La ciencia necesita datos, cifras y parámetros, y también la ciencia del cambio climático. El parámetro esencial que se maneja, sobradamente conocido, es el aumento de la temperatura media global, que según el Acuerdo de París de 2015 debe mantenerse por debajo de 1,5 a 2 °C respecto a los niveles preindustriales. Pero para medir el estado del clima, los científicos necesitan más información. En 2009 un grupo de investigadores estableció nueve límites planetarios referidos al medio ambiente en general, y que no deben rebasarse para mantener la habitabilidad de la Tierra; seis de ellos ya los hemos sobrepasado.
El cambio climático es uno de esos límites, pero es un sistema de muchas partes. Por ello los científicos han identificado componentes del sistema terrestre en los que existen puntos de inflexión a los que no debe llegarse, a riesgo de cambios acelerados y posiblemente irreversibles. En la cumbre del clima COP28 celebrada en 2023 en Dubái se lanzó la evaluación más exhaustiva hasta hoy, con la participación de más de 200 investigadores en más de 90 organizaciones de 26 países, bajo la dirección de Tim Lenton, de la Universidad de Exeter, y con la colaboración del Bezos Earth Fund. El proyecto identifica 26 puntos de inflexión repartidos entre la criosfera, la biosfera y la circulación de la atmósfera y los océanos.
Criosfera: Hielo de Groenlandia
En la criosfera, los hielos terrestres, los autores han identificado seis puntos de inflexión. El primero de ellos, y uno de los más importantes, se refiere a la capa de hielo de Groenlandia, la segunda mayor del mundo después de la antártica. Basándose en observaciones recientes y modelización numérica, los autores concluyen que el umbral crítico se sitúa en un calentamiento de 0,8 a 3 °C, por lo que nos encontramos ya dentro de ese rango. El colapso del hielo groenlandés sería irreversible, provocaría un aumento del nivel del mar de siete metros (a lo largo de siglos) y afectaría a la circulación de los océanos y la atmósfera.
Criosfera: Hielo de la Antártida
En la Antártida, los científicos sitúan sendos puntos de inflexión críticos en la capa de hielo de la Antártida occidental —ubicada entre las barreras de hielo de Ross y Ronne, y que incluye los glaciares que drenan en el mar de Amundsen— y en las cuencas marinas de la Antártida oriental. Para estas segundas se calcula un umbral de calentamiento más alto, de 2 a 6 °C, pero para la sección occidental se estima entre 1 a 3 °C, en el rango actual. El deshielo de ambas masas afectaría a la circulación oceánica y atmosférica, pero mientras que el hielo occidental elevaría el nivel del mar hasta tres metros, el oriental podría aumentarlo hasta 19 metros. Hay un tercer punto de inflexión en el hielo continental de la Antártida oriental, cuyo umbral está más alto, hasta 10 °C, pero cuyo deshielo haría subir los mares unos apocalípticos 34 metros.
Criosfera: Glaciares y permafrost
Los dos puntos de inflexión restantes en la criosfera se refieren a los glaciares de montaña fuera de las regiones polares y al permafrost. A diferencia de los anteriores, estos no tendrían efectos globales, sino regionales, y sus umbrales varían. El deshielo de los glaciares provoca déficits en el suministro de agua, deterioro de ecosistemas, riesgo de avalanchas y aumento del nivel del mar. El derretimiento del permafrost, que los autores incluyen entre los cinco umbrales que ya estamos traspasando, daña los ecosistemas y aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Biosfera: Corales
En la biosfera, los investigadores han delimitado 16 puntos de inflexión. De ellos, entre los cinco que ya se están superando con el calentamiento actual figura la muerte de los corales de aguas cálidas, que lleva años afectando a regiones como la Gran Barrera de Coral en Australia. Con un umbral máximo de aumento de temperatura de 1 a 1,5 °C, a lo que se suman la acidificación y una concentración de CO2 atmosférico mayor de 350 partes por millón (actualmente supera las 400), este ecosistema está en riesgo crítico. Su desaparición provocará un colapso de las comunidades marinas que dependen del coral (hasta un 25% de las especies), además de perderse la protección costera.
Biosfera: Otros ecosistemas
Además de los corales, los ecosistemas que representan puntos de inflexión más críticos son la selva amazónica, los bosques marinos de algas y los lagos, seguidos de las praderas marinas, el bosque boreal, los bancos de pesca, sabanas, manglares, tierras áridas y otros. El deterioro de los ecosistemas tiene como efectos generales la pérdida de biodiversidad, la ruptura de los patrones de lluvias y del ciclo del agua en amplias regiones del planeta, y el aumento de las emisiones de GEI que a su vez agravan el calentamiento global.
Atmósfera y océanos: Giro subpolar del Atlántico Norte
Finalmente, existen cuatro puntos de inflexión detectados en los sistemas de circulación de la atmósfera y los océanos. De ellos, el giro subpolar del Atlántico Norte completa la lista de los cinco umbrales que ya estamos traspasando, junto a los de Groenlandia, la Antártida occidental, el permafrost y los corales. Este giro es una corriente en sentido contrario a las agujas del reloj entre Groenlandia y la península del Labrador. Con un umbral estimado en 1,1 a 3,8 °C, su colapso se prevé en décadas, lo que no solo afectará a los ecosistemas marinos, sino que también aumentará la frecuencia de las olas de calor en verano.
Atmósfera y océanos: Otras corrientes
El giro atlántico es parte de la circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC, en inglés), que también representa uno de los grandes puntos de inflexión y de cuyo posible colapso están alertando numerosos estudios que reducen la previsión de siglos a décadas. Los dos puntos de inflexión restantes están en la circulación de vuelco de la Antártida (SMOC) y en el monzón de África occidental. Aunque hay incertidumbres sobre los umbrales críticos, los autores advierten que en estos y otros casos sus modelos “probablemente subestimen riesgos de puntos de inflexión. El mundo está volando en gran parte a ciegas en esta vasta amenaza”.
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