volviéndose locos, se iban contra ellos mismos tronando: ellos solos se derrotaron. Como era de esperarse, lo mandaron pedir de México y, entonces sí, poquito tiempo después, llegó Aniceto López Morelos como un remolino de esos que traen el mal temporal. Entró por el lado del Valle, matando gente que era un contento, sembrando ya la leyenda de crueldad y terror que lo rodearía siempre. Era un malvado sin sentimientos. A su paso iba quemando pueblos enteros, había matado muchos sacerdotes y, por último, al señor cura de Juan Chorrey lo torturó de una manera despiadada, mostrando de lo que era capaz la imaginación de una hombre depravado; era un ejemplo de villanía, de lo que sería capaz la mano del merito demonio, pues a todas luces ese hombre estaba endemoniado. Nos hizo estremecer y reflexionar un poco sobre la maldad que anda suelta por el mundo. Llegó a la hacienda de víboras arreando todo lo que había robado a su paso. La última hija del dueño de la hacienda se unió a él. Yo creo que más bien por miedo y por no perder lo que tenía. Y como ya era una mujer muy grande, pronto se esfumó de la tierra. Fue enterrada en el hermoso panteón de Víboras, donde están todos sus antepasados. Las leyendas dicen que el viejo ése la mató a punta de sustos. El caso es que el general se quedó al mando de esta zona; habiendo sido una de la más rebeldes del país. Y pronto fue temido en toda la región. Uno de los hombres que llegó también con él, era Salvador de Chávez, apodado El Charro, pero solamente duró dos años, gracias a Dios. Imagínese lo que hubiera sido padecer dos malvados de ésos, pues el tal Charro era como su hermano gemelo, su mano derecha, igual de desgraciado y de mal corazón. Lo había ayudado a combatir a los cristeros y a arrear el ganado con el que llenó los potreros de la hacienda: ganado de ordeña, toros bravos y caballada. Tanto ganado que bajaban de todos lados; robado, como les decía, de los alrededores y de muy lejos. El hambre del general Aniceto López Morelos no conocía límites. Y no faltó quien viniera a reclamar sus animalitos perdidos. Todos los reclamadores desaparecían misteriosamente. Por todas partes, alrededor de Víboras, hay gente enterrada. Tampoco nadie podía entrar a sus potreros: estaban bien vigilados por sus soldados. Su mano era la que impartía justicia por todos estos andurriales desde 33 entonces. El ponía los presidentes de los municipios y su voto era muy importante para escoger al gobernador. La prisión de su cuartel estaba vacía, la pena capital era siempre la única sentencia. Era temido en toda la región; la dejó desolada, ya ni rateros había, estábamos en paz, la verdad sea dicha, pero ni respirar fuerte se podía. El mismo era un ladrón y no podía ver a los ladrones. No perdonaba nada, a nadie. Milagrosamente, un hombre se le escapó a los soldados y cuenta que, a pocos kilómetros atrás del casco de la hacienda, hay un bosque negro, espeso, y aquí y allá hombres cuelgan de los árboles, unos ya el puro esqueleto, y otros con algunas tirlangas de ropa todavía pegadas. Y el que ha visto tal paisaje ya no sale a contarlo. En fin, este general era un hombre tan bandido que hasta el cielo se robó, pero eso ya es harina de otro costal. El caso es que el Charro lo ayudó mucho en la construcción de su mundo, de su imperio. Cuando los cristeros al fin nos amnistiamos en mero Víboras, bajamos de los cerros a entregarle al muy bandido nuestras bestias, monturas, carrilleras, rifles, parque y todos nuestros avíos. El Charro llenó una torje con todas esas cosas, y los cristeros nos retiramos a los lugares de nuestro origen; regresamos por los caminos y veredas. Algunos se perdieron, otra vez, más allá de los cerros. Hasta un día en que el Charro andaba borracho –pues era un hombre también lleno de vicios- como revelación le llegó una corazonada: el general iba a deshacerse de él. Entonces como el general andaba por Zacatecas, se valió de su ausencia parta robar algunos caballos y otros enceres y se refugió en la sierra declarándose rebelde. En realidad nunca se explicó uno por qué lo hizo, si el general lo tenía en muy buen aprecio, le hubiera perdonado cualquier cosa, pues sentía por el tal Charro un extraño amor que se da sólo en las cárceles y entre criminales. El caso es que al Charro cada día se le unían más hombres. Pasaba entre Víboras y Tepetongo a media noche y apenas si lo sentíamos. Estoy seguro que en esas noches el general se sentaba en su cama a oírlo pasar, con un poco de miedo y alegría, repasando los momentos idos de su amistad. El Charro conocía todo el Estado y sus sierras como la palma de su mano. Nunca pudo ningún ejército contra él. Hasta que uno de sus mismos hombres lo mató a traición y se deshizo el grupo. Mientras tanto la fortuna del general cobraba dimensiones fantásticas. Se hablaba de cajas fuertes repletas de todo lo que había robado y de lo que ahora producía la hacienda, pues a los soldados que el Estado pagaba, él los ponía a trabajar la tierra y a cuidar su ganado. Hasta llegó un soldado al que le decían El Amo. Era un hombre alto y delgado, de ojos pequeños y pelo rojo. Y ése sí le halló la medida a mi general. Empezó una amistad entre ellos inexplicable para todos nosotros. El general lo tenía en muy buen aprecio, pues llegó en el momento en que más falta le hacía. III. Para este tiempo, mi general ya era un viejo. Chaparro, gordo y lampiño; su cara brillaba como el charol de tan negra. Tenía pelo abundante y corto, entre cano y 34 pardo de tal lacio; su voz era ladina y chillona como de mujer. Y no podía decir más de tres palabras seguidas sin que metiera ahí otras tantas mal razones. El general Aniceto López Morelos jamás había puesto sus pies en el congal a pesar de que seguido pasaba la noche en un hotel de Zacatecas. Yo sí había venido con el sargento y otros soldados cuando recién se mandaron a este cuartel. ¿Qué chiste hubiera tenido para un hombre como él, que podía tener las mujeres que quisiera a cualquier hora y llenar su hacienda de ellas? Pero ese mismo día habíamos llegado a Zacatecas siguiendo a esa otra mujer que lo había dejado. Pero es que el pobre viejo, pues ya ni puede. Era una muchacha bien bonita que se robó de una tienda de Jerez, hacía ya más de dos años. Todos decían en Víboras que de ella sí estaba enamorado el vejete, pues la llevaba a dondequiera que iba y hasta le enseñó las combinaciones de las cajas fuertes, ya en sus necedades de viejo chocho. Un día la cacho en el cuartel de El Amo y todos creíamos que ése iba a ser el fin del mentado Amo y de la vieja. Pero no, los perdonó Y por miedo a que se le fuera a escapar con el soldado, se volvió muy amable con los dos. Por eso descubrimos los verdaderos quehaceres de El Amo, por que mi general lo quería tanto. Pero ella finalmente no huyó con El Amo, sino con otro soldado que sí la quiso-que lo arriesgó todo-, llevándose una bolsa llena de dinero. No amanecieron en la hacienda y ni pista dejaron. El general le ordenó al El Amo que nos trajera a Zacatecas; y se puso el anillo que usaba para correr, según él, las tristezas. Tenía un enorme diamante. Cruzamos en el jeep Tepetongo, Jerez y Zacatecas seguidos por otra camioneta llena de soldados. Mi general andaba en busca de una mujer que quería y lo había dejado tan solo. Ni sus luces encontramos. En la noche, como el viejo estaba deprimido y tristeando solo y era un sábado a finales de septiembre, nos pidió que lo lleváramos a la nueva casa de Tino González. “Quiero recordar el imperio de Adelaida”, decía el muy puto. Llegamos como a las once de la noche. El lugar estaba abarrotado de clientes. Todas las mesas estaban ocupadas. Don Tino mismo tuvo que poner una mesa casi dentro de la pista y ahí se sentó mi general, El Amo y tres de nosotros. Momentos después las luces se apagaron y la orquesta se quedó callada. Una trompeta anunció a la cantante y bailarina que, a media pista, iluminaba un reflector de luz blanquísima. “¡Esta es Terry Holiday...!, decía una voz con entusiasmo y convencida en el micrófono. Estaba ahí de pie – un brazo extendido sobre su cabeza en señal de saludo al público, sonriéndose, enseñando dos hileras de dientes casi transparentes de tan blancos y perfectos. Era delgada y altísima por lo exagerado de los tacones, su piel canela y tersa, el pelo negro le caía en olas de azabache sobre los hombros demasiado anchos para ser mujer. Sus caderas eran pequeñas y sus pechos también, escondidos bajo los olanes del vestido plateado que caía en dos tiras –una adelante, otra atrás- y apenas detenido por un cinturón metálico. Tenía ese aire de las mujeres 35 de ahora, y le daba un parecido a la que se le había ido a mi general. Terry Holiday recorría la pista acompañada por la música, cantando y moviendo el cuerpo al compás de la melodía, de las letras de sus canciones. El movimiento de su cuerpo, sus palabras y la música eran una sola cosa que hacía al corazón del público saltar de alegría dentro de las entrañas; sentimientos hermosos y profundos nos salían a la superficie de la piel, y toda la vida, como un relámpago, se sentía fácil y beatífica, todo de repente se transformaba alegre y vivificante. La mujer, cantando y bailando, hacía que todos miráramos solamente hacia la parte buena de la existencia. Después de verla actuar todo podía suceder. Como que la vida entraba en un foco por un momento, como en el centro del ojo de un fusil y uno podía disparar, morir sin remordimientos o seguir viviendo...El mundo de lo lejano e imposible se veía cercano y posible, el mundo del miedo y del odio como que se borran para siempre. Mi general estaba emocionado, como si fuera de sí, nomás le brillaban sus ojillos de puro gusto. “Siento la misma ansia de cuando conocí a mi primera mujer”, nos decía a los soldados. “Tú, vé y dile a Tino que quiero platicar con esa corista”, me dijo el muy rabo verde, mientras miraba como extasiado el diamante de su anillo. Me esperé a que terminara su número la artista. Entre el humo, la pestilencia a alcohol, la música y la luz, su cuerpo se movía como el de un pez. Llegué directamente donde ella estaba. Me sonrió y le dije que mi general estaría honrado si ella lo acompañaba un rato. Miró a la mesa del viejo y luego a mí, me dijo que sí con la cabeza. Al rato ahí estaba ella y él platicando. Pero cuando menos se lo esperaba, él ya la tenía de la mano. Ella quería zafarse y forcejeaba mirando hacia la barra. De pronto, saltó el padrote de atrás de la cantina; cuando menos acordamos estaba parado enfrente del viejo dándole una trompada en mera cara. En menos de lo que se los cuento aquello era el Juicio Final. Volaron sillas y trancazos, y nosotros quitándonos la gente de encima. El Amo hizo sólo un disparo y llegó la calma de algún lado. Se comenzó a vaciar la casa de don Tino, como quien desfila un globo de hule. Todos se fueron, menos el cuerpo que quedó tirado a media pista; los reflectores que antes hacían brillar a Terry Holiday, ahora lo alumbraban, como un pez muerto en el fondo de una pecera. La sangre del moribundo cubrió el diamante del anillo que, sin que los demás lo supieran, rodó por el suelo. Inmediatamente nos fuimos con mi general y la Terry Holiday para la hacienda de Víboras. Y desde esa noche hubo quienes jamás volvieron a poner un pie en esa casa sobre las lomas de Zacatecas. IV Como el viaje de Zacatecas a la Hacienda de Víboras es largo y toma casi tres horas, para que no se me hiciera largo me puse a contar las estrellas que se caían del cielo esa noche. Pero el ruido de la camioneta donde veníamos escoltando a mi general me produjo letargo. No podía apartar de mi memoria a Terry Holiday y lo que cantó por espacio de dos horas. En mi Imaginación la seguía viendo y oyendo, su voz tan clara detrás del zumbido monótono del motor. Se contaba que entre ella y el muchacho componían sus canciones. Y esta noche ella había comenzado a cantar una canción nueva frente a mi general; hablaba de un 36 sembrador que entre los surcos de su parcela descubre una planta prosperando al viento, y tiene espinas que la hacen más bella. Pero el sembrador toma un palo y la destruye lleno de ira, todo por que le han dicho que por sus tallos corre un líquido venenoso. Pero la planta está ahí, cubierta de flores hermosas e intocables y no hace ningún mal a nadie: ni al insecto que vive recorriendo las superficies y los pasadizos de sus tallos y sus hojas, ni al roedor y al reptil que disfrutan de su sombra y protección. Adornaba el paisaje y estaba en armonía con toda la naturaleza. También hubo otra de sus canciones, tiempo atrás, que bajó de la casa y puso a cantar a todos los zacatecanos:”Amor de un rato”. Era una melodía que se silbaba en las calles, se cantaba en las cantinas y se tarareaba en los hogares. Hablaba de una flor que abre sus pétalos quebradizos y tornasolados en la mañana, como si fuera también un pedacito de sol, y se apagaba con el mismo día, al atardecer. Luego iba muriendo a lo largo de la noche y nunca más volvía a abrirse. El recuerdo de esa flor tan efímera causaba un sufrimiento más grande de lo que fue su existencia. Terminaba la canción con una pregunta que se hacía la cantante, en medio de gritos desesperados que no entendían de resignaciones: ¿Por qué la agonía era más larga que la vida y por qué su recuerdo más perfumado? Esa misma noche Terry Holiday se esfumó para todos nosotros - ¿o todos nosotros, junto con mi general, la hicimos desaparecer?-. Se esfumó con su música, sus movimientos, como el perfume y la flor de sus canciones, esa flor que sólo dura la parte luminosa del día. Se apagó con ella su voz y la canción que más me gustaba. Esa que decía que el amor era como construir una avenida de catedrales de cristal por los caminos del alma y después cuando se iba, todos éramos como la ciudad: llevábamos una inmensa catedral de vidrio en el fondo del alma; pero tan frágil, tal vez tan efímera. Después nos acompañaba por la vida ese recuerdo, como el fantasma de una catedral que había existido en nuestro interior. Esa canción me recordaba que, cuando pasábamos enfrente de la catedral, mi general siempre hacía detener el jeep un ratito y, desde su asiento, miraba la fachada y luego las torres y decía para sí casi en secreto: “Qué prodigio, qué prodigio...” Y como mi general no era creyente, nosotros nos no entendíamos sus palabras. Pero yo sí sabía que si él hubiera vivido en los tiempos en que se edificó la catedral, habría sido de los esclavos que la labraron bajo las órdenes de un látigo. A leguas se veía que no era más que un indio pata rajada. V Ya cuando casi amanecía nos fuimos a dormir a las galeras con la novedad de que una helada prematura avanzaba por los potreros y las huertas de la hacienda. Cuando llegábamos con Terry, desde Tepetongo ya se veía la presa, que casi 37 rodea la hacienda, soltar esa vapor frío que el aire iba regando por los campos muy despacio, que se metía entre el zacate y entre los árboles y le daba a la noche una tonalidad plomiza y misteriosa. El agua estaba cuajada en las piletas de los corrales. Las vacas y los becerros bramaban tristemente, como sosteniendo una conversación dolorosa de potrero a potrero, a través de la oscuridad; los caballos pataleaban el piso, inquietos en las caballerizas. Las parcelas de avena y los trigales amanecían embarrados al suelo, los árboles achicharrados dejarían caer sus diminutos frutos, supurando agua, como si todo el campo estuviera suelto, como si la naturaleza hubiera perdido repentinamente sus fuerzas...Pero esa misma mañana-antes que el sol saliera a derretir el agua petrificada y a hacerla circular otra vez por los arroyos, a poner en movimiento el mundo que por un momento se quedó paralizado- con el impulso de una corazonada repentina, mi general tomó una decisión antes del alba: deshacerse, a como diera lugar, de El Amo. Simplemente le dijo que, sin pedir ninguna explicación, ese mismo día se marchara para siempre de la hacienda y de su vida, que ya no necesitaba chofer ni caporal. VI De Tepetongo nos llegó la noticia: por alguna razón el general ya no la quiso; pero eso no les extrañó tanto porque allá sabían que el general era un hombre infame. Entonces, los soldados se habían divertido con ella toda la noche, hasta que a uno se le ocurrió llevarla a la presa y echarla ahí desnuda. Como era una noche muy oscura, la perdieron de vista en el agua y, creyendo que la habían ahogado, se retiraron al cuartel sintiéndose un poco decepcionados por que la diversión, tan súbitamente, se había acabado. Lo que extrañó a la gente de Tepetongo es que el general nunca antes había perdonado a nadie y a Terry Holiday sí la había dejado escapar por quién sabe qué razón. Decían que algo no le estaba funcionando bien al viejo nefasto. Ahora, muchos años después, andaba por Zacatecas totalmente cambiada, mendigando entre los limosneros que recorren la estación del tren y las terminales de autobuses. Pero aun así, todos los sábados venía a la casa de don Tino –que ya no era la misma ni para nosotros: ya estábamos más viejas también- la cual tenía cada vez menos clientes. Muy pocos se atrevían a subir hasta acá, pues era muy caro emborracharse; además, decían que dejaban el lugar deprimidos. Y aunque ya han pasado algunos años todavía Terry Holiday sigue viniendo, nos sigue visitando, no ha olvidado el camino, la ladera que la trae hasta aquí. El busto se le secó o nunca en realidad lo tuvo, unos pelos largos le han saldo y se le empiezan a untar en la piel del mentón y de las quijadas. Usa todavía ese vestido de lentejuelas descoloridas y sus plumas ya desteñidas también. Y se sienta aquí muy erguida por algunas horas, orgullosa y segura de sí misma-bella y misteriosa como una catedral en ruinas- con una copa de brandy y hielo en sus mano, 38 sonriéndole al recuerdo seguramente, como si el tiempo no hubiera pasado y solamente estuviera ahí esperando el momento para salir a cantar a la pista. Todavía se siente en ella la presencia de una mujer diferente.¿cómo les dijera?-, aristócrata y fina, sí, respetuosa, educada, pero la decrepitud y la decadencia hacen su figura triste, conmovedora, que sacude hasta muy adentro, de quienes la miramos, las balanzas utilizadas para pesar la vida. A veces, sonriendo, se para de su asiento y comienza a cantar, con esa voz horrorosa sin tono ni ritmo, la historia de un sembrador que agarró a varejonazos la flor de una planta espinosa porque le habían dicho que producía veneno; ola de una flor creciendo dentro de un calabozo, o la de una ciudad llena de catedrales de cristal. Luego se sienta y mira a los lados, su cara nos dice que ella mira hacia ese otro tiempo en el pasado y, cuando ya se ha terminado su copa, la expresión de su cara cambia, como que los tragos le dan lucidez y se da cuenta que es un ser que lo perdió todo: perdió su juventud, perdió su Ildefonso, perdió su amor y todo eso la había hecho perder la razón. Es un ser completamente ala deriva, quizás olvidado por Dios, si es que a Dios se le puede olvidar alguien alguna vez. Es la prima ocasión que mis ojos han visto a un ser sin ninguna atadura a esta vida. Y he visto porción de gente que ha pasado por esta casa. Se ve que el mal la ha marcado: su cuerpo es el espacio donde simplemente se ha librado la batalla del mal contra la vida. Llora sin que las lágrimas corran por su cara marchita, llora para adentro; y antes de que se haga más noche, sale del lugar muy despacio, sin despedirse de nadie, se deja ir sola a la ciudad de nuevo tal vez avergonzada de haberse atrevido a venir a esculcar en los recuerdos...Se va a mendigar la vida, a juntar el dinero necesario para venir el sábado. Y esos día me deja meditando:¿Porqué volver loca a la vida en esa búsqueda? Terry y todos los hombres que vienen por mi compañía y que frecuentan esta casa me marean con su ir y venir, como las palomas han de marear a las torres de la catedral. Si la misma vida es la que se da entre las palomas y las piedras de la catedral. VII El general Aniceto López Morelos falleció una tarde –nublada y barrida por el viento frío de finales de noviembre- en un hospital de la ciudad de Zacatecas, muchos años después. Para entonces ya se le había olvidado uno de sus más grandes crímenes, uno que todavía no acaba de suceder. Como sus fechorías se habían ido haciendo cada vez más raras y menos obvias, ya cuando era muy viejo había gente que de verdad lo quería. Murió atendido por monjitas y doctores a los cuales regaló grandes sumas de dinero y otros favores. Pero en Tepetongo hubo un hombre que nunca lo perdonó porque había sido víctima de sus crímenes. Y ese mismo hombre comentaba el mero día de su fallecimiento: “El general era un hombre tan bandido que hasta el cielo se robó”. Todo por que se supo allá que a la hora de su muerte un grupo de monjas rezaba alrededor de su cama. Y de la catedral, durante la tarde, se derramó una melodía que como un perfume muy fino invadió a la ciudad: un coro acompañaba al organista quien tocaba 39 interminablemente Jesús, que mi gozo perdure a lo que daban todas las flautas abiertas del órgano monumental. Y no sería extraño que algún no lejano día al estado se le ocurra levantar una estatua en su memoria. Pero eso ya no lo verían mis pobres ojos, afortunadamente. Y así va extinguiéndose la antigua casa de Adelaida y la vida de los tres seres humanos que tuvieron que ver con su historia. Nunca se aclararon los muchos pequeños detalles y dudas que fueron surgiendo después, cuando toda ya era un témpano de hechos. Sólo, al siguiente día del que se robaron d Zacatecas a Terry Holiday, un hombre llegó desnudo a Tepetongo muy temprano en la mañana; iba muy golpeado, herido y lleno de lodo, muriéndose de frío y suplicando la compasión humana. Estaba mudo de terror. Seguramente también ése se les había escapado de la hacienda de Víboras. Otro de los crímenes de ese viejo desgraciado-comentaba, en la tienda de Crescencio Montes, un hombre llamado Florentino. Pero a pesar de los años transcurridos la casa sigue saliendo de la oscuridad todas las mañanas, como un barco que flotará sobre las onduladas lomas de la ciudad, después de haber andado a la deriva durante la noche por todo el mar de montañas del estado, impulsado por la alegría, la música, el vino y nuestras pasiones. Y luego, al quedarse aquí quieto, anclado durante el día, a los viajeros de este barco no se nos puede desprender de la mente el horrible pensamiento de que a cada uno solo, aparte, tarde o temprano, le llegará su tiempo de naufragar. La tumba del general Aniceto López Morelos se encuentra hoy en día en un rincón del hermoso camposanto de la hacienda que le perteneció. La tumba de Terry Holiday –quien nadie recuerda exactamente cuando murió o cuando estuvo aquí en la casa por última vez- también está en un rincón de nuestro cementerio personal. Ahí donde sepultamos secretamente todos esos pedazos de la vida que se nos va muriendo. a) Recuerda que una HIPÓTESIS se caracteriza por una pregunta o una respuesta tentativa sujeta a comprobación. b) De las dos hipótesis citadas a continuación elige una, y fundaméntala con los hechos presentes en el cuento:  Terry Holiday no es una mujer. ¿Terry Holiyay es una cantante y bailarina?. c) De la hipótesis elegida cita tres hechos que la respalden: 1)___________________________________________________________ ____________________________________________________________ __________________ 40 2)___________________________________________________________ ____________________________________________________________ __________________3)_________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________ d) Del párrafo siguiente cambia el lugar que ocupa el narrador en el relato: “De Tepetongo nos llegó la noticia: por alguna razón el general ya no la quiso; pero eso no les extrañó tanto porque allá sabían que el general era un hombre infame. Entonces, los soldados se habían divertido con ella toda la noche, hasta que a uno se le ocurrió llevarla a la presa y echarla ahí desnuda”. ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ___ e) En la narración de la historia aparecen dos narradores un hombre y una mujer, cita un párrafo que identifique a cada uno. (5 renglones)espacio (5 renglones) f) Ejercicio de reescritura. ¿ Cómo te hubiera gustado que terminará el cuento? . ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ 41 ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ______________________________ ACTIVIDAD 6. “ Identificación de hechos” a) Inicia la lectura del cuento “El barril de Amontillado” e identifica lo siguiente: b) ¿ Cuál es el Problema en la historia? c) ¿ Existe alguna solución al problema o sólo un final? EL BARRIL DE AMONTILLADO. Autor. EDGAR ALLAN POE. Lo mejor que pude había soportado las mil injurias de Fortunato. Pero cuando llegó el insulto, juré vengarme. Ustedes, que conocen tan bien la naturaleza de mi carácter, no llegarán a suponer, no obstante, que pronunciara la menor palabra con respecto a mi propósito. A la larga, yo sería vengado. Este era ya un punto establecido definitivamente. Pero la misma decisión con que lo había resuelto excluía toda idea de peligro por mi parte. No solamente tenía que castigar, sino castigar impunemente. Una injuria queda sin reparar cuando su justo castigo perjudica al vengador. Igualmente queda sin reparación cuando ésta deja de dar a entender a quien le ha agraviado que es él quien se venga. Es preciso entender bien que ni de palabra, ni de obra, di a Fortunato motivo para que sospechara de mi buena voluntad hacia él. Continué, como de costumbre, sonriendo en su presencia, y él no podía advertir que mi sonrisa, entonces, tenía como origen en mí la de arrebatarle la vida. 42 Aquel Fortunato tenía un punto débil, aunque, en otros aspectos, era un hombre digno de toda consideración, y aun de ser temido. Se enorgullecía siempre de ser un entendido en vinos. Pocos italianos tienen el verdadero talento de los catadores. En la mayoría, su entusiasmo se adapta con frecuencia a lo que el tiempo y la ocasión requieren, con objeto de dedicarse a engañar a los millionaires ingleses y austríacos. En pintura y piedras preciosas, Fortunato, como todos sus compatriotas, era un verdadero charlatán; pero en cuanto a vinos añejos, era sincero. Con respecto a esto, yo no difería extraordinariamente de él. También yo era muy experto en lo que se refiere a vinos italianos, y siempre que se me presentaba ocasión compraba gran cantidad de éstos. Una tarde, casi al anochecer, en plena locura del Carnaval, encontré a mi amigo. Me acogió con excesiva cordialidad, porque había bebido mucho. El buen hombre estaba disfrazado de payaso. Llevaba un traje muy ceñido, un vestido con listas de colores, y coronaba su cabeza con un sombrerillo cónico adornado con cascabeles. Me alegré tanto de verle, que creí no haber estrechado jamás su mano como en aquel momento. -Querido Fortunato -le dije en tono jovial-, éste es un encuentro afortunado. Pero ¡qué buen aspecto tiene usted hoy! El caso es que he recibido un barril de algo que llaman amontillado, y tengo mis dudas. -¿Cómo? -dijo él-. ¿Amontillado? ¿Un barril? ¡Imposible! ¡Y en pleno Carnaval! -Por eso mismo le digo que tengo mis dudas -contesté-, e iba a cometer la tontería de pagarlo como si se tratara de un exquisito amontillado, sin consultarle. No había modo de encontrarle a usted, y temía perder la ocasión. -¡Amontillado! Tengo mis dudas. -¡Amontillado! -Y he de pagarlo. -¡Amontillado! -Pero como supuse que estaba usted muy ocupado, iba ahora a buscar a Luchesi. Él es un buen entendido. Él me dirá... -Luchesi es incapaz de distinguir el amontillado del jerez. -Y, no obstante, hay imbéciles que creen que su paladar puede competir con el de usted. 43 -Vamos, vamos allá. -¿Adónde? -A sus bodegas. -No mi querido amigo. No quiero abusar de su amabilidad. Preveo que tiene usted algún compromiso. Luchesi... -No tengo ningún compromiso. Vamos. -No, amigo mío. Aunque usted no tenga compromiso alguno, veo que tiene usted mucho frío. Las bodegas son terriblemente húmedas; están materialmente cubiertas de salitre. -A pesar de todo, vamos. No importa el frío. ¡Amontillado! Le han engañado a usted, y Luchesi no sabe distinguir el jerez del amontillado. Diciendo esto, Fortunato me cogió del brazo. Me puse un antifaz de seda negra y, ciñéndome bien al cuerpo mi roquelaire, me dejé conducir por él hasta mi palazzo. Los criados no estaban en la casa. Habían escapado para celebrar la festividad del Carnaval. Ya antes les había dicho que yo no volvería hasta la mañana siguiente, dándoles órdenes concretas para que no estorbaran por la casa. Estas órdenes eran suficientes, de sobra lo sabía yo, para asegurarme la inmediata desaparición de ellos en cuanto volviera las espaldas. Cogí dos antorchas de sus hacheros, entregué a Fortunato una de ellas y le guié, haciéndole encorvarse a través de distintos aposentos por el abovedado pasaje que conducía a la bodega. Bajé delante de él una larga y tortuosa escalera, recomendándole que adoptara precauciones al seguirme. Llegamos, por fin, a los últimos peldaños, y nos encontramos, uno frente a otro, sobre el suelo húmedo de las catacumbas de los Montresors. El andar de mi amigo era vacilante, y los cascabeles de su gorro cónico resonaban a cada una de sus zancadas. -¿Y el barril? -preguntó. -Está más allá -le contesté-. Pero observe usted esos blancos festones que brillan en las paredes de la cueva. Se volvió hacia mí y me miró con sus nubladas pupilas, que destilaban las lágrimas de la embriaguez. -¿Salitre? -me preguntó, por fin. 44 -Salitre -le contesté-. ¿Hace mucho tiempo que tiene usted esa tos? -¡Ejem! ¡Ejem! ¡Ejem! ¡Ejem! ¡Ejem! ¡Ejem! ¡Ejem! ¡Ejem!...! A mi pobre amigo le fue imposible contestar hasta pasados unos minutos. -No es nada -dijo por último. -Venga -le dije enérgicamente-. Volvámonos. Su salud es preciosa, amigo mío. Es usted rico, respetado, admirado, querido. Es usted feliz, como yo lo he sido en otro tiempo. No debe usted malograrse. Por lo que mí respecta, es distinto. Volvámonos. Podría usted enfermarse y no quiero cargar con esa responsabilidad. Además, cerca de aquí vive Luchesi... -Basta -me dijo-. Esta tos carece de importancia. No me matará. No me moriré de tos. -Verdad, verdad -le contesté-. Realmente, no era mi intención alarmarle sin motivo, pero debe tomar precauciones. Un trago de este medoc le defenderá de la humedad. Y diciendo esto, rompí el cuello de una botella que se hallaba en una larga fila de otras análogas, tumbadas en el húmedo suelo. -Beba -le dije, ofreciéndole el vino. Llevóse la botella a los labios, mirándome de soslayo. Hizo una pausa y me saludó con familiaridad. Los cascabeles sonaron. -Bebo -dijo- a la salud de los enterrados que descansan en torno nuestro. -Y yo, por la larga vida de usted. De nuevo me cogió de mi brazo y continuamos nuestro camino. -Esas cuevas -me dijo- son muy vastas. Los Montresors -le contesté- era una grande y numerosa familia. -He olvidado cuáles eran sus armas. -Un gran pie de oro en campo de azur. El pie aplasta a una serpiente rampante, cuyos dientes se clavan en el talón. -¡Muy bien! -dijo. 45 Brillaba el vino en sus ojos y retiñían los cascabeles. También se caldeó mi fantasía a causa del medoc. Por entre las murallas formadas por montones de esqueletos, mezclados con barriles y toneles, llegamos a los más profundos recintos de las catacumbas. Me detuve de nuevo, esta vez me atreví a coger a Fortunato de un brazo, más arriba del codo. -El salitre -le dije-. Vea usted cómo va aumentando. Como si fuera musgo, cuelga de las bóvedas. Ahora estamos bajo el lecho del río. Las gotas de humedad se filtran por entre los huesos. Venga usted. Volvamos antes de que sea muy tarde. Esa tos... -No es nada -dijo-. Continuemos. Pero primero echemos otro traguito de medoc. Rompí un frasco de vino de De Grave y se lo ofrecí. Lo vació de un trago. Sus ojos llamearon con ardiente fuego. Se echó a reír y tiró la botella al aire con un ademán que no pude comprender. Le miré sorprendido. El repitió el movimiento, un movimiento grotesco. -¿No comprende usted? -preguntó. -No -le contesté. -Entonces, ¿no es usted de la hermandad? -¿Cómo? -¿No pertenece usted a la masonería? -Sí, sí -dije-; sí, sí. -¿Usted? ¡Imposible! ¿Un masón? -Un masón -repliqué. -A ver, un signo -dijo. -Éste -le contesté, sacando de debajo de mi roquelaire una paleta de albañil. Usted bromea -dijo, retrocediendo unos pasos-. Pero, en fin, vamos por el amontillado. -Bien -dije, guardando la herramienta bajo la capa y ofreciéndole de nuevo mi brazo. 46 Apoyóse pesadamente en él y seguimos nuestro camino en busca del amontillado. Pasamos por debajo de una serie de bajísimas bóvedas, bajamos, avanzamos luego, descendimos después y llegamos a una profunda cripta, donde la impureza del aire hacía enrojecer más que brillar nuestras antorchas. En lo más apartado de la cripta descubríase otra menos espaciosa. En sus paredes habían sido alineados restos humanos de los que se amontonaban en la cueva de encima de nosotros, tal como en las grandes catacumbas de París. Tres lados de aquella cripta interior estaban también adornados del mismo modo. Del cuarto habían sido retirados los huesos y yacían esparcidos por el suelo, formando en un rincón un montón de cierta altura. Dentro de la pared, que había quedado así descubierta por el desprendimiento de los huesos, veíase todavía otro recinto interior, de unos cuatro pies de profundidad y tres de anchura, y con una altura de seis o siete. No parecía haber sido construido para un uso determinado, sino que formaba sencillamente un hueco entre dos de los enormes pilares que servían de apoyo a la bóveda de las catacumbas, y se apoyaba en una de las paredes de granito macizo que las circundaban. En vano, Fortunato, levantando su antorcha casi consumida, trataba de penetrar la profundidad de aquel recinto. La débil luz nos impedía distinguir el fondo. -Adelántese -le dije-. Ahí está el amontillado. Si aquí estuviera Luchesi... -Es un ignorante -interrumpió mi amigo, avanzando con inseguro paso y seguido inmediatamente por mí. En un momento llegó al fondo del nicho, y, al hallar interrumpido su paso por la roca, se detuvo atónito y perplejo. Un momento después había yo conseguido encadenarlo al granito. Había en su superficie dos argollas de hierro, separadas horizontalmente una de otra por unos dos pies. Rodear su cintura con los eslabones, para sujetarlo, fue cuestión de pocos segundos. Estaba demasiado aturdido para ofrecerme resistencia. Saqué la llave y retrocedí, saliendo del recinto. -Pase usted la mano por la pared -le dije-, y no podrá menos que sentir el salitre. Está, en efecto, muy húmeda. Permítame que le ruegue que regrese. ¿No? Entonces, no me queda más remedio que abandonarlo; pero debo antes prestarle algunos cuidados que están en mi mano. -¡El amontillado! -exclamó mi amigo, que no había salido aún de su asombro. -Cierto -repliqué-, el amontillado. Y diciendo estas palabras, me atareé en aquel montón de huesos a que antes he aludido. Apartándolos a un lado no tardé en dejar al descubierto cierta cantidad de piedra de construcción y mortero. Con estos materiales y la ayuda de mi paleta, 47 empecé activamente a tapar la entrada del nicho. Apenas había colocado al primer trozo de mi obra de albañilería, cuando me di cuenta de que la embriaguez de Fortunato se había disipado en gran parte. El primer indicio que tuve de ello fue un gemido apagado que salió de la profundidad del recinto. No era ya el grito de un hombre embriagado. Se produjo luego un largo y obstinado silencio. Encima de la primera hilada coloqué la segunda, la tercera y la cuarta. Y oí entonces las furiosas sacudidas de la cadena. El ruido se prolongó unos minutos, durante los cuales, para deleitarme con él, interrumpí mi tarea y me senté en cuclillas sobre los huesos. Cuando se apaciguó, por fin, aquel rechinamiento, cogí de nuevo la paleta y acabé sin interrupción las quinta, sexta y séptima hiladas. La pared se hallaba entonces a la altura de mi pecho. De nuevo me detuve, y, levantando la antorcha por encima de la obra que había ejecutado, dirigí la luz sobre la figura que se hallaba en el interior. Una serie de fuertes y agudos gritos salió de repente de la garganta del hombre encadenado, como si quisiera rechazarme con violencia hacia atrás. Durante un momento vacilé y me estremecí. Saqué mi espada y empecé a tirar estocadas por el interior del nicho. Pero un momento de reflexión bastó para tranquilizarme. Puse la mano sobre la maciza pared de piedra y respiré satisfecho. Volví a acercarme a la pared, y contesté entonces a los gritos de quien clamaba. Los repetí, los acompañé y los vencí en extensión y fuerza. Así lo hice, y el que gritaba acabó por callarse. Ya era medianoche, y llegaba a su término mi trabajo. Había dado fin a las octava, novena y décima hiladas. Había terminado casi la totalidad de la oncena, y quedaba tan sólo una piedra que colocar y revocar. Tenía que luchar con su peso. Sólo parcialmente se colocaba en la posición necesaria. Pero entonces salió del nicho una risa ahogada, que me puso los pelos de punta. Se emitía con una voz tan triste, que con dificultad la identifiqué con la del noble Fortunato. La voz decía: -¡Ja, ja, ja! ¡Je, je, je! ¡Buena broma, amigo, buena broma! ¡Lo que nos reiremos luego en el palazzo, ¡je, je, je!, a propósito de nuestro vino! ¡Je, je, je! -El amontillado -dije. -¡Je, je, je! Sí, el amontillado. Pero, ¿no se nos hace tarde? ¿No estarán esperándonos en el palazzo Lady Fortunato y los demás? Vámonos. -Sí -dije-; vámonos ya. -¡Por el amor de Dios, Montresor! -Sí -dije-; por el amor de Dios. 48 En vano me esforcé en obtener respuesta a aquellas palabras. Me impacienté y llamé en alta voz: -¡Fortunato! No hubo respuesta, y volví a llamar. -¡Fortunato! Tampoco me contestaron. Introduje una antorcha por el orificio que quedaba y la dejé caer en el interior. Me contestó sólo un cascabeleo. Sentía una presión en el corazón, sin duda causada por la humedad de las catacumbas. Me apresuré a terminar mi trabajo. Con muchos esfuerzos coloqué en su sitio la última piedra y la cubrí con argamasa. Volví a levantar la antigua muralla de huesos contra la nueva pared. Durante medio siglo, nadie los ha tocado. In pace requiescat! d) Transcribe el siguiente párrafo y cambia el lugar que ocupa el narrador en la historia: “Pasamos por debajo de una serie de bajísimas bóvedas, bajamos, avanzamos luego, descendimos después y llegamos a una profunda cripta, donde la impureza del aire hacía enrojecer más que brillar nuestras antorchas. En lo más apartado de la cripta descubríase otra menos espaciosa. En sus paredes habían sido alineados restos humanos de los que se amontonaban en la cueva de encima de nosotros, tal como en las grandes catacumbas de París”.( 6 reng) e) ¿Cuál es el tema central de la historia? (2 reng) f) Ya identificaste a través de la lectura el problema que se da entre Fortunato y Montesors,cita los tres hechos que lo justifican: >Antecedentes: ( 3 reng) >Desarrollo: (3 reng) >Solución o Final : (3 ren) 49 CAPÍTULO II. EJERCITACIÓN DE OPERACIONES TEXTUALES. Este segundo capítulo tiene como objetivo recordarte la forma en que esta estructurado un escrito. En todos los textos las características de estilo y disposición dependen del autor y su propósito, sin embargo hay ciertos rasgos comunes a los diversos tipos de textos que podemos aprovechar para ayudarte a comprenderlos eficazmente. Hay dos tipos básicos de textos: narrativos y expositivos:  Los textos narrativos cuentan una historia y están organizados, en términos generales, en torno a un patrón donde se incluyen personajes, el escenario, el o los problemas, la acción, la resolución del problema y el tema, los textos narrativos se refieren a hechos reales o ficticios.  Los textos expositivos nos presentan hechos y datos organizados en un patrón que establece las relaciones existentes entre las diversas ideas presentadas. El esquema depende del objetivo del autor al escribir el texto. Tanto los textos narrativos como expositivos transmiten ideas e información, pero lo hacen en estilos y formatos diferentes. ACTIVIDAD 1 a) Considera que: El cuento es una narración corta en la que intervienen personajes que realizan acciones en un lugar y un tiempo determinado. Dentro del relato puede aparecer también un diálogo directo intercalado. Estas historias son contadas por un narrador que habla de cosas que le suceden a otras personas o a sí mismo. En este último caso, él será un personaje del cuento. Todo cuento debe tener un principio, un nudo y un desenlace o final. a) Como ejemplo del texto narrativo iniciaremos con la lectura del cuento: “El Rey Yu”. 50 El rey Yu Autor . Hermann Hesse La historia de la antigua China ofrece escasos ejemplos de monarcas y estadistas que fuesen derrocados a causa de haber caído bajo la influencia de una mujer y de un enamoramiento. Uno de estos raros ejemplos -y uno muy notable- es el del rey Yu de Tchou y su mujer Bau Si. El país de Tchou lindaba por el oeste con los territorios de los bárbaros mongoles, y la sede de su Corte, Fong, se encontraba en medio de una región poco segura, que de vez en cuando se veía expuesta a los asaltos y saqueos de aquellas tribus bárbaras. Por ello fue preciso ocuparse de reforzar al máximo las fortificaciones fronterizas y, sobre todo, de proteger mejor la Corte. Los libros de historia nos dicen que el rey Yu, el cual no era un mal estadista y sabía prestar atención a los buenos consejos, supo compensar las desventajas de su frontera adoptando inteligentes medidas, pero que todas estas inteligentes y meritorias obras quedaron destruidas por los caprichos de una bonita mujer. En efecto, con ayuda de todos sus príncipes vasallos, el rey estableció en la frontera occidental una línea de defensa, línea de defensa que, como todas las creaciones políticas, presentaba un doble carácter, a saber: moral, por una parte, y mecánico, por otra. El fundamento moral del tratado era el juramento y la fidelidad de los príncipes y sus oficiales, cada uno de los cuales se comprometía a acudir con sus soldados a la Corte a socorrer al rey a la primera señal de alarma. A su vez, el principio mecánico, del cual se ocupaba el rey, consistía en un bien pensado sistema de torres, que hizo construir en su frontera occidental. En cada una de estas torres debía montarse guardia día y noche; las torres estaban provistas de tambores muy potentes. En caso de una invasión enemiga por cualquier punto de la frontera, la torre más próxima redoblaría su tambor; de torre en torre esta señal recorrería todo el país en un tiempo mínimo. Este inteligente y loable dispositivo ocupó largo tiempo al rey Yu, quien tuvo que celebrar conferencias con sus príncipes, considerar los informes de los arquitectos, organizar la instrucción del servicio de guardia. Ahora bien, el rey tenía una favorita llamada Bau Si, una mujer hermosa que supo hacerse con una influencia sobre el corazón y los sentidos del rey, mayor de lo que puede convenir a un monarca y a su reino. Al igual que su señor, Bau Si seguía con curiosidad e interés los trabajos que se realizaban en la frontera, del mismo modo que una niña vivaracha e inteligente contempla, de vez en cuando, con admiración y envidia los juegos de los muchachos. Para que lo comprendiese todo perfectamente, uno de los arquitectos le había construido un delicado modelo -de arcilla pintada y cocidade la línea de defensa; este modelo representaba la frontera y el sistema de torres, y en cada una de las graciosas torrecillas había un guardia de arcilla 51 infinitamente pequeño y que en vez de tambor llevaba colgada una diminuta campanilla. Este bonito juguete constituía el pasatiempo favorito de la mujer del rey, y cuando alguna vez estaba de malhumor, sus doncellas solían proponerle jugar al «ataque bárbaro». Entonces colocaban todas las torrecillas, hacían tañer las campanillas enanas, y así disfrutaban y se entretenían mucho. El día astrológicamente favorable en que, concluidas al fin las obras, instalados los tambores y preparado el servicio de guardia, se puso a prueba, previo acuerdo, la nueva línea de defensa, fue una ocasión gloriosa para el rey. Orgulloso de su realización, se mostraba muy impaciente; los cortesanos esperaban para darle sus parabienes, pero la más ansiosa y excitada era la hermosa mujer Bau Si, la cual casi no podía esperar que concluyesen todas las ceremonias y rogaciones previas. Por fin llegó la hora señalada, y por primera vez comenzó a desarrollarse en gran escala y de verdad el juego de las torres y los tambores que tan a menudo había hecho pasar un buen rato a la mujer del rey. Ésta apenas podía contener sus ansias de comenzar a intervenir en el juego y a dar órdenes, tan grande era su alegre excitación. El rey le lanzó una grave mirada, y con esto se controló. Había llegado el momento; ahora jugarían al «ataque bárbaro» en grande y con torres de verdad, con hombres y tambores de verdad, para ver cómo resultaba todo. El rey dio la señal, el mayordomo mayor transmitió la orden al capitán de la caballería, éste trotó hasta la primera torre y dio orden de redoblar el tambor. El redoble retumbó potente y profundo, su sonido alcanzó todos los oídos, festivo y profundamente conmovedor. Bau Si se había puesto pálida de emoción y comenzó a temblar. El gran tambor de batalla redoblaba con fuerza su basto ritmo estremecedor, un canto lleno de presagios y amenazas, lleno de lo venidero, de guerra y miseria, de miedo y derrota. Todos lo escuchaban con profundo respeto. Cuando el sonido comenzaba a extinguirse, de la torre siguiente salió la réplica, lejana y débil, la cual se fue perdiendo rápidamente, y después no se oyó nada más, y al cabo de unos instantes se rompió el festivo silencio, la gente volvió a alzar la voz, se pusieron en pie y comenzaron a charlar. Entretanto, el profundo y atronador redoble fue pasando de la segunda a la tercera y a la décima y a la trigésima torre, y cuando se dejaba oír, todos los soldados de esa zona tenían estrictas órdenes de presentarse de inmediato en el lugar convenido, armados y con la bolsa de provisiones llena; todos los capitanes y coroneles debían prepararse para la marcha sin pérdida de tiempo y apresurarse al máximo; también debían enviar ciertas órdenes preestablecidas al interior del país. Dondequiera que se oía el redoble del tambor se interrumpían el trabajo y las comidas, los juegos y el sueño, se empaquetaba, se ensillaba, se recogía, se emprendía la marcha a pie y a caballo. En breve espacio de tiempo, de todos los distritos de los alrededores salían tropas presurosas con destino a la Corte de Fong. 52 En Fong, en el patio de palacio, se había relajado pronto la profunda emoción e interés que se habían apoderado de todos los ánimos al redoblar el terrible tambor. La gente paseaba por el jardín de la Corte charlando animadamente, toda la ciudad estaba de fiesta, y cuando, transcurridas menos de tres horas, comenzaron a aproximarse ya cabalgatas pequeñas y más grandes, procedentes de dos direcciones, y luego, de hora en hora, fueron llegando más y más -lo cual duró todo ese día y los dos siguientes-, el rey, sus cortesanos y sus oficiales fueron presa de un creciente entusiasmo. El rey se vio colmado de agasajos y congratulaciones, los arquitectos fueron invitados a un banquete y el tambor de la primera torre, el que había dado el primer redoble, fue coronado por el pueblo, paseado en andas por las calles y obsequiado por todos. La mujer del rey, Bau Si, estaba absolutamente entusiasmada y como embriagada. Su juego de torrecitas y campanillas se había hecho realidad de forma mucho más espléndida de lo que nunca hubiese podido imaginar. Por arte de magia, la orden había desaparecido en el solitario país, envuelta en la amplia onda sonora del redoble del tambor; y su resultado llegaba ahora, vivo, real, como un eco de lontananza, el emocionante bramido de ese tambor había producido un ejército, un ejército de cientos y miles de hombres bien armados que iban llegando por el horizonte, a pie y a caballo, en continuo flujo, en continuo y rápido avance: arqueros, caballería ligera y pesada, lanceros, iban llenando gradualmente, con creciente barullo, todo el espacio disponible alrededor de la ciudad, donde eran acogidos y se les indicaban sus posiciones, donde eran aclamados y obsequiados, donde acampaban, levantaban tiendas y encendían fogatas. Esto continuó día y noche; como duendes de fábula surgían de la tierra gris, lejanos, diminutos, envueltos en nubes de polvo, para finalmente formar filas, hechos sobrecogedora realidad, bajo las miradas de la Corte y de la embelesada Bau Si. El rey Yu estaba muy satisfecho, y en particular le complacía el arrobamiento de su favorita; llena de felicidad, resplandecía como una flor y el rey nunca la había visto tan bella. Pero las festividades duran poco. También esta gran fiesta se extinguió y dio paso a la vida de todos los días: dejaron de ocurrir maravillas, no se hicieron realidad nuevos sueños de fábula. Esto resulta insoportable a las personas desocupadas y veleidosas. Pasadas unas semanas de la fiesta, Bau Si volvió a perder todo su buen humor. El pequeño juego con las torrecillas de arcilla y las campanillas colgadas de un hilo resultaba tan insulso ahora, después de haber probado el gran juego. ¡Oh, cuán embriagador había resultado éste! Y todo estaba allí dispuesto, listo para repetir el sublime juego: allí estaban las torres y colgaban los tambores, allí montaban guardia los soldados y permanecían alerta los tambores en sus uniformes, todo estaba a la expectativa, pendiente de la gran orden, ¡y todo permanecía muerto e inservible en tanto no llegase esa orden! Bau Si perdió la sonrisa, desapareció su aspecto resplandeciente; el rey contemplaba preocupado a su compañera preferida, privado de su consuelo nocturno. Tuvo que incrementar al máximo sus presentes, con tal de poder sacarle 53 una sonrisa. Había llegado el momento de comprender la situación y sacrificar al deber la pequeña y dulce preciosidad. Pero Yu era débil. Que Bau Si recuperase la alegría, le parecía lo principal. Así, sucumbió a la tentación que le preparaba la mujer poco a poco, y ofreciendo resistencia, pero sucumbió. Bau Si le arrastró tan lejos, que llegó a olvidar sus deberes. Cediendo a las súplicas mil veces repetidas, satisfizo el único gran deseo de su corazón: accedió a dar la señal a la guardia fronteriza, como si se avecinase el enemigo. En el acto resonó el profundo, conmovedor redoble del tambor de guerra. Esta vez, al rey le pareció un sonido terrible, y también Bau Si se asustó al oírlo. Mas luego se fue repitiendo todo el delicioso juego: en el horizonte se alzaron las pequeñas nubes de polvo, las tropas fueron llegando, a pie y a caballo, durante tres días seguidos, los generales hicieron reverencias, los soldados montaron sus tiendas. Bau Si estaba encantada, su rostro resplandecía. Pero el rey Yu pasó momentos difíciles. Se veía obligado a reconocer que no lo había atacado ningún enemigo, que todo estaba en calma. Conque intentó justificar la falsa alarma diciendo que se trataba de un provechoso ejercicio. Nadie se lo discutió, todos se inclinaron y lo aceptaron. Pero los oficiales comenzaron a rumorear que habían sido víctimas de una desleal travesura del rey; éste había alarmado a toda la frontera y los habla movilizado a todos, miles de hombres, con el mero objeto de complacer a su favorita. Y la mayor parte de los oficiales estuvieron de acuerdo en no volver a responder en el futuro a una orden de este tipo. Entretanto, el rey se esforzaba por levantar los ánimos de las disgustadas tropas con espléndidos obsequios. Bau Si había conseguido lo que quería. Pero cuando comenzaba a retornar su malhumor y empezaba a sentirse nuevamente deseosa de repetir el insensato juego, ambos recibieron su castigo. Tal vez por casualidad, tal vez porque les habían llegado noticias de esos acontecimientos, un buen día los bárbaros cruzaron inesperadamente la frontera en grandes bandadas de jinetes. Las torres dieron su señal sin tardanza, el redoble lanzó su imperiosa exhortación y se fue difundiendo hasta el último recodo. Pero el exquisito juguete, con su mecánica tan admirable, parecía haberse roto: los tambores ya podían sonar, pero nada tañía en los corazones de los soldados y oficiales del país. Éstos no respondieron al tambor. Y el rey y Bau Si otearon en vano en todas direcciones; por ningún lado se levantaba la polvareda, en ninguna dirección se veían acercar caracoleantes las pequeñas cabalgatas grises, nadie acudió en su ayuda. El rey salió presuroso al encuentro de los bárbaros con las escasas tropas que tenía a mano. Pero el enemigo era numeroso; derrotó a las tropas, tomó la Corte de Fong, destruyó el palacio, derribó las torres. El rey Yu perdió el reino y la vida, y otro tanto le ocurrió a su favorita Bau Si, de cuya perniciosa sonrisa aún siguen hablando los libros de historia. 54 Fong fue destruida, la cosa iba en serio. Éste fue el fin del juego de los tambores y del rey Yu y la sonriente Bau Si. El sucesor de Yu, el rey Ping, no tuvo más remedio que abandonar Fong y trasladar la Corte más hacia Oriente; se vio obligado a comprar la futura seguridad de sus dominios por medio de pactos con monarcas vecinos y la cesión a éstos de grandes extensiones de territorio. Recuerda que: En el cuento el autor utiliza a un intermediario/narrador para contar los hechos y acciones de los personajes, en un espacio y momento determinado. √Es Homodiegético cuando narra los hechos en primera persona y participa en la historia. √Autodiegético si es además el protagonista. √Heterodiegético si cuenta la historia desde fuera, no participa en el relato y utiliza la tercera persona. b) Cita un párrafo que ejemplifique el lugar que ocupa el Narrador en la historia. (5 renglones) c) Describe física y psicológicamente a los siguientes personajes (4 reng. Para c/u) El rey Yu Bau Si d) Comenta cuál es el Problema que enfrentan los personajes que viven en el país Tchou. (8 reng) e) Argumenta en el siguiente espacio que solución tiene su problema en la historia. (8) 55 ACTIVIDAD 2 a) Lee con atención los siguientes textos expositivos. Las razones del domingo Otra vez, RSG frente a la procuraduría suiza por Jorge Fernández Menéndez La investigación sobre la presunta relación de Raúl Salinas de Gortari con el narcotráfico, podría tener una nueva vuelta de tuerca en las próximas semanas. Como se informó en su momento, la anterior administración de la PGR, encabezada entonces por Jorge Madrazo, poco antes del cambio de gobierno, dejó abierta una investigación sobre este tema. Apenas el jueves, el procurador general de la República, Rafael Macedo de la Concha, reconoció en un desayuno con la fuente que cubre esa dependencia que ha ordenado "optimizar y agilizar" la indagatoria que existe contra Raúl Salinas en este terreno, y agregó que será "la fiscalía (antidrogas) la encargada de determinar, con base en los resultados, la actuación ministerial a seguir". Añadió que en los próximos días se reunirá con un enviado de la fiscalía suiza para continuar con la investigación sobre el origen de la fortuna que acumuló Raúl Salinas de Gortari en bancos de ese país. Al mismo tiempo que Macedo hacía esta declaración en México, en Suiza, Bernard Bertossa, fiscal jefe en Ginebra, dijo que el juez Paul Perraudin esperaba levantar cargos "por lavado de dinero" contra "un cierto número de personas" involucradas en el caso Raúl Salinas de Gortari. Según las autoridades suizas, unos 75 millones de dólares de los depositados por Raúl Salinas en Suiza provienen, agregó el fiscal Bertossa, del lavado de dinero. "El juez Perraudin sostuvo- ha llevado a cabo investigaciones financieras diseñadas para rastrear los fondos desde su posible origen en México hasta llegar a las cuentas suizas. Las investigaciones financieras han sido muy fructíferas y están casi concluidas". Y, al final, agregó que han contado con una "mayor cooperación" para esas "investigaciones financieras" de parte del gobierno de Vicente Fox que de su antecesor, Ernesto Zedillo. La única diferencia respecto a lo dicho por Macedo de la Concha es que el fiscal suizo sostuvo que el juez Perraudin vendría a México en los próximos meses (el fiscal estima tener terminada su investigación hacia fin de este año), y el procurador sostuvo que ese encuentro sería en los próximos días. Lo cierto es que el caso Raúl en Suiza se ha reactivado y ello va de la mano con un doble proceso: el cambio de las autoridades judiciales suizas y, sin duda, el inicio de la Administración Fox. Ahora bien, por lo que hemos podido conocer de estas investigaciones financieras "nuevas" que han construido las autoridades suizas, ellas no tienen demasiadas diferencias respecto a las incluidas en el extenso informe suizo que se divulgó hace ya casi cuatro años. Pero allí están presentes las mismas tesis que ahora se presentarán y que volverán a colocar en 56 el centro del debate político nacional a la familia Salinas de Gortari, pero también, si nos basamos en la información que llega desde Ginebra, a muchos de sus más cercanos colaboradores y socios. Si nos basamos en la investigación que hizo la confederación helvética sobre Raúl Salinas podemos suponer, desde ahora, cómo se canalizará la actual investigación y quiénes serán los principales involucrados. ¿Qué dice el informe suizo? Para los suizos se realizó toda una operación de lavado de dinero para ocultar de la vista pública los -según este informe- 500 millones de dólares (en otra parte dice que serían 450 millones) que recibió durante el periodo de gobierno de su hermano Carlos, de parte del narcotráfico. Describe cómo operó ese mecanismo, para borrar huellas, a partir de los millones encontrados en Suiza. Según esa investigación los cheques fueron entregados en el Citibank de México y fueron canalizados por los consejeros de inversiones vía Nueva York hacia Londres y Zurich. El procedimiento de transferencia se puede ilustrar, dice el informe, mediante dos series de cheques que partieron de México y que se corresponden con ingresos en las cuentas de Trocca Ltd, (una de las empresas fantasmas de Raúl) en el Citibank de Zurich y Londres. Basándose en documentos bancarios se encuentran siete cheques emitidos por bancos mexicanos entre mayo y junio de 1993 por 36.1 millones de dólares y pagados en el Citibank de México. En el mismo periodo se realizan siete pagos por 30.8 millones de dólares desde el Citibank de Londres hacia la cuenta de Trocca en el Citibank de Zurich. Otra serie de once cheques por 26.4 millones de dólares fue pagada en Citibank México entre septiembre del 93 y abril del 94. Al mismo tiempo, en la cuenta de Trocca del Citibank en Zurich y Londres hubo seis ingresos por 23.1 millones. Con esos mecanismos se borró, dice el informe suizo, toda huella de lavado de ese dinero en Estados Unidos. Una segunda vía se daba a través de la representación en México del Bank Julius Bar AG, donde el tipo de movimientos provocó, dice el informe, un llamado de atención y una negativa a participar en la operación a los señores "Enrique Salinas, Del Valle y Gómez" (podría tratarse, dice el documento, de Juan Manuel Gómez Gutiérrez, el fallecido administrador de RSG) por este tipo de movimientos que no "eran compatibles" con una cuenta de inversiones. Finalmente señala una tercera vía que pasaba por las cuentas de la familia Salinas, vía por ejemplo, la Societe Generale en París a cuentas de Enrique y Adriana Salinas en el SBV de Lausanne o vía De Groof Bank de Bruselas y Deutsche Bank Hamburgo a una cuenta de Juan Guillermo Gómez Gutiérrez (uno de los alias de RSG) en el Banque Pictet Cie en Ginebra. Para los suizos, "no cabe duda" de las relaciones de RSG con Juan García Ábrego y dicen, incluso, que fueron introducidos a ese negocio por el padre de Raúl y Carlos, Raúl Salinas Lozano. Que durante el sexenio de CSG, su hermano mayor coordinó el tráfico de drogas en el país. Que cobraba 300 mil dólares por 57 cada cargamento y que puso a disposición del narcotráfico aviones, camiones de carga y trenes de Conasupo y Diconsa. Todo esto no es novedoso. Siempre la justicia suiza, desde la época de la procuradora Carla del Ponte, ha sostenido esa tesis. El punto está en saber contra quiénes podrían avanzar los investigadores suizos en las demandas por lavado de dinero que aseguran que abrirán antes del fin de año. Por ejemplo, en la página 66 de la investigación oficial suiza se dice que Adrián Sada González declaró que en 1992 se pusieron en contacto con él, "Raúl Salinas de Gortari y su hermano Carlos para que él, junto con un grupo de inversionistas realizaran una oferta para que, dentro del marco de la privatización, se hicieran cargo de una empresa estatal de comunicación. El presidente y su hermano querían ser accionistas financieros participantes ocultos de la empresa televisiva, para poder tener influencia política en las empresas televisoras". Agregó que "no lo consideraba adecuado", pero que se sintió "sometido a presión política" para ingresar a este negocio. Por esa razón, para separar ese negocio de su fortuna personal, Adrián Sada declaró, según ese documento, que abrió la cuenta 996463 en el Banque Privee Edmond de Rothschild de Ginebra. Agregó que Raúl Salinas "se precipitó" en hacer sus depósitos y que éstos, por lo tanto, tuvieron que realizarse en otra cuenta de la Empresa Bancaria Suiza en Zurich. Y que en total fueron pagados 25 millones de dólares. El documento describe con toda precisión el tortuoso movimiento de recursos que se debió realizar para regresar esos 25 millones de dólares a las cuentas de Raúl Salinas. En el informe, en la página 77, el gobierno suizo dice que pidió la detención, para ser interrogados, de Juan García Ábrego, de la inversionista Amy Elliot, del Citibank Nueva York, y del propio Ricardo Salinas Pliego. Le va peor al empresario Carlos Peralta que es descrito como un prestanombres de Raúl, lo mismo que Margarita Nava, una ex colaboradora de RSG. Posteriormente, está la declaración de Carlos Peralta pero durante las páginas siguientes los fiscales desestiman toda la declaración y dicen que sólo busca encubrir el lavado de dinero. Como se anunció en su oportunidad, hay muchos otros nombres, entre ellos Jorge Carrillo Olea, Arsenio Farell Campa, José Francisco y Mario Ruiz Massieu, el general Arturo Cardona y el propio Jesús Gutiérrez Rebollo, sin demostrar nunca en forma fehaciente la participación de ninguno de ellos en el delito de los que se les acusa: el narcotráfico o el lavado de dinero como cómplices de Raúl. Incluso, el informe asegura que Juan García Ábrego entregó diez millones de dólares a Luis Donaldo Colosio para la campaña de 1994 y otro tanto al entonces presidente Salinas. Que los once millones de dólares que recibió como regalo de bodas Paulina Castañón provenían de cuentas de Carlos Peralta e innumerables datos más. Sin embargo, salvo la escrupulosa reconstrucción del proceso de lavado de dinero seguido para que se le perdiera la pista al mismo, el problema que tiene esta investigación (además de algunos errores incluso muy gruesos en su 58 conceptualización de México y el problema del narcotráfico en nuestro país) es que se basa casi por completo, cuando va hacia las acusaciones personales, en testimonios de testigos protegidos de la justicia estadounidense, que no se pueden utilizar en los procesos penales ni en México ni en Suiza y que en la mayoría de los casos no son confiables ni verificables por pruebas duras. Eso fue lo que hizo fracasar, originalmente, esta investigación. Ahora pareciera que la misma se presentará con el mismo contenido, pero puesta al revés: en el pasado se intentó demostrar que RSG participaba en el narcotráfico para justificar el lavado de dinero. Ahora se buscará partir del lavado de dinero o de las operaciones financieras para esconder éste, para deducir que por lo tanto ése es dinero sucio. Si es así va a ser un proceso largo, complejo y que, sin duda, como ocurrió el sexenio pasado, alterará todo el escenario político. Contactos:www.mexicoconfidencial.com b) ¿Cuál es el propósito de Jorge Fernández Meléndez al escribir este artículo? ( 6 reng) c) Cita tres hechos presentes en el texto que respalden la relación que existe entre el narcotráfico y los políticos mexicanos. 1) 2) 3) d) ¿Qué diferencias identificas entre los textos narrativos y expositivos? Cita por lo menos dos. (6 reng) ACTIVIDAD 3 a) Lee con atención el siguiente texto e identifica lo que se te solicita al final. INESTABILIDAD CLIMÁTICA Los expertos alertan de que cada vez hará más calor y habrá más lluvias torrenciales y tornados. Los cambios climáticos producirán fenómenos atmosféricos que hasta ahora han sido poco frecuentes en el Mediterráneo Cada vez habrá más lluvias torrenciales, tornados, hará más calor y el granizo será de mayor tamaño. Este panorama responde, según los 59 expertos, a cambios meteorológicos, muchos de ellos aún sin explicación. Así lo afirmó Millán Millán, director del Centro de CONCHA Estudios Ambientales del Mediterráneo.RAGA\VALENCIA Los fenómenos climatológicos van cambiando. Parece estar produciéndose una mutación con graves consecuencias para los países de la cuenca mediterránea. Así lo reconocen los expertos, quienes pronostican que cada vez habrán más lluvias torrenciales, tornados, hará más calor y el granizo será de mayor tamaño. En adelante, según el director del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo, Millán Millán, se van a ir produciendo fenómenos climatológicos poco frecuentes hasta ahora, ‘ sin precedentes históricos’, señaló. Indicó que siempre se han registrado 'eventos extremos', pero que nada tienen que ver con lo que en adelante vamos a ir viviendo. 'En muchos casos no sabemos todavía cómo irá evolucionando, pero está claro que la frecuencia de las lluvias torrenciales va a ir en aumento, así como el tamaño del granizo'. Millán Millán manifestó que hay que ir preparándose para esas nuevas situaciones 'porque un tornado, por ejemplo, va a dejar de ser un fenómeno aislado’. También señaló que las tormentas de verano, que ayudan a refrescar el ambiente y a bajar la temperatura del agua, 'cada vez son más escasas'. Según los datos aportados por el responsable del CEAM, en los últimos 50 años los chubascos tormentosos en las zonas de interior han descendido de una media de 80 a 60, mientras que en la costa se ha pasado de 50 registros a 40. Próxima gota fría Estos cambios en el clima de los países de la cuenca mediterránea tienen como pronóstico más inmediato un nuevo episodio de gota fría, cuyas fechas aún no se han determinado. “La bomba está puesta”, dijo con contundencia Millán Millán, tras la visita del conseller de Territorio y Vivienda, Rafael Blasco, a las instalaciones de este centro de investigación pionero en Europa. ‘Nunca nadie se esperó que el agua alcanzara una temperatura de 30 grados y se ha llegado a 32’, manifestó Millán. Indicó que es difícil pronosticar cuándo y dónde descargará la gota fría. 'De ocurrir ahora, con la temperatura que tenemos, se llegaría a cantidades entre los 600 y los 800 litros durante todo el episodio de lluvias”. De inmediato no va a ocurrir, aunque el riesgo de que se produzca es absoluto. 'Sólo falta que se enfríe la capa de aire, para lo cual es necesario que bajen las temperaturas hasta los 20-22 grados; indicó. 60 No va a ser en fechas inmediatas, pero hay que estar atentos a la bajada de los termómetros del centro de Europa. 'Cuando en Berlín y Praga empiecen a descender, da comienzo la alerta', dijo el director del Centro de Estudios Ambientales. Explicó que el chorro de aire que entra por Lyón provoca el bombeo de agua caliente que gira por el Mediterráneo. 'Por ello es muy difícil predecir, con mucha antelación, dónde va a caer. Según donde esté la masa caliente cuando entre el aire frío, ahí sucederá. Todo depende de la trayectoria de esa masa de viento'. Insistió en que no será 'antes de que se enfríe el continente por debajo de los 20 grados'. Dijo que en el Mediterráneo no se ha iniciado el ciclo natural del enfriamiento del agua y que tan sólo se producirá un leve descenso porque el día empieza a acortar. También destacó que agua torrencial podrá caer en cualquier sitio. 'En el 90% de los casos estas lluvias van al mar'. Salinización Por tanto, la predicción de cuándo se va a producir 'sólo se puede hacer con cuatro o cinco días de antelación, con 24 horas se concreta una zona amplia, pero el punto exacto donde caerá y la cantidad tan sólo se puede saber con unas pocas horas de antelación'. Comentó que el problema de la temperatura del Mediterráneo es más grave porque aporta agua salada al Atlántico y si se sobrecalienta se evapora y no recarga , con lo cual se produce un desequilibrio entre evaporación y precipitación que saliniza más el agua. a) El cambio climático es un problema que está afectando seriamente al mundo, identifica cuáles son las causas. (4) b) Cita tres hechos significativos que demuestren los efectos. (4 reng. Entre c/u.) 1. 2. 3. c) Comenta brevemente si a través del texto se propone alguna solución ante esta problemática. (4 reng.) @ 61 ACTIVIDAD 4 a) En la siguiente historia encontrarás dos personajes adolescentes unidos por un sentimiento de amor, pero separados por su formación educativa. EL PRINCIPIO DEL PLACER AUTOR. JOSÉ EMILIO PACHECO No lo van a creer, dirán que soy tonto, pero de chico mis ilusiones eran volar, hacerme invisible y ver películas en mi casa. Me decían: espérate a que venga la televisión. Será como tener un cine en tu cuarto. Ahora ya estoy grande y me río de todo eso. Claro, hay televisores por todas partes y sé que nadie puede volar a menos que se suba a un aeroplano. La fórmula de la invisibilidad aún no se descubre. Me acuerdo de la primera vez. Pusieron un aparato en “Regalos Nieto” y en la esquina de avenida Juárez y San Juan de Letrán había tumultos para ver las figuritas. Pasan nada más documentales: perros de caza, esquiadores, playas de Hawai, osos polares, aviones supersónicos. Pero ¿a quién me estoy dirigiendo? Se supone que nadie va a leer este diario. Me regalaron la libreta en Navidad y no había querido escribir en sus páginas. Llevar un diario me parece asunto de mujeres. Me he burlado de mi hermana porque en el suyo apunta muchas cursilerías: “Querido diario, hoy fue un día tristísimo, espere en vano la llamada de Gabriel”; cosas así. De esto a los sobres perfumados sólo hay un paso. Qué risa les daría a mis compañeros de escuela enterarse de que yo también ando con estas mariconadas. Acepte el regalo porque en clase el profesor Castañeda nos recomendó escribir diarios. Según él enseñan a pensar. Al redactarlas ordenamos cosas. Con el 62 tiempo se vuelve interesante ver cómo era uno, qué hacía, qué opinaba, cuánto ha cambiado. Por cierto, Castañeda me puso 10 en mi composición sobre el árbol y publicó en la revista de la secundaria los versos que escribí para el día de la madre. En dictados y composiciones nadie me gana; cometo errores pero tengo mejor ortografía y puntuación que los demás. También soy bueno en historia, inglés y civismo. En cambio, resulto una bestia en física, química, matemáticas y dibujo. No hay otro en mi salón que haya leído casi completo El tesoro de la juventud, así como todo Emilio Salgari y muchas novelas de Alejandro Dumas y Julio Verne. Me encantan los libros pero el profesor de gimnasia nos dijo que leer mucho debilita la voluntad. Nadie entiende a los maestros, uno dice algo y el otro lo contrario. Bueno, escribir también tiene su encanto: me divierte la manera en que las letras se juntan y forman palabras y salen cosas que no pensábamos decir. Ahora sí me propongo contar lo que me pase. Voy a esconder este cuaderno. Si alguien lo leyera me daría mucha vergüenza. Dejé varios meses en blanco. De hoy en adelante trataré de hacer unas líneas todos los días o cuando menos una vez por semana. El silencio se debió a que nos cambiamos a Veracruz. Mi padre fue nombrado jefe de la zona militar. No me acostumbro al calor, duermo mal y se me ha hecho muy pesada la escuela. Todavía no tengo amigos entre mis compañeros de aquí. Respecto a los de México, les he mandado tarjetas a Carlitos y a Rosales pero no me contestan. Me dolió mucho despedirme de Marta. Ojala cumpla su promesa y convenza a su familia para que la traiga en las vacaciones. La casa que alquilamos no es muy grande. Sin embargo está frente al mar y tiene jardín. Me gusta leer y estudiar en él cuando no hace mucho sol. Veracruz me encanta. Lo único malo, aparte del calor, es que sólo hay tres cines y todavía no llega la televisión. * 63 Nado mucho mejor y ya aprendí a manejar. Me enseñó Durán, el nuevo ordenanza de mi papá. Otra cosa: cada semana va a haber lucha libre en el cine “Díaz Mirón”. Si mejoran mis calificaciones me darán permiso de ir. Hoy conocí a Ana Luisa, una amiga de mis hermanas, hija de la señora que les cose la ropa. Vive muy cerca y trabaja en “El paraíso de las telas”. Estuve timidísimo. Luego traté de aparecer desenvuelto y dije no sé cuántas estupideces. * Al terminar las clases me quedé en el centro con la esperanza de ver a Ana Luisa cuando saliera de la tienda. Me adelanté una cuadra para subirme al mismo tranvía “Villa del Mar por Bravo” que ella toma para regresar a su casa. Hice mal porque estaba con sus amigas. No me atreví a acercarme pero la saludé y ella me contestó muy amable ¿Qué pasará? Misterio. * Exámenes trimestrales. Me volaron en química y en trigonometría. Por suerte mi mamá aceptó firmar la boleta y no decirle nada a mi padre. * Ayer, en Independencia ( o Principal, como la llaman los de aquí ), Pablo me presentó a un muchacho de lentes, mayor que nosotros. Cuando nos alejamos Pablo me dijo: - Ése anduvo con la que te gusta. No dio mayores detalles ni me atreví a preguntárselos. * Manejé desde Villa del Mar hasta Mocambo. Durán dice que lo hago bastante bien. Me parece buena persona aunque tiene como veinticinco años. Un mordelón nos detuvo porque me vio muy chico para andar al volante. Durán lo dejó hablar mientras el tipo me pedía la licencia o el permiso de aprendizaje. Luego Durán le dijo quién era mi papá y todo se arreglo sin necesidad de dinero. * Ni sombra de Ana Luisa en muchos días. Parece que se tuvo que ir a Jalapa con su familia. Doy vueltas por su casa y siempre está cerrada y a oscuras. 64 * Fui al cine con Durán. A la entrada nos esperaba su novia. Me cayó bien. Está simpática. Está bonita pero un poco gorda y tiene un diente de oro. Se llama Candelaria, trabaja en la farmacia de los portales. La fuimos a dejar a su casa. De vuelta le confesé a Durán que me encantaba Ana Luisa. Respondió: - Me lo hubieras dicho antes. Te voy a ayudar. Podemos salir juntos los cuatro. * No he escrito porque no pasa nada importante. Ana Luisa no vuelve todavía. ¿ Cómo puedo haberme enamorado de ella si no la conozco? * Candelaria y Durán me invitaron a tomar helados. Ella me hizo muchas preguntas acerca de Ana Luisa. Durán le contó la historia, aumentándola. ¿Y ahora?. * Al regresar de la escuela me pasó algo impresionante: vi por primera vez a un muerto. Claro, conocía las fotos que salen en La Tarde, pero no es lo mismo , qué va. Había mucha gente y aún no llegaba la ambulancia. Alguien lo tapó con una sábana. Unos niños la levantaron y me horrorizó ver el agujero en el pecho, la boca y los ojos abiertos. Lo peor era la sangre que corría por la acera y me daba asco y terror. Lo asesinaron con uno de esos abridores para cocos que en realidad son cuchillos dobles y tienen en medio un canalito. El muerto era un estibador o un pescador no me enteré bien. Tenía ocho hijos y lo mató por celos el amante de la señora que vende tamales en el callejón. El asesino huyó. Ojalá lo agarren. Dicen que estaba borrachísimo. Me extraña que puedan matarse por una mujer tan vieja y tan fea como la señora de los tamales. Yo creía que sólo la gente joven se enamoraba. Por más que hago no dejo de pensar en el cadáver, la espantosa herida, la sangre hasta en las 65 paredes. No sé cómo le habrá hecho mi papá en la Revolución, aunque me contaba que al poco tiempo de andar en eso uno se acostumbra a ver muertos. * Volvió Ana Luisa. Vino a la casa. La saludé pero no supe cómo ni de qué hablarle. Después salió con mis hermanas. ¿En qué forma podré acercarme a ella?. * El domingo, Ana Luisa, la Nena y Maricarmen van a ir al cine y después a la retreta en el zócalo. Maricarmen me preguntó si me gustaba Ana Luisa. Como buen cobarde, respondí: - No, cómo crees: hay muchachas mil veces más bonitas. * Llegué al zócalo a las seis y media. Me encontré a Pablo y a otros de la escuela y me puse a dar vueltas con ellos. Al rato llegó Ana Luisa con Maricarmen y la Nena. Las invité a tomar helados en el “Yucatán”. Hablamos de películas y de Veracruz. Ana Luisa quiere irse a México. Durán pasó por nosotros en el coche grande y fuimos a dejar a Ana Luisa. En cuanto ella se bajó, mis hermanas empezaron a burlarse de mí. Hay veces en que las odio de verdad. Lo peor fue lo que dijo Maricarmen: - Ni te hagas ilusiones, chiquito: Ana Luisa tiene novio, sólo que no está aquí. * Después de mucho dudarlo, por la tarde esperé a Ana Luisa en la parada del tranvía. Cuando se bajó con sus amigas la saludé y le dejé en la mano un papelito: Ana Luisa: estoy perdidamente enamorado de ti. Me urge hablar contigo a solas. Mañana te saludaré como ahora. Déjame tu respuesta en la mano. Dime cuándo y dónde podemos vernos, o si prefieres que ya no te moleste. Jorge 66 Luego me pareció una metida de pata la última frase pero ya ni remedio. No me imagino qué va a contestarme Más bien creo que me mandará al demonio. Estuve todo el día muy inquieto pensando en la respuesta de Ana Luisa. Contra lo que esperaba, me contestó: Jórge no lo creo, como bas a estar enamorado de mi, Asepto que hablemos, nos vemos el domingo a medio Día en las siyas de Villa del Mar. Ana Luisa Durán: - ¿Ya ves? Te dije que era pan comido. Ahora sigue mis consejos y no vayas a pendejearla el domingo. Maricarmen: - Oye ¿Qué te pasa? ¿Por qué andas tan contento? Lo malo es que no estudié nada. * Llegué quince minutos antes. Alquilé una silla de lona y me puse a leer Compendio de filosofía, un libro de la Nena, para que Ana Luisa me viera con él. Desde luego no entendí una palabra. Estaba inquieto y no podía concentrarme. Dieron las doce, y nada. Las doce y media, y tampoco. Pensé que no iba a llegar. En cuanto me había hecho el ánimo de irme apareció Ana Luisa. Perdona la tardanza: no podía escaparme. -¿De quién? -De mi mamá. No me deja salir con nadie. -¿Recibiste mi carta? -¿Cuál carta? -Mi recado, quiero decir. -Claro, te contesté: por eso estamos aquí ¿no? -Tienes razón. Qué bruto soy... ¿Y qué piensas? -¿De qué? -De lo que te decía. -Ah pues no sé. Dame tiempo. -Ya tuviste mucho tiempo: decídete. 67 -¿Cómo quieres que me decida si no te conozco? -Ana Luisa, yo tampoco te conozco y ya ves... -¿Ya ves qué? -...Estoy enamorado de ti. Me puse rojo de vergüenza. Estaba seguro de que Ana Luisa iba a reírse de mí. Pero en vez de contestarme sonrió y me tomó de la mano como si no estuviéramos rodeados de gente, en plena terraza de Villa del Mar entre el salón de baile y la playa. No quiso que la invitara a tomar nada. Nos fuimos caminando por el malecón hasta el fraccionamiento Reforma. Me sentía feliz aunque con miedo de que fuera a vernos alguien de la casa. Por que se supone que aún no estoy en edad de andar con mujeres; intentarlo es un delito que arruina los estudios y el desarrollo normal, y debe castigarse con la pena máxima. No sé, el placer de caminar tomados de la mano valía todos los riesgos. Al fin Ana Luisa habló: -Bueno, debo confesarte que tú también me gustas. Quedé en silencio. Me detuve a mirarla. -Pero hay un problema. -¿Cuál? -Eres como dos o tres años menor que yo. Voy a cumplir dieciséis. -Qué importa. -¿De verdad? -Claro que no importa Se acercó a mí. Nos besamos. Quisiera escribir todo lo que pasó después. Pero acaban de llegar mis hermanas. Sería fatal que leyeran esta libreta. Voy a guardarla en lo más hondo del ropero. Sólo anoto que me sentí feliz y todo salió mil veces mejor de lo que esperaba. * Noches a noche me he reunido con Ana Luisa en el malecón. No he escrito por miedo de que alguien pueda leerlo. Pero si dejo de escribir no quedará nada de todo esto. Ni siquiera una foto de Ana Luisa. Se niega a dármela, ya que si la encuentran mis hermanas... 68 * Ayer tuve que interrumpirme porque entró mi papá. Le dije que estaba haciendo la tarea de historia de México y me creyó. Lo he visto muy nervioso: hay problemas en el sur del estado. Los campesinos no quieren desocupar las tierras en que se construirá la nueva presa del sistema hidroeléctrico. Si las cosas no se arreglan él tendrá que ir a hacerse cargo personalmente. Hoy le estuvo hablando de eso a mi mamá. Dijo que como el ejército salió del pueblo no debe disparar contra el pueblo. No sé mucho de mi papá, casi no hablamos, pero una vez me contó que era muy pobre y se metió a la Revolución hace como mil años, cuando tenía más o menos mi edad. * Un día horrible. Ana Luisa se fue otra vez a Jalapa. Prometió escribirme a casa de la novia de Durán. Ando cada vez peor en la escuela. Pensar que en la primaria era unos de los mejores alumnos... * Durán me llevó a practicar en carretera. Manejé desde Mocambo hasta Boca del Río. Candelaria vino con nosotros. Aseguró que cuando regrese Ana Luisa conseguirá el permiso para que la deje salir con ella, y nos iremos a pasear los cuatro. Candelaria me habló por el teléfono. Recibió carta de Ana Luisa y me la enviara con Durán. Me gustaría haber ido a recogerla. Era domingo, no hubo ningún pretexto para salir y tuve que pasar todo el día muerto de desesperación en la casa. * 69 Querido Jórge perdoname que no te alla escrito pero es que no e tenido tiempo pues ha habido muchos problemas y no me dejan un minuto sola. Fijate que ora que llegamos mi tia le contó todo a mi papá de que salía yo sola contigo y nos abrasabamos y besávamos en el malecón y en fin quien sabe cuanta cosa le dijo. Luego que mi tia se fue mi papá me llamo y me dijo lo que ella le abia dicho y yo le dije que no era cierto, que saliamos pero con tus hermanas. Bueno, no te creas que lo crelló. Jórge los dias se me asen siglos sin verte, a cada rato pienso en ti, en las noches me acuésto pensando en ti, quiciera tenerte siempre junto a mi, pero ni modo que le vamos a ser. Jórge apurate en tus clases haber si es posible que vengas a Jalapa porque lo que es yo a Veracruz quien sabe hasta cuando valla. Bueno querido Jórge, saludes a la Nena y a Mary carmen, a tu mamá y a tu papá tan bien y muy especialmente a Duran y a su nobia. NO vallas a mandarme cartas a esta direcsión, si quieres escribirme aslo a lista de correos Jalapa Veracruz a nombre de LUISA BERROCAL, me entregan la carta porque tengo una credencial a ese nombre . Bueno, a Dios Jórge, recibe muchos besos de mi parte de la que te quiere y no puede olbidar. Ana Luisa Una vez copiada la carta al píe de la letra (Ana Luisa habla bien: ¿por qué escribirá en esta forma? Debe de ser porque no lee), haré aquí mismo un borrador de contestación: Amor mío (no:) Querida Ana Luisa (tampoco: suena indiferente.) Queridísima e inolvidable Ana Luisa (jamás: salió cursi). Muy querida (mejor:) Mi muy querida Ana Luisa (así está bien, creo yo): No te puedes imaginar la enorme alegría que me dio tu carta, la carta más esperada del mundo (suena mal, pero en fin, ahí se va.) Tampoco te imaginas cómo te extraño y cuánta necesidad tengo de verte. Ahora sé que de verdad te 70 amo: estoy profundamente enamorado de ti. Sin embargo, debo decirte con toda sinceridad que hay tres cosas extrañas en tu carta: Primera: Creí que la señora con la que vives era tu mamá, y resulta ser tu tía. (Por cierto, nunca me dijiste que tu papá estaba en Jalapa. Siempre pensé que iba a descubrirnos cuando te dejaba en la esquina de tu casa.) Segunda: ¿Por qué no puedes regresar? ¿Por qué tienes que ir continuamente a Jalapa? Todo esto me preocupa mucho. Te ruego que no me dejes con tantas dudas. Tercera: Envío esta carta a lista de correos y dirigida en la forma que me indicas; pero no entiendo cómo es que tienes una credencial con un nombre que no es el tuyo. ¿Verdad que me lo vas a explicar? De por acá no te cuento nada porque todo es horrible sin ti. Regresa pronto. Te necesito. Te adoro. Te mando muchos besos con mis más sincero amor. Jorge Bueno, al principio y el fin se parecen bastante a las cartas que le manda Gabriel a Maricarmen (las he leído sin que ella lo sepa), pero creo que en conjunto está mas o menos aceptable. Voy a pasarla en limpio y a dársela a Durán para que le eche al correo. * De aquí a un año ¿en dónde estaré? ¿Qué habrá pasado? ¿Y dentro de diez? * Llegué a casa con la boca partida y chorreando sangre de la nariz. A pesar de todo gané el pleito. Al salir de la escuela me di golpes con Óscar (el hermano de Adelina, esa gorda que habla mal hasta de su madre y es muy amiga de la Nena). Óscar dijo que me habían visto en el malecón en plan de noviecito con Ana Luisa y estaba haciendo el ridículo porque ella se acuesta con todo el mundo. Lo malo es que con el chisme de Óscar y con la carta ya son demasiados misterios y dudas. Tuve que mentir: dije que peleé porque criticaron a mi papa debido al asunto de la presa y las tierras. * Menos mal, se arregló no sé cómo el problema y mi papá no tuvo que intervenir directamente. Sigo esperando respuesta de Ana Luisa. Fui al cine con Candelaria y Durán. Vimos Sinfonía de París y Cantando bajo la lluvia. En la escuela nadie se me acerca. Después de lo que pasó con Óscar tienen miedo de hablarme o me están aplicando la ley del hielo. Hasta Pablo, que ya casi era mi mejor amigo, trata de que los otros no nos vean mucho juntos. 71 * No pude más: les conté a Candelaria y Durán todos los misterios de Ana Luisa. Candelaria me dijo que no había querido mencionar el tema para no desilusionarme; si ahora estaba dispuesta a hacerlo era por afecto y para que supiese de Ana Luisa pero no le gusta ver cómo engañan a la gente. El motivo de los viajes a Jalapa es que su papá y la señora que vive con él –pues la verdadera madre huyó con otro hombre cuando Ana Luisa estaba recién nacidatratan de casarla porque tuvo relaciones con un muchacho de allá. Por el tono en que Candelaria pronuncia la palabra se entiende qué clase de relaciones. No pueden hacer nada por la ley ni por la fuerza: él es sobrino del gobernador, si se ponen en contra suya tienen perdida la pelea, no les queda sino la súplica. Fingí indiferencia ante Candelaria y Durán. Por dentro estoy que me lleva el demonio. Muy querida Ana Luisa: ¿Recibiste mi carta? ¿Por qué no me contestas? Me urge verte y hablar contigo. Han pasado cosas muy extrañas. Te suplico que regreses lo más pronto posible o cuando menos que me escribas y me digas si hay un teléfono al que pueda llamarte. Envíame aunque sea una tarjeta postal. Te ruego hacerlo ahora mismo, No lo dejes para después. Te manda muchos besos, te extraña cada vez más y te quiere siempre Jorge Nunca debí haberle contado nada a Durán. Me trata de otra manera y se toma una serie de confianzas que no tenia antes. En fin... 72 * Tal parece que la cuestión de Ana Luisa me obliga a pelearme con medio mundo. En la escuela ya no me dicen nada pero me siguen viendo como a un bicho raro. En la casa mis hermanas se burlan y sospecho que ya saben toda la historia. (Su amiga Adelina se divierte contando vida y milagros de Veracruz entero. Como a Adelina nadie se le acerca, su especialidad es llevar un registro de quién se acuesta con quién.) Pero ¿qué estará pasando en Jalapa? ¿Por qué no me contesta Ana Luisa? ¿Será verdad lo que me dijo Candelaria? ¿Lo habrá inventado por envidia? (Ana Luisa es mucho más joven y más guapa que ella.) * En vez es estudiar trigonometría estaba leyendo Las minas del Rey Salomón cuando sonó el teléfono. Era Ana Luisa que hoy volvió de Jalapa. Muy rápido e dijo: -Gracias por escribirme. Me he acordado mucho de ti. Búscame mañana al salir del trabajo. Y ahora, para disimular, comunícame con la Nena. Pasaré una tarde y una noche horribles, muriendo me de ganas de verla. * ¿Por dónde empezar? Por el principio: Durán no quiso prestarme el coche porque si mi papá llegara a enterarse lo sometería a consejo de guerra. Propuso que saliéramos los cuatro. Él iba a pasar por Candelaria, luego por mí a la escuela y después recogeríamos a Ana Luisa en “El paraíso de las telas”. Candelaria, que trabajaba muy cerca, le avisaría del plan. Así fue. Ana Luisa nos esperaba en la esquina. No pareció molesta porque estuviera con migo los otros dos. Saludó a Candelaria como si la conociera de mucho antes, subió el asiento de atrás, se puso a mi lado y, sin importarle que la vieran, me dio un beso. -¿Adónde vamos? –preguntó-. Me dan permiso hasta las ocho. 73 -Muy lejos –respondió Ana Luisa. -Sí, pero en otra parte pueden verlos -añadió Candelaria. -Ay tú, ni que fuéramos a hacer qué cosa –dijo Ana Luisa. -Niña, por Dios, no tengas malos pensamientos –se apresuró a comentar Durán con voz de cine mexicano-. Es que si nos ven y le cuentan a mi general, me manda al paredón por andar de encaminador de almas aquí con su muchachito. Ellas se rieron, yo no. Me molestó el tono de Durán. Pero qué iba a contestarle si me hacía un favor y estaba en sus manos. Durán salió a Independencia y se fue recto por Díaz Mirón hasta entrar en la carretera a Boca del Río y Alvarado. Cuando pasábamos frente al cuartel de La Boticaria, Durán advirtió, mientras me observaba por el espejo: -Agáchate, niño, no te vayan a descubrir porque entonces sí pau-pau. Tuve que fingir una sonrisa pues enojarme hubiera sido ridículo. De todos modos sentí rabia de que Durán me tratara como a un niñito para lucirse ante las muchachas. Iba como a medio metro de Ana Luisa, mirándola sin atreverme a abrir la boca. Después de haberle escrito cartas no sabía que decirle ni cómo hablarle ante extraños. Durán, en cambio, manejaba a toda velocidad, llevaba casi incrustada en él a Candelaria y de vez en cuando volvía la cabeza hacia nosotros. Ana Luisa estaba muy divertida con el juego. Me sonreía pero tampoco hablaba. Hasta que al fin me dijo como para que la oyeran los demás: -Ven, acércate: no muerdo. No me gustaron sus palabras. Sin embargo aproveché la frase para deslizarme en el asiento, pasarle el brazo, tomarle la mano y besarla en la boca. Traté de hacerlo en silencio pero de todos modos hubo un chasquido. Durán gritó: -Eso, niños, muy bien: así se hace. Me pareció tan imbécil que sentí ganas de contestarle: “Tú no te metas hijo de la chingada”. Me aguanté: peleándome con él los echaría todo a perder y lo importante es que Ana Luisa y yo íbamos a estar, al menos relativamente, solos. 74 Serían como las seis y media de la tarde cuando dejamos atrás la Heroica Escuela Naval y llegamos ala playa. Nos fuimos hasta mucho más lejos de donde los pescadores tienden sus redes y sus barcas. Los cuatro bajamos del coche. Ellas dos se adelantaron a ver algo en la arena. Durán me dijo entre dientes: -Si no te la coges ahora es que de plano eres muy pendejo. Esta ya anda más rota que la puta madre. Durán nunca me había hablado así. No me pude aguantar y le respondí: -Mejor te callas ¿no? A ti qué chingados te importa, carajo. No contestó. Él y Candelaria regresaron al coche. Ana Luisa y yo, tomados de la mano, nos alejamos caminando por la orilla del mar. La brisa era tan fuerte que pegaba el vestido de Ana Luisa contra su cuerpo. Nos sentamos en un tronco al pie de los médanos. -Ana Luisa, quiero hacerte varias preguntas. -No tengo ganas de hablar. Además ¿no que ya te andaba por quedarte a solas con migo? Anda, aquí me tienes, aprovecha, no perdamos el tiempo. -Si pero quisiera saber... -Ay hombre, seguramente ya te llegaron con chismes. No hagas caso. ¿O qué: no me tienes confianza, no me amas? -Te adoro-. Y la abracé y la besé en la boca. Tocó mi lengua con la suya, la estreché y empecé a acariciarla. -Te amo, te amo, te amo. Me gustas mucho –me decía con un apasionamiento desconocido. Y sin saber cómo ya era de noche, ya estábamos rodando por la arena, le metía la mano por debajo de la blusa, le acariciaba las piernas y estuve a punto de quitarle la falda (bueno, si alguien ve este cuaderno se me armas el escándalo, pero debo escribir lo que pasó hoy), cuando de repente nos dio en los ojos una luz cegadora. Pensé: es una broma de Durán. No: el coche estaba muy lejos y seguía con los faros apagados. Era un autobús escolar que se acercaba por la playa No tengo la menor idea de qué iban a hacer a esa hora las alumnas de la escuela de monjas. Tal vez a buscar erizos, conchas o piedras para un experimento, quién sabe. 75 Ana Luisa y yo nos levantamos y tomados de la mano seguimos caminando por la orilla como si nada. El autobús se estacionó casi frente a nosotros. Bajaron montones de niñas con uniforme gris y dos monjas. Nos miraron con tal furia que tuvimos que refugiarnos en el coche, no sin antes sacudirnos la arena que nos había entado hasta por las orejas. Candelaria se estaba peinando y Durán se metía la camisa en los pantalones. -Malditas brujas, nos aguaron la fiesta –dijo. -Vámonos a otro lado –propuse. -No, ya es tardísimo. Mejor nos regresamos –contestó Ana Luisa. -Sí, ya hay que volver. Imagínate si tu papá nos cacha en la movida –añadió Durán. -¿Qué tiene? -Nos pone una friega de perro bailarín y ya no podremos salir de nuevo los cuatro(En otras palabras Durán quería decirme: “Y sin mi ayuda nunca volverás a estar a solas con Ana Luisa en lugar apartado”.) El cambio de Durán me sorprendió. Entendí mi acierto al ponerle un alto. El regreso fue extraño: nadie hablaba. Pero yo tenía abrazada a Ana Luisa y la besaba y acariciaba por todas partes sin importarme ya que nos vieran. La dejamos ala vuelta de su casa. Se fue sin decirme cuándo nos volveríamos a ver. Apenas nos despedimos de Candelaria, Durán me llevó al baño de un restaurante. Me lave la cara y me peiné, me puse pomada blanca en los labios hinchados y loción en el pelo. No sabía que Durán lleva siempre estas cosas en la cajuela. Naturalmente, al regresar hubo gran lío con mi mamá por la tardanza y por no haber llamado. (Mi padre está en México y no vuelve hasta el lunes.) Durán se portó bien. Dijo que me estaba enseñando a manejar en carretera y se nos poncho una llanta. He escrito mucho y estoy cansadísimo. No puedo más. * A cambio de ayer hoy fue un día espantoso. Estuve ido en clase. Por la noche mi mamá dijo: 76 -Ya sé que andas con esa muchacha. Sólo te voy a hacer una advertencia: no te conviene. Quisiera saber cómo se enteró. Me vi con Ana Luisa en el malecón a las siete y media. Estuvo muy cariñosa y rogó que no volviéramos a salir con Durán y Candelaria. Lo malo es que sólo en esta forma dispongo del coche. No me atreví a preguntarle acerca de lo que me dijo Candelaria. Pensarías que no le tengo confianza. Ana Luisa me contó que mis hermanas la saludaron muy fríamente. Es decir, ya se sabe todo en la casa...Pero no dejaré a Ana Luisa por nada en el mundo. * También hoy estuve hecho un idiota en clase. Voy cada vez peor hasta en las materias que antes dominaba. Cuando mi papá vea las calificaciones va a ser un desastre. No puedo estudiar ni concentrarme. Todo el tiempo estoy pensando en Ana Luisa y en cosas. * ¿Por qué será que Ana Luisa siempre me hace preguntas y en cambio se niega a contarme de ella y de su familia? Supongo que se avergüenza de su padre porque tiene un carro de esos con magnavoz y anda por todo el estado vendiendo, callicidas, tintura para las canas, veladoras, antimosquitos, ratoneras y esas cosas. Su trabajo no tiene nada de malo. Más debería avergonzarme el que mi padre se haya ganado la vida derramando sangre. Ana Luisa no quiere mucho al señor porque jamás está en casa, la ha hecho sufrir con varias madrastras y, como es hija única, la puso a trabajar desde muy chica. A ella le gustaría seguir estudiando. Es muy inteligente pero como sólo llegó a cuarto de primaria no lee sino historietas, se sabe de memoria el Cancionero Picot, escucha las novelas de la radio y le encantan las películas de Pedro Infante y 77 Libertad Lamarque. Me he reído un poco de sus gustos. Hago mal pues qué culpa tiene ella si no le han enseñado otra cosa. Cuando menos el otro día la defendí ante Adelina. Se burlaba de Ana Luisa porque fueron a ver Ambiciones que matan y no la entendió pues no le da tiempo de leer los subtítulos en español. (Ana Luisa me contó su versión de Quo vadis? Y es como para ponerse a llorar.) Su falta de estudios resulta un problema. No obstante, puede remediarse y además veo en ella cualidades que le compensan. No tengo derecho a criticarla. Amo a Ana Luisa y lo demás no importa. * Un día horrible. Ana Luisa se fue otra vez a Jalapa. Sopló un norte, se inundaron las calles y el jardín de la casa. Me peleé con la Nena porque dijo: -Oye, a ver si ya te buscas una novia decente y no sigues exhibiéndote con esa tipa que anda manoseándose con todos. Por fortuna no estaba nadie más. La Nena, no lo dudo, va a contarle a mi mamá que la insulte y se burlará de mí con Maricarmen y Adelina porque dije que estaba orgulloso de Ana Luisa y la quería mucho. Así pues, ya confesé, ya nada que ocultar. * Este domingo amanecí tan triste que no tuve fuerzas para levantarme de la cama. Con el pretexto de que me dolía la cabeza y la garganta pasé horas pensando en qué hará Ana Luisa y cuándo regresará de Jalapa. Lo peor fue que mi mamá me untó el pecho con antiflogestina y por poco me vomito. * Humillación total. El director me mandó llamar a su despacho. Dijo que mis calificaciones van para abajo en picada y mi conducta dentro y fuera de la escuela 78 es ya escandalosa. Si no me corrijo de inmediato, hablará con mi padre y le recomendará que me interne en una escuela militar. El maldito sapo capado me echó un sermón. Insistió en que no tengo edad para andar con mujeres que me van a perder y a volverme un guiñapo. La sexualidad es una maldición que lanzó Dios contra el género humano u la única manera de encauzarla es el matrimonio, sentenció el muy hipócrita. Hijo de su chingada madre ¿pensará que nadie se entera de cuando para el ojo que el bizquea mirándoles las piernas a las muchachas? Tuve que aguantar el manguerazo con la vista baja diciéndole a todo como el auténtico pendejo que soy: .Si señor director, tiene usted razón señor director, le prometo que no se repetirá señor director. Para terminar la joda, me dio de palmaditas con su mano sebosa: -Tú tienes buena madera, muchacho. Todos cometemos errores. Sé muy bien que pronto estarás de nuevo por el buen camino. Anda, vuelve a tu salón y no les cuentes nada a tus compañeros. Así pues, ya el mundo entero sabe lo de Ana Luisa y todos, sin excepción, están en contra. Serian más compasivos si yo hubiera matado al tipo que vi muerto. Qué carajos les importa lo que Ana Luisa y yo hagamos. * Todo sigue igual. Extraño a Ana Luisa. ¿Qué hará, cuándo volverá, por qué no me escribe? Las cosas van de mal en peor. Comí en Boca del Río con toda mi familia y Yolanda, una amiga guapísima de mis hermanas. En un momento en que mis padres fueron a otra mesa, para saludar al viejito que dentro de pocas semanas será presidente, ellas me echaron indirectas, dijeron que Gilberto –el hermano de Yolanda, un sangrón que es muy amigo de Pablo- anda toda la vida con sirvientas en vez de fijarse en las muchachas de la escuela. 79 -Las gatas deben tener su no sé qué –dijo Maricarmen mirándome a los ojos-. Porque te aseguro que Gilberto no es el único gatero que conocemos. Sentí ganas de echarle a la cara la sopa hirviente. Por fortuna Yolanda cambió la conversación. Maricarmen olvida que después de todo su Gabrielito es un pobre diablo aunque sea hijo de un gran industrial y tenga mucho dinero. Por lo que hace a la Nena, el único novio que ha pescado era un capitancillo de intendencia. Lo que pasa es les gustaría enjaretarme a Adelina. Qué horror. Antes muerto que soportar a esa ballena. * Hace tres días que mi papá no se presenta en la casa. Mi mamá llora todo el tiempo. Le pregunté a Maricarmen qué pasaba. Me contestó: -No te metas en donde no te llaman. * Regresó mi papá. Dijo que fue a Jalapa a tratar de asuntos militares con el futuro presidente, un viejo tan anciano que no llegará vivo al cambio de poderes. Tiene casi 60 años, como el cura Hidalgo y Venustiano Carranza. Si mi papá fue a arreglar cosas oficiales pudo haber llamado por teléfono ¿no? Durán, quien desde luego lo acompañó como chofer, sabe toda la verdad pero no va a decirme una palabra. ¿Habrá visto a Ana Luisa? Imposible, ni siquiera yo tengo su dirección en Jalapa. * Me salvé de milagro. Estaba solo cuando llegó el cartero. Recogí la correspondencia. Un sobre sin remitente me dio mala espina. Aunque estaba dirigido a mi papá lo abrí, arriesgándome a encontrar una carta normal. Mi 80 presentimiento no falló: era un anónimo. En letras de El dictamen, malamente pegadas con goma, decía: UNO, DOS, TRES: PROBANDO, PROBANDO. LA SOCIEDAD VERACRUZANA, ESCANDALIZADA POR LA CONDUCTA DE USTED Y DE SU HIJO. SI ESTO HACE AHORA EL NIÑITO ¿QUÉ SERÁ CUANDO CREZCA? INTÉRNELO EN UN REFORMATORIO CUANTO ANTES, EVITE QUE LO SIGA DESGRACIANDO EL MAL EJEMPLO, AQUÍ TODOS SOMOS DECENTES Y TRABAJADORES. ¿POR QUÉ SIEMPRE NOS MANDAN DE MÉXICO GENTE DE SU CALAÑA? REPUDIAMOS A FAMILIAS CORRUPTAS COMO LA SUYA. DE TAL PALO TAL ASTILLA. VIGILAMOS. SEGUIREMOS INFORMANDO. LAS PAREDES OYEN. TODO SE SABE. NO HAYCRIMEN IMPUNE. QUIEN MAL ANDA MAL ACABA. ¿ENTERADO? CAMBIO Y FUERA. Voy a quemarlo ahora mismo y a enterrar las cenizas en el jardín. Nunca había visto un anónimo de verdad. Creí que solo existían en las películas mexicanas. No me imagino quien pudo haberlo mandado ni por qué lo envió a la casa y no a la zona militar. No será ninguno de mis compañeros ni una amiga de mis hermanas. (Se dice que Adelina manda anónimos pero no creo que se atreviera a hacerlo con mi papá.) Nadie tendría la paciencia de recortar letritas e irlas pegando horas y horas. Además allí se usan palabras que no emplea la gente que conozco. Me suena un poco al lenguaje del director que además es radioaficionado; pero él tiene que andar hablando a nombre de la sociedad veracruzana si tampoco es de aquí. No, el director no se atrevería a meterse de este modo con mi papá: lo sabe perfectamente capaz de darle un balazo. Y aunque lo odio, el director no me parece tan bajo como para mandar un anónimo. * Le doy vueltas y vueltas y todavía no lo creo. A lo mejor me equivoqué y es una mala interpretación. Quién sabe. Resulta que fui a ver a Candelaria con la 81 esperanza de que me tuviera carta de Ana Luisa. Nunca antes la había visto sin Durán. Como la farmacia estaba llena de gente, me llamó a una esquina del mostrador, se puso insinuantísima y me dijo: -Tú tomas muy enserio las cosas. Deberías divertirte , pasarla bien y no ser tan a la antigüita. ¿Cuándo quieres que echemos una buena platicada? Te voy a dar algunos consejos. -Cuando tú quieras. Nos ponemos de acuerdo con Durán. -No le digas nada. Ni siquiera le comentes que hablamos. Mejor nos vemos tú y yo solitos. ¿Qué te parece? -Pues, este, digo bueno, es decir... tú eres su novia ¿verdad? -Si pero no nacimos pegados. ¿Qué tiene de malo que tú y yo nos veamos? Me caes muy bien ¿sabes? Durán no es mala gente pero es muy soldadote. En cambio tú eres finito, bien guapito, y no estás tan maleado. -Oye, es que francamente no sé qué pensar. Me da pena. -¿Pena? ¿Por qué pena? Mi hijito, piensa que después de todo Durán es tu ga-to, tu cria-do. Además lo crees muy tu amigo pero no tienes la menor idea de lo que dice de ti y de tu familia; de que eres un niñito consentido y más bien tontito; de lo feas y resbalosas que son tus hermanas; de que hace negocio hasta con los frijoles de la tropa y un viejo verde que todo se lo gasta en muchachitas. Por que has de saber... Candelaria iba a seguir diciendo horrores cuando el dueño de la farmacia le llamó la atención y le recordó que estaba prohibido conversar en horas de trabajo. Antes de que me fuera alcanzó a decirme: -Llámame aquí o búscame en mi casa. Ya sabes dónde. No tengo teléfono. ¿Qué hago? ¿Le hablo o mejor no? No, para qué meterme en más líos. Y sobre todo no puedo traicionar a Ana Luisa ni tampoco a Durán. * Muy querida Ana Luisa: ¿Cómo estás? ¿Por qué no me escribes? Te extraño mucho, me haces mucha falta. Regresa pronto. Necesito verte. Recibe muchos besos con todo mi amor. 82 Jorge Acababa de ponerle esto en una tarjeta postal (dentro de un sobre) cuando llegó Durán muy misterioso a darme una carta que por la mañana le había entregado Candelaria. Sospecho que la abrieron poniéndola al vapor y luego la pegaron con engrudo. No puedo ser tan desconfiado. La copio tal como está: Querido Jorge perdóname que te escriva poquito pero estoy cuidando a mi papá, de repente se puso malo de un disjusto que tubo, gracias a Diós no es nada grabe, estará bueno pronto y enseguida vuelvo. Jorge estoy muy triste sin ti, pienso que no vas acordarte de mi y te vas a fijar en otras muchachas que no te dén tanto problema como yo te e dado. Pero mejor no lo agas porque yo te quiero muchísimo de verda ni te imaginas cuanto y me muero de ganas de verte ójala que muy pronto. A Diós Jorge, resibe muchos besos y mi amor que es simpre tuyo y quiereme Ana Luisa Bueno, pues no sé qué pensar. Además ¿cómo sabe Ana Luisa que me ha dado problemas? * Tenía que ser: ya le llegaron a mi papá con el chisme. ¿Quién habrá sido? La Nena jura que no fueron ni ella ni Maricarmen. Le creo porque cuando menos la Nena es sincera y siempre da la cara. Entonces ¿será alguien de la escuela? Imposible: no se atreverían con mi papá. Estuvo mucho más duro que la entrevista con el director. Dijo que mientras él me mantenga mi obligación es estudiar y obedecer. Cuando trabaje y gane mi dinero podré tener miles de mujeres, aunque es el peor camino, me lo dice por experiencia (caramba). Supone que gran parte de culpa la tiene mi afición excesiva por los libros. En vez de leer tanto y encontrar malos ejemplos debería 83 hacer más deporte y sobresalir en los estudios. Cuando nací su ilusión era verme convertido en cadete del Heroico Colegio Militar. Lo he decepcionado completamente y es muy doloroso para él. Mi papá será muy general y toda la cosa pero no entiende cómo anda el asunto: me informó que de ahora en adelante y hasta nueva orden no podré ir a ningún lado si no me acompaña y me vigila Durán (!) * Hace rato, cuando me había escapado por la azotea para rondar, como todas las noches, la casa de Ana Luisa, la vi bajarse de un Packard último modelo (¿no conozco ese Packard?) junto con su madrastra. Ellas no me vieron, alcancé a esconderme tras la esquina. Me intriga saber quién será el tipo que las vino a dejar: un viejo como de unos cuarenta años. Las ayudó con las paletas y al despedirse Ana Luisa le dio un beso en la mejilla. A pesar de todo el tipo no entró en la casa. Qué desesperación no poder hablar con ella. Ojala mañana me deje algún recado con Candelaria. Quisiera ir a buscarla o cuando menos hablarle por teléfono a “El paraíso de las telas”, pero ella me lo ha prohibido: dice que la regañan y le descuentan su sueldo. Aquí hay otra cosa rara: si el dueño de la tienda es un estricto ¿por qué deja faltar tanto y no la sustituye por otra empleada? No he conocido a nadie tan misteriosa como Ana Luisa. Lo que menos esperaba: Ana Luisa le dejó a Candelaria un sobrecito color de rosa para que me entregase Durán: 84 Quérido Jorge resibí tu tarjeta, gracias. Espero que lo que voy a decirte no te moleste, a mi me dá muchas tristesa pero no quéda mas remedio pues creo que es lo mejor para los dós. Resulta Jórge que ya no bamos a seguirnos viendo como asta ora, se que me entenderas y no me pediras esplicasiones pues tan poco podría dártelas. Jórge simpre e sido sincera contigo y te e querido mucho nunca sabrás cuanto deveras, me sera muy difícil olvidarte, ojalá no sufras como yo estoy sufriendo y te olvides pronto de mi. Te mando un ultímo beso con amor. Ana Luisa Me quedé helado. Luego me encerré en mi cuarto y me puse a llorar como si tuviera dos años. Ahora trato de calmarme y hago un esfuerzo por escribir aquí. No puedo creerlo, no soporto la idea de que nunca más volveré a ver a Ana Luisa. Es terrible, es horrible. No sé, no sé. No entiendo nada. * Pasé una noche infernal. Durán me llevó en el yip a la escuela y no hablamos, aunque estoy seguro de que él ya sabe y hasta vio la cartita que estaba en un sobre sin pegar: Candelaria no tuvo la buena educación de cerrarlo. Al salir di vueltas por donde trabaja o trabajaba Ana Luisa. Vi a sus amigas pero a ella no. Me acerqué, me miraron con lástima y me dijeron que no ha vuelto a la tienda ni creen que regrese. Sentí ganas de presentarme en su casa pero no tengo ningún pretexto. No me importa que sea humillante, quisiera verla cuando menos una última vez. Por cierto: un Packard idéntico al de la otra noche estaba estacionado frente a “El paraíso de las telas”. Bueno, el coche en que vi a Ana Luisa no es el único Packard que hay en el mundo. Puede ser casualidad. Me voy a volver loco si sospecho todo lo que veo. 85 * Mi mamá entró sin avisar en el cuarto y me encontró llorando (a mi edad). Hizo preguntas y le conté la versión rosa de la historia. En vez de regañarme, dijo que no me preocupara: ella sabía que yo andaba con Ana Luisa y lo permitió sólo para que me sirviera de amarga experiencia. Esto le ha pasado y le pasará a todos; no debo darle importancia ni sufrir por lo que no vale la pena; la adolescencia es la etapa más feliz de la vida y, aparte de estudiar, mis únicas preocupaciones deben ser pasarla bien y divertirme; pronto habré crecido y encontraré una muchacha que sea de mi clase y pueda ser mi novia y no tenga tan mala fama como Ana Luisa. Ahora ya ni siquiera protesté como antes. No hice el menor intento de defenderla. Pobre Ana Luisa. Todos quieren hacerle daño. En realidad nunca supe nada acerca de ella. No creo poder enamorarme de otra...¿Y si todo cambiara de repente y Ana Luisa viniera a decir que reconsideró y está arrepentida de haberme dejado? No, es una imbecilidad; esto no va a ocurrir, de qué sirve hacerme ilusiones. Días, semanas sin escribir nada en este cuaderno. Para qué, no tiene objeto. Si alguien lo ve se burlará de mi. * Tuve un sueño a la vez triste y claro. Estábamos en la ciudad de México. Ana Luisa se iba y no volvería nunca. Para vernos por última vez me citaba en “La Bella Italia”, un lugar que no conoce pues nunca ha estado en la capital. La cita era a la una. Yo tomaba un tranvía y se paraba por falta de electricidad; un camión, y chocaba. Entonces me iba corriendo por una avenida que tenia en medio árboles -¿Ámsterdam, Mazatlán, Álvaro Obregón? El dolor de piernas me obligaba a sentarme en una banca. En ese instante aparecía la Nena del brazo de Durán. 86 -Vamos a casarnos en la iglesia –me decía-. Y tú ¿adónde vas tan apresurado? No me digas que Ana Luisa te está esperando en el malecón. -No, cómo crees: voy a un partido de futbol –contestaba. La Nena y Durán me hacían conversación, y me desesperaba el no poder zafarme y continuar mi camino hacia “La Bella Italia”. Hasta que al fin seguía corriendo y me cruzaba con un entierro. En la esquina estaba una señora vestida de luto. Era mi mamá: -Van a enterrar a tu padre y tú, en vez de ir a llorarlo en el cementerio, corres al encuentro de una mujerzuela. Le pedía perdón y continuaba mi carrera. Al llegar a “La Bella Italia” eran las dos en punto y naturalmente ya no estaba Ana Luisa. Aparecía Candelaria con delantal, sirviendo las mesas: -Ana Luisa te esperó mucho tiempo. Tuvo que irse para siempre y no dejó dicho adónde... * Dos meses sin verla, seis semanas desde que recibí su última carta. En vez de olvidarla siento que la quiero más. No importa que sea cursi el decirlo. *Le hice unos versos, tan malos que preferí romperlos. ¿Qué hará, dónde estará y con quién? Todas las noches rondo su casa. La encuentro siempre cerrada y a oscuras. ¿Habrá vuelto a Jalapa o se habrá ido a México? * Lo más triste de todo es que ya me estoy resignando. Pienso que tarde o temprano lo de Ana Luisa tenía que acabarse pues a mi edad no iba a casarme con ella ni nada por el estilo. Además todo parece en calma desde que no nos vemos. En la escuela ya me hablan, en la casa me tratan bien, puedo estudiar muchísimo y –al menos que yo sepa- no ha llegado otro anónimo. Pero no me importaría que todo fuera como antes, o peor, con tal de volver a estar cerca de Ana Luisa. 87 * Me preocupa Ana Luisa. Me duele no poder ayudarla. Supongo que le está yendo muy mal y su vida va a ser horrible sin que ella tenga culpa alguna. Aunque si lo pienso bien y me fijo en la gente que conozco o de quien sé algo, la vida de todo el mundo siempre es horrible. * Mil años después llegaron las cosas que habíamos dejado en México, entre ellas el baúl en que mi mamá guarda las fotos. En vez de estudiar o de leer me pasé horas contemplándolas. Me cuesta trabajo reconocerme en el niño que aparece en los retratos de hace mucho tiempo. Un día seré tan viejo como mis padres y entonces todo esto que he vivido, toda la historia de Ana Luisa, parecerá increíble y aun más triste que ahora. No entiendo por qué la vida es como es. Tampoco alcanzo a imaginar cómo podría ser de otra manera. Escribo a las doce y media. No fui a clases. Hoy es cumpleaños de mi papá. Vendrán a comer el gobernador, el jefe de la región militar que está por encima de la zona comandada por mi padre, el presidente municipal, los diputados, el jefe de la policía, el responsable de la aduana y no sé cuantos más. En vez de que como todos los días la preparase Eusebia, un cocinero del “Prendes” vino a hacer la comida. No voy a probar nada. No volveré a comer nunca. Soy tan imbécil que a mi edad no había relacionado los llamados placeres de la mesa con la muerte y el sufrimiento que los hacen posibles. Vi a los ayudantes del cocinero matando a los animales y quedé horrorizado. Lo más espantoso es la muerte de las tortugas o quizá el fin de las pobre langostas que patalean desesperadamente en la olla de agua hirviendo. Me imagino lo que serán los rastros. Uno debería comer nada más pan, verduras, cereales y frutas. Pero ¿de verdad no sentirán nada las plantas cuando uno las arranca, las corta, las cuece, las muerde y las mastica? 88 * ¿He dicho que me encanta Yolanda? Es tan guapa como Ana Luisa o más hermosa todavía. Jamás he hablado a solas con Yolanda pero hoy me estremecí (como idiota) porque nunca volveré a verla. Vino a despedirse de Maricarmen y de la Nena: se va a estudiar a Suiza. A su hermano Gilberto lo mandan a la Culver Military Academy en Indiana. Su padre de hizo multimillonario en el régimen que está por acabar. A muchos que conocemos les pasó lo mismo. Si en México la mayoría de la gente es tan pobre ¿de dónde sacarán, cómo le harán algunos para robar en tales cantidades? Yolanda nos contó que la semana pasada Adelina intento suicidarse porque eligieron reina del próximo carnaval a su peor enemiga. Adelina metió la cabeza en el horno de la estufa y abrió la llave del gas. Cuando empezó a sentirse mal, salió corriendo y antes de caer desmayada vomitó por toda la sala. Adelina dejó un recado póstumo en el que atribuía la culpa del suicidio no a su envidia galopante, sino a la forma en la que tratan a su madre y su hermano. El capitán abofeteó a su esposa y le dio una golpiza feroz a Óscar. Pobre capitán. Cuánto quiere a Adelina. No se da cuenta de que su hija es un monstruo de maldad. La Nena, Maricarmen y yo nos moríamos de risa mientras Yolanda narraba y actuaba la tragedia de la gorda. Luego sentí remordimientos: soy tan canalla como Adelina. No está bien alegrarse del mal ajeno, por mucho que deteste a Óscar y a su hermana y aunque estoy casi seguro de que Adelina mandó el anónimo, cuidadosamente pensando para que se lo achacáramos al director. * No entiendo cómo es uno. El otro día sentí piedad al ver a los animales que mataban en el patio trasero de mi casa y hoy me divertí pisando cangrejos en la playa. No los enormes de las rocas sino los pequeños y grises de la arena. 89 Corrían en busca de su cueva y yo los aplastaba con furia y a la vez divertido. Pienso que en cierta forma todos somos cangrejos: cuando menos se espera alguien o algo viene aplastarnos. * Como no he vuelto a salir con Candelaria y Durán ignoraba si seguían viéndose. Durán y yo casi no hablamos. Siento que he traicionado a alguien que –excepto la vez de Antón Lizardo- se portó bien conmigo. Él debe de saber algo de la conversación en la farmacia pues tampoco ha hecho el menor intento para que volvamos a ir a nadar o a práctica de manejo. En fin, digo todo esto porque hoy me encontré a Candelaria en el tranvía. Para hablar de ana Luisa se me ocurrió invitarla a tomar un refresco en el “Yucatán”. En cuanto nos sentamos Candelaria me preguntó por ella. -¿De veras no lo sabes? –le contesté-. Pues me cortó, me mandó a volar. -No me digas. No te puedo creer. -Pero si me dejó contigo su última carta. -No la leí, soy muy discreta... Que tonta, qué bruta, qué pendeja: cuándo se va a encontrar a alguien como tú. -No te creas, yo quién soy. -Tu eres tú y ya te dije lo que me pareces. Silencio. Enrojezco. Tomo un trago de agua de tamarindo. Candelaria me observa irónica, se divierte al ponerme en dificultades. -Te voy a decir una cosa, Jorge. Óyelo bien: tu error fue tratar a Ana Luisa como a una muchacha decente y no como lo que es, te lo digo con todas sus letras: una pinche puta. -Oye, Ana Luisa no te ha hecho nada; no tienes por qué hablar así de ella. -Ah, mira nomás: todavía la defiendes después de que te usa como su trapeador y te pone los cuernos con medio Veracruz. Ay me hijito, qué bueno o que imbécil eres. Ojala todos fueran como tú. Por eso me gustas, por eso... Pero te niegas a hacerme caso. 90 -Es que... no sé en realidad...No, mejor deja que pasen los exámenes: tengo que estudiar y estoy muy atrasado. Apenas salga de todo esto te hablo. -¿De veras no te gustaría que nos fuéramos por ahí? -Candelaria, por Dios santo, claro que me encantaría. Ya llegará el momento. Espérame por favor. .-¿Y por qué no ahora mismo? -Te juro que mis papás me esperan a comer en “La Parroquia”. Además tú tienes que regresar a la farmacia. -Por mí no te preocupes. Yo me arreglo. Yo sé mi cuento. -Mejor nos vemos la semana entrante ¿si? Pero, te lo ruego, no le vayas a decir nada a Durán. -Cálmate, tu pinche sardo no va a saber ni jota. Además ya estoy harta de ese chilango de mierda. No sé cómo quitármelo de encima. Es una auténtica lata y ni que fuera la gran maravilla. Puro hablador, eso es lo que es Durán. Antes de que otra cosa sucediera pagué la cuenta, insistí en que mis padres me esperaban en “La Parroquia” (mentira) y le prometí a Candelaria que iría a buscarla a su casa. En vez de alegrarme la conversación me entristeció. Qué injusto es todo: la que amo me rechaza y rechazo a la que me quiere. Tal vez me engaño al suponer esto. ¿Será verdad que le gusto a Candelaria? ¿O simplemente quiere utilizarme para fregar a Durán? * Llevo semanas sin escribir nada. Ahora voy a desquitarme por todos los días que dejé en blanco. Me acaban de pasar cosas terribles. Será mejor contarlas más o menos en orden. Como mañana es aniversario de la Revolución, no hay clases y mis calificaciones han mejorado, pedí permiso para ir a la lucha libre. Me dejaron, siempre y cuando me acompañara Durán. Esto me salvó, quién lo iba a decir. Alcanzamos a comprar en reventa boletos de quinta fila en el cine “Díaz Mirón”, improvisando como arena de combate. Las preliminares fueron aburridísimas, con 91 luchadores casi desconocidos. En la estelar se enfrentaba Bill Montenegro –mi ídolo cuando en México veía las luchas por televisión- y el Verdugo empleó a fondo sus marrullerías y medio mató a Montenegro. Ya para la tercera y última caída todo el público estaba en contra del rudo, excepto Durán que según creo, tomó esta actitud sólo para molestarme. Montenegro fue enviado fuera del cuadrilátero y se golpeó la cabeza contra una silla de ringside. El Verdugo lo subió a la lona tomándolo de los cabellos, lo sujetó en candado y lo estrelló contra los postes hasta que le abrió una herida en la frente. Bañado en sangre, Bill reacciono: con unas maravillosas tijeras y un tope volador de vengo de su rival y lo arrojo a su vez de las cuerdas. Cambiaron golpes en el pasillo muy cerca de mí. El árbitro los obligo a volver cuando ya los espectadores iban a intervenir en defensa de Montenegro. La vuelta al ring fue el desastre para Bill. El enmascarado lo hizo chocar de nuevo contra los postes para ahondarle la herida. Yo estaba furioso al verlo sangrar. Como el referí no hacia ningún caso de los gritos, arroje un elote que me estaba comiendo y le di en la cabeza al Verdugo Rojo. Me aplaudió la gente que se dio cuenta. Pero el villano tomó el elote y le pico los ojos a Bill, con tanta furia que de milagro no lo dejo ciego. Entonces los mismos que me habían celebrado me insultaron. Todo empeoró cuando con una quebradora el Verdugo puso fuera de combate a Bill Montenegro. Llovieron almohadas y vasos de cartón contra El Verdugo. Montenegro fue llevado casi muerto hacia la enfermería. En ese instante unos tipos con facha de estibadores se acercaron a pegarme gritando que yo, un maldito chilango, era el cómplice del Verdugo y el responsable de la derrota. Serían unos veinte y parecían dispuestos al linchamiento. Me dio terror al ver que rompían sillas y se acercaban a pegarme. 92 De pronto Durán saltó para cubrirme, sacó la pistola, cortó cartucho y gritó: -Lo que quieran con él, conmigo, hijos de la chingada. No sé qué hubiera pasado si no llegan los policías abriéndose paso en medio del tumulto. Intentaron llevarnos a la cárcel pero Durán se identifico, explico la situación, dijo quién era yo, o mejor dicho quien era mi papá. Y salimos entre miradas de odio, custodiados por los gendarmes. Al subirnos al yip bajo los insultos del público, Durán les dio cincuenta pesos a los policías y aclaró: -Luego me los pagas. El caso es que el jefe no se entere del desmadre que armaste. En el camino me dijo que era una soberana pendejada lo que yo acababa de hacer: primero está uno y nunca hay que tomar partido por nadie. No le contesté porque apenas comenzaba a sentir el susto. Qué noche. * Escribo por última vez en este cuaderno. No tiene objeto conservar puros desastres. Pero lo guardare para leerlo dentro de muchos años. Tal vez entonces pueda reírme de todo lo que ha pasado. Lo de hoy me pareció increíble y me dolió mucho. Siento como una especie de anestesia y veo las cosas como si estuvieran detrás de un vidrio. Yo solo, cuándo no, fui a buscar la catástrofe. No hubo clases porque hoy tomó posesión el nuevo presidente. No sé cómo ni por qué se me ocurrió ir a Mocambo. Sin nadie pues no tengo amigos en la escuela, mi papá se fue en avión a México para estar presente en el cambio de gobierno y le presto el yip a Durán que tuvo su día libre. No pude conseguir el coche grande pues mi mamá, la Nena y Maricarmen se fueron a Tlacotalpan a un festival para los niños pobres. Subí al camión en Villa del Mar y me tocó del lado del sol. Aunque es diciembre hacia un calor espantoso. Al bajar fui a tomar un refresco en un puesto de la playa. 93 Me senté, pedí una cocacola con nieve de limón y me puse a terminar La hora veinticinco (cuando voy solo a una parte siempre llevo libros o revistas). Estaba absorto en la lectura. No me di cuenta del escándalo que hacían dos hombres sentados en la mesa de enfrente. Habían bebido como cien cubas libres y entre un montón de cáscaras de camarones hablaban de mujeres y se gritaban cosas de borracho abrazándose. Al levantar la vista quedé paralizado: eran Bill Montenegro y el Verdugo Rojo – sin máscara pero lo reconocí por la musculatura. ¿De modo que también la lucha libre es mentira y los enemigos mortales del ring son como hermanos en la vida privada? Naturalmente, no se molestaron en volverse a mirar al imbécil que estuvo a punto de ser linchado por culpa suya. Me dieron ganas de reclamarle a Montenegro – que no tenía heridas ni moretones en la frente. Ya estaban para caerse de ebriedad y me hubieran matado si los insulto. Salí dispuesto a no ver jamás otra función de lucha libre y no comprar ya nunca revistas deportivas. Faltaba lo mejor todavía. Antes de meterme al agua fui a dejar mi ropa y mi libro entre las casuarinas sembradas en los médanos. Estaba a punto de quitarme los pantalones cuando vi que se acercaba, en traje de baño y tomados de la mano Ana Luisa y Durán. Siguieron adelante sin verme. Cerca de la orilla Ana Luisa se tendió en la arena. Ala vista de todo el mundo, como si quisiera exhibirse, Durán se puso en cuclillas a untarle bronceador en la espalda y en las piernas y aprovechar el viaje para besarla en el cuello y en la boca. Yo temblaba sin poder dar un paso. No creía en lo que estaba viendo. Era el final de una pesadilla o de una película. Porque en la tierra no pasan tantas cosas o al menos no suceden al mismo tiempo. Era demasiado y a la vez era cierto. Allí, a unos metros de las casuarinas que me ocultaban, Ana Luisa en bikini se 94 cachondeaba públicamente con Durán; atrás en el puesto, Bill Montenegro y el Verdugo Rojo se morían de la risa por todos los idiotas que toman enserio la lucha libre. Debía irme cuanto antes. Si no al susto y a la decepción se iba a unir el ridículo. Irme: ¿ qué otra cosa podía hacer? ¿Pelearme con Durán sabiendo que me acabaría en un dos por tres? Reclamarle a Ana Luisa era imposible: me dijo con toda claridad que ya no quería nada conmigo. Al decirlo quedó libre. ¿Cómo sentirme traicionado por ella, por Durán, por Montenegro? Ana Luisa no me pidió que me enamorara ni Montenegro que lo “defendiera” del Verdugo Rojo. Nadie tiene la culpa de que yo ignorara que todo es un farsa y un teatrito. Me decía todo esto en mi interior para darme ánimos. Porque nunca en mi vida me sentí tan mal, tan humillado, tan cobarde, tan estúpido. Pensé en una venganza inmediata. Con mis últimos diez pesos tomé un taxi y me fui a casa de Candelaria. Toqué a la puerta, a mano limpia porque no hay timbre. Nadie salía. Ya me iba cuando se abrió un postigo y vi la cabeza de un bigotón malencarado, sudoroso, con el pelo revuelto –el tipo que se supone es el padrastro de Candelaria pero quien todo parecía señalar que estaba con ella en otras funciones. El padrastro me gritó de la peor manera: -¿Qué se le ofrece, jovencito? Y yo estúpido todavía le pregunté: -Perdone... ¿esta Candelaria? -No, no, para nada...Disculpe usted...Es decir, sí... Mire, le traía un recado de Durán... de su novio. Bueno gracias...No se preocupe: le hablo mañana a la farmacia. El bigotón cerró furioso el postigo y toda la puerta se cimbró. Qué metida de pata mi supuesta venganza. Pensé que si hoy seguía en la calle me iban a aplastar un aerolito, ahogarme un maremoto o cualquier cosa así. 95 Vine a pie hasta la casa, con ganas de llorar pero aguantándome, con deseos de mandarlo todo a la chingada. Y sin embargo dispuesto a escribirlo y a guardarlo a ver si un día me llega a parecer cómico lo que ahora es tan trágico... Pero quién sabe. Si, en opinión de mi mamá, esta que vivo es “la etapa más feliz de la vida”, cómo estarán las otras, carajo. a) Después de concluida tu lectura realiza los siguientes ejercicios b) Cita un párrafo que identifique al Narrador y menciona el lugar que ocupa en la historia. (4 renglones) c) Describe física y psicológicamente a los siguientes personajes: Jorge (3 renglones) Ana Luisa (3 renglones) Durán (3 renglones) Candelaria(3 renglones Mamá de Jorge ( 3 renglones) d) ¿Cómo se conocen Ana Luisa y Jorge? ( 4 renglones) e) ¿A qué se dedica el padre de Jorge? ( 4 renglones) f) Cita tres hechos significativos que demuestren que Ana Luisa no era sincera con Jorge. g) Comenta brevemente el final del cuento. ( 6 renglones) h) Reescritura. Inventa el final que te hubiera gustado. ( 6 renglones) 96 CAPÍTULO III LA INTEGRACIÓN DE LAS OPERACIONES TEXTUALES EN EL ENSAYO DE INVESTIGACIÓN En este capítulo elaborarás un ensayo de investigación que no debe confundirse con un resumen, una reseña crítica o una síntesis. En este tipo de escrito el autor expresa sus reflexiones alrededor de un tema, y estas deben estar sustentadas en algunas fuentes de información que le sirvan de respaldos de autoridad, ya que el término ensayo esta relacionado con los vocablos pensar, probar, reconocer y examinar. Iniciarás un proceso de investigación que comprende seleccionar, clasificar, analizar e interpretar la información contenida en diversos textos. Por lo tanto será importante que realices una lectura de identificación y explicación de hechos y datos, que registrarás en fichas de trabajo: resumen, cita textual y paráfrasis, una vez concluida esta primera parte iniciarás con la redacción del borrador en donde seguirás una serie de pasos que integren las operaciones textuales de redacción y lectura. Posteriormente utilizarás las convenciones formales para la presentación del texto que son: portada, índice, los capítulos correspondientes a los antecedentes, desarrollo del tema, la conclusión y la bibliografía. Los temas propuestos son : “El Asesinato de Luis Donaldo Colosio” y el caso de Zhenli Ye Gon el chino involucrado en el narcotráfico . Elegirás con base en la información presentada, de cuál desarrollarás tu ensayo de investigación. Antes de empezar con las lecturas de los textos es importante que consideres las tres estrategias básicas para la redacción de un Ensayo: Antes de iniciar el Ensayo: • Elige un tema conocido, en el cual te puedas explicar con facilidad. • Recuerda que prácticamente cualquier tema es posible de abordar en este género. • Antes de comenzar a escribir, identifica cuál es la hipótesis, plantada como una pregunta o una respuesta tentativa. Durante la elaboración del Ensayo: • Organiza un esquema con la idea principal y las secundarias que desarrollarás en tu ensayo, de modo que te sirva como plan inicial o punteo. • Busca datos, citas, informaciones, estadísticas, noticias o cualquier antecedente que apoye o sirva para demostrar la línea central de la argumentación de tu escrito. • Registra la información relevante en Fichas de registro general de la fuente y de Trabajo: resumen, cita textual y paráfrasis. 97 • • • • • • En la redacción del borrador : organiza tu escrito con libertad, pero sin olvidar una estructura mínima: introducción, desarrollo, conclusión o cierre. Si lo deseas, y tu tema lo permite, puedes comenzar con una anécdota o una vivencia personal, o esbozar la hipótesis que deseas confirmar. Recuerda mantener tu estilo personal, algo que te identifique o le dé un rasgo particular. Igualmente, recuerda buscar la cercanía con el lector y para ello no temas utilizar palabras que no necesariamente están aceptadas académicamente, pero que en todo caso, sean respetuosas y más o menos conocidas. Recurre a los conectores para unir una idea o párrafo con otro. Conectores: temporales (más tarde, al poco tiempo); espaciales (detrás, junto a); de ordenación (a continuación, por último); razonamiento lógico (por consiguiente, no obstante, en conclusión), etc. Después de realizar el Ensayo: Verifica si : • Mantiene un hilo conductor del tema. • Va dando respuesta a la hipótesis planteada. • Las ideas expresadas resultan claras e interesantes. • Presenta tu texto unidad, adecuación y coherencia. • Revisa y haz las correcciones necesarias de ortografía y puntuación. • Verifica si en tu ensayo se aprecia tu estilo personal. • Presenta formalmente tu escrito: Portada, introducción, desarrollo, conclusión y bibliografía. ACTIVIDAD 1 a) Lee los siguientes artículos e identifica los hechos y datos que te ayudarán a contestar en tu ensayo de investigación alguna de las hipótesis planteadas. b) ¿ El asesinato del candidato a la Presidencia Luis D. Colosio fue producto de un complot? c) ¿Es Mario Aburto Martínez un asesino solitario? d) Realiza las fichas de trabajo que se te piden al final de la lectura. EL CASO LUIS DONALDO COLOSIO. I/II Autor. Mario Rojas Alba Dudas, incertitudes e impunidad en el caso Luis Donaldo Colosio Mario Rojas Alba. Montreal, Qc. Canadá, a 10 de enero de 1996. I/II. El asesinato de quien fuera candidato a la Presidencia de México, Luis Donaldo Colosio (ocurrido el 23 de marzo de 1994) manifiesta de manera nítida el nivel de violencia política alcanzada en los procesos electorales mexicanos. Las dudas, las contradicciones y las insuficiencias de la investigación del magnicidio, reflejan por 98 su parte las graves carencias en la impartición de la justicia al mismo tiempo que la dependencia casi absoluta del poder judicial de parte del ejecutivo federal, una de las deformidades que caracterizan al presidencialismo mexicano fuertemente centralizado. La televisión comercial cómplice en el clima de histeria y cacería de brujas A diferencia de la población de los EUA que se conmocionó hace tres décadas con los magnicidios de los hermanos Kenedy, el pueblo mexicano apenas recordaba el asesinato del Presidente Álvaro Obregón hacía ya siete décadas. El asesinato de dirigentes o militantes de la oposición, es un fenómeno no menos grave pero común en la vida cotidiana de la sociedad mexicana, no obstante esta vez la gente sentía que el peligro tocaba la puerta, eran los momentos de "encomendarse al santo de devoción" por que la violencia estaba suelta y no reconocía amigos o enemigos. En una situación como esa, los medios de información deberían hacer gala de prudencia, nada más lejos que eso ocurrió y sigue ocurriendo en México. Los estudiosos del régimen mexicano conocen perfectamente que los medios de información, particularmente la televisión comercial, forman parte de una unidad indisoluble con el poder gubernamental, en ese sentido, el asesinato de Colosio era otra vez más una nueva y maravillosa oportunidad para agredir a la oposición política de centroizquierda. Sin embargo, la energía del temor desatado escapó del control de los "desinformadores" de la televisión, para revertirse finalmente en contra de los altos dirigentes del PRI-gobierno. Dos días después del crimen y como resultado de las opiniones tendenciosas de Jacobo Zabludowsky, que intentaba involucrar a la oposición cardenista, la incertidumbre y el temor se generalizaron en diferentes partes de la república. El ambiente de tensión en algunos casos alcanzó el nivel de la histeria, los sentimiento de persecución y temor causaron numerosos incidentes, basta recordar la agresividad de los priístas en contra de Manuel Camacho Solís en su visita de condolencias, menos violenta contra Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas. Durante los funerales los mismos priístas le gritaron a Carlos Salinas de Gortari, ¿Quién fue, Quién fue, Quién fue....?al tiempo que tiraban con estruendo las butacas del recinto. Todavía un mes después del asesinato la histeria continuaba, el 23 de abril, al momento en que se realizaba una misa en la Basílica de la Guadalupe, el abad Guillermo Schulemburg interrumpió su homilía, cuando un hombre que sacó un cuchillo de entre sus ropas y se hirió a sí mismo en los brazos, al tiempo que gritaba -¡Me quieren matar!, el personal de seguridad tuvo que intervenir para detenerlo y sacarlo de la Basílica, el hombre insistía en que lo querían involucrar en el asesinato de Colosio [1]. 99 El Subprocurador Montes: pieza clave para encubrir el crimen El asesinato de quien fuera candidato a la Presidencia de México, Luis Donaldo Colosio [2], manifiesta de manera nítida el nivel de violencia política alcanzada en los procesos electorales mexicanos. Los antecedentes de Miguel Montes nos permiten entender de cierta forma, las posible razones por la que Salinas lo nombró Subprocurador especial para la investigación del caso Colosio. Antecedentes de un higienista jurídico Era un día turbulento como todos los del Colegio Electoral de 1988, desesperados ante la imposibilidad de impedir el fraude electoral, los diputados federales del Frente Democrático Nacional decidimos tomar una vez más la tribuna. Demacrados por la tensión y el agotamiento de las prolongadas sesiones, los frentistas ocupamos todo el espacio de la tribuna de los debates. Mientras tanto Miguel Montes desde lo alto, en el puesto de la Presidencia de la Cámara, nos veía con una falsa tranquilidad, al mismo tiempo miraba insistentemente a los diputados priístas y agentes de seguridad que se encontraban al fondo y costados del recinto parlamentario, con los ojos, Montes daba las indicaciones para la respuesta preparada con anticipación. De los mismos lugares salieron entonces rápidamente decenas de policías vestidos de civil que se mezclaron con los diputados priístas. Un numeroso grupo de agentes protegió de inmediato la espalda del mismo Montes, mientras que más de un centenar de diputados del PRI apoyados por otro tanto de policías nos desalojaban por la fuerza de la tribuna. Finalmente el dictamen que reconocería a Carlos Salinas de Gortari como Presidente de México sería únicamente firmado por los diputados del PRI. En julio de 1988 el mismo Miguel Montes García había sido electo diputado federal por la ciudad de Guanajuato (I Distrito), en un proceso electoral ampliamente señalado como fraudulento. Poco después Montes sería designado Presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados y tres años más tarde Procurador de Justicia del Distrito Federal, cargos que desempeñaría de manera poco brillante. En el último tercio de 1988, en la oficina de la Representación Morelense de la Torre Latinoamericana, en el Distrito Federal, Montes había tenido cuando menos dos sospechosas reuniones con el Gobernador Rivapalacio, reuniones que ocurrieron coincidentemente en los momentos en que Rivapalacio inició las detenciones arbitrarias, la persecución policíaca, la tortura, el crimen y la desaparición política, particularmente contra los cardenistas de la región oriente de Morelos. El mismo Miguel Montes fue nombrado por Carlos Salinas de Gortari, como Subprocurador Especial para "esclarecer" el caso del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta. En realidad, Montes había recibido una vez más, la difícil tarea 100 de limpiar el rostro del sistema con el agua bendita de la "ley" hecha a imagen y semejanza del poder. La designación del Subprocurador violentó el federalismo La estructura jurídica mexicana corresponde a una federación de estados libres y soberanos. De acuerdo con la legislación penal, el homicidio es un delito del fuero común que sólo existe en los códigos penales de los estados y del Distrito Federal. El delito de homicidio es pues competencia exclusiva de los tribunales locales de los Estados y no de los de la Federación. Por lo tanto correspondía a los tribunales del Estado de Baja California Norte y a nadie más, instaurar el juicio contra Mario Aburto Martínez y coprocesados por el homicidio de Luis Donaldo Colosio. La substitución de los tribunales de Baja California Norte, por una Subprocuraduría Especial de carácter federal, Colosio, contravino el marco constitucional. Es evidente que el ejecutivo federal buscaba el control absoluto de la investigación. El Subprocurador y la demostración del complot criminal Se puede suponer que al principio Salinas de Gortari dio las indicaciones necesarias para que Montes realizara una investigación amplia, profunda y eficiente, Montes se la creyó. Es por eso que entonces, una cantidad impresionante de elementos del poder judicial federal se movilizaron en el juicio y esclarecimiento del homicidio, entre ellos, más de 500 expertos y agentes de investigación fueron destinados al caso. Los resultados fueron estimulantes, según el primer reporte que Miguel Montes presentó a la opinión pública: el asesinato de Colosio había sido producto de un complot con la implicación de varios individuos, incluidos algunos de los propios agentes de seguridad del candidato presidencial, así como de elementos relacionados con el Partido Revolucionario Institucional de Tijuana. Se afirmó también que dos personas desde ángulos diferentes habían disparado contra la víctima: la trayectoria del proyectil que perforó el cráneo fue de derecha a izquierda y de izquierda a derecha el que penetró en el abdomen. Como consecuencia fueron detenidos además de Mario Aburto, Tranquilino Sánchez, Rodolfo Rivapalacio, Vicente Mayoral Valenzuela y Rodolfo Mayoral, los que según las propias autoridades, habían actuado coordinadamente en el homicidio del candidato. Valadés entendió mejor las verdaderas intenciones de Salinas Las afirmaciones de Montes contradecían las opiniones externadas por el Procurador General de la República, Diego Valadés. El Procurador informó que Aburto Martínez había hecho dos disparos, uno en la cabeza y otro en la región abdominal. Según el Procurador, Aburto había caminado unos 10 metros entre la multitud, hasta quedar al lado derecho del candidato, y entonces: acercó un revolver hasta colocarlo en su sien derecha, y lo accionó produciéndole en ese 101 instante la herida que lo privó de la vida, al caer el candidato alcanzó a girar a su izquierda cuando el mismo Aburto disparó el segundo tiro en el abdomen, decía el procurador olvidando que todo individuo que recibe un tiro en la cabeza, estando de pie, se desploma de manera automática, la posibilidad de que Colosio realizara un giro era casi imposible, menos uno de 180 grados como el que supuestamente ocurrió según la imaginación del procurador Valadés. En la conclusión del procurador, no había rastro de complot, únicamente la acción de un magnicida solitario que buscaba obtener notoriedad. Por consecuencia, a excepción de Mario Aburto, los presuntos implicados en el homicidio fueron puestos en libertad. Los medios de información ligados al gobierno coincidieron con la posición oficial del procurador Valadés. En los días siguientes, los medios informativos progubernamentales dejaron de insinuar la responsabilidad cardenista para insistir ahora en la hipótesis del magnicidio cometido por un asesino solitario "con ideas pacifistas y defensor de los derechos humanos". Silencio y cambio de posición del Subprocurador Montes El subprocurador especial se quedó solo con la hipótesis del complot. Después de algunos días de silencio, tiempo que posiblemente fue empleado para consultar con Salinas de Gortari, Montes cambió de posición, para adoptar la misma línea del Procurador General y de los medios controlados por el gobierno, es decir que el asesinato de Colosio había sido el resultado del plan y acción individual de Mario Aburto. Diana Laura Riojas: lealtad, dudas y desengaños La primer información que Diana Laura Riojas recibió fue que su marido, Luis Donaldo, había sido golpeado en la cabeza, con un palo. A su llegada al hospital en donde se encontraba su esposo, el periodista Federico Arreola, amigo cercano del candidato, le informó finalmente la verdad, no fue un palo, fue un balazo y le atravesó la cabeza [3]. Independientemente de todas las irregularidades del proceso y de la actitud encubridora de los responsables de la investigación, Diana Laura Riojas mantuvo siempre una actitud extraordinariamente prudente y un aplomo admirable, sin la menor traza de resentimiento, Diana Laura habló y dio la cara al público, a la prensa y a su partido, manifestando siempre una actitud noble y responsable en sus palabras y gestos. Diana Laura Riojas se ganó, sin buscarlo, el reconocimiento, la solidaridad, el apreció, y el cariños del pueblo mexicano. Alcanzó tal grado de popularidad, que uno podía escuchar en los corrillos de la calle, en las pláticas de café, y en diferentes medios, el interés que la población tenía para que Diana Laura Riojas pudiera continuar la campaña de su marido, es decir que ella misma debería asumir la candidatura a la Presidencia de la República. 102 Para obtener justicia no bastó la enorme manifestación de lealtad de Diana Laura para con su partido. El cambio de actitud del Suprocurador que abandonó la hipótesis del complot y fortaleció de la hipótesis del asesino solitario representó un revés al rumbo que llevaba la investigación, eso hizo que Diana Laura pensara en seguir más de cerca la investigación [4], pasó entonces a la sospecha de que el asesinato de su marido podía haber sido planeado por un director intelectual. El 5 de junio de 1994, Diana Laura le solicitó al Subprocurador Miguel Montes que no descartara la hipótesis de que la conducta criminal de Mario Aburto, podía haber sido coadyuvada por influencias de terceros y que el acto homicida podía haber sido planeado por un director intelectual [5]. Diana Laura Riojas: la búsqueda de la verdad A pesar de que la economista Diana Laura Riojas de Colosio, practicó regularmente la gimnasia y el Hata-Yoga, no pudo superar el padecimiento pancreático que le afecto por varios años, el cual le hizo crisis después del asesinato de su esposo [6]. Después de ser hospitalizada por varios días, Diana Laura finalmente falleció el viernes 18 de noviembre de 1994, víctima de un adenocarcinoma pancreático, diagnosticado desde el 14 de marzo de 1990 [7]. En las últimas actividades de Diana Laura se manifestó el desaliento. El sábado 9 de julio, Diana Laura salió de gira por Europa, en la entrevista concedida al diario El País en España, afirmó que sería muy difícil saber la verdad sobre la muerte de su marido [8]. Aparece el segundo tirador El nuevo subprocurador especial designado por el gobierno de Zedillo, Pablo Chapa Bezanilla, retomó la investigación del caso Colosio, para informar, el 19 de diciembre, que la dependencia a su cargo investigaba la posible relación entre el asesinato de Colosio Murrieta y del director de la Seguridad Pública en Tijuana, Federico Benítez, por darse en circunstancias más o menos cercanas [9]. Después de revisar ocho declaraciones de testigos presenciales, la Procuraduría General llegaba a la conclusión de que había un segundo asesino, es hasta 1995 que las autoridades arrestaron al segundo tirador, Othón Cortés Vázquez. Los testigos Jorge Romero Romero y Jorge Amaral Muñoz, afirmaron en sus declaraciones ministeriales, que lo habían visto disparar [10]. El Búho insiste: fueron los narcopolíticos De acuerdo a la declaración y a los documentos que Eduardo Valle Espinosa El Búho presentó ante la PGR, en el consulado de México en Washington, Colosio fue enterado de que había habido una invitación de empresarios regiomontanos para una comida, a la que fue invitado "un miserable individuo de nombre Mario García, quien a su vez invitó a un arquitecto lavadólares de García Abrego, de apellidos Gamboa Bertrau, y que en esa mesa iba a estar Humberto, hermano de Juan García Abrego", presunto jefe de la organización que mayor cantidad de cocaína colombiana introduce en Estados Unidos [11]. 103 Eduardo Valle aseguró que el entonces candidato a la Presidencia fue alertado de la personalidad de su coordinador de Eventos Especiales, Raúl Zorrilla Cosío, exsubsecretario de Comunicaciones y Transportes. "Los encargados de esta averiguación previa deberían conocer si efectivamente Raúl Zorrilla iba a ser lanzado fuera del equipo de Colosio, porque todos sabemos que Colosio iba a realizar cambios muy importantes en su equipo" [12]. La nueva subprocuradora especial encargada del esclarecimiento del homicidio de Colosio, Olga Islas, afirmó que ninguna hipótesis había sido descartada, incluida la de que el asesinato pudo ser planeado por narcopolíticos. Muchos cabos sueltos La investigación oficial dejaba muchos cabos sueltos. Siendo su tierra natal y coordinador de la campaña de Colosio, ¿por qué Zedillo no se presentó en las actividades electorales el día del asesinato?. ¿Cuáles eran los verdaderos móviles del asesinato del Director de la Policía Municipal de Tijuana, el jueves 28 de abril?, es de recordar que el director fue acribillado por un grupo de individuos desconocidos cuando realizaba una investigación independiente sobre el trágico asesinato de Colosio. ¿Qué tenía que ver el narcotráfico en todo eso?. En la detención del subprocurador de Justicia del Estado de Baja California, Sergio Ortiz Lara, se le relacionaba junto a Tranquilino Sánchez, con la matanza de la discoteca Cristine de Puerto Vallarta, en noviembre de 1992, cuando ocurrió la balacera en la que murieron seis personas, en un aparente ajuste de cuentas entre narcotraficantes. ¿Y los dinosaurios?. Es curioso que el Secretario de Agricultura, Carlos Hank González, violando la ley al utilizar papel membretado y fax de la SARH, haya sido el primero en destapar a Ernesto Zedillo. La familia Hank participaba desde antes en el financiamiento de la campaña priístas, uno de sus hijos, Carlos Hank Rohn había estado en la histórica reunión con el presidente Salinas, el 23 de febrero de 1993, cuando donde los 30 magnates de mayor peso económico decidieron financiar al PRI. Otro de sus hijos, Jorge Hank, había sido relacionado con el asesinato del periodista Héctor Félix Miranda, del semanario Zeta de Tijuana, ocurrido en esa ciudad el 20 de abril de 1988. Fuente: Tlahui-Politic No. 1, I/1996 104 EL CASO LUIS DONALDO COLOSIO. II/II Autor.Mario Rojas Alba Al igual que Montes, Chapa Bezanilla en el mutismo. Mario Rojas Alba. Montreal, Qc. Canadá, a 10 de enero de 1996. II/II. Al igual que Montes, Chapa Bezanilla pasa por una etapa de mutismo después de haber avanzado de manera importante en el esclarecimiento del asesinato de Colosio. Es evidente que de alguna manera era Salinas el que contenía a Montes, pero ¿quien detiene ahora a Chapa Bezanilla?, en todo caso quien le obliga a callar no puede ser su jefe inmediato, el procurador panista Antonio Lozano Gracia, ya que este ha dado muestras de lealtad incondicional al presidente y al PRI-gobierno. Por acuerdo del presidente Ernesto Zedillo, el 16 de diciembre de 1994, el procurador Antonio Lozano Gracia, presentó al nuevo fiscal de la Subprocuraduría Especial Juan Pablo Chapa Bezanilla. Desde entonces dirige un equipo de trabajo de: 63 investigadores y 45 agentes de la Policía Judicial Federal (PJF). El coordinador de las investigaciones del caso Colosio es Arturo Germán Rangel. En una primer etapa, Chapa Bezanilla envió a prisión a Raúl Salinas y a Othón Cortés Vázquez, como probables coautores, intelectual y material, respectivamente, de las muertes de José Francisco Ruiz Massieu y Luis Donaldo Colosio [13]. Sin embargo, después de un año de trabajo, no hay nuevas luces y el silencio sospechoso ha tomado por asalto las oficinas de la fiscalía espacial. El fiscal especial ya no avanza en sus pesquisas, además de sufrir numerosos fracasos en las actuaciones del caso Colosio. Falta acreditar -por ejemplo- la cabal responsabilidad de Othón Cortés Vázquez, para sostener la hipótesis del "complot", y continuar la fase procesal del procedimiento, conjuntamente con las investigaciones para encontrar a los autores intelectuales del crimen. El fiscal ha descartado también las recientes versiones periodísticas en el sentido de que el "verdadero" asesino de Luis Donaldo Colosio fue Antonio C. Martínez Estrada, mejor conocido como "el otro Aburto" [14]. La Fiscalía Especial tratar de probar la coautoría material del homicido por parte de Othón Cortés Vázquez. Se señala que María Belem Mackliz Romero, Jorge Romero Romero y Jorge Amaral Muñoz identificaron plenamente a Cortés Vázquez. Romero Romero se observó cuando Othón Cortés Vázquez acercó el arma a una distancia muy próxima al costado izquierdo del candidato. Amaral Muñoz afirma haber observado cuando se produjo el disparo en el costado izquierdo del candidato, reconociendo a Cortés Vázquez como la persona que efectuó el disparo. Mackliz Romero dice que vio a Cortés Vázquez con el arma de fuego en la mano, del lado izquierdo de Colosio, cuando éste ya había caído [15]. Sin embargo, la fiscalía no ha profundizado en los testimonios. 105 Críticas de los legisladores federales Por primera vez, legisladores tanto del partido gobernante como de la oposición han unidos sus voces críticas en torno a la investigación y proceso del caso Colosio. A 21 meses del homicidio de Colosio, "la investigación, lejos de aclararse, se ha tornado confusa y difícil", y ello exige "mayor diligencia, entrega y eficacia", no estamos "ni conformes ni satisfechos" con la labor de la Procuraduría General de la República (PGR), declaró Sergio Angel Guerrero Mier, presidente de la Comisión de la Cámara de Senadores para el seguimiento al homicidio Luis Donaldo Colosio [16]. El senador priísta Guerrero Mier continúa, "Nos preocupa, independientemente del tiempo que ha pasado, el que las pesquisas lleven efectivamente a la identificación de la autoría intelectual, y no vemos en este momento elementos objetivos en la investigación, ni ministerialmente hablando, que nos conduzcan a pensar que hay presunciones siquiera en torno de esto" [17]. En relación a la versión periodística que habla de que un agente de la PGR conocido como El Guamúchil es el presunto autor material del crimen de Colosio, el senador sostiene que se trata, "hasta donde dispongo de información, de una especulación, pero que de todos modos debería investigar el Ministerio Público Federal para satisfacción de la opinión pública" [18]. En presidente de la comisión legislativa se inconformó de que algunos testigos presenciales no han sido llamados a declarar; al igual que algunos miembros del equipo de seguridad del candidato priísta. Tampoco se han cumplido algunos careos, como el del general Domiro García Reyes con Othón Cortés ya que el primero y otros miembros del equipo de seguridad de Colosio, en su momento afirmaron que no conocían anteriormente a Othón Cortés, "cuando hay otras evidencias y presunciones originadas por otros testigos, fotografías y videos que dan la evidencia de una relación muy estrecha de Othón con miembros del Estado Mayor Presidencial" [19]. Los legisladores del PRD y PAN que participan en la comisión de seguimiento externaron también sus críticas, en muchos sentidos similares a las del senador Guerrero Mier. Por otra parte a pesar de considerarlo aventurado, dejaron entrever la posibilidad de demandar que la fiscalía especial cite a declarar al expresidente Carlos Salinas sobre el caso Colosio, les resulta a todas luces increíble que Carlos Salinas haya sido ajeno o que desconociera las acciones ilegales de su hermano Raúl Salinas. Hipótesis y elucubraciones en voz alta La salida de la Corriente Democrática del PRI y la insurrección electoral del electorado en 1988 dividió a la "familia revolucionaria" en el poder durante más de setenta años. En mayor o menor medida, la división y toma de posiciones tuvo sus expresiones en casi todos los sectores de la sociedad mexicana incluyendo la clase empresarial, la iglesia, el ejército, los sindicatos, las organizaciones 106 campesinas, los grupos de narcotraficantes y por supuesto las organizaciones políticas. La mayor parte de la población votó por Cuauhtémoc Cárdenas del FDN, al interior del PRI y de las instituciones del gobierno, numerosas familias de la clase gobernante apoyaron discretamente a la oposición, la mayoría sin necesidad de salirse del PRI de manera formal. Salinas que todo lo observaba se guardó la venganza para aplicarla una vez que fuera impuesto en la silla presidencial. El conflicto entre familias pudientes, grupos de empresarios y mafias de narcotraficantes pudo haber comenzado al inicio del sexenio salinista, particularmente cuando Carlos Salinas rompió la regla de oro respetada anteriormente por todos los presidentes, el principio de la lealtad y de la intocabilidad de las familias del los expresidentes. En aquel entonces Salinas encarceló al tío político del expresidente Luis Echeverría, poniéndose en conflicto con las familias Zuno y Echeverría, además se enfrentó a los dirigentes petroleros Joaquín Hernández y Salvador Barragán Camacho, personas y familias todas que pagaron caro el no haberlo apoyado en su campaña como candidato del PRI a la presidencia de la República. Esas mismas familias habían manifestado cierta simpatía e incluso algunos de sus miembros habían participado en la campaña electoral de 1988 a favor del cardenismo y del FDN, como por ejemplo, uno de los hijos de Echeverría había participado como candidato a senador por Morelos en representación del Partido Mexicano Socialista, uno de los partidos que formaba parte del FDN. En cuanto al combate de los diferentes grupos de narcotraficantes Salinas aplicó una política selectiva, es curioso notar que durante su sexenio Salinas golpeó fuertemente el narcotráfico de cocaína, mariguana y opiáceos en los estados de Chihuahua, Jalisco, Sinaloa y Michoacán y atacó débilmente los estados de Tamaulipas, Veracruz y Nuevo León, principales lugares de operación del Cartel del Golfo [20] ¿fue esto el resultado del azar o se protegió encubiertamente las acciones de ese grupo?. Etremezclados y en contradicción, los casos de los asesinato de Luis Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu se encuentran la familia de los Salinas, los Ruiz Massieu, los Hank, los Pichardo, los Zuno y los Echeverría, por sólo mencionar algunas. A nivel de grupos empresariales ligados al PRI se encuentra el Grupo Monterrey y el Grupo Atlacomulco, en el fondo del escenario se escurren subterráneas las sombras de los diferentes grupos de narcotraficantes. En esta hipótesis el asesinato de Colosio como el de Ruiz Massieu, pudieran tener explicación en un conflicto de intereses económicos y políticos entre el grupo Atlacomulco y el de Monterrey, entre dinosaurios y tecnócratas, entre narcos del Golfo y del Suroccidente, todo sin que haya una delimitación clara que separe a los miembros de uno y otro bando. Tal vez en una primera etapa las dos familias tendrían el respaldo del Grupo Monterrey y del Cartel del Golfo, una vez que Zedillo tomó las riendas del país, el grupo Atlacomulco inició la ofensiva contras 107 las familias Salinas y Ruiz Massieu, ya sin ningún el apoyo del grupo Monterrey que se alineó finalmente con el actual ejecutivo. Dado el control casi absoluto de los medios de información por parte del partido en el poder, el pueblo mexicano ha desarrollado un sexto sentido para darse sus propias explicaciones de los acontecimientos. Hoy en las calles, en las casas y en los centros de trabajo, se puede afirmar que la gente a formado su consenso y su opinión casi unánime: "Colosio fue asesinado por el gobierno y su propio partido". En base a las pruebas y testimonios recabados hasta hoy, la participación intelectual de Raúl Salinas en el asesinato de Colosio sigue siendo una mera especulación, es cierto que se han encontrado todo un cúmulo de pruebas que demuestran su vida ligada a diversas actividades ilegales, es cierto también que su hermano Carlos Salinas no podría ser ajeno a los negocios sucios de su hermano, sin embargo, tengo la impresión de se trata de un ajuste de cuentas entre los dos principales grupos de poder al interior del PRI-gobierno y que se pretende conducir las investigaciones con la finalidad de inculpar a Raúl Salinas de Gortari y con el, afectar al poderoso grupo económico que tenía vínculos con el hermano del expresidente. No hay crimen sin móviles. En los casos de Colosio y Ruiz Massieu la fiscalía no ha logrado demostrar la naturaleza de estos ni siquiera ha presentado alguna hipótesis coherente al respecto. ¿Qué interés podría haber tenido Raúl Salinas para planear el asesinato de Colosio?, ¿Por qué el mismo Raúl Salinas, protegido por Mario Ruiz Massieu, habrían de inducir el asesinato de Francisco Ruiz Massieu, exconcuño y hermano respectivamente de los dos?. Siguiendo la lógica de los móviles me atrevo a plantear las siguientes hipótesis: 1. Carlos Salinas al aplicar la ley con parcialidad, golpeó a los grupos políticos, económicos y de narcotraficantes contrarios a sus intereses personales, al mismo tiempo que protegería a todos aquellos que se plegaban a sus designio. Su hermano Raúl Salinas podría haber sido el canal de comunicación para la realización de negocios sucios y para su relación el narcotráfico. En este sentido Carlos Salinas estaría al corriente de las actividades ilícitas de su hermano. 2. Raúl Salinas podría haber participado en la autoría intelectual del asesinato de Colosio. El móvil podría ser el de proteger los intereses económicos de las familias Salinas y Ruiz Massieu, ligadas en cierta medida a los del Cartel del Golfo y del Sur. 3. El asesinato de Colosio pudo haber sido planificado sin el conocimiento de Carlos Salinas, el que al descubrir la participación de su hermano y miembros de su equipo de gobierno, decidió protegerlos bloqueando la investigación del caso. 4. El asesinato de Francisco Ruiz Massieu podría ser un ajuste de cuentas, la venganza de los grupos políticos, económicos y de narcotraficantes afectados por 108 la política parcial del salinismo. En este caso el grupo Atlacomulco podría estar implicado al igual que varios miembros del actual gobierno. 5. El proceso del caso Ruiz Massieu ha sido conducido y manipulado por la actual administración, con la finalidad de fabricar la responsabilidad intelectual de Raúl Salinas. El gobierno actual intentaría lavar su imagen culpabilizando a Raúl Salinas de la autoría intelectual de los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu. ¿Quién sacará las castañas del fuego?, hasta el momento no se nota quien pueda hacerlo sin quemarse la mano, los intereses que hay detrás son demasiado grandes y peligrosos. Hasta el momento todo parece indicar que al igual que los numerosos asesinatos cometidos en los procesos electorales mexicanos, el caso de Colosio podría sumarse a esa la larga lista de impunidad. EL CASO LUIS DONALDO COLOSIO: REFERENCIAS, SIGLAS Y GLOSARIO Mario Rojas Alba REFERENCIAS [1] Gerardo Galarza. La ruta de Diana Laura ente el asesinato: del dolor a la entereza, del silencio a los cuestionamientos. Proceso. Número 919, 13 de junio de 1994, p. 6 [2] Mario Rojas Alba. Mexique. Incertitudes dans le dossier Colosio. Bulletin de la Ligue des Droits et Libertés. Montréal, Qc. Octobre 1994, p. 41. [3] Gerardo Galarza. La ruta de Diana Laura entre...Ibid. [4] Gerardo Galarza. Montes fue reticente con la comisión de ciudadanos y dio un revés al curso de la investigación, lo que preocupa a Diana Laura: Basave. Proceso. Número 919, 13 de junio de 1994, p. 8 [5] Carlos Marín. De la confianza en la investigación, Diana Laura pasó a la sospecha: El asesinato pudo ser planeado por un director intelectual. Proceso. Número 919, 13 de junio de 1994, p. 7 [6] Claudia Herrera Beltrán: Diana Laura reavivó, hasta el fin, la memoria de su esposo. La Jornada. México, sábado 19 de noviembre de 1994, página 10 [7] Claudia Herrera Beltrán: Diana Laura reavivó...Ibid. [8] Jesús Aranda, Angélica Enciso y Ricardo Olayo: Falleció ayer Diana Laura Riojas viuda de Colosio. La Jornada. México, sábado 19 de noviembre de 1994, página 11 [9] Aurelio Garibay y Antonio Heras. Podría llamar la Fiscalía Especial de la PGR a Prigione y Beltrones. La Jornada. Viernes 30 de diciembre de 1994, 109 página 16 [10] Sonia Morales. Don Neto, El Chapo, El Azul, Caro Quintero...vecinos de Raúl Salinas, en Almoloya. Proceso. México a 6 de marzo de 1995. Número 957, página 29 [11] Carlos Marín. Celebra"El Búho" la conclusión de Olga Islas: Sí, sólo se trata de investigar. Proceso. México, 12 de septiembre de 1994. Número 932, páginas 41-42 [12] Carlos Marín. Celebra "El Búho" la conclusión de Olga Islas...Ibid. [13] Ignacio Ramírez. El equipo cuestionado: 63 investigadores, 45 agentes y un subprocurador que ha pasado de las filtraciones al mutismo.Proceso. México a 25 de diciembre de 1995. Número 999 [14] Ignacio Ramírez. El equipo cuestionado: 63 investigadores...Ibid. [15] Ignacio Ramírez. El equipo cuestionado: 63 investigadores...Ibid. [16] Alejandro Caballero. Legisladores de las comisiones de seguimiento piden un informe serio antes de fin de año. La investigación del caso Colosio, más confusa que nunca, "por ineptitud o manipulación".Proceso. México a 25 de diciembre de 1995. Número 999 [17] Alejandro Caballero. Legisladores de las comisiones...Ibid. [18] Alejandro Caballero. Legisladores de las comisiones...Ibid. [19] Alejandro Caballero. Legisladores de las comisiones...Ibid. [20] Poder Ejecutivo Federal. El Control de Drogas en México. Programa Nacional 1989-1994. PGR. SIGLAS Y GLOSARIO Cardenista. Adjetivo calificativo adjudicado a los partidarios de los principios del nacionalismo revolucionario impulsado por el expresidente mexicano y general Lázaro Cárdenas. CD. Corriente Democrática. CNDH. Comisión Nacional de Derechos Humanos. FDN. Frente Democrático Nacional. Frentista. Adjetivo calificativo adjudicado a los integrantes del Frente Democrático Nacional (FDN), coalición política organizada temporalmente en 1988. Morelense. Gentilicio de los habitantes del Estado de Morelos. PAN. Partido Acción Nacional. Panista. Adjetivo calificativo adjudicado a los militantes del Partido Acción Nacional (PAN). Perredista. Adjetivo calificativo adjudicado a los militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD). PMS. Partido Mexicano Socialista. PRD. Partido de la Revolución Democrática. PRI. Partido Revolucionario Institucional. PRI-gobierno. Término utilizado para designar la unidad indivisible del partido único de estado (PRI) y el gobierno mexicano. Especie de régimen que camufla eficientemente la dictadura de partido único. Priísta. Adjetivo calificativo adjudicado a los militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI). 110 PGR. Procuraduría General de la República. PJF. Policía Judicial Federal. Regiomontano. Gentilicio de los habitantes de la ciudad de Monterrey, capital del Estado norteño de Nuevo León. SARH. Secretaria de Agricultura y Recursos Hidráulicos. Fuente: e) Elabora una ficha de registro general de la fuente. f) Con base en el del texto, y contemplando la hipótesis elegida realiza tres fichas de trabajo. Sigue las indicaciones del siguiente cuadro que te mostrarán el formalismo para registrar la información. Recuerda que en el ángulo superior derecho va el nombre del autor( iniciando por el apellido y el título del artículo) Resumen Resumir es establecer, de modo breve o condensado, la sustancia de lo que se presenta en un texto, replantear la esencia del asunto, la idea o ideas centrales y la concisión, sin omisión de los puntos importantes. Paráfrasis Interpretar los enunciados con ideas semejantes que conserven lo esencial del original, pero expresado con tus propias palabras. Consiste en decir los contenidos de un texto con las propias palabras. Cita Textual Cita textual es la trascripción de ideas; es decir, hacemos una cita textual cuando copiamos las palabras de otro autor tal cual las escribió. Se utilizan comillas al inicio y al final del párrafo. 111 f) Ficha de resumen g) Ficha de cita textual 112 h) Ficha de paráfrasis Fuente. Tlahui-Politic No. 1, I/1996 www.tlahui.com/colosio1.htm 113 ACTIVIDAD 2 a) Lee el siguiente artículo y subraya la información que respalde tu hipótesis. Elabora la fichas solicitadas al final. LA SUSTITUCION DEL ASESINO Beltrones fue el primer funcionario en llegar a Tijuana después del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Se trasladó a los separos de la PGR en esa ciudad y de manera absolutamente ilegal se llevó a Mario Aburto con rumbo a Playas de Tijuana. Según testimonio de éste, Beltrones lo interrogaría debajo de un puente durante 30 minutos y le hizo beber un brebaje. Al regresar a las instalaciones de la PGR, Aburto era otro. La "burundanga", la famosa pócima que utiliza la mafia colombiana para "borrar la memoria" de los "caídos", había surtido efecto. El autor de los disparos fue inmediatamente detenido y golpeado brutalmente por varios agentes que en el momento del atentado rodeaban al candidato. En las fotos se aprecian las facciones de un individuo de cabello oscuro y ondulado, de bigote y rasgos muy parecidos a los del agente del Cisen Jorge Antonio Sánchez Ortega, liberado a pesar de las huellas de sangre en su chamarra y del resultado positivo de la prueba del radizonato de sodio que le fue practicada. Llama la atención la foto de Aburto en Tijuana que sirviese para que la Procuraduría nos diese una cátedra de identidad al compararla con la foto del de Almoloya. En esta se observa al detenido con una gran abundancia de pelo ensortijado sin huella de sangrado, ni señal de que había sido rasurado y cosido el cuero cabelludo, que es la única forma de cohibir un sangrado de este tipo. Además su bigotito furriz, y sus 170 mts de estatura, no están de acuerdo con la imagen del asesino, que se observa debajo de la visera de la gorra de Sánchez Venegas , antes de consumar su acción. Lo que más llama la atención a Juan pueblo, es el molote sobre la región temporoparietal izq. como pegado, muy superficial sin huellas aparentes de habérsele rasurado el cuero cabelludo, esto en la fotos de identidad de Almoloya. De su comparecencia oficial frente a las cámaras, en donde en esta ocasión se observa el mismo molote pero sobre una zona rasurada superficialmente. Es una ofensa para cualquier cuerpo de enfermería o personal médico, el famoso Molote de Don Mario Aburto Martínez, el asesino confeso y sentenciado por una justicia más ciega, que la Justicia ciega. En el siguiente grupo de imágenes se encuentra la persona detenida y al centro el Aburto recluido: 114 En el siguiente grupo vemos igualmente a la persona detenida, pero esta vez al centro se encuentra el agente del Cisen Jorge Antonio Sánchez Ortega: El otro hombre con el que María Martínez [Madre de Mario Aburto] pudo confundir a Aburto fue Ernesto Rubio. La de Rubio es una negra historia. Era el hombre de confianza del ex comandante Raúl Loza Parra, encargado de las primeras investigaciones del caso Colosio. Aún no se sabe por qué Loza encargó a dos agentes bajo sus órdenes filmaran el mitin de Lomas Taurinas. Horas después del homicidio, Rubio murió asesinado en sospechosas circunstancias, en el taller mecánico Auto Servicio Azteca. 115 No sé si Carlos Salinas fue parte del complot, pero sí es posible deducir que se enteró de los detalles la misma noche del asesinato. De hecho no tuvo empacho en “homenajear” a Colosio ordenando la construcción de una plaza en Lomas Taurinas, donde en menos de tres meses acabaron con la escena del crimen. Qué descaro. Mandó a Córdoba a volar dos semanas después. Protegieron a un muchacho de nombre Jorge Antonio Sánchez Ortega, un agente del Cisen que estuvo en la escena del crimen y fue detenido por la Policía de Tijuana. Lo liberaron en la madrugada del 24 de marzo a pesar de que dio positiva la prueba de radizonato de sodio (un resultado idéntico al de Mario Aburto, según el expediente original que todavía guardamos en nuestro archivo), a pesar de que lo detuvieron cuando huía del lugar de los hechos, que llevaba sangre en su chamarra y ésta resultó del mismo tipo de la de Colosio (A negativo). Se parece mucho físicamente a Aburto… En fin, lo liberaron las autoridades federales y “curiosamente” tiempo después asesinaron a Federico Benítez, el jefe de la policía de Tijuana, quien “por error” tuvo a sus agentes cerca de Lomas Taurinas y osaron detener a Sánchez Ortega. Hubo otros once muertos relacionados con el asesinato del candidato, pero el caso ya fue cerrado y resulta que “se trató de un asesino solitario”. Bastante organizado por cierto, ya que semanas antes del asesinato lo vieron en un mitin en Morelia. Fuente: mexicodesgraciado.blogspot.com/.../asesinato-de-luis-donaldocolosio.html – 116 a) Registra los datos generales de la fuente. b) Ficha de resumen. 117 c) Ficha de cita textual. d) Ficha de paráfrasis. 118 ACTIVIDAD 3 a) Instrucciones. Lee con atención el siguiente artículo, corresponde a la segunda propuesta para que presentes tu ensayo de investigación. b) La hipótesis de la cual partirás será: Es “ Zhenli Ye Gon” un honorable empresario chino por lo tanto no hay razón para implicarlo en un caso de narcotráfico. ( Respuesta tentativa). c) En la elaboración de las fichas perpetua con el formato de las anteriores. Carta de Zhenli Ye Gon (Primera de dos partes del documento de 17 hojas que el empresario chino mexicano distribuye entre sus socios, amigos y autoridades de Estados Unidos. Busca mañana el complemento de este texto que originalmente apareció en inglés) Redacción El Universal Ciudad de México Lunes 16 de julio de 2007 04:00 A quien corresponda: Esta carta sirve para informar que nuestra firma legal representa al señor Zhenli Ye Gon (también conocido como Charley Ye) y a su corporación United Pharmaceuticals. Recientemente, han surgido reportes negativos en periódicos e internet sobre nuestro cliente. Estos reportes, así como cualquier afirmación negativa contenida en los reportes no son verdad. Tenemos razones para creer que nuestro cliente es víctima de funcionarios mexicanos corruptos y estamos pidiendo que se realice una investigación internacional. No estamos enterados de que ningún cargo criminal haya sido jamás presentado contra nuestro cliente y, si en algún momento es acusado de algún delito, tenemos confianza de que será reivindicado en un tribunal estadounidense. Por favor, siéntase con la libertad de comunicarse con nuestra firma legal para cualquier pregunta o preocupación. Muy atentamente 119 Martin F. McMahon Los millones en efectivo escondidos La enorme cantidad de efectivo decomisada en mi casa no es lo que se llama dinero de las drogas. Estos son y fueron fondos secretos del partido político usados para la campaña presidencial mexicana, para comprar armas y financiar actividades terroristas. Soy una víctima inocente y fui chantajeado para tener estas participaciones en la corrupta política de México. También soy un testigo y debo exponer la verdad detrás de esta conspiración política maligna para que se me haga justicia a mí y a mi familia, al mundo y reclamar mi inocencia. En mayo de 2006 un cliente que apenas habíamos conocido de otra ciudad estaba interesado en nuestra compañía y quería reunirse. Teníamos una cita a las 4:30 pm, pero la reprogramó dos horas después debido al tráfico. Llegó con otro hombre y otra mujer por la noche, alrededor de las 7:30 y luciendo bien vestido. Habló solo conmigo en mi sala de conferencias y dijo que era muy famoso en la industria farmacéutica. Todos sabían que estaba literalmente construyendo la fábrica farmacéutica de mayor escala en México y estaba muy complacido de poder reconocer a un empresario tan joven y prometedor. También dijo que esperaba que pudiera hacer mi mejor esfuerzo por México; ahora es el mejor momento para escoger inteligentemente al presidente mexicano correcto y espero que pueda aportar el entusiasmo que tuvo hace dos años para ayudar al partido gobernante PAN a ser designado nuevamente; durante ese tiempo fue no sólo senador honorario de nuestro partido sino también una fuerte causa apoyada por nuestro gobierno. Usted sabe que la economía y la política son como un par de zapatos que siempre deben combinar, y así por el estilo. Al principio pensé que quería que apoyara a su partido político con dinero porque en los últimos dos años hice un esfuerzo para ayudar a financiar exitosamente la campaña del PRI al gobierno del estado de Veracruz. Por lo tanto, también obtuve las calificaciones de senador honorario del partido mexicano PRI y tengo dos credenciales conmigo, y todos, incluyendo mis clientes chinos y estadounidenses, sabían que era senador nacional mexicano honorario. Cuando le pregunté cuánto necesitaba para apoyarlo, me dijo: nuestro partido el PAN tiene mucho dinero; sólo pedimos que coopere con nosotros. Les pregunté cómo podía cooperar y me dijo que simplemente era como bailar: usted da un paso y yo otro. Entre más lo escuchaba más me confundía porque mi español no era lo suficientemente bueno para entender el significado. Cuando se dio cuenta de que parecía perplejo, miró significativamente, como dándole una orden, al asistente de afuera para que llevara dos maletas. Abrió una de las maletas y estaba llena con billetes de 100 dólares. Estaba conmocionado; no dije nada y lo miré con recelo. Como conoce nuestras caras y nuestro secreto, sólo tiene dos opciones ante usted: cooperar o lo decapitaremos porque no hay de otra. No sólo está poniendo su propia vida en riesgo, sino la de su esposa y sus dos hijos también porque sabemos lo que hacen y en donde están cada minuto, así que por favor tome su decisión cuidadosamente. En esas circunstancias, no tuve otra opción más que cooperar. 120 Pregunté qué tenía que hacer y si era peligroso. Dijo que no habría ningún peligro en absoluto; sólo guarde el dinero para nosotros en su casa. Les dije que de ninguna forma iba a guardar el dinero en mi casa porque mi esposa y mis hijos estaban en mi casa. Dijo que mi esposa y mis hijos no estaban en casa en ese momento y que no regresarían todavía porque estaban comiendo en el restaurante de mi familia. Sabían todo y no tuve más opción más que hacer lo que querían que hiciera. Cuando salí de mi oficina, me dijo que siguiera el auto de su asistente Luis, el hombre que llegó con él. Luis y su chofer pusieron las dos maletas en el carro verde con placas diplomáticas y detrás nos escoltaba un vehículo policial. Mientras manejaba, me percaté de que conocían muy bien el camino a mi casa, porque tomaron más atajos que los que normalmente tomaba al conducir a mi casa. Llegamos muy rápido y empezaron a descargar las maletas y se dirigieron directamente a mi casa, subiendo las escaleras al dormitorio principal. Luego abrieron las puertas de espejo y localizaron detrás lo que es una bodega oculta. Les pregunté cómo y por qué sabían esto tan claramente. Dijeron que habían estado atentos a mí y a mi familia por mucho tiempo y más vale que coopere bien con nosotros porque el futuro de usted y su familia depende de ello. Esta vez pusieron cinco millones de dólares en efectivo y les pregunté si necesitaban contarlo. Dijeron que no era necesario porque creemos que no lo va a perder. Después de esto, vinieron frecuentemente y siempre alrededor de las 9:00 pm con escoltas de vehículos policiales para descargar las maletas en la bodega de nuestra compañía y luego llevar el dinero a mi casa, mientras mi esposa llevaba a los niños al restaurante a cenar. En promedio, llevaban cinco maletas, cada una con entre dos y medio y tres millones de dólares, y la mayoría en billetes de 100 dólares. Tras varios contactos con ellos, empecé a conocerlos gradualmente, en especial a Luis: un hombre alto con pelo negro corto, piel morena clara, grandes ojos redondos y una pequeña marca negra del lado izquierdo de la boca. Un día le pregunté a Luis de donde venía el dinero y para qué era. Me dijo esta no es la primera vez que te lo decimos: es para la elección presidencial de México. No harás esta clase de preguntas otra vez; sólo trabajo para mi jefe. También le pregunté el nombre de su jefe. Me contestó que no tenía que saber su nombre y sólo debía contactarlo a él. Pero después supe por su conversación que el nombre de su jefe era Javier Alarcón. Tiene más de 40 años, pelo negro, cejas pobladas, vello grueso en cara y brazos, nariz muy larga y usa lentes transparentes de marca Cartier. Su apariencia recuerda mucho a los nativos de Medio Oriente. 121 Nunca esperé que pusieran más cantidades de efectivo en junio y especialmente en julio. Colocaron montos masivos de efectivo en mi casa. Mi bodega estaba llena con sus maletas y por esta razón tuve que comprar varios gabinetes de metal para colocar su dinero y devolverles esas sucias maletas de viaje. Según lo que dijo Luis, había 150 millones de dólares estadounidenses en mi casa en ese momento y querían poner más dinero y otras cosas en mi casa en tanto hubiera espacio disponible. Esto me molestó mucho por la razón de que mis hijos y mi sirvienta siempre andaban caminando por la casa. Les dejé en claro que después de que se eligiera al presidente de México, tenían que sacar el dinero. Después de eso el partido de oposición externó la opinión de que la elección presidencial en curso era injusta y estaba corrompiendo las leyes, y solicitó que los votos se examinaran otra vez. Luis me pidió entonces guardarles el dinero otro tiempo mientras todo México aceptaba a su nuevo presidente. En agosto me inquieté profundamente porque los vi descargando más maletas y un camión que llevaba cuatro largas cajas militares de metal. Primero pensé que las cajas metálicas también contenían dinero. Le dije a Luis que estas largas cajas metálicas ocuparían demasiado espacio y que por favor las desarmara. Luis dijo que no era dinero y luego usó una señal con la mano para ilustrar que era un misil para dispararle a aviones y que también colocarían estas armas en mi casa. Tras escuchar esto, sentí miedo y les rogué perdonarme y que no pusieran estas armas en mi casa porque era muy peligroso. También le mencioné a Luis que su jefe había dicho una vez que sólo ayudaría a guardar el dinero, no alguna otra cosa peligrosa. Luis llamó por teléfono a su jefe y no colocaron las armas en mi casa después de todo. Desde ese día, me quedé escondido en mi casa por mucho tiempo. En repetidas ocasiones le pedí a Luis que se llevarán el dinero tan pronto como fuera posible, que mi familia ya no podía aguantar esa devastación, pero se negaron y me amenazaron diciendo que si sacaba el dinero matarían a mi familia. No podía hacer nada más que esperar su arbitraria manipulación con impotencia y obediencia. A mediados de septiembre aproveché que tenía que pagar los salarios del personal de mi compañía y trabajadores del sitio de construcción para sacar algo de dinero. No lejos de mi casa estaban dos vehículos policiales e inmediatamente bloquearon mi auto y me dijeron que las placas eran falsas y que debía seguirlos a la estación de policía. Pero no me llevaron a la estación; en lugar de eso me llevaron a un estacionamiento lejano, me robaron todo el dinero y el teléfono celular, me apuntaron con una pistola y me obligaron a salir de México de inmediato. Dijeron que si en un plazo de 10 días me seguían viendo en la ciudad de México me matarían. No tuve opción más que salir de México y refugiarme en Estados Unidos aunque aún tenía muchas cosas que hacer en México. 122 A principios de octubre, regresé sigilosamente a México porque la construcción me exigía estar ahí porque había muchas cosas que tenía que hacer personalmente. La selección y la compra de maquinaria y equipo, los numerosos modelos, el personal involucrado, las finanzas, la enorme cuenta corriente, el registro de fármacos, la petición de autorización, la lista detallada de los fármacos para la secretaría de Salud de México y los farmacéuticos; todo esto necesitaba de mi atención. Puse toda mi energía en la construcción de la fábrica farmacéutica y, con todo esto en marcha, también seguí pidiendo constantemente a Luis que se llevaran su dinero tan pronto como fuera posible, pero no me hicieron caso. A mediados de octubre, en forma secreta coloqué un millón y medio de dólares en efectivo en mi auto, sin poder ir más allá de tres calles. Esta vez fui interceptado por la policía federal de investigaciones de México. Dos policías se sentaron en el asiento trasero de mi auto y apuntaron sus pistolas a mí y a mi chofer para seguir manejando, mientras su vehículo policial nos seguía. En unos 10 minutos nos detuvimos en un área retirada con muchos árboles. Toman mi identificación y mi teléfono celular y encuentran el efectivo en el paquete. Luego me apuntan otra vez un arma y me dicen que cómo podrían resolver este problema. Según mi experiencia de muchos años con la policía de México, la mayoría de ellos son corruptos y se muestran codiciosos al ver dinero; esta vez vieron una cantidad muy grande. Le dije al policía joven que podían tomar el dinero y simplemente dejarme ir. Habló por el intercomunicador y dijo jefe tenemos el asunto así que por favor dénnos instrucciones. No podía escuchar lo que le estaban diciendo al policía y sólo me di cuenta de que el policía joven seguía las instrucciones telefónicas rigurosamente. Finalmente se robaron todo el dinero y me advirtieron que cuando recibiera una carta con tres estrellas negras debía responderles en un día. Si recibía una carta con tres estrellas rojas, entonces debía responderles inmediatamente. También me dijeron: esta vez debes salir de México e irte a cualquier parte excepto Estados Unidos y también hacer más lenta la construcción de la fábrica. Muchas personas te están viendo y sabes que conocemos todos tus movimientos; necesitas nuestras protección así que deja que cooperemos bien. Luego dijeron que me podía ir. Después de regresar a mi compañía, le dije a Luis inmediatamente lo que había pasado esa mañana. Dijo que nadie me había autorizado a sacar el dinero y que si simplemente lo guardaras en tu casa nada de esto habría sucedido. Luego le pregunté cómo sabía la policía que salía en ese momento y si él me estaba vigilando todo el día. Le dije que me estaba volviendo loco y que por favor retirara todo el dinero de mi casa. Luego se disculpó porque estaba ocupado y dejó de hablarme. Una semana después, recibí una carta con tres estrellas negras en mi compañía y después 123 entré en contacto; querían que partiera a Guatemala de inmediato. Pensé dentro de mí: por qué me pedirían ir a un país que no conocía. Sus motivos me eran desconocidos y no podía ir allá. Finalmente elegí Estados Unidos porque al menos este país tiene un sistema legal y una sociedad que da a la gente la oportunidad de hablar. Todos los años en el cuarto trimestre de la temporada, es la época más ocupada para nuestra compañía y el sitio de la construcción. Nuestro edificio de preparación de hormonas y el taller de síntesis farmacéutica estaban cerca de quedar terminados, y la planta, el hotel y la cafetería estaban rápidamente casi terminados. Realmente no quería salir de México sabiendo que había tantas cosas que necesitaban mi atención. Esa noche le dije a Luis lo que había ocurrido en el día y le pedí que me ayudará a través de Javier para tratar de impedir el acoso policial. El día siguiente a las 2:00 pm, Luis aceptó verme en el café La Habana y lo esperé mucho tiempo. Dijo que en ese momento el nuevo gobierno estaba muy ocupado formando un gabinete y que su jefe no podía venir, pero que ya había conocido al jefe de la policía y que todo debía estar bien. También dijo esta vez transferimos algo de dinero a tu cuenta en el extranjero. Si vas a Estados Unidos, es mejor que te quedes en Las Vegas, pero debes esperar nuestro aviso antes de regresar a México. Tuve miedo de que Luis usara el nombre de mi compañía para transferir el dinero sucio, así que antes de irme le pedí a la empleada de mi compañía estadounidense, la señora Zhou, que investigara si habría algún problema si llegaba a Estados Unidos. Su respuesta fue explícita de que no habría problema, así que el último día de octubre salí de México para asistir a la Exposición de Empaques de Chicago. A mediados de noviembre, intencionalmente perdí todo el dinero de Luis en el Casino y lo confronté diciendo que debía regresar a México. Me dijo: el dinero que te enviamos era para que disfrutaras tu estancia en el casino y no para perderlo, así que trata de recuperar el dinero. Le respondí que no tenía dinero así que cómo podía recuperarlo. Dijo que le preguntaría a su jefe y que intentaría transferirme dinero otra vez pero tenía que quedarme en Las Vegas y matar el tiempo lentamente hasta que se eligiera al presidente de México; entonces puedes regresar. Fui secuestrado por la policía dos veces, amarrado por gángsters locales una vez y amenazado con una pistola en la cara innumerables veces; todas estas experiencias dolorosas que sufrí serán por siempre inolvidables. Quería y decidí que toda mi familia y yo emigráramos a Estados Unidos para empezar una nueva vida. A través de una inmobiliaria en California, pudimos encontrar un terreno de uso industrial y nos estábamos preparando para invertir en una fábrica farmacéutica totalmente nueva y modernizada. El terreno estaba localizado en Valencia City y 124 nuestro primer proyecto era establecer tres líneas para producir bolsas de infusión y tres líneas para procesar jeringas desechables por tipo de asiento. No lo recuerdo claramente, pero un día en noviembre mi esposa me informó por teléfono que había recibido un paquete y dentro había una carta con tres estrellas negras, conteniendo la batería de un teléfono celular y una tarjeta SIM. Le dije que usara la batería en otro teléfono celular primero para tratar de identificar el modelo y ver que aparecía. Dijo que había mensajes pero desconocía la clave, así que no podía escucharlos. Dijo que parecía que tenía alguna información de domicilios similar a mi teléfono anterior. Pensé que quizá la policía había regresado el teléfono que me quitó antes. Unos minutos después, mi esposa me llamó otra vez y me dijo que encontró el número del teléfono en la parte de atrás de la carta. Así que les hablé con el teléfono y quien me respondió fue el policía joven. Me dijo que habían revisado mi cargamento y que el resultado del examen era seudoefedrina. ¿Necesita que le resolvamos el problema? Les dije que era imposible y que no importaba nada de eso. Aduanas había seguramente cometido un error. También me dijo que su personal estaba esperando su regalo de Navidad. Le dije que no podía transferir fondos a México. ¿No se suponía que iba a salir de México? Dijo que esa demanda no era suya; es el jefe el que quería que te fueras. Dijeron que todos los bienes que importe tu compañía tienen que ser reportados y tu importaste productos químicos que han sido identificados como narcóticos; necesitan indagar hacia dónde van las drogas. Eres el empresario chino más poderoso de México, eres demasiado atractivo. Le dije gracias por tu amabilidad de contarme la situación; los recursos de nuestra compañía realmente tienen algunas dificultades por el momento, pero no te dejaré sin nada. Le dije que dos días después tendría su regalo de Navidad de mi compañía y le pregunté su nombre. Vaciló un rato y me dijo que simplemente le llamara Sánchez. Supe que no era su verdadero nombre pero no insistí en preguntarle otra vez. Unos días después, no supe quien le pasó la información a mi esposa, ella me habló y me regañó diciendo que me había engañado el policía negro y si saben que tienes dinero siempre encontrarán pretextos para pedir más dinero frecuentemente. También me dijo que si se comunicaban a nuestra casa otra vez no me diría su número de teléfono. A principios de diciembre, mi familia había recibido otra vez una carta con tres estrellas negras, pero mi esposa no hizo nada al respecto y no me pasó el número telefónico. Tres días después, mi familia recibió otra carta con tres estrellas rojas. Le dije a mi esposa que debía comunicarse conmigo de inmediato o de otra forma nuestra familia estaría en peligro. Pero de todos modos no me dio el número telefónico y 125 en su lugar le pidió a su chofer Alejandro que los viera y acordaron reunirse con él por la noche en un sitio asignado. Le pidieron a Alejandro que colocara una pluma en su oreja como señal a fin de confirmar que era él por motivos de seguridad. También le sugerí a mi esposa que lo siguiera en otro auto por si algo pasaba. De acuerdo con la respuesta que recibí, Alejandro y el grupo de policías parecían conocerse todos. Me pasaron la información de que el cargamento era seudoefedrina y que tenía que gastar mucho dinero o habría un desastre. Les dije otra vez que los bienes importados no eran seudoefedrina, sólo químicos intermedios y que habían cometido un error. Varios días después, la televisión mexicana reportó que nuestra compañía había estado introduciendo seudoefedrina de contrabando. La mañana siguiente le llamé a Luis y le conté que la TV tenía reportes imprecisos sobre nuestra compañía y luego Luis me preguntó si introducía o no narcóticos. Le dije que nunca había visto o tocado narcóticos en mi vida. La anterior oficina de aduanas también dijo que nuestra compañía importaba seudoefedrina y narcóticos. Le dije a los químicos de mi compañía que explicaran cómo estos químicos se podían aplicar a estas cosas y a través de la TV reportaran que algunas personas querían incriminarme. Le pregunté a Luis si le podía pedir a su jefe que me ayudara para aclarar las cosas y que se llevara su dinero tan pronto como fuera posible. Si la policía entrara a mi casa estaría en graves problemas y simplemente no podría devolverle su dinero. Luis estuvo de acuerdo y me dijo que no fuera impaciente y que querían ayudar. Entretanto, llamé al fabricante chino Chifeng Arker Pharmaceutical y aclaré con ellos en repetidas ocasiones si había algún error o equivocación con los productos elaborados. Me dijeron que era imposible que cometieran algún error y que aduanas tenía una declaración detallada que establece el producto a exportar en el certificado de embarque. No permitirían que esa sustancia estrictamente controlada fuese exportada; si exportaban ese producto sin licencia, habría responsabilidad legal. Es extraño que desde que estos hechos ocurrieron, ni la estación de TV mexicana, ni reporteros, policías o funcionarios del gobierno han venido a investigar o a hacer entrevistas a nuestra compañía y fábrica. Pero afuera de mi casa el número de personal de vigilancia se había incrementado, mientras nuestra situación de trabajo estaba sin cambios, como si nada hubiera pasado nunca. La Navidad estaba por llegar. Un día recibí una llamada telefónica de Luis y me instruyó esperar en el McDonald’s frente al hotel a las 12:00 pm y colocar mi 126 teléfono celular sobre la mesa. Varios minutos después, un hombre joven se acercó a mi asiento , intercambió su teléfono celular por el mío y me dijo que alguien me buscaría, que por favor esperara. Unos minutos después, Luis me llamó y me dijo que mi cuarto de hotel estaba lleno de micrófonos por lo que debíamos hablar afuera. También me dijo que mi asunto ya se había arreglado y los policías que te hicieron eso fueron sustituidos y la estación de TV no volvería a mencionar el asunto. También me dijo que no tenía nada de qué preocuparme y que celebrara el Año Nuevo. Le pregunté otra vez cuándo se llevarían el dinero de mi casa. Me dijo que ya me había indicado que cuando nuestro nuevo presidente asumiera el cargo retirarían el dinero, y te sentirás aliviado de que la policía no buscará líos otra vez; por cierto, debo decirte que voy a tomarme unas vacaciones; si hay algo más por favor comunícate conmigo en enero. En la víspera de Navidad, mi esposa le pidió a su chofer Alejandro ir a casa y recoger algo y esperó mucho tiempo a que regresara al restaurante. Dijo que tan pronto como llegó a casa, alguien robó su teléfono Nextel y corrió con él sin hacer nada más. Pensé que esto era inconcebible porque Luis acababa de intercambiar el Nextel conmigo. Ahora se llevaban el teléfono Nextel del chofer de mi esposa. ¿Qué quieren hacer? Finalmente, el Año Nuevo estaba por venir y en enero el nuevo presidente de México asumió oficialmente el cargo iniciando un viaje de seis años. Espero fervientemente que el nuevo gobierno mexicano pudiera cumplir su compromiso de campaña: México emprenderá un nuevo desarrollo nacional integral y se transformará en un país próspero. Después de todo, he estado viviendo en México durante 16 años; mi familia, amigos y empresa están ahí. La mayoría de mi riqueza también fue acumulada ahí, incluso mis dos hijos nacidos estadounidenses estudiaban ahí y yo era senador honorario. Así que consideraba a México mi segundo país natal y debía desarrollarme ahí, en México. Este pedazo de tierra crearía una nueva era en la industria farmacéutica; debía establecer la empresa farmacéutica latinoamericana con una imagen totalmente nueva. 127 Carta de Zhenli Ye Gon (Segunda parte de dos) (Parte final del documento de 17 hojas que el empresario chino mexicano distribuye entre sus socios, amigos y autoridades de Estados Unidos. La primera parte de este texto que originalmente apareció en inglés, podrás leerla aquí mismo. Da clic en el hipervínculo) Especial El Universal Ciudad de México Martes 17 de julio de 2007 Segunda parte de la misiva de 17 páginas que el empresario de origen chino dio a conocer y a través de la cual dice ser víctima de una “siniestra conspiración política” Para finales de enero, me comuniqué con Luis y él hasta me mandó saludos sabiendo que mi cumpleaños sería pronto. También me preguntó en que día era el Año Nuevo Chino y se sorprendió al saber que la empresa china incluso tenía un día de fiesta. Le dije que empieza desde el 18 de febrero hasta finales del mes y que generalmente tienen unas vacaciones. Hasta le pregunté si le interesaría participar en la reunión anual en el Barrio Chino, donde el baile del león y el dragón se ejecutaría con fuegos artificiales. Dijo que sólo estaba preguntando informalmente por curiosidad. Pero de todos modos le pedí que retirara el dinero pues el nuevo presidente estaba ya en su puesto. Me dijo que me revelaría un secreto y éste era que la moneda mexicana se devaluaría en dos o tres meses y que debía apresurarme a cambiar más dólares; así que su dinero tendría que esperar hasta que ocurriera la devaluación del peso mexicano para luego ganar más. A principios de febrero, mis suegros llegaron a Estados Unidos para comprar artículos de Año Nuevo y han pasado ya varios meses desde que los vi. Estaba muy preocupado por ellos, así que fui a la casa de la hermana de mi esposa que se ubica en la frontera de Estados Unidos. Tampoco podía encontrar mi licencia de conducir mexicana así que aproveché la ocasión para solicitar una nueva. Entretanto, hice una reservación para volver a la ciudad de México desde la frontera, y en el aeropuerto está un caballero misterioso que me dice que no regrese porque estaba en peligro. El tercer día regresé a Estados Unidos y el funcionario de migración estadounidense me detiene y hacen una investigación durante seis horas. Me tomaron una fotografía, midieron mi estatura, tomaron mis huellas y me interrogaron. Después me dejaron declarando que tenía un nombre idéntico pero distinta fecha de nacimiento. No había hecho nada malo, pero escuché lo que me dijeron y rápidamente me fui de la frontera. 128 Esa noche, le conté a Luis lo que me había pasado en la mañana; me dijo, si los americanos no confían en ti, para qué te quedas ahí; regresa. Dije eso después de que la estación de TV declaró que nuestra compañía metía de contrabando seudoefedrina y narcóticos, y ningún agente de aduanas nos ha ayudado a declarar los cargamentos. No puedo regresar. Todavía tenía tres contenedores con valor de más de un millón de dólares de los que no podía hacer la declaración de aduanas. Si la fecha límite pasaba, esos contenedores serían confiscados por la aduana de México. Le pedí a Luis que por favor nos diera un documento oficial para probar que mi compañía importaba productos que no eran drogas y que nunca habíamos introducido drogas de contrabando. Dijo que se esforzaría por ayudarme pero que le diera más tiempo para hablar con su jefe. Sin esos documentos oficiales tuve que quedarme en Estados Unidos por más de un mes y durante este tiempo de intranquilidad muchas personas me instaron a regresar a México. Luis me dio excusas de que estaba en viajes de negocios y por eso no se comunicó conmigo en mucho tiempo. Mi esposa también me había pedido regresar a casa, pero le dije que teníamos que aclarar el asunto porque de otra forma sería arrestado al llegar y cómo podría explicarlo. Tuve problemas para justificarme. Cuando estaba en Estados Unidos, no me importaban mucho las noticias sobre los acontecimientos actuales en México, si es que algo pasaba de los hechos importantes del lado mexicano. Tras formar el gabinete los dos asuntos más importantes del nuevo gobierno eran tratar de controlar la inmigración ilegal y las drogas. Con apenas tres meses de establecido, el nuevo gobierno había estado combatiendo importantes casos de narcotráfico, decomisando grandes cantidades de armas y municiones, y decidido a librar una lucha de aniquilación con los narcotraficantes. Parece impensable; en los últimos seis años el gobierno no había atrapado ni unos pocos zares de la droga, y el nuevo gobierno apenas asume el cargo y logra tremendos avances. Todos estos narcotraficantes se emborracharon en Navidad esperando ansiosamente que los agarraran, o hicieron algunos programas preliminares buenos, entregando deliberadamente a varios narcotraficantes a Estados Unidos, para estar muy orgullosos intencionalmente. El 8 de marzo, la Agencia Federal de Investigaciones de México nos dio un reporte de una investigación sobre la importación por parte de mi compañía de un químico intermedio, pidiéndonos responderla en siete días. Le dije al representante legal de mi compañía, el señor Erick, que le avisara a los químicos y expertos legales para que prepararan la defensa. Simultáneamente se lo informé al fabricante Chifeng Arker Pharmaceutical para que emitiera los documentos relevantes. Dijeron que poco después de que terminara el Festival de Primavera, el Ministerio de Seguridad Pública de China, de acuerdo con una demanda del gobierno mexicano, requiriendo que el intermedio químico que les embarcamos se considerara seudoefedrina, nos sentimos en dificultades, pero las declaraciones 129 de exportación indicaban que el intermedio químico (Hydroxy Benzyl-NMetylacetetamtne) no tiene nada que ver con la seudoefedrina, le comentamos que los productos no son seudoefedrina en absoluto. Creí que la situación era seria y hablé con Erick por teléfono de inmediato. También estaba siendo vigilado y esa noche alguien se llevó su teléfono Nextel. Desde que dejé México, mi familia y la compañía han cambiado de números de teléfono varias veces, y cada vez alguien se lleva el nuevo número. Dos días después, Luis me llama y me exige que regrese a México para discutir un asunto importante. También me dijo, el 15 de marzo es cumpleaños de tu hijo mayor y debes venir a celebrarlo porque si no regresas tu hijo va a llamar padre al chofer de tu esposa, Alejandro. tras escuchar esto, me sentí muy mal y acepté rápidamente que ciertamente regresaría para celebrar el cumpleaños de mi hijo. Cada año en marzo, la industria farmacéutica mexicana realiza una exhibición de maquinaria farmacéutica profesional y materias primas. Mi fábrica importó una prensa de tabletas de alta velocidad de Fette and Tube para llenar una línea de procesamiento de Marchesini. Este es el equipo técnico más avanzado y de vanguardia de la industria farmacéutica, y muchos distribuidores locales se sentirían honrados de anunciar esta clase de equipos para que las exhibiciones alardearan. Pero en nuestra declaración de importación, la aduana mexicana declaró que en la máquina descubrieron varios kilogramos de drogas y que estas máquinas se usaban para producir narcóticos y debían ser confiscadas. Pensé dentro de mí, cómo se podría traer droga de contrabando en una maquinaria europea. ¿Quién está tratando de arruinarme y perjudicarme deliberadamente? ¿Había alguien en especial incriminándonos? Luego de varios esfuerzos por investigar, liberaron algunas máquinas de prensa de tabletas para la exhibición; otras siguen en la bodega de aduanas de México. El 15 de marzo es cumpleaños de mi hijo mayor. Amo a mi hijo profundamente y debí haber regresado para celebrar su cumpleaños, pero el abogado de migración de mi familia me pidió firmar unos documentos y esperar otro día antes de regresar a México. La mañana del 15 de marzo la policía de la Agencia Federal de Investigaciones de México se dividió en tres grupos y se trasladó a mi compañía y a mi casa y al sitio de la construcción exigiéndome que saliera. Me comuniqué con el representante legal de mi compañía porque el departamento de policía de México nos dio siete días para responder, pero ¿por qué iniciaron repentinamente los ataques armados? Uno de los policías respondió que habían escuchado que estaba de regreso en México así que tenían que tomar acciones. Llamé a Luis inmediatamente para pedirle ayuda, pero su teléfono se había apagado para siempre. Esa noche, la estación de TV mexicana transmitió una gran noticia: se había dado uno de los principales golpes contra el narcotráfico, con antecedentes chinos. Nueve personas fueron arrestadas y se decomisaron más de 200 millones de dólares en efectivo y algunas armas y cartuchos en mi casa, así como una máquina y equipo para el procesamiento de drogas. Tras escuchar esto, sentí que 130 la cabeza me iba a explotar. Me sentí impotente y perdido y sin saber qué hacer o decir. Sólo seguía pensando dentro de mí: ¿quién es esta persona extremadamente despiadada que manda a mi familia a la cárcel y quiere destruir mi vida? La noticia es a gran escala y me retratan como un venenoso capo de las drogas y destacan la atención personal del presidente de México en el asunto. Quieren indagar; dicen que controlaba cuatro bandas de narcotraficantes. En el gigante mercado de las drogas de México y Estados Unidos, en apenas una noche, me convertí en el hombre del momento, conocido a nivel mundial, inesperadamente. Pero mi condición de “capo de las drogas” es la más inusual y singular del mundo, no sólo porque nunca he ayudado sino tampoco he tenido ni un miligramo de droga. La planta está ubicada en una carretera y cercana al aeropuerto. Nuestros vecinos son un hotel Marriott y una fábrica de pasteles mexicana. Todas las cercas son transparentes, todo está expuesto a la luz del día. Cualquiera que pase por ahí puede ver nuestra planta claramente. Además, mi fábrica aún no está terminada, está en proceso de construcción. ¿Hay algún fabricante de drogas en el mundo así? ¿Son las condiciones para elaborar narcóticos? Nueve personas arrestadas, siete en mi casa; mi esposa y sus dos chóferes así como el jardinero de mi casa; uno es el representante legal de mi compañía y otro es mi cuñado; también fueron arrestados. Acababan de llegar para llevar a mi hijo a jugar afuera. Los otros dos estaban en el sitio de la construcción; uno es el arquitecto de mi planta y el otro es mi primo más chico e ingeniero civil de la planta. Como sea, ese día la policía mexicana no tomó en consideración lo bueno y lo malo y arrestó a cualquiera que pareciera chino. El fin era reportarle logros a sus jefes, pero sus jefes pueden transmitirlos a los medios noticiosos, para que la llamada autentificación de testigos quede completa, y mediante la técnica de exagerar para agitar el sentimiento nacionalista de México, para irse en contra de los chinos por tener el mismo antecedente que el capo de las drogas extranjero. La enorme cantidad de efectivo en mi casa es de fuente desconocida, fondos secretos subterráneos de Javier y Luis, con el propósito como ellos lo dijeron de usarlo en la elección presidencial mexicana, usando el dinero y las armas a su disposición. Ya tenían toda clase de preparativos. Una vez que la campaña de su partido político fuera derrotada, podrían usar el dinero en sus manos para acosar el mercado de dinero de México, destruir el orden económico de México, usar sus armas para perseguir actividades terroristas, crear inestabilidad social y agitación, forzar al nuevo gobierno con base en una administración incompetente para lograr su meta de un cambio de régimen. Si su campaña ganaba, podrían usar mi casa como el sitio de lavado de dinero a través de su gobierno a nombre de un decomiso antidrogas, limpiar su dinero subterráneo, protegiendo sus intereses. También simultáneamente tomar por la fuerza y con engaños la enorme propiedad mía y de los inversionistas, salvaguardando la empresa nacional y el sistema de 131 abastecimiento de medicinas sin interferencia exterior. La razón principal por la que me eligieron fue que mi compañía ha manejado seudoefedrina legalmente, y es uno de los proveedores más grandes en México. La seudoefedrina es la sustancia primaria para la elaboración de metanfetaminas. Usar a mi compañía como vínculo con los narcóticos era lo más apropiado. Incluso si un sistema legal justo y razonable aclarara mis agravios, pueden compensar la enorme pérdida obligándome a realizar arreglos ilegales para ellos, logrando su maligno objetivo secreto. Para ser breve, me he convertido en el chivo expiatorio externo a la mano. Por lo tanto, su tentativa tan peligrosa, sus medios tan despreciables, pueden ser vistos como el modelo a seguir por este corrupto gobierno mexicano. Es la obra maestra de la corrupción política de México. Según los reportes más recientes, el grupo de Javier y Luis sigue en control de las noticias en México. A través de la publicación en los medios informan incesantemente sobre el arresto de miembros de mi familia y el domicilio donde vive mi hijo. Al hacer esto su meta es amenazarme para que no pueda abrir la boca en Estados Unidos para revelar la verdad fácilmente. De otro modo todos los miembros de mi familia serán asesinados. Simultáneamente usan el nombre que erradica los narcóticos juntos y por la cooperación internacional congelan todas mis propiedades y piden al gobierno chino que amenace a mis padres y hermano, no permiten que mi abogado obtenga los documentos de embarque; no han determinado ni aclarado los hechos reales en la corte mexicana, detienen al oponente con muestra de fuerza, socavan mis activos en nombre de una infracción conjunta y lavado de dinero, ponen a mi hermano, mi padre y otros miembros de la familia en la cárcel, confiscan la propiedad legal de toda mi familia, meten lo sentimental en el procedimiento legal, atacan a grandes cantidades de gente inocente. Dicen que soy un capo de las drogas porque la policía mexicana encontró 19 toneladas de seudoefedrina en un puerto de México, pero de hecho estas son palabras absolutamente sin sustento, sin sentido y radicales. Estas malignas intenciones abrigan motivaciones ulteriores. Una persona no sabía donde buscar un químico especializado para colocar algunos aditivos y sustancias suplementarias, después de hacer varias reacciones químicas y luego obtener la conclusión de que mi químico intermedio es acetato de seudoefedrina. Por lo tanto estos bienes dan positivo en la prueba de presencia de acetato de seudoefedrina, en esta clase de absurdo mundo de inferencias que uno sólo puede encontrar en México. Algunas personas con conocimientos generales de química deben entender ligeramente que sustancia química es un concepto cualitativo: estructuras moleculares diferentes producen diferentes materiales. Todos los elementos tienen su propia fórmula molecular. No puede ser un concepto ambiguo. Nuestra compañía importa un químico intermedio para producir clorhidrato de fenilefrina, hidroclorato de dopamina, hidroclorato de dobutamina, hidroclorato de salbutamol y otros ocho productos. La estructura molecular ha determinado su disposición natural, que no está relacionada con ningún producto 132 de seudoefedrina. También, la planta de Chifeng Arker Pharmaceutical y el gobierno chino no permiten exportar esta sustancia controlada a México; si embarcaran esta sustancia controlada sin permiso legal les costaría una demanda. Yo importo este químico intermedio porque hace dos años observé que grupos farmacéuticos estadounidenses transnacionales usaban en sus medicinas contra el resfriado el hidroclorato de fenilefrina en lugar de seudoefedrina, como Tylenol, Sudafed y otros. Quise aprovechar que en México no se había cambiado la fórmula y actué rápidamente para obtener primero el producto. Creo que el hidroclorato de fenilefrina es el mismo volumen que la seudoefedrina, así que decidí importar el material y quería tener el monopolio de este producto en México. No me interesan más los productos de seudoefedrina. Si el gobierno mexicano no teme a sus males, puede tratar este asunto con equidad y también está reteniendo 19 toneladas de químicos intermedios; si invita a una organización notarial internacional o de Estados Unidos a ir allá y tomar una muestra y hacer un examen, el resultado puede demostrar ciertamente quién es quién. El resultado puede aclarar mi inocencia en el mundo. Me acusaron de ser un capo de las drogas porque encontraron una máquina en mi casa para elaborar narcóticos, luego le pidieron a la policía mexicana investigar qué clase de máquina puede producir droga en casa, cuántos narcóticos se están produciendo y cuántas drogas hay en mi casa. Además, también dijeron que encontraron una nota escrita a mano en mi casa, siendo el caso que es más fácil de hacer. Por qué llevársela si es importante saber si hay alguna huella en la nota. De ser así, a través del método técnico moderno se puede verificar hace cuánto se escribió la nota y quién la escribió realmente. En cambio, tratan de calumniarme y a toda mi familia. Salí de México hace más de seis meses. Nunca toqué ninguna nota. Esto es una total incriminación. El gobierno mexicano crea y no sólo aplica la ley y la disciplina, sino que es el inversionista total de los 170 millones de dólares para la creación de la fábrica farmacéutica más avanzada e importante de Latinoamérica; crea la libertad económica y la eficiencia social. No son capaces de medir con dinero la herida espiritual y en riqueza que me dejaron y de la que nunca podré recuperarme. Después de que se confiscó la propiedad, no pude enfrentar a mis inversionistas, no supe cómo compensar la fuerte pérdida. Vieron el caparazón de la fábrica y después invirtieron; algunos invirtieron en el edificio, otros en las máquinas y algunos en el proyecto. Juntos reunieron más de 50 millones de dólares en un año, según lo establecido en nuestro acuerdo. Luego de tres años, una vez que estuviera en marcha la producción, la rentabilidad de la inversión sería de 15% al año. Tengo confianza en obtener victorias para pagarles porque sé cómo mostrar mi talento en la medicina mexicana. Se dieron cuenta de lo que es esta profesión, el secreto del negocio y el modo de operación. También están fijos en el excelente prospecto de mi empresa para invertir y tienen la intención de ir en esa dirección para desarrollarse. 133 El sistema financiero mexicano es muy extraño y la mayor parte del populacho utiliza efectivo, incluso en los grandes supermercados como Wal-Mart, Costco y otros. Al pagar con tarjeta de crédito, te cobran 2% más; si pagas en efectivo te hacen un descuento de 2%. En este país se impulsa a la gente a pagar en efectivo, tienen el hábito de pagar en efectivo. Además de que sólo tres importantes bancos extranjeros controlan la industria financiera de México, tienen muchos tipos de cambio. No sólo otorga una tasa de cambio extranjera con concesiones sino que ofrece un servicio personalizado de alta calidad, por lo que atrae a muchos clientes. Siempre que se busque hacer una transacción con mucho dinero, como la compañía de luz de México, la compañía de petróleo nacional, la compañía de gas, el supermercado a gran escala, en especial; el mercado agrícola, el mercado de las ventas al por mayor de las materias primas, las carreteras de cuota y las gasolineras, sólo reúnen el dinero en efectivo para no recibir tarjeta de crédito u otro tipo de pago, así que hay un enorme flujo de dinero en lo civil, para protegerse de devaluaciones de la moneda mexicana, mucha gente cambia sus pesos a dólares o euros. México también prohíbe a los particulares abrir cuentas en dólares o en alguna moneda extranjera a menos que vivas en la frontera, por lo tanto, están reuniendo dólares en efectivo. Mi inversionista mayoritario es un inversionista en efectivo. Yo personalmente experimenté la crisis financiera mexicana, que fue entre 1993 y 1994, en la que un dólar valía 3 pesos y después 8.30 pesos; la moneda mexicana se devaluó a una tercera parte pero ahora el dólar vale 12 pesos. ¿No deberíamos acumular dólares y no pesos mexicanos? Además de los más de 20 millones de dólares en efectivo de mis inversionistas, el resto son producto del esfuerzo y el ahorro de 17 años de mi esposa y mío, para completar para la fábrica farmacéutica. Sí, reuní todo el dinero de la familia, me esforcé por empezar a producir en poco tiempo, permití a los inversionistas obtener su pago en mi empresa lista para desarrollarse, y ahora me llevan a la destrucción total, al desastre fatal ¿qué es lo que pasa? Luego de que esto ocurriera, contacté inmediatamente a Zhou y otros amigos para decirles que era inocente y que me habían incriminado; les pedí que contactaran al gobierno estadounidense para que me ayudara rápidamente a exponer la verdad. Al mismo tiempo, busqué la ayuda de abogados de diversas regiones de Estados Unidos; la respuesta fue que si revelaba la verdad al gobierno estadounidense y a las agencias noticiosas, el gobierno estadounidense no me ayudaría; en vez de eso, me extraditaría inmediatamente a México. Al mismo tiempo, el grupo de Javier y Luis sacaría ventaja de la ocasión y matarían a toda mi familia. Como no tengo nada qué ver con narcóticos, no temía que se me investigara, ¿por qué no esperaba un tiempo? Luego de que el gobierno de México aclarara el caso, me pondría en contacto con el gobierno estadounidense. Por lo tanto, hice caso del consejo de un abogado y me escondí, para observar cómo se desarrollaba la situación. 134 Transcurrieron más de dos meses; dudé, pensé que debía asumir toda la responsabilidad por mí mismo y no involucrar a inocentes, pero ellos empezaron a decir que soy el líder de una banda de narcóticos de clase mundial, debían buscar a la organización completa. A todos los que me conocen, sin importar en qué país, los interrogarían exhaustivamente, a quien sea que tuviera una relación de negocios con mi compañía se sancionaría, todos mis parientes serían encarcelados, todas mi amigas y socios se les han encontrado relaciones sexuales impropias, dejando a todos temerosos de contactarme. Me convertí en el diablo que todos evitan. Su propósito era culparme del crimen más atroz y que todos odian, de ser el malvado líder mundial de una banda y desatar emociones nacionalistas en la opinión pública de México. Las bandas juntas cada una con cierta influencia, causan agitación en el gobierno.. y el mundo no entiende la situación y que quieren destruirme y destruir a toda mi familia, que nunca nos permitan ser rehabilitados. En este sentido siento mucha frustración y me siento agraviado, incluso quiero, equivocadamente, suicidarme; pero no puedo morir, cualquiera de mis amigos o familiares preocupados se avergonzarían y no tendría oportunidad de obtener justicia. Javier y Luis están esperando que su objetivo se cumpla. A mí me gustaría tomar la iniciativa con el gobierno estadounidense y explicar la situación, pero me están extraditando a México de manera accidental para que se beneficien ambos países. Por eso no puedo hablar claramente, pues la muerte resolvería todo. Ahora, para poder aliviar mi depresión y exonerarme y rectificar los reportes imprecisos de los medios; para permitir a la gente de todo el mundo ver el lado oscuro del gobierno mexicano, defenderé la seguridad de mi familia y la mía con valor, enfrentando la realidad, exponiendo la política de México, la siniestra conspiración. Espero fervientemente que el gobierno estadounidense investigue los hechos. Haré todo lo que sé, haré mi mejor esfuerzo y de todo corazón apoyaré su trabajo, para que encuentren a los verdaderos culpables y sean sujetos a una severa sanción legal. Agregado: Documento en el que Ye Gon da una explicación del funcionamiento de sus empresas Por qué importar dicho químico intermedio México está situado en una meseta montañosa; la ciudad está contaminada seriamente y mucha gente contrae gripe y asma. No importa si es temporada de lluvia, la mayor parte del tiempo imperan estas enfermedades. Nuestra compañía importa el químico intermedio normal de China, el nombre del químico en inglés es Benzyl-n-methylacetehamte, su abreviación es AET. Este químico intermedio es para hacer clorhidrato de felinefrina, clorhidrato de adrenalina, clorhidrato de dobutamina, salbutamol y otros ochos tipos de 135 medicamento; son las medicamentos básicos para el tratamiento de la gripe y el asma. Hace dos años, la corporación farmacéutica estadounidense más famosa utilizó el clorhidrato de felinefrina para sustituir a la seudoefedrina, la nueva fórmula del medicamento para la gripe, como el comúnmente usado tylenol, sudafed y otros que no usarían más la seudoefedrina. Según la Secretaría de Salud (SSA), este país importa cada año una serie de productos de seudoefedrina que llegan hasta las 250 toneladas. Si los productos de seudoefedrina se importan en tal cantidad, pensé que el clorhidrato de felinefrina también acumularía dicha cantidad. En vista de que México no había comenzado a utilizar la nueva fórmula, ¿por qué no habría de actuar de manera rápida para obtener el primer monopolio en el mercado del clorhidrato de felinefrina? Este era mi objetivo más importante. A finales de 2005, invertí y construí la fábrica de síntesis química y farmacéutica; me preparé para realizar experimentos y comenzar la producción al siguiente año para proteger los intereses comerciales de nuestra fábrica. Declaramos que la fabricación sería de productos analgésicos como el naproxen. De hecho, la idea era producir clorhidrato de felinefrina como químico principal; los productos suplementarios, el clorhidrato de adrenalina, clorhidrato de dobutamina, salbutamol y otros ochos tipos de medicamento, están a la mitad del proceso de fabricación porque no habíamos solicitado la patente; este tipo de producto no puede obtener la protección de la oficina de patentes mexicana, por lo que fueron confiscados. Para proveernos este químico intermedio está Chifeng Pharmaceutical Technology Co., Ltd. Esta empresa, que es la planta fabricante legítima nacional, exporta el químico intermedio AET que no es la sustancia controlada, no es la llamada seudoefedrina; ellos exportaron legítimamente y en la parte superior del formulario de declaración se indica el nombre del cargamento y nosotros lo importamos con el nombre que se utiliza para ser consistentes. Según la nueva fórmula estadounidense, ya no utilizaríamos seudoefedrina; la reemplazaríamos con clorhidrato de felinefrina. Nuestra compañía no ha producido ni un gramo de medicamento ilegal o sustancias controladas, ni ha producido ningún tipo de narcótico. Declaro que United Pharm Chem Mexico S.A de C.V. y United Pharmaceutical S.A. de C.V. son empresas establecidas de manera legítima. También es el grupo farmacéutico más avanzado e importante de México. Inevitablemente tiene muchos objetivos y es un competidor impredecible en la actividad comercial. Además, soy el chino al que se le considera un intruso. Pero en este entorno me mantengo luchando por la supervivencia y el desarrollo y espero desarrollarme razonablemente en el mercado de México. Me esforzaré para que en un futuro no tan distante pueda ingresar al mercado accionario para lograr grandes avances. 136 d) Elabora una ficha de registro general de la fuente. (ficha ) e) Con base en la información relevante elabora una ficha de resumen (ficha) Nombre del autor Título del artículo pp f) De las siguientes fichas de cita textual elabora un paráfrasis. Anota los datos en la ficha( ángulo superior derecho, Nombre del autor, título del artículo y pp.) 137 “Abrió una de las maletas y estaba llena con billetes de 100 dólares. Estaba conmocionado; no dije nada y lo miré con recelo. Como conoce nuestras caras y nuestro secreto, sólo tiene dos opciones ante usted: cooperar o lo decapitaremos porque no hay de otra. No sólo está poniendo su propia vida en riesgo, sino la de su esposa y sus dos hijos también porque sabemos lo que hacen y en donde están cada minuto, así que por favor tome su decisión cuidadosamente”. “El 8 de marzo, la Agencia Federal de Investigaciones de México nos dio un reporte de una investigación sobre la importación por parte de mi compañía de un químico intermedio, pidiéndonos responderla en siete días. Le dije al representante legal de mi compañía, el señor Erick, que le avisara a los químicos y expertos legales para que prepararan la defensa. Simultáneamente se lo informé al fabricante Chifeng Arker Pharmaceutical para que emitiera los documentos relevantes”. 138 ACTIVIDAD 4 a) De los dos temas elige uno para redactar tu ensayo de investigación. b) Con base en la información que ya tienes del tema puedes replantear tu hipótesis. c) Con base en el video “El sexenio de Salinas de Gortari” elabora una ficha de registro general de la fuente y una de resumen. d) Revisa el reportaje de investigación: “EL MAGNICIDIO” y realiza en fichas de trabajo un registro de los hechos más relevantes. ACTIVIDAD 5 a) Considera las indicaciones presentadas al inicio del capítulo para la redacción del ensayo. b) La próxima clase trae todas las fichas que elaboraste del tema y hojas blancas para iniciar la redacción del borrador. c) Siguiendo el esquema de tu ensayo organiza la información registrada en las fichas de trabajo. d) Las fichas de cita textual deberán ser copiadas tal cual, no olvides que deberás citar al pié de la página los datos del ángulo superior derecho de la ficha. e) En la conclusión debe estar la respuesta de la hipótesis. f) La bibliografía estará ordenada alfabéticamente. (representa el vaciado de las fichas de registro general de las fuentes bibliográficas y hemerográficas) 139 140 CAPITULO IV LECTURA DE NOVELAS Y POEMAS: LOS CONFLICTOS HUMANOS La novela forma parte de los géneros literarios y cumple con la función comunicativa de proporcionar al lector goce estético e identificación, el autor presenta, a través de las historias, una realidad en un mundo ficticio. La problemática y los conflictos presentes en el relato la vivimos, la soñamos y la sufrimos. Una novela es un relato de lo que les sucede a ciertas personas en cierto lugar, tiempo y circunstancias. Así que los tres elementos constituyentes de una novela son: ACCIÓN (lo que sucede), CARACTERES (las personas), y AMBIENTE (el escenario, la época, la atmósfera). Es fundamental tener un acercamiento a los clásicos españoles por lo cual la primera lectura esta encaminada a que conozcas la novela : “Rinconete y Cortadillo” de Miguel de Cervantes Saavedra, un clásico de la literatura universal. Es importante apreciar la obra literaria de hombres que han dedicado gran parte de su vida a reflexionar y plasmar esos pensamientos profundos en un texto. Continuarás con la lectura de algunos poemas para que aprecies no sólo el lenguaje sino la expresión de los sentimientos y emociones que le imprime el autor, y que te lleven a la reflexión y a la sensibilización. ACTIVIDAD I a) Iniciamos la lectura con una breve semblanza de la vida del autor de la novela: Rinconete y Cortadillo. MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA Miguel de Cervantes Saavedra tuvo una vida azarosa de la que poco se sabe con seguridad. Nació en Alcalá de Henares (Madrid), probablemente el 29 de septiembre de 1547. Pasó su adolescencia en varias ciudades españolas (Madrid, Sevilla) y con poco más de veinte años se fue a Roma al servicio del cardenal Acquaviva. Recorrió Italia, se enroló en la Armada española y en 1571 participó con heroísmo en la batalla de Lepanto, donde comienza el declive del poderío turco en el Mediterráneo. Allí Cervantes resultó herido y perdió el movimiento del brazo izquierdo, por lo que fue llamado el Manco de Lepanto. En 1575, cuando regresaba a España, los corsarios le apresaron y llevaron a Argel, donde sufrió cinco años de cautiverio (1575-1580). 141 Liberado por los frailes trinitarios, a su regreso a Madrid encontró a su familia en la ruina. Se casa en Esquivias (Toledo) con Catalina de Salazar y Palacios. Arruinada también su carrera militar, intenta sobresalir en las letras. Publica La Galatea (1585) y lucha, sin éxito, por destacar en el teatro. Sin medios para vivir, marcha a Sevilla como comisario de abastos para la Armada Invencible y recaudador de impuestos. Allí acaba en la cárcel por irregularidades en sus cuentas. Después se traslada a Valladolid. En 1605 publica la primera parte del Quijote. El éxito dura poco. De nuevo es encarcelado a causa de la muerte de un hombre delante de su casa. En 1606 regresa con la Corte a Madrid. Vive con apuros económicos y se entrega a la creación literaria. En sus últimos años publica las Novelas ejemplares (1613), el Viaje del Parnaso (1614), Ocho comedias y ocho entremeses (1615) y la segunda parte del Quijote (1615). El triunfo literario no lo libró de sus penurias económicas. Dedicó sus últimos meses de vida a Los trabajos de Persiles y Segismunda (de publicación póstuma, en 1617). Murió en Madrid el 22 de abril de 1616 y fue enterrado al día siguiente. b) Lee con atención la novela. c) Esta transcrita en el lenguaje original utilizado por el autor. d) Busca en el diccionario las palabras desconocidas. Rinconete y Cortadillo Miguel de Cervantes Saavedra En la venta del Molinillo, que está puesta en los fines de los famosos campos de Alcudia, como vamos de Castilla a la Andalucía, un día de los calurosos del verano, se hallaron en ella acaso dos muchachos de hasta edad de catorce a quince años: el uno ni el otro no pasaban de diez y siete; ambos de buena gracia, pero muy descosidos, rotos y maltratados; capa, no la tenían; los calzones eran de lienzo y las medias de carne. Bien es verdad que lo enmendaban los zapatos, porque los del uno eran alpargates, tan traídos como llevados, y los del otro picados y sin suelas, de manera que más le servían de cormas que de zapatos. Traía el uno montera verde de cazador, el otro un sombrero sin toquilla, bajo de copa y ancho de falda. A la espalda y ceñida por los pechos, traía el uno una camisa de color de camuza, encerrada y recogida toda en una manga; el otro venía escueto y sin alforjas, puesto que en el seno se le parecía un gran bulto, que, a lo que después pareció, era un cuello de los que llaman valores, almidonado con grasa, y tan deshilado de roto, que todo parecía hilachas. Venían en él envueltos y guardados unos naipes de figura ovada, porque de ejercitarlos se les habían gastado las puntas, y porque durasen más se las cercenaron y los dejaron de aquel talle. Estaban los dos quemados del sol, las uñas caireladas y las manos no muy limpias; el uno tenía una media espada, y el otro un cuchillo de cachas amarillas, que los suelen llamar vaqueros. 142 Saliéronse los dos a sestear en un portal, o cobertizo, que delante de la venta se hace; y, sentándose frontero el uno del otro, el que parecía de más edad dijo al más pequeño: —¿De qué tierra es vuesa merced, señor gentilhombre, y para adónde bueno camina? —Mi tierra, señor caballero —respondió el preguntado—, no la sé, ni para dónde camino, tampoco. —Pues en verdad —dijo el mayor— que no parece vuesa merced del cielo, y que éste no es lugar para hacer su asiento en él; que por fuerza se ha de pasar adelante. —Así es —respondió el mediano—, pero yo he dicho verdad en lo que he dicho, porque mi tierra no es mía, pues no tengo en ella más de un padre que no me tiene por hijo y una madrastra que me trata como alnado; el camino que llevo es a la ventura, y allí le daría fin donde hallase quien me diese lo necesario para pasar esta miserable vida. —Y ¿sabe vuesa merced algún oficio? —preguntó el grande. Y el menor respondió: —No sé otro sino que corro como una liebre, y salto como un gamo y corto de tijera muy delicadamente. —Todo eso es muy bueno, útil y provechoso —dijo el grande—, porque habrá sacristán que le dé a vuesa merced la ofrenda de Todos Santos, porque para el Jueves Santo le corte florones de papel para el monumento. —No es mi corte desa manera —respondió el menor—, sino que mi padre, por la misericordia del cielo, es sastre y calcetero, y me enseñó a cortar antiparas, que, como vuesa merced bien sabe, son medias calzas con avampiés, que por su propio nombre se suelen llamar polainas; y córtolas tan bien, que en verdad que me podría examinar de maestro, sino que la corta suerte me tiene arrinconado. —Todo eso y más acontece por los buenos —respondió el grande—, y siempre he oído decir que las buenas habilidades son las más perdidas, pero aún edad tiene vuesa merced para enmendar su ventura. Mas, si yo no me engaño y el ojo no me miente, otras gracias tiene vuesa merced secretas, y no las quiere manifestar. —Sí tengo —respondió el pequeño—, pero no son para en público, como vuesa merced ha muy bien apuntado. A lo cual replicó el grande: 143 —Pues yo le sé decir que soy uno de los más secretos mozos que en gran parte se puedan hallar; y, para obligar a vuesa merced que descubra su pecho y descanse conmigo, le quiero obligar con descubrirle el mío primero; porque imagino que no sin misterio nos ha juntado aquí la suerte, y pienso que habemos de ser, déste hasta el último día de nuestra vida, verdaderos amigos. «Yo, señor hidalgo, soy natural de la Fuenfrida, lugar conocido y famoso por los ilustres pasajeros que por él de contino pasan; mi nombre es Pedro del Rincón; mi padre es persona de calidad, porque es ministro de la Santa Cruzada: quiero decir que es bulero, o buldero, como los llama el vulgo. Algunos días le acompañé en el oficio, y le aprendí de manera, que no daría ventaja en echar las bulas al que más presumiese en ello. Pero, habiéndome un día aficionado más al dinero de las bulas que a las mismas bulas, me abracé con un talego y di conmigo y con él en Madrid, donde con las comodidades que allí de ordinario se ofrecen, en pocos días saqué las entrañas al talego y le dejé con más dobleces que pañizuelo de desposado. Vino el que tenía a cargo el dinero tras mí, prendiéronme, tuve poco favor, aunque, viendo aquellos señores mi poca edad, se contentaron con que me arrimasen al aldabilla y me mosqueasen las espaldas por un rato, y con que saliese desterrado por cuatro años de la Corte. Tuve paciencia, encogí los hombros, sufrí la tanda y mosqueo, y salí a cumplir mi destierro, con tanta priesa, que no tuve lugar de buscar cabalgaduras. Tomé de mis alhajas las que pude y las que me parecieron más necesarias, y entre ellas saqué estos naipes —y a este tiempo descubrió los que se han dicho, que en el cuello traía—, con los cuales he ganado mi vida por los mesones y ventas que hay desde Madrid aquí, jugando a la veintiuna;» y, aunque vuesa merced los vee tan astrosos y maltratados, usan de una maravillosa virtud con quien los entiende, que no alzará que no quede un as debajo. Y si vuesa merced es versado en este juego, verá cuánta ventaja lleva el que sabe que tiene cierto un as a la primera carta, que le puede servir de un punto y de once; que con esta ventaja, siendo la veintiuna envidada, el dinero se queda en casa. Fuera desto, aprendí de un cocinero de un cierto embajador ciertas tretas de quínolas y del parar, a quien también llaman el andaboba; que, así como vuesa merced se puede examinar en el corte de sus antiparas, así puedo yo ser maestro en la ciencia vilhanesca. Con esto voy seguro de no morir de hambre, porque, aunque llegue a un cortijo, hay quien quiera pasar tiempo jugando un rato. Y desto hemos de hacer luego la experiencia los dos: armemos la red, y veamos si cae algún pájaro destos arrieros que aquí hay; quiero decir que jugaremos los dos a la veintiuna, como si fuese de veras; que si alguno quisiere ser tercero, él será el primero que deje la pecunia. —Sea en buen hora —dijo el otro—, y en merced muy grande tengo la que vuesa merced me ha hecho en darme cuenta de su vida, con que me ha obligado a que yo no le encubra la mía, que, diciéndola más breve, es ésta: «yo nací en el piadoso lugar puesto entre Salamanca y Medina del Campo; mi padre es sastre, enseñóme su oficio, y de corte de tisera, con mi buen ingenio, salté a cortar bolsas. Enfadóme la vida estrecha del aldea y el desamorado trato de mi madrastra. Dejé mi pueblo, vine a Toledo a ejercitar mi oficio, y en él he hecho maravillas; porque no pende relicario de toca ni hay faldriquera tan escondida que mis dedos no visiten ni mis tiseras no corten, aunque le estén guardando con ojos 144 de Argos. Y, en cuatro meses que estuve en aquella ciudad, nunca fui cogido entre puertas, ni sobresaltado ni corrido de corchetes, ni soplado de ningún cañuto. Bien es verdad que habrá ocho días que una espía doble dio noticia de mi habilidad al Corregidor, el cual, aficionado a mis buenas partes, quisiera verme; mas yo, que, por ser humilde, no quiero tratar con personas tan graves, procuré de no verme con él, y así, salí de la ciudad con tanta priesa, que no tuve lugar de acomodarme de cabalgaduras ni blancas, ni de algún coche de retorno, o por lo menos de un carro.» —Eso se borre —dijo Rincón—; y, pues ya nos conocemos, no hay para qué aquesas grandezas ni altiveces: confesemos llanamente que no teníamos blanca, ni aun zapatos. —Sea así —respondió Diego Cortado, que así dijo el menor que se llamaba—; y, pues nuestra amistad, como vuesa merced, señor Rincón, ha dicho, ha de ser perpetua, comencémosla con santas y loables ceremonias. Y, levantándose, Diego Cortado abrazó a Rincón y Rincón a él tierna y estrechamente, y luego se pusieron los dos a jugar a la veintiuna con los ya referidos naipes, limpios de polvo y de paja, mas no de grasa y malicia; y, a pocas manos, alzaba tan bien por el as Cortado como Rincón, su maestro. Salió en esto un arriero a refrescarse al portal, y pidió que quería hacer tercio. Acogiéronle de buena gana, y en menos de media hora le ganaron doce reales y veinte y dos maravedís, que fue darle doce lanzadas y veinte y dos mil pesadumbres. Y, creyendo el arriero que por ser muchachos no se lo defenderían, quiso quitalles el dinero; mas ellos, poniendo el uno mano a su media espada y el otro al de las cachas amarillas, le dieron tanto que hacer, que, a no salir sus compañeros, sin duda lo pasara mal. A esta sazón, pasaron acaso por el camino una tropa de caminantes a caballo, que iban a sestear a la venta del Alcalde, que está media legua más adelante, los cuales, viendo la pendencia del arriero con los dos muchachos, los apaciguaron y les dijeron que si acaso iban a Sevilla, que se viniesen con ellos. —Allá vamos —dijo Rincón—, y serviremos a vuesas mercedes en todo cuanto nos mandaren. Y, sin más detenerse, saltaron delante de las mulas y se fueron con ellos, dejando al arriero agraviado y enojado, y a la ventera admirada de la buena crianza de los pícaros, que les había estado oyendo su plática sin que ellos advirtiesen en ello. Y, cuando dijo al arriero que les había oído decir que los naipes que traían eran falsos, se pelaba las barbas, y quisiera ir a la venta tras ellos a cobrar su hacienda, porque decía que era grandísima afrenta, y caso de menos valer, que dos muchachos hubiesen engañado a un hombrazo tan grande como él. Sus compañeros le detuvieron y aconsejaron que no fuese, siquiera por no publicar su 145 inhabilidad y simpleza. En fin, tales razones le dijeron, que, aunque no le consolaron, le obligaron a quedarse. En esto, Cortado y Rincón se dieron tan buena maña en servir a los caminantes, que lo más del camino los llevaban a las ancas; y, aunque se les ofrecían algunas ocasiones de tentar las valijas de sus medios amos, no las admitieron, por no perder la ocasión tan buena del viaje de Sevilla, donde ellos tenían grande deseo de verse. Con todo esto, a la entrada de la ciudad, que fue a la oración y por la puerta de la Aduana, a causa del registro y almojarifazgo que se paga, no se pudo contener Cortado de no cortar la valija o maleta que a las ancas traía un francés de la camarada; y así, con el de sus cachas le dio tan larga y profunda herida, que se parecían patentemente las entrañas, y sutilmente le sacó dos camisas buenas, un reloj de sol y un librillo de memoria, cosas que cuando las vieron no les dieron mucho gusto; y pensaron que, pues el francés llevaba a las ancas aquella maleta, no la había de haber ocupado con tan poco peso como era el que tenían aquellas preseas, y quisieran volver a darle otro tiento; pero no lo hicieron, imaginando que ya lo habrían echado menos y puesto en recaudo lo que quedaba. Habíanse despedido antes que el salto hiciesen de los que hasta allí los habían sustentado, y otro día vendieron las camisas en el malbaratillo que se hace fuera de la puerta del Arenal, y dellas hicieron veinte reales. Hecho esto, se fueron a ver la ciudad, y admiróles la grandeza y sumptuosidad de su mayor iglesia, el gran concurso de gente del río, porque era en tiempo de cargazón de flota y había en él seis galeras, cuya vista les hizo suspirar, y aun temer el día que sus culpas les habían de traer a morar en ellas de por vida. Echaron de ver los muchos muchachos de la esportilla que por allí andaban; informáronse de uno dellos qué oficio era aquél, y si era de mucho trabajo, y de qué ganancia. Un muchacho asturiano, que fue a quien le hicieron la pregunta, respondió que el oficio era descansado y de que no se pagaba alcabala, y que algunos días salía con cinco y con seis reales de ganancia, con que comía y bebía y triunfaba como cuerpo de rey, libre de buscar amo a quien dar fianzas y seguro de comer a la hora que quisiese, pues a todas lo hallaba en el más mínimo bodegón de toda la ciudad. No les pareció mal a los dos amigos la relación del asturianillo, ni les descontentó el oficio, por parecerles que venía como de molde para poder usar el suyo con cubierta y seguridad, por la comodidad que ofrecía de entrar en todas las casas; y luego determinaron de comprar los instrumentos necesarios para usalle, pues lo podían usar sin examen. Y, preguntándole al asturiano qué habían de comprar, les respondió que sendos costales pequeños, limpios o nuevos, y cada uno tres espuertas de palma, dos grandes y una pequeña, en las cuales se repartía la carne, pescado y fruta, y en el costal, el pan; y él les guió donde lo vendían, y ellos, del dinero de la galima del francés, lo compraron todo, y dentro de dos horas pudieran estar graduados en el nuevo oficio, según les ensayaban las esportillas y 146 asentaban los costales. Avisóles su adalid de los puestos donde habían de acudir: por las mañanas, a la Carnicería y a la plaza de San Salvador; los días de pescado, a la Pescadería y a la Costanilla; todas las tardes, al río; los jueves, a la Feria. Toda esta lición tomaron bien de memoria, y otro día bien de mañana se plantaron en la plaza de San Salvador; y, apenas hubieron llegado, cuando los rodearon otros mozos del oficio, que, por lo flamante de los costales y espuertas, vieron ser nuevos en la plaza; hiciéronles mil preguntas, y a todas respondían con discreción y mesura. En esto, llegaron un medio estudiante y un soldado, y, convidados de la limpieza de las espuertas de los dos novatos, el que parecía estudiante llamó a Cortado, y el soldado a Rincón. —En nombre sea de Dios —dijeron ambos. —Para bien se comience el oficio —dijo Rincón—, que vuesa merced me estrena, señor mío. A lo cual respondió el soldado: —La estrena no será mala, porque estoy de ganancia y soy enamorado, y tengo de hacer hoy banquete a unas amigas de mi señora. —Pues cargue vuesa merced a su gusto, que ánimo tengo y fuerzas para llevarme toda esta plaza, y aun si fuere menester que ayude a guisarlo, lo haré de muy buena voluntad. Contentóse el soldado de la buena gracia del mozo, y díjole que si quería servir, que él le sacaría de aquel abatido oficio. A lo cual respondió Rincón que, por ser aquel día el primero que le usaba, no le quería dejar tan presto, hasta ver, a lo menos, lo que tenía de malo y bueno; y, cuando no le contentase, él daba su palabra de servirle a él antes que a un canónigo. Rióse el soldado, cargóle muy bien, mostróle la casa de su dama, para que la supiese de allí adelante y él no tuviese necesidad, cuando otra vez le enviase, de acompañarle. Rincón prometió fidelidad y buen trato. Diole el soldado tres cuartos, y en un vuelo volvió a la plaza, por no perder coyuntura; porque también desta diligencia les advirtió el asturiano, y de que cuando llevasen pescado menudo (conviene a saber: albures, o sardinas o acedías), bien podían tomar algunas y hacerles la salva, siquiera para el gasto de aquel día; pero que esto había de ser con toda sagacidad y advertimiento, porque no se perdiese el crédito, que era lo que más importaba en aquel ejercicio. Por presto que volvió Rincón, ya halló en el mismo puesto a Cortado. Llegóse Cortado a Rincón, y preguntóle que cómo le había ido. Rincón abrió la mano y mostróle los tres cuartos. Cortado entró la suya en el seno y sacó una bolsilla, que 147 mostraba haber sido de ámbar en los pasados tiempos; venía algo hinchada, y dijo: —Con ésta me pagó su reverencia del estudiante, y con dos cuartos; mas tomadla vos, Rincón, por lo que puede suceder. Y, habiéndosela ya dado secretamente, veis aquí do vuelve el estudiante trasudando y turbado de muerte; y, viendo a Cortado, le dijo si acaso había visto una bolsa de tales y tales señas, que, con quince escudos de oro en oro y con tres reales de a dos y tantos maravedís en cuartos y en ochavos, le faltaba, y que le dijese si la había tomado en el entretanto que con él había andado comprando. A lo cual, con estraño disimulo, sin alterarse ni mudarse en nada, respondió Cortado: —Lo que yo sabré decir desa bolsa es que no debe de estar perdida, si ya no es que vuesa merced la puso a mal recaudo. —¡Eso es ello, pecador de mí —respondió el estudiante—: que la debí de poner a mal recaudo, pues me la hurtaron! —Lo mismo digo yo —dijo Cortado—; pero para todo hay remedio, si no es para la muerte, y el que vuesa merced podrá tomar es, lo primero y principal, tener paciencia; que de menos nos hizo Dios y un día viene tras otro día, y donde las dan las toman; y podría ser que, con el tiempo, el que llevó la bolsa se viniese a arrepentir y se la volviese a vuesa merced sahumada. —El sahumerio le perdonaríamos —respondió el estudiante. Y Cortado prosiguió diciendo: —Cuanto más, que cartas de descomunión hay, paulinas, y buena diligencia, que es madre de la buena ventura; aunque, a la verdad, no quisiera yo ser el llevador de tal bolsa; porque, si es que vuesa merced tiene alguna orden sacra, parecerme hía a mí que había cometido algún grande incesto, o sacrilegio. —Y ¡cómo que ha cometido sacrilegio! —dijo a esto el adolorido estudiante—; que, puesto que yo no soy sacerdote, sino sacristán de unas monjas, el dinero de la bolsa era del tercio de una capellanía, que me dio a cobrar un sacerdote amigo mío, y es dinero sagrado y bendito. —Con su pan se lo coma —dijo Rincón a este punto—; no le arriendo la ganancia; día de juicio hay, donde todo saldrá en la colada, y entonces se verá quién fue Callejas y el atrevido que se atrevió a tomar, hurtar y menoscabar el tercio de la capellanía. Y ¿cuánto renta cada año? Dígame, señor sacristán, por su vida. 148 —¡Renta la puta que me parió! ¡Y estoy yo agora para decir lo que renta! — respondió el sacristán con algún tanto de demasiada cólera—. Decidme, hermanos, si sabéis algo; si no, quedad con Dios, que yo la quiero hacer pregonar. —No me parece mal remedio ese —dijo Cortado—, pero advierta vuesa merced no se le olviden las señas de la bolsa, ni la cantidad puntualmente del dinero que va en ella; que si yerra en un ardite, no parecerá en días del mundo, y esto le doy por hado. —No hay que temer eso —respondió el sacristán—, que lo tengo más en la memoria que el tocar de las campanas: no me erraré en un átomo. Sacó, en esto, de la faldriquera un pañuelo randado para limpiarse el sudor, que llovía de su rostro como de alquitara; y, apenas le hubo visto Cortado, cuando le marcó por suyo. Y, habiéndose ido el sacristán, Cortado le siguió y le alcanzó en las Gradas, donde le llamó y le retiró a una parte; y allí le comenzó a decir tantos disparates, al modo de lo que llaman bernardinas, cerca del hurto y hallazgo de su bolsa, dándole buenas esperanzas, sin concluir jamás razón que comenzase, que el pobre sacristán estaba embelesado escuchándole. Y, como no acababa de entender lo que le decía, hacía que le replicase la razón dos y tres veces. Estábale mirando Cortado a la cara atentamente y no quitaba los ojos de sus ojos. El sacristán le miraba de la misma manera, estando colgado de sus palabras. Este tan grande embelesamiento dio lugar a Cortado que concluyese su obra, y sutilmente le sacó el pañuelo de la faldriquera; y, despidiéndose dél, le dijo que a la tarde procurase de verle en aquel mismo lugar, porque él traía entre ojos que un muchacho de su mismo oficio y de su mismo tamaño, que era algo ladroncillo, le había tomado la bolsa, y que él se obligaba a saberlo, dentro de pocos o de muchos días. Con esto se consoló algo el sacristán, y se despidió de Cortado, el cual se vino donde estaba Rincón, que todo lo había visto un poco apartado dél; y más abajo estaba otro mozo de la esportilla, que vio todo lo que había pasado y cómo Cortado daba el pañuelo a Rincón; y, llegándose a ellos, les dijo: —Díganme, señores galanes: ¿voacedes son de mala entrada, o no? —No entendemos esa razón, señor galán —respondió Rincón. —¿Qué no entrevan, señores murcios? —respondió el otro. —Ni somos de Teba ni de Murcia —dijo Cortado—. Si otra cosa quiere, dígala; si no, váyase con Dios. —¿No lo entienden? —dijo el mozo—. Pues yo se lo daré a entender, y a beber, con una cuchara de plata; quiero decir, señores, si son vuestras mercedes 149 ladrones. Más no sé para qué les pregunto esto, pues sé ya que lo son; mas díganme: ¿cómo no han ido a la aduana del señor Monipodio? —¿Págase en esta tierra almojarifazgo de ladrones, señor galán? —dijo Rincón. —Si no se paga —respondió el mozo—, a lo menos regístranse ante el señor Monipodio, que es su padre, su maestro y su amparo; y así, les aconsejo que vengan conmigo a darle la obediencia, o si no, no se atrevan a hurtar sin su señal, que les costará caro. —Yo pensé —dijo Cortado— que el hurtar era oficio libre, horro de pecho y alcabala; y que si se paga, es por junto, dando por fiadores a la garganta y a las espaldas. Pero, pues así es, y en cada tierra hay su uso, guardemos nosotros el désta, que, por ser la más principal del mundo, será el más acertado de todo él. Y así, puede vuesa merced guiarnos donde está ese caballero que dice, que ya yo tengo barruntos, según lo que he oído decir, que es muy calificado y generoso, y además hábil en el oficio. —¡Y cómo que es calificado, hábil y suficiente! —respondió el mozo—. Eslo tanto, que en cuatro años que ha que tiene el cargo de ser nuestro mayor y padre no han padecido sino cuatro en el finibusterrae, y obra de treinta envesados y de sesenta y dos en gurapas. —En verdad, señor —dijo Rincón—, que así entendemos esos nombres como volar. —Comencemos a andar, que yo los iré declarando por el camino —respondió el mozo—, con otros algunos, que así les conviene saberlos como el pan de la boca. Y así, les fue diciendo y declarando otros nombres, de los que ellos llaman germanescos o de la germanía, en el discurso de su plática, que no fue corta, porque el camino era largo; en el cual dijo Rincón a su guía: —¿Es vuesa merced, por ventura, ladrón? —Sí —respondió él—, para servir a Dios y a las buenas gentes, aunque no de los muy cursados; que todavía estoy en el año del noviciado. A lo cual respondió Cortado: —Cosa nueva es para mí que haya ladrones en el mundo para servir a Dios y a la buena gente. A lo cual respondió el mozo: 150 —Señor, yo no me meto en tologías; lo que sé es que cada uno en su oficio puede alabar a Dios, y más con la orden que tiene dada Monipodio a todos sus ahijados. —Sin duda —dijo Rincón—, debe de ser buena y santa, pues hace que los ladrones sirvan a Dios. —Es tan santa y buena —replicó el mozo—, que no sé yo si se podrá mejorar en nuestro arte. Él tiene ordenado que de lo que hurtáremos demos alguna cosa o limosna para el aceite de la lámpara de una imagen muy devota que está en esta ciudad, y en verdad que hemos visto grandes cosas por esta buena obra; porque los días pasados dieron tres ansias a un cuatrero que había murciado dos roznos, y con estar flaco y cuartanario, así las sufrió sin cantar como si fueran nada. Y esto atribuimos los del arte a su buena devoción, porque sus fuerzas no eran bastantes para sufrir el primer desconcierto del verdugo. Y, porque sé que me han de preguntar algunos vocablos de los que he dicho, quiero curarme en salud y decírselo antes que me lo pregunten. Sepan voacedes que cuatrero es ladrón de bestias; ansia es el tormento; rosnos, los asnos, hablando con perdón; primer desconcierto es las primeras vueltas de cordel que da el verdugo. Tenemos más: que rezamos nuestro rosario, repartido en toda la semana, y muchos de nosotros no hurtamos el día del viernes, ni tenemos conversación con mujer que se llame María el día del sábado. —De perlas me parece todo eso —dijo Cortado—; pero dígame vuesa merced: ¿hácese otra restitución o otra penitencia más de la dicha? —En eso de restituir no hay que hablar —respondió el mozo—, porque es cosa imposible, por las muchas partes en que se divide lo hurtado, llevando cada uno de los ministros y contrayentes la suya; y así, el primer hurtador no puede restituir nada; cuanto más, que no hay quien nos mande hacer esta diligencia, a causa que nunca nos confesamos; y si sacan cartas de excomunión, jamás llegan a nuestra noticia, porque jamás vamos a la iglesia al tiempo que se leen, si no es los días de jubileo, por la ganancia que nos ofrece el concurso de la mucha gente. —Y ¿con sólo eso que hacen, dicen esos señores —dijo Cortadillo— que su vida es santa y buena? —Pues ¿qué tiene de malo? —replicó el mozo—. ¿No es peor ser hereje o renegado, o matar a su padre y madre, o ser solomico? —Sodomita querrá decir vuesa merced —respondió Rincón. —Eso digo —dijo el mozo. —Todo es malo —replicó Cortado—. Pero, pues nuestra suerte ha querido que entremos en esta cofradía, vuesa merced alargue el paso, que muero por verme con el señor Monipodio, de quien tantas virtudes se cuentan. 151 —Presto se les cumplirá su deseo —dijo el mozo—, que ya desde aquí se descubre su casa. Vuesas mercedes se queden a la puerta, que yo entraré a ver si está desocupado, porque éstas son las horas cuando él suele dar audiencia. —En buena sea —dijo Rincón. Y, adelantándose un poco el mozo, entró en una casa no muy buena, sino de muy mala apariencia, y los dos se quedaron esperando a la puerta. Él salió luego y los llamó, y ellos entraron, y su guía les mandó esperar en un pequeño patio ladrillado, y de puro limpio y aljimifrado parecía que vertía carmín de lo más fino. Al un lado estaba un banco de tres pies y al otro un cántaro desbocado con un jarrillo encima, no menos falto que el cántaro; a otra parte estaba una estera de enea, y en el medio un tiesto, que en Sevilla llaman maceta, de albahaca. Miraban los mozos atentamente las alhajas de la casa, en tanto que bajaba el señor Monipodio; y, viendo que tardaba, se atrevió Rincón a entrar en una sala baja, de dos pequeñas que en el patio estaban, y vio en ella dos espadas de esgrima y dos broqueles de corcho, pendientes de cuatro clavos, y una arca grande sin tapa ni cosa que la cubriese, y otras tres esteras de enea tendidas por el suelo. En la pared frontera estaba pegada a la pared una imagen de Nuestra Señora, destas de mala estampa, y más abajo pendía una esportilla de palma, y, encajada en la pared, una almofía blanca, por do coligió Rincón que la esportilla servía de cepo para limosna, y la almofía de tener agua bendita, y así era la verdad. Estando en esto, entraron en la casa dos mozos de hasta veinte años cada uno, vestidos de estudiantes; y de allí a poco, dos de la esportilla y un ciego; y, sin hablar palabra ninguno, se comenzaron a pasear por el patio. No tardó mucho, cuando entraron dos viejos de bayeta, con antojos que los hacían graves y dignos de ser respectados, con sendos rosarios de sonadoras cuentas en las manos. Tras ellos entró una vieja halduda, y, sin decir nada, se fue a la sala; y, habiendo tomado agua bendita, con grandísima devoción se puso de rodillas ante la imagen, y, a cabo de una buena pieza, habiendo primero besado tres veces el suelo y levantados los brazos y los ojos al cielo otras tantas, se levantó y echó su limosna en la esportilla, y se salió con los demás al patio. En resolución, en poco espacio se juntaron en el patio hasta catorce personas de diferentes trajes y oficios. Llegaron también de los postreros dos bravos y bizarros mozos, de bigotes largos, sombreros de grande falda, cuellos a la valona, medias de color, ligas de gran balumba, espadas de más de marca, sendos pistoletes cada uno en lugar de dagas, y sus broqueles pendientes de la pretina; los cuales, así como entraron, pusieron los ojos de través en Rincón y Cortado, a modo de que los estrañaban y no conocían. Y, llegándose a ellos, les preguntaron si eran de la cofradía. Rincón respondió que sí, y muy servidores de sus mercedes. Llegóse en esto la sazón y punto en que bajó el señor Monipodio, tan esperado como bien visto de toda aquella virtuosa compañía. Parecía de edad de cuarenta y cinco a cuarenta y seis años, alto de cuerpo, moreno de rostro, cejijunto, 152 barbinegro y muy espeso; los ojos, hundidos. Venía en camisa, y por la abertura de delante descubría un bosque: tanto era el vello que tenía en el pecho. Traía cubierta una capa de bayeta casi hasta los pies, en los cuales traía unos zapatos enchancletados, cubríanle las piernas unos zaragüelles de lienzo, anchos y largos hasta los tobillos; el sombrero era de los de la hampa, campanudo de copa y tendido de falda; atravesábale un tahalí por espalda y pechos a do colgaba una espada ancha y corta, a modo de las del perrillo; las manos eran cortas, pelosas, y los dedos gordos, y las uñas hembras y remachadas; las piernas no se le parecían, pero los pies eran descomunales de anchos y juanetudos. En efeto, él representaba el más rústico y disforme bárbaro del mundo. Bajó con él la guía de los dos, y, trabándoles de las manos, los presentó ante Monipodio, diciéndole: —Éstos son los dos buenos mancebos que a vuesa merced dije, mi sor Monipodio: vuesa merced los desamine y verá como son dignos de entrar en nuestra congregación. —Eso haré yo de muy buena gana —respondió Monipodio. Olvidábaseme de decir que, así como Monipodio bajó, al punto, todos los que aguardándole estaban le hicieron una profunda y larga reverencia, excepto los dos bravos, que, a medio magate, como entre ellos se dice, le quitaron los capelos, y luego volvieron a su paseo por una parte del patio, y por la otra se paseaba Monipodio, el cual preguntó a los nuevos el ejercicio, la patria y padres. A lo cual Rincón respondió: —El ejercicio ya está dicho, pues venimos ante vuesa merced; la patria no me parece de mucha importancia decilla, ni los padres tam—poco, pues no se ha de hacer información para recebir algún hábito honroso. A lo cual respondió Monipodio: —Vos, hijo mío, estáis en lo cierto, y es cosa muy acertada encubrir eso que decís; porque si la suerte no corriere como debe, no es bien que quede asentado debajo de signo de escribano, ni en el libro de las entradas: "Fulano, hijo de Fulano, vecino de tal parte, tal día le ahorcaron, o le azotaron", o otra cosa semejante, que, por lo menos, suena mal a los buenos oídos; y así, torno a decir que es provechoso documento callar la patria, encubrir los padres y mudar los propios nombres; aunque para entre nosotros no ha de haber nada encubierto, y sólo ahora quiero saber los nombres de los dos. Rincón dijo el suyo y Cortado también. —Pues, de aquí adelante —respondió Monipodio—, quiero y es mi voluntad que vos, Rincón, os llaméis Rinconete, y vos, Cortado, Cortadillo, que son nombres que asientan como de molde a vuestra edad y a nuestras ordenanzas, debajo de 153 las cuales cae tener necesidad de saber el nombre de los padres de nuestros cofrades, porque tenemos de costumbre de hacer decir cada año ciertas misas por las ánimas de nuestros difuntos y bienhechores, sacando el estupendo para la limosna de quien las dice de alguna parte de lo que se garbea; y estas tales misas, así dichas como pagadas, dicen que aprovechan a las tales ánimas por vía de naufragio, y caen debajo de nuestros bienhechores: el procurador que nos defiende, el guro que nos avisa, el verdugo que nos tiene lástima, el que, cuando alguno de nosotros va huyendo por la calle y detrás le van dando voces: ''¡Al ladrón, al ladrón! ¡Deténganle, deténganle!'', uno se pone en medio y se opone al raudal de los que le siguen, diciendo: ''¡Déjenle al cuitado, que harta mala ventura lleva! ¡Allá se lo haya; castíguele su pecado!'' Son también bienhechoras nuestras las socorridas, que de su sudor nos socorren, ansí en la trena como en las guras; y también lo son nuestros padres y madres, que nos echan al mundo, y el escribano, que si anda de buena, no hay delito que sea culpa ni culpa a quien se dé mucha pena; y, por todos estos que he dicho, hace nuestra hermandad cada año su adversario con la mayor popa y solenidad que podemos. —Por cierto —dijo Rinconete, ya confirmado con este nombre—, que es obra digna del altísimo y profundísimo ingenio que hemos oído decir que vuesa merced, señor Monipodio, tiene. Pero nuestros padres aún gozan de la vida; si en ella les alcanzáremos, daremos luego noticia a esta felicísima y abogada confraternidad, para que por sus almas se les haga ese naufragio o tormenta, o ese adversario que vuesa merced dice, con la solenidad y pompa acostumbrada; si ya no es que se hace mejor con popa y soledad, como también apuntó vuesa merced en sus razones. —Así se hará, o no quedará de mí pedazo —replicó Monipodio. Y, llamando a la guía, le dijo: —Ven acá, Ganchuelo: ¿están puestas las postas? —Sí —dijo la guía, que Ganchuelo era su nombre—: tres centinelas quedan avizorando, y no hay que temer que nos cojan de sobresalto. —Volviendo, pues, a nuestro propósito —dijo Monipodio—, querría saber, hijos, lo que sabéis, para daros el oficio y ejercicio conforme a vuestra inclinación y habilidad. —Yo —respondió Rinconete— sé un poquito de floreo de Vilhán; entiéndeseme el retén; tengo buena vista para el humillo; juego bien de la sola, de las cuatro y de las ocho; no se me va por pies el raspadillo, verrugueta y el colmillo; éntrome por la boca de lobo como por mi casa, y atreveríame a hacer un tercio de chanza mejor que un tercio de Nápoles, y a dar un astillazo al más pintado mejor que dos reales prestados. 154 —Principios son —dijo Monipodio—, pero todas ésas son flores de cantueso viejas, y tan usadas que no hay principiante que no las sepa, y sólo sirven para alguno que sea tan blanco que se deje matar de media noche abajo; pero andará el tiempo y vernos hemos: que, asentando sobre ese fundamento media docena de liciones, yo espero en Dios que habéis de salir oficial famoso, y aun quizá maestro. —Todo será para servir a vuesa merced y a los señores cofrades —res—pondió Rinconete. —Y vos, Cortadillo, ¿qué sabéis? —preguntó Monipodio. —Yo —respondió Cortadillo— sé la treta que dicen mete dos y saca cinco, y sé dar tiento a una faldriquera con mucha puntualidad y destreza. —¿Sabéis más? —dijo Monipodio. —No, por mis grandes pecados —respondió Cortadillo. —No os aflijáis, hijo —replicó Monipodio—, que a puerto y a escuela habéis llegado donde ni os anegaréis ni dejaréis de salir muy bien aprovechado en todo aquello que más os conviniere. Y en esto del ánimo, ¿cómo os va, hijos? —¿Cómo nos ha de ir —respondió Rinconete— sino muy bien? Ánimo tenemos para acometer cualquiera empresa de las que tocaren a nuestro arte y ejercicio. —Está bien —replicó Monipodio—, pero querría yo que también le tuviésedes para sufrir, si fuese menester, media docena de ansias sin desplegar los labios y sin decir esta boca es mía. —Ya sabemos aquí —dijo Cortadillo—, señor Monipodio, qué quiere decir ansias, y para todo tenemos ánimo; porque no somos tan ignorantes que no se nos alcance que lo que dice la lengua paga la gorja; y harta merced le hace el cielo al hombre atrevido, por no darle otro título, que le deja en su lengua su vida o su muerte, ¡como si tuviese más letras un no que un sí! —¡Alto, no es menester más! —dijo a esta sazón Monipodio—. Digo que sola esa razón me convence, me obliga, me persuade y me fuerza a que desde luego asentéis por cofrades mayores y que se os sobrelleve el año del noviciado. —Yo soy dese parecer —dijo uno de los bravos. Y a una voz lo confirmaron todos los presentes, que toda la plática habían estado escuchando, y pidieron a Monipodio que desde luego les concediese y permitiese gozar de las inmunidades de su cofradía, porque su presencia agradable y su buena plática lo merecía todo. Él respondió que, por dalles contento a todos, 155 desde aquel punto se las concedía, y advirtiéndoles que las estimasen en mucho, porque eran no pagar media nata del primer hurto que hiciesen; no hacer oficios menores en todo aquel año, conviene a saber: no llevar recaudo de ningún hermano mayor a la cárcel, ni a la casa, de parte de sus contribuyentes; piar el turco puro; hacer banquete cuando, como y adonde quisieren, sin pedir licencia a su mayoral; entrar a la parte, desde luego, con lo que entrujasen los hermanos mayores, como uno dellos, y otras cosas que ellos tuvieron por merced señaladísima, y los demás, con palabras muy comedidas, las agradecieron mucho. Estando en esto, entró un muchacho corriendo y desalenta—do, y dijo: —El alguacil de los vagabundos viene encaminado a esta casa, pero no trae consigo gurullada. —Nadie se alborote —dijo Monipodio—, que es amigo y nunca viene por nuestro daño. Sosiéguense, que yo le saldré a hablar. Todos se sosegaron, que ya estaban algo sobresaltados, y Monipodio salió a la puerta, donde halló al alguacil, con el cual estuvo hablando un rato, y luego volvió a entrar Monipodio y preguntó: —¿A quién le cupo hoy la plaza de San Salvador? —A mí —dijo el de la guía. —Pues ¿cómo —dijo Monipodio— no se me ha manifestado una bolsilla de ámbar que esta mañana en aquel paraje dio al traste con quince escudos de oro y dos reales de a dos y no sé cuántos cuartos? —Verdad es —dijo la guía— que hoy faltó esa bolsa, pero yo no la he tomado, ni puedo imaginar quién la tomase. —¡No hay levas conmigo! —replicó Monipodio—. ¡La bolsa ha de parecer, porque la pide el alguacil, que es amigo y nos hace mil placeres al año! Tornó a jurar el mozo que no sabía della. Comenzóse a encolerizar Monipodio, de manera que parecía que fuego vivo lanzaba por los ojos, diciendo: —¡Nadie se burle con quebrantar la más mínima cosa de nuestra orden, que le costará la vida! Manifiéstese la cica; y si se encubre por no pagar los derechos, yo le daré enteramente lo que le toca y pondré lo demás de mi casa; porque en todas maneras ha de ir contento el alguacil. Tornó de nuevo a jurar el mozo y a maldecirse, diciendo que él no había tomado tal bolsa ni vístola de sus ojos; todo lo cual fue poner más fuego a la cólera de 156 Monipodio, y dar ocasión a que toda la junta se alborotase, viendo que se rompían sus estatutos y buenas ordenanzas. Viendo Rinconete, pues, tanta disensión y alboroto, parecióle que sería bien sosegalle y dar contento a su mayor, que reventaba de rabia; y, aconsejándose con su amigo Cortadilo, con parecer de entrambos, sacó la bolsa del sacristán y dijo: —Cese toda cuestión, mis señores, que ésta es la bolsa, sin faltarle nada de lo que el alguacil manifiesta; que hoy mi camarada Cortadillo le dio alcance, con un pañuelo que al mismo dueño se le quitó por añadidura. Luego sacó Cortadillo el pañizuelo y lo puso de manifiesto; viendo lo cual, Monipodio dijo: —Cortadillo el Bueno, que con este título y renombre ha de quedar de aquí adelante, se quede con el pañuelo y a mi cuenta se quede la satisfación deste servicio; y la bolsa se ha de llevar el alguacil, que es de un sacristán pariente suyo, y conviene que se cumpla aquel refrán que dice: "No es mucho que a quien te da la gallina entera, tú des una pierna della". Más disimula este buen alguacil en un día que nosotros le podremos ni solemos dar en ciento. De común consentimiento aprobaron todos la hidalguía de los dos modernos y la sentencia y parecer de su mayoral, el cual salió a dar la bolsa al alguacil; y Cortadillo se quedó confirmado con el renombre de Bueno, bien como si fuera don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, que arrojó el cuchillo por los muros de Tarifa para degollar a su único hijo. Al volver, que volvió, Monipodio, entraron con él dos mozas, afeitados los rostros, llenos de color los labios y de albayalde los pechos, cubiertas con medios mantos de anascote, llenas de desenfado y desvergüenza: señales claras por donde, en viéndolas Rinconete y Cortadillo, conocieron que eran de la casa llana; y no se engañaron en nada. Y, así como entraron, se fueron con los brazos abiertos, la una a Chiquiznaque y la otra a Maniferro, que éstos eran los nombres de los dos bravos; y el de Maniferro era porque traía una mano de hierro, en lugar de otra que le habían cortado por justicia. Ellos las abrazaron con grande regocijo, y les preguntaron si traían algo con que mojar la canal maestra. —Pues, ¿había de faltar, diestro mío? —respondió la una, que se llamaba la Gananciosa—. No tardará mucho a venir Silbatillo, tu trainel, con la canasta de colar atestada de lo que Dios ha sido servido. Y así fue verdad, porque al instante entró un muchacho con una canasta de colar cubierta con una sábana. 157 Alegráronse todos con la entrada de Silbato, y al momento mandó sacar Monipodio una de las esteras de enea que estaban en el aposento, y tenderla en medio del patio. Y ordenó, asimismo, que todos se sentasen a la redonda; porque, en cortando la cólera, se trataría de lo que mas conviniese. A esto, dijo la vieja que había rezado a la imagen: —Hijo Monipodio, yo no estoy para fiestas, porque tengo un vaguido de cabeza, dos días ha, que me trae loca; y más, que antes que sea mediodía tengo de ir a cumplir mis devociones y poner mis candelicas a Nuestra Señora de las Aguas y al Santo Crucifijo de Santo Agustín, que no lo dejaría de hacer si nevase y ventiscase. A lo que he venido es que anoche el Renegado y Centopiés llevaron a mi casa una canasta de colar, algo mayor que la presente, llena de ropa blanca; y en Dios y en ni ánima que venía con su cernada y todo, que los pobretes no debieron de tener lugar de quitalla, y venían sudando la gota tan gorda, que era una compasión verlos entrar ijadeando y corriendo agua de sus rostros, que parecían unos angelicos. Dijéronme que iban en seguimiento de un ganadero que había pesado ciertos carneros en la Carnicería, por ver si le podían dar un tiento en un grandísimo gato de reales que llevaba. No desembanastaron ni contaron la ropa, fiados en la entereza de mi conciencia; y así me cumpla Dios mis buenos deseos y nos libre a todos de poder de justicia, que no he tocado a la canasta, y que se está tan entera como cuando nació. —Todo se le cree, señora madre —respondió Monipodio—, y estése así la canasta, que yo iré allá, a boca de sorna, y haré cala y cata de lo que tiene, y daré a cada uno lo que le tocare, bien y fielmente, como tengo de costumbre. —Sea como vos lo ordenáredes, hijo —respondió la vieja—; y, porque se me hace tarde, dadme un traguillo, si tenéis, para consolar este estómago, que tan desmayado anda de contino. —Y ¡qué tal lo beberéis, madre mía! —dijo a esta sazón la Escalanta, que así se llamaba la compañera de la Gananciosa. Y, descubriendo la canasta, se manifestó una bota a modo de cuero, con hasta dos arrobas de vino, y un corcho que podría caber sosegadamente y sin apremio hasta una azumbre; y, llenándole la Escalanta, se le puso en las manos a la devotísima vieja, la cual, tomándole con ambas manos y habiéndole soplado un poco de espuma, dijo: —Mucho echaste, hija Escalanta, pero Dios dará fuerzas para todo. Y, aplicándosele a los labios, de un tirón, sin tomar aliento, lo trasegó del corcho al estómago, y acabó diciendo: —De Guadalcanal es, y aun tiene un es no es de yeso el señorico. Dios te consuele, hija, que así me has consolado; sino que temo que me ha de hacer mal, porque no me he desayunado. 158 —No hará, madre —respondió Monipodio—, porque es trasañejo. —Así lo espero yo en la Virgen —respondió la Vieja. Y añadió: —Mirad, niñas, si tenéis acaso algún cuarto para comprar las candelicas de mi devoción, porque, con la priesa y gana que tenía de venir a traer las nuevas de la canasta, se me olvidó en casa la escarcela. —Yo sí tengo, señora Pipota —(que éste era el nombre de la buena vieja) respondió la Gananciosa—; tome, ahí le doy dos cuartos: del uno le ruego que compre una para mí, y se la ponga al señor San Miguel; y si puede comprar dos, ponga la otra al señor San Blas, que son mis abogados. Quisiera que pusiera otra a la señora Santa Lucía, que, por lo de los ojos, también le tengo devoción, pero no tengo trocado; mas otro día habrá donde se cumpla con todos. —Muy bien harás, hija, y mira no seas miserable; que es de mucha importancia llevar la persona las candelas delante de sí antes que se muera, y no aguardar a que las pongan los herederos o albaceas. —Bien dice la madre Pipota —dijo la Escalanta. Y, echando mano a la bolsa, le dio otro cuarto y le encargó que pusiese otras dos candelicas a los santos que a ella le pareciesen que eran de los más aprovechados y agradecidos. Con esto, se fue la Pipota, diciéndoles: —Holgaos, hijos, ahora que tenéis tiempo; que vendrá la vejez y lloraréis en ella los ratos que perdistes en la mocedad, como yo los lloro; y encomendadme a Dios en vuestras oraciones, que yo voy a hacer lo mismo por mí y por vosotros, porque Él nos libre y conserve en nuestro trato peligroso, sin sobresaltos de justicia. Y con esto, se fue. Ida la vieja, se sentaron todos alrededor de la estera, y la Gananciosa tendió la sábana por manteles; y lo primero que sacó de la cesta fue un grande haz de rábanos y hasta dos docenas de naranjas y limones, y luego una cazuela grande llena de tajadas de bacallao frito. Manifestó luego medio queso de Flandes, y una olla de famosas aceitunas, y un plato de camarones, y gran cantidad de cangrejos, con su llamativo de alcaparrones ahogados en pimientos, y tres hogazas blanquísimas de Gandul. Serían los del almuerzo hasta catorce, y ninguno dellos dejó de sacar su cuchillo de cachas amarillas, si no fue Rinconete, que sacó su media espada. A los dos viejos de bayeta y a la guía tocó el escanciar con el corcho de colmena. Mas, apenas habían comenzado a dar asalto a las naranjas, cuando les dio a todos gran sobresalto los golpes que dieron a la puerta. Mandóles Monipodio que se sosegasen, y, entrando en la sala baja y descolgando 159 un broquel, puesto mano a la espada, llegó a la puerta y con voz hueca y espantosa preguntó: —¿Quién llama? Respondieron de fuera: —Yo soy, que no es nadie, señor Monipodio: Tagarete soy, centinela desta mañana, y vengo a decir que viene aquí Juliana la Cariharta, toda desgreñada y llorosa, que parece haberle sucedido algún desastre. En esto llegó la que decía, sollozando, y, sintiéndola Monipodio, abrió la puerta, y mandó a Tagarete que se volviese a su posta y que de allí adelante avisase lo que viese con menos estruendo y ruido. Él dijo que así lo haría. Entró la Cariharta, que era una moza del jaez de las otras y del mismo oficio. Venía descabellada y la cara llena de tolondrones, y, así como entró en el patio, se cayó en el suelo desmayada. Acudieron a socorrerla la Gananciosa y la Escalanta, y, desabrochándola el pecho, la hallaron toda denegrida y como magullada. Echáronle agua en el rostro, y ella volvió en sí, diciendo a voces: —¡La justicia de Dios y del Rey venga sobre aquel ladrón desuellacaras, sobre aquel cobarde bajamanero, sobre aquel pícaro lendroso, que le he quitado más veces de la horca que tiene pelos en las barbas! ¡Desdichada de mí! ¡Mirad por quién he perdido y gastado mi mocedad y la flor de mis años, sino por un bellaco desalmado, facinoroso e incorregible! —Sosiégate, Cariharta —dijo a esta sazón Monipodio—, que aquí estoy yo que te haré justicia. Cuéntanos tu agravio, que más estarás tú en contarle que yo en hacerte vengada; dime si has habido algo con tu respecto; que si así es y quieres venganza, no has menester más que boquear. —¿Qué respecto? —respondió Juliana—. Respectada me vea yo en los infiernos, si más lo fuere de aquel león con las ovejas y cordero con los hombres. ¿Con aquél había yo de comer más pan a manteles, ni yacer en uno? Primero me vea yo comida de adivas estas carnes, que me ha parado de la manera que ahora veréis. Y, alzándose al instante las faldas hasta la rodilla, y aun un poco más, las descubrió llenas de cardenales. —Desta manera —prosiguió— me ha parado aquel ingrato del Repolido, debiéndome más que a la madre que le parió. Y ¿por qué pensáis que lo ha hecho? ¡Montas, que le di yo ocasión para ello! No, por cierto, no lo hizo más sino porque, estando jugando y perdiendo, me envió a pedir con Cabrillas, su trainel, treinta reales, y no le envié más de veinte y cuatro, que el trabajo y afán con que yo los había ganado ruego yo a los cielos que vaya en descuento de mis pecados. 160 Y, en pago desta cortesía y buena obra, creyendo él que yo le sisaba algo de la cuenta que él allá en su imaginación había hecho de lo que yo podía tener, esta mañana me sacó al campo, detrás de la Güerta del Rey, y allí, entre unos olivares, me desnudó, y con la petrina, sin escusar ni recoger los hierros, que en malos grillos y hierros le vea yo, me dio tantos azotes que me dejó por muerta. De la cual verdadera historia son buenos testigos estos cardenales que miráis. Aquí tornó a levantar las voces, aquí volvió a pedir justicia, y aquí se la prometió de nuevo Monipodio y todos los bravos que allí estaban. La Gananciosa tomó la mano a consolalla, diciéndole que ella diera de muy buena gana una de las mejores preseas que tenía porque le hubiera pasado otro tanto con su querido. —Porque quiero —dijo— que sepas, hermana Cariharta, si no lo sabes, que a lo que se quiere bien se castiga; y cuando estos bellacones nos dan, y azotan y acocean, entonces nos adoran; si no, confiésame una verdad, por tu vida: después que te hubo Repolido castigado y brumado, ¿no te hizo alguna caricia? —¿Cómo una? —respondió la llorosa—. Cien mil me hizo, y diera él un dedo de la mano porque me fuera con él a su posada; y aun me parece que casi se le saltaron las lágrimas de los ojos después de haberme molido. —No hay dudar en eso —replicó la Gananciosa—. Y lloraría de pena de ver cuál te había puesto; que en estos tales hombres, y en tales casos, no han cometido la culpa cuando les viene el arrepentimiento; y tú verás, hermana, si no viene a buscarte antes que de aquí nos vamos, y a pedirte perdón de todo lo pasado, rindiéndosete como un cordero. —En verdad —respondió Monipodio— que no ha de entrar por estas puertas el cobarde envesado, si primero no hace una manifiesta penitencia del cometido delito. ¿Las manos había él de ser osado ponerlas en el rostro de la Cariharta, ni en sus carnes, siendo persona que puede competir en limpieza y ganancia con la misma Gananciosa que está delante, que no lo puedo más encarecer? —¡Ay! —dijo a esta sazón la Juliana—. No diga vuesa merced, señor Monipodio, mal de aquel maldito, que con cuán malo es, le quiero más que a las telas de mi corazón, y hanme vuelto el alma al cuerpo las razones que en su abono me ha dicho mi amiga la Gananciosa, y en verdad que estoy por ir a buscarle. —Eso no harás tú por mi consejo —replicó la Gananciosa—, porque se estenderá y ensanchará y hará tretas en ti como en cuerpo muerto. Sosiégate, hermana, que antes de mucho le verás venir tan arrepentido como he dicho; y si no viniere, escribirémosle un papel en coplas que le amargue. —Eso sí —dijo la Cariharta—, que tengo mil cosas que escribirle. 161 —Yo seré el secretario cuando sea menester —dijo Monipodio—; y, aunque no soy nada poeta, todavía, si el hombre se arremanga, se atreverá a hacer dos millares de coplas en daca las pajas, y, cuando no salieren como deben, yo tengo un barbero amigo, gran poeta, que nos hinchirá las medidas a todas horas; y en la de agora acabemos lo que teníamos comenzado del almuerzo, que después todo se andará. Fue contenta la Juliana de obedecer a su mayor; y así, todos volvieron a su gaudeamus, y en poco espacio vieron el fondo de la canasta y las heces del cuero. Los viejos bebieron sine fine; los mozos adunia; las señoras, los quiries. Los viejos pidieron licencia para irse. Diósela luego Monipodio, encargándoles viniesen a dar noticia con toda puntualidad de todo aquello que viesen ser útil y conveniente a la comunidad. Respondieron que ellos se lo tenían bien en cuidado y fuéronse. Rinconete, que de suyo era curioso, pidiendo primero perdón y licencia, preguntó a Monipodio que de qué servían en la cofradía dos personajes tan canos, tan graves y apersonados. A lo cual respondió Monipodio que aquéllos, en su germanía y manera de hablar, se llamaban avispones, y que servían de andar de día por toda la ciudad avispando en qué casas se podía dar tiento de noche, y en seguir los que sacaban dinero de la Contratación o Casa de la Moneda, para ver dónde lo llevaban, y aun dónde lo ponían; y, en sabiéndolo, tanteaban la groseza del muro de la tal casa y diseñaban el lugar más conveniente para hacer los guzpátaros —que son agujeros— para facilitar la entrada. En resolución, dijo que era la gente de más o de tanto provecho que había en su hermandad, y que de todo aquello que por su industria se hurtaba llevaban el quinto, como Su Majestad de los tesoros; y que, con todo esto, eran hombres de mucha verdad, y muy honrados, y de buena vida y fama, temerosos de Dios y de sus conciencias, que cada día oían misa con estraña devoción. —Y hay dellos tan comedidos, especialmente estos dos que de aquí se van agora, que se contentan con mucho menos de lo que por nuestros aranceles les toca. Otros dos que hay son palanquines, los cuales, como por momentos mudan casas, saben las entradas y salidas de todas las de la ciudad, y cuáles pueden ser de provecho y cuáles no. —Todo me parece de perlas —dijo Rinconete—, y querría ser de algún provecho a tan famosa cofradía. —Siempre favorece el cielo a los buenos deseos —dijo Monipodio. Estando en esta plática, llamaron a la puerta; salió Monipodio a ver quién era, y, preguntándolo, respondieron: —Abra voacé, sor Monipodio, que el Repolido soy. Oyó esta voz Cariharta y, alzando al cielo la suya, dijo: 162 —No le abra vuesa merced, señor Monipodio; no le abra a ese marinero de Tarpeya, a este tigre de Ocaña. No dejó por esto Monipodio de abrir a Repolido; pero, viendo la Cariharta que le abría, se levantó corriendo y se entró en la sala de los broqueles, y, cerrando tras sí la puerta, desde dentro, a grandes voces decía: —Quítenmele de delante a ese gesto de por demás, a ese verdugo de inocentes, asombrador de palomas duendas. Maniferro y Chiquiznaque tenían a Repolido, que en todas maneras quería entrar donde la Cariharta estaba; pero, como no le dejaban, decía desde afuera: —¡No haya más, enojada mía; por tu vida que te sosiegues, ansí te veas casada! —¿Casada yo, malino? —respondió la Cariharta—. ¡Mirá en qué tecla toca! ¡Ya quisieras tú que lo fuera contigo, y antes lo sería yo con una sotomía de muerte que contigo! —¡Ea, boba —replicó Repolido—, acabemos ya, que es tarde, y mire no se ensanche por verme hablar tan manso y venir tan rendido; porque, ¡vive el Dador!, si se me sube la cólera al campanario, que sea peor la recaída que la caída! Humíllese, y humillémonos todos, y no demos de comer al diablo. —Y aun de cenar le daría yo —dijo la Cariharta—, porque te llevase donde nunca más mis ojos te viesen. —¿No os digo yo? —dijo Repolido—. ¡Por Dios que voy oliendo, señora trinquete, que lo tengo de echar todo a doce, aunque nunca se venda! A esto dijo Monipodio: —En mi presencia no ha de haber demasías: la Cariharta saldrá, no por amenazas, sino por amor mío, y todo se hará bien; que las riñas entre los que bien se quieren son causa de mayor gusto cuando se hacen las paces. ¡Ah Juliana! ¡Ah niña! ¡Ah Cariharta mía! Sal acá fuera por mi amor, que yo haré que el Repolido te pida perdón de rodillas. —Como él eso haga —dijo la Escalanta—, todas seremos en su favor y en rogar a Juliana salga acá fuera. —Si esto ha de ir por vía de rendimiento que güela a menoscabo de la persona — dijo el Repolido—, no me rendiré a un ejército formado de esguízaros; mas si es por vía de que la Cariharta gusta dello, no digo yo hincarme de rodillas, pero un clavo me hincaré por la frente en su servicio. 163 Riyéronse desto Chiquiznaque y Maniferro, de lo cual se enojó tanto el Repolido, pensando que hacían burla dél, que dijo con muestras de infinita cólera: —Cualquiera que se riere o se pensare reír de lo que la Cariharta, o contra mí, o yo contra ella hemos dicho o dijéremos, digo que miente y mentirá todas las veces que se riere, o lo pensare, como ya he dicho. Miráronse Chiquiznaque y Maniferro de tan mal garbo y talle, que advirtió Monipodio que pararía en un gran mal si no lo remediaba; y así, poniéndose luego en medio dellos, dijo: —No pase más adelante, caballeros; cesen aquí palabras mayores, y desháganse entre los dientes; y, pues las que se han dicho no llegan a la cintura, nadie las tome por sí. —Bien seguros estamos —respondió Chiquiznaque— que no se dijeron ni dirán semejantes monitorios por nosotros; que, si se hubiera imaginado que se decían, en manos estaba el pandero que lo supiera bien tañer. —También tenemos acá pandero, sor Chiquiznaque —replicó el Repolido—, y también, si fuere menester, sabremos tocar los cascabeles, y ya he dicho que el que se huelga, miente; y quien otra cosa pensare, sígame, que con un palmo de espada menos hará el hombre que sea lo dicho dicho. Y, diciendo esto, se iba a salir por la puerta afuera. Estábalo escuchando la Cariharta, y, cuando sintió que se iba enojado, salió diciendo: —¡Ténganle no se vaya, que hará de las suyas! ¿No veen que va enojado, y es un Judas Macarelo en esto de la valentía? ¡Vuelve acá, valentón del mundo y de mis ojos! Y, cerrando con él, le asió fuertemente de la capa, y, acudiendo también Monipodio, le detuvieron. Chiquiznaque y Maniferro no sabían si enojarse o si no, y estuviéronse quedos esperando lo que Repolido haría; el cual, viéndose rogar de la Cariharta y de Monipodio, volvió diciendo: —Nunca los amigos han de dar enojo a los amigos, ni hacer burla de los amigos, y más cuando veen que se enojan los amigos. —No hay aquí amigo —respondió Maniferro— que quiera enojar ni hacer burla de otro amigo; y, pues todos somos amigos, dense las manos los amigos. A esto dijo Monipodio: —Todos voacedes han hablado como buenos amigos, y como tales amigos se den las manos de amigos. 164 Diéronselas luego, y la Escalanta, quitándose un chapín, comenzó a tañer en él como en un pandero; la Gananciosa tomó una escoba de palma nueva, que allí se halló acaso, y, rascándola, hizo un son que, aunque ronco y áspero, se concertaba con el del chapín. Monipodio rompió un plato y hizo dos tejoletas, que, puestas entre los dedos y repicadas con gran ligereza, llevaba el contrapunto al chapín y a la escoba. Espantáronse Rinconete y Cortadillo de la nueva invención de la escoba, porque hasta entonces nunca la habían visto. Conociólo Maniferro y díjoles: —¿Admíranse de la escoba? Pues bien hacen, pues música más presta y más sin pesadumbre, ni más barata, no se ha inventado en el mundo; y en verdad que oí decir el otro día a un estudiante que ni el Negrofeo, que sacó a la Arauz del infierno; ni el Marión, que subió sobre el delfín y salió del mar como si viniera caballero sobre una mula de alquiler; ni el otro gran músico que hizo una ciudad que tenía cien puertas y otros tantos postigos, nunca inventaron mejor género de música, tan fácil de deprender, tan mañera de tocar, tan sin trastes, clavijas ni cuerdas, y tan sin necesidad de templarse; y aun voto a tal, que dicen que la inventó un galán desta ciudad, que se pica de ser un Héctor en la música. —Eso creo yo muy bien —respondió Rinconete—, pero escuchemos lo que quieren cantar nuestros músicos, que parece que la Gananciosa ha escupido, señal de que quiere cantar. Y así era la verdad, porque Monipodio le había rogado que cantase algunas seguidillas de las que se usaban; mas la que comenzó primero fue la Escalanta, y con voz sutil y quebradiza cantó lo siguiente: Por un sevillano, rufo a lo valón, tengo socarrado todo el corazón. Siguió la Gananciosa cantando: Por un morenito de color verde, ¿ cuál fogosa que no se pierde? Y luego Monipodio, dándose gran priesa al meneo de sus tejoletas, dijo: Riñen dos amantes, hácese la paz: si el enojo es grande, es el gusto más. No quiso la Cariharta pasar su gusto en silencio, porque, tomando otro chapín, se metió en danza, y acompañó a las demás diciendo: Detente, enojado, no me azotes más; que si bien lo miras, a tus carnes das. 165 —Cántese a lo llano —dijo a esta sazón Repolido—, y no se toquen estorias pasadas, que no hay para qué: lo pasado sea pasado, y tómese otra vereda, y basta. Talle llevaban de no acabar tan presto el comenzado cántico, si no sintieran que llamaban a la puerta apriesa; y con ella salió Monipodio a ver quién era, y la centinela le dijo cómo al cabo de la calle había asomado el alcalde de la justicia, y que delante dél venían el Tordillo y el Cernícalo, corchetes neutrales. Oyéronlo los de dentro, y alborotáronse todos de manera que la Cariharta y la Escalanta se calzaron sus chapines al revés, dejó la escoba la Gananciosa, Monipodio sus tejoletas, y quedó en turbado silencio toda la música, enmudeció Chiquiznaque, pasmóse Repolido y suspendióse Maniferro; y todos, cuál por una y cuál por otra parte, desaparecieron, subiéndose a las azoteas y tejados, para escaparse y pasar por ellos a otra calle. Nunca ha disparado arcabuz a deshora, ni trueno repentino espantó así a banda de descuidadas palomas, como puso en alboroto y espanto a toda aquella recogida compañía y buena gente la nueva de la venida del alcalde de la justicia. Los dos novicios, Rinconete y Cortadillo, no sabían qué hacerse, y estuviéronse quedos, esperando ver en qué paraba aquella repentina borrasca, que no paró en más de volver la centinela a decir que el alcalde se había pasado de largo, sin dar muestra ni resabio de mala sospecha alguna. Y, estando diciendo esto a Monipodio, llegó un caballero mozo a la puerta, vestido, como se suele decir, de barrio; Monipodio le entró consigo, y mandó llamar a Chiquiznaque, a Maniferro y al Repolido, y que de los demás no bajase alguno. Como se habían quedado en el patio, Rinconete y Cortadillo pudieron oír toda la plática que pasó Monipodio con el caballero recién venido, el cual dijo a Monipodio que por qué se había hecho tan mal lo que le había encomendado. Monipodio respondió que aún no sabía lo que se había hecho; pero que allí estaba el oficial a cuyo cargo estaba su negocio, y que él daría muy buena cuenta de sí. Bajó en esto Chiquiznaque, y preguntóle Monipodio si había cum—plido con la obra que se le encomendó de la cuchillada de a catorce. —¿Cuál? —respondió Chiquiznaque—. ¿Es la de aquel mercader de la Encrucijada? —Ésa es —dijo el caballero. —Pues lo que en eso pasa —respondió Chiquiznaque— es que yo le aguardé anoche a la puerta de su casa, y él vino antes de la oración; lleguéme cerca dél, marquéle el rostro con la vista, y vi que le tenía tan pequeño que era imposible de toda imposibilidad caber en él cuchillada de catorce puntos; y, hallándome imposibilitado de poder cumplir lo prometido y de hacer lo que llevaba en mi destruición... —Instrucción querrá vuesa merced decir —dijo el caballero—, que no destruición. 166 —Eso quise decir —respondió Chiquiznaque—. Digo que, viendo que en la estrecheza y poca cantidad de aquel rostro no cabían los puntos propuestos, porque no fuese mi ida en balde, di la cuchillada a un lacayo suyo, que a buen seguro que la pueden poner por mayor de marca. —Más quisiera —dijo el caballero— que se la hubiera dado al amo una de a siete, que al criado la de a catorce. En efeto, conmigo no se ha cumplido como era razón, pero no importa; poca mella me harán los treinta ducados que dejé en señal. Beso a vuesas mercedes las manos. Y, diciendo esto, se quitó el sombrero y volvió las espaldas para irse; pero Monipodio le asió de la capa de mezcla que traía puesta, diciéndole: —Voacé se detenga y cumpla su palabra, pues nosotros hemos cumplido la nuestra con mucha honra y con mucha ventaja: veinte ducados faltan, y no ha de salir de aquí voacé sin darlos, o prendas que lo valgan. —Pues, ¿a esto llama vuesa merced cumplimiento de palabra —respondió el caballero—: dar la cuchillada al mozo, habiéndose de dar al amo? —¡Qué bien está en la cuenta el señor! —dijo Chiquiznaque—. Bien parece que no se acuerda de aquel refrán que dice: "Quien bien quiere a Beltrán, bien quiere a su can". —¿Pues en qué modo puede venir aquí a propósito ese refrán? —replicó el caballero. —¿Pues no es lo mismo —prosiguió Chiquiznaque— decir: "Quien mal quiere a Beltrán, mal quiere a su can"? Y así, Beltrán es el mercader, voacé le quiere mal, su lacayo es su can; y dando al can se da a Beltrán, y la deuda queda líquida y trae aparejada ejecución; por eso no hay más sino pagar luego sin apercebimiento de remate. —Eso juro yo bien —añadió Monipodio—, y de la boca me quitaste, Chiquiznaque amigo, todo cuanto aquí has dicho; y así, voacé, señor galán, no se meta en puntillos con sus servidores y amigos, sino tome mi consejo y pague luego lo trabajado; y si fuere servido que se le dé otra al amo, de la cantidad que pueda llevar su rostro, haga cuenta que ya se la están curando. —Como eso sea —respondió el galán—, de muy entera voluntad y gana pagaré la una y la otra por entero. —No dude en esto —dijo Monipodio— más que en ser cristiano; que Chiquiznaque se la dará pintiparada, de manera que parezca que allí se le nació. 167 —Pues con esa seguridad y promesa —respondió el caballero—, recíbase esta cadena en prendas de los veinte ducados atrasados y de cuarenta que ofrezco por la venidera cuchillada. Pesa mil reales, y podría ser que se quedase rematada, porque traigo entre ojos que serán menester otros catorce puntos antes de mucho. Quitóse, en esto, una cadena de vueltas menudas del cuello y diósela a Monipodio, que al color y al peso bien vio que no era de alquimia. Monipodio la recibió con mucho contento y cortesía, porque era en estremo bien criado; la ejecución quedó a cargo de Chiquiznaque, que sólo tomó término de aquella noche. Fuese muy satisfecho el caballero, y luego Monipodio llamó a todos los ausentes y azorados. Bajaron todos, y, poniéndose Monipodio en medio dellos, sacó un libro de memoria que traía en la capilla de la capa y dióselo a Rinconete que leyese, porque él no sabía leer. Abrióle Rinconete, y en la primera hoja vio que decía: MEMORIA DE LAS CUCHILLADAS QUE SE HAN DE DAR ESTA SEMANA La primera, al mercader de la encrucijada: vale cincuenta escudos. Están recebidos treinta a buena cuenta. Secutor, Chiquiznaque. —No creo que hay otra, hijo —dijo Monipodio—; pasá adelante y mirá donde dice: MEMORIA DE PALOS. Volvió la hoja Rinconete, y vio que en otra estaba escrito: MEMORIA DE PALOS Y más abajo decía: Al bodegonero de la Alfalfa, doce palos de mayor cuantía a escudo cada uno. Están dados a buena cuenta ocho. El término, seis días. Secutor, Maniferro. —Bien podía borrarse esa partida —dijo Maniferro—, porque esta noche traeré finiquito della. —¿Hay más, hijo? —dijo Monipodio. —Sí, otra —respondió Rinconete—, que dice así: Al sastre corcovado que por mal nombre se llama el Silguero, seis palos de mayor cuantía, a pedimiento de la dama que dejó la gargantilla. Secutor, el Desmochado. 168 —Maravillado estoy —dijo Monipodio— cómo todavía está esa partida en ser. Sin duda alguna debe de estar mal dispuesto el Desmochado, pues son dos días pasados del término y no ha dado puntada en esta obra. —Yo le topé ayer —dijo Maniferro—, y me dijo que por haber estado retirado por enfermo el Corcovado no había cumplido con su débito. —Eso creo yo bien —dijo Monipodio—, porque tengo por tan buen oficial al Desmochado, que, si no fuera por tan justo impedimento, ya él hubiera dado al cabo con mayores empresas. ¿Hay más, mocito? —No señor —respondió Rinconete. —Pues pasad adelante —dijo Monipodio—, y mirad donde dice: MEMORIAL DE AGRAVIOS COMUNES. Pasó adelante Rinconete, y en otra hoja halló escrito: MEMORIAL DE AGRAVIOS COMUNES. CONVIENE A SABER: REDOMAZOS, UNTOS DE MIERA, CLAVAZÉN DE SAMBENITOS Y CUERNOS, MATRACAS, ESPANTOS, ALBOROTOS Y CUCHILLADAS FINGIDAS, PUBLICACIÓN DE NIBELOS, ETC. —¿Qué dice más abajo? —dijo Monipodio. —Dice —dijo Rinconete—: Unto de miera en la casa... —No se lea la casa, que ya yo sé dónde es —respondió Monipodio—, y yo soy el tuáutem y esecutor desa niñería, y están dados a buena cuenta cuatro escudos, y el principal es ocho. —Así es la verdad —dijo Rinconete—, que todo eso está aquí escrito; y aun más abajo dice: Clavazón de cuernos. —Tampoco se lea —dijo Monipodio— la casa, ni adónde; que basta que se les haga el agravio, sin que se diga en público; que es gran cargo de conciencia. A lo menos, más querría yo clavar cien cuernos y otros tantos sambenitos, como se me pagase mi trabajo, que decillo sola una vez, aunque fuese a la madre que me parió. —El ejecutor desto es —dijo Rinconete— el Narigueta. 169 —Ya está eso hecho y pagado —dijo Monipodio—. Mirad si hay más, que si mal no me acuerdo, ha de haber ahí un espanto de veinte escudos; está dada la mitad, y el ejecutor es la comunidad toda, y el término es todo el mes en que estamos; y cumpliráse al pie de la letra, sin que falte una tilde, y será una de las mejores cosas que hayan sucedido en esta ciudad de muchos tiempos a esta parte. Dadme el libro, mancebo, que yo sé que no hay más, y sé también que anda muy flaco el oficio; pero tras este tiempo vendrá otro y habrá que hacer más de lo que quisiéremos; que no se mueve la hoja sin la voluntad de Dios, y no hemos de hacer nosotros que se vengue nadie por fuerza; cuanto más, que cada uno en su causa suele ser valiente y no quiere pagar las hechuras de la obra que él se puede hacer por sus manos. —Así es —dijo a esto el Repolido—. Pero mire vuesa merced, señor Monipodio, lo que nos ordena y manda, que se va haciendo tarde y va entrando el calor más que de paso. —Lo que se ha de hacer —respondió Monipodio— es que todos se vayan a sus puestos, y nadie se mude hasta el domingo, que nos juntaremos en este mismo lugar y se repartirá todo lo que hubiere caído, sin agraviar a nadie. A Rinconete el Bueno y a Cortadillo se les da por distrito, hasta el domingo, desde la Torre del Oro, por defuera de la ciudad, hasta el postigo del Alcázar, donde se puede trabajar a sentadillas con sus flores; que yo he visto a otros, de menos habilidad que ellos, salir cada día con más de veinte reales en menudos, amén de la plata, con una baraja sola, y ésa con cuatro naipes menos. Este districto os enseñará Ganchoso; y, aunque os estendáis hasta San Sebastián y San Telmo, importa poco, puesto que es justicia mera mista que nadie se entre en pertenencia de nadie. Besáronle la mano los dos por la merced que se les hacía, y ofreciéronse a hacer su oficio bien y fielmente, con toda diligencia y recato. Sacó, en esto, Monipodio un papel doblado de la capilla de la capa, donde estaba la lista de los cofrades, y dijo a Rinconete que pusiese allí su nombre y el de Cortadillo; mas, porque no había tintero, le dio el papel para que lo llevase, y en el primer boticario los escribiese, poniendo: Rinconete y Cortadillo, cofrades: noviciado, ninguno; Rinconete, floreo; Cortadillo, bajón"; y el día, mes y año, callando padres y patria. Estando en esto, entró uno de los viejos avispones y dijo: —Vengo a decir a vuesas mercedes cómo agora, agora, topé en Gradas a Lobillo el de Málaga, y díceme que viene mejorado en su arte de tal manera, que con naipe limpio quitará el dinero al mismo Satanás; y que por venir maltratado no viene luego a registrarse y a dar la sólita obediencia; pero que el domingo será aquí sin falta. 170 —Siempre se me asentó a mí —dijo Monipodio— que este Lobillo había de ser único en su arte, porque tiene las mejores y más acomodadas manos para ello que se pueden desear; que, para ser uno buen oficial en su oficio, tanto ha menester los buenos instrumentos con que le ejercita, como el ingenio con que le aprende. —También topé —dijo el viejo— en una casa de posadas, en la calle de Tintores, al Judío, en hábito de clérigo, que se ha ido a posar allí por tener noticia que dos peruleros viven en la misma casa, y querría ver si pudiese trabar juego con ellos, aunque fuese de poca cantidad, que de allí podría venir a mucha. Dice también que el domingo no faltará de la junta y dará cuenta de su persona. —Ese Judío también —dijo Monipodio— es gran sacre y tiene gran conocimiento. Días ha que no le he visto, y no lo hace bien. Pues a fe que si no se enmienda, que yo le deshaga la corona; que no tiene más órdenes el ladrón que las tiene el turco, ni sabe más latín que mi madre. ¿Hay más de nuevo? —No —dijo el viejo—; a lo menos que yo sepa. —Pues sea en buen hora —dijo Monipodio—. Voacedes tomen esta miseria —y repartió entre todos hasta cuarenta reales—, y el domingo no falte nadie, que no faltará nada de lo corrido. Todos le volvieron las gracias. Tornáronse a abrazar Repolido y la Cariharta, la Escalanta con Maniferro y la Gananciosa con Chiquiznaque, concertando que aquella noche, después de haber alzado de obra en la casa, se viesen en la de la Pipota, donde también dijo que iría Monipodio, al registro de la canasta de colar, y que luego había de ir a cumplir y borrar la partida de la miera. Abrazó a Rinconete y a Cortadillo, y, echándolos su bendición, los despidió, encargándoles que no tuviesen jamás posada cierta ni de asiento, porque así convenía a la salud de todos. Acompañólos Ganchoso hasta enseñarles sus puestos, acordándoles que no faltasen el domingo, porque, a lo que creía y pensaba, Monipodio había de leer una lición de posición acerca de las cosas concernientes a su arte. Con esto, se fue, dejando a los dos compañeros admirados de lo que habían visto. Era Rinconete, aunque muchacho, de muy buen entendimiento, y tenía un buen natural; y, como había andado con su padre en el ejercicio de las bulas, sabía algo de buen lenguaje, y dábale gran risa pensar en los vocablos que había oído a Monipodio y a los demás de su compañía y bendita comunidad, y más cuando por decir per modum sufragii había dicho per modo de naufragio; y que sacaban el estupendo, por decir estipendio, de lo que se garbeaba; y cuando la Cariharta dijo que era Repolido como un marinero de Tarpeya y un tigre de Ocaña, por decir Hircania, con otras mil impertinencias (especialmente le cayó en gracia cuando dijo que el trabajo que había pasado en ganar los veinte y cuatro reales lo recibiese el cielo en descuento de sus pecados) a éstas y a otras peores semejantes; y, sobre todo, le admiraba la seguridad que tenían y la confianza de irse al cielo con no faltar a sus devociones, estando tan llenos de hurtos, y de 171 homicidios y de ofensas a Dios. Y reíase de la otra buena vieja de la Pipota, que dejaba la canasta de colar hurtada, guardada en su casa y se iba a poner las candelillas de cera a las imágenes, y con ello pensaba irse al cielo calzada y vestida. No menos le suspendía la obediencia y respecto que todos tenían a Monipodio, siendo un hombre bárbaro, rústico y desalmado. Consideraba lo que había leído en su libro de memoria y los ejercicios en que todos se ocupaban. Finalmente, exageraba cuán descuidada justicia había en aquella tan famosa ciudad de Sevilla, pues casi al descubierto vivía en ella gente tan perniciosa y tan contraria a la misma naturaleza; y propuso en sí de aconsejar a su compañero no durasen mucho en aquella vida tan perdida y tan mala, tan inquieta, y tan libre y disoluta. Pero, con todo esto, llevado de sus pocos años y de su poca experiencia, pasó con ella adelante algunos meses, en los cuales le sucedieron cosas que piden más luenga escritura; y así, se deja para otra ocasión contar su vida y milagros, con los de su maestro Monipodio, y otros sucesos de aquéllos de la infame academia, que todos serán de grande consideración y que podrán servir de ejemplo y aviso a los que las leyeren. Recuerda que : La historia es la “sucesión de las acciones que constituyen los hechos relatados en una narración”, es decir, es lo que ha ocurrido en el mundo narrativo, la serie de acontecimientos que pueden estar organizados en forma de causa-efecto o siguiendo la cronología, pues en un relato, las acciones no están ordenadas arbitrariamente sino de acuerdo a una cierta lógica. Las Secuencias narrativas son aquellas que cuentan sucesos, en el caso de los relatos literarios (cuento o novela) con el objetivo de entretener. La organización de la historia se basa en el desarrollo de secuencias, las cuales están constituidas por un conjunto de acciones, de manera que la suma de varias secuencias, dan como resultado la historia. c) Una vez concluida la lectura realiza las siguientes actividades: 1. Cita un párrafo que ejemplifique la época en la cual se desarrolla la historia (5 renglones) 2. Nivel del discurso: ¿Qué lugar ocupa el Narrador? Cita un párrafo (5renglones) 3. Nivel de la historia:  SITUACIÓN INICIAL . (6 renglones) HECHO QUE ROMPE EL EQUILIBRIO DE LA HISTORIA. ( 3 renglones) DESARROLLO. (8renglones) FINAL ( 7 RENGLONES) 4. ¿ Qué tipo de conflicto esta presente en la novela?. ( 4 renglones) 5. Reescritura. Inventa el final que te hubiera gustado para la novela. (6 renglones). 172 ACTIVIDAD 2 a) Continúa con la lectura de otra novela “Un mexicano más” de Juan Sánchez Andraka. Al final realiza las actividades correspondientes recuerda que se trata de identificar los conflictos de los personajes. b) Breve semblanza del autor. Juan Sánchez Andraka, nació en el estado de guerrero en 1941. Ha escrito, hasta ahora, un mexicano más, los domados, debe amanecer, a pesar de todo, Zitlala, Allá en el río, principios generales del desarrollo rural, y hablemos claro. Un mexicano más, actualmente, ha llegado a las 35 ediciones y sus otros libros le siguen en aceptación del público. Todo esto sin promociones especiales. UN MEXICANO MÁS JUAN SÁNCHEZ ANDRAKA 1 Nací hace 16 años. Tengo siete hermanas, tres mayores y cuatro menores que yo. Soy el único hombre. Mi mamá es católica, pero no es de las que viven en la iglesia le besan la mano al cura. No. Es católica, pero atiende muy bien su casa. A mí papá le tengo confianza. Él nunca me dice frases cursis. Me trata como amigo, aunque a veces me prohíbe ir a algún lado a juntarme con muchachos que considera inconvenientes. Recuerdo que una vez que lo desobedecí y me pegó. Lloré mucho, no por los golpes, sino de sentimiento, pues todavía creo que sólo lo hizo para desahogar un coraje que había hecho en la oficina. Sabía que no era necesario pegarme, pues yo entiendo las cosas cuando me las dicen por las buenas, como amigos. A la mala no es lo mismo. Por ejemplo, mi mamá dice que vaya a misa. -¿Por qué, si no es domingo? -Es Corpus Christi... -Y qué que sea eso, yo no quiero ir. Entonces va por una reata que siempre tiene en la cocina para estos casos y ¡claro! Yo salgo corriendo a la iglesia, pero ni oigo la misa ni me interesa. Sólo estoy ahí para evitar que me pegue. Esa costumbre de ir a misa no la comprendo. -Si no me gusta ¿a qué voy? -Mira, esa es la religión de mis padres y yo debo de respetarla y cumplir lo que me ordena. Tú también porque eres mi hijo... Eso me parece ridículo: -Si mi abuelo creía que los ciruelos daban naranjas, yo también debo creerlo porque soy su nieto... 173 Mi mamá dice que debo amar a Dios. Casi siempre durante la comida, me regaña porque no demuestro amor a quien es Rey de Reyes, según ella. La mera verdad, yo no lo amo... Le tengo miedo... La culpa de esto la tiene ella y el cura: me enseñaron a recitar de memoria los diez mandamientos. -El que no lo cumpla se va al infierno. -¡Qué significa fornicarás? -Tú apréndetelos y basta. No quieras entender cosa que no puedes ni debes. Así, si desobedecía, si me peleaba, si me negaba a ir a misa, si no me confesaba, si no estudiaba: -Te va a castigar Dios. Te vas a condenar. En las noches me obligaba a rezar: -Si no lo haces. Viene el diablo por ti. Yo temblaba de pies a cabeza y rezaba más que Doña Tonchi, la comadre del cura. A Dios le tengo miedo, le tengo terror. ¿Cómo lo puedo querer? Sinceramente, si los domingos voy a misa, si a veces me confieso, es para que no, me castigue mi Él ni mi mamá. 2 En la escuela aprendí a leer... quiero decir con puntos y comas. Algunos ni eso aprendieron. Decían que yo tenía buena memoria y, creo que sí, pues no me costaba trabajo aprender las definiciones. Cuando el maestro preguntaba: -¿Qué es la Biología? Yo contestaba de corrido: -Biología es la ciencia que estudia los fenómenos que acaecen en los seres vivos. Mis rápidas respuestas siempre entusiasmaban al maestro y causaban la admiración de mis compañeros. Yo no sabía que era fenómenos, ni que significaba acaecer. Nunca me preocupé por preguntarlo. El maestro no se preocupaba por decírmelo. Entender no era necesario. Lo importante era contestar, como en el catecismo. Los maestros eran enérgicos. Por cualquier cosa nos castigaban. En el pueblo decían que era la escuela con mejor disciplina, por eso los papás la preferían. Allí sí educan. -Esa escuela vale oro. -Allí hasta mis hijos obedecen. Para nosotros era el infierno. Si alguien, por descuido, tiraba el lápiz: -baboso, parece que no tienes manos. Si alguien no sabía la lección: -ven acá, híncate. -Holgazán. ¿Así respondes a los sacrificios de tus padres? ¿Así pagas a la patria el interés que tiene en ti?. Mal agradecido. Come tres veces al día ¿eso no te basta?. Aún tienes la desvergüenza de venir a calentar la butaca... 174 Por eso había disciplina. Por eso la escogió mi mamá. En los desfiles éramos los mejores. A nuestro paso el público lanzaba vivas y aplausos. Los maestros se pavoneaban y agradecían con sonrisas las felicitaciones. Alguien lamentaba: -Pedrito no pudo entrar a esta escuela. Ya no había cupo. Alguien más: -Cómo me duele no tener hijos. Si los tuviera que orgullosa me sentiría al verlos con ese uniforme. Nosotros: -Al diablo la escuela y al diablo el uniforme. Yo envidiaba a los albañiles, a los panaderos, a los cargadores. Ellos no estudiaban. -¿Quieres ser burro toda la vida? -Sí, mamá. -¿Quieres que todos se rían de ti cuando seas grande? -Sí, mamá. -Pues quieras o no quieras has de estudiar, porque yo no debo tener hijos tontos. -Cámbiame de escuela. -Mientras yo viva tú estarás en esa. Es la única que puede hacerte bueno. Allí estudié seis años. Seis años de pena. Seis años de rencor y odio. 3 Cuando entré a la secundaria algo cambió en mí. Me sentí liberado. Como si de pronto hubiera adquirido la facultad de pensar, de actuar. Dejé de ser objeto. Me convertí en persona. Mí madre se quejaba: -Te vas a descomponer. Sin la vigilancia y autoridad de tus antiguos maestros, abandonarás el camino recto. Yo me alegraba. Sí, dejaría el camino de las prohibiciones: “No hagas”, “no digas”, “no vayas”, “no vengas”... Ahora , pensaba, haré lo contrario. Esa era mi venganza. Recuerdo el primer día de clases: a los novatos nos correspondían los salones de la planta baja. Sesenta alumnos por salón. Un maestro por materia. Las mujeres, adelante. Los hombres, atrás. A la hora de civismo llegó el profesor y nos pusimos de píe. Con una sonrisa indicó que nos sentáramos. Era muy joven. 175 Tenía esposa y dos hijos. También tenía amante. Esta era la hija de Don Lucas, el de la tienda de vinos. Se decía que enamoraba a la esposa del Dr. Mora, pero sólo eran rumores. En cambio, sí era cierto que sedujo a la hija de Don Matías. Por eso lo mandaron a México a vivir con sus abuelos. Pese a todo, su presencia me lanzaba al futuro: -Sería muy hombre: parrandero, mujeriego... Esa admiración creció en la medida en que oía hablar de sus clases a los que ya había sido sus alumnos: -El sí explica. -Todo se le entiende. -Es el mejor maestro. -Y tan joven... ... Un silencio invadía el salón. Él nos miró a todos, después a mí, y un ligero escalofrío recorrió mi cuerpo. Bajó los ojos y habló: -Sean bienvenidos a esta escuela. Será su casa durante tres años. Aquí crecerán. Aquí tendrán amigos, buenos y malos. Entre los buenos quiero estar yo... Todos nos mirábamos con simpatía. -Será un nuevo hogar para ustedes. Respétenlo y quiéranlo como respetan y quieren al hogar de sus padres. ¿Hay algo más digno de cariño y respeto que la familia?. No. La familia es para nosotros el grupo sagrado al que pertenecemos y por quien daríamos todo. La madre o la esposa, los hermanos o los hijos, son y serán siempre para el hombre, el centro de su vida, su razón de ser, su apoyo, su felicidad. ¡Hay de aquél que atente contra sus progenitores o contra su cónyuge!. ¡Hay de aquél cuya existencia no dignifique y honre a los que por la sangre o por el amor viven con él bajo el mismo techo y ríen o lloran bajo el mismo gozo o, bajo el mismo sufrimiento!. Nadie parpadeaba siquiera. Estábamos conmovidos. -Los hombres –siguió diciendo- tenemos una deuda con la naturaleza. Jamás podremos pagársela; por lo mismo, estamos obligados a vivir reverentes ante el perfecto don que nos concede: la mujer. Sí, la mujer: la madre o la hermana, la esposa o la hija son para nosotros fuente de ternura y comprensión. En nuestras enfermedades, en nuestras angustias, en nuestras turbaciones, siempre encontramos una mujer que nos ayuda y nos alienta. La mujer, óiganlo bien, jamás debe convertirse en objeto de satisfacción de nuestros instintos. Calló un momento. Luego continúo: -Nuestro hogar tiene un eje. Es la madre o es la esposa. En honor a ellas respetemos a todas las mujeres del mundo... El toque de salida cortó el discurso. El maestro se fue sin decir más. Nosotros quedamos llenos de reflexiones. Yo permanecía en mi asiento, mientras los otros salían. Algo me obligaba a no moverme. Era el asomo de mis propósitos. 176 Era el anhelo de una vida distinta. Era el deseo de imitar, en todo, al maestro de civismo... 4 Recuerdo mucho aquél día. En la calle atrape un sapo. Lo envolví en hojas de mi cuaderno. Con tinta escribí: “Para Lourdes, con cariño”. Llegué a la clase. El timbre no había sonado. Mis compañeros charlaban en pequeños grupos. Lourdes estaba con Gloria y Carlos. Me acerqué a ellos con el sapo en la mano. -Lourdes... -¿Qué tal, Toño? -¿Sabes?. Ayer mi mamá me dio dinero y compré algo para ti. Sus mejillas se encendieron. -acepta este pequeño obsequio, te lo suplico. ¿Extendió la mano y suavemente deposité en ella envoltorio y dedicatoria? -Gracias Toño. Me retiré a zancadas. De pronto, un grito rompió la monotonía. Todos corrieron al salón. Lourdes y el sapo estaban en el suelo. Lourdes estaba desmayada. El sapo, liberado, trataba de escapar. -Traigan alcohol. -Avisen al prefecto. -Abran las ventanas. Que entre aire... Cuando volvió en sí, su mirada se posó en mis ojos. Mi placer se transformó en remordimiento... El prefecto investigó. Lourdes no dijo nada. Gloria y Carlos lo dijeron todo. Una hora después... -Dice el Director que vayas. Caminé como autómata. Mi mamá había sido citada y ya se encontraba en la Dirección. El aire tenía un olor de castigo. El Director habló con voz de verdugo: -Lo que hiciste, Antonio, es una canallada. Debes avergonzarte. Querías divertirte. Lo haz logrado. Has hecho sufrir y en torno tuyo se acumula el desprecio. Es indigno todo aquél que ríe o goza con el dolor ajeno. ¿Qué dirías de mí, si en este momento me riera de la pena que invade a tu madre por ser tú como eres?. No sé si llamarte animal o bestia. Creo que ninguno de los dos epítetos mereces. Estás más bajo... Mi madre lloraba. Yo también, en silencio. No hablé con ella ni allá ni en la casa. Sólo pensaba en Lourdes... En Lourdes, y en sus lágrimas... Esa tarde, fue tarde de toros. 177 Mis amigos corrían. -Apúrate. No te quedes. -No tengo dinero, -Brinca la barda por atrás; nadie la cuida. Me uní a ellos y brinqué la barda. Llegamos tarde. Era el quinto toro, el último. Allá junto a nosotros, el cura y algunos miembros de la Hermandad de San Francisco. Lourdes no estaba. La emoción era intensa. La bestia estaba agotada. Las banderillas, adornadas con vivos colores, se levantaban en su cuerpo sobre una mancha de sangre. De pronto, un alarido... Todos en píe. Algunos se cubrieron los ojos con las manos. Otros, horrorizados, volvieron el rostro. Allá en el ruedo, el torero prendía de las astas del toro. Después cayó. Su agonía fue un espectáculo. Regresamos a nuestras casas en silencio. Murió ante todos... Los pasos eran sordos. Algunas parejas, enlazadas por el talle se miraban a los ojos. Yo iba solo, con Lourdes dentro. Tras de mí el Director y su esposa. Ella no hablaba. De él salió un comentario: -¡Qué buena estuvo la corrida...! 5 Mi maestro de Historia no sabia Historia. Ni el de Español, Español. Ni el de ... ¿Por qué los maestros no saben lo que enseñan? Recuerdo mi primo, el hijo de mi tía Clara. Fue a estudiar a México. Estuvo en la Facultad de Derecho. Después... que siempre no, que quería trabajar. -¿Y de qué? -Aunque sea de maestro. Se arregló sin dificultad. Ahora enseña Biología en una Secundaria. Pero no en la nuestra, en otro Estado... Yo creo que así estaban todos los de aquí. Menos el de Civismo. El que sí explicaba. Los otros nos dictaban toda la hora. Acabábamos cansados, aburridos... 178 ¿Y qué nos dictaban? -“Lo que estaba en el texto”. Daba risa, a veces coraje... Un día... nos tocaba Historia en la primera hora. El maestro llegó jadeante. Sus ojos tenían sueño, su aliento olor a vino. Las manos vacías, sin libro... Su voz sonó distinta, como la del cura. -¿Qué saben de Historia? Todos guardamos silencio... -Como no traje libro para dictarles, quiero que me contesten por escrito lo siguiente... Se acercó al pizarrón. Creo que le dio un mareo, porque soltó el gis y con las manos se cubrió la cara. Volvió a su escritorio. -Maestro, ¿por qué no nos habla de México? ¿Cuándo y quienes fundaron la gran Tenochtitlan? -Todo esto lo verán en segundo. En primero sólo tendremos Historia Universal. -¿La Historia Universal no comprende México? -Está bien. Hablaré de México. Titubeo un poco. Luego tosió. Su mirada salió por la ventana y yo le adiviné el deseo de irse con ella. -La gran Tenochtitlan fue fundada... Otra tosecilla, otro titubeo. -Bueno, el año no importa, lo importante es que sí la fundaron... -Más o menos, maestro, ¿en qué año? -Aproximadamente en el año 2000 antes de Cristo. Todos tomamos nota: él continuó: -Fueron los mayas. Después los aztecas los conquistadores. Estos venían del norte encabezados por Tlaloc. -Maestro ¿Por qué perdió Cuauhtémoc en su lucha contra Cortés? Porque su gente estaba dividida. -¿Quién era Cuitlahuac? -¿Cui...qué? -Cuitlahuac, maestro. -Ah, sí, el que traicionó a Cuauhtémoc. Por él lo ahorcaron... estábamos por primera vez interesados en la clase. Todos preguntaban. Algunos escribían las preguntas y respuestas. -¿Qué pasó con Cortés? -Después de la Conquista lo mataron. Seguramente sus restos están en Veracruz. Doña Eulalia aun no los descubre. Sonó el timbre. El maestro salió corriendo, como si se sintiera culpable de algo. Doña Lupe vendía mangos verdes con chile. A veces me fiaba, a veces no. Estaba rogándole lo hiciera, cuando el maestro de Historia pasó a mi lado con el Director. Interrumpí: -Profesor, perdone, pero tengo una duda sobre la clase de hoy. Se detuvieron. 179 -Dígala. -¿Quiénes mataron a Cortés? - A Cortés lo mató tu abuela- tercio el Director. -Perdone, pero el maestro dijo que lo habían matado y que sus restos estaban en Veracruz. La cara del maestro se vistió de miedo. Sus ojos no encontraban ruta... -Yo no les hablé de Cortés, sino de Moctezuma. El Director estalló en palabras: -¿Ya vez? Tu siempre un holgazán. ¿De qué sirve que uno se esfuerce en explicarles si, por su torpeza han de salir con domingo siete? Las lagrimas empañaban mis ojos. El corazón me latía aceleradamente. Mi boca temblaba de rabia... -¿Con qué la tumba de Moctezuma está en Veracruz? –Preguntó el Director al maestro, mientras se alijaban.-Señor, yo... bueno... este... -No se preocupe. Sea la de Moctezuma o la de Kennedy hay que celebrarlo. Yo invito la botella... 6 Era una tarde lluviosa. El teatro de mi escuela estaba lleno. En el foro el jurado se cubría de solemnidad... Yo participaba en este concurso de oratoria. Mi tema era “el municipio y sus problemas”. El nuestro tenía muchos. En la cabecera: calles sin empedrar. La luz cortada, sin pagar. El zócalo destruido. Falta de limpieza. Falta de orden. Falta de seguridad. Miseria... ¿y el presidente...? en la taberna, como siempre... Redacté mi discurso atacando, pidiendo responsabilidad, solución a los problemas, trabajo. Esa mañana el director me dijo: -Sé de tu discurso. Es inaudito. Cámbialo. -¿Porqué? -El presidente municipal asistirá al certamen. Además, él nos obsequió el primer premio. -Hay verdades que no pueden decirse. ¿Por qué no nos hablas de Hidalgo, Juárez, o de los Niños Héroes? -Maestro, yo quiero hablar de aquí, de mi tierra. -De acuerdo, pero no en esa forma. No nos conviene. Tú tienes buena memoria y podrás aprender el discurso que yo haré para ti sobre el tema que quieres. -Maestro... Te prometo ayudarte. Seré presidente del jurado y te aseguro que un premio será tuyo. Sin dificultad me aprendí el discurso. Pese a la promesa del Director estaba nervioso. 180 Además me sentía incomodo, incompleto, vacío, absurdo... No me agradaba esa lucha con ventaja. Me anunciaron... -Toca su turno al joven Antonio Mendoza del primer año “C” quien disertará sobre: “Nuestro municipio y sus problemas...” El presidente se puso pálido. El Director le cuchicheó al oído y aquél me guiño el ojo. La tribuna era alta, casi me llegaba al cuello. -“Honorable jurado, señoras y señores, compañeros”. Sentí un hormigueo en todo el cuerpo. Las piernas me empezaban a temblar. -“Cuando se habla de nuestro municipio, se habla de progreso, de trabajo, de patriotismo y de entrega. Tenemos la gloria común de haber nacido en esta tierra de héroes, en esta tierra cuyos hombres del pasado, regaron con su sangre la semilla de la libertad que hoy gozamos y la que conservamos gracias a la eficaz labor de los gobiernos de la Revolución Mexicana, hoy por hoy inspiración sublime de quienes tiene en sus manos los destinos de la patria... El director inició la ovación. Todos lo siguieron. El Presidente sonrió complacido. -¿Qué sería de la Democracia sin la existencia de Municipio Libre?. Sería una negación, un absurdo. El Municipio Libre es el núcleo, la razón y la base de la Democracia. Municipio Libre es el nuestro, pero no lo es sólo en la teoría constitucional, sino también, plenamente en la realidad gloriosa que vivimos...” Nuevamente el Director inició la ovación. Mis rivales me veían con envidia. Mi mamá y mis hermanas parecían orgullosas. -“He vendió a esta tribuna de la Libertad para hablar sobre los problemas municipales. Los he analizado uno por uno y he comprendido el principal y más grave es la apatía popular. Si esta apatía no existiera, apreciaríamos en todo su valor y secundaríamos sin duda, los esfuerzos titánicos que por nuestro propio bien hace, cada día, cada hora, cada minuto, nuestro actual Ayuntamiento, precedido por Don Celestino Ramírez, aquí presente, patriota a toda prueba y ejemplo insuperable de honradez y trabajo...” Esta vez la ovación fue nutrida, prolongada. Don Celestino tuvo que agradecer varias veces. El Director le dio unas palmadas... Seguí hablando, lanzando loas, provocando aplausos. Terminé. Muchas manos se extendían hacia las mías...sonrisas, abrazos... La decisión del jurado fue unánime: -Primer lugar, Antonio Mendoza. Mi casa estaba de fiesta. Se celebraba mi triunfo... Música, baile, alegría... Apartados platicaban el Director y mi madre: -Su hijo es valioso señora, tiene talento. No debemos dejar que lo desperdicie. Mañana voy a recomendarlo. Es necesario que ingrese al Sector Juvenil del Partido. 7 En los exámenes finales tuve éxito. Bueno...no fue gracia. Eran demasiado fáciles. Un ejemplo: “Subraye el nombre del descubridor de América: 181 a) Hidalgo b) López Mateos c) Cristóbal Colón” “Coloque el número de la izquierda en el paréntesis a la palabra que le corresponde de la derecha: 1. Gato ( ) cosa 2. Luis ( ) animal 3. Mesa ( ) persona Había también “Complementaciones”, es decir, deberíamos completar una definición o una aseveración con la palabra faltante. Así. “Matrimonio es el contrato civil por medio del cual se unen un hombre y una...” Por eso ni estudiaba. ¿Para qué? ¡Era tan fácil! Sin embargo, los maestros desde el primer día de clase nos exhortaban: -Deben estudiar, pues sólo estudiando pasarán sus pruebas. -Estudien, ya vienen los exámenes. Acuérdense que los exámenes están cerca. Deben sacrificar sus diversiones y estudiar, pues si no aprueban... ¿Estudiar para los exámenes, sólo para ellos? ¡Qué absurdo! ¡Cualquiera los pasaba! 8 Fue en vacaciones... Una noche: -Toño, acuéstate; ya son las diez. -Mamá, quiero bañarme... -Temprano lo haces. Hoy puede hacerte daño, el tiempo está frío. Me acosté de mala gana, enseguida quedé dormido y soñé. El río estaba limpio. Bajamos corriendo por la ocotera. -Vieja el último. -Pamba al que se quede. Íbamos desbocados. Adelante Luis. Tras él Artemio y Cristóbal. Yo, el último... De pronto me detuve. Los dejé correr... Un olor a Lourdes invadió el paisaje. La sentía cerca, casi la veía, sin presenciarla. Cuando la descubrí quede paralizado: estaba tras unas rocas. Sólo asomaba sus rubios cabellos. El corazón me latió con fuerza. Un leve temblor recorrió mi cuerpo. Me acerqué. -Lourdes... -Ven, Toño, te esperaba. -¿Me esperabas? -Sí, vine a bañarme contigo. ¿Quieres? Una sonrisa distinta a todas sus sonrisas inundó sus labios. -Anda, no tengas miedo, desvístete. Mírame a mí... 182 Sonriendo se quitó la ropa. Quedó desnuda. -¡Que hermosa eres! Sus piernas, sus senos y esa rara sonrisa me hicieron temblar. -Bobo, ven, anda ¿No sabes que te quiero? Acaríciame, pues... Con manos vacilantes tome sus senos. Una sensación extraña me hizo sentir adulto. Me transformé en el maestro de civismo... Cerré los ojos no sé por qué. Al abrirlos, su sonrisa se convirtió en carcajada. En las manos yo tenía sus senos: ¡Eran dos sapos, dos horribles sapos! Desperté sobresaltado. Eran las siete... -Toño, levántate. ¿No querías bañarte? -Sí, mamá. -Pues apúrate. Ya está el desayuno. Al llegar al baño el recuerdo de Lourdes, desnuda, volvió a mí. Sus piernas, sus senos, su cuerpo todo... Algo extraño me pasaba. ¿Serán estos los malos pensamientos? Sí, no había duda, estaba pecando... Como autómata llegué al comedor. -¿Quieres papaya? -Sí...digo no...bueno... -¿Qué te pasa, Toño? Te noto raro. -Nada mamá... Percibí un extraño ruido en la tierra. El cielo se obscureció. El viento soplaba furioso. -¡Tiembla mamá, está temblando! -¡A la calle, vámonos a la calle! Precipitadamente salimos. Doña Carmen gritaba: -¡Hínquense!...! Las casa parecían venirse abajo. Algunas tejas caían al suelo. Los perros aullaban. Las plegarias se levantaban. -¿Qué pecado cometimos, Señor? -Apiádate de nosotros. -Perdónanos. ¿Por qué nos castigas, si somos tus hijos? Pasó... La tranquilidad volvió a las gentes. El miedo se despedazó en comentarios: -Cuando empezó, yo estaba dormida. -Yo estaba lavando. -Qué fuerte...¿verdad? La voz de mi mamá llegó hasta mí. -Toño, ven, termina tu desayuno. -Voy... Mis pasos no eran firmes, arrastraba mi miedo, mi terror. Sí, yo era el culpable. Desaté la cólera de Dios por soñar a Lourdes, desnuda. Sí, desnuda, con sus senos blancos, sus hermosas piernas... -¿Qué me pasa? Dios mío, perdóname. Yo quiero olvidarla, pero no puedo... ¡Ah, que hermosa es Lourdes sin ropas...! 183 Llegue a la iglesia. Necesitaba confesarme. No, no estaba arrepentido por soñar a Lourdes. Quería volver a soñarla, aunque temblara. Pero tenía miedo. Miedo de morirme en pecado...iría al infierno. ¿Y Lourdes? ¿Iría al infierno también? ¿¡Cómo será el infierno con Lourdes?. En el infierno hay fuego. Las ropas se queman... ¡Lourdes estaría desnuda! - ¿Qué quieres, Toño? - Confesarme, padre. - Vamos... En el confesionario me arrepentí; sí me arrepentí de haber ido a la iglesia, de estar confesándome... - Me acuso, padre, que tengo malos pensamientos. - Deséchalos. Encomiéndate a Dios. Reza jaculatorias. Huye de la carne. Acuérdate que en el cielo no entran los fórnicadores. El pecado de la carne es el peor de todos. Evítalo o te condenarás... Recé la penitencia y salí. Salí pensando en Lourdes, en sus piernas y en sus senos. 9 Por recomendación del Director ingresé al partido. -Este muchacho es alumno de la escuela. Tiene talento, ya lo he comprobado y creo que puede llegar a mucho en nuestras filas. Es campeón de oratoria... El presidente regional arqueó las cejas. - La revolución –dijo- no ha terminado. La inició madero, la continuaron Villa, Zapata y Carranza, y de ellos ha pasado a nuestras manos. Tú eres muy joven, pero no por eso eres ajeno a la lucha del pueblo. Ya no es una lucha armada. Es la lucha del trabajo, de la honradez, de la constancia, que tarde o temprano a de convertir en realidad los postulados de la gesta gloriosa de 1910. Esa revolución será tu herencia; la herencia de todos los que desde temprana edad, se unen a nuestro partido para luchar por el progreso, por la libertad y por la patria... Me extendió la mano. Yo la recibí con gusto. Me sentía importante... Después, me presentaron a los integrantes del sector juvenil. - Este es el presidente. - Mucho gusto. - Este es el Secretario general. - Para servirte... Uno por uno pasaron ante mí. Eran muy pocos, seis o siete. Dejamos al presidente regional y al Director y nos dirigimos a una oficina pequeña. Cuatro o cinco sillas, un escritorio, un retrato del Presidente de la República, otro del Gobernador... - Este es nuestro espacio. ¡Qué te parece! - Bien... 184 Me sentía nervioso. Todos se desenvolvían con naturalidad, vestían elegantemente y comentaban situaciones políticas que yo desconocía. Me limité a escuchar. - ¿Saben que anoche el presidente municipal golpeó a Don Ramón? - ¿Por qué? - Pues dicen que Don ramón entró a la cantina sin saludar. El presidente estaba tomado y... - Hey, Don Ramón, ¿por qué no saluda? - Usted perdone, Don Celestino, no lo había visto. - A mi ningún hijo de la mala vida me ningunea. Don Ramón se acercó a darle la mano y el presidente lo recibió a golpes. Después lo mandó a la cárcel... Yo creí que iban a lamentarlo. Se rieron... - Don Celestino es a todo dar. - ¿Se acuerdan que la otra noche nos invitó a las viejas? - Claro. Siempre se porta “reata”. - Dicen que es el “amarrado” para la diputación federal - Ojalá lo merece. En las vacaciones nos reunimos todos los días. Íbamos a trabajar. Nuestro trabajo consistía en hacer mandados al presidente, al diputado, al secretario del presidente, a la esposa del diputado. A veces, nos presentaban con alguien. - Son jóvenes progresistas, revolucionarios. Toño es campeón de oratoria. Cuando salimos en comisión a algún lugar cercano en el que se inauguraba un edificio o se realizaba un mitin nos concretábamos a lanzar vivas y porras. - ¡Viva la revolució1 - ¡Viva el Señor, Gobernador! - ¡Muera el oscurantismo! Yo no sabia que era el oscurantismo pero debía morir. 10 Se inició un nuevo año escolar. Era septiembre. El primer día nos reunimos en el patio para recibir las indicaciones del Director. El cielo nos enviaba una ligera llovizna. Los maestros, con su presencia nos lanzaban amenazas de tempestades, de dictados. El Director se acercó al micrófono. Nos habló de responsabilidad, de estudio, de trabajo. Nos dijo que en la vida sólo triunfan los hombres y mujeres que están preparados para afrontar los problemas. Que la felicidad se debe conquistar día tras día. Que la dignidad jamás debe perderse, aún a costa de la existencia. Que la verdad es sagrada. Que los hombres honestos y los probos son los únicos merecedores de admiración y respeto. Que los vividores, los inescrupulosos, los deshonestos solo merecen el repudio social. Después se lamentó el aspecto de nuestro edificio. - Nuestra escuela –dijo- necesita ser pintada. La van a pintar ustedes. 185 “Díganles a sus padres que atiendan al llamado que la Secretaría de educación pública les hace a través del radio y la televisión para lograr escuelas mejor acondicionadas. Con pequeñas cooperaciones y nuestro trabajo que esta nuestra casa, supere esta situación lamentable...” Nos comprometimos a pintarla en una semana. Lo haríamos por grupos. En las tardes... Veíamos la televisión. Mi mamá, sentada junto a mí me rascaba la cabeza. Yo, boquiabierto admiraba el heroísmo y virilidad del protagonista del programa. Era”la Ley del Revolver”. Terminó. Vinieron los comerciales. “Tequila Sauza, fuente de alegría...” “El que tiene castillo, lo tiene todo...” “Corona familiar, signo de distinción...” “Sea Superior. Tome Superior...” Por fin. “Mejores escuelas harán de nuestros hijos mejores mexicanos. Restaure usted la escuela más cercana a su corazón...” Aproveché. - Mamá, el director dijo que te pidiera un donativo para pintar la secundaria. Me lo darás, ¿verdad? - Claro, no faltaba más. Ya sabes que por ti estoy dispuesta a hacer todos los sacrificios... Antes de la semana fijada nuestro edificio quedó pintado,. Realimente se veía hermoso: la fachada era azul, los salones verdes. Se respiraba mejor, como si la pintura purificara el aire. Ahora sí, seríamos mejores...¿Lo habían dicho en la televisión? Continuaron las clases, los dictados, los elogios al Director, a las autoridades municipales, los regaños, los consejos... Todo igual... Sólo cambio la pintura, pero era eficiente: ¡Teníamos una escuela mejor! 11 24 de octubre. Día de las Naciones Unidas... Desfilamos... después, en el zócalo, se dijeron discursos de paz: “El desarme es urgente”, “Ya no más guerras”, “Todos somos hermanos: los negros y los blancos, los chinos y los rusos. Todos...” “México es abanderado de la paz”; “Es un pueblo de pacifistas”; “Su única arma es el derecho”; “Cómo pregonero de la amistad entre los pueblos pide a las naciones que los conflictos se resuelvan sin acudir a la guerra”; “Esta es monstruosa, inhumana”; “La amistad debe ser el lazo que una al mundo”; “La felicidad del género humano y la seguridad para las nuevas generaciones deben tener como base el desarme total”; “México lo pregona...”. Para terminar cantamos, emocionados el himno nacional. “Mexicanos al grito de guerra. 186 Ela cero aprestad y el bridón Y retiemble en su centro la tierra Al sonoro rugir del cañón...” La casa más hermosa de mi tierra era la de Don Leodegario. Era azul, como mi escuela. Tenía tres pisos y alberca... También la del cura tenía alberca, pero sólo un piso. Don Leodegario tenía un coche verde. El cura uno blanco y dos negros. Don Leodegario era prestamista. Prestaba al diez por ciento. El cura también. ¿Quién era Don Leodegario?. Yo nunca lo había visto. Sólo oí hablar de él. Mis amigos más grande decían: - Vamos con Don Leode. Tiene “viejas” nuevas... Y se iban a la orilla, a los cabares. A veces, las señoras comentaban: - Necesito dinero. El martes debo pagarle una letra al cura y el no espera. - Vaya con Don Leode, comadre. Seguro que le presta. Así sale de su compromiso... 12 También en el partido se hablaba de él. Don Celestino afirmaba: - Ya convencí a Facundo. Me va a apoyar en mi campaña para la diputación. Me ayudó Leodegario y la Chiquis”. Esta ni le cobró por meterse con él... Una noche conocía a Don Leodegario... el Director de la escuela me dijo: - Es necesario sacar una revista cultural. Quiero que tú la hagas. Te ayudarán Artemio y Gonzalo. Por el dinero no se preocupen. Vean a Leodegario y díganle que van de mí parte. Ya le hable del asunto. Busqué a Artemio y a Gonzalo, y fuimos a la orilla, a los cabares... Caminábamos despacio, en silencio. Yo sentía una sensación extraña: una mezcla de miedo y curiosidad. Llegamos. En la puerta de la casa estaba una muchacha como de 19 años. El vestido demasiado ajustado, apenas le cubría los muslos. Fumaba... Nos acercamos. Artemio estaba pálido; Gonzalo sudoroso. - Perdón señorita... - ¿Qué quieren encantos? - Sabe, usted...Yo vengo...digo, nosotros venimos a un mandado del Director de la escuela secundaria... - Ah, quieren ver a Betty. Ahorita la llamo. Betty, ven, te traen un recado de tu “viejo”. - No, señorita. Nosotros queremos ver a Don Leodegario. - ¡Ah, vaya! Pasen. Es el que está detrás de la barra...Era alto, moreno. En su boca humeaba un puro. Sus ojos se parecían mucho a los ojos del maestro de historia: inyectados, con sueño... - ¿Qué quieren, niños? 187 Señor, el Director de la escuela nos dijo que viniéramos a verlo. Que él ya le habló del asunto. - Sí, espérenme un momento. Mientras él se retiraba volví el rostro hacía el salón. Estaba casi oscuro. Olía a tabaco y a vino. En las mesas bebían hombres y mujeres. Éstas eran jóvenes, casi como Lourdes. Había mucho borracho. Entre ellos estaba el papá de Luis y el de Tino. También distinguí al papá de Lupe, pero éste no estaba borracho. Besaba y manoseaba a una muchacha. Ella le correspondía acariciándole la barba... Don Leodegario regresó sonriendo: - Aquí tienen muchachos. En este sobre están los dos mil pesos prometidos y el retrato que el maestro me pidió. - Muchas gracias...hasta luego Bajo las órdenes del Director hicimos la revista. Se llamó Aspiración. En la portada estaba nuestro edificio, a colores. En la primera página la fotografía del personal docente, en conjunto. En la segunda, la de Don Leodegario con este píe: “Don Leodegario Rodríguez Ruiz, ciudadano ejemplar, filántropo y amante de la cultura”. - 13 Eran las cuatro de la madrugada. En los charcos, formados por la lluvia de la tarde anterior, las ranas y los sapos manifestaban su felicidad. En toda la calle transitaba el silencio. La oscuridad preparaba la huida y el sol se anunciaba sangrando el cielo con sus primeros rayos. El frío bañaba mi cuerpo y lo hacía tiritar. Caminaba despacio, pensativo... en la tarde dije a mi mamá que estudiaría esa noche en la casa de Artemio, que tenía examen, que necesitaba prepararme. La verdad era otra: quería ir a la casa de Don Leodegario. Llegué solo, como a las once: un policía grito: - Hey, ¿dónde vas?. Eres menor de edad y no puedes estar aquí... le enseñe mi credencial del partido... - Usted perdone - Dijo con humildad. - Adentro está Don Celestino. Si quiere lo acompaño. Me deje acompañar. El presidente estaba solo. En la mesa había muchas botellas de cervezas vacías. - ¡Qué milagro, Toño! Pero...¿Tú por aquí? Me da gusto ver que empiezas a ser hombre... Hey, Leode mándame dos cervezas más que hoy tengo ahijado...Pretendí decir algo pero no pude. Don Leodegario se acercó sonriendo. - Mira, Leode –dijo Don Celestino mientras aquel nos servía-. Este es un muchacho valioso. Es campeón de oratoria de su escuela y miembro del Sector Juvenil del Partido. Como todo joven es idealista, revolucionario. Tiene un gran porvenir y estoy seguro que llegará muy lejos...tiene madera. 188 Ya lo conozco. Él hizo la revista de la escuela. Te felicito –al decir esto Don Leodegario me dio unas palmadas en la espalda-. Sigue así y serás un hombre de provecho. Yo me sentía triunfante. Esta sensación de autocomplacencia se mezclo con el nacimiento de mi admiración y cariño por Don Celestino. La orquesta destruyó la calma varias parejas saltaron, creyendo bailar... - ¿Cuál chamaca quieres Toño? Yo te la invito. Mira, te recomiendo a la “Chiquis”, es cuatita y te tendrá paciencia. - Señor...yo ... este... - Ja, ja, ja...¿Tienes miedo? No te preocupes, así somos todos cuando nos “bautizan”. Vinieron otras cervezas. Después otras...realmente no me gustaron. Su sabor amargo me revolvía el estómago. Llegó la “Chiquis”. Era alta, rubia, hermosa. - Quiero que hagas un buen “trabajo” –le dijo el presidente cuando ella se sentaba a mi lado-. Toño es primerizo. - No te preocupes. Yo le enseñaré a sentirse hombre... al decir esto puso una mano en mi pierna y la apretó levemente. Me estremecí y sentí miedo. Me acordé de mi mamá, de mis hermanas, de Lourdes. Quería llorar... - ¿Fumas? –me dijo cariñosamente. No gracias. Bajé la vista sus muslos estaban descubiertos. Mi corazón latió con prisa. - ¿Te gusto, Toño? - Este...sí mucho... - Ven, vamos a bailar. Me tomó de la mano y me arrastró a la pista. Me abrazó. Yo no acertaba con el ritmo. Temblaba... ella soplo en mi oreja y un fuego extraño inundó mi cuerpo. Sentía deseos de huir. Al regresar a la mesa, Don Celestino dijo: - Ya es hora. No se tarden, yo espero. - Perdone –dije con titubeo-. ¿Dónde está el baño? - Allá, junto a la entrada, a la derecha. Caminé tambaleante. Al pasar por la puerta de entrada el deseo de huir se hizo imperioso. Salí corriendo... Después ya alejado de la casa azul, acorté mis pasos. La felicidad de las ranas contrastaba con mi tristeza. Me sentía fracasado, inútil. Llegué a pensar que no era hombre. - 14 Lo vi llegar. Era muy joven, 25 años, quizás menos. Bajó del camión con una maleta en la mano. Respiró profundamente y avanzó hacia mí. Yo, recargado en un poste de teléfono, esperaba a Artemio para ir juntos a la escuela. - Oye, ¿Eres alumno de la secundaria? Su sonrisa era agradable, contagiosa. - Sí, ¿por qué? 189 Pues...necesito ver al Director. ¿Quieres acompañarme? Estoy esperando a un amigo...mire, allí viene. Ahorita vamos los tres. Artemio se extraño de verme con un desconocido. Yo le explique: - Este joven necesita ver al Director. No sabe dónde está la escuela y, por eso, iremos juntos La mano del desconocido se extendió hacia mi amigo. Este la estrechó con entusiasmo. - Perdona esta molestia, pero es que... - No se preocupe –interrumpí-, ¿está de paso? - No...creo que no... - Entonces seremos amigos, si usted quiere. Me llamó Antonio Mendoza. - Mucho gusto, Toño. - ¿Le gustan las chamacas? –preguntó Artemio festivamente-. - Este...sí por su puesto. - Pues ya estuvo que “agarró barco”; Toño tiene unas hermanas que están como para comerse...lo vi sonreír otra vez y esta sonrisa me pareció familiar. Parecía que lo hubiera conocido muchos años antes o que fuéramos amigos de toda la vida. - Artemio, con la misma sensación hablaba con naturalidad, con confianza. - Fíjese usted que Toño está acomplejado. La otra vez fue a la casa azul de Leodegario y le tuvo miedo a la “Chiquis” . Desde entonces anda triste. Cree que no sirve... - ¿Quién es Leodegario y quien es la “Chiquis”? –preguntó nuestro nuevo amigo. - Ah, me olvidaba que usted no es de aquí. Leodegario es el dueño de dos cabarets. La Chiquis es su vieja...está muy buena, pero solo entra con los que llevan mucha “lana”. A Toño se la invitaron. - ¿Ustedes van seguido a esos sitios? - Yo sí –contestó Artemio con presunción-. Toño sólo ha ido una vez. Yo le digo que no sea “coyón”, que poco a poco ¿verdad? Pero él se “raja”... - ¿Usted es amigo del Director? –pregunté intentando cambiar el tema-. - Bueno...pues..sí... - Entonces que le presente a la Chiquis, no más para que la vea –terció Artemio. Él tiene a la suya, pero no me gusta. Está flaca. - ¿El director va a los cabarets? –interrogó el joven con asombro-. - Claro –contestó Artemio-,también es hombre. Él nos dice que en la escuela es maestro, que allí si lo respetemos, pero que en la calle es igual a nosotros. Es a todo dar... - No va seguido –aclaré-. Cuando lo hace trata de que no haya alumnos en la misma sala; dice que se sentiría incomodo si lo vieran, también lo hace así por ética, según lo afirma... - Yo creo que los hombres debemos ser hombres en todos lados ¿No? – interrumpió nuevamente Artemio-. Si a él le gusta Betty no tiene porque esconderse. Nosotros también somos “machos”. Estábamos casi por llegar. El edificio azul de nuestra escuela había aparecido ante nuestros ojos y veíamos con claridad a los grupos de alumnos que entraban apresurados. 190 Esa es la escuela-dije, señalándola con la mano-, ¿Le gusta? Es igual a la casa de Leodegario –afirmó Artemio-, bueno...por lo, menos en el color.. El joven sonrió. - Me gusta mucho se escuela –su voz era pausada-, pero no quisiera llegar tan pronto. Miren allí hay una refresquería los invito, si no los atraso, claro. - No, joven, no nos retrasa –se apresuro a decir Artemio-, faltan diez minutos para el toque... - Bueno, entonces acepta, ¿verdad? Nos dirigimos a la refresquería. Ocupamos una mesa central. Artemio se veía feliz, orgulloso... - ¿Qué van a tomar? –preguntó la mesera. Si no fuera hora de clases tomaría una “Superior”, da personalidad –dijo Artemio aparentando tristeza-, pero me conformo con un “pepsi” . - Yo una “coca” - Yo igual. - ¿Te gusta tomar cerveza? - Claro, joven, ¿a usted no? - No. - Voy...no lo creo. A su edad es vergüenza no tomarla. - ¿vergüenza? - Sí, vergüenza. Todo hombre debe oler a sudor, a tabaco alcohol...¿no lo, sabía? - No, no lo sabía - Pues...¿de dónde viene usted? A lo mejor resulta de los “otros”... Me sentí incomodo por este atrevimiento. Creí que nuestro nuevo amigo se enojaría. Se limitó a sonreír ligeramente. Hubo un silencio. El recién llegado veía con dulzura a los ojos de Artemio y este sonreía triunfante, como si acabara de aprobar todas las materias. Antes de hablar el joven tomó un sorbo de refresco. - Yo creo –dijo- que la hombría no radica en todas las cosas que señalas, sino precisamente en lo contrario. He conocido a personas cuya juventud transcurrió en las cantinas y casas de mala nota...hoy piden limosna o están en la cárcel. ¿Crees que el hombre es más hombre si es mendigo o presidiario?. Artemio movió la cabeza negativamente. - Las mujeres –siguió diciendo- son seres como nosotros. Ellas no deben ser mercancías. ¿Sabes por qué algunas lo son? Porque nuestra sociedad a cambiado los valores. Ha sustituido el amor por el placer carnal y a condenado a la miseria espiritual a quienes, por la pésima distribución de la riqueza, gimen en la más espantosa miseria económica. ¿¡Te das cuenta!? La mujer deja de serlo para convertirse en objeto de compraventa, solamente porque el valor dinero a superado a todos los valores... Tomó otro sorbo. Yo hice lo mismo. Artemio no parpadeaba. - Las jovencitas que se inician en la prostitución no preocupan a nadie, ni siquiera hacen pensar que son víctimas de una organización social que debe ser superada. Pero también sus clientes son víctimas. Sí, tú, el director y todos - 191 los que concurren a los prostíbulos regresan sin dignidad, sin hombría. Ten presente esto: el hombre más indigno y despreciable de la tierra es aquél que compra con dinero las caricias que deben conquistar con virilidad. Calló un momento. Sus ojos seguían despidiendo ternura. - Acuérdense que dentro de algunos años serán padres de familia. No sean padres improvisados. Prepárense, desde hoy, evitando todo aquello que no quisieran que sus hijos hicieran mañana... Hasta nuestra mesa llegó el toque de entrada. Artemio no se inmutó por ello. Yo, con pena tuve que decir: - Vámonos... Salimos. Los tres callábamos. El desconocido tomó a Artemio del hombro, como protegiéndolo. Cuando llegamos ante el Director yo hablé primero: - Maestro este joven lo busca. Nos quedamos a un lado y escuchamos: - Señor –dijo nuestro amigo-, me envían para hacerme cargo de la clase de español. Acabo de egresar de la Normal Superior. Aquí están mis credenciales. Artemio cambió de color. Yo me alegré. El Director, sonriendo, dijo: - Sea bienvenido. Lo esperábamos desde hace mucho. Ojala y su juventud no sea un estorbo... - No se preocupe –contestó-, amo a mi carrera y superarme en ella es mi mayor aspiración. Quiero ser útil a los muchachos... Se quedaron hablando. Nosotros fuimos a nuestros salones. Artemio estuvo raro todo el día... 15 El nuevo maestro pronto ganó nuestra confianza. Todos lo queríamos. Si surgía una duda en la clase de historia, de biología o de civismo, íbamos a consultarlo a él. Sus explicaciones eran más claras, más precisas que las de los maestros respectivos. A veces, sin avisarnos, nos visitaba en nuestra casa. Entonces le hablábamos de nuestros problemas, de nuestras ambiciones. Él nos alentaba, nos ofrecía ayuda. En las tardes, terminadas las labore, jugaba con nosotros. A partir de su llegada la clase que más me gustó fue español. Me interesé por los verbos, por los pronombres, por los adjetivos. Parecía que ellos tuvieran algo del maestro, que fueran parte de él. Sin embargo, el Director no quería. En ocasiones pretendió humillarlo ante nosotros reprendiéndolo injustamente. Él se limitaba a sonreír con tristeza. Su sonrisa tenía sabor de desengaño. 192 Recuerdo perfectamente... Se acercaba la fecha conmemorativa de la fundación de nuestra escuela. Todos los maestros se reunieron es un salón de la planta alta para programar los festejos. El Director presidía. Yo asomado por la ventana que comunicaba con el corredor, estaba atento a todo: - Es necesario que nos pongamos de acuerdo –dijo el maestro de historia- en lo relacionado con el baile. Opino que debe ser amenizado por dos orquestas y que el boleto de admisión cueste quince pesos. - Estoy de acuerdo –afirmó el de geografía. - Y también rugió el Director. Los otros se concretaron a levantar la mano aprobativamente. Mi amigo sólo movió la cabeza. Ahora –dijo el Director-, quiero que acordemos lo de la cantina. Es necesario que en esta ocasión logremos más utilidades que en otras. Yo creo que si vendemos solamente cerveza china al precio de la grande obtendremos mayor ganancia. - Yo quisiera proponer –intervino el de biología- que también se vendieran “cubas”de “Castillo”. La botella cuesta treinta y cinco pesos. De ella salen treinta o más “cubas”que con el precio de siete pesos cada una nos da un total de doscientos diez pesos por botella. - Tiene razón –se apresuró a decir el Director. - Pero debemos variar –insinuó el de historia-, que no sean solamente “Castillo”, sino también “Ginebra”, “Madero”, etcétera. - Apruebo –gritó el de cultura física. - Yo también, dijo el de civismo. El Director lanzó una mirada de odio al de español - Y usted maestro, ¿por qué no opina? ¿Le tiene sin cuidado los problemas que afrontamos? - Sí, señor Director. Me tiene sin cuidado los problemas que usted afronta. Por eso no opino. - ¿Quiere decir que se niega a colaborar con estas actividades? - Me niego, señor. Todos lo maestros quedaron asombrados de esta respuesta. El Director enrojeció en la cara. - Está obligado a colaborar. Por eso le pagan... - No, señor. Por vocación estoy obligado a educar... - ¿A qué crees que estoy obligado yo? - Si su vocación es realmente de maestro debe educar también. - ¿Cree que no lo hago? - No, no lo hace. - Mire, no estoy dispuesto a tolerar su indisciplina. Acuérdese que soy compadre de... - No interesa sus compadrazgos en este momento, señor: interesa la escuela... - Por ella me preocupo. Todas estas actividades van a realizarse con el único fin de lograr fondos para mejorar nuestro edificio. - 193 - - Comete un error. Escoge todos los medios más inadecuados. La educación no puede tener como base la embriaguez. Mire, maestro. Usted es nuevo aquí –dijo el de historia-, no conoce las costumbres. Por tradición el aniversario de la escuela se celebra con un baile. En el baile se venden bebidas embriagantes. Si esto no se hiciera nadie vendría... no podemos arrancar de un tirón lo que se ha practicado en muchos años... ¿Debemos alimentar esta costumbre? Sí por ahora. Mi amigo sonrío levemente. Miró a los ojos al Director y dijo con calma: - Lo que usted hace señor Director, está estrictamente prohibido. - ¿Y qué? No acatamos estas prohibiciones en beneficio de la educación. - ¿De la educación? - Sí, de la educación. Nuestro edificio necesita mejorarse. - El edificio no es lo más importante... - ¿Qué dice? –intervino nuevamente el de historia-, ¿Para usted no es importante el edificio? ¿Quiere que los alumnos estén a la sombra de un árbol? Usted está contra la política educativa de nuestro gobierno cuya meta es la construcción de una aula cada dos horas. El Director aprobó lo dicho con un movimiento de cabeza. La de biología, con los dedos, golpeó levemente la butaca. Mi maestro volvió el rostro hacia el de historia y dijo: - El edificio no es en sí lo primordial. Lo que debe ocupar el primer plano de este afán constructivo es el espíritu de amor y de comprensión inteligente frente a cada alumno... - ¿Qué quiere usted decir? –preguntó violentamente el Director. - Quiero decir que la condición esencial que presida todo régimen educativo debe ser: - Conceptos morales amplios, libres e todo dogma sectario; actitud científica frente a la realidad psíquica y un contenible anhelo de ayudar a vivir a quines encuentran grandes obstáculos para su felicidad. Esta condición sólo puede ser determinada por las convicciones personales de quienes, al frente de los centros educativos, irradian comprensión y amor en torno suyo. - Entonces para usted el maestro es más importante que el edificio, que los libros de texto, que los programas... - Sí señor. - -¿Cuál es el maestro ideal? –pregunto con sonrisa irónica la de biología-. Mi amigo se volvió hacia ella. - Sólo uno –dijo con firmeza-: el maestro por vocación. Hubo un silencio. El de matemáticas cruzó las piernas. La de biología se quitó los lentes. El Director parecía turbado. - Yo quisiera –empezó mi maestro- que entendiéramos nuestra misión. No estamos aquí para forjar sabios, sino para formar hombres y mujeres íntegros. El 194 título de hombre o de mujer es más importante en la carrera de la vida. Sin él, los otros títulos constituyen un serio peligro. Debemos atender a las necesidades internas de nuestros alumnos. Debemos ayudarlos a descubrirse a sí mismos con el objeto de que sepan ubicarse en su futuro ocupacional. Debemos, ante todo, considerarlos como padres de familia en potencia. Esta consideración es la más trascendental en el proceso educativo, porque la educación de un individuo es en si, la educación de generaciones...Los adolescentes no son costales que debemos llenar sin fin determinado de biología, matemáticas, historia, geografía, etcétera. Son seres que piensan, a decidir, a amar y sufrir. Otro silencio. El de historia encendió un cigarro. El de cultura física tosió. La de biología se puso los anteojos. - Desde hace unos días –siguió diciendo- he querido hablar con ustedes a fin de que busquemos solución al problema de Artemio Sánchez, del segundo año “B”, a quien ustedes castigan constantemente. Este muchacho procede de familia acomodada, pero desde chico ha venido padeciendo... - ¿Qué pretende? –interrumpió el Director-. ¿Cree que podemos dedicarnos a atender a un solo alumno cuando están a nuestro cargo más de quinientos? - No solamente podemos, sino debemos hacerlo. Si la individualización del castigo es un principio que no se discute, con mayor razón debe admitirse la individualización del tratamiento educativo de cada menor. - Ya hemos perdido demasiado tiempo-observó el Director-, dejemos esta discusión absurda y saquemos nuestras conclusiones.. - Bueno –dijo el de historia- quedamos en que sólo venderíamos cerveza chica. - Y “cubas” de Castillo”, “Ginebra” y “Madero”...-agregó la de biología. 16 - Toño, ¿sabías que Don Ambrosio es comunista? - No, no lo sabía. - Pues fíjate que recibe unas revistas de la embajada rusa no va a misa ni se confiesa. - Es cierto, pero... - Hasta le manda dinero de Moscú para atacar a Don Celestino... - ¿Cómo lo sabes? - Todos lo saben. Anda diciendo que ya no soportemos las imposiciones, que luchemos para lograr el sufragio efectivo, que destruyamos los compadrazgos, que exijamos nuestros derechos... - ¿Estas seguro? - Claro, yo lo escuché. - ¿Quiénes le hacen caso? - Nadie. Se burlan de él. Dicen que está loco. - ¡Ah, vaya!... La biblioteca del partido siempre estaba llena de soledad. Los estantes, casi vacíos de libros, abundaban en polvo y basura. Las mesas de lectura parecían inundadas de complejos, formados por su inutilidad. Se percibía un olor a sótano. Por primera vez entré. No sé por qué. 195 Había, clavados en las paredes, pensamientos impresos en cartulina sucia que contribuían, con descaro, a la formación de ese importante ambiente: “Estudia y vencerás”. “La sabiduría es el mayor tesoro”. “Hombre grande es el sabio, hombre necio el ignorante”. Al salir y sólo por llevar algo bajo el brazo, tomé un libro. Escogí uno presentable, con pastas limpias. Mi libro y yo íbamos sin rumbo, sin sentido. Él, prendido de mi brazo. Yo, prendido de mi ociosidad. Al pasar por la terminal de los autobuses de segunda clase, un viejecito interrumpió mis pasos: - Joven, perdone. Me da mucho gusto ver a alguien que se interese por los mayas. - ¿Los mayas? - Sí, el libro que usted lleva se refiere a ellos. - Ah sí... Me interesan mucho... - Espere. Voy a regalarle algo. Se volvió hacia una caja de cartón, su equipaje, y sacó dos libros. - Mire usted. Estas son mis últimas obras. En ellas sostengo que el hombre americano... - Perdone, ¿quién es usted? - Soy el autor del libro que usted trae y de estos dos que le obsequió. - Pero... - ¿Sabe? La concepción de la divinidad entre los mayas fue asombrosa. Consideraban a Dios como único hacedor de todo lo existente, el autor de la forma y del número. Por eso lo representaban con un cuadro encerrado en un círculo. Esta es la representación más exacta del Creador porque... - Perdone, señor, tengo prisa. Le agradezco mucho su obsequio. - Que le vaya bien joven. Fue un placer conocerle. Es usted de los pocos mexicanos que se interesan y enorgullecen por lo suyo, por su autóctono, por lo grande. - Adiós, señor... Avancé molesto. El traje raído de ese hombre, su aspecto hambriento y miserable me causaron malestar. En la esquina me esperaba Cristóbal. - Toño ¿Sabes quien está en el zócalo? - No, ¿Quién? - Kid Lagarto, el campeón mundial. - ¿De veras? Vamos a verlo. Corrimos. El zócalo era un mar de gente. El Kid repartía sonrisas y autógrafos. Las porras y los vivas no cesaban. Al verlo, al saludarlo, sentí un escalofrío en el cuerpo. Por primera vez estaba ante alguien famoso, importante. Con dificultad el campeón abordó nuevamente su coche. Era último modelo, de lujo. La gente corrió varias cuadras tras él. Las porras lo siguieron largo trecho. Después en mí, la emoción se convirtió en propósito. Sería famoso, importante, como el Kid... - Oye Toño, ¿con quién platicabas en la terminal? –me preguntó Cristóbal mientras regresábamos-. 196 - ¿En la terminal? Ah sí...pues, este...con un pobre diablo... 17 No podía dormir. Con los ojos abiertos escuché las doce. El calor me obligó a prescindir de las sábanas. La cama era un martirio. Abrí la ventana que daba a la calle y el aire fresco hizo más tolerable la estancia. De pronto escuché las voces, muchas voces. Reconocía la de Pedro, la de Luis, la de Artemio. Se oían alegres, creo que borrachos. Al llegar a mi ventana guardaron silencio. Distinguí sus figuras, bañadas en luna. Eran como veinte. Casi todos estudiantes de mi escuela... - Psss, Toño, levántate... ¿Qué quieren? ¿Adónde van? –pregunté sin moverme-. - Vente con nosotros y no preguntes. Traemos botellas. - No hagan ruido. Ahorita salgo. Por temor a despertar a mis hermanas, que dormían en la recamara contigua, caminé de puntillas hacia el ropero. Rápido tomé mis ropas y salté la ventana. Me vestí en la calle. - Échate un trago. Es del bueno... - ¿Dónde lo consiguieron? - Pedro lo robó a su papá... - ¿A dónde vamos? - A ver las “viejas” de Leodegario. Jálale... Artemio me abrazó de los hombros. Yo hice lo mismo con Luis y éste con Luciano. Avanzamos en cadena. - ¿Qué canción cantamos, Arturo? - La que quieran pero que llegue al alma... - ¿Sigues herido por los desprecios de Lupe? - ¿Por esa? No, viejo. A mí las mujeres me respetan. Lupe no vale nada. A la hora que quiera la juego. - Voy...¿Apoco se deja? - Se deja hacer de todo. La otra noche... - Oye es cierto que Lourdes anda con el maestro de Civismo? –preguntó Artemio a Luciano. Me quede frío. Mi corazón saltó con fuerza... - Es cierto, mano. Don Rodolfo, les sirvió de “alcanfor”. Él les presta su casa. Dicen que Lourdes ya encargó... La sangre golpeaba con fuerza mi cerebro. Mi cuerpo se volvió un robot... Seguimos caminando. Unos cantaban; otros lanzaban improperios...Yo más que en Lourdes, pensaba en el maestro de civismo...En él odié la escuela, mi casa, mi pueblo, la vida... - Pásame la botella. Bebí con desesperación, buscando en el licor la virilidad que me faltaba. ¿Qué clase era yo que jamás había seducido a nadie? ¿Por qué quise tanto a Lourdes, si sólo era mujer? Las mujeres se juegan, se gozan, no se aman... 197 - Dame otro trago. Apuré nuevamente la botella. De pronto, en la esquina, como a veinte minutos de nosotros, apareció Doña Lola, la viuda de Don Carlos. - ¿Y esa? ¿Qué hace a esta hora en la calle? –preguntó alguien-. - Anda buscando macho- contestó Luis-. - Ya...pero si está “ruca” - Y qué. Todavía aguanta ¿No? Ella nos salió al encuentro: - Muchachos, ayúdenme. Dejé abierta la puerta de mi casa y los marranos se salieron. No quiero perderlos. - Lo que va a perder es otra cosa –dije con voz distinta-. ¿Cuánto hace que murió su esposo? - Diez años ¿porqué? - ¿Diez años sin nada? ¡Que aguante! Hey muchachos, ¿le hacemos el favor? Ella quiso correr, pero se lo impedí sujetándola del brazo. - ¿Adónde vas “ruquita”, si aquí tienes tu comida? Sus ojos parecían salírsele de las órbitas. Su rostro se hizo blanco. - Encuérale. Yo la agarro. Su ropa cayó echa jirones. - ¡Las pantaletas no las rompas! ¡Cuidado! Nos van a servir de trofeo... Lanzó un gemido y cayó desmayada. - Así es más fácil. Yo soy primero. Háganse a un lado... - Espera alguien viene. - Son policías. Corran Todos huyeron. Yo no tuve tiempo. Sólo alcancé a esconderme en el quicio de una puerta cercana... Los policías llegaron. Eran dos. - Malditos rebeldes. Ya abusaron de la viuda. - ¿Está muerta? - No creo. Está desmayada. - Aguanta, ¿verdad? - Mucho...¿Le entramos? - Yo diría. Nadie se da cuenta...Ni ella... Después la llevaron a su casa. Antes de cargarla, todavía manosearon su cuerpo... parecían perros... Regresé despacio, pensativo... ¿Por qué siempre me gana? Quizá porque sólo tengo 16 años... 18 Papá quiero hablar con tigo. Después, ahora no tengo tiempo. - Pero si es domingo... - Aunque. Tengo prisa. Voy a una junta al ayuntamiento. ¿Al ayuntamiento? 198 Sí, Don Celestino citó con urgencia a los padres de familia. Parece que ayer unos muchachos golpearon a la viuda. - ¿Sabes quienes fueron? - No. La viuda no los conoció. Los policías tampoco. Gracias a la intervención de éstos no la mataron. - ¿Te acompaño, papá? - Está bien. Vamos. Llegamos. La junta ya había empezado. En el salón de actos, sentados unos, parados otros, estaban todos los papás. El de Tino y el de Luis estaban juntos, como en el cabaré. El Director y Don Facundo en los extremos. Don Artemio en medio. Don Celestino presidía la asamblea. Mi papá entró y, saludando con ligeras inclinaciones, llego hasta una butaca vacía. Yo me quedé en la puerta, observando. - El problema es grave –dijo el presidente-. Las pandillas juveniles en las grandes ciudades constituyen una constante amenaza. Debemos evitar que aquí se formen para lograr la seguridad de nuestras esposas y de nuestras hijas. - Yo propongo –dijo el Dr. Mora-. Que se investigue quiénes fueron los atacantes de anoche y se les exhiba vergonzosamente como hijos mal nacidos. - Es imposible saber quiénes fueron –aseguró Don Facundo. Nadie puede identificarlos. - Señores –gritó el Director con voz de trueno-. Este problema es grave, como afirma nuestro digno presidente, pero no difícil de resolver. Es preciso, para su solución, formar brigadas policíacas que vigilen en las noches la ciudad. No importa cuánto cuesten. Todos colaboraremos para pagar los sueldos de estos guardianes que, con su trabajo y abnegación, devolverían la paz a nuestros hogares. Estoy seguro, plenamente seguro, que si Don Celestino Ramírez, aquí presente, por el voto de ustedes llega a ser nuestro representante en la Cámara de Diputados sabrá responder a la confianza de su pueblo y buscará la forma de que ese cuerpo policiaco extra sea subsidiado por el Gobierno del Estado. - Don Facundo aplaudió primero, desde el otro extremo. - Todos lo imitaron. - Yo –dijo el papá de Tino –apoyo la pre-candidatura de Don Celestino, hombre cabal, honrado y ejemplar. - Nuevos aplausos. - Propongo –rugió Don Armando, desde la mitad de la sala- que nos constituyamos de inmediato en comité de lucha a favor de Don Celestino Ramírez. Otros aplausos. Don Celestino estaba sonriente, feliz. Se levantó con solemnidad y dijo: - Señores: agradezco su simpatía y apoyo. Realmente no merezco tanto. Soy de familia humilde; conocí del arado, del sol abrasador del campo, del frío hiriente de los bosques en tardes de lluvia. Me he levantado de abajo. Soy del pueblo, 199 de éste que me vio nacer y a quien he dado lo mejor de mí mismo. Antes fui sembrador de trigo. Hoy me he convertido en sembrador de ideas que al traducirse en hechos, redimen a mis hermanos los pobres, los miserables. No soy digno de ocupar el puesto al que ustedes me llaman, peri si ustedes me lo piden, si me lo exigen, dispuesto estoy a sacrificarme, pues jamás he renunciado a mis deberes con la patria. Una ovación estrepitosa invadió la sal. Porras y vivas surgieron de pronto. Don Celestino con las manos extendidas agradecía sonriente ese apoyo popular. - Antes de retirarnos- siguió diciendo- quiero que sepan que soy admirador profundo de aquellos que, como yo, cumplen a costa de todo, con la misión que la sociedad les encomienda. Por lo tanto quiero que brinden un nutrido aplauso a dos valientes policías que anoche, exponiéndose a todos los peligros, impidieron que Doña Dolores Fuentes viuda de González fuera asesinada por la banda de jóvenes delincuentes que, despreciando nuestros buenos ejemplos y nuestros sanos consejos, han escogido el camino del engaño y del crimen. Esta ovación fue la más nutrida. Todos se pusieron de pie cuando los policías entraron al recinto. Estos agradecían con torpes inclinaciones de cabeza. - Servidores públicos como éstos sólo se dan en un régimen de verdad, de igualdad, de progreso y de democracia, como el nuestro –finalizó el presidente. Al salir todos iban felices, rodeándolo. - Señores –dijo sonriente-: ruego a ustedes me acompañen a mi humilde casa, a tomar un sabroso mezcal de Oaxaca y a saborear una barbacoa de pozo que, mi mujer, también servidora del pueblo, les ha preparado. Todos fueron tras él. También papá. - Papá... - ¿Qué quieres? - Necesito hablarte... - Después... ¿Qué no ves estoy ocupado? 19 Ya estoy en tercero. Estoy contento pues es mi último año en esta escuela. Quiero ir a México a la Universidad. Sé que sin título universitario uno no vale nada. Para ser alguien hay que estar titulado, aunque sea de contador o maestro. Yo quiero ser alguien. Quiero tener dinero. Mucho dinero. Las mujeres no se fijan si uno es guapo o inteligente. Se fijan en el coche, en la cartera, en el título. Yo tendré muchas mujeres... Todavía no sé que carrera escoger. Dicen que la de ingeniero petrolero deja mucho, pero es difícil. Yo quiero una fácil, pero productiva. A veces pienso que seré licenciado. No para ejercer, pues eso ya no es negocio, sino para entrar de lleno a la política. Los licenciados son más hábiles, más mañosos. 200 Me gustaría ser diputado, luego senador y...¿por qué no? Gobernador de mi estado. Probablemente lo sea. Yo estoy dispuesto a todo; no me importan los medios, pues con escrúpulos no se llega a nada; se fracasa. Yo no quiero ser un fracasado. Aspiro a mucho. Soy progresista, revolucionario... 1. Con base en esta cita textual comenta el lugar que ocupa el Narrador en la historia, si es personaje/protagonista. “Antes de la semana fijada nuestro edificio quedó pintado,. Realimente se veía hermoso: la fachada era azul, los salones verdes. Se respiraba mejor, como si la pintura purificara el aire. Ahora sí, seríamos mejores...¿Lo habían dicho en la televisión? Continuaron las clases, los dictados, los elogios al Director, a las autoridades municipales, los regaños, los consejos”... (2 rengl) 2.Comenta el papel que desarrollan los siguientes personajes : El Maestro de Historia. ( 4 renglones) El Maestro de Civismo ( 4 renglones) Lourdes (4 renglones) Don Leodegario (4 renglones) El Director de la Escuela. ( 4 renglones) 3. ¿Cuál es el tema central de la novela? (4 renglones) 4. ¿Cómo se manejan en la novela los siguientes subtemas? a. Abuso de autoridad. (4 renglones) b. Valores morales (4 renglones) c. Respeto a la mujer ( 4 renglones) d. Machismo (4renglones) 5. Describe el ambiente físico en el cual se desarrollan las acciones (5renglones) 6. ¿ Cómo es la relación entre Toño y sus padres? ( 4 renglones) 7. Comenta el final de la novela ( 5 renglones) 8. ¿ Qué opinión te merece Toño respecto a lo que piensa de su futuro?(5 reng) 201 2. EL POEMA El poema es:(CUADRO) 1. La forma poética que expresa tradicionalmente un sentimiento intenso o una profunda reflexión, ambas ideas como manifestaciones de la experiencia del yo. 2. La poesía, en suma, a diferencia de la ciencia o de la prosa, parece obedecer solo ciertas leyes: sus propias leyes. 3. Cada poema es una unidad autónoma e independiente. Es un ideal perseguido o una realidad conseguida. Para Octavio Paz: “la poesía es conocimiento, salvación, poder y abandono. Operación capaz de cambiar al mundo, la actividad poética es revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual, es un método de liberación interior. La poesía revela este mundo; crea otro. Pan de los elegidos; alimento maldito. Aísla; une. Invitación al viaje; regreso a la tierra natal. Inspiración, respiración, ejercicio muscular. Plegaria al vacío, diálogo con la ausencia: el tedio, la angustia y la desesperación la alimentan. Oración, letanía, Epifanía, presencia. Exorcismo, conjuro, magia. Sublimación, compensación, condensación del inconsciente. Expresión histórica de razas, naciones, clases. Niega a la historia: en su seno se resuelven todos los conflictos objetivos y el hombre adquiere al fin conciencia de ser algo más que tránsito. Experiencia, sentimiento, emoción, intuición, pensamiento no-dirigido. La poesía puede o no puede contar cosas, pero nunca transmite información al modo de la novela o la prosa poética. No es narradora de hechos, sino de emociones. Por ello se trabaja con imágenes que generen exaltación o emociones que susciten sensaciones de todo tipo, desde el placer al dolor. 202 ACTIVIDAD 4 a) Lee en voz alta el poema “Te quiero”, de Mario Benedetti. Te quiero Autor. Mario Benedetti Tus manos son mi caricia, mis acordes cotidianos; te quiero porque tus manos trabajan por la justicia. Si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice, y todo. Y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. Tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada; te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro. Tu boca que es tuya y mía, Tu boca no se equivoca; te quiero por que tu boca sabe gritar rebeldía. Si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo. Y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. Y por tu rostro sincero. Y tu paso vagabundo. Y tu llanto por el mundo. Porque sos pueblo te quiero. Y porque amor no es aurora, ni cándida moraleja, y porque somos pareja que sabe que no está sola. Te quiero en mi paraíso; es decir, que en mi país la gente vive feliz aunque no tenga permiso. 203 Si te quiero es por que sos mi amor, mi cómplice y todo. Y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. b)¿Qué imágenes te sugiere el poema?.(5 rengl) c)¿Cuántos personajes identificas y comenta qué tipo de relación existe entre ellos? (5 reng) d) Describe brevemente como maneja el autor los sentimientos. (6 rengl) d) Ahora realiza una lectura en silencio de estos poemas de Gustavo Adolfo Bécquer.. Rima XXIII Por un beso Autor.Gustavo Adolfo Bécquer Por una mirada, un mundo, por una sonrisa, un cielo, por un beso... ¡yo no sé qué te diera por un beso! e) ¿De qué sería capaz el autor por un beso?(3 reng) f) ¿ De qué serías capaz tu, por un beso? (3 reng) Rima XXXVIII - Dime mujer Autor. Gustavo Adolfo Bécquer ¡Los suspiros son aire y van al aire! ¡Las lágrimas son agua y van al mar! Dime, mujer, cuando el amor se olvida ¿sabes tú adónde va? g) ¿ Cuál es el tema central del poema el amor o el olvido? (3 reng) Rima LII Autor.Gustavo Adolfo Bécquer Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán. Pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha a contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres, 204 ésas... ¡no volverán! Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar y otra vez a la tarde aún más hermosas sus flores se abrirán. Pero aquellas cuajadas de rocío cuyas gotas mirábamos temblar y caer como lágrimas del día.... ésas... ¡no volverán! Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar, tu corazón de su profundo sueño tal vez despertará. Pero mudo y absorto y de rodillas, como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido..., desengáñate, ¡así no te querrán! h) h) ¿ Cuál es el tema central del poema? (3) i) Comenta brevemente, ¿ cuál es el conflicto presente en el poema? j) ¿ Cómo describe el autor los sentimientos de Amor y de Olvido? (6 rengl) ACTIVIDAD 5 a) Investiga la biografía de Sor Juana Inés de la Cruz. b) Lee el siguiente poema en silencio y realiza las actividades solicitadas al final. Hombres necios que acusáis Sor Juana Inés de la Cruz Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis: si con ansia sin igual solicitáis su desdén, 205 ¿por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal? Combatís su resistencia y luego, con gravedad, decís que fue liviandad lo que hizo la diligencia. Parecer quiere el denuedo de vuestro parecer loco, al niño que pone el coco y luego le tiene miedo. Queréis con presunción necia, hallar a la que buscáis, para pretendida, Thais, y en la posesión, Lucrecia. ¿Qué humor puede ser más raro que el que, falto de consejo, él mismo empaña el espejo, y siente que no esté claro? Con el favor y el desdén tenéis condición igual, quejándoos, si os tratan mal, burlándoos, si os quieren bien. Opinión ninguna gana; pues la que más se recata, si no os admite es ingrata, y si os admite es liviana. Siempre tan necios andáis que, con desigual nivel, a una culpáis por cruel y a otra por fácil culpáis. ¿Pues como ha de estar templada la que vuestro amor pretende, si la que es ingrata, ofende, y la que es fácil, enfada? Más entre el enfado y pena que vuestro gusto refiere, 206 bien haya la que no os quiere y quejáos en hora buena. Dan vuestras amantes penas a sus libertades alas, y después de hacerlas malas las queréis hallar muy buenas. ¿Cual mayor culpa ha tenido en una pasión errada: la que se cae de rogada, o el que ruega de caído? ¿O cual es más de culpar, aunque cualquiera mal haga: la que peca por la paga, o el que paga por pecar? Pues ¿para qué os espantáis de la culpa que tenéis? Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis. Dejad de solicitar, y después, con más razón. acusaréis la afición; de la que os fuere a rogar. Bien con muchas armas fundo que lidia vuestra arrogancia, pues en promesa e instancia juntáis diablo, carne y mundo. c) ¿ Qué imagen de los hombres refleja la autora en el poema? (4reng) d) Cita una estrofa que exprese un conflicto. (4 reg) e) Compartes con Sor Juana Inés de la Cruz el concepto que maneja en el poema sobre la mujer. ( 6 reng) 207 BIBLIOGRAFÍA Caramón Arana Cristina., La Comunicación Aplicada en la Lectura y la Redacción. México, UNAM. CCH. VALLEJO. 2001. Castellanos Magdaleno Raúl., Curso Moderno de Redacción México, Edición de Prueba. 1992 Cervantes Saavedra Miguel., Novelas Ejemplares. México, Edit. PORRÚA, 1978 Correa Pérez Alicia ., El placer de la escritura. México, Edit. Alambra México, 1998 Domínguez Luis Adolfo., Redacción Uno. México, Editorial DIANA. 1979 Don Juan Manuel., El Conde Lucanor. México, Edit. PORRÚA, 1987 Hernández Najera David., Comprensión Lectora: Texto Expositivo. México, UNAM. CCH. AZCAPOTZALCO. 1992 Mateos Muñoz Agustín., Ejercicios ortográficos. México, Edit. Esfinge. 20001 Pacheco, José Emilio., El Principio del Placer. México, Editrial Era, 1989. Sánchez Andraka, Juan., Un mexicano más. México, Editorial DIANA, 1999. Vivaldi Martín., Curso de Redacción. México, Edit. TRILLAS, 1976