Estudios Superiores del Escorial
F. Javier Campos (coord.)
La Iglesia y el Mundo
Hispánico en tiempos de
Santo Tomás de Villanueva
(1486-1555)
R. C. U. Escorial-Mª Cristina
Servicio de Publicaciones
COLECCIÓN DEL INSTITUTO ESCURIALENSE DE
INVESTIGACIONES HISTÓRICAS Y ARTÍSTICAS, Nº 60
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Artes Gráficas Collado.
La Iglesia y el Mundo
Hispánico en tiempos de
Santo Tomás de Villanueva
(1486-1555)
Los agustinos de la Nueva España en tiempos
de Santo Tomás de Villanueva, 1533-1555
Igor CERDA FARÍAS
Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo
Morelia, Michoacán
En las primeras décadas del siglo XVI, la Orden de San Agustín en España
presentaba un panorama halagüeño en lo que se refiere a la observancia de la
Regla y las Constituciones, producto de un exitoso proceso de reforma iniciado una
centuria antes y que había florecido en diversos conventos hispanos, aunque siendo
preclaro en ello el de San Agustín de Salamanca, donde quiso la fortuna que
unas generaciones de frailes educados en un entorno de renovación e impulso
de los estudios, florecieran religiosos cuyo ejemplo y luz aún perduran1. En
estos momentos de enorme vida interna en la orden, España se topó con grandes
tierras pobladas por millones de almas que ofrecían un inmenso campo de trabajo
para las órdenes mendicantes. Con motivo de la conquista militar española del
territorio de lo que se conocería como Nueva España, la Corona se vio en la
necesidad de consolidar esa conquista de manera pacífica e integrar a los naturales
en el sistema político y social que se estaba creando en la Colonia. De esa manera,
en el año de 1524, arribaron a la Nueva España los religiosos de la orden de San
Francisco, mientras que en 1526 lo hicieron a su vez la Orden de Predicadores2.
Las gestiones agustinas ante el Papa Clemente VII para seguir a los franciscanos
y dominicos al Nuevo Mundo comenzaron en el año de 1527.3
La Iglesia y el Mundo Hispánico en tiempos de Santo Tomás de Villanueva (1486-1555)
San Lorenzo del Escorial 2018, pp. 399-416. ISBN: 978-84-09-05046-8
1
VIDAL M., Agustinos de Salamanca. Historia del observantísino convento de S. Augustín N.
P. de dicha ciudad, Salamanca 1751, t. I, pp. 21-67.
2 RUBIAL GARCÍA A., El convento agustino y la sociedad novohispana. (1533-1630),
México 1989, UNAM, pp. 10.
3 GONZÁLEZ DE PAZ M., Domicilio primera y solariega casa del Santísimo Dulscimo
Nombre de Jesus. Historia de la Imperial Augusta religiosa casa de la Orden de los Ermitaños
Augustinos de la Ciudad de Mexico. Chronica de su establecimiento,Ereccion y Continuacion Vidas y
echos de sus Religiosissimos Prelados; y de muchos de sus mas singulares Hijos. Su extension
Por las dos Americas Septentrional y Meridional. Su dilatacion por las islas de el Poniente, Imperio de el
japon y de la China, t. I, fs. 17-18v. Manuscrito inédito en la Universidad Michoacana de San Nicolás
de Hidalgo, Morelia, Michoacán.
400
IGOR CERDA FARÍAS
Esta tarea la continuaría en el año de 1532 fray Jerónimo de San Esteban,
quien recibiría todo el apoyo del provincial de Castilla, fray Francisco de
Nieva, llevando a buen término su misión.4 La primera acción de Fray Gerónimo
Ximénez fue buscar a los candidatos para integrar la misión agustina al Nuevo
Mundo, que culminó cuando al final se decidieron por fray Juan de San Román,
fray Francisco de la Cruz, fray Juan Bautista Moya, fray Alonso de Borja, fray
Agustín de la Coruña, fray Jorge de Ávila y fray Juan de Oseguera.5 Con los
permisos reales y religiosos, los frailes partieron con destino a Sevilla, de donde
partieron el 3 de marzo de 1533 hacia América sólo siete religiosos, pues fray Juan
Bautista Moya no pudo embarcarse porque decidió desviarse del camino con
dirección a Jaén a visitar a un hermano. Los religiosos de San Agustín arribaron
al puerto de San Juan de Ulúa el jueves 22 de mayo de ese mismo año. Cinco días
después, comenzaron su marcha hacia la ciudad de México, a donde llegaron el
sábado 7 de junio.6 La presencia de estos frailes marcó el nacimiento de la Custodia
del Santísimo Nombre de Jesús de México, dependiente de la provincia agustina
de Castilla y semilla de las provincias agustinas en todo el continente americano y
las islas Filipinas.
Los agustinos encontraron una Nueva España en formación, con instituciones
incipientes y en continuo estado de guerra, pues la conquista militar estaba
lejos de terminar, considerando incluso que los reinos prehispánicos de México y
Michoacán estaban relativamente pacificados y que los indios aliados de regiones
como Veracruz y Tlaxcala se mantenían en paz. El panorama pues, no era ni
remotamente, el de una tierra en donde la paz, el gobierno y la misma presencia
española estuvieran plenamente garantizados. Por otro lado, la actuación de varios
conquistadores no ayudaba a crear entre los indios una imagen favorable de éstos.
La situación entonces, distaba de presentarse fácil para los religiosos agustinos.
Se ha sugerido constantemente que las acciones de los agustinos estaban
encaminadas a trabajar en las regiones que no habían sido ocupadas por las
otras órdenes mendicantes (lo que les llevó a establecerse en poblaciones de
menor importancia política-económica y densidad demográfica7), ya moviéndose
libremente por el territorio novohispano8 o ya actuando como si una repartición
4
GRIJALVA J., Crónica de la Orden de Nuestro Padre San Agustín en las Provincias de
la Nueva España, México 1985, Porrúa, pp. 18-26.
5 RUIZ A., Historia de la Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de México,
México 1984, Porrúa, pp. 1-2. De estos ocho frailes, 5 eran profesos del convento de Salamanca, dos
del de Burgos y uno del de Toledo.
6 GRIJALVA J., Crónica, o. c., p. 34.
7 KUBLER G., Arquitectura mexicana del siglo XVI, México 1992, FCE, p. 38.
8 RICARD R. La conquista espiritual de México, México 1984, FCE, p. 146; LEÓN ALANÍS
R., Los orígenes del clero y la Iglesia en Michoacán 1525-1640, Morelia1997, UMSNH, p. 71.
LOS AGUSTINOS DE LA NUEVA ESPAÑA EN TIEMPOS DE SANTO TOMÁS…
401
del territorio entre los frailes hubiera ocurrido9. Se ha propuesto10 que los
agustinos establecieron tres estrategias de ocupación del territorio durante el
siglo XVI: distribución territorial (1533-1540), primer impulso y estancamiento
(1540-1572) y segundo impulso (1572-1602); mientras que otro autor señala
una expansión un tanto caótica dependiendo de los espacios que las otras
órdenes iban dejando libres o abandonando debido a la incapacidad de
administrar tantas poblaciones11: avance meridional (en los actuales estados
de Morelos, Puebla y Guerrero), avance septentrional (en el actual estado de
Hidalgo y la zona de La Huasteca), avance occidental (haca el actual estado
de Michoacán).
Por nuestra parte, sin dejar de lado estas dos interpretaciones de la
paulatina presencia agustina, proponemos12 que, al menos los agustinos, también
fundamentaron su expansión por el territorio novohispano estableciendo acuerdos
con la autoridad (la Audiencia primero y luego los virreyes) para dirigirse
hacia los lugares que más convenían a la estrategia de evangelización,
pacificación y/o consolidación de algunos territorios. De esta forma, el
avance agustino también puede ser visto como parte de la estrategia de
control político y militar, elemento muy necesario en esos tiempos. Este
arreglo con la autoridad civil la señala el cronista Grijalva13 cuando refiere
que ante el primer impedimento de fundar un convento en México, la Real
Audiencia señaló a los agustinos los sitios en donde podían misionar.
Algo que debemos destacar es que el trabajo de los frailes debe entenderse
desde una doble óptica: la evangelizadora (que incluía el tratar de temas tan
complejos como la idolatría, la poligamia y el matrimonio, el sacrificio
humano y la admi-nistración de los sacramentos), que era la razón primera
para su viaje al Nuevo Mundo, y la práctica, la que involucra la realidad
del trabajo de formación de rutas y caminos, en la congregación, diseño y
fundación de pueblos y en la construcción de capillas, templos y conventos,
labor que duraría décadas. Por ello, la fundación de conventos y doctrinas
debe entenderse desde el punto de vista simbólico, donde lo principal debió
9 CERDA FARÍAS I., Grafitos coloniales. Imágenes sacras y seculares en el Exconvento
de San Juan Bautista, Tiripetío, Michoacán, Morelia 2009, UMSNH, pp. 30-31; RUBIAL
GARCÍA A., El convento, o. c. pp. 40, 109-110.
10 RUBIAL GARCÍA A., El convento, o. c., pp. 111-129.
11 RICARD R. La conquista, o. c., pp. 171-173.
12 CERDA FARÍAS I., Los Agustinos en la Tierra Caliente. Un proyecto evangelizador,
social y político en el S. XVI 1537-1568, Ponencia presentada en el Coloquio Académico
“Fray Juan Bautista Moya OSA El Apóstol de Tierra Caliente a 450 años de su muerte”,
Morelia Michoacán, 20-21 de diciembre de 2017.
13 GRIJALVA J., Crónica, o. c., p. 35.
402
IGOR CERDA FARÍAS
ser el trabajo entre los indios en poblaciones en las que todo estaba por
construirse14.
Entre 1533 y 1534, los agustinos novohispanos tomaron asiento en la ciudad
de México, en los poblados de Ocuituco (en el actual estado de Morelos), Chilapa
(en lo que hoy es el estado Guerrero) y destinaron a un religioso, el padre
Alonso de Borja, a Santa Fe, el pueblo que el Oidor Vasco de Quiroga levantaba
bajo un modelo inspirado en la Utopía de Tomás Moro15. Estas fundaciones, en
apariencia modestas, en realidad representaban un enorme esfuerzo si se considera
que estaban a cargo de tan solo siete religiosos, quienes debían atender una
población numerosa e desconocedora de todo lo que tenía que ver con el
cristianismo y la policía cristiana. Para el año de 1535, con la llegada de seis
religiosos (Nicolás de Agreda, Agustín de Balsameda, Gil del Peso o del
Pozo, Pedro de Pamplona, Diego de Almazán y Lucas de Pedroza) y hacia
mediados de 1536 de otros doce (Juan Bautista Moya, Gregorio de Salazar,
Francisco de Nieva, Juan de Alva, Antonio de Aguilar, Agustín de Salamanca,
Antonio de Roa, Juan de Sevilla, Diego de San Martín, Pedro Pareja, Diego de
la Cruz y Juan de San Martín) y tres españoles que profesaron en México16, los
agustinos pudieron ampliar su accionar17 con lo cual las fundaciones hechas
pudieron consolidarse y ampliarse a nuevos poblados dependientes de los ya
establecidos18.
14 En este sentido, es importante señalar que no todas las fundaciones que mencionan los
agustinos han de entenderse como sitios donde se habrían de levantar conventos, pues en
varios casos se trataba únicamente de señalarlos como sitios donde ellos habrían de tener la
administración de los sacramentos y quizá, construir capillas y casas más modestas. Por
ejemplo, véase el mandamiento del Virrey Luis de Velasco dado en 1554, donde señala una cantidad
de pueblos donde los agustinos habían levantado “casas y monasterios”. Cfr. SICARDO J.,
Suplemento crónico a la Historia de la Orden de N. P. S. Agustín de México, México 1996,
OALA, pp. 135-136.
15 GRIJALVA J., Crónica, o. c., pp. 35-52. En el texto del cronista, aparecen listados otros
poblados como Totolapan o Mixquic los que, aunque después serían fundaciones agustinas,
no deben considerarse como fundaciones propiamente dichas pues el hecho de pasar por ahí
no significa el establecimiento formal de una doctrina.
16 Siguiendo a Antonio Rubial (RUBIAL GARCÍA A., El convento, o. c. Cuadro I) en el
Libro de Profesiones de la Orden de san Agustín de México (Genaro García Collection G21,
Benson Latin American Collection, University of Texas Libraries, the University of Texas at
Austin), las profesiones comienzan en el año de 1537 en número de 5. Sin embargo, el padre
González de Paz (GONZÁLEZ DE PAZ, M., Domicilio, o. c., t. I, fs. 90-90v, 122, 145) transcribe
las profesiones de fray Martín de Murcia, fray Juan de Corella y fray Andrés de Santa María
como los primeros profesos según el citado libro de profesiones que aseguraba, tenía a la vista
y en donde además, señalaba que a fines de |1535 se había dado hábitos de lego a Diego de
Alvarado, quien se conocería como Diego de Chávez y Juan de Vera.
17 RUIZ A., Historia, o.c., pp. 3-13.
18 GRIJALVA J., Crónica, o. c., pp. 56 ss., señala entre los pueblos de Totolapan, Mixquic,
Tlayacapan, Atlatlahucan, Jumiltepec, Zacualpan, Yecapixtla y Tlapa, sitios donde años posteriores
LOS AGUSTINOS DE LA NUEVA ESPAÑA EN TIEMPOS DE SANTO TOMÁS…
403
Para mediados de 1536, los agustinos novohispanos se reunieron para
conocer las disposiciones que desde España se daban a la vicaría de la Nueva
España y que no habían sido ejecutadas porque venían dirigidas al padre fray
Francisco de la Cruz, y al haber muerto éste, requerían de consenso para abrir
los documentos y dar cumplimiento a lo ordenado. De esa junta salió reconocido
como Vicario Provincial fray Gerónimo Ximénez y se tomaron las decisiones
que habrían de conducir las acciones de los agustinos para el siguiente año,
cuando se renovaría el gobierno de la provincia de Castilla y con él, el de la
Nueva España. De esta forma, se abandonó el hospital-pueblo de Santa Fe,
se tomó asiento en el pueblo de Atotonilco (en el actual estado de Hidalgo)
para comenzar a evangelizar la llamada Sierra Alta llegando hasta Tutotepec
y Meztitlán y se estableció un convento formal en Tlapa19.
En mayo de 1537,20 se reunieron los frailes agustinos para realizar la
elección del Vicario Provincial que regiría a los religiosos de la Nueva España
hasta el año de 1540, saliendo electo fray Nicolás de Agreda. En esta junta
se resolvió continuar avanzando sobre regiones donde se necesitara con
urgencia la presencia de evangelizadores, por lo que decidieron tratar de la
conversión de la Tierra Caliente (también llamada Sierra Baja, en oposición
a la zona de La Huasteca o Sierra Alta donde estaban ya misionando desde el
año anterior), región que comprendía la costa del Pacífico desde Sinaloa hasta
Guatemala. De esta forma, se establecieron conventos en Ocuila (hoy Ocuílan, en
el estado de México) y en Tiripetío en la provincia de Michoacán. Posteriormente,
se fundaron los conventos de Tacámbaro en 1538 (en Michoacán) así como
el de Molango en 1540, este último también en la zona de la Sierra Alta.
Como se puede ver en este primer momento, las fundaciones agustinas fueron
mucho más limitadas de lo que se ha señalado21, no obstante que en 1539
habían llegado de España once religiosos enviados por intercesión de fray
Tomás de Villanueva22.
Entre los años de 1540 y 1548, el crecimiento de conventos en la Vicaría
Provincial de la Nueva España siguió siendo limitado, pues lo hacía a razón
de entre dos y cinco por periodo de gobierno, de donde se puede inferir que cada
fundación era debidamente cuidada de manera que en cada casa se pudieran
existieron conventos debidamente fundados, incluso, algunos con edificios que aún hoy se mantiene
en pie y sorprenden por sus dimensiones.
19 HERRERA T., Historia del Convento de S. Augustin de Salamanca, Madrid 1652, pp.
370-372; GRIJALVA J., Crónica, o. c., pp. 74-85, 89.
20 BASALENQUE D., Historia de la provincia de San Nicolás de Tolentino de Michoacán del
orden de NPS Agustín, Morelia 1989, Balsal Editores, 1989, p. 65.
21 Cfr. RUBIAL GARCÍA A., El convento, o. c., Cuadro XII.
22 RUIZ A., Historia, o.c., pp. 14-15.
404
IGOR CERDA FARÍAS
guardar lo que desde la provincia madre se había ordenado desde 1537 con
relación a que al menos cuatro frailes residieran en cada convento23 para que se
pudieran guardar la regla, las constituciones y las disposiciones de la provincia.
De esta manera, en estos tres periodos de gobierno de fray Jorge de Ávila
(1540-1543), fray Juan de San Román (1543-1545) y de fray Juan Estacio (15451548) se fundaron conventos en los siguientes pueblos:
Periodo
1540-1543
1543-1545
1545-1548
Fundación
San Andrés Epazoyucan
San Agustín Acolman
La Concepción (Todos Santos) Zempoala
Pánuco
La Transfiguración Malinalco
La Asunción Huauchinango
San Agustín Huejutla
San Agustín Tlalchinoltilpac (hoy Tlanchinol)
Santa María de Gracia Puebla
La Asunción Tepecuacuilco (hoy Tepecoacuilco)
Año de
fundación
1540
1540
1540
1540
1543
1543
1544
1545
1546
1546
Como se desprende de la actividad fundacional en los ocho primeros años
de la década de los cuarenta, fuera del convento en la ciudad de Puebla, se
observa que la orden privilegió la consolidación de las misiones en la Sierra Alta
estableciendo una línea de siete conventos que desde México conectaban con
esa zona, como se observa en la imagen N° 1. Establecer esta línea de fundaciones
daba un carácter permanente a la presencia agustina en la región, una zona
que, si bien era abrupta y de difícil tránsito, tenía la ventaja de que hablaban
los indios todos idiomas variantes del náhuatl24, y podían los religiosos predicar de
manera más fácil. Esta zona, que nadie disputaba a los agustinos (a diferencia del
altiplano central) y que se mantenía en paz, estaba bastante alejada de las zonas
donde la presencia hispana era ya un hecho y no podía consentirse la existencia
de alguna región en donde los indios se pudieran rebelar25, como había ocurrido
en esos años en la zona del Mixtón, en la Nueva Galicia.
23
GRIJALVA J., Crónica, o. c., pp. 86-87
GRIJALVA J., Crónica, o. c., p. 77.
25 La zona de Pánuco y hacia el sur, debe recordarse, había sido duramente tratada por Nuño de
Guzmán hasta la llegada de la segunda Audiencia, es decir, 1532, por lo que la población
debía recelar bastante de los españoles.
24
LOS AGUSTINOS DE LA NUEVA ESPAÑA EN TIEMPOS DE SANTO TOMÁS…
405
1. Presencia agustina en la Nueva España entre 1533 y 1555.
La fundación de los conventos de Malinalco y Tepecuacuilco, aunque muy
alejados entre sí, sugieren que se establecieron con el fin de comenzar una ruta
por el norte hacia la Tierra Caliente, es decir, hacia las misiones de Tlapa y
Chilapa. Si bien estos dos conventos poco representaban en este camino hacia la
zona más difícil de evangelizar (por el clima, la topografía, la diversidad de
lenguas) no debe olvidarse que esta región estaba atendida por los conventos
michoacanos de Tiripetío y Tacámbaro. No debemos dejar de lado que en
1540, la orden había decidido crear un colegio de estudios mayores de Artes y
Teología bajo la guía del Maestro fray Alonso de la Vera Cruz en el convento de
Tiripetío, que era un gran ejemplo -en todos los sentidos- de la labor que
deberían desarrollar los frailes26.
Este Colegio permitió que el número de religiosos aumentara por temporadas
en la Tierra Caliente, ya que durante las pascuas y las vacaciones, maestro y
26
La gran mayoría de los cronistas nos dicen que la traza del pueblo y convento de
Tiripetío hechas por fray Juan de San Román representaba un ejemplo a imitar en los demás
pueblos en que trabajaban los agustinos. (Cfr. GONZÁLEZ DE PAZ M., Domicilio, o. c., t.
II, fs. 35-36v, 60).
406
IGOR CERDA FARÍAS
alumnos dejaban sus estudios para trabajar en la evangelización de los pueblos
de esa zona. En 1545, la Tierra Caliente recibió un impulso adicional cuando
por disposición del capítulo se dispuso que el Colegio que estaba en Tiripetío se
mudara a Tacámbaro, donde estuvo sólo por uno o dos años27 y de esta
manera, podemos suponer que un contingente bastante numeroso de agustinos
trabajaba en Michoacán aunque no hubiera tantos conventos fundados en la
Tierra Caliente.
La elección del Maestro fray Alonso de la Vera Cruz como Vicario Provincial
en el año de 1548, cambió la trayectoria que hasta entonces habían llevado a
cabo los agustinos en la Nueva España, pues fue una nueva región, el Bajío, en
la zona norte de Michoacán, la beneficiada esta vez con el establecimiento de
nuevos conventos en los pueblos de Guayangareo, Cuitzeo, Yuririapúndaro,
Huango y Charo28. Esta expansión agustina se explica por la situación que
atravesaba la Nueva España, pues en estos años los grupos nómadas del
septentrión novohispano, los mal llamados “chichimecas”, ya representaban
un serio problema en la la expansión al norte y la consolidación de los
asentamientos mineros como Guanajuato y Zacatecas. Por ello, la presencia
de indios amigos era importante y creemos que estas fundaciones fueron
concertadas entre fray Alonso de la Vera Cruz y el Virrey Antonio de Mendoza
gracias a la enorme amistad que existía entre ellos29 de manera que se estableciera
una línea de pueblos y conventos a lo largo del curso del río Grande (hoy Lerma).
Para evitar que las nuevas fundaciones michoacanas fueran a fracasar,
fray Alonso no dudó en enviar a algunos de los mejores frailes que tenía en
Michoacán para estar al frente de estos conventos en la frontera chichimeca,
aunque ello significara dejar a la Tierra Caliente sin los más capaces ministros.
De esta forma, fray Diego de Chávez fue destinado a Yuririapúndaro, fray
Francisco de Villafuerte y Alonso de Alvarado a Cuitzeo y fray Diego de
Salamanca a Guayangareo, lo que muestra la importancia de este proyecto.
Respecto a la Tierra Caliente, la doctrina de Pungarabato30 fue elevada a
priorato, lo que significaba un relativo apoyo a los trabajos en esa zona aunque
lo cierto es que el peso lo seguían llevando los religiosos que trabajaban desde
los conventos de Tiripetío y Tacámbaro.
27 BASALENQUE
D., Historia, o. c., p. 98.
JARAMILLO ESCUTIA R., Los agustinos de Michoacán. 1602-1652. La difícil formación
de una provincia, México 1991, OALA, p. 25. Estos lugares, con sus nombres actuales son
Morelia, Cuitzeo, Yuriria, Villa Morelos y Charo.
29 BURRUS E. J. (Ed.), The writings of Alonso de la Vera Cruz. The original texts with
English Translation, Roma - Saint Louis Mo. 1968-1976, Jesuit Historical Institute / St. Louis
University, (5 Vols.), Vol. V, pp. 256-274.
30 SICARDO J., Suplemento, p. 108.
28
LOS AGUSTINOS DE LA NUEVA ESPAÑA EN TIEMPOS DE SANTO TOMÁS…
407
Y si bien fue Michoacán la región que más se benefició de la expansión
agustina, el padre Vera Cruz no dejó de apoyar a las doctrinas de La Huasteca o
Sierra Alta mandando que se fundase el convento de Xilitla; y que se fundasen
los conventos de Ixmiquilpan y Actopan (en el actual estado de Hidalgo) para
ampliar la presencia entre los otomíes; y uno más en el pueblo Chiauhtla (hoy
Chiautla de Tapia, en el estado de Puebla), sitio bastante alejado de todos los
demás conventos agustinos pero que desde 1540 había adquirido importancia al
descubrirse las minas de plata de Ayoteco31, con la importancia que ello reviste.
Periodo
1548-1551
Fundación
San Juan Bautista Pungarabato
San Pablo Yuririapúndaro
Santa María de Gracia Guayangareo
Santa María Ixmiquilpan
San Nicolás de Tolentino Actopan
Santa María Magdalena Cuitzeo
San Agustín Chiauhtla
San Nicolás de Tolentino Huango
San Miguel Charo (Matlatzingo)
San Nicolás de Tolentino Xilitla
Año de
fundación
1548
1549
1549
1550
1550
1550
1550
1550
1550
1550
En el año de 1551, los agustinos eligieron por superior en la Nueva España a
fray Jerónimo de San Esteban, quien en este periodo sólo dio continuidad a las
misiones de La Huasteca y Michoacán fundando en estas regiones los conventos
de Santiago Pahuatlán y San Agustín Jacona respectivamente. Para el siguiente
trienio, los agustinos eligieron a fray Diego de Vertabillo, quien aumentaría
las casas de la orden fundando una más en Michoacán en el pueblo de Ucareo,
otra en Culhuacán, pueblo ubicado al sur de la ciudad de México y el de San
Pedro Tezontepec, en la zona de los otomíes pero sirviendo de enlace con los
de la Sierra Alta32.
En septiembre del año de 1555, a mediados del gobierno del fray Diego
de Vertabillo, falleció en España el arzobispo Tomás de Villanueva, figura
31
GERHARD P., Geografía histórica de la Nueva España 1519-1821, 1986, p. 110.
GRIJALVA J., Crónica, o. c., p. 191. El cronista agustino señala que el convento de
Tlayacapan no se estableció como priorato sino hasta el trienio siguiente, aunque algunos autores
atribuyan al padre Vertabillo esta fundación, que debió existir como visita de pueblos cercanos
como Totolapan.
32
408
IGOR CERDA FARÍAS
importante para los agustinos novohispanos ya que a él se deben las tres
misiones de religiosos agustinos que arribaron en 1535, 1536 y 153933; y si
bien son razones suficientes por las que los cronistas agustinos recuerden
permanentemente el impacto en la Nueva España, creemos que su huella no
sólo es en ese hecho y el número de religiosos, sino por la calidad de los
integrantes de esas misiones.
EL CONVENTO DE SAN AGUSTÍN DE SALAMANCA, SANTO TOMÁS
DE VILLANUEVA Y LOS AGUSTINOS DE LA NUEVA ESPAÑA
La relación entre este célebre convento español y el devenir de la Orden
de San Agustín en la Nueva España no ha sido debidamente clarificado, hasta
donde hemos podido encontrar en la literatura novohispana y mexicana. Aunque
se ha destacado la influencia que ejerció en diversos ámbitos el pensamiento
de la llamada Escuela de Salamanca, poco se ha destacado en el ámbito de
los orígenes de los primeros misioneros a América de la Orden de San
Agustín, aquellos cuya fama y ejemplo duraría hasta nuestros días. Las crónicas
agustinas españolas34 y novohispanas35 escritas en los siglos XVII y XVIII, pueden
caracterizarse por realizar una historia de logros, milagros y hazañas colectivas y
personales debido a una rara pero especial “santidad” de los hombres, propia
siempre de épocas pasadas. En el caso específico de la Nueva España, esta
situación se repite siempre que tratan de los primeros frailes que arribaron o
se formaron en la Nueva España, y si bien no hay duda de que esas crónicas
responden a modelos preexistentes para la redacción, objetivos y fijación de
la historia, el Nuevo Mundo ofreció la enorme posibilidad de continuarse36 e
incluso, ampliarse con el nuevo ingrediente que representaba el criollismo y
su sentido de pertenencia a su tierra.
Sin embargo, existe algo que no es posible obviar, más allá de lo que pudiera
“exagerarse” en las crónicas agustinas, y es el tema de lo que históricamente
33
RUIZ A., Historia, o.c., pp. 11-15.
SAN NICOLÁS, A., Historia general de los religiosos descalzos del Orden de los Hermitaños
del gran Padre y Doctor de la Iglesia S. Augustin de la Congregación de España y de las Indias,
Madrid 1664, PORTILLO Y AGUILAR S. Chronica Espiritual augustiniana. Vidas de Santos,
Beatos y Venerables Religiosos, y Religiosas del Orden de su Gran Padre San Agustín, para
todos los días del año, Madrid 1731, VIDAL M., Agustinos, o. c.
35 ESCOBAR M., Vitas Patrum de los Religiosos Hermitaños de Nuestro Padre San Agustín
de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Michoacán, Morelia 2008; BASALENQUE D.,
Historia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Michoacán, Morelia 1989, Balsal,
GRIJALVA J., Crónica, o. c., RUIZ A., Historia, o.c.; GONZÁLEZ DE PAZ M., Domicilio, o.c.
36 RUBIAL GARCÍA A., «Invención de prodigios. La literatura hierofánica novohispana» en
Historias, Revista de la dirección de estudios históricos del INAH v. 69, México 2008, pp. 121-132.
34
LOS AGUSTINOS DE LA NUEVA ESPAÑA EN TIEMPOS DE SANTO TOMÁS…
409
sucedía al interior de la Orden en España y que influía en la formación y vida de
los religiosos, y específicamente nos referimos a la observancia.
La Orden de San Agustín, buscando formas diferentes de vida a la que
habían llevado los religiosos, había comenzado en el año de 1430 con la
fundación del llamado convento de Los Santos, cerca de Villanubla, por el
padre fray Juan de Alarcón, y poco a poco, fue creciendo el número de casas
que adoptaban una forma de vida diferente a los llamados “conventuales”. De
esta manera, la reforma observante llegó al convento de Salamanca en 144937,
dando inicio a un periodo de grandes transformaciones en esta casa (al igual
que en muchas del resto de España) que marcaron el derrotero de la Orden en la
península ibérica38. Este convento sería cabeza de la observancia religiosa en
España y mucho de lo que en este convento sucedía tenía repercusiones en el
resto de los conventos de la orden en la Provincia de Castilla ya que esta
reforma interna debió pasar por un largo proceso de más de cincuenta años
para que fuera plenamente aceptada en todos los conventos.
La observancia, ese movimiento reformista de los agustinos que buscaba
regresar a los orígenes de la orden y más cercano a los ideales de pobreza, daba
especial importancia a los estudios y la casa de Salamanca fue notoriamente
cuidadosa en este aspecto, como lo demuestra el que para 1511 se haya
encargado de los estudios a fray Alfonso de Córdoba39 y en 1517 a fray Tomás
de Villanueva, quien tenía muy poco de haber tomado el hábito pero con una
gran fama a cuestas por su trayectoria en la Universidad de Alcalá40. En este
ambiente de estudios y observancia, el convento de Salamanca fue ganando
fama por los religiosos que ahí se formaban y el austero ambiente en el que se
vivía, de donde se puede comenzar a entender un común espíritu a los frailes
salmantinos.
A partir de la segunda década del siglo XVI, se comenzó a formar un
grupo de religiosos que dejarán una huella particular, la cual se debe sin duda a
la fuerte presencia en Salamanca de fray Alfonso de Córdoba, fray Tomás de
Villanueva (quien ingresó a la orden en 1516), fray Luis de Montoya41, quien
sería Maestro de Novicios entre 1523 y 1525.
37 HERRERA T., Historia del Convento de S. Augustín de Salamanca, Madrid 1652, pp.
32-36.
38 VIDAL M., Augustinos, o. c., pp. 21-22.
39 VELA, G. S., Ensayo de una biblioteca Iberoamericana de la Orden de San Agustín,
Madrid 1913, Vol. 2, pp. 77-78.
40 VIDAL M., Augustinos, o. c., pp. 113-119.
41 PORTILLO Y AGUILAR S. Chronica Espiritual, o. c., t. III, pp. 459-474. El padre
Portillo señala la importancia que tuvo fray Luis de Montoya como Maestro de Novicios, y
410
IGOR CERDA FARÍAS
El convento de San Agustín de Salamanca era, pues, en boca de sus propios
historiadores, un lugar donde se conjugaban de manera admirable la observancia
de las constituciones, el estudio, la práctica de las virtudes personales y un
vivo deseo de pertenecer a una comunidad que es descrita por fray Simón
Casteblanco42 de la siguiente manera:
“Vivian aquellos perfectos, i Santos Padres en la continua soledad de
su celda, tan apartados del mundo, como si no le huviera, empleando los
dias, y las noches en la leccion sagrada, oración, i meditación. Guardaban
tan gran silencio, que tenian por lei inviolable, que si no fuesse los
domingos, o fiestas, no podian hablar unos con otros: i estos dias que
se hablaban, era en la huerta, ó donde le Prelado los llevaba por recreacion.
I si entre semana fuesse necesario decir algo, era por señas. Las celdas
eran pequeñas, i pobres. La cama era un jergon de pajas, i dos mantas.
El habito grossero, i angosto. Levantabanse a maitines a la una de la
noche. Tenian dos horas de oracion conventual: una despues de maitines,
i otra antes de prima. No podian tomar dineros, si no ciertos Religiosos,
que señalaba el Prelado. Vestian lana a raiz de las carnes. I si havia
algun necessitado de traer lienzo, se le permitia camisa de angeo, o
estopa, porque quien lo reparase, entendiesse que era necessidad, i no
regalo. Ayunaban desde todos Santos hasta Navidad, i desde el lunes
de la Quinquagesima, hasta Pasqua de Flores, i todos los viernes del
año. Los miercoles, i sabados comian de pescado. Los viernes de todo
el año tenian disciplina conventual: pero Adviento, i Quaresma lunes,
miercoles, i viernes. Cada dia acudian a hora señalada a exercitarse en
obras de manos. Lo poco que tenian, todo era en commun, sin tener cosa
particular ninguno a uso, fuera de los habitos, que trahian, i la pobre
celda, en que vivian: i esto era con tan gran extremo, que á nadie le
era licito tener libros en la celda, ni un Diuruo (como decian sus leyes)
deseando, que nadie rezasse el Officio divino fuera del Choro, al qual
acudian todos de dia, i de noche, sin exceptuar a nadie. […] Este
principio pues, tan glorioso, que en algunos Conventos no duro tanto
como se podia esperar, fue tan firme, i continuado en este de Salamanca,
que despues de tres siglos cumplidos dura hoy”.
esto mismo indica el padre Vidal (VIDAL M., Augustinos, o. c., p. 132) al decir que el padre
Montoya “… tanto ilustró la orden en las provincias de Castilla, i Portugal. Fue especial
amorosa providencia de Dios, porque destinándonos, como veremos, para Novicios una gran
copia de jóvenes bien inclinados, i dispuestos a la virtud, importo mucho tuviessen la utilisima, i
santa educación de tan grande Religioso, sino a otras muchas, a toda la Orden, i ahun a toda la
universal iglesia”.
42 Apud VIDAL M., Augustinos, o. c., pp. 22-23.
LOS AGUSTINOS DE LA NUEVA ESPAÑA EN TIEMPOS DE SANTO TOMÁS…
411
Fray Tomás de Villanueva fue nombrado Prior del convento de Salamanca
para el bienio 1519-1521 y fue en este tiempo cuando profesaron fray Gerónimo
Ximenez (que en la Nueva España cambiaría su apellido por el de San Esteban),
fray Francisco de Nieva y fray Juan Estacio. Para el periodo siguiente, fray
Tomás de Villanueva siguió leyendo Teología en tanto que fray Luis de Montoya
fue nombrado Maestro de Novicios. El bienio 1523-1525 fue especialmente
pródigo ya que fray Tomás de Villanueva fue electo nuevamente prior, el
padre Montoya repitió como Maestro de novicios, y bajo su guía estuvieron las
profesiones de fray Alonso de Orozco, fray Juan Bautista Moya, fray Alonso de
Borja, fray Cristóbal de San Martín, fray Agustín de Gormaz (que también
cambiaría su apellido por el de la Coruña). Para el periodo 1525-1527, fray
Tomás de Villanueva fue nombrado Reformador de la Provincia de España y
aunque debió visitar todos los conventos, seguramente siguió teniendo su
residencia en Salamanca, ya que desde 1505 habíase acordado en el capítulo de
ese año que los religiosos no se mudaran de convento salvo cosa grave o por
haber sido electos priores. En ese periodo, profesaron, entre otros, fray Juan
de Pamplona y fray Andrés de Aguirre. En los años siguientes, entre 1527 y
1535, de Salamanca surgirían religiosos que serían famosos por sus virtudes y
trabajos entre los indios americanos: fray Juan Cruzate, fray Nicolás de Perea,
fray Alonso de Alvarado o fray Juan Estacio43.
El convento de Salamanca tuvo una gran participación en lo que se refiere al
personal que se eligió para las distintas misiones a la Nueva España: en la
primera, de los ocho religiosos seleccionados, cinco eran de esta casa44, en la
segunda misión, escogida especialmente por el provincial Tomas de Villanueva45,
vemos que de seis religiosos al menos tres de ellos eran salmantinos, en tanto
que en la tercera, también seleccionada por el provincial, de doce elegidos, de
seis se desconoce su origen, pero dos de ellos eran de Salamanca, los padres
Juan Bautista Moya y Francisco de Nieva. La cuarta barcada de religiosos es
quizá la que mejor muestra el interés de fray Tomás de Villanueva por enviar a
América a religiosos de gran valía, pues siendo que solamente era prior del
convento de Burgos, apoyó (y así lo demuestra la carta que fray Gerónimo
Ximénes, que ya en esa época firmaba como “de San Esteban”) envió al Santo46.
43
VIDAL M., Augustinos, o. c., pp. 97, 125-170.
Los cinco religiosos salmantinos eran el Venerable fray Francisco de la Cruz (llamado
así por ser el más antiguo en la profesión, Fray Agustín de Coruña, Fray Gerónimo Ximenez o
de San Esteban, fray Alonso de Borja y fray Juan Bautista Moya).
45 Nótese el cuidado que puso Santo Tomás en la elección de los religiosos: escogió como
superior a fray Nicolás de Agreda, religioso antiguo (había profesado en 1509) y había sido
connovicio de fray Juan Gallego; y como otro ejemplo, destaca la presencia de fray Agustín
de Valmaceda, que había sido connovicio con él mismo y conocía bien sus virtudes.
46 SICARDO J., Suplemento, o. c., pp. 44-46.
44
412
IGOR CERDA FARÍAS
Esa cuarta barcada contaba con al menos tres47 religiosos profesos en el
convento de la ciudad del Tormes, destacando entre ellos, el que venía al cargo,
fray Juan Estacio, quien había profesado cuando Santo Tomás era prior de
esa casa. Desde la quinta y hasta la undécima misión, llegaron religiosos,
lamentablemente, pocas noticias quedaron de la casa castellana de origen de
cada uno de ellos48.
La observancia, ese movimiento que fue creciendo en España en la segunda
mitad del siglo XV y las primeras décadas del XVI, encontró un fértil campo
de prueba: la Nueva España. El movimiento reformista que habían impulsado
grandes religiosos tuvo figuras tan relevantes como fray Juan de Salamanca,
fray Juan de Sahagún, fray Juan de Sevilla, fray Francisco de la Parra, fray
Luis de Montoya y fray Tomás de Villanueva. El espíritu reformista que los
envolvía y a todos los que ellos bajo su cuidado y guía vivían, los llevaba a
vivir de acuerdo a las Constituciones de la Orden no sólo por la obediencia
que debían, sino por un auténtico espíritu de humildad, estudio, caridad y
pobreza que llevó a la provincia castellana a un estado que siglos más tarde
sería recordado como una época dorada49. La vida de estos religiosos era
ejemplo vivo para todos los frailes desde que ingresaban al noviciado, y por ello
no es de extrañar que los religiosos que pasaron a la Nueva España entre 1533 y
1555 llevaran ese espíritu como parte intrínseca de su ser y entender el mundo.
Cuando los primeros agustinos llegaron a la Nueva España, se encontraron
con una tierra donde todo estaba por hacerse, donde la pobreza manifiesta de
los indios en sus costumbres y formas de vida, a lo que se sumaba los abusos
y agravios de los conquistadores, convertían a este lugar el ideal no sólo para
mantener vivo su espíritu de pobreza y humildad, sino para crear una nueva
sociedad que se inspirara en ese modelo, una iglesia americana. Por ello, no
es de extrañar que una vez que hubieran dispuesto su actividad misionera, el
padre fray Francisco de la Cruz, nombrado Vicario Provincial, se quedara en
México para organizar el gobierno y desde ahí dispuso que los religiosos, sin
importar dónde estuvieran, siguieran las disciplinas y costumbres que se tenían
en el convento de Salamanca, aunque realizando algunas modificaciones debido a
los horarios y el trabajo específico que se requería para con los indios50.
47 RUIZ A., Historia, o. c. pp. 13-14; SICARDO J., Suplemento crónico, o. c., pp. 44-46.
Los tres salmantinos son los padres Perea, San Marín y Estacio.
48 RUBIAL GARCÍA A., El convento, o. c., Cuadro I.
49 HERRERA T., Historia del Convento, o. c. p. 253, decía de lo que pasaba en el
convento de Salamanca en la tercera década del siglo XVI:”Dichoso tiempo era aquel, en que
la casa de Salamanca tenia Priores santos, y Maestros de Novicios santos, y Procuradores
santos; y todos hijos suyos”.
50 SICARDO J., Suplemento, o. c. p. 15; GRIJALVA J, ., Crónica, o. c., pp. 47-50
LOS AGUSTINOS DE LA NUEVA ESPAÑA EN TIEMPOS DE SANTO TOMÁS…
413
Hasta el año de 1540, los agustinos se gobernaron respetando los documentos
que del provincial de Castilla llegaban, haciendo énfasis en que esas primeras
directrices habían sido dadas por fray Tomás de Villanueva; sin embargo,
durante la quinta junta51, se recibieron una copia de las actas del capítulo
provincial de Castilla y las disposiciones que la provincia de Castilla daba para
el buen gobierno de la congregación americana. En estas diez disposiciones que
mandan, llama la atención que la primera indica cómo los agustinos novohispanos
estaban cumpliendo la observancia, la cual es aprobada y ratificada por el padre
provincial, incluso ordena que ningún vicario provincial haga novedad independientemente de las condiciones que se vivían en la Nueva España52.
La observancia en su vida personal no era el único precepto que seguían
los agustinos, sino que lo trasladaban a los edificios en que moraban. Los
conventos novohispanos eran, en los primeros años, pequeñas edificaciones,
modestas, en las que se privilegiaba el espíritu de recogimiento. Las celdas
antiguas del convento de San Agustín de Salamanca eran, en dimensiones, muy
parecidas a las que construyeron en el convento de San Juan Bautista de Tiripetío.
Convento de Salamanca
“Más de treinta celdas se habitan en
este tiempo en los Dormitorios (que
con bastante alusion, se llaman de la
Thebaida, i del Christo) que muestran
bien que rigidissima mano las fabrico.
Yo he medido una, que ni es de las
Convento de Tiripetío
“Este convento que hicieron, contiene
un claustro pequeño junto a la iglesia,
todo de muy linda cantería, y de
madera cubierto, que por ser monte
o haldas dél, no se atrevieron a hacer
cosa de bóveda, como después se
51 A estas juntas el cronista Grijalva (Cfr. GRIJALVA J., Crónica, o. c., pp. 51, 113) les
llama “Capítulos”.
52 SICARDO J., Suplemento, o. c. p. 57, transcribe este documento: “Lo primero, que
algunas cosas de los religiosos sobredichos han comenzado a obrar y usan en aquellas partes,
es a saber vestir sayal o jerga, así encima en lo de afuera, en lo exterior, como en lo de dentro,
debajo en lo interior, a raíz de la carne traen semejante vestido, el hábito negro, disciplinarse
tres días a la semana, que son lunes, miércoles y viernes, no dormir en colchón sin especial
licencia, andar los caminos a pie, calzar alpargatas, estar en oración después de la antífona que
se acostumbra decir de noche en nuestra Orden, y después de maitines media hora poco más o
menos, o a lo menos por notable espacio de tiempo, no aceptar ni tener rentas, ni cosa que [se] les
parece, y no tener sobre nombres de alcurnias, sino de santos o de los propios nombres donde
nacieron, todas ests cosas se guarden en esas partes de aquí en adelante y siempre, ordenamos y
mandamos que los religiosos que en esas partes residieren sean obligados a la observancia de
todas estas cosas y cada una de ellas, en la manera que nos obligan nuestras constituciones, a
guardar lo que en ellas se instituyen y ordenan, y que ningún Vicario Provincial, ni otro inferior
nuestro pueda en esto mudar algo, ni quitar ni innovar ni innove, y si de otra manera lo hiciere
no sea en ello obedecido e incurra en pena de privación de oficio”.
414
mas estrechas, pero ni de las mas
anchas de estas celdas, i solo tiene
nueve pies de ancho, i doce de largo.
El antiguo claustro se demuestra hoy
en un ángulo (el que va desde la obra
nueva hasta la portería del claustro
moderno) junto con las entradas del
otro, que corresponderia a los pies de
lo que de presente es Choro bajo53”.
IGOR CERDA FARÍAS
hizo en las demás casas que tienen
el suelo sólido. Echáronle al rededor
del claustro, tres dormitorios angostos
con celdas, en cantidad de catorce a
diez y seis, todas fuertes, más muy
pequeñas, en que demostraban la
estrecheza y encogimiento de su
corazón, pues cada celda debe tener
cuatro varas. En los bajos estaba el
refectorio, De profundis, General de
estudios y despensas54”.
De esta forma, podemos observar cómo el seguimiento de la observancia
y el ejemplo del convento de Salamanca estaba presente en la vida de esos
primeros religiosos, respetando un modelo de vida a pesar de las duras
condiciones en que se desarrollaba el trabajo entre los indios. Tanto hay de
ejemplo y modelo, que las virtudes, acciones, trabajos y algunos “milagros” de
algunos religiosos como fray Juan Bautista Moya55, tienen mucho en común con
lo sucedido en España, y en especial, uno con San Juan de Sahagún donde
ambos, siendo refitoleros, multiplicaron los alimentos a su cargo.
San Juan de Sahagún
“Passados pues algunos dias, despues
que el sieruo de Dios tomo el habito,
mandaron que fuesse refitolero aquel
año, que lo fue malo de vino. Y como
el Conuento fuesse tan pobre en aquella
era, y no tuuiesse a la sazon fino vna
pequeña cuba de vino, fiempre que
yua a sacar vino para el Conuento
la echaua su bendición. Fue cosa
Fray Juan Bautista Moya
“Estando en Guayangareo, donde
era refitolero y obrero, después de
haber sido Definidor y prior de México,
dio todo el pan a los pobres. Reprendióle
agriamente el Prior, porque no tenían
qué cenar los religiosos ni los indios
de la obra. Respondió que no tuviese
pena, que por cuenta de Dios corría, y
apartándose de allí, le trajo dentro
53 VIDAL M., Augustinos, o. c., p. 23. El subrayado es nuestro. Las medidas de esas
celdas, en metros, serían de 2.52 x 3.36.
54 BASALENQUE D., Historia, o.c., pp. 71-72. El subrayado es nuestro. Las medidas de
esas celdas, en metros, serían de 3.36 x 3.36, lo que concuerda prácticamente con el análisis
que personalmente hemos realizado de las ruinas de ese antiguo convento.
55 SAN ROMAN A., Consuelo de Penitentes, o Mesa Franca de spirituales manjares,
Sevilla 1585, pp. 423-430; HERRERA T., Historia del Convento, o. c., pp. 326-335.
LOS AGUSTINOS DE LA NUEVA ESPAÑA EN TIEMPOS DE SANTO TOMÁS…
marauillosa que con ser la cuba tan
pequeña, el vino tan poco, basto para
el Conuento sin que se sintiesse mengua,
hasta que huuo vino en abundancia
en la tierra.”56
415
de muy poco tiempo una canasta de
preciosísimo pan, que todos conocieron
que era del cielo57”.
Los ejemplos donde se puede observar cómo la Nueva España repetía
modelos tomados de las historias que circulaban en los distintos conventos
de España no terminan y sería un trabajo más amplio documentar cada uno
de esos casos. Sin embargo, lo hasta aquí expuesto, sirva para acercarnos a
los primeros misioneros agustinos en el nuevo mundo, no desde la óptica del
exterior de la historia (la fundación de conventos, el trabajo entre los indios,
recuentos de juntas y capítulos o vidas ejemplares de muchos padres) sino desde
el interior, donde el pensamiento, espíritu e ideales impulsaban y guiaban el
actuar en un mundo nuevo, donde estaba todo por hacer.
CONSIDERACIONES FINALES
Agotar en este texto la importancia que para los agustinos novohispanos
tuvieron personajes como Santo Tomás de Villanueva es algo que resulta casi
imposible debido a que aún podríamos seguir indagado en temas como el
trasfondo, el interés personal que mostró siempre Santo Tomás por las misiones
a la Nueva España, su amistad con fray Francisco de la Cruz o Gerónimo
Ximenez, lo cual debió ser una cuestión importante puesto que en ellos descansó
el santo sus esfuerzos para las misiones a las indias. Un elemento más de
estudio sería el estudio a fondo de la persona de fray Gerónimo Ximenez y
entenderlo como el más ardiente promotor de las misiones a América58. O la
importancia del maestro fray Alfonso de Córdoba en el entendimiento de la
realidad indígena que demostraron especialmente los agustinos59. También
reviste interés determinar el papel que fray Luis de Montoya tuvo en la
56
ANTOLÍNEZ A., Vida de S. Ioan de Sahagun de la Orden de S. Agustin N.P.,
Salamanca 1605, pp. 87-88.
57 GRIJALVA J., Crónica, o. c., pp. 275-285. Hemos preferido tener la historia de la
pluma del padre Grijalva, quien como profeso del convento de Valladolid (Guayangareo) era gran
devoto de él y conocía de primera mano la historia oral de la vida y milagros del padre Moya.
58 SAN NICOLÁS, A., Historia, o. c., pp. 71-72
59 Cfr. CERDA FARÍAS I., «Pueblos de indios de Michoacán al amparo del proyecto
político agustiniano durante el siglo XVI» en Las diversidades indígenas de Michoacán,
Morelia 2015, pp. 43-4.
416
IGOR CERDA FARÍAS
formación de algunos de los novicios cuya fama en América aún persiste. O
analizar con mayor amplitud el papel que jugó el cumplimiento de la observancia,
las constituciones y los mandamientos de los superiores en el misionar de los
frailes entre los indios. Incluso habría que tratar de entender las relaciones
personales existentes entre los agustinos novohispanos que, evidentemente,
fueron creándose con el correr del tiempo y que comenzaron a marcar ciertas
diferencias entre ellos60, que con el tiempo se fueron ahondando.
La presencia e importancia de Santo Tomás de Villanueva no ha sido
debidamente valorada en la historiografía mexicana61, por ello, sirva este
trabajo para llamar la atención y volver la vista a los fundamentos de la
presencia agustina en la Nueva España como la llave para comprender el
origen y devenir de la Orden en esta tierra.
60 Por ejemplo, poco después de pasada la primera mitad del siglo XVI, ya existían dos
“grupos” entre los agustinos con relación a la manera en que se llevaba a cabo la observancia,
teniendo como campeones (quizá sin que los involucrados se dieran cuenta, puesto que estaban
trabajando en las sierras) a fray Juan Bautista Moya y fray Antonio de Roa. Cfr. GRIJALVA
J., Crónica, o. c., p. 283.
61 Normalmente, los textos sobre agustinos novohispanos, comienzan a partir de su llegada a
esta tierra, desligándolos de su contexto social, de formación, que, hemos visto, es fundamental
para entender de manera más completa, su actuar.