Abr 11 2023

Ed Gein. La historia del Carnicero de Plainfield

Por Story Teller

Edward Theodore Gein, conocido como Ed, nació en el condado de La Crosse, Wisconsin, el 27 de agosto de 1906.

Hijo de un padre alcohólico, pasó una infancia plagada de abusos de todo tipo, por lo que la figura de referencia de Ed pasó a ser su madre.

La mujer, fanática religiosa hasta la locura extrema, pronto se convertiría en una presencia muy molesta en la vida de sus hijos.

Una educación hiperrigorosa basada en conceptos extremistas llegará a moldear la mente del pequeño Ed, a quien se le dice a diario que todas las mujeres excepto su madre son prostitutas, hijas del diablo, que el sexo sólo es aceptable con fines de procreación y que los hombres son malos por naturaleza.

Por si todo esto no fuera ya suficiente para generar una visión distorsionada de la realidad en la mente de sus hijos, la mujer comienza a leerles todos los días pasajes del Antiguo Testamento que hablan de atroces castigos divinos y asesinatos, llegando incluso a hacer prometer a ambos niños que mantendrán su virginidad de por vida, empujándoles así a aislarse cada vez más del resto del mundo y a refugiarse en una realidad imaginaria hecha de demonios y miedos angustiosos.

A medida que Ed crece, pronto empieza a desarrollar sentimientos ambivalentes hacia su madre y, mientras que por un lado la adora, por otro la detesta fuertemente.

Un día, mientras sus padres sacrifican un cerdo, el niño ve la escena y tiene un orgasmo y es sorprendido masturbándose por su madre, quien, tras agarrarle por los genitales, le sumerge en agua hirviendo como castigo.

En la escuela, las cosas no iban mejor. Debido a sus actitudes afeminadas y a su carácter extremadamente introvertido, el chico era acosado y vejado en todos los sentidos por sus compañeros, ante los que reaccionaba con una mueca inquietante, según los profesores, que empezaron a notar actitudes extrañas en él.

Tras la muerte de su padre en 1940, Ed y su hermano mayor Henry se quedaron a vivir con su madre Augusta, y durante este periodo el hermano mayor empezó a distanciarse cada vez más de su figura materna hasta que rompió su promesa de conservar su virginidad de por vida e intentó convencer repetidamente a Ed de que hiciera lo mismo.

Por razones desconocidas y poco claras, en mayo de 1944 la granja se incendia y Henry muere en el incendio.

Ed declaró que no podía hacer nada por salvarlo, ya que su hermano había sido engullido por el fuego, pero cuando llegaron los servicios de rescate, señaló el lugar exacto donde se encontró el cadáver carbonizado, que presentaba un traumatismo en la cabeza totalmente incompatible con la dinámica del suceso.

En 1945, cuando Ed tenía treinta y nueve años, su madre murió de un derrame cerebral, dejando a su hijo sumido en la más absoluta desesperación.

La ruptura definitiva con la realidad llega en ese periodo durante el cual Ed, para entonces solo en el mundo y sin más apoyo emocional, aunque disfuncional y por tanto deletéreo, comienza definitivamente a hundirse cada vez más en una oscuridad tan profunda como el abismo de su propia locura.

Comienza a ir con frecuencia al cementerio, pero no a llorar ante la tumba de su difunta madre, sino a desenterrar cadáveres mal enterrados, eligiendo en particular aquellos que le recordaban a su madre.

Tras desenterrar los cadáveres se los lleva a su casa y en muy poco tiempo la granja se convierte en una casa de los horrores donde Ed comienza a deshacerse de los cuerpos de las formas más macabras hasta que, con el paso del tiempo, esto ya no le basta y da el siguiente salto: llegar a matar para conseguir cadáveres.

Nunca se ha establecido el número exacto de sus víctimas, pero sin duda se le atribuyen al menos 10 asesinatos, aunque sólo ha sido condenado oficialmente en dos casos: el de Mary Hogan, empleada de una taberna desaparecida en 1954, y el de Bernice Worden, dependienta de una tienda de ultramarinos asesinada a tiros el 16 de noviembre de 1957. El mismo día de la desaparición de Worden, Gein es detenido por la policía, gracias al hijo de la mujer, un ayudante del sheriff de Plainfield, que sabe que Ed había estado en la tienda de su madre para comprar un galón de anticongelante, y el propio recibo que mostraba un galón de anticongelante vendido resulta ser el último que la mujer había comprado en su tienda ese día.

Poco después el cadáver de Berenice será encontrado en un cobertizo de la propiedad de Gein, colgado boca abajo, abierto por la vagina y mutilado a la altura de la cabeza, que más tarde será encontrada en una habitación de la casa con dos clavos clavados en los laterales, lista para ser colgada como macabro trofeo.

La investigación continúa en el interior de la vivienda adyacente a la granja y una veintena de agentes de la ley, encabezados por el sheriff, nada más cruzar el umbral e iluminar el interior se encuentran con un espectáculo escalofriante hasta el punto de que al ayudante del sheriff se le agolpan los reflejos nauseabundos debido al olor nauseabundo y a la visión irreal de lo que se presenta ante sus ojos.

En un estado de absoluta decadencia interior, inician la búsqueda de cadáveres transformados en objetos de mobiliario: una columna vertebral utilizada como lámpara, cuatro narices, uñas de mujer y diez cabezas de mujer transformadas en adornos de dormitorio; un corazón humano (hay cierto debate sobre dónde se encontró; todos los agentes del informe afirmaron que estaba en una cazuela en la estufa, mientras que los fotógrafos de la escena del crimen afirmaron que estaba en una caja de papel); dos labios humanos decorando una ventana; piel humana utilizada como tapicería para lámparas y sillas y cortinas. un corsé hecho con el pecho de una mujer desollado desde los hombros hasta la cintura; polainas hechas con piel humana; una máscara hecha con la cara de Mary Hogan en una bolsa de papel; el cráneo de Mary Hogan en una caja; la cabeza de Bernice Worden en un saco de arpillera; un cinturón hecho con pezones humanos; una cesta y un tambor hechos con piel humana; varios cráneos en la cabecera de la cama de Gein; nueve máscaras hechas con piel humana; el cráneo de un niño hecho sopera; un sillón con brazos en lugar de reposabrazos; numerosos frascos que contenían narices y vaginas en espíritu; y numerosos vestidos hechos con piel de mujer. , guantes hechos de piel humana, fémures utilizados como patas de mesa. entre los diversos objetos macabros expuestos, los vestidos de mujer parecen ser los más importantes para Gein, ya que a través de ellos pudo darse cuenta de su necesidad de transformarse en mujer: un acto que en su mente enferma le llevó a reunirse con su madre muerta, pero sobre todo un acto a través del cual pudo devolverla a la vida.

otros ejemplos de artefactos
La única sala inviolable en la que no se encuentran artefactos es la de Augsburgo.

Tras su detención, Ed Gein pasó el resto de su vida en un centro penitenciario psiquiátrico,

Murió el 26 de julio de 1984 de una crisis respiratoria a la edad de setenta y siete años.

Su cuerpo está enterrado junto al de su madre.

Si la lectura de esta historia le ha recordado a Norman Bates en Psicosis, a Leatherface en No abras esa puerta o a Buffalo Bill en El silencio de los corderos, es porque todas ellas están inspiradas en la historia real de Ed Ghein, pero como puede ver, en este caso fue la realidad la que superó a la fantasía.

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