Finger Food

Publicado en: RevistaES del Periódico Hoy (1 abril 2013)

Finger food

Que poco podía pensar la gran Catalina de Médici, que en pleno siglo XXI aparecería una corriente gastronómica en contra del utensilio que tan fervientemente defensó. Dice la historia que el ajuar de bodas de la magna dama se encontraba repleto de tenedores de exquisita factura; y que fue ella, cuando se trasladó a Fracia para desposarse con Enrique II, la que terminó con la costumbre de comer con las manos, introduciendo el uso del tenedor. A partir de ese momento el cubierto fue ganando adeptos hasta que nadie, con una mínima educación, se atrevió a manosear la comida en la mesa.

Hasta ahora, porque el “Figer Food” propone rescatar el binomio manos-comida. Así es, ha aparecido en el mundo gastronómico una tendencia que pretende que volvamos a tocar los alimentos con los dedos. Naturalmente se trata de mini-bocados, sencillos de tomar, que no ensucian demasido y se degustan con uno o dos mordiscos. Siendo sinceros, si de agarrar se trata, tampoco es algo excesivamente novedoso; tapas y pintxos (hasta las papas fritas) toda la vida se han comido con las manos, pero lo que hace la corriente “Finger Food” algo diferente no es la forma en que se lleva a la boca sino su concepto. “Finger Food” es cocina en miniatura, preparados que rompen con las tradicionales croquetas, canapés y empanaditas para convertirlas en auténticos platos, es alta gastronomía en formato reducido.

Su fulgurante despegue ha venido de los grandes chefs; de los snacks y aperitivos (cada vez más numerosos) que ofrecen en sus vanguardistas restaurantes. De ahí ha dado el salto al mundo del catering y, como es el formato ideal para recepciones y cocktails, se ha afianzado para desarrollarse plenamente. Una manera de romper con el encorsetamiento de la mesa, los protocolos y fomentar la sociabilización, todo ello sin renunciar a la calidad gastronómica.

Si le convence la idea, le dejo mi propuesta de “Finger Food” para su próxima reunión de amigos.

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