Antonio López de Santa Anna: ¿Héroe o traidor de México?

Antonio López de Santa Anna: ¿Héroe o traidor de México?

Descubre cómo Antonio López de Santa Anna, uno de los personajes más controvertidos de la historia mexicana, reclamó la victoria sobre los españoles para consolidar la independencia de México.

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Santa Anna, el villano que independizó México

Por Erick Pinedo

La historia de México está llena de figuras icónicas y complejas, pero pocas tan controvertidas como Antonio López de Santa Anna. A menudo recordado por sus ambiciones políticas y su papel en la pérdida de territorios mexicanos, el “Napoleón del Oeste” también fue partícipe en un evento histórico que aseguró la independencia de México frente a las fuerzas españolas y del mundo entero: la Batalla de Tampico de 1829.

La historia de México está llena de figuras icónicas y complejas.

La historia de México está llena de figuras icónicas y complejas.NATIONAL GEOGRAPHIC

La amenaza española

Tras lograr su independencia de España, el 27 de septiembre de 1821, México se encontraba en una situación precaria. Las tensiones políticas y militares eran moneda corriente, y las luchas de facciones amenazaban con desgarrar el país recién nacido.

Al mismo tiempo, el rey Fernando VII se rehusaba a reconocer la derrota y buscaba recuperar su antigua colonia en el corazón de América, por lo que surgieron diversas conspiraciones para restablecer el control español en México.

Tal fue el caso de los enfrentamientos navales en aguas cubanas que culminaron en la batalla de Mariel, en 1928. Aunado a ello, la ley promulgada por el gobierno mexicano que expulsaba a los españoles de México contribuyó a que España tomara la decisión de invadir nuevamente.

Respaldada por la Corona, el brigadier Isidro Barradas inició una expedición militar en Cuba con el objetivo de restaurar el virreinato de la Nueva España. La Expedición Barradas, como se le conoció, llegó a las costas de Tamaulipas en julio de 1829 y ocupó rápidamente la ciudad y el puerto de Tampico, que hallaron sin resistencia militar. Desde ahí, con su artillería, controlaron la entrada marítima al puerto.

Santa Anna, el defensor inesperado

En medio de la crisis, el presidente Vicente Guerrero nombró al general Antonio López de Santa Anna como comandante en Tampico. Santa Anna, conocido por su ambición política y su historial controvertido, reunió una fuerza de 1.000 soldados, 500 caballos, 4 piezas de artillería, y respaldo de 3 bergantines, 4 goletas y 5 botes artilleros.

Con todo, las fuerzas mexicanas estaban en una clara desventaja numérica. Pero la falta de alimento, las enfermedades, las condiciones climáticas y la falta de apoyo político, social y militar en la región comenzaron a diezmar a la división española, que se vio obligada a esperar por refuerzos militares desde Cuba.

Mientras tanto, las fuerzas de Santa Anna se movilizaron para sitiar a los españoles desde ubicaciones estratégicas como el Pueblo Viejo de Tampico, Las Piedras y El Humo, en la margen veracruzana del río Pánuco, y en Villerías y Doña Cecilia, del lado tamaulipeco. Esta situación marcó el comienzo de un prolongado y encarnizado enfrentamiento.

La Plaza de Armas de Tampico.

La Plaza de Armas de Tampico.Wikipedia

La batalla de tampico

La noche del 20 de agosto, aprovechando que Barradas y la mayoría de su ejército se encontraban en Altamira, las tropas mexicanas cruzaron el río Pánuco y atacaron las posiciones españolas en la Plaza del Muelle y la Plaza de Armas de Tampico.

La lucha continuó hasta las 2 de la tarde, cuando los españoles izaron la bandera blanca para cesar las hostilidades y ganar tiempo para la llegada de sus refuerzos. Santa Anna solicitó la rendición de la plaza y la partida de los expedicionarios a Cuba, sin embargo, las tropas de Barradas regresaron a tiempo para fortalecer sus defensas.

Santa Anna, ahora rodeado por un enemigo mucho más numeroso, pero bajo el amparo de la tregua solicitada por los españoles vencidos (y gracias a informes falsos sobre el tamaño real del Ejército mexicano), pudo retirarse a su cuartel.

Finalmente, el 11 de septiembre de 1829, las fuerzas españolas se rindieron ante la llegada de más refuerzos mexicanos durante el combate del Fortín de La Barra, marcando el desenlace del conflicto entre Barradas y Santa Anna.

La capitulación se firmó en Tampico junto al General Manuel Mier y Terán. Como parte del acuerdo, el Ejército español entregó sus armas, banderas, cajas y pertrechos de guerra; los soldados españoles fueron enviados a La Habana, y el Ejército español se comprometió a no tomar las armas nuevamente contra la incipiente República, lo que consolidó la independencia de México ante España y el mundo entero.

Santa Anna ganó fama y respeto por su papel en la defensa de México como una nación independiente. Sin embargo, a lo largo de su carrera política, su sed de poder lo llevó a asumir la presidencia en múltiples ocasiones, adoptando prácticas dictatoriales y promoviendo la corrupción desenfrenada. Estos periodos sembraron inestabilidad y culminaron en la pérdida de 2.8 millones de kilómetros cuadrados, casi la mitad del país, durante la guerra contra Estados Unidos

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