Uno de los principales motivos por el que viajamos, es el de conocer otras culturas y formas de vivir de los habitantes que visitamos. Eso supone muchas veces huir de los lugares más turísticos y conocidos para tener una visión más real. En nuestro viaje a Irlanda en autocaravana, uno de esos lugares «diferentes» que teníamos marcados de obligada visita era la ciudad de Derry o Londonderry, depende de quién lo diga (es curioso ver escrito Derry en las carreteras de Irlanda mientras que el texto es Londonderry en Irlanda del Norte). Así que tras unos primeros días por la fantástica carretera de la Costa del Gigante, nos dirigimos a esta ciudad casi fronteriza entre las dos Irlandas para ver de primera mano sus famosos murales que relatan parte de la sangrienta historia acaecida allí. Para ello nos dirigimos a la zona de católica en los barrios de Bogside y Creegan.

Pero primero, un poco de historia:

La historia de la isla de Irlanda está sin duda marcada por el conflicto entre católicos y protestantes, irlandeses e ingleses teniendo a Derry como lugar de las mayores batallas. Fundada en el siglo VI por católicos, a su alrededor se establecieron varias comunidades en los diferentes condados. Pero desgraciadamente para ellos, entre los siglos XVI y XVII tuvieron lugar colonizaciones británicas dando origen al conflicto ya que multitud de colonos ingleses, galeses y escoceses llegaron a la isla para apropiarse de sus tierras.

El punto álgido llegó a finales del siglo XVII ya que tras la batalla del Boyne, la corona británica logró someter a toda la isla la cual pasó a sus dominios. De esa manera Irlanda pasó a ser colonizada, aunque de manera especial todo el norte. Acababa así gran parte de la cultura ancestral celta y el gaélico como lengua, quedando éste solo para las tierras del sur y los pocos nativos que resistieron.

Derry pasó a llamarse Londonderry y la cultura británica dominó la ciudad. Pero los irlandeses no se rindieron y trataron de recuperar sus tierras, por lo que durante años tuvieron lugar muchas luchas y batallas en la ciudad. Prueba de ello son las murallas que edificaron los protestantes ingleses para protegerse de los ataques católicos que venían desde el sur. Estas murallas (actualmente muy bien conservadas) protegían a las barriadas protestantes dejando fuera a los católicos en barrios marginales.

Con la independencia de Irlanda a principios del siglo XX tampoco llegó la calma ya que la división de la isla en la República de Irlanda e Irlanda del Norte no satisfizo a los nativos irlandeses que querían la recuperación total de su territorio. Tanto es así, que en 1969 se crearía el «Free Derry» (Derry libre), una zona independiente de la corona británica que crearon los habitantes de los barrios católicos como rechazo a la pertenencia al Reino Unido, ya que los católicos de Irlanda del Norte sufrían una especie de «apartheid» debido a las leyes británicas discriminatorias en materia de impuestos, vivienda y representación política. Hoy en día aún se puede ver un mural con este lema a la entrada del barrio.

La tensión estalló entre la policía local y el «Free Derry» con graves enfrentamientos llegando a provocar la muerte de Samuel Devenny tras una paliza de la policía. Los enfrentamientos duraron varios días y se pudieron apaciguar gracias a la intervención del ejército británico el cual no llegó a desmantelar las barricadas del área «independiente».

Esta tensa calma duró casi 3 años, pero en 1972 se ocurrieron los famosos «The Troubles» (los sucesos) que desencadenaron en los incidentes del «Domingo Sangriento» (Bloody Sunday, tal y como reza la canción del grupo irlandés U2). Ese 30 de enero, una manifestación de más de 15.000 personas en favor de los derechos civiles y en contra de las leyes del encarcelamiento sin juicio a los sospechosos de pertenecer al IRA, se convirtió en una terrible batalla.

14 jóvenes manifestantes fueron tiroteados por un grupo especial de paracaidistas del ejército británico enviado para evitar disturbios en la manifestación. En su defensa alegaron haber sido tiroteados previamente, aunque quedó demostrado que únicamente habían recibido el lanzamiento de piedras por parte de un grupo reducido de manifestantes. Primero lanzaron botellas de gas lacrimógeno y pelotas de goma pero finalmente acabaron disparando a los manifestantes.

Aquello encendió definitivamente la mecha causando revueltas en varios puntos de Irlanda del Norte y también protestas en varias ciudades europeas. Desde Londres se decidió acabar con el «Free Derry» con la operación conocida como MOTORMAN, enviando al ejército británico el cual arrasó con las barricadas utilizando tanques, blindados y bulldozers. Un joven de quince años y un miembro del IRA murieron en esa operación por lo que el gobierno pidió perdón. La tensión era máxima y el IRA se radicalizó aún más provocando múltiples atentados por todo el país.

Especialmente dramático fue el asesinato de un joven de Derry alistado al ejército británico. Este aumento de la violencia hizo que el IRA perdiera popularidad y apoyo por parte del republicanismo menos radical por lo que el movimiento se fue desinflando.

Finalmente y tras muchos años de negociaciones en 1998 llegó la Paz con el famoso acuerdo de Viernes Santo. Gerry Adams, el líder del Sinn Féin (brazo político del IRA y del republicanismo) y David Timble, líder del Partido Unionista del Ulster fueron las caras visibles de este acuerdo. Ambos recibieron múltiples críticas por parte de los sectores más radicales de sus filas debido a las renuncias y concesiones para llegar al entendimiento. Y así fue como finalmente se llegó la Paz tras la realización de sendos referéndums en Irlanda e Irlanda del Norte.

Hoy en día estos barrios católicos son bastante más tranquilos y sirven como reclamo turístico para conocer un poco más la historia de Derry a través de los murales que muestran con gran crudeza lo acaecido durante años en esas calles. Aparcamos nuestra autocaravana sin ningún problema en la misma calle en la que se encuentran el pequeño museo del Free Derry al cual no fuimos por falta de tiempo.

Pasear por ambos barrios es como hacerlos en una galería de arte al aire libre. De hecho, a esos 12 principales murales que adornan las fachadas de algunas casas se les llama la galería del pueblo. A través de ellos el visitante se sumerge en el escenario de lo ocurrido durante esos duros años en la ciudad. Los murales fueron pintados por Tom Kelly, Will Kelly y Kevin Hasson los cuales vivieron en primera mano los Troubles

Algunos de ellos son de una carga emocional potente y con una simbología enorme, especialmente el de la niña con la falda verde que fue asesinada en las reyertas. Este mural sufrió un cambió tras el acuerdo de paz ya que su fusil se tiño de rosa además de «romperse» por la mitad.

         

     

Hay también otros murales reivindicativos que decoran el barrio y que sirven digamos como protesta o reclamación de los derechos civiles de la gente, además de pintadas y lemas apoyando al IRA y reclamando la República. Porque aunque es cierto que la gente vive en paz, aún sigue habiendo cierta tensión entre ambos bandos además de la separación entre ellos. Digamos que se aceptó vivir de esa manera pero no existe reconciliación ni unión entre ambas comunidades.

Hay también dos monumentos conmemorativos de aquella época y que son cuidados y recordados por los vecinos que los mantienen con flores para mantener vivo la memoria de los fallecidos. Son el monumento del Bloody Sunday y el de los muertos también a lo largo de los años de lucha. Independientemente de la ideología de cada uno, es bastante triste recordar lo que sucedió ya que mucha gente sufrió (y seguramente seguirá sufriendo) con ello.

Vale la pena también llegar a lo alto de la colina en la que se encuentran las murallas de la ciudad. Para ello solo hay que subir las escaleras cerca de las murallas para poder contemplar todo el barrio. Las vistas son perfectas y permiten tener una visión completa de la zona. De hecho, desde allí arriba controlaba el ejército británico lo que ocurría en las calles más abajo y poder realizar sus más que discutidas acciones.

En un par de horas se puede hacer esta visita a este lugar que tantas veces fue noticia en las décadas de los 70, 80 y también en los 90. Un paseo por la historia más reciente de un conflicto centenario que aunque hoy parece solo un mal recuerdo, todavía sigue muy presente en las calles y en el día a día de la gente. Especialmente donde tuvieron lugar los acontecimientos relatados anteriormente. Vale la pena pues, acercarse a Derry (o Londonderry) para conocer un poquito de esa historia a través de los murales de la ciudad.

Si os ha gustado y os interesa conocer mejor la isla esmeralda, podéis saber más sobre nuestro viaje a Irlanda en autocaravana en el siguiente artículo.

Viajar por Irlanda en autocaravana. Itinerario

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