Nos preguntan por qué no hemos ofrecido imágenes del Rosario de Cristal de este año. La razón es sencilla, dado que no queremos incidir en lo que resultó ser un esperpento propiciado por quienes presionaron para que saliera a la calle, cuando una simple consulta a los radares de lluvia, accesibles en Internet, hubiera bastado para comprobar el grave riesgo al que iban a ser sometidos los faroles que lo integran.