Eduardo VIII: el Rey que revolucionó la moda para siempre

Eduardo VIII: el Rey que revolucionó la moda para siempre

Las claves del estilo del Duque de Windsor tenían su origen en costumbres de los campesinos británicos

Eduardo VIII: el Rey que revolucionó la moda para siempre abc

maría luisa funes

Eduardo Alberto Christian Jorge Andrés Patricio David Windsor -Eduardo VIII para sus súbditos- marcó profundamente la vestimenta occidental para siempre. Tanto en su época de Príncipe de Gales, como en la de Rey o en la de Duque de Windsor, consiguió que incluso sus innovaciones más extravagantes se convirtiesen en clásicos intemporales. Eduardo VIII fue polémico, carismático, original, atrevido e imitado por todos los señores desde entonces.

1. EL TRAJE PRÍNCIPE DE GALES. Como en tantas otras cosas a la hora de vestir, Eduardo VIII imitó a su abuelo, Eduardo VII, cuando retomó e hizo popular el traje «Príncipe de Gales», que provenía del Glen Urquhart plaid, el dibujo a cuadros que usaba el clan escocés de los Urquhart. Su abuelo lo utilizaba cuando iba a cazar a Escocia, donde se usaba a veces como tejido para la ropa de los guardas de las fincas. Eduardo VIII lo «repescó» y lo hizo popular.

2. JERSEYS SHETLAND. Otro guiño de Eduardo VIII a Escocia -no sabemos si a propósito o no- fueron los jerseys de lana gruesa de las Islas Shetland, más concretamente de la pequeña isla de Fair, cruce de caminos del comercio entre el Reino Unido y los países nórdicos, con una técnica que mezcla de lana de varios colores. Cuando aún era Príncipe de Gales, se mostró en público varias veces con este tipo de jersey en su versión sin mangas, popularizando la prenda.

3. LOS ZAPATOS «BROGUE». Retomando una práctica de los campesinos irlandeses, Eduardo VIII popularizó los zapatos con agujeritos en sus remates. Los campesinos agujereaban sus zapatos para facilitar su secado con una mayor ventilación, tras efectuar las labores del campo en terrenos húmedos. Los aristócratas retomaron la idea del «pueblo» y la convirtieron en un arte, valorando el detalle del repujado en el zapato. Eduardo VIII los catapultó para la historia de la moda cuando apareció con un par de «Brogues» en un partido de golf.

4. LA VUELTA Y LA RAYA DEL PANTALÓN. Como en muchas ocasiones, Eduardo VIII hizo de la comodidad, la improvisación y la practicidad un sayo. Cuenta la leyenda que siendo aún Príncipe de Gales se manchó los pantalones en un viaje y se acercó a una tienda donde eligió ponerse unos pantalones que estaban aún en su embalaje con la raya vertical marcada. Se dice que la vuelta del pantalón nació de modo similar, un día en el que Eduardo VIII se mojó el bajo de los pantalones y decidió seguir andando con ellos remangados.

5. EL ESMOQUIN AZUL CRUZADO DE SOLAPA REDONDEADA. La afición a la ropa es antigua en los hombres de la Casa Real Británica. Ya Jorge IV era una «víctima de la moda y los afeites». Eduardo VIII imitó a su abuelo, Eduardo VII, al recuperar el uso del esmoquin. Era una versión más cómoda que la etiqueta nocturna previa y nuestro personaje -raudo y veloz- la popularizó a ambos lados del «charco» dándole un giro distinto: lo usaba en azul oscuro y con botonadura cruzada, siempre con las solapas redondeadas.

6. EL CUELLO Y EL NUDO WINDSOR . Eduardo VIII, al igual que su antepasado Jorge IV, se ocupaba de los detalles más nimios de su vestimenta. No sin razón, escribió la «esposa a la fuerza» de Jorge IV, Carolina de Brunswick, allá por el 1800: «Yo debería haber sido el hombre y él la mujer, con puntillas y cancanes. Hubiera sido un excelente sastre, zapatero o peluquero». El Duque de Windsor diseñó su «cuello de camisa» que no siempre usaba, llamado Windsor o full cutaway en Inglaterra, scappino en Italia y cuello «italiano» en España. Es un cuello muy abierto hacia cada lado, para el que también creó el más grueso nudo de corbata Windsor.

7. LAS CHAQUETAS CRUZADAS . Las chaquetas cruzadas fueron una de las señas de identidad del Duque de Windsor. Habituado a darle un giro distinto a las piezas del guardarropa masculino habitual de la época, puso de moda los trajes cruzados de raya diplomática. Además, creó la moda de usar el blazer cruzado, combinado con un pantalón de sport de distinto material y color, dando lugar una mezcla muy habitual en el guardarropa europeo actual.

8. ZAPATOS DE ANTE O CUERO MARRÓN CON TRAJES DE VESTIR. De la manera en que se escruta actualmente cada estilismo de los Grimaldi, la prensa de todo el mundo seguía al Duque de Windsor. Esto facilitaba la propagación de sus estilismos e influía a compradores de grandes almacenes y sastres de todo el planeta. Una de las curiosas combinaciones que ideó fue usar zapatos de cuero o ante marrón con trajes de vestir oscuros o con blazer azul y pantalón gris.

9. CORBATAS Y PAÑUELOS CREATIVOS . Las corbatas eran para Eduardo VIII todo un juego. Creó la moda de usar motivos creativos: utilizaba tartanes británicos y cachemiras de la India, lunares y rayas de distinto color y grosor. Usaba pajaritas más grandes de lo normal, especialmente porque sus camisas solían tener el cuello Windsor, muy abierto. Combinaba con maestría los pañuelos de bolsillo con las corbatas y los trajes.

10. DETALLES DE ESTILO «CASUAL». Su tendencia natural de vestir era práctica y cómoda, aunque controlase obsesivamente cada detalle de su presencia. Los aristócratas se sorprendían al verle quitarse la chaqueta y remangarse cuando tenía calor. Era un aficionado a las chaquetas desestructuradas, algo impensable en la época. Acudía con chaquetas de sport a eventos formales o con sombrero panamá a lugares donde los demás señores llevaban los clásicos de fieltro.

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