Los años olvidados (y salvajes) de Juana de Castilla en Flandes

Los años olvidados (y salvajes) de Juana de Castilla en Flandes

Irene Escolar interpretó a Juana de Castilla en la serie ‘Isabel’ (RTVE)

¿Sufría una enfermedad mental o fue una mujer empoderada a la que un mundo que no podía permitírselo la apartó? ¿Apoyó a los comuneros o fue leal a su hijo? ¿Cómo le afectó la muerte de su marido, Felipe el Hermoso? Cuando las ficciones históricas se han acercado a la vida de Juana de Castilla (1479-1555), también conocida como «La Loca», se suelen centrar en esos interrogantes de aquella reina, de importancia capital, opacada por sus padres e hijo, pero que aún hoy sigue despertando la fascinación gracias a sus sombras, a las dudas que su vida existe. Por eso, resulta refrescante que haya autoras que, de tan conocido personaje, busquen momentos o cuestiones menos trilladas como la novela de Neus Arqués que hoy os traigo. No es la única, claro, el año pasado Álber Vázquez ya trató la muerte de su esposo y cómo se evitó que ella reinara en Juana, la reina traicionada (Esfera de los Libros, 2022)

La escritora barcelonesa Neus Arqués, que ya escribió una biografía novelada de Juana, se ha centrado en los mucho más desconocidos años de la reina en Flandes en El naranjal y la garza (Pàmies, 2022). Una novela de formación, de sexo, emociones y poder, que repasa los años que van entre 1496 y 1501, desde que Juana sale de Laredo en busca de su marido a cuando vuelve, ya como heredera a los tronos de Castilla y con un hijo, Carlos.

Arqués es una autora que ha reflexionado y escrito mucho sobre la visibilidad de las mujeres y en esta ficción se nota. El punto de vista, indudable, es la de la propia Juana y sus dos damas, María Manuel y Ana de Beaumont. A través de sus tres miradas, la autora nos mostrará su evolución emocional, pero también su crecimiento en una corte secundaria, sin peso real aún, pero donde se juegan importantes juegos de poder e influencia.  Y en ellos, el sexo jugará un papel fundamental -no en vano, la estrategia internacional de los Reyes Católicos se basaba, en parte, en las alianzas matrimoniales- y se convertirá en una presencia constante. Violaciones, tríos, burdeles y relaciones de todo tipo salpican la novela. En este aspecto, es interesante una sensación que tuve en algunos momentos: no me resultaban ciertas prácticas sexuales desde un punto de vista de reconstrucción histórica -obviamente no soy un experto, es una impresión-, pero sí verosímiles con la reconstrucción literaria que propone la autora.

Otro aspecto interesante que retrata Arqués en esta novela, aunque sea someramente, es el aspecto económico de una corte como la de Juana y Felipe en Flandes. La autora muestra cómo resplandece o como se la puede asfixiar, lo cual es interesante, en un género que, salvo en contadas ocasiones, como las novelas de Gisbert Haefs, parece olvidar que la economía, a su modo, era tan importante en el pasado como ahora.

Doña Juana la Loca, de Francisco Pradilla y Ortiz (MUSEO DEL PRADO)

Arrancaba esta entrada hablando de los temas habituales que rodean a la literatura sobre la reina Juana. Sin embargo, Arqués elude mojarse en, por ejemplo, el controvertido asunto de su salud mental. Seguramente lo haga de una manera consciente e inteligente: leyendo su relato, encaja perfectamente tanto que posteriormente acabara aquejada de un mal así, como que fuera apartada del poder injustamente.

El naranjal y la garza es una novela de lectura ágil, en la que su autora muestra oficio y saber hacer. En ellas asistimos, como Juana comienza siendo una adolescente tímida y acaba regresando como una mujer de Estado. Vemos a sus damas sufrir, caer y levantarse (o no) en su cercana relación con el poder. Todo ello bajo el eje de un juego trobado que la reina Isabel regala a su hija, en donde los naipes va a dar pistas adivinatorias sobre lo que ocurre y le va a ocurrir. En esa baraja simbólica y poética (donde los naipes de Juana dan título a la novela) sirven, además de como eje narrativa, para regalar al lector varias composiciones extraídas del Cancionero general, de Hernando del Castillo.

No es quizá una novela para todos los gustos y puede generar diversos debate por su mirada y posición. En algunos aspectos se puede creer que es excesiva, en otros parece que se quede algo corta. Quizá, por ejemplo, se eche en falta algo más de profundidad en el retrato de Felipe. Aún así es una novela diferente, que cabalga entre lo erótico y lo histórico, buscando un nuevo reflejo literario de Juana de Castilla.

Si os ha interesado, en el último podcast del Certamen Internacional de Novela Histórica de Úbeda, comenté esta novela con Yolanda Rocha, del blog Que el sueño me alcance leyendo, y Ren, del blog Momoko. Lo podéis escuchar en Ivoox.

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