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La escuela cómo espacio de construcción de Paz y No Violencia

El espacio más democratizador de una sociedad es la Escuela, convirtiéndose así en un territorio privilegiado para construir una cultura de paz y combatir la violencia.

Vivimos tiempos en que la violencia ha tomado matices y nuevas formas de expresión como la discriminación, la xenofobia, homofobia, el maltrato, el abandono, la imposición de ideas, el bullying, la segregación etc. Las primeras víctimas de ello son las niñas, niños y adolescentes; teniendo consecuencias graves en su desarrollo personal y colectivo, que sin duda podrían evitarse.

Uno de los hechos de impacto más reveladores de la violencia que sufren los niños, niñas y adolescentes, son los distintos tipos de discriminación a los que se enfrentan cotidianamente. Según los datos de la plataforma SISEVE, en 2019, 27 niños sufrieron un acto de violencia en escuelas peruanas, aproximadamente el doble del año 2018.

Estos datos son más dramáticos respecto a la violencia sexual que sufren las niñas y niños en todo el país, cobrando cifras devastadoras en la Amazonia. Según la Defensoría del Pueblo, 7 de cada 10 mujeres indígenas víctimas de violencia sexual son adolescentes, esto significa que en 10 años aumentó la incidencia de niñas madres.

Abrir nuevos horizontes desde una cultura de paz y no violencia es una tarea que desde UNESCO se viene trabajando en escuelas rurales. El Programa Horizontes es un ejemplo de ello.

  • Contribuye para que las y los adolescentes de escuelas secundarias públicas de ámbitos rurales puedan implementar sus proyectos de vida.
  • Busca que las y los adolescentes terminen sus estudios de secundaria desarrollando un conjunto de habilidades socioemocionales como el autoconocimiento, autoestima y herramientas que permitan construir oportunidades de desarrollo.
  • De la mano con escuelas que protejan y preparen a las y los adolescentes para afrontar riesgos con autonomía y libertad.

Esta apuesta se enmarca en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16, el cual señala que la Paz, la Justicia y el tener instituciones sólidas son un camino para el desarrollo sostenible de las sociedades.

Construir una cultura de paz implica reconocer y hacer de la escuela un espacio atractivo, acogedor, seguro, que posibilite el desarrollo de proyectos de vida de vida los niños, niñas y adolescentes. Un espacio donde el rol del docente empático es fundamental, de la mano del liderazgo directivo que haga posible la concreción de un Proyecto Educativo Institucional. Asimismo, la escuela debe trabajar y garantizar la paz, esa paz que queremos para una sociedad que se gesta al igual que la democracia y el modelo de sociedad, en la escuela.

Han transcurrido 72 años desde la muerte de Mahatma Gandhi y 27 años desde que la UNESCO reconoce y conmemora el Día Escolar de la No Violencia y la Paz. Gandhi inspiró una lucha por la No Violencia y la Paz.

Necesitamos hacer de la escuela un espacio para la tolerancia, la solidaridad, el respeto a los Derechos Humanos, la no violencia y la paz. El compromiso es ineludible.