La acentuación de las palabras en el español es uno de los temas más difíciles de la gramática pues hay que tener claras varias reglas para hacerlo bien. Colocar u omitir tildes equivocadamente puede ser fatal a la hora de escribir bien un documento, pudiendo llevar a muchos errores ortográficos. En este artículo tocaremos un ejemplo importante dentro de este contexto al mostrarte cómo se escribe de o dé.
Algunos casos de dudas de escritura en relación al uso de la tilde son guia o guía, ví o vi, te o té y cuál o cual, entre otros. La mejor forma de aprender a usar la tilde correctamente es estudiando la gramática, además de un buen hábito de lectura.
La palabra ‘dé‘, con tilde diacrítica, es reconocida por la Real Academia Española (RAE) como válida en el español, si bien sólo existe como una conjugación verbal. Más concretamente, el término ‘dé’ deriva del verbo dar, pronunciándose de forma tónica en la oración y te mostramos a continuación en qué tiempos verbales del verbo dar se usa:
- Primera persona en singular del presente de subjuntivo.
Ejemplo: Para que yo dé dinero a los mendigos primero me tiene que sobrar. - Tercera persona en singulardel presente de subjuntivo.
Ejemplo: Que ella dé atención a ese chico no quiere decir que le atraiga. - Segunda persona en singular formal (usted) del afirmativo de imperativo.
Ejemplo: Por favor, dé su chaqueta al anfitrión del restaurant, pues él se la colgará.
La palabra ‘de‘, sin tilde, también existe en el español pero en este caso ya no es una conjugación verbal sino que es una preposición, que la RAE define para diversos usos que te mostramos a continuación lso principales:
- Denota pertenencia o posesión.
Ejemplo: La casa de Pedro. - Denota la procedencia de algo.
Ejemplo: Este traje es de Australia. - Denota lo contenido en algo.
Ejemplo: Un plato de arroz. Un vaso de zumo. - Denota el asunto o la materia a la cual se hace referencia.
Ejemplo: Una clase de inglés. Hablaban de política. - Denota el origen o la causa de algo.
Ejemplo: Murió de cáncer. - Desde (denota el comienzo de lago en el espacio o tiempo).
Ejemplo: Una moda que se extiende de Estados Unidos hasta Europa.
Ejemplo: De ocho a once estará abierta la tienda. - Determina el tiempo en que algo ocurre, cuando va seguida del nombre.
Ejemplo: De noche. De tarde. De viejo. - Denota la rápida ejecución de una acción.
Ejemplo: Terminemos de una vez. De un trago se bebió toda la botella. - Denota de qué material algo está hecho.
Ejemplo: Una mesa de roble.
Cómo se traduce la preposición ‘de’ en otros idiomas
La preposición ‘de’ es pieza esencial en la construcción de las oraciones en nuestro idioma, y así también lo es para otras lenguas, por lo que pon atención para que veas cómo se traduce la preposición ‘de’ en ellos:
- Cómo se dice ‘de’ en inglés: of
- Cómo se dice ‘de’ en francés: de
- Cómo se dice ‘de’ en italiano: di
- Cómo se dice ‘de’ en portugués: de
- Cómo se dice ‘de’ en catalán: d’
¿Cuál es la diferencia entre de y dé? Esperamos te haya quedado claro que la primera forma sin tilde (‘de’) es una preposición con muchos usos en el español mientras que la segunda forma con tilde diacrítica (‘dé’) proviene del verbo dar.
Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.