Literatura

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William Morris, el arte justo, �til y bello

"Los frutales" (o Las estaciones), 1890. Tejido con tramas de lana, seda y mohair y urdimbres de algod�n en los talleres de Merton Abbey WILLIAM MORRIS

La Fundaci�n Juan March expone la obra del movimiento brit�nico 'Art & Crafts'

Nada sienta peor a la obra de arte que una sobredosis de buenas intenciones pol�ticas, que acostumbran a convertirla en discurso con exceso de subrayados o en serm�n insufrible. Para que la cosa funcione se precisa a un personaje como William Morris (1834-1896), socialista cabal y creador de inagotable inventiva que supo dejar el mensaje fuera de la obra en s� misma para convertirlo en motor del proceso creativo. Ese impulso fue, en su caso, buscar un arte justo, adem�s de bello y �til.

Morris y los artistas de su �rbita son objeto de una exposici�n de la Fundaci�n Juan March (FJM) abierta hasta el 21 de enero de 2018. Esta primera muestra organizada en Espa�a sobre el movimiento Arts & Crafts (artes y oficios, en castellano), dominante en la artesan�a y el dise�o brit�nicos desde 1880 hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial, viajar� al Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), en Barcelona, donde se podr� visitar entre el 22 de febrero y el 21 de mayo.

Casi 300 obras se han reunido en la sede madrile�a de la Juan March, gracias a los pr�stamos de m�s de 50 instituciones y coleccionistas, fundamentalmente brit�nicos, y a los fondos del MNAC y del Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid. Adem�s de los de Morris, se exhiben trabajos de C. R. Ashbee, M. H. Baillie Scott, Sidney Barnsley y Walter Crane, entre otros, junto con los de otros artistas influidos por los Arts & Crafts fuera de Gran Breta�a y los de sus precursores, desde los prerrafaelitas hasta John Ruskin y dem�s nombres asociados al resurgimiento del G�tico.

La obra de Ruskin, el te�rico del arte y la arquitectura m�s relevante de su tiempo, fue clave en el despertar de los m�ltiples talentos de Morris, que fue dise�ador, tejedor, bordador, tintorero, poeta, empresario, ilustrador, tip�grafo, novelista, conferenciante a su pesar, prestidigitador, ecologista, agitador social y, por supuesto, artesano, figura a la que asociaba con el arte digno y an�nimo de la Edad Media.

En su punto de mira de hombre renacentista se situaron los pilares de la �poca victoriana, esto es, un exceso de sensibilidad rom�ntica, un estilo decorativo recargado y de dudoso gusto, el embate de una industrializaci�n sin frenos y las desigualdades sociales que �sta trajo consigo. A todo ello se opuso con pasi�n Morris, que quiso cambiar el mundo en que vivi� hasta el final. �El arte es la humanidad hecha oficio; el resto es esclavitud�, dec�a este creador total que seguramente reconocer�a los mismos males de su tiempo en las f�bricas y los cielos pestilentes de unas cuantas ciudades asi�ticas de hoy.

La exposici�n, titulada William Morris y compa��a: el movimiento Arts & Crafts en Gran Breta�a, concentra un ingente material que incluye mobiliario, textiles, papeles pintados, joyas, vidrio, cer�mica, metalister�a, libros, pinturas, estampas, fotograf�as y cualquier objeto que se ajustara a otro de los conocidos lemas de Morris: �Nada que no sea �til o que no pueda ser considerado bello�. El artista y su mujer, Jane Burden, se aplicaron el cuento al rodearse en su Red House (Casa roja) londinense de los muebles, telas y azulejos m�s vistosos que pudieron encontrar o crear, ellos mismos o sus correligionarios.

Entre las piezas expuestas conviene destacar los paneles bordados por Margaret Macdonald, la gran vidriera de Frank Lloyd Wright con la que se despide la muestra, el armario de Ernest Gimson con im�genes de la vida rural en los Cotswolds o el aparador creado por Philip Speakman Webb -el dise�ador de la Red House- para Morris, Marshall, Faulkner & Co., la firma de decoraci�n art�stica fundada por Morris y su grupo de amigos.

Tambi�n es de justicia -la expresi�n ser�a del agrado del artista- detenerse ante el tapiz de siete metros de longitud producido (esto le gustar�a a�n m�s) por �l mismo, John Henry Dearle y su compa�ero de fatigas Edward Coley Burne-Jones, que ilustra la leyenda del Santo Grial, una pieza exquisita prestada por Jimmy Page, el guitarrista y fundador de Led Zeppelin, como recuerda el director de Exposiciones de la Fundaci�n, Manuel Font�n.

La reivindicaci�n del arte hecho a mano, que tanto revitaliz� las escuelas artesanales inglesas y, luego, extranjeras, convergi� con las propuestas del Art Nouveau belga de Van de Velde y del Gropius de la primera Bauhaus para hacer frente al trabajo mecanizado por una doble v�a, la est�tica y la ideol�gica. Morris cre�a que �hacer cosas� con las manos era una fuente de placer; por el contrario, el maquinismo negaba a los trabajadores no s�lo un salario digno, sino tambi�n cualquier tipo de libertad creativa.

Seg�n el director de la FJM, Javier Gom�, Morris y compa��a lograron hallar �lo bello en los objetos cotidianos� y hacerlo accesible a �una mayor�a (no minor�a) selecta� en virtud de la dignificaci�n de trabajo. El hat trick de los Arts & Crafts (unir lo bello, lo �til y lo justo) se resume en una b�squeda de �la belleza sin necesidad de explicaci�n� con la que acab� el arte del siglo XX.