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La Cámara de Representantes del Parlamento federal australiano aprobará la primera legislación sobre cambio climático en más de una década.
La Cámara de senadores seguramente aprobará la legislación en las próximas semanas, ya que cuenta con el apoyo del Partido Laborista, del Partido Verde y de algunos senadores independientes, suficientes para asegurar que se convierta en ley.
La coalición Liberal / Nacional, que perdió las últimas elecciones federales en mayo de este año, se opuso a esta legislación. No fue una sorpresa, ya que la coalición se caracterizó por rechazar propuestas de origen ecológico en sus 10 años de gobierno, que finalizó con las elecciones de mayo del 2022.
La anterior legislación sobre cambio climático fue propuesta por el gobierno laborista en 2011, pero fue derogada por la coalición en 2014.
La nueva legislación sobre cambio climático consagra como ley la reducción de las emisiones como mínimo en un 30% para el 2030 (comparada con las emisiones en 2005), y emisiones netas cero en 2050.
Para garantizar este compromiso, la Climate Change Authority (Agencia Federal de Cambio Climático) deberá presentar un informe anual sobre el avance en esta área. Esta agencia funciona desde 2011, pero sus actividades fueron recortadas y sus recomendaciones ignoradas por el anterior gobierno.
Vista aérea de la Gran Barrera de Coral en Australia.
También propone que varias agencias federales, como Infrastructure Australia (Agencia de Infraestructuras de Australia), tome en consideración las recomendaciones del Climate Change Authority al aprobar proyectos (por ejemplo, en el caso de un nuevo gasoducto).
La legislación también exige que el ministro de Cambio Climático, actualmente Chris Bowen, presente ante el Parlamento un informe anual de las actividades del Gobierno para luchar contra el cambio climático.
Esta legislación no es un plan detallado de cómo lograr que Australia mejore su rol en la lucha mundial contra el cambio climático ni para preparar a Australia para un mundo que rápidamente se descarboniza.
Es más bien un gesto simbólico para indicar un cambio fundamental en la estrategia del gobierno australiano
Entre las primeras acciones de Chris Bowen se encuentra el endurecimiento de la política conocida como Mecanismo de Salvaguarda, que exigirá a las mayores 215 empresas contaminantes australianas (que causan en total aproximadamente un 30% de las emisiones del país) descarbonizar sus operaciones o compensar las emisiones comprando créditos de carbón.
Bowen también se ha comprometido a implementar nuevas políticas para acelerar la adopción de coches eléctricos, como por ejemplo, el establecimiento de estándares de emisión de combustible.
El ministro de Cambio Climático, Chris Bowen, interviene durante una Cumbre Nacional de Vehículos Eléctricos en Canberra.
Australia y Rusia son actualmente los únicos países de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) que no tienen estándares de emisión. Esta decisión ayudará a las empresas automotrices a ofrecer más coches eléctricos en el mercado australiano.
Los estándares de emisión de combustible imponen una eficacia promedio para los coches nuevos, medido por la cantidad de litros de combustible necesarios para realizar una cierta distancia, o el volumen de emisiones producido por kilómetro.
Bowen afirmó que, sin estos estándares, Australia corre el riesgo de convertirse en un vertedero de coches que no pueden venderse en otros mercados.
Sin embargo, tanto el partido Liberal como los periódicos y canales de televisión de Murdoch, lanzaron ataques contra esta propuesta, afirmando que el ministro estaba quebrando promesas electorales por no haber anunciado esta política antes de las elecciones, que esto provocará que se prohíba la venta de varios vehículos populares en Australia, y que dificultará el acceso a la compra de coches a las clases con menos poder adquisitivo.
Australia finalmente vuelve a luchar contra el cambio climático, pero aún hay mucho por hacer y mucho viento en contra.
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