Chávez Romero César Roberto
Centro UNIDEG Celaya
cesar.chavezr@alumnos.sabes.edu.mx
crcr89@hotmail.com
Actividad 7 “Segundo reporte de lectura”
23 de marzo de 2014
CARTAS DEL DIABLO A SU SOBRINO
The Screwtape Letters
C.S. LEWIS
Llama mi atención el relato más que nada por el uso de personajes tan funestos y reprobables
en todos los sentidos, incluso al adentrarse al contenido de las cartas del tío Escrutopo (un
Diablo de alto rango) a su querido sobrino Orugario (un demonio de menor rango), nos damos
cuenta que aunque sea éste un relato ficticio, simple y sencillamente no podemos ignorar el
hecho de que el comportamiento humano está fuertemente regido no sólo por nuestras propias
debilidades sino además y dicho en éste relato de manera más literal por sus “propios
demonios”.
En las primeras siete cartas podemos ver diferentes dudas de Orugario sobre el método que
usará éste para hacer que su “paciente” esté del lado de ellos y no del enemigo, que en éste
caso será la religión cristiana y el mesías Jesús, aunque no mencionado directamente sí
indirectamente al decir en la primera carta la ventaja de éste sobre ellos al haber sido ya alguna
vez un ser humano.
Una de las cosas importantes a considerar por Orugario será someter a su paciente a una
dosis cotidiana de la “vida real”, que en todos los casos será hacerle pensar al paciente sobre
lo cotidiano de la vida, las cosas solamente pasan y ya, no hay motivos ocultos ni causas que
buscar. Incita a Orugario a que cuando su paciente empiece a pensar en “causas” sobre las
cosas, sobre todo aquellas que tienen que ver con enseñanzas y filosofías del “enemigo” se
concentre sobre otras cosas, distracciones simplemente comunes, lecturas vagas, noticias
caóticas de éste mundo, una sana dosis de “la vida real” así su pensamiento será el de no
buscar las causas ocultas, la vida es lo que es, de ésta manera Orugario habrá cumplido su
cometido.
Un paciente de Orugario se hace cristiano y esto hace que su tío Escrutopo se sienta
decepcionado de él, pero al mismo tiempo entra en una diatriba que terminará en más
enseñanzas y lecciones que si hubiera él acertado. Tomar éste revés como una ventaja y
centrarse en lo que el tío Escrutopo llama “La reconversión”. Esto lo logrará mediante fijarse en
sus nuevos compañeros, sus vecinos con los que antes no convivía, ahora lado a lado en la
iglesia. Orugario deberá trabajar sobre la confusión y dudas que tendrá su paciente en los
cambios que estará experimentando, aprovechar que “el enemigo” como principio dejará que
los objetivos de la persona se desarrollen con total libertad, que los hagan “por sí solos”. Es ahí
donde se deberá aprovechar la oportunidad, que al mismo tiempo representa un peligro: una
vez que superan con éxito esta aridez inicial, los humanos se hacen menos dependientes de
las emociones y ahí es más difícil tentarles.
Orugario tendrá que aprovechar la más sutil de las características humanas, el horror a lo obvio
y su tendencia a descuidarlo. Su paciente podrá rezar por su madre, eso no lo podrá evitar,
pero que se centre en lo “espiritual” pedir por su alma y no por sus reumas. Concentrarse en
aquellas costumbres que las personas cercanas a él como su madre le son molestas, gestos,
formas de hablar, críticas, etc. Lograr al menos que en las situaciones familiares su paciente
tenga un doble patrón de conducta, uno muy espiritual y otro con el tan característico odio
familiar.
Orugario tendrá que atenerse a las máximas que les exige su alto mando, el ser en lo posible
inexistentes desde la perspectiva humana, el ser humano tiene la idea equivocada de que los
diablos siempre le están dando ideas, pero contrario a ésta idea, el trabajo de ellos se hace
más eficaz cuando logran que los seres humanos no se les ocurran cosas.
Incluso en las oraciones que el hombre dirige hacia el enemigo, una de las cosas en que
Orugario tendrá que enfocarse es que en la mayoría de las veces estas oraciones estarán
dirigidas a un objeto de su atención y no realmente a la persona que supuestamente
representa. Orugario tendrá que hacer que el paciente siga dirigiendo a dicho objeto sus
oraciones y no a la persona que realmente creó el objeto.
Escrutopo recibe un decepcionante informe al saber que Orugario está “delirante de alegría”
porque los humanos europeos inician otra guerra. Solamente estás borracho le dice a Orugario,
por primera vez en su carrera ha probado ese vino que es la recompensa de todos los
esfuerzos de ellos, el clímax de la maldad humana, la degradación de la guerra, los
sentimientos y actitudes más funestos que el hombre pueda demostrar. Pero –pregunta
Escrutopo- ¿qué beneficio permanente nos reporta, si no hacemos uso de ello para traerle
almas a nuestro Padre de la Profundidades? Es decir, la guerra al final será sólo una etapa de
sufrimiento temporal, y al final se les escapan y se acogen en el seno del enemigo. Es como
probar un bocado de un banquete espléndido y luego ya no probar nada. Algunos como
Escarárbol (otro diablo) ven en las guerras una magnífica ocasión para atacar la fe, pero al final
el punto de vista es un tanto exagerado. A los partidarios del enemigo, Él mismo les ha dicho
claramente que el sufrimiento es una parte esencial de lo que Él llama redención. Así que el
consejo a su querido sobrino se centrará en captar el sufrimiento difuso a lo largo de un período
prolongado como el que la guerra producirá, tendrá que captar a su hombre cuando su razón
esté temporalmente suspendida, y aun cuando pida ayuda al enemigo siempre existirá una
oportunidad de ganar ésta alma.
¿Qué pasa con el que se convierte en objetor de conciencia debido al enemigo? Escrutopo le
recuerda a Orugario una importante ley espiritual. Debilitar sus oraciones, ¿Cómo? Desviando
su atención del enemigo mismo a sus propios estados de ánimo con respecto al enemigo,
¿Cómo lo logrará?, por regla general: en todas las actividades del pensamiento que favorezcan
nuestra causa, estimula al paciente a ser inconsciente de sí mismo y a concentrarse en el
objeto, pero en todas las actividades favorables al Enemigo haz que su mente se vuelva hacia
sí mismo.
El anonimato será una estrategia necesaria aunque no tan deseable ya que se pierden los
resultados del terrorismo directo. Pero que la humanidad en general tenga a “los diablos” como
meras figuras cósmicas y no reales, esto sin duda favorece sus métodos, el Brujo materialista,
una idea vaga de la existencia de espíritus. Y cuando su paciente empiece a pensar en la
existencia del diablo, insinuarle otra cosa, una imagen de algo con mallas rojas, persuadirle que
sí eso que piensa no existe, por consecuencia el diablo tampoco debe existir.
Todos los extremos, excepto la extrema devoción al Enemigo, deben ser estimulados. El que
un humano siga una causa no será necesariamente malo para causa del Padre de las
profundidades. Una vez que haya hecho del mundo un fin y de la fe un medio, ya casi has
vencido a tu hombre.
En las siguientes seis cartas sucede una serie de consejos prácticos debido al exceso de
confianza de Orugario. Éste equivocadamente cree que su paciente ya pasará su etapa
religiosa. Escrutopo culpa un tanto a Babalapo quien es cabeza de la academia de
entrenamiento para los diablos.
Entonces viene una interesante disertación sobre la ley de la Ondulación. Los humanos –según
Escrutopo- son anfibios: mitad espíritu y mitad animal. Como espíritus pertenecen al mundo
eterno, pero como animales habitan en el tiempo (un salmo menciona que “la eternidad está
atada al corazón del hombre). El espíritu se puede orientar hacia un objeto eterno, sin
embargo, el cuerpo –la parte animal- cambia constantemente, las pasiones, las fantasías. El
hombre entonces tendrá periodos de abundancia de sus deseos y tiempos de sequía, de
pobreza o algún otro suceso en su vida. El enemigo realmente da libertad a sus súbditos,
intentando crear réplicas pequeñas de sí mismo pero con la libertad de querer hacerlo. El
Enemigo quiere siempre dar, pero nosotros –los diablos- queremos sorber. El enemigo quiere
seres unidos, pero distintos, Nuestro Padre de la Profundidades quiere absorber en su interior a
todos los demás seres. En los “bajos” del ser humano, cuando algo no funciona bien para él,
entonces se vuelve más independiente de sus deseos inmediatos, se vuelve más como el
enemigo, agradecido con poco y con fuerza de voluntad, en ésos “bajos” las oraciones hacia el
Enemigo serán las que más le agradan. Orugario tendrá que usar siempre el método de
“tentar”, el Enemigo no puede tentar con la virtud, nosotros en cambio siempre podremos tentar
con el vicio. Explotar en éstos bajos las tentaciones sensuales, ya que en éstas situaciones
cambia el cómo termina el asunto sexual, no hay como en las etapas altas, enamoramiento,
sólo y simplemente se satisfará el deseo y es todo. Usar el alcohol no como una fuente de
diversión sino para apagar el aburrimiento de su fría y gris alma en ése momento. Se podrá
lograr que en su pensamiento nazca una semilla de “moderación” incluso en la religión, es decir
“la religión está muy bien, pero hasta cierto punto”, que se sienta satisfecho con su servicio al
enemigo, pero al mismo tiempo poco o nada culpable de otras faltas que sin duda lo tiene
definitivamente de nuestro lado.
Mediante otro diablo llamado Tripabilis, Escrutopo se entera que su paciente hace nuevos
amigos, que sin duda ayudarán a su tarea, debido a que ellos son personas “moderadas”, con
actitudes cínicas y escépticas sobre todo. Su paciente por tanto evitará opinar sobre lo malo o
lo bueno, ante todo que se le califique de “puritano”. En tanto sentirá una constante satisfacción
de sí mismo al poder convivir con la persona que se sienta con él en la iglesia y sus nuevos
amigos, sin que se note ni mundano ni mojigato, esto será sin duda un gran avance en la
recuperación de su paciente. Le explica Escrutopo a Orugario todo sobre la risa, cuando es por
alegría, diversión o ligereza. Es en ésta última que Orugario tendrá que trabajar, lograr que su
paciente tome todo a la ligera, no dándole importancia a nada en particular y aprender a reírse
hasta de cosas que serán del todo reprobables a los ojos del Enemigo, pero claro, será tan
sutil, que no tendrá que darse cuenta de todo esto. Celebra Escrutopo que el paciente incluso
vaya a misa y comulgue, pero al tiempo que ya desea más que nada, “dejar la fiesta en paz”,
separándose poco a poco hacia un fuego apagado y un cuarto frío, tal como un paciente
anterior dijo “Ahora veo que he dejado pasar la mayor parte de mi vida sin hacer ni lo que debía
ni lo que me apetecía”. Desviar al hombre aunque sea con pequeñas faltas, que se acumulen,
alejar al hombre de la luz y dirigirlo hacia el interior de la nada.
La carta trece termina con el gran disgusto de Escrutopo al perder a su paciente. Un simple
paseo en solitario le permitió “pensar”. Orugario no estuvo atento al permitirle dos auténticos
placeres positivos, una buena lectura y un agradable paseo en el campo. Cayó del hombre la
costra que se había formado en su sensibilidad. Hubiera sido mejor seguir la técnica de
convertir cualquier pequeña afición en un verdadero distractor, aunque éstas aficiones no sean
vicios ni nada condenable por el Enemigo, pero al final no le permitirán pensar acerca del
Enemigo a profundidad, de arrepentirse, como lamentablemente sucedió en éste caso. Pero
deberá dejar que pase ésta etapa de arrepentimiento y volverse hacia la pasividad, los hábitos
se refuerzan por la repetición, pero los pasivos se debilitan.
En la carta XV encontramos un llamado de atención para Orugario aún más alarmante que la
noticia de la “conversión” de su paciente, se ha hecho humilde. El consejo inmediato es que le
haga pensar al paciente acerca de sí mismo, de su propia humildad, que pase de humildad a
orgullo por tenerla, claro sin abusar de éste recurso para que el humano no se dé cuenta. La
humildad en sí, es el olvido de sí mismo, no dar cuenta de los logros propios por muchos que
éstos sean, el propósito entonces de Orugario será desviar éste concepto de la mente de su
paciente. El Enemigo quiere, quitar prejuicios sobre sus logros y también de los talentos de
otros. También el Enemigo tratará de hacer real la doctrina de que ningún talento es suyo, le
fueron otorgados. Tratar de mantener el concepto confuso y fuera del verdadero concepto de
humildad, habrá un campo para confundir al Enemigo.
Aun cuando la guerra da algún respiro y esperanza hacia el Enemigo, eso no es concluyente
para recobrar almas hacia la oscuridad, se pueden usar enseñanzas modernas muy valiosas
como la evolución creativa, el humanismo científico o el comunismo. El guiar su mente hacia el
futuro, llenará al paciente de cosas irreales, también recordar que la gratitud mira hacia el
pasado y el amor al presente; el miedo, la avaricia, la lujuria y la ambición miran hacia adelante.
Llenar al paciente de inquietud o esperanza (sin importar cuál) es mejor que vivir en el
presente.
Orugario deberá evitar otro peligro en potencia, su paciente asiste a una sola iglesia, de donde
surge el principio de la congregación, con las mismas personas en un grupo fuerte, una facción.
Tendrá Orugario que moverlo a ver otras iglesias.
La gula es un medio que Orugario desprecia por considerarlo inefectivo. Pero sólo revela la
ignorancia de éste. Ya en estas épocas no se considera la gula por exceso sino por exquisitez.
¿Importan las cantidades? No necesariamente mientras podamos servirnos del estómago y del
paladar humano para provocar quejumbrosidad, impaciencia, dureza y egocentrismo. Pone de
ejemplo a Gluboso con la madre de su paciente, cómo ha logrado que ésta le domine la vida su
estómago, comer “como es debido”, quejarse todo el tiempo, mostrar avaricia por la comida
aunque ésta no sea mucha, y cuando ella se quiera dar cuenta se le insinúa que no es tanto
para ella sino para otros, la gula, en éste tiempo tiene que ver más bien con la vanidad,
encontré éste lugar X, todo “como es debido”.
La tentación sexual está más bien basada en las enseñanzas del Enemigo, pero claro está con
la debida distorsión que provocaría un vidrio empañado. La enseñanza del enemigo es o
completa abstinencia o monogamia sin paliativos. Es dónde entran enseñanzas ya más
nuevas, de novelistas y similares, dónde sólo el estar enamorados será una razón para estar
juntos en matrimonio, y cuando éste termina el matrimonio deja de ser vinculante. Toda la
filosofía del infierno descansa en la admisión del axioma de que una cosa no es otra cosa y, en
especial, de que un ser no es otro ser. Mi bien es tu bien, y tu bien es el tuyo. Lo que gana uno,
el otro lo pierde. El buscar al sexo sin matrimonio con la base del “enamoramiento” legítimo y
con el matrimonio como una mira, será entonces el motivo para la práctica sin culpa de éste
desvío claro sobre la ley del Enemigo en cuanto a la castidad. Mediante lecturas sobre amor
legítimo se podrán lograr adulterios “nobles”, románticos y hasta trágicos.
El tipo de mujer (su tipo físico –recalca Escrutopo-), será muy importante, otros espíritus de
más baja jerarquía que ellos serán los encargados de moldear la mente de los hombres, las
modas, la propaganda, la pérdida del atractivo de la mujer al pasar los años, etc. Se usa más el
desnudo o semidesnudo disfrazado de cosa artística para orientar el deseo de los hombres
hacia algo que en realidad no existe. Aun cuando se fracase en el asunto de la fornicación se
podrá hacer uso también del deseo natural de una “Venus infernal”, que llevará los deseos del
hombre hasta el punto de querer algo más que una relación licenciosa, se podrá en algún
momento hasta casar con ella y será hasta el punto de lograr su perdición, su infelicidad. Estos
métodos serán del tipo que causan una duradera y exquisita infelicidad al hombre que al final lo
mantendrán alejado del Enemigo.
El mal humor será también un arma eficaz, cómo el hombre se ofende fácilmente cuando le
quitan el tiempo, su trabajo en ése momento será puramente negativo, usar ese sentimiento
para pensar en exigencias ridículas acerca del tiempo de “su propiedad”. Será como es en la
actualidad, el Enemigo dice “mío” acerca de todo, con la pedante excusa legalista de que Él lo
hizo. Nuestro padre espera decir “mío” de todo al final, con la base más realista y dinámica de
haberlo conquistado.
En la carta XXII Escrutopo recrimina a Orugario el intento de difamarla mediante sus propias
cartas y las expresiones encontradas ahí, le amenaza con el nuevo correccional de Tentadores.
Su paciente se enamora de una mujer que no es de las de “la lista” a quién Escrutopo
desprecia profundamente por su comportamiento contrario a todo lo que ellos pregonan, una
mosquita muerta que se llega a enamorar de éste bobo. En tanto Escrutopo cambia de forma
física a un gran miriápodo por lo que los escritos siguientes serán escritos por medio del
secretario Sapotubo.
Mediante su enamorada, el paciente de Orugario está conociendo más cristianos y sobre todo
inteligentes, amenazando esto con la imposibilidad futura de extirpar su espiritualidad. Tendrá
Orugario que usar un arma poderosa, un tercer poder, transformarse en “ángel de luz”, generar
un santo arruinado, un fariseo, un inquisidor. Usar la figura “del Jesús histórico”, es decir
suprimiendo unas cosas y exagerando otras. Que no descubra que en realidad no hay tantas
diferencias entre los grandes maestros moralistas (enviados todos por el Enemigo), que piense
en la diferencias, en el maestro más que en la enseñanza en sí. En lugar del Creador adorado
por su criatura, pronto tienes meramente un líder aclamado por un partidario. Acercarse al
entendimiento de usar el cristianismo como medio de justicia social, pero en realidad el
Enemigo no se deja usar como instrumento, ése no es su propósito tal como lo entienden los
hombres. Dejar que su entendimiento no le deje ver la discrepancia, mantenerlo en el juego
distraído y al final condenado. También podrá en su momento usar el sentimiento que generará
su nuevo círculo, el más refinado que ha conocido y donde ya se le considera como parte de él.
Sentirá “orgullo espiritual” que creerá tal como le ha dicho Suburbiano acerca de su novia
(quién como pequeño defecto tiende a creer que todos los demás son estúpidos y ridículos), y
entonces pasará de ser un genuino orgullo espiritual a sólo vanidad social por sentirse
satisfecho de su “grupo”. Incluso adentrarse más en círculos internos de teócratas que terminan
haciendo de la religión un verdadero misterio y de lo cual ellos se sienten orgullosos pero que
definitivamente los aleja de las enseñanzas del Enemigo.
Mediante las mismas enseñanzas cristianas podrá Orugario usarlas a su favor. El ser humano
le tiene horror a lo mismo de siempre. Es por eso que el Enemigo les genera cambios,
estaciones del año, ayunos y festines, pero al final siempre será lo mismo. Tendrás que
distorsionar el cambio por la exigencia de la absoluta novedad. El afán de novedad es
indispensable para producir modas o bogas, distraerlo de los auténticos peligros que contiene
seguir sólo la corriente. En consecuencia mientras sus mentes están zumbando en este vacío,
tenemos la mejor ocasión para colarnos, e inclinarles a la acción que hemos decidido.
Cultivar la semilla del desinterés será vital para que el paciente tenga problemas en el futuro,
un humano sensato dijo “si la gente supiese cuantos malos sentimientos ocasiona el
desinterés, no se recomendaría tan a menudo desde el púlpito”.
Escrutopo critica a Orugario por no usar el “amor” romántico para distraerlo del pensamiento
del Enemigo. Una nueva idea de felicidad terrena florece en su mente por tanto se generará
una falsa espiritualidad, cada vez más y más superficial. Hacer que aun cuando su paciente
haga oraciones, empiece a relacionar las oraciones de petición concedidas con un
razonamiento de que de todos modos iba a suceder, que el que el Enemigo conceda las
peticiones de una oración es solamente una percepción.
La ciudad de su paciente será bombardeada, ¿qué sentimientos o cualidades usará Orugario?
¿Alguna virtud? ¿Odio hacia los alemanes? Combinar el odio con el miedo para generar un
sentimiento que le permita el ser violento con otros. Aturdir su conciencia haciéndole creer que
es odio en nombre de las mujeres y los niños que defiende. El odio es a menudo la
compensación mediante la que un hombre asustado se resarce de los sufrimientos del miedo.
Usar la realidad de la guerra, un ser humano embarrado en una pared, ver el mundo como
realmente es, podrá en su momento minar su fe hacia el Enemigo, el sueño del ser espiritual y
obediente termina en una pesadilla tan real que podrá ser una poderosa semilla que germinará
en el momento más oportuno.
La última carta simplemente es una condena de Escrutopo a Orugario al fracasar
completamente, al morir su paciente, éste entra al cielo, y conoce de pasada a Orugario, pero
para él es ya tarde, los espíritus del enemigo reciben al humano y lo dejan para siempre fuera
del alcance del reino de las profundidades.
Orugario por tanto será como un justo castigo devorado al no conseguir a quién devorar.
CONCLUSIÓN: Me recordó inevitablemente la divina comedia, aunque el tema del libro es el antes, cuando la persona está
viva y es blanco de los métodos de los diablos. Es un análisis muy humano con tintes divinos, al final los espíritus son Dioses, de
diferente tipo pero Dioses. El comportamiento humano es sin duda el objetivo de la lectura, como el mal puede ser tan sutil que
podremos no darnos cuenta de la vanidad y la falsa humildad en nuestras vidas.
Sin duda un tema por demás interesante y bastante práctico, sin suposiciones sólo verdades bien probadas de las flaquezas y
virtudes en el ser humano.