La gesta 'fantasma' de Eduardo Chozas en el Granon: "Iba fundido"

La gesta 'fantasma' de Eduardo Chozas en el Granon: "Iba fundido"

Un madrileño de Orcasitas, el hijo del frutero, el niño que soñaba con ser Luis Ocaña, cabalga en solitario, pero nadie le ve. Las cámaras de la televisión francesa están atrás, en la agonía de Bernard Hinault. 150 kilómetros de colosos alpinos, engullidos uno tras otro, sin focos al lado que recojan la gesta. En los 2.413 metros del Col du Granon, donde hoy por segunda vez en la historia finaliza una etapa del Tour -fue la meta más alta durante 25 años, hasta que en 2011 se estrenó el final en el Galibier (2.654)-, Eduardo Chozas protagonizó hace 36 años una de las grandes heroicidades del pelotón español.

Era el ciclismo de los 80, sin pinganillos, sin tanto corsé. La primera época dorada de los españoles. Y Chozas era el valiente entre los valientes, especialista en lo que pocos: escapadas, cuanto más largas, duras y montañosas mejor. Pero ese día... «Fue una agonía total. Fue un etapón», rememora con nostalgia.

Una gesta con una corona de 24 dientes y un 39 de plato pequeño, salpicada de arrojo y de esfuerzo, pero también de un punto de incertidumbre que la eleva hasta los altares del misticismo del Tour. La revive Chozas días antes de volar a Francia, invitado por la Grande Boucle, que no repara en homenajes a sus héroes. Y en el feroz Granon, nadie como el madrileño. «Es un pedazo de puerto, no tiene descansos, por encima de la media de los Alpes. Es más corto que el Galibier, la Croix de Fer o Alpe d'Huez. Pero es más duro, rampas permanentes del 10%, no baja nunca», avisa el entonces ciclista del Teka, que el año anterior ya había ganado en el Tour (se apuntaría hasta cuatro etapas) y en 1983, con 22 años, dejó su firma de intrépido en el Giro en Vasto, el día más especial de toda su carrera: «Conseguí una cosa más difícil, ganar una etapa llana los últimos 80 kilómetros a un pelotón que iba a por mí a muerte. Aquello fue casi increíble».

"Los tres últimos kilómetros iba fundido"

Pero hay que volver al Granon. «Pensaba, 'no sé si soy yo o es el puerto, que es muy duro'. Es una subida pelada, sin un árbol. Los tres últimos kilómetros iba fundido, medio apajarado. Veía el banderín del último kilómetro y pensaba: 'No llego, no llego'. Porque también hubo un lío con la radio, no daba información. Lo pasé mal psicológicamente, porque creía que me iban a coger, sentía ganas de llorar». No fue así. Chozas aventajó en más de seis minutos al segundo, Zimmerman, y en siete a Perico Delgado, el día que Greg Lemond arrebató el líder a su compañero en 'La Vie Claire' Hinault, el último amarillo del Tejón.

El despliegue de Chozas resulta más asombroso todavía si se compara con los remilgos actuales. «Yo pienso como corría: las oportunidades no vienen solas, hay que ir a por ellas. Hace falta gente más valiente. Yo no me conformaría, desde luego», protesta, con la mirada en los españoles. Esa mañana que el madrileño tenía apuntada, se lanzó de salida y ya no miró atrás. «Hubo mil ataques. Pero cuando llegamos al Col de Var pensé, 'aquí ya no es llano, el que quiera, que me siga'. Y no pudo nadie. Porque tenía que ser un gran escalador para venir conmigo, y se estaban reservando para más adelante. Necesitaba piernas y fondo para aguantar 150 kilómetros, con una escapada de 10 que iba detrás de mí, con Charly Mottet, Anselmo Fuerte, corredores muy buenos. Les iba manteniendo la ventaja, pero por detrás no sabía qué iba pasando...».

«Yo era muy completo, subía bien y era buen rodador. Y bajaba muy bien también. En una etapa así, el pelotón tiene que ir igual que tú de deprisa y no es fácil. Son los grandes escaladores los que te tienen que neutralizar. En llano es otra cosa. Si eres buen escalador y valiente, pueden salir esas escapadas. Yo casi todas las que he ganado han sido así», cierra Chozas, comentarista de Eurosport, que se recupera de un trasplante de médula al que fue sometido hace dos años, otra escapada más con los brazos en alto.

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Eduardo Chozas, subiendo el Col du Granon, durante el Tour del 86.