bandolero


También se encuentra en: Sinónimos.

bandolero, a

(Del cat. bandoler.)
1. s. Persona que salteaba o robaba en caminos o lugares despoblados. bandido
2. Persona perversa o estafadora. bandido
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

bandolero

 
m. Persona que salteaba caminos.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

bandolero, -ra

(bando'leɾo, - ɾa)
sustantivo masculino-femenino
salteador de caminos miembro de una banda asalto de bandoleros
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

bandolero

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.

bandolero:

malhechorcaballista, perverso, bandido, ladrón, salteador, cuatrero,
Traducciones

bandolero

‏قاطع طريق

bandolero

разбойник

bandolero

zbojník

bandolero

Brigant

bandolero

ληστήσ

bandolero

brigand

bandolero

útonálló

bandolero

山賊

bandolero

salteador

bandolero

brigand, tâlhar

bandolero

stråtrövare

bandolero

eşkıya

bandolero

розбійник

bandolero

Bandit

bandolero

Bandit

bandolero

산적

bandolero

/a
A. SM/Fbandit
B. SM (Hist) → highwayman
V tb bandolera
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Con ellos entre el rebato del tumulto, partiré; con ellos negociaré que me venguen de un ingrato. Teme la cuchilla airada de Zaén, el bandolero; tiembla, más que de su acero, de esta daga envenenada.
Por evitar sacrilegios Y otros horribles delitos, Tuve que hacer vil remedo Del más grande de los ritos; Me hizo cantar una misa Al pie de frondosa higuera; Me hizo elevar por hostia Un trozo de calavera; Me hizo alzar como cáliz El zancarrón de una yegua; Me hizo beber por vino La sangre de una culebra. Mando pues, a los presentes, Aunque el lugar sea sagrado, Qué cojan al bandolero Y a la cárcel sea llevado.
La fiera arrogancia con que llevó su mano al corazón, me hizo sonreír, porque el viejo soldado de Don Carlos, con su atezada estampa y el chambergo arremangado sobre la frente, y los ojos sombríos, y el machete al costado, lo mismo parecía un hidalgo que un bandolero.
No podía haber elegido el bandolero mejor fortaleza natural, y la leyenda habíase encargado de aislarla más, con el terror del sortilegio.
Minutos después, reanimada por una tisana aromática que otro de los hombres sirvióle con mudo respeto, consentía en recostarse cuando quedara sola, bajo una seguridad cuya certidumbre empezó a sentir. –Dejaré la luz –había dicho el bandolero asentando el candelabro sobre la cómoda–.
¿Con que viene usted, y al parecer convienen estos señores, cuya voz lleva usted muy a su satisfacción, en que si los españoles se quedaran cojos en el momento en que faltan a las leyes, y, por tanto, se hacen acreedores a la persecución de la justicia, representada por la Guardia Civil, por los guardas de monte, por los carabineros o por la tropa, apenas habría un español que faltara a las leyes, metiéndose a contrabandista, a cazador furtivo, a bandolero o a faccioso blanco o negro?
Fuese el pánico de la sorpresa o el terror que inspiraba el nombre del bandolero, ello es que el sargento labró en dirección a Bellavista, y los soldados retrocedieron en fuga para Lima.
Si político fueras, con el toro español no te metieras; pero infame, ambicioso, pudiendo ser amado, y con reposo recordando tu infancia, disfrutar el honor que te dio Francia, te metes á torero y saqueando rediles, bandolero, sangriento, abominable, á los pueblos te tomas detestable.
Un ministro muy formal, el Sr. Camacho, dijo que siempre que daba una credencial de inspector, creía poner un trabuco en manos de un bandolero.
¡Siete años después del horrendo crimen con que manchó su historia en las calles de Madrid; siete años después, día por día, hora por hora, el 2 de mayo de 1815, perdió su última batalla, la batalla de Tolentino, y a los pocos meses, el que desde hijo de un posadero había llegado hasta rey de Nápoles, murió fusilado en la mayor soledad y abandono, como feroz bandolero cuya cabeza ha sido pregonada.
Aquí vienen el inquieto mercader y el ágil peregrino, el monje piadoso y el sombrío bandolero, el alegre tañedor, y el buhonero con su caballo cargado, que vuelve de lejanos países, porque cada una de estas sendas conduce al último confín del mundo.
Llanos, montes de abrojos; El justo, que navega Y de descanso al punto nunca llega Y en palacios fastuosos El infame traidor, el bandolero, Holgando poderosos, Vendiendo a un usurero Las lágrimas de un pueblo a vil dinero.