La ciudad de las damas, de Christine de Pizán: Feminismo antes del feminismo - Colofón Revista Literaria

La ciudad de las damas, de Christine de Pizán: Feminismo antes del feminismo

Contrario a la visión tradicional de la historia, donde se supone que las mujeres solo aparecen como sujetos pensantes hacia finales de la Edad Moderna, la realidad fue que un prolongado debate sobre la importancia de educarlas tuvo lugar en Europa durante más de tres centurias. Desde finales del siglo XIV y hasta la Revolución francesa, muchas mujeres —en especial las de clase noble— y no pocos hombres defendieron la capacidad intelectual del género femenino frente a la creencia en la debilidad física y de espíritu a la cual supuestamente las condenó Eva. Los historiadores conocen esta antigua demanda por el acceso a la educación con el nombre de “querella de las mujeres”, a la cual se hace alusión en francés, querelle des femmes, por ser en La Provence donde se desarrolló con más fuerza. La primera femme en publicar un libro al respecto fue la poeta italiana residenciada en Francia, Christine de Pizán, quien en 1405 escribió La ciudad de las damas.

En esa obra lírica, De Pizán impugna mediante alegorías las posturas misóginas de sacerdotes y poetas provenzales expresadas en los escritos de la época. “Me era casi imposible encontrar un texto moralizante, cualquiera que fuera el autor, sin toparme antes de llegar al final, con algún párrafo o capítulo que acusara o despreciara a las mujeres”, escribe la hija del astrólogo de Carlos V, Tomás de Pizán. Añade que tal argumento, aún cuando era carente de asideros empíricos aparecía en las obras de célebres doctores, lo cual hacía que la gente concluyera que todo era verdad: “No dejaba de sorprenderme que tan gran Obrero haya podido consentir en hacer una obra abominable, ya que, si creemos a esos autores la mujer sería una vasija que contiene el poso de todos los vicios y males”.

La ciudad de las damas muestra un lugar utópico construido y poblado por mujeres; una ginetopía elaborada por símbolos, donde las damas Razón, Rectitud y Justicia colocan los fundamentos, elevan los edificios y traen a otras para habitarla, muchas eran heroínas de la hagiografía y otras, señoras virtuosas de la historia. En la introducción a la edición hecha por Siruela de este texto clásico, Victoria Cirlot señala que el gran logro de la poeta italiana fue construir una imagen de feminidad a partir de “un pensamiento forjado en diálogo con la cultura, la de los hombres, claro, pues no había otra, tanto la cortés como la clerical, pero sorprendentemente diferente. Y la diferencia estriba en que quien habla, quien escribe, es una mujer”.

La especialista en literatura medieval explica así, sin proponérselo expresamente, la razón por la cual más de 500 años después de que muriera De Pizán, los movimientos feministas europeos usaron los postulados de La ciudad de las damas y la querella de las mujeres para demandar educación, autonomía, derechos civiles y participación en la vida pública del género. Simone De Beauvoir se refiere a esta obra en El segundo sexo (1949) y a su autora como a la primera feminista de Europa, así que no puede decirse que el libro hubiera permanecido oculto en la historia. Sin embargo, resulta interesante que durante muchos años no se le incluyó en el canon de la lírica del tardío medioevo, en diálogo con la poesía cortesana o con los trabajos de hombres como Giovanni Boccaccio a quienes tanto le debe De Pizán. El tesoro de la ciudad de las mujeres, el cual la autora publicó el mismo año que La ciudad de las damas ofrece consejos a las señoras sobre cómo mejorar la vida cotidiana en términos bastante similares a los que usarán los libros morales de Juan Luis Vives y Erasmo de Rotterdam, un siglo después. Si la filosofía de estos dos hombres sigue siendo moneda común en Iberoamérica y Europa, qué duda cabe que fue por su condición de intelectuales masculinos, pues a De Pizán, que la conocía todo el mundo, se la ha «redescubierto» gracias al trabajo de miles de intelectuales mujeres que trabajan para que legado del género no se pierda en los meandros de la historia oficial.

 

Michelle Roche Rodríguez (@michiroche) es narradora, periodista y crítica literaria. Es autora del libro de relatos Gente decente (Premio Francisco Ayala, 2017) y del ensayo Madre mía que estás en el mito (Sílex, 2016). Su página web es http://www.michellerocherodriguez.com

 

 

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