Calvinismo

En el marco de la segunda fase de la Reforma protestante, es decir, aquella que tuvo lugar tras la excomunión dictada por el papa León X en contra de Martín Lutero, en 1521, una nueva vertiente dentro del protestantismo irrumpiría en el ambiente religioso-político de Europa. Esta nueva doctrina teológica protestante sería conocida, tiempo después, como calvinismo.

Si bien el marco teológico del calvinismo no estuvo constituido, únicamente, por las postulaciones y reformaciones de Juan Calvino, este se convirtió en el reformador más relevante de su época en cuanto a la doctrina del calvinismo respecta, convirtiéndose, de esta manera, en la epónima de dicho sistema teológico protestante. 

Definición de calvinismo

Se define como calvinismo, cristianismo reformado, fe reformada o Iglesia reformada al sistema teológico protestante que tiene su origen en Suiza y que se fundamenta en la tradición teológica y cultural que Juan Calvino, Martín Bucero, Enrique Bullinger, Pedro Mártir Vermigli, Ulrico Zuinglio, Teodoro de Beza y Guillaume Farel desarrollaron durante la primera mitad del siglo XVI.

En este sentido, el marco teológico del calvinismo, contrario a lo que su significado etimológico indica, no fue postulado exclusivamente por Juan Calvino, sino que en su formación contribuyeron muchos teólogos y reformadores de la época.

No obstante, esta vertiente del protestantismo recibe el nombre de calvinismo debido al rol protagónico que adquirió Juan Calvino en los debates confesionales y eclesiásticos del siglo XVI en contraste con el resto de reformadores calvinistas de la época.

Significado de calvinismo

El término calvinismo está conformado por el sustantivo Calvino y el sufijo ismo. Así, el significado etimológico de dicha acepción resultará del análisis previo de las palabras que lo componen:

  • Calvino: sustantivo que hace referencia a Juan Calvino, nombre del teólogo francés que fundó la doctrina o sistema teológico protestante calvinista a mediados del siglo XVI.
  • ismo: sufijo que forma sustantivos abstractos y cuyo significado es doctrina, teoría, sistema o tendencia.
Retrato de Juan Calvino
Retrato de Juan Calvino, pintura sobre tabla de autor anónimo (alrededor del año 1550).

A partir del análisis del significado etimológico expuesto previamente, se puede definir al calvinismo como:

Doctrina o sistema teológico protestante que sigue las enseñanzas y acepta las reformaciones de Juan Calvino.

Origen del calvinismo

El impacto religioso, político, social y cultural de la Reforma protestante, que Martín Lutero inició con la exposición de las noventa y cinco tesis de Wittenberg, el 31 de octubre de 1517, no tuvo precedente alguno.

Si bien la Iglesia católica ya había experimentado una división de su feligresía durante los acontecimientos del Cisma de Oriente y Occidente, ningún otro cisma sacudió los cimientos de la influencia política de la Iglesia como lo hizo la Reforma.

En un principio, la alta esfera de la Iglesia no prestó la atención necesaria a las tesis de Lutero. Sin embargo, con el pasar de los años lo que inicialmente había sido un conflicto menor se convertiría en un verdadero enfrentamiento religioso, político e, incluso, bélico entre católicos y protestantes por toda Europa (véase: guerras religiosas).

Sería pues, en el marco del enfrentamiento entre la Iglesia y los protestantes, que Juan Calvino decidiría abandonar su fe católica tras considerar válidas algunas de las postulaciones de Lutero (específicamente, la negación de la autoridad de la Iglesia de Roma por derecho divino, la importancia de la Biblia como única fuente de fe y la justificación del hombre por medio de la Gracia divina).

Consciente de que, en su condición de reformador, su integridad física corría peligro, Calvino decidiría abandonar Francia para refugiarse en Ginebra, algo que sucedió en 1536.

Retrato de Juan Calvino
Retrato de Juan Calvino de autor anónimo.

Allí, Calvino se propuso como objetivo, junto a otros reformadores, sistematizar la teología reformada que Lutero había propuesto diecinueve años atrás.

Juan Calvino dedicaría casi tres décadas de su vida a la formulación de su propio marco teológico y doctrina: el calvinismo (el cual se extendería por países como Francia, Alemania, Inglaterra, Países Bajos, Hungría y gran parte de la península escandinava durante la segunda mitad del siglo XVI).

Pocos años después, el calvinismo arribaría a América del Norte y a la actual Sudáfrica gracias a la emigración de feligreses protestantes oriundos de Europa.

Características del calvinismo

Características generales del calvinismo

  • No creen que exista intermediario entre Dios y el ser humano, más que Jesucristo mismo.
  • Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) es el único creador, preservador y soberano de todo cuanto existió, existe y existirá.
  • No creen en la comunión de los santos.
  • Los ministros y pastores calvinistas no están sujetos al celibato.
  • Sostienen que la única autoridad emana de la Biblia. No existe, por tanto, otra autoridad fuera de la Palabra.
  • Únicamente aceptan dos sacramentos: el bautismo y la eucaristía. El sacramento de la confesión está presente en la doctrina calvinista, pero no como un sacramento, sino más bien como un rito. Asimismo, este no se hace de forma privada, sino de forma pública ante la asamblea.
  • No creen en el purgatorio.
  • Sostienen que las imágenes religiosas y reliquias no contribuyen en nada a la salvación del ser humano. En este sentido, los calvinistas no aceptan la veneración de imágenes o reliquias religiosas.
  • Desde su punto de vista doctrinal, María es irrelevante y meramente anecdótica. Así pues, no consideran relevante debatir su virginidad, ni tampoco consideran destacable su participación en la salvación de la humanidad, ni mucho menos la consideran una intercesora entre la humanidad y Dios.
  • La doctrina calvinista no desprecia al dinero, al contrario, cree que este debe servir a la sociedad.
  • En cuanto a la separación Iglesia-Estado, los calvinistas sostienen que el poder temporal (el Estado) y el poder divino (Dios y sus representantes en la tierra) deben estar estrictamente separados.

Los cinco puntos del calvinismo

La teología reformada, es decir, aquella en la que se sustenta el calvinismo, puede simplificarse en cincos puntos claves, estos son:

Depravación total

Desde la entrada del pecado del mundo, la humanidad, en su totalidad, ha sido afectada, dañada y distorsionada. En este sentido, cada aspecto de la vida del ser humano está afectado por el pecado.

Esta condición de inclinación hacia al mal es absoluta, es decir, el hombre, por sí mismo, no puede corregir su naturaleza corrompida. Sin embargo, la gracia del Espíritu Santo ayuda al hombre a librarse de la concupiscencia y emprender su camino hacia Dios.

Elección incondicional

El hombre no puede salvarse a sí mismo, sino que es Dios mismo quien decide salvarlos. Sin embargo, esta condición de elegido no es para todos, pues Dios decide elegir a quien Él quiere elegir, es decir, solo se salvarán aquellos cuya salvación esté predestinada. Esta elección condicional no responde a parámetro alguno, más que a la voluntad misma de Dios.

Expiación limitada

La muerte de Cristo en la cruz es suficiente para que toda la humanidad sea salvada; sin embargo, es verdaderamente efectiva, únicamente, para los que creen.

Facsímil de la letra de Calvino
Facsímil de la letra de Calvino (publicado en el año 1878 en el libro Historia del protestantismo).

En este sentido, el sacrificio de Cristo en la cruz solo salvará a aquellos que han sido predestinados por el Padre a ser salvados.

Gracia irresistible

El hombre que ha sido predestinado desde antes de su nacimiento a ser salvado no puede, simplemente, negarse a la Gracia salvadora de Dios. Su efectividad es perfecta porque procede de Dios mismo, por tanto, no puede ser rechazada.

Perseverancia de los santos

Aquellos cuya salvación Dios haya predestinado, gozarán del privilegio de saber que su santidad ha sido preservada por Dios mismo. Así pues, el elegido no puede caer ni total ni definitivamente del estado de gracia, pues Dios mismo ha decretado su santidad y, por tanto, ha decidido preservarla hasta el momento de su muerte.

Referencias:

1 comentario de “Calvinismo”

  1. Apreciado hermano:
    Saludos. E invito, con todo respeto, a que leáis mi comentario, en: «Los comentarios más recientes primero», así como, en: «los mejores comentarios». Gracias.
    Ahora, sí.
    Apreciado hermano:
    No soy ni calvinista, en lo absoluto (ni siquiera en un solo punto), ni soy arminiano. Dwight L. Moody, tampoco fue calvinista, ni de un punto, siquiera. No creo en la pérdida de la salvación. Mas mi seguridad de salvación no es la perseverancia calvinista (la perseverancia de los santos, desde el punto de vista del calvinismo).
    El calvinismo enseña que Dios no permite que el hombre colabore con Dios, en la salvación, negándole Dios al hombre la libertad de escoger a Cristo, o rechazarlo.
    Fíjese, usted, Dios no pierde Su Soberanía porque da al hombre la capacidad de creer, ni aun estando el hombre en la condición de esclavo del pecado, esclavo por una ley divina, que encerró a todos bajo pecado, para tener misericordia de todos. Además, el calvinismo usa la figura física, de un muerto físico, que como los muertos físicos, no pueden creer, entonces, el hombre, muerto espiritual, tampoco puede creer, mientras esté en su condición de depravación, porque es muerto espiritual, que necesita recibir vida, para estar capacitado para creer, para que por el medio (o canal) de creer (fe), reciba vida eterna (algo así, como recibir vida dos veces). Eso, es, un absurdo completo, tomar la figura de un muerto físico. Porque los muertos físicos, no sólo que no pueden creer, sino que tampoco pueden pecar, ni hacer ninguna otra cosa. Cristo en la cruz, compró el derecho de creer, tanto para los elegidos, como para los condenados ¿Por qué?, porque Dios da la invitación de salvación a todos. Y es una burla contra el hombre, dar la invitación a todos, pero capacitar para creer sólo a los elegidos.
    Es como decir: “Os invito a todos a tomar una bocanada de aire, pero, a algunos de vosotros, no os voy a daros pulmones”. (en “daros pulmones”, léase: “daros la capacidad de creer”). Eso, es hacer de Dios un monstruo. Y ese fue, y es, el dios calvinista, un dios monstruo. Ya, que, Calvino, ni siquiera fue evangélico, en el sentido bíblico. Calvino fue católico romano, porque él se consideraba a sí mismo un teólogo agustiniano. Y Agustín de Hipona fue el primer católico romano verdadero, con una teología de salvación totalmente diferente, y totalmente adversa, a la teología bíblica paulina-luterana. Calvino nunca dijo cómo fue su salvación. Nunca dijo qué sucedió antes, ni qué sucedió después. Sólo dijo que algo poderoso doblegó su endurecido corazón. Pero eso no es testimonio de salvación. No se trata de que una persona doblegue su endurecido corazón. Se trata de que busque el perdón de sus pecados. Si no recibe perdón de pecados, no hay tratos con Dios. Calvino siempre estuvo buscando ser regenerado, lavado, redimido, en la sangre del Cordero. El padre de la teología ¡¡nunca!! tuvo seguridad de salvación. Nunca demostró arrepentimiento de sus asesinatos (homicidios) por religión, poniendo así, en duda su salvación. No tenemos derecho de dudar de la sinceridad de nadie, ni de juzgar los motivos por los que alguien actúe como actúa, pero, sí tenemos derecho de dudar de la salvación de los demás.
    Existe la elección de los redimidos, y el hombre es un incapaz de contribuir aunque sea un ápice a su salvación, pero Dios le da la capacidad de creer, para que colabore con Dios en su salvación. Colaborar no es contribuir, ni viceversa. Un Dios que elige a la fuerza salvar o condenar es un monstruo. Es que, la soberanía de Dios para elegir, no tiene nada que ver con Su gracia y amor para salvar. Que Dios le bendiga.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *