La reina se recluye en Windsor en la recta final del Jubileo

La reina se recluyó en su residencia del castillo de Windsor por segundo día consecutivo del puente festivo del Jubileo. Tiene problemas de movilidad y sintió «molestias» en la sesión inaugural del jueves, después de pasar largos minutos de pie observando el desfile militar y saludando a las masas desde el palacio de Buckingham. Esa noche, encendió una almenara en Windsor como colofón de una cadena de eventos que, a sus 96 años, le dejaron exhausta, según contó Kate, duquesa de Cambridge, a una mujer del público que se interesó por su salud.

La ausencia de Isabel abrió una mirilla al futuro inmediato de la monarquía. La reina «retiene el mando», según sostiene Robert Jobson y otros biógrafos de los Windsor, pero delega las funciones monárquicas al núcleo familiar con creciente frecuencia. Este sábado, el príncipe Guillermo actuó de emisario real en Gales y, saliéndose del guión anunciado, se personó en Cardiff acompañado, no solo de su mujer, sino también de sus dos hijos mayores, Jorge (futuro príncipe de Gales) y Charlotte.

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Mientras, Harry y Meghan celebraron «en privado» el primer cumpleaños de su hija, Lilibet. Los duques se alojan en su caserío del vasto complejo de Windsor y es muy probable que hayan visitado a la reina con sus dos pequeños, aunque Palacio ni lo había confirmado a última hora de este sábado ni había difundido fotos del más anticipado encuentro familiar del puente festivo.

La agenda oficial acapara la atención de la Casa Real y este sábado el protagonismo se volcó en la música, el drama y la naturaleza. En tres estrados dispuestos ante el palacio de Buckingham, tomaron la palabra unos 400 artistas y personalidades de la ciencia, el deporte y la cultura, desde Rod Steward, Nile Rodgers y el tenor Andrea Bocelli, al exfutbolista David Beckham, la tenista Emma Raducanu o el rey de la protección del planeta, Richard Attenborough.

Diana Ross, entre los intérpretes favoritos del príncipe Carlos, fue cabeza de cartel en un concierto que pasó revista a «70 años de pop». Veteranos como Duran Duran dieron paso a siguientes generaciones representadas por Elbow, Alicia Keys, Jax Jones o la rapera Stefflon Ron, entre otros. Elton John, al que se le vio en silla de ruedas recientemente, envió un video con su interpretación y el mensaje de que se encuentra «en plena forma» de salud. Queen abrió la sesión televisada con un espectáculo que trajo a la memoria la osada actuación del guitarrista Brian May durante el Jubileo de 2002, cuando tocó el himno 'God Save the Queen' desde el tejado del mismo palacio.

El mecenazgo de las artes es una constante en la historia de la monarquía. A Isabel II no se le considera forofa de la pintura ni la escultura, pero custodia una de las más extensas y completas colecciones reales de Europa y es «patrona, protectora y defensora» de la Real Academia de las Artes. Carlos apoya organizaciones de música y danza clásica, desde el Coro de Bath a la Ópera Juvenil Británica, además de proyectos de conservación arquitectónica y ecológica. Su primogénito ha heredado el interés por la conservación medioambiental, que combina con el patrocinio de cuestiones de salud mental, incluida la terapia artística.

Pero las contribuciones a las artes de las tres generaciones de la actual monarquía británica no están a la altura de su antecesor alemán, el príncipe Alberto. El consorte de Victoria instigó la Gran Exposición de 1851, en Hyde Park, a fin de «promover el fomento de las artes que la paz promueven y que contribuyen a preservar la paz en el mundo», según expuso la reina. La experiencia fue un éxito crítico y popular, que permitió financiar la ahora llamada 'Albertopolis', distrito cultural de Londres en el que concurren tres grandes museos, el pabellón de actuaciones Royal Albert Hall y las reales escuelas de arte y de música, entre otras instituciones.