Los 11 castillos más impresionantes de Francia

El Palacio de Versalles es, sin duda, el castillo más emblemático de Francia. Esto hace que los alojamientos situados en la zona del castillo sean de los más demandados del país. Está situado a 20 kilómetros al suroeste de París y fue la residencia del último rey francés, Luis XVI, antes de la caída de la monarquía en 1789. El palacio, construido en un parque de 1070 hectáreas con unos espléndidos jardines de estilo francés, ocupa un área de 67.000 metros cuadrados. Cuenta con 700 estancias, 1250 chimeneas y 67 escaleras. Es todo lo fastuoso y desmesurado que puede ser un solo edificio. En él encontrarás algunas de las obras de arte y piezas de artesanía más sofisticadas de Francia, tanto en la Galería de los Espejos como en el Gran Apartamento del Rey, por nombrar algunos de sus aposentos.

El castillo de Chambord es el más grande del valle del Loira, está situado a 5 kilómetros del río y se construyó en el siglo XVI en un amplio parque arbolado, entre Blois y Orleans. Se dice que el mismo Leonardo da Vinci influyó en el diseño de estilo renacentista del castillo. Dirígete hacia la parte noroeste del foso para conseguir una panorámica única del castillo reflejado en el agua. Durante la visita, una audioguía puede resultarte de gran ayuda para conocer la historia de este imponente castillo que se levantó durante el reinado de Francisco I de Francia.

El castillo de Chenonceau se construyó en mitad del río Cher, 30 kilómetros al este de Tour, en el departamento de Indre y Loira. Está asentado sobre impresionantes puentes y rodeado de magníficos jardines por el norte y bosques por el sur. Es uno de los castillos más visitados de Francia y su arquitectura combina el gótico tardío con el Renacimiento temprano. No dejes de visitar el laberinto del parque y no olvides reservar con antelación si quieres comer en L'Orangerie, el restaurante del jardín del castillo. Es recomendable reservas un hotel cercano al Castillo de Chenonceau con suficiente antelación.

La construcción del castillo de Fontainebleau se inició en el siglo XII, aunque ha sido objeto de ampliaciones, renovaciones y mejoras a lo largo de su historia por orden de varios reyes, un emperador y un presidente. Es uno de los castillos más grandes de Francia (de hecho alberga 1500 estancias) y está situado en la localidad de Fontainebleau, rodeado del vasto bosque homónimo. Fue una de las residencias preferidas de Napoleón y en la antigua cámara real se conservan su trono y su corona. Te aconsejamos que realices tu visita con una audioguía, pues aporta mucha información sobre la relevancia histórica de este castillo. Los hoteles cercanos al Castillo de Fontainebleau son de primer nivel.

Es cierto que Cheverny juega en una liga diferente al resto de castillos considerados como los más hermosos de Francia. Sin embargo, este magnífico caserón rural del siglo XVII es muy famoso por haber inspirado a Hergé para crear el castillo de Moulinsart que aparece en los cómics de "Las Aventuras de Tintín". Este pequeño castillo está decorado con muebles y ornamentos de la época muy bien preservados, lo que lo convierte en un lugar histórico muy agradable de visitar, aunque no seas fan de Tintín.

En una espléndida finca de 500 hectáreas, a 45 kilómetros al sureste de París, se encuentra el castillo de Vaux-le-Vicomte, un majestuoso ejemplo de la estética y el saber hacer franceses. Con sus jardins à la française, la simétrica arquitectura barroca francesa y unos interiores bellamente decorados, Vaux-le-Vicomte es famoso por ser el castillo en el que se inspiró Versalles. Los aspectos más destacados de la visita son el río subterráneo Estigia, la cúpula panorámica y el Museo de Carruajes. Si tienes la suerte de acudir entre mayo y octubre, no te pierdas la visita a la luz de las velas que se realiza todos los sábados al caer la noche.

La finca de Chantilly acoge dos castillos: el Petit Château, del siglo XV, y el Grand Château, del XIX. Las dos construcciones se encuentran en un extenso parque que incluye un elegante jardín francés, grandes estanques, cascadas y un pueblo rústico que recrea la antigua vida cotidiana de la campiña. El recinto también abarca el hipódromo de Chantilly, los Grandes Establos y el Museo Condé que, después del Louvre, cuenta con una de las mayores colecciones francesas de pinturas antiguas. Estate atento porque, en ocasiones, se celebran exhibiciones ecuestres en los Grandes Establos. Los hoteles cercanos al Castillo de Chantilly son de los más demandados de la zona.

Ubicado en la cima de una colina rocosa y densamente arbolada desde la que se puede divisar la llanura del Rin Superior, el castillo medieval de Haut-Koenigsbourg es uno de los más icónicos de Francia. Su construcción se remonta al siglo XV y, por su ubicación estratégica cerca de las fronteras con Suiza y Alemania, así como por su excelente trabajo de restauración, es uno de los castillos franceses más visitados. Si vienes en coche, lo mejor es aparcar en Sélestat, un pequeño pueblo a 7 kilómetros al este del castillo, y coger luego el autobús hasta el castillo, porque es muy difícil aparcar una vez allí.

El efecto de simetría arquitectónica del castillo de Saumur, reforzado por sus imponentes torres, confiere a la construcción un aire de reino mágico al estilo Disney. Construido originalmente en el siglo X, a lo largo de los años ha tenido diferentes usos, desde fortaleza real hasta cuartel del ejército y prisión estatal. En la actualidad, el castillo alberga el Museo del Caballo y el Museo del Juguete. Otro aspecto interesante es que, dada su ubicación en la cima de una colina al sureste del centro de la ciudad, desde la mazmorra del castillo podrás disfrutar de impresionantes vistas del casco antiguo de Saumur y el río Loira. En ocasiones se celebran en el recinto espectáculos ecuestres, exposiciones y eventos especiales. Si quieres una recomendación, los hoteles cercanos al Castillo de Saumur están muy bien valorados por los huéspedes.

La leyenda cuenta que Charles Perrault, padre de los cuentos de hadas, se inspiró en el castillo de Ussé para escribir La Bella Durmiente. Construido en el siglo XI, este es un castillo de gran belleza, tanto por dentro como por fuera. Adéntrate en su interior para explorar desde las bodegas hasta la parte superior de la mazmorra y descubre los tapices, los trampantojos y los muebles del siglo XVII que contiene, por no hablar de los extravagantes maniquíes que renuevan vestuario cada año. Si tienes hambre, en la entrada del castillo encontrarás un restaurante agradable y asequible.

Ubicado a la orilla del río Loira, entre Blois y Amboise, el castillo de Chaumont-Sur-Loire es una construcción polifacética. Esta obra del siglo X es un enclave de relevancia histórica que ha resistido hasta nuestros días en un excelente estado de conservación. Actualmente, es un espacio dedicado al arte y la naturaleza, donde además se celebra anualmente el Festival Internacional de Jardines. Por su combinación de arte moderno, amplios jardines y estilo de cuento de hadas, merece la pena visitar este castillo, especialmente entre abril y octubre, durante el festival. En el recinto puedes comprar comida y bebida. Si quieres disfrutar de una atmósfera diferente, los alojamientos en los alrededores del Castillo de Chaumont-Sur-Loire serán de tu agrado.