¡Fue milagroso! Así le salvó Woody Allen la vida a un amigo: mira que le había pasado

Woody Allen acaba de ser noticia por un motivo que nada tiene que ver con sus películas. En una cena en su restaurante favorito de Nueva York, le salvó la vida a Andrew Stein, viejo amigo suyo, quien se estaba ahogando con un trozo de comida. El famoso cineasta de 87 años aplicó la maniobra de Heimlich y evitó lo que hubiese sido una tragedia.

El pasado martes 16 de mayo, Woody Allen se encontraba disfrutando de una cena en su restaurante favorito de Nueva York: el Caravaggio, que se ubica en el Upper East Side. Junto a él estaba su esposa, Soon-Yi Previn, el abogado Alan Dershowitz y el político y hombre de negocios Andrew Stein.

En un momento, este último comenzó a tener dificultades para respirar y Allen comprendió rápidamente lo que estaba ocurriendo: su amigo se estaba ahogando con un trozo de comida.

De manera inmediata, y con sus 87 años a cuestas, el cineasta se levantó, tomó a su amigo por la espalda y le aplicó la maniobra de Heimlich. Finalmente, el político sintió cómo sus vías respiratorias se liberaban y lo que pudo ser una tragedia terminó siendo un milagro. “Me da vergüenza decirlo, pero Woody me salvó la vida”, confesó Stein a Page Six.

No es la primera vez que lo hace: todo sobre Woody Allen y su reciente uso de la maniobra de Heimlich

El mencionado medio recuerda que no es la primera vez que el director de obras como Hannah y sus hermanas y Match Point le salva la vida a una persona usando la maniobra de Heimlich.

En 1992 ocurrió lo mismo en el restaurante Primola, de la Segunda Avenida de Nueva York. En aquella oportunidad, Woody le salvó la vida a Jean Doumanian, exproductora de Saturday Night Live, quien se estaba atragantando con un trozo de pan.

En cuanto a Stein, reconoció que suele pedir pescado cada vez que va a cenar al restaurante, pero que en esta oportunidad optó por el cerdo. “Poco después de que empezamos a comer, un trozo de carne se atascó en mi garganta y me costaba respirar”, agregó.

Luego confesó que empezó a “entrar en pánico” y que “estaba aterrado”. Por suerte para él, Woody Allen estaba a su lado y lo rescató.

“Realmente fue como una escena de una de sus películas. Si no fuera por su rapidez mental, me temo que podría haber muerto. Le debo la vida”, dijo para finalizar el político de 78 años.