Cuando Sofía y Eduardo de Wessex eran polémicos: 20 años del fracaso como empresarios que les llevó a dedicarse a Isabel II por completo

En 2002, el príncipe Eduardo y Sofía de Wessex se vieron obligados a renunciar a sus carreras profesionales por varias polémicas. 
Los condes de Wessex durante un viaje oficial a África realizado en 2002 el año de su fracaso como empresariosnbsp
Los condes de Wessex durante un viaje oficial a África realizado en 2002, el año de su fracaso como empresarios Getty Images

Tras la espantada de los duques de Sussex a Estados Unidos y la caída del príncipe Andrés por el caso Epstein, los condes de Wessex se convirtieron en una baza fundamental dentro de la menguante familia real británica.  

La creciente popularidad del príncipe Eduardo y su mujer, Sofía de Wessex, ha quedado constatada este verano con sus apariciones en los Commonwealth, un destacado evento deportivo del que Eduardo es patrón y que tanto él como Sofía apoyan todos los años. La asistencia de los condes de Wessex a los distintos partidos de los juegos con sus hijos les ha convertido esta temporada en los Windsor más visibles en los medios de comunicación, donde no siempre gozaron de la aceptación que generan ahora. Así, hace veinte años marido y mujer se vieron obligados a renunciar a sus carreras profesionales por las polémicas que protagonizaron.

El matrimonio se casó en 1999 y decidió compatibilizar sus funciones representativas con el desarrollo de actividades comerciales. La condesa Sofía trabajaba en el campo de las relaciones públicas y unos años antes de su boda había fundado su propia agencia, RJH Public Relations. 

El incidente que echó al traste su carrera ocurrió en 2001, durante la reunión con un supuesto jeque árabe en el hotel Dorchester de Londres. El jeque se trataba en realidad de un reportero del News of the World y había engañado a la esposa del príncipe Eduardo para registrar con su grabadora alguna declaración suya que diera juega. Y vaya si lo consiguió. En la grabación, Sofía de Wessex hablaba de miembros de la familia real y comentaba la relación de su cuñado el príncipe Carlos con Camilla, de quien decía que era “la número uno en el top 10 de la gente impopular” y que mientras la reina madre estuviese viva no podría casarse con él. En la grabación obtenida por el falso jeque, la condesa también daba muestras de cierto nepotismo. “Cuando la gente se entera de que estemos trabajando para ti, lo más probable es que se interese. Dirán: ‘Oh, han contratado a la empresa de relaciones públicas de la condesa de Wessex”. 

Un año después, Sofía de Wessex se vio obligada a abandonar su empresa. Aquel 2002 también marcó el final de la carrera profesional del príncipe Eduardo, dedicado por su parte a la producción de programas de televisión. En 1993, el hijo pequeño de la reina Isabel II había fundado Ardent Productions, una productora de documentales y ficciones para televisión que despegaría gracias al interés del público estadounidense por la familia real. Uno de los títulos más populares producidos por la empresa del príncipe fue el documental “Eduardo sobre Eduardo”, en el que repasaba la vida de su tío abuelo el rey Eduardo VIII (luego duque de Windsor). 

En 2001, la productora de Eduardo de Wessex se vio envuelta en una polémica cuando salió a la luz que un equipo de Ardent Productions había invadido la vida privada del príncipe Guillermo mientras estudiaba en la Universidad de St. Andres. Según publicó la prensa, el príncipe Carlos y otros miembros de la familia real se molestaron mucho con el incidente y se reunieron con Eduardo para convencerle de que cesara su actividad profesional. Eduardo se resistió, pero finalmente, en 2002, dimitió como director de su productora, disuelta siete años después. 

Desde entonces, los condes de Wessex están dedicados a tiempo completo a representar a la reina Isabel II como miembros oficiales de la familia real: nunca un fracaso fue tan exitoso. 

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