'Viernes 13': las películas ordenadas de peor a mejor

La peor de la saga, con diferencia. Al principio vemos a Jason Voorhees muriendo a manos del FBI . Ya en la morgue, el forense es hipnotizado por el corazón de Jason y empieza a ¡comérselo!... siendo poseído por su espíritu, que pasa de cuerpo a cuerpo a través de una extraña criatura. Además, el propio Jason aparece sólo unos minutos al final. Sinceramente, no compramos. Es la primera de la saga que no hizo Paramount, que vendió sus derechos a New Line Cinema, que nos regaló este horripilante desastre.

La siguiente peor de la saga, aun teniendo un cameo de Cronenberg al principio. En la película tenemos a Jason congelado durante décadas para acabar siendo descongelado "accidentalmente" en el futuro mientras es transportado a la Tierra. Un absurdo que ni sus muertes salvan de quedar de las últimas en el ranking.

Lo peor de este remake de 2009 es que no juega con la mitología en absoluto, tampoco reinventa nada y se centra en encontrar la razón y la verdad detrás de Jason Voorhees en un reboot aburrido que viene de manos de Marcus Nispel, el mismo responsable del genial remake de 'La Matanza de Texas'. Un gran flop.

La premisa es increíblemente prometedora, permitiendo que el principal experto mundial en el manejo de machetes se pasee por la ciudad que nunca duerme. Las posibilidades son francamente infinitas, pero sus creadores decidieron pasar la mayor parte del tiempo metidos en un barco camino a Manhattan. Las muertes son aburridas y la parte de Nueva York dura menos de lo que nos habría gustado ver a estas alturas de la franquicia.

En la cuarta parte, 'Capítulo final', nos presentaban al joven Tommy Jarvis, que se acaba convirtiendo en el héroe de la saga durante tres entregas, la segunda de las cuales es esta rara secuela que nos coloca las matanzas de Jason al lado de un hogar para adolescentes con problemas. Tiene cosas que nos gustan, pero ese giro final en el hospital con un Tommy psicópata sacado de la manga no nos convence en absoluto.

Esta entrega salió en la época de 'Scanners', lo que explica por qué decidieron enfrentar a Jason contra una joven telépata que, accidentalmente, resucita a este asesino cuando comienza a recordar cómo mató a su padre con sus poderes en el mismo Crystal Lake. La seriedad con la que tratan la historia de este personaje no nos convence, y sus muertes y personajes menos.

Aquellos que esperaban que John Carpenter o Wes Craven asumieran un evento cinematográfico tan extraño como este soñaban despiertos, pero Ronny Yu hizo un gran trabajo para regalarnos este enfrentamiento entre dos leyendas del terror. El guión no es una genialidad, pero siempre es defendible.

Aquí es donde nos encontramos por primera vez con Jason, que todavía no lleva su famosa máscara de hockey y se apaña con un saco de tela con un agujero para un ojo. La película comienza con Voorhees acabando con la final girl de la primera entrega, y aunque no fue una mala secuela, no aporta mucho diferente a la película original, cosa que habría podido cambiar el rumbo de la saga.

Tras el fiasco de su anterior secuela (y ese giro final que no gustó a nadie) en esta comenzamos de nuevo con Tommy Jarvis, quien quiere destruir de una vez por todas el cuerpo de Jason a modo de terapia. Esto supone un agujero argumental enorme, porque en la anterior película dijeron que fue cremado, pero a estas alturas de la saga, ¿a quién le importa?. Estamos ante una de las entradas más entretenidas de toda la serie. Sus geniales asesinatos se unen a la audacia en el tono, lo que hacen de ella una memorable y agradable entrega llena de frases ingeniosas.

Una de las obras fundadoras del subgénero slasher y que bien merece estar en el top 3 de las mejores de la franquicia. Aunque nos encanta su look, sus muertes y todo lo que supone, el hecho de no ver al asesino hacen de ella una entrega muy diferente a lo que luego sería la saga, y se nota. Eso sí, Betsy Palmer como la Señora Voorhees nos regala un climax para gozarlo.

Aquí es donde conocemos a Tommy Jarvis, el principal enemigo de Jason, si es que hay uno. Los asesinatos van desde simples evisceraciones hasta las carnicerías más extravagantes, y el hecho de que el reparto incluya a actores como Crispin Glover le da a la película un toque que siempre se agradece. Es la más equilibrada de la saga y ese final con un Corey Feldman calvo matando a Jason con su machete es oro puro.

El tercer capítulo de la saga fue donde la dirección se volvió un poco más audaz, gracias también a que la película fue lanzada en 3D. Sin embargo, incluso sin las gafas, esta tercera entrega merece una ubicación especial en el ranking por ser en la que Jason encuentra su máscara de hockey, que consigue de una de sus víctimas.