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El asesinato de Agnes Torres en Puebla impulsa Ley, pero su caso sigue sin ver la justicia del todo

26/02/2021 - 7:31 pm

Cuatro de los implicados en el homicidio ya fueron sentenciados, entre ellos un menor de edad que, incluso, ya pagó su condena y quedó en libertad. Sin embargo, su pareja sentimental y el hombre que planeó el crimen, Jorge F. Z. fue detenido hasta diciembre de 2019, cuatro años después del crimen y todavía no recibe sentencia.

Por Magarely Hernández

Puebla, 26 febrero (Periódico Central).- Hace más nueve años, la activista Agnes Torres Hernández cabildeaba ante el Congreso del estado de Puebla una propuesta de ley que diera seguridad legal a los hombres y mujeres transgénero, pero, el 9 de marzo de 2012, fue asesinada por cinco hombres, entre ellos su Jorge F. Z., el hombre con el que salía y a quien se refería como su novio; después de cometer el asesinato abandonaron su cuerpo en una barranca de Atlixco. En un hecho histórico, este 25 de febrero la Ley Agnes fue aprobada; sin embargo, la activista sigue sin recibir justicia por su muerte, debido a que el hombre que planeó y participó en su homicidio sigue sin ser sentenciado.

La Ley Agnes es una realidad en Puebla y con ello, la entidad se convirtió en el catorceavo estado del país en permitir el cambio de identidad. Entre las diversas reformas al Código Civil, destaca la creación del artículo 875 Bis, para establecer que “cualquier persona puede pedir el levantamiento de una nueva acta de nacimiento para el reconocimiento de su identidad de género”.

El segundo párrafo señala que para el cambio de identidad no se requiere de alguna modificación estética, por lo que las personas trans no necesitarán de cirugías para cambiar su identidad en los documentos oficiales.

A la exigencia de la comunidad LGBT+, se sumó incluso Gisela Torres Hernández, la hermana de la activista, en representación de la familia rompió el silencio y a través de Twitter, emitió una postura pública para pedir a los poblanos unirse en torno a los derechos de las personas transgénero, como su hermana lo habría querido.

Manifestantes festejan a las puertas del Congreso de Puebla la aprobación de la “Ley Agnes”. Foto: Mireya Novo, Cuartoscuro

EL ASESINATO

El 9 de marzo de 2012, Jorge F.Z., pareja sentimental de Agnes, la citó en Chipilo, donde supuestamente tendrían una fiesta. Según la versión de una amiga suya, también transgénero, cenaron juntas. Luego, Agnes se fue para alcanzar a Jorge para la celebración. Esa fue la última vez que la vieron con vida.

A la emboscada Agnes llegó en un automóvil Golf que su mamá le había regalado. Jorge y sus amigos Fernando Bueno Mazzoco, Agustín Flores Zechinelli, Marco Antonio Berra Espezzia y un menor de edad la golpearon, degollaron y después tiraron su cuerpo a una barranca localizada en el municipio de Atlixco.

Al siguiente día, su hermana y madre la reportaron como desaparecida y la noticia de inmediato comenzó a circular en redes sociales. Sus amigos comenzaron su búsqueda. Sus asesinos intentaron vender el auto, pero lo terminaron quemando para eliminarlo como evidencia.

El cuerpo de la activista fue localizado el mismo 10 de marzo, pero su madre confirmó que se trataba de ella hasta el 12 del mismo mes. En los próximos dos días, las autoridades lograron detener a tres de los homicidas: Agustín, Marco Antonio y al menor de edad.

El 16 de marzo del 2012, en Mérida, Yucatán fue ubicado Jorge, el hombre que planeó el crimen; sin embargo, logró escapar del operativo que montaron las autoridades y solo se detuvo al cuatro implicado, Luis Fernando.

Cuatro años después, Luis Fernando Bueno Mazzoco fue sentenciado a 35 años mientras que Agustín Flores Zechinelli y Marco Antonio Berra les impusieron 23 años. El menor de edad ya fue liberado, pues su sentencia no fue mayor a cinco años.

PRÓFUGO SIETE AÑOS

Jorge estuvo prófugo siete años. La orden de aprehensión en su contra se giró el 28 de marzo de 2012, pero fue aprehendido hasta el 9 de diciembre de 2019 en un rancho de Veracruz. Durante este tiempo, fue visto en varias ocasiones en Chipilo; visitaba a su familia, a una joven que pretendía, y viajaba en una camioneta.

Agnes se graduó en Psicología, en la Universidad de Veracruz. Desde ese momento, comenzó una batalla para exigir que su título profesional le fuera expedido con el nombre que ella eligió. Según relataron ex alumnos de esta casa de estudios, el trato hacia ella siempre fue despectivo incluso de los profesores.

Tras la aprobación de la aley, familia y amigos de Agnes persiguen la lucha contra su homicida. Foto: Mireya Novo, Cuartoscuro

En la ceremonia de entrega de papeles fue nombrada por su deadname –la identidad con la que fue registrada al nacer– a pesar de haber solicitado explícitamente ser llamada Agnes Torres. El momento de humillación al menos fue contenido por la solidaridad de sus compañeras y compañeros que decidieron no pasar por sus papeles”, relató el ex alumno de la Universidad de Veracruz, Mauricio Saldivar.

Durante muchos años, anheló poner todos sus documentos oficiales en concordancia con su identidad. Y no fue posible ya que solo hasta su asesinato la Universidad Veracruzana le otorgó el título con el nombre que ella eligió.

Con la aprobación de la ley que lleva su nombre, ahora en Puebla esto es posible, pero Anges ya no está para vivirlo. Ahora, su familia, amigos y toda la comunidad LGBT+ persigue una lucha más: que su homicida sea sentenciado.

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