Leopoldo II - Biografía - LEOPOLDO II Leopoldo II, cuyo nombre de nacimiento era Leopoldo Luis - Studocu
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Leopoldo II - Biografía

Biografía

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Teoría de la comunicación
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Año académico: 2018/2019

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LEOPOLDO II

Leopoldo II, cuyo nombre de nacimiento era Leopoldo Luis Felipe María Víctor de Sajonia-Coburgo-Gotha Bruselas, Bélgica, 9 de abril de 1835 - 17 de diciembre de 1909) fue el segundo rey de los belgas. Sucedió a su padre, Leopoldo I, en el trono de Bélgica en 1865 y permaneció hasta su muerte. Reinó durante 44 años, con lo que se convirtió en el reinado más largo de cualquier monarca belga hasta el momento. Murió sin hijos que le sobrevivieran, por lo que su sobrino Alberto sería su sucesor. Leopoldo fue el soberano, fundador y único propietario del Estado Libre del Congo desde 1885 hasta 1908, un proyecto privado encabezado por él mismo. Utilizó al explorador Henry Morton Stanley para ayudarle a reclamar el Congo, un área que actualmente ocupa la República Democrática del Congo. En la Conferencia de Berlín de 1884-1885, las naciones europeas con intereses coloniales que pactaron el reparto de África se comprometieron a mejorar la vida de los habitantes nativos del Congo, al tiempo que confirmaron su posesión por parte de Leopoldo II. Sin embargo, desde un principio el monarca ignoró estas condiciones y amasó una gran fortuna gracias a la explotación de los recursos naturales del Congo caucho, diamantes, marfil y otras piedras preciosas y la utilización de la población nativa como mano de obra forzada y esclava.

Su régimen africano fue responsable de la muerte de entre 2 y 15 millones de congoleños Bertrand Russell estimó el número de víctimas en 8 millones de personas, mientras que el censo realizado por Bélgica en 1924 mostró que la población durante el Estado Libre de Leopoldo había descendido en un 50 %, 10 millones de personas. Sin embargo, diversos historiadores argumentan contra esta cifra debido a la ausencia de censos fiables, a la enorme mortalidad de las enfermedades como la viruela o la enfermedad del sueño y al hecho de que en 1900, solo había 3000 europeos en el Congo, de los cuales solo la mitad eran belgas.

Tras varios años de denuncias internacionales por parte de personalidades británicas como Arthur Conan Doyle (que sin embargo defendió la Guerra de los Bóeres), Joseph Conrad o Roger Casement; y del líder socialista belga Émile Vandervelde, entre otros, el Estado belga se hizo cargo de la administración del Congo en 1908. En la actualidad el papel de Leopoldo II en África sigue siendo controvertido entre los historiadores. Si el escritor Adam Hochschild asegura que en el Congo se produjo un genocidio con 10 millones de víctimas, David Van Reybrouck considera que no se puede hablar de un genocidio, ya que no hubo una aniquilación consciente y planificada, sino "una política de explotación desenfrenada y una búsqueda patológica de beneficios".8 Asimismo la biógrafa Bárbara Emerson afirma que "Leopoldo no empezó ningún genocidio. Era avaro y se desinteresó cuando las cosas se descontrolaron en el Congo"; el soberano no

habría sido un monstruo, sino un calculador obcecado por las vastas riquezas de su colonia que sucumbió "a un aterrador ejemplo de decadencia moral"

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LEOPOLDO II
Leopoldo II, cuyo nombre de nacimiento era Leopoldo Luis Felipe María Víctor de
Sajonia-Coburgo-Gotha Bruselas, Bélgica, 9 de abril de 1835 - 17 de diciembre de
1909) fue el segundo rey de los belgas. Sucedió a su padre, Leopoldo I, en el
trono de Bélgica en 1865 y permaneció hasta su muerte. Reinó durante 44 años,
con lo que se convirtió en el reinado más largo de cualquier monarca belga hasta
el momento. Murió sin hijos que le sobrevivieran, por lo que su sobrino Alberto
sería su sucesor. Leopoldo fue el soberano, fundador y único propietario del
Estado Libre del Congo desde 1885 hasta 1908, un proyecto privado encabezado
por él mismo. Utilizó al explorador Henry Morton Stanley para ayudarle a reclamar
el Congo, un área que actualmente ocupa la República Democrática del Congo.
En la Conferencia de Berlín de 1884-1885, las naciones europeas con intereses
coloniales que pactaron el reparto de África se comprometieron a mejorar la vida
de los habitantes nativos del Congo, al tiempo que confirmaron su posesión por
parte de Leopoldo II. Sin embargo, desde un principio el monarca ignoró estas
condiciones y amasó una gran fortuna gracias a la explotación de los recursos
naturales del Congo caucho, diamantes, marfil y otras piedras preciosas y la
utilización de la población nativa como mano de obra forzada y esclava.
Su régimen africano fue responsable de la muerte de entre 2 y 15 millones de
congoleños Bertrand Russell estimó el número de víctimas en 8 millones de
personas, mientras que el censo realizado por Bélgica en 1924 mostró que la
población durante el Estado Libre de Leopoldo había descendido en un 50 %, 10
millones de personas. Sin embargo, diversos historiadores argumentan contra esta
cifra debido a la ausencia de censos fiables, a la enorme mortalidad de las
enfermedades como la viruela o la enfermedad del sueño y al hecho de que en
1900, solo había 3000 europeos en el Congo, de los cuales solo la mitad eran
belgas.
Tras varios años de denuncias internacionales por parte de personalidades
británicas como Arthur Conan Doyle (que sin embargo defendió la Guerra de los
Bóeres), Joseph Conrad o Roger Casement; y del líder socialista belga Émile
Vandervelde, entre otros, el Estado belga se hizo cargo de la administración del
Congo en 1908. En la actualidad el papel de Leopoldo II en África sigue siendo
controvertido entre los historiadores. Si el escritor Adam Hochschild asegura que
en el Congo se produjo un genocidio con 10 millones de víctimas, David Van
Reybrouck considera que no se puede hablar de un genocidio, ya que no hubo
una aniquilación consciente y planificada, sino "una política de explotación
desenfrenada y una búsqueda patológica de beneficios".8 Asimismo la biógrafa
Bárbara Emerson afirma que "Leopoldo no empezó ningún genocidio. Era avaro y
se desinteresó cuando las cosas se descontrolaron en el Congo"; el soberano no

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LEOPOLDO II

Leopoldo II, cuyo nombre de nacimiento era Leopoldo Luis Felipe María Víctor de Sajonia-Coburgo-Gotha Bruselas, Bélgica, 9 de abril de 1835 - 17 de diciembre de 1909) fue el segundo rey de los belgas. Sucedió a su padre, Leopoldo I, en el trono de Bélgica en 1865 y permaneció hasta su muerte. Reinó durante 44 años, con lo que se convirtió en el reinado más largo de cualquier monarca belga hasta el momento. Murió sin hijos que le sobrevivieran, por lo que su sobrino Alberto sería su sucesor. Leopoldo fue el soberano, fundador y único propietario del Estado Libre del Congo desde 1885 hasta 1908, un proyecto privado encabezado por él mismo. Utilizó al explorador Henry Morton Stanley para ayudarle a reclamar el Congo, un área que actualmente ocupa la República Democrática del Congo. En la Conferencia de Berlín de 1884-1885, las naciones europeas con intereses coloniales que pactaron el reparto de África se comprometieron a mejorar la vida de los habitantes nativos del Congo, al tiempo que confirmaron su posesión por parte de Leopoldo II. Sin embargo, desde un principio el monarca ignoró estas condiciones y amasó una gran fortuna gracias a la explotación de los recursos naturales del Congo caucho, diamantes, marfil y otras piedras preciosas y la utilización de la población nativa como mano de obra forzada y esclava.

Su régimen africano fue responsable de la muerte de entre 2 y 15 millones de congoleños Bertrand Russell estimó el número de víctimas en 8 millones de personas, mientras que el censo realizado por Bélgica en 1924 mostró que la población durante el Estado Libre de Leopoldo había descendido en un 50 %, 10 millones de personas. Sin embargo, diversos historiadores argumentan contra esta cifra debido a la ausencia de censos fiables, a la enorme mortalidad de las enfermedades como la viruela o la enfermedad del sueño y al hecho de que en 1900, solo había 3000 europeos en el Congo, de los cuales solo la mitad eran belgas.

Tras varios años de denuncias internacionales por parte de personalidades británicas como Arthur Conan Doyle (que sin embargo defendió la Guerra de los Bóeres), Joseph Conrad o Roger Casement; y del líder socialista belga Émile Vandervelde, entre otros, el Estado belga se hizo cargo de la administración del Congo en 1908. En la actualidad el papel de Leopoldo II en África sigue siendo controvertido entre los historiadores. Si el escritor Adam Hochschild asegura que en el Congo se produjo un genocidio con 10 millones de víctimas, David Van Reybrouck considera que no se puede hablar de un genocidio, ya que no hubo una aniquilación consciente y planificada, sino "una política de explotación desenfrenada y una búsqueda patológica de beneficios".8 Asimismo la biógrafa Bárbara Emerson afirma que "Leopoldo no empezó ningún genocidio. Era avaro y se desinteresó cuando las cosas se descontrolaron en el Congo"; el soberano no

habría sido un monstruo, sino un calculador obcecado por las vastas riquezas de su colonia que sucumbió "a un aterrador ejemplo de decadencia moral"