Pensamiento Económico De William Petty [d4pqyw5yr9np]

Pensamiento Económico De William Petty

  • Uploaded by: victor
  • 0
  • 0
  • May 2021
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Pensamiento Económico De William Petty as PDF for free.

More details

  • Words: 22,314
  • Pages: 56
Pensamiento Económico de William Petty Biografía de Petty

William Petty: Fundador de la Econometría es uno de los fundadores de la Econometría, ésta es una de las ramas más en boga de la economía a moderna y consiste en la aplicación William Petty

de las Matemáticas y las Estadísticas al análisis económico. Aún cuando el Desarrollo de la Econometría se dio en el siglo XX, sus orígenes se remontan al siglo XVII, a la denominada "aritmética política" que realizó un médico, poeta y economista de excéntrica personalidad llamado William Petty. Influido por su formación, William

Petty

tuvo una visión de la economía

muy similar a la concepción sistémica de la medicina; es decir, asumía cada Problema Económico como una parte integrante de un conjunto mayor que necesita ser medido para poder ser conocido. Es precisamente por esta contribución que Marx llamó a William Petty el "fundador de la economía política moderna". En efecto, William Petty se apartó del Mercantilismo dominante en su época y anticipó muchas de las ideas de los economistas clásicos, como la importancia económica de la división del Trabajo y su teoría del Valor. Por ejemplo, consideraba que el Intercambio está sometido a leyes naturales a las que es inútil oponerse y que los Precios vuelven siempre a su nivel natural. Algo que volverían a señalar muchos autores posteriormente. William Petty buscó separar la moral de la ciencia e intentó formular soluciones concretas a problemas prácticos. Llamó a su método de investigación "aritmética política" (antecesora de la Econometría), y en él trató de expresar la idea básica de que la introducción de Métodos Cuantitativos a la economía produciría un análisis más riguroso de los fenómenos sociales.

William Petty fue influenciado, sobre todo, por el filósofo Francis Bacon, quien había propuesto el "método inductivo" para conocer la esencia de las cosas. La

aritmética

política

de William

Petty

introducía

las Matemáticas y

las Estadísticas a los problemas que se buscaban analizar. Sin embargo, estaba pensada principalmente para reunir los elementos esenciales del problema práctico que buscaba resolver, más que para construir una descripción perfecta de la realidad. Uno de los objetos de análisis de William Petty fue el Dinero en la economía. Y aunque fue capaz de observar la relación entre cantidad de dinero y el nivel de actividad económica, no vio la relación entre cantidad de Dinero y Precios, que conforma la base de la Teoría Cuantitativa del dinero. Consciente de la importancia del Dinero, William Petty hizo una analogía propia de un médico. Señaló que el dinero es como la grasa en el cuerpo: si es excesiva, su cantidad impide la agilidad, pero sin embargo es necesario tener un grado de ésta porque embellece el cuerpo. Para William Petty,

el Dinero permite "aceitar" la economía de un país. William Petty, además, fue un precursor del concepto de "velocidad de circulación del Dinero" que, algunos años más tarde, haría explícito Richard Cantillon para expresar la implicancia que tiene para una economía la rapidez con la que el Dinero cambia de mano. En términos generales, las conclusiones de éste médico-economista eran extremadamente optimistas. Su optimismo muchas veces lo hizo caer en utopías, como cuando pretendió que era factible que Inglaterra se apoderara del Comercio universal de todo el mundo. Mirado retrospectivamente, el mayor logro de William

Petty

fue introducir

un cambio decisivo en el método económico. Lo dramático fue que -como apunta un historiador económico- lo admiraron muchos, pero lo siguieron pocos, y la gran mayoría lo olvidó en seguida.

A partir del siglo XVI la

Letra de Cambio

adquirió protagonismo. Por

la seguridad que brindaba y por su facilidad de transporte, ésta reemplazó a la Moneda en las grandes operaciones. La Actividad creció a tal punto que en las ferias internacionales se realizaban muchos negocios bancarios de préstamos con Financiera

intereses. Las principales obras de Petty dedicadas a la economía política son: “Tratado de los impuestos y contribuciones’’ (1662), “Palabras a un prudente” (1664), “Anatomía política de Irlanda” (1672), “Aritmética política’’ (1676) y otros. En un principio, sus trabajos contenían ideas mercantilistas, mas en sus obras posteriores, particularmente en “Algunas palabras sobre el dinero’’ (1682), desaparecieron las últimas huellas de sus concepciones mercantilistas. Petty inició el paso del análisis centrado en la esfera de la circulación al análisis del proceso de producción. Toma de las ciencias naturales el método que aplica en economía política y lo complementa con el análisis matemático y estadístico. Fue el primero en formular la teoría de que el valor tiene su origen en el trabajo. Diferenciaba el valor interno, denominado por él “valor natural”, del precio de mercado o, según su terminología, “precio político”. Petty determinaba el valor por el trabajo invertido y establecía una dependencia matemática de la magnitud del valor respecto a la productividad del trabajo. Empleaba dos medidas para estimar la magnitud del valor: la tierra y el trabajo, considerando que el trabajo es el padre de la riqueza, y la tierra, su madre. La incomprensión de la doble naturaleza del trabajo y de la mercancía impidió a Petty descubrir por completo la esencia del dinero. Sin embargo, veía en el dinero el equivalente general e hizo un análisis de algunas de las funciones del dinero. Al examinar las categorías de salario, ganancia y renta del suelo, planteó el problema referente a la división de la jornada de trabajo en tiempo necesario y tiempo adicional. Definía la renta como forma universal de la plusvalía, la cual aparecía como renta del suelo y como renta en dinero (interés). Petty fue el primer economista que habló de la teoría de la renta diferencial. También era científica su manera de enfocar la cuestión del precio de la tierra. Las concepciones de Petty sobre los problemas de la economía política reflejaban la tendencia a subordinar la economía del país al capital industrial, pese a considerar como perfectamente lógico que el Estado interviniera en la regulación de la economía nacional.

William Petty

William Petty.

William Petty (26 de mayo de 1623- Londres, 16 de diciembre 1687) fue un filósofo, médico, economista y estadístico inglés.1 Petty estudió medicina y se hizo médico, en las universidades de Leiden, París y Oxford. Petty tuvo extensas propiedades en Irlanda debido a su asociación con Oliver Cromwell y la Mancomunidad (Commonwealth). Fue por un tiempo breve miembro del Parlamento inglés. Durante su vida fue un científico, inventor, empresario, y uno de los miembro fundadores de la Royal Society. Le fue concedido el título de sir en 1661. Fue abuelo deWilliam Petty Landsdowne. Es mejor conocido por sus escritos de historia económica y estadística previos al trabajo de Adam Smith. Sus trabajos más famosos son los de tipo demográfico, Aritmética política y títulos similares, en los se trata del primer intento de entender las relaciones entre la población y la economía. Fue creador del término pleno empleo y formulador de la Ley de Petty. Índice [ocultar]



1Pensamiento



2Publicaciones



3Referencias



4Véase también

Pensamiento[editar]

Economic writings, 1899

Consideraba que las funciones estatales debían comprender, además de las tradicionales (defensa, justicia, etc.), tres funciones adicionales: sostenimiento de las escuelas y colegios; financiamiento de los orfelinatos y cuidado de los necesitados; y finalmente, mantenimiento de los caminos, corrientes navegables, puentes y puertos. No obstante enrolarse en el Mercantilismo, su cita favorita, el aristotélico "el mundo rechaza el ser mal gobernado", anunciaba la aparición de las ideas liberales. Como fórmula básica para el establecimiento de impuestos, Petty aducía que los hombres debían contribuir al Estado según la participación y el interés que tuvieran en la "paz pública", es decir, conforme a sus "posesiones o riquezas". Consideraba, sin embargo, que la gente era remisa a pagar impuestos (por escasez de moneda, inconveniencia de la época de pago, inequidad, o porque se suponía que el soberano pedía más de lo que necesitaba y que su finalidad era el esplendor superfluo de éste y su corte, etc.). Sostenía que los impuestos no debían ser tan altos como para reducir los fondos que eran menester para mantener el comercio de la nación; no eran perjudiciales en tanto se los invirtiera en productos nacionales (entendiendo que los impuestos volvían directamente al pueblo). Le parecía que eran esencialmente justos los impuestos sobre el consumo (que cada persona pagara impuestos en proporción a lo que disfrutaba o a sus gastos), y que fomentando la frugalidad se incrementaría la riqueza de la nación. Los impuestos sobre las importaciones y las exportaciones debían aplicarse de modo razonable y en cierta medida selectivamente (aplicar un derecho de importación alto sobre los bienes fabricados en Inglaterra); había que cobrar impuestos muy reducidos o no cobrar tributos sobre las materias primas necesarias para las industrias inglesas. Los impuestos sobre la exportación nunca debían exceder del punto en que elevaran el costo del producto por encima

del propio exigido por los competidores de otras naciones. Se oponía a otros tipos menores de impuestos (sobre los monopolios, porque fomentaban su creación; sobre las loterías, pues afirmaba que si la lotería debía ser explotada, correspondía que lo fuera por el Estado, y no por los intereses privados, etc.). Su trabajo ha constituido el primer tratamiento sistemático de tributación'.2 '

Publicaciones[editar]

William Petty.



A Treatise of Taxes and Contributions (1662)



Verbum Sapienti or an Account of the Wealth and Expences of England, and the Method of raising Taxes in the most Equal Manner (1665, publicada en 1691)



Anatomía política de Irlanda (Political Anatomy of Ireland) (1671-1672, publicado en 1691);



La Aritmética política (Political Arithmetick or a Discourse concerning the Extent and Value of Lands, People, Buildings,... etc. As the same relates... to the Territories of ... Great Britain,... Holland, Zealand, and France) (escrito aprox. 1672-1676, publicado 1690);



Quantulumcunque Concerning Money (1682, publicado 1695);



Another Essay in Political Arithmetick concerning the Growth of the City of London (1682, publicado 1683);



Observations (and further Observation) upon the Dublin Bills of Mortality (1683 y segunda edición 1686);



Two Essays in Political Arithmetick concerning London and Paris (1687);



Observations upon the Cities of London and Rome (1687);



Five Essays in Political Arithmetick (1687); y



A Treatise of Ireland (escrito en 1687, publicado en 1899)

JOHN LOCKE Y SUS APORTES EN LA ILUSTRACIÓN Publicado: 04/23/2011 en Evaluación

John Locke, fue un pensador inglés, empirista, filósofo y liberalista político, que nació en Wrington el 29 de Agosto de 1632 y murió en Oates Essex el 28 de octubre de 1704. Se educó en la

Universidad de Oxford, en donde se especializó en medicina, además de esto también fue diplomático, teólogo, economista, profesor de Griego, pero se destacó más por sus escritos filosóficos basados en las ideas de Descartes y Hobbes, que contribuyeron en el pensamiento político liberal y la ilustración.

Lo nombraron como lector Griego de Oxford, pero decidió continuar con la medicina y la filosofía experimental. En 1666 Locke se encuentra con Lord Ashley, conde, quien le ofrece que fuera su médico, secretario, investigador, agente político y amigo; un año después, éste decide aceptar la propuesta de Ashley y mudarse a Londres, en donde se vio envuelto en discusiones filosóficas y políticas de Inglaterra.

Debido a su pensamiento empírico, los conocimientos políticos y filosóficos que adquirió en Londres y la situación que se vivía, en 1690, John Locke crea tres obras que influyeron mucho en la ilustración y su desarrollo; estos libros son conocidos como “Ensayos sobre el Gobierno Civil”, “Ensayo sobre el entendimiento humano” y “Algunos pensamientos sobre la educación”.

Recordemos que la ilustración, fue un movimiento filosófico que se originó y se desarrolló en Europa, durante el siglo XVIII. Este cambio se produjo debido a que las personas tomaron conciencia de la importancia del uso de la razón y la libertad; además consideraban que llegaba la época de las luces que iluminaría la tierra y dejarían atrás un ambiente de oscuridad.

El siglo XVIII fue una época de revolución ideológica, en donde se desarrolló la autonomía, el empirismo, el criticismo, el reformismo, las ciencias, las políticas y se involucraron aportes, ideas, pensamientos y propuestas por parte de filósofos, empíricos, moralistas como John Locke.

La primera obra de Locke, hace referencia a que el ser humano posee ciertos derechos humanos que busca proteger, mediante la política, bajo una especie de acuerdo con los gobernantes. Además señala que el gobierno está dividido en dos poderes como el Legislativo, crea leyes, y el ejecutivo, vela cumplimiento de dichas leyes. Estas ideas tomaron base en las modernas teorías económicas y tuvo gran impacto en el pensamiento de la sociedad industrializada del siglo XVIII, porque además de destacar la importancia del estado en proteger los derechos humanos,

plantea que en el momento en que se desarrolló el trabajo, a la par se desarrolló la propiedad privada, que es fruto del esfuerzo de cada uno, y que al trabajo se le debe otorgar un valor que respalde la propiedad de bienes.

Otra idea fundamental que se desarrolló en la ilustración fue la de establecer que todo individuo tiene derecho a ejercer sus creencias sin que el estado o gobierno influyera en él. Esta idea permitió el uso de la razón de las personas sin sujeción al clero, y la separación del Estado y la Iglesia.

Con relación a la segunda obra que denominó como Ensayo sobre el entendimiento humano, afirma que investigar el funcionamiento del conocimiento con relación a las ideas es una necesidad del hombre para poder emplear la razón en las investigaciones, ya que considera que esta última es una herramienta que con ayuda de la filosofía empírica se puede llegar a conocimientos verdaderos; a demás planteó que todas las personas nacían con las mismas capacidades y no como se creía que solo los gobernantes poseían la sabiduría. Esta ideología tuvo influencia en los filósofos de la ilustración, debido a que se oponía a las concepciones mecánicas y sistemáticas que se empleaban mucho en los centros de educación de esa época

La tercera obra, está estrechamente conectada con su filosofía moralista y liberalista. Allí respalda la idea de que la educación busca formar personas útiles a sí mismas y a su patria en un clima de libertad, orden e iniciativa. Además afirma que el hombre puede alcanzar el progreso social a través del cambio de políticas y programas educativos; esta última ideología fue fortaleciéndose con la disminución de la creencia de que la ilustración personal y organización del mundo estaba en manos de una autoridad divina.

Diana Alexandra Sanabria Lozano, Seminario de Problemas Colombianos Contemporáneos.

Obras Pese al predominio del escolasticismo aristotélico en Oxford, en la época en la que Locke realizó allí sus estudios, la filosofía de Locke se enmarca

en la tradición "empirista" de Francis Bacon, recibiendo la influencia de Gassendi y compartiendo el carácter antidogmático y "experimental" de la Royal Society, bajo la clara influencia de la Nueva Ciencia de la naturaleza.

Principales obras de Locke 1667 Ensayo sobre la tolerancia. 1668 Consideraciones sobre las consecuencias de la reducción del interés 1671 Dos borradores del Ensayo 1689 Primera carta sobre la tolerancia (en latín y anónima) 1690 Ensayo sobre el entendimiento humano Tratados sobre el gobierno civil Segunda carta 1693 Pensamientos sobre la educación Tercera carta 1695 Razonabilidad del Cristianismo

Obra póstuma Guía de la inteligencia Comentario a las epístolas de San Pablo Escritos de su primer período (filo absolutista)

Actualidad de John Locke

Casa

natal

de

John

Locke en

Wrington

Tal vez la actualidad de que goza hoy Locke se deba a una extrapolación de los conceptos claves de su pensamiento político. Su vigencia, en este caso, sería ideológica, producto no de un estudio respetuoso de su significado, sino de un uso político para justificar ciertas posiciones y recubirlas de una gloria de siglos de lucha por la libertad. Locke fue, en efecto, el legitimador y el teórico que sirvió de justificación a la Revolución Gloriosa de 1688. Una revolución sin sangre que volvió irreversible el régimen parlamentario y enterró a las monarquías absolutas en Inglaterra. Con su teoría política se consolidaron los avances del movimiento liberal de los whigs. “Sus ideas influyeron sin duda en el pensamiento revolucionario del siglo XVIII”. Locke defendía la libertad, pero la libertad concebida como libertad de empresa y de apropiación mediante el trabajo. Dicha libertad llevaba consigo unos límites que no sólo quedaban tocados por el mercantilismo de los Estados nación. También las utopías nacidas a raíz de la revolución francesa y de su primera crisis, trajo consigo un imperativo que desdecía esta defensa de la libertad. Los teóricos sociales del XIX eclipsarán la influencia intelectual de Locke , para hacer emerger al poder político encarnado en el Estado como una solución de racionalidad y planificación de la sociedad. De Hegel en adelante, el Estado quedará como una entidad preeminente y desmedida, por no decir opresora, frente al individuo. De esta forma, las ideas de gobierno limitado, e incluso el propio concepto de derecho natural se pondrán en entredicho o simplemente se negaran facilitando o justificando, a veces, la creación de regímenes totalitarios. En la actualidad hay una derecha que reivindica a Locke por lo que tiene de fundador del liberalismo. Pero olvidan que, en su tiempo, justificó como muchos otros la esclavitud y tan sólo fue partidario de la igualdad de los propietarios. Nada de Estado social de derecho, que entonces no existía ni podía existir. De todos modos, sus ideas son nuevamente estudiadas y, al leerlo en la distancia, podemos comprender el gran error que ha supuesto el exceso de un intervencionismo estatal en la vida de los individuos. Pero también hay que diferenciar entre el poder absoluto de las monarquías del s. XVII y los modernos totalitarismos del siglo XX. Ni la concepción del sujeto es la misma ni tampoco la del poder. Los totalitarismo del siglo XX (Tercer Reich, URRSS, China de Mao, y las dictaduras latinoamericanas) son un ejemplo de ese exceso que incumbe a la apropiación de una maquinaria estatal, pero también mediática frente a la libertad del individuo, auténtica base de la sociedad moderna. “El ser humano, pese a que han transcurrido más de tres siglos desde que Locke lo definió como un ser racional y en virtud de ello libre y responsable, sigue debatiéndose entre las opciones de asumir su libertad y la responsabilidad que conlleva o dejarse guiar por curadores o tutores que desde el gobierno cuidan sus intereses, deciden sus gustos, educación, necesidades, valores y destino. Por ello cada vez somos más los que valoramos enormemente el legado de este filósofo y su defensa de la dignidad individual humana”.

Hay que celebrar que un clásico del pensamiento vuelva otra vez a la vida intelectual, pero también hay que guardarle el respeto que merece su distancia histórica, para comprender realmente sus propuestas y su riqueza teórica.

Las citas están tomadas de: John Locke, filósofo de la libertad de Adolfo Gutiérrez Sosa. En CONTEXTO, Publicación del Universitario de Punta del Este, Maldonado, URUGUAY. Director Responsable: Dr. Adolfo Gutierréz Sosa. Edición: Dr. Gustavo Barceló, Dirección de Comunicación y Desarrollo, Diseño y Armado: DG José Prieto. www.upe.edu.uy

NORTH, Dudley Famoso político, comerciante y economista inglés que sostuvo ideas monetarias muy originales en su tiempo (1641-91). Partidario del librecambio, decía que la moneda era una mercancía como cualquier otra y que podía también abundar con exceso. Los países adquieren toda la moneda que necesitan automáticamente y no hay necesidad de regular el comercio en base de su adquisición o conservación para asegurar una provisión adecuada de ella. En sus escritos, North anticipó algunos de los principios del laissez-Iaire y de las reglas del librecambio, aunque sus razonamientos eran muy dogmáticos y con poca base analítica. Su obra más importante y que se cita en todas las historias de las ideas económicas es Discourses upon Trade: Principally directed to the Cases of Interest, Coynage, Clipping, and Increase of Money (Londres, 1691).

Douglas North

(Cambridge, 1920) Economista estadounidense especializado en los estudios históricos y en el desarrollo de herramientas de análisis alternativas a las facilitadas por la teoría neoclásica. Fue galardonado con el Premio Nobel en 1993, junto a Robert Fogel, por su renovación de los estudios sobre la historia económica. Estudió durante su infancia en colegios de Suiza, Canadá y Estados Unidos, debido a los continuos desplazamientos de su familia. Después inició estudios universitarios en la Universidad de California (Berkeley), que interrumpió para dedicarse a la fotografía profesional y a la marina mercante, actividad con la que recorrió tanto el Océano Pacífico como el Índico. Tras su regreso a (Berkeley), se licenció en Economía, disciplina

sobre la que también se doctoró en la misma universidad en 1952. En este tiempo comenzó su interés por la historia económica, sobre la que continuó sus investigaciones posteriormente. Su actividad docente se inició en la Universidad de Seatle (Washington), donde le fue asignada la enseñanza de Teoría Económica. North continuó vinculado a esta institución durante más de treinta años, lo que no fue impedimento para que realizara otras actividades, como su trabajo en la Oficina Nacional para la Investigación Económica, en la que permaneció entre 1956 y 1957. Las investigaciones de Douglas North se han centrado en la historia del desarrollo europeo y estadounidense y más recientemente, en el papel de las instituciones en el crecimiento económico. En 1961, presentó un modelo de la economía de Estados Unidos entre 1760 y 1860 que revolucionó la investigación de esta materia. En el estudio, analizó cómo las plantaciones de algodón estimularon el desarrollo de otras ramas de la producción y ayudaron a especializar el comercio. En otro de sus libros, analizó la economía de Europa occidental desde la Edad Media hasta el siglo XVIII y demostró que los incentivos económicos basados en los derechos de propiedad individual supusieron un requisito esencial del desarrollo. Fue consejero del entonces presidente de Checoslovaquia Vavclav Havel, y asesor de los Gobiernos de Rusia, Argentina y Perú, sobre el funcionamiento de las estructuras institucionales y sobre cómo el sistema político acaba por influir en la economía. Sus investigaciones y conclusiones le sirvieron para que, en 1993, fuera galardonado junto al también estadounidense Robert Fogel, con el Premio Nobel de Economía, por su papel renovador de la investigación de la historia económica, con la aplicación de teorías y métodos para explicar los cambios tanto económicos como institucionales. North y Fogel están considerados pioneros en la llamada "nueva historia económica" o "cliometría", método que combina el análisis de teorías, sistemas cualitativos e hipótesis para explicar el por qué del avance o retroceso económico.

John Law

John Law. Money and trade considered, with a proposal for supplying the Nation with money', 1934

John Law (1671-1729)

John Law (Edimburgo, 16 de abril de 1671 - Venecia, 21 de marzo de 1729) fue un economista escocés inventor del papel moneda en Europa (en China ya existía con muchos siglos de antelación). Su idea económica era que el dinero es un medio de intercambio y no constituye una riqueza en sí mismo. La riqueza nacional depende del comercio. Es el padre de las finanzas y del uso del papel moneda en lugar del metaly de las facturas. Índice [ocultar]



1La primera fase de su vida



2Contexto "Comienzos del Siglo XVIII"



3Aprendizaje en Holanda



4El sistema de Law (1715-1720)



5La burbuja del Misisipi



6El estallido



7La huida



8Curiosidades y hechos posteriores



9La importancia de Law



10Aporte al conocimiento económico



11Obras

La primera fase de su vida[editar] Hijo de un acomodado orfebre de Edimburgo, los orfebres de la época poseían cajas fuertes en los que guardaban monedas y objetos de valor, lo que les hizo convertirse en banqueros. John Law heredó a los 17 años la fortuna de su padre. Law era jugador, brillante en el cálculo mental y se puede decir de él que es uno de los primeros teóricos de la economía. Eran los tiempos en que Europa sufría un deslumbramiento francés. Puro reflejo cegador del poder que emanaba del Rey Sol. Años de ajetreo donde todo estaba por descubrir, si un mal paso no te apartaba del camino. Fue algo que estuvo a punto de ocurrirle a John Law. De gallo a gallo, el joven la tomó con un personaje como Beau Wilson, la mayor atracción en todos los salones de la ciudad. Un hombre engreído y rico que disponía de carruaje de seis caballos y mantenía a más criados que algunos parientes del rey. Su habilidad con las cartas era algo que traía de cabeza al joven Law. Ni el hecho de haber tramado negocios alentado por él impidió que ambos acabaran batiéndose en duelo en Bloomsbury Square. En juego estaba el honor de una dama: Elisabeth Villiers. El padrino de Wilson fue el capitán Wightman; el de Law, Daniel Defoe. El 9 de abril de 1694, John Law mató a un rival en los favores de la futura condesa de Orkney en el curso de un duelo. Se le juzgó y condenó a morir en la horca, aunque la pena le fue conmutada por una multa al entender el tribunal que el homicidio había sido involuntario. El hermano de la víctima apeló y fue entonces condenado a una pena de cárcel, pero eludió esta condena huyendo a Ámsterdam en donde estudió banca. Recorrió luego Europa para exponer, sin éxito, sus teorías económicas. Fue un hombre cosmopolita, reflejo de los mejores cerebros e iconos de su tiempo: Más preocupado por las ideas que aportaba que por el dinero que ganaba. Para él, todo lo que acumulaba no era más que un medio que le permitía llevar a cabo su lucha contra la pobreza europea de aquel tiempo. Sobre todo fue un idealista y un visionario en plena era de las luces.

Contexto "Comienzos del Siglo XVIII"[editar] Contexto histórico social: en Europa se comienza a vivir el llamado siglo de las luces, donde se llevan a cabo cambios que afectaran la forma de pensar de la época caracterizada por numerosas reformas. Existe un reformismo en la política y en la ética transformándolas lo intelectual. Las reformas se desarrollan sobre la base de críticas, atreves de experimentación y una divulgación de información. En este contexto toma un papel crucial Francia dado que comienza a tener una mayor relevancia en toda Europa. Se comienza a difundir el despotismo ilustrado , se desarrolla la revolución industrial y se comienza a desplegar exponencialmente la percepción de la filosofía y la Ciencia. Todo este contexto social afecta directamente en el desarrollo del sistema de John Law dado que se enmarca dentro de cambios de pensamiento que le permitieron desarrollar su sistema que, si bien está sustentado en la efectividad del sistema comercial de Países Bajos, plantea una teoría completamente nueva para la sociedad. Políticamente Francia posee una estructura centralizada. Donde todo el poder se centra en una sola persona, el rey. Otros sucesos que afectarían el desarrollo del sistema de Law fue que en mediados de siglo en España se crean las Sociedades económicas de amigos del país. Y por último un factor que influiría en la expansión de su sistema por Europa está dado por el aumento en el número de viajes que se desarrollan en la época y la ideología que busca

difundir información e ideales lo que hace que se propaguen más rápidamente las ideas reformistas.

Aprendizaje en Holanda[editar]

Sede de la Compañía de las Indias Orientales en Ámsterdam, Holanda.

Banco de Amsterdám ilustrado en la obra "Nederlands: De Dam met Paleis en Waag" de Jan Van Kessel (1641-1680)

Durante su estancia en los Países Bajos, más precisamente en la ciudad de Ámsterdam, Law vio el ejemplo de un sistema comercial europeo muy avanzado. Existía allí uno de los más grandes y pujantes puertos del mundo, además de un banco central y una gran empresa comercial: la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales (Vereenigde Oostindische Compagnie o VOC en neerlandés). Había sido establecida el 20 de marzo del año 1602, cuando los Estados Generales de los Países Bajos le concedieron un monopolio de 21 años para realizar actividades coloniales en Asia. Gracias a la VOC, los esfuerzos comerciales holandeses se unificaron bajo un solo mando y una sola política. En 1605 barcos mercantes neerlandeses capturaron el fuerte portugués de Amboyna en las Molucas, que constituyó la primera base de la Compañía. Uno tras otro, los neerlandeses habían tomado el control de los

puertos de las Indias Orientales. El gran negocio era la adquisición de especias del archipielago (muy requeridas en Europa) con plata originaria de América, muy codiciada en Oriente. La VOC no solo fue la primera corporación multinacional en el mundo, sino que también fue la primera en publicar sus ganancias. Además, la Compañía poseía poderes cercanos a los de un gobierno: podía declarar la guerra, negociar tratados, acuñar moneda y establecer colonias. Tan relevante fue su papel que la empresa pagó siempre un dividendo que rondó entre el 16 y el 18 % anual durante dos siglos y fue de hecho la primerasociedad por acciones moderna, las cuales se negociaban en la Bolsa de Valores. La otra pata del comercio internacional holandés la constituía el Banco de Ámsterdam (Amsterdamsche Wisselbank), fundado en 1609 y avalado por la propia ciudad, siendo éste el precursor de lo que serían los bancos centrales. En aquel entonces, circulaban por Holanda gran cantidad de monedas acuñadas por los pequeños estados que conformaban la Europa del Renacimiento, lo que generaba un mercado especulativo y de incertidumbre sobre el valor de dichas monedas. Para poner remedio a la situación, este banco recibiría todas las monedas, tanto extranjeras como locales, por su valor real intrínseco (aunque descontando una pequeña comisión de gestión), a cambio de lo cual el banco entregaba certificados de crédito al cliente, o sea dinero bancario. Al mismo tiempo, una nueva regulación estableció que todas las transacciones realizadas en Ámsterdam por un valor superior a los 600 florines debía ser pagada con certificados de crédito. Esta ley obligó a todos los comerciantes a mantener una cuenta en el banco, lo que a su vez aumentaba la demanda de dinero en papel. La misma situación ocurría para los depósitos en lingotes de oro y plata. Cuando alguien quería retirar oro del banco, tenía que comprar crédito bancario suficiente para hacerlo. Al adquirir dinero en papel, lo que el titular compraba era el derecho a reclamar el equivalente a los lingotes depositados. El éxito del banco se debía a su política conservadora de no prestar ningún lingote, manteniendo un respaldo completo sobre el dinero emitido, por lo tanto los depósitos a la vista serían suficientes para convertir inmediatamente todos los recibos de papel en dinero metálico. Esta política brindó gran establidad a los certificados de crédito emitidos por el banco, los cuales, en muchos casos, valían más que las monedas reales. Law vio fascinado el éxito que demostraban el Banco de Ámsterdam, la Compañía de las Indias Orientales y, principalmente, los accionistas de la VOC. Sin embargo Law se sintió abrumado y no entendía por qué la compañía emitía solamente un número limitado de acciones cuando la demanda era extrema. Tampoco comprendía por qué el Banco de Ámsterdam era tan conservador, funcionando solamente como una entidad que llevaba las cuentas comerciales y posibilitaba las transacciones sin efectivo. John Law, basándose en su experiencia en Ámsterdam, quería crear un nuevo sistema comercial basado en el holandés, pero necesitaba encontrar un lugar donde pudiera poner en marcha sus ideas. El lugar oportuno lo encontró en Francia.

El sistema de Law (1715-1720)[editar]

Galería de los Espejos en el Palacio de Versalles. Su construcción había sido ordenada por Luis XIV, constituyendo uno de los complejos arquitectónicos monárquicos más importantes de Europa.

La capilla actual de Versalles fue construida por Jules Hardouin-Mansart entre 1698 y 1710. Después, se sucedieron varios proyectos de capillas y, en 1679, se decidió ubicar definitivamente el edificio religioso en el ala Norte, cerca del apartamento del rey.

En 1715, año de la muerte de Luis XIV, Law llega a Francia para ofrecer sus servicios como economista. Por aquel entonces el país estaba devastado económicamente, tanto por la Guerra de Sucesión Española, como por los enormes gastos que realizaba cotidianamente la monarquía. El rey Luis XV tenía solamente cinco años y el país era gestionado por el duque regente Felipe II de Orleans. John Law ya conocía al duque de anteriores ocasiones y vio allí su oportunidad para materializar las teorías revolucionarias que estaba inventando. Para aquel entonces, la deuda del Estado francés era enorme y la escasez resultante de metales preciosos condujo a una sensible reducción del comercio, lo que llevó a un estancamiento total de la economía. Ante este panorama el regente decidió seguir las arriesgadas teorías de Law: según él, los medios de intercambio (oro, plata, etc.) no valían nada en sí mismos, sino que la verdadera riqueza nacional estaba en la magnitud que pudiese adquirir el comercio del país. Su idea era de que Francia debía crear un banco que administrara las finanzas del gobierno, reemplazando al oro con crédito de papel y así poder aumentar la circulación monetaria, favoreciendo a las industrias. Simultáneamente debía crearse una empresa estatal para el comercio, sustituyendo los títulos de deuda nacional por participaciones en estas nuevas empresas económicas. Esto crearía un monopolio enorme de las finanzas y el comercio administrado por el Estado en beneficio de los propios habitantes del país. El primer paso de Law en esta dirección fue crear un nuevo banco en mayo de 1716, denominado Banco General Privado (Banque Générale Privée), al que se autorizó a emitir de

papel moneda, respaldado por los depósitos en oro. Un año después, en 1717, John Law consiguió la consolidación de varias empresas comerciales existentes en una única sociedad comercial denominada La Compañía del Mississippi o Compañía de Occidente, siendo nombrado Director General de esta nueva empresa, a la que el gobierno francés concedió el monopolio del comercio con las Indias Occidentales y América del Norte, cuya principal colonia era la gran Luisiana francesa. En 1718, el Banco General pasó a ser Banco Real (Banque Royale), o sea el Banco Nacional de Francia, con la garantía del rey. Simultáneamente Law desplegó una importante campaña publicitaria exagerando la riqueza de Luisiana, lo que llevó a una especulación salvaje sobre las acciones de la compañía. El plan era que las perspectivas de riqueza en Louisiana atrajeran mayores capitales hacia la empresa y así poder realizar las inversiones necesarias. La popularidad de las acciones de la compañía fue tal que provocó la necesidad de emitir más billetes de papel del banco. En 1719, la Compañía de Occidente absorbió a otras compañías coloniales francesas, como la Compañía francesa de las Indias Orientales, y se convirtió en la Compañía Perpetua de las Indias. En 1720, el Banco Real y la Compañía Perpetua de las Indias se fusionaron y se nombró a Law Inspector General de Finanzas el 5 de enero. De esta manera el banco y la compañía se unificaban con el Estado. Law a su vez obtuvo amplios poderes para controlar la economía nacional, que operaba en gran medida por medio de decretos del Rey. Durante su gestión Law instituyó muchas reformas de importancia: trató de dividir las grandes tenencias de tierra para beneficiar a los campesinos, abolió gran cantidad de impuestos y peajes, fomentó la construcción de nuevas carreteras, logró poner en marcha nuevas industrias ofreciendo préstamos a bajo interés y buscó a toda costa reactivar el comercio exterior francés. El notable éxito que estaba obteniendo Law en Francia era conocido por toda Europa, principalmente en los círculos financieros, lo cual inspiró a los británicos para ejecutar un enorme plan de canje de deuda pública por acciones de la Compañía del Mar del Sur (South Sea Company), empresa que tenía el monopolio del comercio con Sudamérica.

La burbuja del Misisipi[editar]

La Nueva Francia en su apogeo, hacia 1750 (marcado en azul). Terranova, la península de Acadia y la bahía de Hudson, habían tenido que ser entregadas a los británicos por el Tratado de Utrecht de 1713.

La colonización francesa en América se denominaba oficialmente como Virreinato de la Nueva Francia y había comenzado en el siglo XVI cuando los comerciantes franceses se percataron de que la región del río San Lorenzo (actual Canadá) producía pieles, en especial pieles de castor, que eran difíciles de encontrar en Europa. Luego de varios intentos frustrados, sobre todo por la inclemencia del invierno, Quebec pudo ser fundada en1608 y Montreal en 1642. Hacia mediados del siglo XVII la penetración francesa era bastante modesta. Debido a estos fracasos, en 1663, el rey Luis XIV decidió tomar cartas en el asunto y la colonización de América quedó bajo estricto control de la Corona francesa. Allí se decide la intrusión en los territorios españoles del golfo de México: los objetivos eran encontrar el anhelado paso hacia China (Paso del Noroeste o Estrecho de Anián) y explotar las riquezas naturales de los territorios conquistados (pieles, minerales, etc.). A partir de entonces se dio un increíble impulso a la expedición y colonización. El 17 de mayo de 1673, los franceses Louis Jolliet y Jacques Marquette iniciaron la exploración del río Misisipi, hasta alcanzar la desembocadura del río Arkansas y comprobaron que discurría hacia el golfo de México y no hacia el mar de California (océano Pacífico). Unos años más tarde, en 1682, Cavelier de La Salle y Henri de Tonti, descienden por el Misisipi desde Canadá. En su camino construyen el Fort Prud'homme que se convertirá más tarde en la ciudad de Memphis y en el mes de abril, la expedición llega a la desembocadura del río, donde Cavelier de La Salle hace levantar una cruz y una columna que lleva las armas del rey de Francia: la soberanía francesa se extiende desde ese momento a la totalidad del valle del Misisipi, denominado Louisiane (Luisiana) en honor del rey Luis XIV. La Luisiana francesa, tenía como frontera sur al golfo de México y hacia el norte lindaba con la zona de los Grandes Lagos, donde más allá el territorio francés se dividía en otras cuatro colonias: Canadá, Acadia, Bahía de Hudson y Terranova. En el este, Luisiana abarcaba hasta los montes Apalaches, que servían como límite con las colonias británicas y con la región española de La Florida. Mientras tanto, hacia el occidente se hallaban lasMontañas Rocosas, que marcaban el límite con las posesiones españolas de México. La creciente influencia de los británicos sobre la región inquieta al rey francés, quién intenta una aproximación con Nueva España, política motivada también por el afán de lucrarse con las minas y el comercio de las colonias españolas. La ciudad de Nueva Orleans fue fundada en 1718 por colonos franceses dirigidos por Jean Baptiste Lemoyne, señor de Bienville, quien dio al asentamiento el nombre de La NouvelleOrléans, en honor a Felipe II de Orleans. El sitio para la fundación fue elegido por ser la planicie del delta del Misisipi, a fin de crear una ruta de comercio con los nativos americanos que fijaban sus tiendas entre el Misisipi y el lago Pontchartrain. La Compañía del Mississippi ya existía desde 1684, sin embargo tomó verdadero empuje cuando John Law asumió su dirección, convirtiéndose en la Compañía del Oeste (1717). El gobierno francés le entregó el monopolio comercial en las colonias francesas de Norteamérica y las Indias Occidentales. En 1719 incorporó a su estructura otras empresas coloniales francesas, con lo que adquirió el nombre de Compañía de las Indias. Así a principios del siglo XVIII, esclavos negros son transportados desde las Antillas hacia el territorio de Luisiana para trabajar en las nuevas plantaciones. Progresivamente, los franceses imponen su presencia construyendo fuertes o puestos comerciales en posiciones estratégicas del río. Desde Francia, Law exageró la riqueza de Luisiana con un eficaz plan de marketing, lo que llevó a una especulación salvaje sobre las acciones de la compañía en 1719. Esta euforia provocó la necesidad de emitir más billetes de papel por parte del Banco Real.

El estallido[editar]

En 1720, tras generar enormes beneficios a la Corona con las acciones de la Compañía de Indias, el Regente, Duque de Orleans, ordenó imprimir billetes sin avisar a Law, que en teoría era el encargado del Banco y de la impresión de papel moneda. El Regente imprimió aproximadamente unos tres mil millones de libras, cantidad exorbitante cercana al producto interior bruto de Francia en ese tiempo, provocando una inflación como no había habido nunca en Europa, tanto en bienes inmuebles como en bienes de consumo (como el pan) y los salarios. Esta situación provocó que algunos poseedores de billetes pidieran convertirlos en oro. La gran cantidad de billetes que se insertaron a la economía hicieron que estos no tuvieran el mismo valor, perdiendo su valor adquisitivo. No obstante tampoco existía el valor equivalente en oro que le permitiera al Duque tomar esas medidas sin tener repercusiones. Esto ocasiona que todo el sistema que proponía Law colapsara y perdiera su credibilidad. En un primer momento, Law hizo desfilar a los mendigos de París con picos, como si fuesen a buscar más oro a Luisiana. Esto frenó momentáneamente la crisis, pero al descubrir que era una farsa, la situación se agravó. A principios de 1720, Felipe de Orleans prohibió tener joyas y más de 500 libras en metálico dentro de casa. Si el Gobierno prohibía el oro y las joyas, el mensaje que lanzaba era que precisamente el oro y las joyas era lo que valía. El imperio de Law, que le había llevado un lustro levantar, se derrumbó en dos meses. El papel moneda y las acciones, que sólo unos días antes todos querían tener, eran abiertamente repudiados. Pero era el Estado y no John Law, nombrado el año anterior controlador general de Finanzas, el que debía responder de la estafa. Para calmar los ánimos, Felipe anunció que se habían encontrado minas de oro en América, e hizo desfilar por París a 6.000 vagabundos vestidos como mineros. La Compañía, que no albergaba tanto oro como para respaldar todo el dinero impreso, acabó por ser incapaz de atender a la demanda, mucho mayor que la que Law pudiera haber previsto. Al principio, la Compañía pudo devolver parte de los activos líquidos, pero como había mucho papel moneda en circulación, la demanda no cesó, y acabó por descubrirse el desfalco, llevando a la Compañía a la bancarrota y ocasionando una crisis económica en Francia y toda Europa. Si bien lo ocurrido hizo que se perdiera la credibilidad en el sistema no significa que este estuviera inmerso en fallas. El sistema es sumamente viable y dará las bases para desarrollar los complejos sistemas comerciales y financieros que tenemos hoy en día. Pero cómo quedó demostrado su irregular desarrollo o la implementación de malas políticas fiscales pueden llevar a este a colapsar y caer en grandes crisis como las que ocurrirán dentro del siglo XX.

La huida[editar] La puesta en marcha del sistema de Law inicialmente había ayudado a sanear la deuda del estado francés, al hacer que fuera apoyada por muchos ahorradores. Esto también había generado enormes riquezas para su amigo, el duque de Orleans, y había beneficiado a numerosos inversores que apostaron por las acciones de la Compañía. Sin embargo, su abrupta caída condujo a la bancarrota de casi toda la ciudadanía, e hizo perder la confianza de la gente en el papel moneda y en el Estado francés en general. Los perjudicados pertenecían a todos los estratos sociales, desde el pueblo llano hasta la alta nobleza, y además de verse arruinados se vieron en medio de un panorama económico desolador, con un papel moneda desvalorizado y una inflación galopante. John Law fue destituido por el regente de sus cargos como Director General de Finanzas y Presidente del Banco Real. Finalmente y, con la protección del duque, Law huyó a Venecia (Italia) disfrazado de mujer para su propia seguridad.

John Law nunca regresó a Francia. Pasó sus siguientes años recorriendo Europa, aunque siempre en circunstancias de pobreza. Finalmente, estando en Venecia, contrajo una neumonía y murió el 29 de marzo de 1729, a la edad de 57 años. Su contribución a la sociedad no fue valorada sino hasta que se instauró un pensamiento más neoclásico de la economía. Lo que permitió que se masificara el concepto de billete de papel como medio de intercambio facilitando la liquidez en el proceso de venta y compra. John Law fue considerado como uno de los grandes economistas del periodo por su gran aporte al sistema comercial y su adelantada percepción de todo el sistema ya que para su época el planteaba un sistema completamente nuevo y distinto.

Curiosidades y hechos posteriores[editar]

Sello conmemorativo del centenario de la compra de Luisiana por parte de los Estados Unidos.



Aunque de manera confidencial, el Banco de Ámsterdam cambió su política conservadora a partir de la década de 1650, proporcionando grandes préstamos a la Municipalidad y a la Compañía de las Indias Orientales Holandesas. Este hecho se hizo de conocimiento público en 1790 y para fines de ese año, el banco se declaró insolvente. La ciudad de Ámsterdam tomó el control directo en 1791 y el banco fue finalmente cerrado en 1819.



La VOC (Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales) alcanzó su cenit en 1669: contaba con 150 barcos mercantes, 50 000 empleados, un ejército de 10 000 hombres y una marina de 40 buques de guerra. Además poseía colonias y oficinas comerciales en Japón, Sudáfrica (Colonia del Cabo), Irán, Bangladés, Srî Lankâ, Malasia, Tailandia, China, y la India. Sin embargo, la compañía tenía frecuentes enfrentamientos con los británicos y después de la Cuarta Guerra Anglo-Neerlandesa (1780-1784), la VOC se encontraba en dificultades financieras. Finalmente fue disuelta en 1798. En elCongreso de Viena de 1815, se acordó que las Indias Orientales neerlandesas

correspondieran a los Países Bajos, sin embargo, a Gran Bretaña se le adjudicó la Colonia del Cabo. 

Tras la caída del sistema económico de Law, Francia atravesó toda clase de calamidades. El pueblo acusó del fracaso a la nobleza y en especial al regente Felipe II de Orleans quien durante el apogeo económico había llevado una vida veleidosa, convirtiendo al Palacio Real en la sede de escandalosas fiestas y orgías. Luis XV fue consagrado Rey el 25 de octubre de 1722 y Felipe de Orleans pasó a ocupar el cargo de Primer Ministro, aunque finalmente falleció en agosto de 1723. Luis XV gobernó hasta su muerte en 1774, siempre demostrando un gran desinterés por la política, lo que debilitó el poder de Francia en la esfera europea. La llegada de Luis XVI al trono hizo pensar en grandes reformas del Estado, pero su falta de carácter, las intrigas de su corte y la oposición de los nobles le impidieron llevar a cabo las reformas necesarias. El conflicto social y político finalmente degeneró en 1789 en un violento proceso denominado la Revolución Francesa, marcando el fin del absolutismo y dando origen a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convertirían en la fuerza política dominante.



En 1756, un conflicto territorial en Europa entre Austria y Prusia desencadenó lo que se conoció como la Guerra de los Siete Años. Prusia contaba con el apoyo de Gran Bretaña y Portugal, mientras que Austria era avalada por Francia, España, Rusia y Suecia. Sin embargo, la guerra en Norteamérica entre franceses y británicos ya había comenzado en 1754. La contienda fue conocida en América como la Guerra Franco-india. Su origen se remontaba a una tensión que siempre había existido entre las pujantes colonias británicas, que hasta ese momento se limitaban a la franja costera, y las posesiones francesas de Quebec, los Grandes Lagos y Luisiana, que creaban una barrera impidiendo la expansión británica hacia el norte y hacia el oeste. Todo este extenso territorio era controlado a través de una gran cantidad de fuertes repartidos en las zonas fronterizas y con escasas ciudades. La paz se alcanzó con el Tratado de París de 1763 provocando la pérdida de todas las posesiones continentales francesas ya que Gran Bretaña se quedaba con los territorios del actual Canadá, mientras que Luisiana fue entregada a España en compensación por la pérdida de Florida a manos de los británicos. Años después Napoléon Bonaparte quiso recuperar Luisiana, hecho que se concretó mediante la firma del Tratado de San Ildefonso (1800); sin embargo, los Estados Unidos, que ya venían en franco ascenso, buscaban la manera de controlar la navegación sobre el río Misisipi, hecho que les llevó a iniciar negociaciones con el régimen francés para adquirir la parte ribereña. Napoleón, consciente de las dificultades francesas para defender Luisiana, prefirió ofrecer la totalidad de la colonia a los estadounidenses y no correr el riesgo de perderla ante los ingleses. La compra de Luisiana se concretó en 1803 por un precio total de 15 millones de dólares (7 centavos por hectárea). Si bien este territorio estaba inexplorado y no existía ningún tratado con España que determinara su frontera sudoeste, la transacción resultó espectacular para los norteamericanos, quienes prácticamente duplicaron su territorio y consiguieron una puerta hacia las costas del océano Pacífico.

La importancia de Law[editar] John Law deja una marca en el sistema financiero de las sociedades tanto europeas como Mundiales. Su principal legado fue el haber intervenido en la creación del sistema cambiario común y confiable que en el presente es utilizado en el diario vivir en prácticamente la totalidad de los países. Sin embargo Law deja una descendencia cultural entorno al sistema económico que propone y su interpretación de la economía en sí.

La visión que posee de la economía entonces era muy radical e incomprendida por lo que fue muy complejo que se acogiera su propuesta. Pero una vez que pudo implantar sus ideales comienza a cambiar las perspectivas haciendo un gran aporte a la sociedad actual dado comienzo a sistemas financieros y económicos que poseemos actualmente. Entre las extensiones del trabajo de Law se encuentra la utilización del billete como medio de cambio confiable, la percepción de un sistema económico que no requería de poseer el equivalente del dinero sino que basta con el concepto de valor de la moneda propiamente tal, de cierto modo también afectó en el sistema monetario internacional dado que facilitó la economía de mercado entre los distintos países, y también deja en consecuencia al error del duque un aprendizaje sobre la impresión del dinero en términos de riqueza y valor de la moneda. El dinero como medio de cambio fue una implementación necesaria que Law supo suministrar dado que requería de una comprensión en términos de valor de la moneda y la riqueza que posee la moneda. Dado la liquidez que posee este medio, una gran cantidad en el mercado puede generar inflaciones insostenibles y crisis monetarias severas, por lo que el alza de precio puede hacer caer a todo un país, lo que lleva a concluir que Law genera un sistema de gran relevancia para el sistema en general.

Aporte al conocimiento económico[editar] Aún más que William Potter, John Law aseguró a la nación que la aumentada oferta de dinero y crédito bancario no aumentaría los precios, especialmente bajo la inteligente tutela de Law. Por el contrario, Law se anticipó a Irving Fisher y los monetaristas asegurando que su inflación de papel moneda llevaría a una “estabilidad del valor”, supuestamente una estabilidad del precio de la mano de obra o del poder adquisitivo del dinero. Law también se anticipó a Adam Smith en la última parte del siglo XVIII en su falaz justificación de la banca de reserva fraccionaria, que ofrecería una “carretera aérea” gratuita, al generar una oferta de dinero sin gastar recursos en la minería del oro o la plata. De la misma manera, por supuesto, cualquier gasto de recursos puede considerarse un “malgasto” si ofertamos nuestras propias suposiciones que no tiene la gente en el mercado libre. Así que, como ha apuntado el Profesor Walter Block, si no hubiera delitos, todo gasto en cerrojos, vallas, guardias, sistemas de alarma, etc., podrían denunciarse como “recursos malgastados” por observadores externos que critiquen estos gastos. Igualmente, si no existiera la inflación gubernamental, el gasto del mercado en oro o plata podría ser considerado “malgasto” por los observadores. Si los aumentos domésticos de precios constituyen el talón de Aquiles de la inflación monetaria, otra preocupación ha sido la salida de oro y plata del país, en resumen, una “balanza comercial” o “de pagos” desfavorable. Pero John Law también despreciaba estos problemas. Por el contrario, declaraba que un aumento en la oferta monetaria expandiría el empleo y la producción y “por tanto” aumentaría las exportaciones, causando así una balanza de pagos favorable, con oro y plata afluyendo al país. Obsérvese que no hay ningún análisis de por qué un aumento en la oferta monetaria debería aumentar la producción o el empleo, no digamos que arrastre las exportaciones con él, en esta expansión aparentemente universal. Es interesante que uno de los puntos de discusión de Law acerca de la necesidad de más dinero estuviera, como en el caso del interés bajo, basada en una sorprendentemente errónea interpretación de las razones de la prosperidad de los holandeses, a quienes envidiaban todas las naciones en el siglo XVII. Hemos visto que todos veían que los holandeses tenían intereses bajos, llevando a los mercantilistas ingleses a poner el carro delante de los bueyes y atribuir la prosperidad holandesa a los bajos tipos de interés en lugar de darse cuenta de que el fuerte ahorro y los mayores niveles de vida habían producido estos bajos tipos de interés.

De ahí que los mercantilistas sugirieran que Inglaterra forzara el tipo máximo de usura aún más a la baja. Igualmente John Law veía que la próspera Holanda disfrutaba de abundante dinero metálico y propuso proporcionar en su lugar papel moneda. Tampoco tenía en cuenta que era la propiedad y la alta producción y la exportación holandesas las que atraían mucha moneda al país. El exceso exportador y la moneda abundante eran reflejos de la prosperidad holandesa, no su causa.

David Hume Para otros usos de este término, véase Hume.

David Hume

Información personal

Nacimiento

7 de mayo de 1711 o 26 de abril de 1711jul. Edimburgo, Reino Unido

Fallecimiento

25 de agosto de 1776 Edimburgo, Reino Unido

Reino de Gran Bretaña

Nacionalidad

Creencias

Ateísmo

religiosas

Alma máter

Universidad de Edimburgo Información profesional Filósofo, economista,bibliotecario, historiador,

Ocupación

ensayista y escritor Ateísmo y empirismo

Movimientos

[editar datos en Wikidata]

David Hume (Edimburgo, 7 de mayo de 1711 – ibídem, 25 de agosto de 1776)1 fue un filósofo, economista, sociólogo e historiador escocés y constituye una de las figuras más importantes de la filosofía occidental y de la Ilustración escocesa. Los historiadores consideran que la filosofía de Hume no es válida como una profundización en el escepticismo, aunque esta visión ha sido discutida argumentando que el naturalismo tiene un peso comparable en su pensamiento. El estudio de Hume ha oscilado entre los que enfatizan la vertiente escéptica de Hume (como es el caso del positivismo lógico), y los que, en cambio, consideran más importante la vertiente naturalista (como Don Garret, Norman Kemp Smith, Kerry Skinner, Barry Stroud y Galen Strawson). Hume estuvo fuertemente influido por los empiristas John Locke y George Berkeley, así como por varios escritores franceses como Pierre Bayle, y algunas figuras del panorama intelectual anglófono como Isaac Newton, Samuel Clarke, Francis Hutcheson y Joseph Butler. Hume afirma que todo conocimiento deriva, en última instancia, de la experiencia sensible, siendo ésta la única fuente de conocimiento y sin ella no se lograría saber alguno. Índice [ocultar]



1Biografía o

1.1Primeras obras

o

1.2Reconocimiento de su obra



2Legado o

2.1Ideas e impresiones

o

2.2Problema de la causalidad

o

2.3Problema de la inducción



3Razón práctica: instrumentalismo y nihilismo o

3.1Ética

o

3.2Determinismo y libre albedrío

o

3.3Problema del ser y el deber ser

o

3.4Utilitarismo

o

3.5Problema de los milagros

o

3.6Argumento del diseñador

o

3.7Conservadurismo y teoría política

o

3.8Contribuciones al pensamiento económico

o

3.9Racismo



4Obras



5Interpretaciones



6Véase también



7Notas



8Referencias



9Bibliografía



10Enlaces externos

Biografía[editar] Primeras obras[editar] En 1734, tras unos meses en Bristol, dejó el estudio autodidacta y se trasladó a La Flèche (Anjou, Francia). Durante los cuatro años que permaneció allí, diseñó su plan de vida, como escribiría en De mi propia vida (1776), decidiendo «hacer que una estricta frugalidad supla mi falta de fortuna, para mantener mi independencia intacta, y para considerar todas las cosas prescindibles excepto la mejoría de mi talento para la literatura». En La Fleche completó el Tratado de la naturaleza humana (1739) a la edad de veintiséis años. Aunque hoy en día se considera al Tratado el trabajo más importante de Hume y uno de los libros más relevantes de la historia de la filosofía, el público británico le dispensó una fría acogida. El mismo Hume describió la falta de reacción popular ante la publicación de su Tratado en 1739–40 al escribir del libro que «Nació muerto desde la imprenta, sin ni siquiera alcanzar la distinción necesaria para levantar un murmullo entre los fanáticos. Pero, siendo de temperamento alegre y optimista, me recuperé pronto de la decepción y proseguí

con ardor mis estudios». Entonces escribiría Un resumen de un libro publicado recientemente; titulado, Tratado de la naturaleza humana. Donde el argumento central del libro se ilustra y explica. Sin revelar su autoría, intentó hacer su trabajo más inteligible acortándolo, pero incluso esta labor publicitaria erró en su propósito de despertar el interés en el Tratado. Tras la publicación de Ensayos de moral y política en 1744 solicitó una cátedra de ética y pneumática (psicología) en la Universidad de Edimburgo, pero fue rechazado. Durante la Rebelión Jacobita de 1745 fue tutor del Marqués de Annandale. Fue entonces cuando comenzó su gran trabajo histórico, la Historia de Inglaterra, obra publicada en seis volúmenes entre 1754 y 1762 que alcanzaría un éxito considerable, a diferencia de lo que ocurrió con el Tratado. Hume fue acusado de herejía, pero sus amigos le defendieron alegando que al ser ateo estaba fuera de la jurisdicción de la Iglesia de Escocia. A pesar de resultar absuelto y posiblemente debido a la oposición de Thomas Reid de Aberdeen, que durante ese año criticó su metafísica desde el cristianismo, le fue denegada la cátedra de filosofía en la Universidad de Glasgow. En 1752, como relata en De mi propia vida, «La facultad de derecho me eligió como bibliotecario, un empleo por el que recibía escasos o nulos emolumentos, pero que puso bajo mi mando una gran biblioteca». Esta biblioteca le proporcionó las fuentes que le permitieron continuar con las investigaciones históricas necesarias para la escritura de su Historia de Inglaterra.

Reconocimiento de su obra[editar] Hume se granjeó notoriedad como ensayista e historiador. Los seis volúmenes de su Historia de Inglaterra abarcan desde los reinos sajones hasta la Revolución Gloriosa de 1688; se vendió mucho en su época. En ella, Hume presentaba al hombre como una criatura de costumbres, predispuesto a someterse en silencio al gobierno establecido a menos que se enfrente a la incertidumbre. Según él, sólo las diferencias religiosas podían desviar al hombre de sus vidas cotidianas para hacerle pensar en política.

Tumba de David Hume en Edimburgo.

El ensayo de Hume De la superstición y la religión estableció las bases del pensamiento laico. Los críticos con la religión de la época de Hume tenían que expresarse con cautela. Apenas

15 años antes del nacimiento de Hume, un estudiante de dieciocho años, Thomas Aikenhead fue juzgado por decir públicamente que el cristianismo era un sinsentido, blasfemia por la que sería ahorcado. Hume siguió la práctica habitual de expresar sus puntos de vista indirectamente, a través de personajes que dialogaban en su obra. Además, no reclamó la autoría del Tratado hasta el año de su muerte, en 1776. Sus ensayos Del suicidio, y De la inmortalidad del almay sus Diálogos sobre la religión no se publicarían hasta después de su muerte, y aun así Hume no figuraba en ellos en los nombres del autor ni del editor. Hume fue tan hábil camuflando sus ideas que a día de hoy todavía se discute si en realidad era deísta o ateo. A pesar de ello, se le denegaron muchos cargos por declararse ateo. Hay un relato (probablemente falso) sobre David Hume y su supuesto ateísmo. En él, Hume cae de su caballo en un barrizal y se empieza a hundir. Entonces pasa por allí una anciana y pía dama. Cuando ve al célebre ateo agitando sus brazos en un intento de salvar su vida se acerca al borde y le mira. Hume le suplica a la dama que le acerque una rama para poder escapar, pero ella responde que se niega a menos que proclame su devoción a Dios Todopoderoso. Hume finalmente hace lo que le pide y la dama le ayuda a salir. De 1763 a 1765 Hume ejerció como secretario de Lord Hertford en París, donde se ganó la admiración de Voltaire y fue agasajado por las damas de la alta sociedad. Allí trabó una amistad con Rousseau que más tarde se estropearía. Escribió sobre su estancia en París «A menudo añoré la tosquedad de The Poker Club de Edimburgo... para corregir y rectificar tanta exquisitez». En 1768 se estableció en Edimburgo. En 1770, el filósofoalemán Immanuel Kant avivó el interés por los trabajos filosóficos de Hume al declarar que le habían despertado de «sueños dogmáticos» (circa) y desde entonces gozó del reconocimiento que había perseguido durante toda su vida. James Boswell visitó a Hume pocas semanas antes de su muerte. Hume le dijo que sinceramente veía la vida después de la muerte como «el capricho más irracional». Hume escribió su propio epitafio: «Nacido en 1711, Muerto en 1776. Dejando a la posteridad que añada el resto» que está grabado conjuntamente con el año de su fallecimiento en la «sencilla tumba romana» que dejó escrito que prefería y que está situada, como deseaba, en la ladera este de Calton Hill, desde la que se ve su casa, en el número 1 de St David Street del New Town de Edimburgo.

Legado[editar] Aunque Hume escribió sus obras en el siglo XVIII, su trabajo sigue siendo relevante en las disputas filosóficas de la actualidad, lo que contrasta con las aportaciones de muchos de sus contemporáneos. A continuación se ofrece un sumario de sus trabajos filosóficos más influyentes:

Ideas e impresiones[editar] Hume cree que todo el conocimiento humano proviene de los sentidos. Nuestras percepciones, como él las llamaba, pueden dividirse en dos categorías: ideas e impresiones. Así define estos términos en Investigación sobre el entendimiento humano: «Con el término impresión me refiero a nuestras más vívidas percepciones, cuando oímos, o vemos, o sentimos, o amamos, u odiamos, o deseamos. Y las impresiones se distinguen de las ideas, que son impresiones menos vívidas de las que somos conscientes cuando reflexionamos sobre alguna de las sensaciones anteriormente mencionadas». Más adelante precisa el concepto de las ideas, al decir «Una proposición que no parece admitir muchas disputas es que todas nuestras ideas no son nada excepto copias de nuestras impresiones, o, en otras palabras, que nos resulta imposible pensar en nada que no hayamos sentido con anterioridad, mediante nuestros sentidos externos o internos». Esto constituye un aspecto importante del escepticismo de Hume, en cuanto equivale a decir que no podemos tener la certeza de

que una cosa, como Dios, el alma o el yo, exista a menos que podamos señalar la impresión de la cual, esa idea, se deriva.

Problema de la causalidad[editar] Cuando un acontecimiento sucede tras otro, la mayoría de la gente piensa que una conexión entre ambos acontecimientos hace que el segundo suceda al primero (post hoc ergo propter hoc). Hume desafió a esta creencia en su primer libro Tratado de la naturaleza humana y más tarde en su Investigación sobre el entendimiento humano. Se dio cuenta de que aunque percibimos que un elemento suceda al otro, no percibimos ninguna condición necesaria y suficiente entre los dos. Y, de acuerdo con suepistemología escéptica, sólo podemos confiar en el conocimiento que adquirimos a través de nuestras percepciones. Hume declaró que nuestra idea de causalidad consiste en poco más que la esperanza de que ciertos acontecimientos se den tras otros que los preceden. «No tenemos otra noción de causa y efecto, excepto que ciertos objetos siempre han coincidido, y que en sus apariciones pasadas se han mostrado inseparables. No podemos penetrar en la razón de la conjunción. Sólo observamos la cosa en sí misma, y siempre se da que la constante conjunción de los objetos adquiere la unión en la imaginación» (Hume, 1740: 93). En realidad no podemos decir que un acontecimiento causó al otro. Todo lo que sabemos con seguridad es que un acontecimiento está correlacionado con el otro. Para describir esto, acuñó el término conjunción constante, que consiste en que cuando vemos cómo un acontecimiento siempre causa otro lo que en realidad estamos viendo es que un acontecimiento ha estado siempre en conjunción constante con el otro (costumbre). En consecuencia, no tenemos ninguna razón para creer que el primero causó al segundo, o que continuarán apareciendo siempre en conjunción constante en el futuro (Popkin y Stroll, 1993: 268). La razón por la que presentamos este comportamiento no es que la causa-efecto sea el comportamiento de la naturaleza, sino los hábitos de la psicología humana (Popkin y Stroll, 1993: 272). Esta concepción le quita toda la fuerza a la causación, y otros humeanos posteriores, como Bertrand Russell, han desechado la misma noción de causación aduciendo que es un tipo de superstición. Pero esto desafía al sentido común, creando el problema de la causación —¿Qué justifica nuestra confianza en la existencia de una conexión causal y de qué clase de conexión podemos saber?— un problema para el que no se ha encontrado solución. Hume sostuvo que tanto nosotros como otros animales tenemos una tendencia instintiva a creer en la causación debido al desarrollo de hábitos de nuestro sistema nervioso, una creencia que no podemos eliminar, pero que no podemos probar mediante ningún argumento, deductivo o inductivo.

Problema de la inducción[editar] En Investigación sobre el entendimiento humano (EHU), §4.1.20-27, §4.2.28-33.,2 Hume articuló su tesis de que todo el razonamiento humano pertenece a dos clases, Relaciones de ideas y Hechos. Mientras que las primeras involucran conceptos abstractos como las matemáticas y están gobernadas por las certezas deductivas, los segundos comportan la experiencia empírica donde todos los razonamientos son inductivos. Dado que de acuerdo con Hume no podemos conocer nada de la naturaleza con anterioridad a la experimentación, incluso un hombre racional sin experiencia «no podría haber inferido de la transparencia y la fluidez del agua que sofocaría su sed, o a partir de la luz y el calor del fuego que le consumiría» (EHU, 4.1.6) Así que todo lo que podemos decir, pensar o predecir de la naturaleza debe venir de la experiencia previa, lo que lleva a la necesidad de la inducción. La inferencia o razonamiento inductivo presupone que se puede confiar en los actos pasados como regla a partir de la cual se puede predecir el futuro. Por ejemplo, si en el pasado ha llovido el 60% del tiempo cuando se dan unas condiciones atmosféricas determinadas, entonces en el futuro probablemente lloverá un 60% del tiempo si se dan las mismas condiciones. Pero aún queda el problema de cómo justificar tal inferencia, conocida como

el principio de inducción. Hume sugirió dos posibles justificaciones, que sin embargo rechazó: 1. La primera justificación descansa en la suposición, tomada como una necesidad lógica, de que el futuro debe parecerse al pasado. Pero Hume puntualiza que podemos concebir un mundo caótico y errante en el que el futuro no tiene nada que ver con el pasado; o un mundo como el nuestro hasta el presente, que llegado a un punto cambia totalmente. Así que nada hace que el principio de inducción sea una necesidad lógica. 2. La segunda justificación, más modesta, apela a los éxitos anteriores de la inducción: en el pasado ha funcionado en la mayoría de las ocasiones, así que probablemente seguirá haciéndolo en el futuro. Pero, como Hume comenta, esta justificación hace uso del razonamiento circular en un intento de justificar la inducción mediante la reiteración, lo que nos devuelve al punto de partida. El notable filósofo del siglo XX Bertrand Russell confirmó y elaboró el análisis de Hume del problema en su trabajo Los problemas de la filosofía, capítulo 6.3 A pesar de la crítica de Hume a la inducción, sostuvo que era superior a la deducción en el reino del pensamiento empírico. Tal y como declara: «esta operación de la mente, por la que podemos inferir los efectos de las causas y viceversa, es esencial para la subsistencia de todas las criaturas humanas, es probable que pueda confiarse más en ella que en las falacias de la deducción de nuestra razón, que es lenta en sus operaciones; no aparece en los primeros años de la infancia; y como mucho es, en cualquier edad y periodo de la vida humana, extremadamente proclive al error». (EHU, 5.2.22)

Razón práctica: instrumentalismo y nihilismo[editar] La mayoría de las personas consideran algunas conductas más razonables que otras. Por ejemplo, comer papel de aluminio parece irracional. Pero Hume negó que la razón tuviera un papel importante cara a motivar o desalentar la conducta. Según él, la razón no es más que una calculadora de conceptos y experiencia. Lo que en definitiva importa es como nos sentimos respecto a la conducta. Su trabajo se asocia con la doctrina del instrumentalismo, que dice que una acción es razonable si y sólo sí sirve para alcanzar las propios deseos, sean los que sean. La razón puede participar solamente informando acerca de las acciones que serán más útiles para alcanzar las metas y deseos, pero nunca dirá qué metas y deseos se deben de tener. Así que si alguien quiere ingerir papel de aluminio la razón dirá dónde encontrarlo, y no hay nada irracional en el hecho de comerlo o en querer hacerlo (a menos que se tenga un deseo más fuerte de conservar la salud). Hoy en día, sin embargo, se aduce que Hume fue un paso más allá adentrándose en el nihilismo, pues dijo que no había nada irracional en frustrar los propios deseos y metas. Tal conducta sería anormal, pero no sería contraria a la razón.

Ética[editar] Hume trató la ética por primera vez en el segundo y tercer libro del Tratado de la naturaleza humana (1739). Muchos años después, extrajo y extrapoló las ideas allí propuestas en un ensayo más corto titulado Investigación sobre los principios de la moral (1751). La aproximación de Hume a los problemas morales es fundamentalmente empírica. En lugar de decir cómo debería de operar la moral, expone cómo realizamos los juicios morales. Tras proporcionar varios ejemplos llega a la conclusión de que la mayoría (si no todas) de las conductas que aprobamos tienen en común que buscan incrementar la utilidad y el bienestar público. Al contrario que el también empirista Thomas Hobbes, Hume declara que no sólo realizamos juicios morales teniendo en cuenta nuestro propio interés, sino también el de

nuestros conciudadanos. Hume defiende esta teoría de la moral al asegurar que nunca podemos realizar juicios morales basándonos únicamente en la razón. Nuestra razón trata con hechos y extrae conclusiones a partir de ellos, pero no nos puede llevar a elegir una opción sobre otra; sólo los sentimientos pueden hacerlo. Este argumento contra la moral fundamentada en la razón forma parte hoy en día de los argumentos antirrealistas. Por tanto, Hume niega la existencia de una "razón práctica" y la posibilidad de una fundamentación racional de la ética. El objeto de la moral (pasiones, voliciones y acciones) no es susceptible de ese acuerdo o desacuerdo entre las ideas sobre las que se basan lo verdadero y lo falso. Si la razón no puede ser la fuente del juicio de valor, habrá que buscarlo en el sentimiento, que surge espontáneo en nosotros ante acciones susceptibles de lo que consideramos valoración moral. El análisis de este sentimiento revela que es una forma de placer o de "gusto". Ello le lleva a excluir de la moral todo rastro de austero moralismo o de mortificación del alma o del cuerpo, porque el fin de la moral es la felicidad y el gozo de vivir del mayor número de hombres posible. Igualmente duro se muestra Hume ante el problema religioso. Menoscaba la pretensión de las pruebas de la existencia de Dios, y niega su existencia apelando al problema del mal en el mundo. La religión tiene su origen en el sentimiento de miedo de la gente y en la ignorancia de las causas de los eventos terribles de la naturaleza. En su libro Historia natural de la religión, defiende una evolución a partir del politeísmo, hasta llegar a la idea abstracta de la divinidad propia de las religiones monoteístas.

Determinismo y libre albedrío[editar] Muchos han advertido el conflicto aparente entre el libre albedrío y el determinismo. Si las acciones que se realizan estaban predeterminadas desde hace miles de millones de años, entonces ¿cómo es que podemos decidir? Pero Hume advirtió otro conflicto, al ver el problema desde la perspectiva contraria: el libre albedrío es incompatible con el indeterminismo. Si las acciones realizadas no están determinadas por acontecimientos anteriores entonces las acciones son completamente aleatorias. Además, y de más importancia para la filosofía humana, no están determinadas por el carácter o la personalidad –los deseos, las preferencias, los valores, etc.–; pero, ¿cómo podría ser alguien responsable de una acción que no es consecuencia de su carácter, sino que ocurre de forma aleatoria? El libre albedrío parece necesitar del determinismo, porque de lo contrario el agente y la acción no estarían conectados. Así que, mientras que el libre albedrío parece contradecir al determinismo, al mismo tiempo necesita del determinismo. La concepción de Hume de la conducta humana tiene causas, y por lo tanto al hacer a las personas responsables por sus acciones se debería intentar recompensarlas o castigarlas de tal forma que intentaran hacer lo que es moralmente deseable e intentaran evitar hacer lo que es moralmente indeseable.

Problema del ser y el deber ser[editar] Artículo principal: Problema del ser y el deber ser

Hume se percató de que muchos escritores hablaban sobre lo que debería ser partiendo de la base de lo que es; pero hay una gran diferencia entre las proposiciones descriptivas (lo que es) y las prescriptivas (lo que debe ser) (ver libro III, parte I, sección I delTratado de la naturaleza humana). Hume pide a los escritores que se pongan en guardia ante estos cambios sin aportar explicaciones acerca de cómo se supone que las proposiciones prescriptivas deben de seguirse de las declarativas. La cuestión de ¿con qué exactitud se puede derivar el 'deber' del 'ser'? ha llegado a ser una de las cuestiones centrales de la teoría ética, y a Hume se le adjudica normalmente la opinión de que tal derivación es imposible (otros interpretan que Hume no dijo que una aserción fáctica no puede devenir en una aserción ética, sino que no podía hacerse sin prestar atención a los sentimientos humanos). Hume es probablemente uno de los primeros escritores que realizó una distinción entre lo normativo (lo que debería ser) y lo positivo (lo que es). G. E. Moore defendió una posición

similar con su argumento de la pregunta abierta, en un intento de refutar cualquier identificación entre las propiedades morales y las naturales, la llamada falacia naturalista.

Utilitarismo[editar]

Estatua erigida en honor a David Hume en Edimburgo. Obra del escultor Alexander Stoddart.

Hume, junto con los demás miembros de la ilustración escocesa, fue probablemente el primero en proponer que la razón de los principios morales puede buscarse en la utilidad que tratan de promover. El papel de Hume, sin embargo, no debe sobreestimarse; fue Francis Hutcheson el que acuñó el lema del utilitarismo: «la mayor felicidad para el mayor número». Pero fue tras leer el Tratado de Hume cuando Jeremy Bentham sintió por primera vez la fuerza del sistema utilitario. Sin embargo, el proto-utilitarismo de Hume es peculiar. No cree que la adición de unidades de utilidad proporcione la forma de llegar a la verdad moral. Al contrario, Hume era un sentimentalista moral y, como tal, pensaba que los principios morales no podían justificarse intelectualmente. Algunos principios simplemente nos parecen mejores que otros; y la razón de por qué los principios utilitarios nos parecen mejores es porque favorecen nuestros intereses y los de nuestros coetáneos, con los que simpatizamos. Los seres humanos están fuertemente predispuestos a aprobar normas que promuevan la utilidad pública de la sociedad. Hume usó esta idea para explicar cómo evaluamos un amplio abanico de fenómenos, desde las instituciones sociales y políticas gubernamentales a los rasgos de la personalidad.

Problema de los milagros[editar] Para Hume, el único apoyo de la religión más allá del estricto fideísmo son los milagros, dando argumentos a partir de la concepción de milagro como una violación de las leyes de la naturaleza. Su definición exacta de milagro se puede encontrar en su Investigación sobre el entendimiento humano, donde dice que los milagros son violaciones de las leyes naturales y por tanto son muy improbables. Se ha criticado esta idea mediante el contraargumento de que tal dictado asume el carácter de los milagros y las leyes de la naturaleza antes de examinar los milagros, lo que es una sutil forma de dar por sentada la conclusión. También puntualizaron que este razonamiento apela a la inferencia inductiva, problemática en la filosofía humana, pues nadie ha observado todos los acontecimientos de la naturaleza ni

examinado todos los posibles milagros (por ejemplo, los que no han sucedido todavía). Otra oposición a este argumento parte de que el testimonio humano nunca puede ser suficientemente digno de confianza para contradecir la evidencia de las leyes de la naturaleza. Este punto de vista se ha aplicado a la cuestión de la resurrección de Jesús, respecto a la que Hume no dudó en preguntar, «¿Qué es más probable – que un hombre ascienda de entre los muertos o que el testimonio esté, de alguna forma, errado?». Esta pregunta es similar a la navaja de Occam. Este argumento es la espina dorsal del movimiento escéptico y todavía constituye un problema para los historiadores de la religión.

Argumento del diseñador[editar] Uno de los argumentos más antiguos y utilizados para demostrar la existencia de Dios es el argumento teleológico: que todo el orden y el propósito es un indicio de su origen divino. Hume hizo la crítica clásica a este argumento en Diálogos sobre religión y en Investigación sobre el entendimiento humano y, aunque el asunto está lejos de estar resuelto, muchos creen que Hume refutó el argumento con éxito. Su argumentación se sostiene en que: 1. Para que el argumento sea cierto, debe ser verdadero que el orden y el propósito se observen cuando resulten de un diseño. Pero se puede observar el orden con frecuencia en procesos carentes de planificación como la cristalización. El diseño sólo es causante de una minúscula parte de nuestra experiencia. 2. Además, el argumento del diseñador se basa en una analogía incompleta: dada nuestra experiencia con los objetos, podemos reconocer los diseñados por el hombre, comparando por ejemplo un montón de piedra con una pared. Pero para reconocer un universo diseñado necesitamos conocer una variedad de universos diferentes. Como sólo podemos conocer uno, la analogía no puede aplicarse. 3. Incluso si el argumento fuera perfectamente válido, no podría establecer un teísmo robusto; pues se puede llegar fácilmente a la conclusión de que la configuración del universo es el resultado de un agente o agentes no inteligentes cuyos métodos sólo tienen una remota similitud con el diseño humano. 4. Si un mundo natural ordenado necesita de un diseñador, entonces la mente de Dios (que es ordenada) también necesita un diseñador. Entonces, este diseñador necesita de otro diseñador, y así ad infinitum. Se podría responder apelando a una inexplicable mente divina auto-ordenada; pero entonces ¿por qué no contentarse con un inexplicable mundo auto-ordenado? 5. A menudo, cuando se trata del propósito, cuando parece que el objeto X tiene la característica C para poder lograr la recompensa O, se puede explicar mejor mediante un filtrado: es decir, el objeto X no existiría si no tuviese la característica C, y la recompensa O sólo es una proyección de las metas humanas en la naturaleza. Esta explicación de la teleología anticipó la idea de selección natural.

Conservadurismo y teoría política[editar] Muchos ven a David Hume como un conservador, y en ocasiones se le llama el primer filósofo conservador. Expresó su desconfianza por los intentos de reformar la sociedad para llevarla lejos de la costumbre establecida, y aconsejó a los pueblos que no se rebelasen contra sus gobernantes, excepto en casos de tiranía flagrante. Sin embargo, se resistió a tomar parte por ninguno de los partidos políticos británicos, los Whigs y los Tories, y creía que se debe equilibrar el anhelo de libertad con la necesidad de una autoridad poderosa, sin sacrificar ninguna de las dos. Apoyó la libertad de prensa y se mostró simpatizante de la democracia,

aunque con restricciones. Se ha dicho que fue una gran inspiración para James Madison, en particular para el libro Federalista Nº 10. También se mostró optimista respecto al progreso social, pues creía que gracias al desarrollo económico que resulta de la expansión del comercio las sociedades progresaban desde la barbarie a la civilización. Según él, las sociedades civilizadas son abiertas, pacíficas y sociables, y sus ciudadanos son, en consecuencia, mucho más felices. Aunque fuertemente pragmático, Hume produjo un ensayo titulado Idea de la mancomunidad perfecta, donde detallaba qué reformas se deberían acometer, que incluían la separación de poderes, descentralización, extender el sufragio a todo el que tuviera propiedades de valor y limitar el poder de la iglesia. Propuso el sistema del ejército Suizo como la mejor forma de protección. Las elecciones deberían de tener lugar anualmente y los representantes del pueblo no deberían de cobrar emolumentos.

Contribuciones al pensamiento económico[editar] En el transcurso de sus argumentaciones políticas, Hume desarrolló muchas ideas que gozan de prevalencia en la economía, principalmente acerca de la propiedad intelectual, la inflación y el comercio exterior. Para Hume la propiedad privada no es un derecho natural, pero se justifica debido a la existencia de bienes limitados. Si todos los bienes fueran ilimitados y estuvieran disponibles, entonces la propiedad privada no tendría sentido. Hume creía en la distribución desigual de la propiedad, dado que la igualdad perfecta destruiría las ideas de industria y el ahorro, lo que llevaría al empobrecimiento. Hume se cuenta entre los primeros que desarrollaron la teoría llamada mecanismo de flujo especie-dinero, una idea que contrasta con el mercantilismo. Expuesto de una forma simplificada, en un sistema de patrón oro, cuando un país tiene una balanza comercial positiva (es exportador neto), incrementa sus flujos entrantes de oro. Esto resulta en una inflación de su nivel general de precios, que en último término erosionará la ventaja competitiva del país y reducirá sus exportaciones. De este modo, el patrón oro permitiría restaurar automáticamente el equilibrio en la balanza de pagos de un país. Hume también propuso una teoría de la inflación beneficiosa. Creía que incrementar el suministro de dinero avivaría la producción a corto plazo. Este fenómeno estaría ocasionado por un margen entre el incremento del suministro de dinero y los precios. El resultado es que los precios no se elevarían a corto plazo y puede que no lo hicieran nunca. Esta teoría se desarrolló más tarde por John Maynard Keynes.

Racismo[editar] Esta controvertida nota al pie aparece en el original del ensayo De los caracteres nacionales: Sospecho que los negros y en general todas las otras especies de hombres (de las que hay unas cuatro o cinco clases) son naturalmente inferiores a los blancos. Nunca hubo una nación civilizada que no tuviera la tez blanca, ni individuos eminentes en la acción o la especulación. No han creado ingeniosas manufacturas, ni artes, ni ciencias. Por otra parte, entre los blancos más rudos y bárbaros, como los antiguos alemanes o los tártaros de la actualidad, hay algunos eminentes, ya sea en su valor, forma de gobierno o alguna otra particularidad. Tal diferencia uniforme y constante no podría ocurrir en tantos países y edades si la naturaleza no hubiese hecho una distinción original entre estas clases de hombre, y esto por no mencionar nuestras colonias, donde hay esclavos negros dispersados por toda Europa, de los cuales no se ha descubierto ningún síntoma de ingenio; mientras que la gente pobre, sin educación, se establece entre nosotros y se distinguen en todas las profesiones. En Jamaica, sin embargo, se habla de un negro que toma parte en el aprendizaje, pero seguramente

se le admira por logros exiguos, como un loro que ha aprendido a decir varias palabras. Debe tenerse en cuenta que esta forma de racismo era habitual en la cultura europea de la época de Hume. Podría haber sido un 'hijo de su época' en ese aspecto, o incluso, por la forma especulativa en que esta nota está escrita, podría haber aplicado un ejemplo de una de sus propias reflexiones sobre la causalidad, tratada más arriba: una "conjunción constante" entre las personas de otras razas que conocía y los logros de las mismas.

Obras[editar] 

Historia amable de mi vida (1734) Biblioteca Nacional de Escocia Una carta a un médico en la que se pide consejo acerca de la "Enfermedad de lo aprendido" que le aflige. En esta obra declara que a los dieciocho años de edad «pareció abrirse ante mí una nueva área del pensamiento..» que le hizo «abandonar otro placer u ocupación» y le condujo a la búsqueda de la erudición. 

Tratado sobre la naturaleza humana: Un intento de introducir el método de razonamiento experimental en las cuestiones morales. (1739–1740)  Libro 1: "Del entendimiento" Tratado que comprende desde el origen de las ideas a su división.  Libro 2: "De las pasiones" Tratado de las emociones.

 Libro 3: "De la moral" Ideas morales, justicia, obligaciones, benevolencia. Hume esperó a ver si el Tratado alcanzaba el éxito, y de ser así lo completaría con libros dedicados a la política y a la crítica. Sin embargo, no lo logró, así que nunca lo completaría. 

Resumen de un libro recientemente publicado: Titulado Tratado sobre la naturaleza humana (1740) En ocasiones atribuido a Adam Smith, en la actualidad se cree que fue un intento de Hume de popularizar su Tratado.  Ensayos sobre moral y política (primera edición: 1741–1742) Colección de ensayos escritos durante muchos años y publicados en varios volúmenes antes de ser reunidos en uno hacia el final de la vida de Hume. Estos ensayos pueden resultar confusos por la gran variedad de asuntos de los que tratan: cuestiones de juicio estético, la naturaleza del gobierno británico, el amor, el matrimonio, la poligamia o la demografía de las antiguas Grecia y Roma, por enumerar sólo unos pocos de los temas considerados. Sin embargo, hay temas recurrentes, como la cuestión de qué constituye el "refinamiento" en materias de gusto estético, educación y moral. Los ensayos están escritos imitando inequívocamente el estilo de Joseph Addison, a quién Hume leyó con avidez en su juventud. 

Cartas de un caballero a su amigo de Edimburgo: Edimburgo (1745).



Investigación sobre el entendimiento humano (1748)

Contiene revisiones de los puntos principales del Tratado, Libro 1, con la adición de material sobre el libre albedrío, milagros, y el argumento del diseñador.  Investigación sobre los principios de la moral (1751) Otra revisión de temas tratados en el Tratado con un enfoque más didáctico. Hume lo consideró el mejor de sus trabajos filosóficos, tanto por sus ideas filosóficas como por su estilo literario  Discursos políticos Edimburgo (1752). Incluido en Ensayos y Tratados de muchos asuntos (1753–1756) reimpreso en 1758– 1777. 

Cuatro disertaciones: Historia natural de la religión. De las pasiones. De la tragedia. Del criterio del gusto Londres (1757). Incluido en Ensayos y Tratados de muchos asuntos  Historia de Inglaterra (1754–1762) Se puede considerar como una colección de libros en lugar de como un único trabajo. Es un trabajo monumental que comprende «desde la invasión de Julio César a la revolución de 1688». Esta obra le aportó a Hume casi toda la fama que se granjearía en vida, editándose más de un centenar de veces. Muchos la consideran "la" historia de Inglaterra hasta la publicación de la Historia de Inglaterra de Thomas Macaulay. 

Historia natural de la religión (1757) ISBN 08047-0333-7

 Mi vida (1776) Escrita en abril, poco antes de morir, esta autobiografía fue realizada con la intención de incluirla en una nueva edición de Ensayos y tratados de muchos asuntos.  Diálogos sobre la religión natural (1779) Publicada póstumamente por su sobrino, también llamado David Hume. Es una discusión entre tres personajes de ficción que esgrimen argumentos para probar la existencia de Dios, tratando con detenimiento el argumento del diseño. A pesar de una cierta controversia, la mayor parte de los estudiosos de Hume están de acuerdo en que la postura de Philo, el más escéptico de los tres, es la más cercana a la del propio Hume.

Interpretaciones[editar] Al tener dudas considerables acerca de si Hume estaba expresando únicamente sus opiniones superficiales en lugar de expresar su personalidad completa, Alfred Edward Taylor (1927) dudó sobre si Hume era en efecto un gran filósofo o sólo un hombre extraordinariamente lúcido. Alfred Jules Ayer (1936) al introducir su exposición clásica del positivismo lógico, declaró que «los puntos de vista expuestos en este tratado derivan son el resultado del empirismo de Berkeley y Hume». Tanto Bertrand Russell (1946) como Leszek Kołakowski (1968), vieron a Hume como un positivista que sostenía la opinión de que el conocimiento proviene sólo de la experiencia,

de las impresiones de los sentidos y (más tarde) del sense datum y que el conocimiento obtenido de otra forma era un sinsentido. Albert Einstein (1915) declaró que el positivismo de Hume le inspiró al formular su teoría especial de la relatividad. En 1953, Gilles Deleuze le dedica una monografía titulada Empirismo y Subjetividad. Anderson (1966), al discutir los primeros principios de Hume, que dicen que todos los gobiernos y toda la autoridad de las mayorías sobre las minorías están fundamentados en el derecho al poder y el derecho de la propiedad concluyó que Hume fue unmaterialista. Karl Popper (1970) puntualizó que dado el idealismo humeano le resultaba una refutación estricta del realismo del sentido común, y que aunque sentía racionalmente que el realismo del sentido común es un error, admitía que en la práctica era incapaz de dejar de creer en él durante más de una hora, Hume era un realista del sentido común. Edmund Husserl (1970), asoció la fenomenología con Hume cuando mostró que ciertas percepciones están relacionadas o asociadas con otras percepciones que se proyectan en un mundo putativo fuera de la mente. Barry Stroud (1977) consideró a Hume un naturalista, al decir que veía todos los aspectos de la vida humana explicables naturalistamente. Situó al hombre en el mundo de la naturaleza, interpretable por tanto según la ciencia, en conflicto con la idea tradicional que considera al hombre un sujeto racional disociado de la naturaleza. Flew (1896) dirigió su atención al escepticismo moral y lógico de Hume y le denominó escéptico pirroniano. Hume fue denominado el "profeta de la revolución de Ludwig Wittgenstein" por Philipson (1989), al referirse a su consideración de que la matemática y la lógica son sistemas cerrados, tautologías que no tienen relación con el mundo de la experiencia. Al tratar a Hume de neo-helenista, Phenelum (1993) le consideró continuador de las tradiciones estoica, epicúrea y escéptica, pues Hume tenía en común con estas corrientes su creencia de que debemos entender nuestra propia naturaleza antes de tratar cualquier otro asunto. Norton (1993) aseguró que Hume fue "el primer filósofo postescéptico de la era moderna". Hume desafió la certeza de los cartesianos y otros racionalistas, que trataban de refutar el escepticismo, y además emprendió la tarea de articular una nueva ciencia de la naturaleza humana que proporcionase unos fundamentos estables para el resto de ciencias, incluidas la moral y la política. Fogelin (1993) concluyó que Hume fue un "perspectivista radical", similar a Protágoras. Se refirió a las palabras de Hume en las que declaraba que sus escritos exhibían «una propensión que nos inclina a a lo positivo y cierto en puntos particulares, de acuerdo a la luz bajo la que los examinamos en cada instante particular» (T 1.4.7, 273). Hume se refería a sí mismo como «escéptico mitigado» (IEH, 162, la cursiva es suya).

Richard Cantillon Richard Cantillon Información personal

Nacimiento

1680 Condado de Kerry, Irlanda

Fallecimiento

14 de mayo de 1734 Londres, Reino Unido

Causa de muerte

Nacionalidad

Fuego

Irlandesa y francesa

Información profesional

Ocupación

Economista, filósofo y escritor

Firma

[editar datos en Wikidata]

Richard Cantillon fue un economista nacido probablemente el año 1680 en Irlanda y fallecido en 1734, autor del libro "Essai sur la Nature du Commerce en Général" (Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general), considerado por William Stanley Jevons como "la cuna de la Economía política"1 Índice [ocultar]



1Introducción: vida y obra



2Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general



3Teoría del valor 3.1Teoría de la oferta

o

o



3.1.1El coste de producción



3.1.2El margen empresarial 3.2Teoría de la demanda

3.3Política comercial

o 

4Teoría monetaria o

4.1El valor del dinero

o

4.2La teoría cuantitativa

o



4.2.1La velocidad de circulación del dinero



4.2.2La relación entre el dinero y la producción 4.3El papel de los intermediario financieros



5El Tableau économique



6Conclusión



7Bibliografía



8Referencias



9Enlaces externos

Introducción: vida y obra[editar] Fue un economista nacido alrededor del año 1680 y que murió en 1734. Su vida intelectual se desarrolló durante el final de la vigencia de las ideas mercantilistas, pocos años antes del florecimiento de la fisiocracia. Su vida es bastante desconocida a pesar de que murió multimillonario, se conoce que nació en el condado de Kerry, en Irlanda, en el seno de una familia terrateniente. Su primo emigró a París y se convirtió en un próspero banquero. En 1714 se trasladó a París, trabajando como asistente de su primo. En dos años Cantillon se hizo con la propiedad del banco de su primo. Hizo una gran fortuna especulando con valores de John Law, concretamente veinte millones de libras, al ver antes que los demás que la burbuja iba a estallar en poco tiempo, posteriormente contrajo matrimonio con la hija de un general irlandés. Su muerte fue trágica al ser asesinado el año 1734 por un cocinero, quien además incendió su casa para encubrir el crimen tras escapar con los objetos más valiosos. Su única obra conocida es el Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general, escrita en torno a 1730 y publicada en francés veinte años después de su muerte. Debido a la censura, este trabajo circuló manuscrito en círculos intelectuales. Se piensa que elEssai francés es una traducción de un original en inglés desaparecido. La obra se divide en tres partes: en la primera se tratan algunos temas generales como las agrupaciones humanas, los salarios, la teoría del valor y el uso de los metales preciosos como moneda. En la segunda se desarrolla una teoría monetaria. Y en la tercera se tratan los temas del comercio exterior y los intermediarios financieros. El ensayo de Cantillon es una obra injustamente olvidada, que posee méritos para ser un clásico de primer orden, siendo el primer tratado sobre economía completo y moderno, por lo que se le ha considerado por muchos como el padre de la economía política, frente a la opinión mayoritaria que consideran a Adams Smith el merecedor de este honor. Cantillon supo

separar el análisis económico de consideraciones morales y políticas, frente a la economía moral escolástica y a la economía maquiavélica de los mercantilistas. Cantillon es también un precursor de una gran cantidad de ideas posteriores: reduce los costes de producción al factor tierra, siendo un precedente de los fisiócratas además es el verdadero creador del tableau économique; su teoría del valor tiene elementos clásicos, al ser una teoría del coste de producción; se aventura a calcular el coste de producción de una unidad trabajo como haría posteriormente Marx; tiene una teoría del empresario como la de Knight; su teoría monetaria es claramente keynesiana; etc. También tiene unas ideas mercantilistas muy refinadas cuando estudia que tipo de bienes interesa exportar e importar a un país, pero sin llegar a confundir nunca oro con riqueza. El Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general fue olvidado tras la publicación de La riqueza de las naciones a pesar de que Cantillon es el único autor citado en la obra de Smith. Cantillon fue víctima del culto a los economistas clásicos y en especial a Smith que hizo ver erróneamente que antes de 1776 no hubiese más economía que la de los mercantilistas y la de Quesnay. Por ello tuvo que ser redescubierta por Stanley Jevons en un pequeño ensayo publicado en 1881 y titulado Richard Cantillon y la nacionalidad de la economía política en el que defiende que la paternidad de la economía política pertenece al este autor. (Rothbard [1995] y Jevons [1881]).

Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general[editar] Artículo principal: Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general

Essai sur la nature du commerce en général, 1955

Richard Cantillon es conocido actualmente por su obra, el Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general, en la que el autor realiza un análisis sobre la mayor parte de los elementos de la economía de su tiempo, en la que no solo existen elementos fisiócratas y mercantilistas, sino que adelanta percepciones de la Economía clásica e incluso de la escuela austriaca y del keynesianismo.

Teoría del valor[editar] A lo largo de la historia del pensamiento económico han convivido dos teorías del valor económico : la teoría subjetiva o utilitarista y la teoría objetiva o Teoría del valor como costo de producción. La teoría objetiva, originalmente propuesta por William Petty y desarrollada por Cantillon, fue generalmente aceptada por los clásicos, parte de la idea de que el valor nace de la suma de los costes de producción –tierra (o recursos naturales) ytrabajo-. Adam Smith adoptó esta postura al resultarle más fácil encontrar el origen del valor. (Benítez y Robles[1985]). No obstante que hay una serie de economistas, sobre todo austriacos, que ven en el ensayo de Cantillon una teoría mixta, la teoría del valor de Cantillon es claramente una teoría objetiva. Para analizarla, dividiré el estudio en el esquema siguiente: La oferta. – el coste de producción. – el margen empresarial. La demanda. Repercusiones en política económica.

Teoría de la oferta[editar] la teoria de la oferta se basa en el gran econnomista calinking heredero de el imperio rumano por parte de la colonia autorasgjdo El coste de producción[editar] Como se vio anteriormente al analizar capítulo a capítulo el ensayo, Cantillon considera, como Petty, que existen únicamente dos factores de producción, la tierra y el trabajo. El olvido del capital se justifica porque esta obra fue publicada en el siglo XVIII, cuando el capitalismo se encontraba en estado embrionario. William Petty había publicado lo siguiente en su libro Treatise of taxes and contributions: Todas las cosas deben evaluarse conforme a dos elementos naturales, a saber: la tierra y el trabajo; esto es, que un barco o una pieza indumentaria valen una cierta medida de tierra y otra cierta medida de trabajo, en cuanto que ambas cosas son producto de las tierras y del trabajo humano aplicado a ellas. En serio es muy vacano y da lugar a nuevas Economías. Si esto es verdad, tendremos la fortuna de encontrar una paridad natural entre la tierra y el trabajo, e igualmente podemos expresar el valor de cada uno de ellos por separado o mejor recíprocamente, y reducir uno a otro con la misma facilidad y exactitud que podemos reducir peniques a libras. Esta cuestión que Petty dejó sin resolver era para este autor la consideración más importante de la Aritmética Política. (Textos citados en Benítez y Robles [1985]). Pues bien, uno de los grandes méritos de Richard Cantillon fue encontrar una respuesta a esta cuestión. La teoría de Cantillon se basa en el siguiente razonamiento: el hombre necesita alimentos para vivir, se trata de un precedente del estudio del coste de producción de una unidad de factor trabajo de Karl Marx, La tierra es el único factor de producción y esto hace que los terratenientes sean los únicos generadores de riqueza a pesar de ser mayoritariamente una clase ociosa. Como Cantillon repite constantemente a lo largo de su ensayo: todas las clases y todos los hombres de un Estado subsisten o se enriquecen a costa de los propietarios de tierras. Si existe mucha tierra habrá abundancia y en situación de abundancia los hombres se reproducen: Los hombres se multiplican como los ratones en una granja, si cuentan con medios ilimitados para subsistir. La justificación de que a más tierra más renta por trabajador no tiene nada que ver con los rendimientos decrecientes de la tierra de Malthus sino a través de un estudio relacionado con la mortalidad infantil. Pero el hecho de tener muchos hijos tiene el inconveniente de que el agricultor de este modo vivirá peor porque tendrá que trabajar para él y para sus hijos, con lo que tendrá que olvidarse de bienes de calidad como el vino o la carne. En realidad nos encontramos con una especie de elección entre dos fines alternativos (hijos o bienes) con recursos escasos (tierra a disposición del agricultor), la elección óptima dependerá de factores culturales y tecnológicos. Así, los chinos tienen la obligación religiosa de tener cuantos hijos puedan mantener, prohibiéndose el lujo. El resultado de esto es que los chinos necesitan muy poca tierra para crear un trabajador. Los indios americanos, por el

contrario, son un pueblo cazador y, debido a este motivo tecnológico, requieren mucha tierra para mantener a un hombre. Y, por último, hay otro elemento que influye en la cantidad de tierra necesaria para mantener a un trabajador: los gustos de los terratenientes tal como indica el nombre del capítulo decimoquinto: la multiplicación y el descenso en el número de habitantes de un Estado dependen principalmente de la voluntad, de los modos y maneras de vivir de los terratenientes, así, si a un terrateniente le gustan los caballos dejará un porción de tierra sin cultivar, como pasto, por lo que en ella no podrán sobrevivir tantos trabajadores como si se cultivase. Además, si un terrateniente compra bienes de lujo del extranjero tendrá que pagarlos con productos alimenticios impidiendo el sustento de muchos compatriotas y reduciendo así el número de trabajadores en un Estado, el siguiente párrafo es muy claro: Si las damas de París se complacen en llevar encajes de Bruselas, y Francia paga dichos encajes con vino de Champagne, hará falta pagar el producto de un solo acre, destinado al cultivo de lino, con el producto de más de 16,000 acres de viñedo (...) en este tipo de comercio se sustrae gran copia del producto de la tierra a la subsistencia de los franceses, y que todos los artículos enviados a países extranjeros, cuando en compensación no se reciben otros igualmente valiosos, tienden a disminuir el número de habitantes del Estado. En resumen, una vez determinado la cantidad de tierra necesaria para que un hombre pueda vivir sólo hay que dividir la tierra disponible entre esa cantidad y tendremos el volumen poblacional óptimo en ese lugar dadas las circunstancias tecnológicas y culturales del lugar. Por lo tanto, determinando la tierra disponible determinaremos el número de trabajadores y así la función de producción quedará simplificada a una función cuyo único factor productivo es la tierra. A pesar de todo Cantillon no aclara cual es exactamente la paridad entre tierra y trabajo, ya que dicha paridad depende de la productividad de la tierra, de la función de utilidad de los trabajadores y de los caprichos de los propietarios de tierras. Para ello se sirve de la moneda, así si un hombre gana una onza de plata, diariamente con su trabajo, y otro no gana más que media onza en el mismo lugar, se puede concluir que el primero tiene disponible el doble de producto de la tierra que el segundo. El coste de producción es igual al coste del trabajo y de la tierra empleados en la producción de una cosa –y simplificando podremos explicar el número de trabajadores en función de la cantidad de tierra-. Este coste de producción es lo que Cantillon denomina valor implícito. El margen empresarial[editar] Al valor implícito se le añade un margen derivado del uso que los empresarios hacen de los bienes. Estos empresarios son empresarios-riesgo que adquieren los bienes y los transportan a un lugar donde estimen que puedan venderlos a buen precio a través de un sistema de regateos, que Cantillon considera el menos malo posible. El margen dependerá del juego de la oferta y la demanda. Se trata de un mundo incierto, muy distinto al estático mundo ricardiano y neoclásico de certeza absoluta. Por lo tanto, Cantillon considera que, desde el lado de la oferta, valor es igual a coste de producción (valor implícito) más un margen empresarial. En principio es una teoría objetiva en toda regla, sin embargo, Cantillon considera que en ocasiones el precio de mercado dista de este precio debido a motivos subjetivos relacionados con los caprichos individuales: Pero ocurre a menudo que muchas cosas, actualmente dotadas de un cierto valor intrínseco, no se venden en el mercado conforme a ese valor: ello depende del humor y la fantasía de los hombres y del consumo que de tales productos se hace, sin embargo la teoría de Cantillon es objetiva ya que da a estas variaciones una importancia marginal, la excepción que confirma la regla. Así, más adelante dice: Sin embargo, en las sociedades bien administradas, los precios de los artículos, y mercaderías en el mercado, cuyo consumo es bastante constante y uniforme, no difieren mucho del valor intrínseco.

Otro argumento por el que muchos autores (Rothbard [1995] y Hébert [1985]) consideran a Cantillon defensor de una teoría subjetiva se encuentra en el siguiente párrafo: Un americano que vende pieles de castor a un europeo queda con razón sorprendido al saber que los sombreros de lana son tan buenos para el uso como los que se confeccionan con pelo de castor, y que toda la diferencia, motivada por un transporte tan largo, no consiste sino en la fantasía de quienes encuentran los sombreros de pelo de castor más ligeros y más agradables a la vista y al tacto. Sin embargo, defiendo que este párrafo es rebatible por el párrafo anterior que asegura que normalmente el precio no difiere del valor intrínseco, además, la misma localización del ejemplo de los sombreros también rebate ese argumento subjetivista, ya que no se encuentra en los capítulos donde Cantillon muestra su teoría del valor, sino en un capítulo de comercio exterior. Dentro de este capítulo hay un ejemplo más claro de una teoría subjetiva: Si el precio que las damas pagan por los encajes no cubre todos los costes y da beneficios, no habrá ningún incentivo para esta manufactura y el emprendedor dejará de llevarla adelante o se irá a la quiebra; pero, como hemos supuesto que se continúa con esta manufactura, es necesario que todos los costes sean cubiertos por los precios que pagan las damas de París. Este sí es un buen argumento para defender una teoría subjetiva, sin embargo, dada la mayor insistencia de Cantillon en términos como valor intrínseco y dado que los argumentos que sugieren una teoría subjetiva no se encuentran en los capítulos en los que Cantillon trata de responder al enigma del valor me decanto por una teoría objetiva.

Teoría de la demanda[editar] Una vez analizada la oferta debemos analizar la demanda para completar el análisis. Y, si bien el análisis de la oferta ha sido muy interesante no puede decirse lo mismo de la demanda, que carece de la imaginación del análisis anterior. Lo primero que hay que decir es que Cantillon otorga una preponderancia a la demanda sobre la oferta, son los productores los que se adaptan a las nuevas exigencias de los consumidores cambiando sus cultivos y produciendo cosas distintas. La demanda depende de dos factores, el primero de ellos es el número de consumidores y el segundo los gustos de los propietarios, así: Las fantasías, modos y maneras de vivir del príncipe, y en particular de los propietarios de las tierras se destinan en un Estado, y causan, en el mercado, las variaciones de los precios de todas las cosas. El motivo de esta importancia se deriva no sólo del importante peso relativo de este grupo (Cantillon estima que absorben un tercio de la producción de la tierra) sino también del efecto imitación, pues son los ciudadanos más admirados de un estado y el resto de las clases pudientes intentan consumir como ellos.

Política comercial[editar] Los fines últimos de la política comercial son para Cantillon incrementar el nivel de vida de los habitantes de un país e acrecentar su número. Para ello se requiere que en la política de intercambios con el exterior el país tenga un superávit en la tierra que llevan incorporados los productos. Cantillon considera que los productores de un bien vendido al exterior viven a costa de los consumidores extranjeros, y es conveniente que el número de trabajadores nativos que viven a costa de los consumidores extranjeros sea mayor que el número de trabajadores extranjeros que viven a costa de los consumidores nacionales. Si Bruselas vende a París tejidos (bien intensivo en factor trabajo) por valor de cien mil onzas de plata, que ocupa a dos mil personas, quienes para vivir necesitan seis mil acres de tierra, entonces Francia está entregando a Brabante el equivalente a seis mil acres de tierra y sustento para dos mil habitantes, esta tierra de no haber esta compra sería utilizada en el mantenimiento de dos mil franceses, por lo que Francia saldría perjudicada de esta venta. Supongamos ahora que para compensar esta venta París envía a Bruselas otras cien mil onzas de plata en vino, equilibrando así la balanza comercial. En este caso la balanza comercial está equilibrada pero no así el número de trabajadores que viven a costa del extranjero, de sus tierras. Francia sale

perjudicada de este intercambio porque, al ser el vino un bien intensivo en factor tierra y las telas un bien intensivo en trabajo, la cantidad de tierra que se quita del sustento de campesinos franceses para financiar la adquisición de telas es superior que la tierra que Francia se ahorra de utilizar en el caso de que hubiese que producir las telas en territorio francés. De este modo, un país pequeño como Brabante puede tener una gran población a pesar de tener tan pocas tierras, al tener un comercio favorable atrae a sí mismo vía exportaciones una cantidad de tierra superior a la que da a los extranjeros vía importaciones, a pesar de que la balanza comercial está equilibrada. El consejo comercial de Cantillon es claro, fomentar las exportaciones de bienes intensivos en factor trabajo y las importaciones de bienes intensivos en factor tierra y frenar las opuestas. Se trata del único consejo mercantilista e intervencionista de Cantillon, quien a lo largo de toda la obra muestra una defensa de la libertad económica.

Teoría monetaria[editar] El ensayo de Cantillon es un texto muy completo, pues en él se tratan todos los temas económicos excepto la imposición. En el presente apartado me voy a referir a la teoría monetaria de Cantillon, y, al igual que hice con la teoría del valor voy a dividir este tema en varios apartados.

El valor del dinero[editar] En lo que respecta a este apartado, podemos definir a Cantillon como un metalista teórico, al considerar que el valor de una cierta cantidad de oro o plata vale, como todos los bienes del mercado, lo mismo que la tierra y el trabajo empleados en su consecución más un margen empresarial. Cantillon, autor del siglo XVIII, identifica dinero con metales preciosos y, aunque desarrolla toda una teoría sobre el dinero de papel no estima la posibilidad de un patrón fiduciario.

La teoría cuantitativa[editar] La velocidad de circulación del dinero[editar] De entre los logros que debemos atribuir a Richard Cantillon, uno de los mayores ha sido la creación del término “velocidad de circulación del dinero”. Al analizar la cantidad necesaria de dinero para que un país funcione adecuadamente, Cantillon razona que, puesto que la mitad del producto de la tierra se transfiere o intercambia monetariamente será preciso una cantidad de dinero que valga 2/3 del producto anual de la tierra, para que los intercambios se realicen cómodamente, sin embargo si suponemos que estos intercambios se realizan seis veces al año será necesario únicamente una cantidad de moneda igual a 1/9 del valor del producto anual de la tierra. En este razonamiento, Cantillon se da cuenta que una variación en la frecuencia de los pagos –la velocidad de circulación del dinero- tiene el mismo efecto que una variación en la cantidad de dinero en circulación: cinco mil onzas, pagadas dos veces, producirán el mismo efecto que diez mil onzas, pagadas una sola vez. Una vez descubierto el concepto de velocidad de circulación del dinero, Cantillon examina de qué forma varía dicha velocidad. Frente a cuantitativistas posteriores que consideraron que es fija o, al menos estable, en el corto plazo, Cantillon analiza distintos hechos que hacen que varíe. Por ejemplo la existencia de fondos ociosos que puede variar según el ánimo más osado o medroso del ahorrador y según los riesgos. E incluso la misma cantidad de dinero en circulación: Se comprende, así, que cuando en un Estado se introduce una respetable cantidad de dinero excedente, este dinero dé un nuevo giro al consumo, e incluso una nueva velocidad a la circulación, si bien no es posible indicar en qué medida. La relación entre el dinero y la producción[editar]

Una vez establecida la existencia de una velocidad de circulación del dinero, y junto con el convencimiento de que la llegada de metal americano hizo subir los precios, el completar la ecuación de Briscoe M=P.T con una V, dando lugar a la teoría de Fisher M.V=P.T era cosa sencilla y, si bien no llegó a explicitar esta ecuación, sí llegó a intuir su funcionamiento, como pone de relieve su análisis monetario. En este sentido, Cantillon no es un cuantitativista ortodoxo ya que postula que un incremento en la cantidad de dinero en circulación provoca importantes efectos reales, el dinero para Cantillon no es en absoluto neutral. Según Cantillon el oro puede entrar en un país a través de distintos medios: 

Descubrimiento de nuevas minas.



Balanza comercial con superávit.



Transferencias del exterior.



Préstamos de extranjeros al Estado o a particulares.



Uso de la violencia.

Los efectos de cada uno de ellos son ligeramente distintos, aunque resumidamente consistirían en todos casos en un enriquecimiento de los perceptores de ese nuevo oro, quienes aumentarán su consumo dando ocupación a nuevos trabajadores que les subministrarán bienes y servicios, los cuales también se enriquecerán. Nótese que en este razonamiento hay un clarísimo precedente keynesiano, al considerar que existen fuerzas productivas no empleadas que se pondrán en marcha al incrementarse la demanda de un modo artificial. Además, el multiplicador keynesiano también está presente en la forma en que la demanda de consumo se expande a medida que los perceptores del nuevo oro consumen. Como vemos, a corto plazo hay una elevación de la actividad y también cambios relativos en su composición, puesto que la composición del nuevo consumo no tiene porque ser igual a la del viejo. No obstante, también habrá perjudicados. Al crecer la demanda crecerán los precios y aquellos que no han recibido una parte de ese nuevo oro se empobrecerán, sobre todo aquellos que tengan rentas o salarios fijos. Estos verán reducido su consumo provocando emigración. La existencia de nuevos ricos incrementará el consumo de bienes de lujo nacionales o exportados, haciendo que la tierra se destine a usos fútiles en vez de a sostener a más trabajadores, provocando un debilitamiento del país. Y, por último, el encarecimiento de los productos del país los volverá menos atractivos con respecto a los del exterior arruinando a aquellos que trabajen con los bienes más susceptibles de competir con el exterior. Esto ocasionará una salida del dinero del país. Resumiendo, los efectos de una entrada de dinero son los siguientes:   

Aumento inicial del consumo y la actividad. Enriquecimiento de los receptores del oro y de aquellos que produzcan los bienes que demanden éstos. Cambio en la composición del consumo nacional.

 

Alza de precios, diferente para cada producto. Empobrecimiento de los receptores de rentas y salarios fijos y de aquellos que produzcan los bienes que demanden éstos.



Aumento del lujo.



Reducción de la población.



Empeoramiento de la balanza comercial.

Para el soberano, mientras el país continúe teniendo mucho oro esto será positivo, pues el poder de un imperio se mide por la cantidad de oro que posea. Sin embargo, pronto vendrá el declive, por ello, Cantillon recomienda que el soberano retire dinero de la circulación para imprevistos antes de que el lujo corroa a la nación. Respecto a la teoría monetaria de Cantillon, Hayek aseguró que la teoría monetaria de Cantillon constituye indudablemente el mayor logro de Cantillon. Por lo menos en este campo, Cantillon fue sin duda la más grande de las figuras pre-clásicas, y en muchos sentidos los autores clásicos no sólo no pudieron superarle sino que ni siquiera le igualaron. (Citado en Rothbard [1985]). Es evidente que el análisis de Cantillon es mucho más complejo y real que un análisis que suponga que ante un incremento de dinero en circulación todos los precios subirán proporcionalmente lo mismo, sin ningún tipo de efecto real.

El papel de los intermediario financieros[editar] Cantillon conocía bien el mundo financiero, no en vano había regido de una forma exitosa un banco en París, por ello sabía perfectamente qué papel desempeñaban los intermediarios financieros en su época. El primer papel consiste en guardar los ahorros de los ahorradores, quienes todavía no van a disponer de estos fondos para consumir, la economía de Cantillon es consumista, la gente consume todo aquello que gana y el ahorro sólo se origina por un problema de desfase temporal entre renta y consumo. También los agricultores entregan dinero a los bancos como un desfase entre renta percibida y obligación de pago a los propietarios. A cambio de estos ahorros, en metales, el banquero emite billetes con interés. Sin embargo, la emisión de billetes no es igual a la cantidad de metal guardado por el banquero sino superior, ya que el banquero sabe que no todos los pagarés a la vista van a ser liquidados al mismo tiempo, por lo que puede emitir más créditos que pagarés. Todo ello contribuye a incrementar la velocidad de circulación del dinero. La otra gran función de los banqueros es abaratar los costes de transporte a través de letras de cambio, que permiten sustituir el transporte de oro muy costoso, por el transporte de letras, más barato; si un individuo debe transportar oro de un lugar a otro lo que puede hacer para abaratar los costes de transporte es entregar el oro a un banquero en el lugar de origen en contraprestación de una letra de cambio que obligue a devolver el oro menos una comisión en la sucursal del banco del lugar de destino.

El Tableau économique[editar] Uno de los análisis más interesantes sobre la circulación de bienes de la época es el tableau économique. Cuando hablamos de tableau économique por lo general nos solemos referir al análisis que hizo François Quesnay aunque antes que a él debemos referirnos a otros autores precursores: Boisguillebert y (como no) Richard Cantillon. El gran mérito del tableau économique consiste en expresar de un modo sencillo como se efectúa la circulación de bienes a través de la economía, mostrándonos un mundo donde todos los sectores se

relacionan entre sí. Se trata claramente de un precedente de la moderna macroeconomía al analizar los equilibrios de las variables agregadas. Cantillon es un iniciador del tableau de Quesnay. Realmente, tal como dijo Schumpeter, si se prescinde de la forma gráfica del tableau de Quesnay, no es otra cosa que un desarrollo más detallado del esquema de Cantillon (citado en Fernández López y Pascuzzo [1999]). En el modelo de Cantillon existen tres grupos sociales básicos: los campesinos, los artesanos y los propietarios. El tableau consiste en las transacciones y transferencias que realizan esos grupos. Si en el tableau de Quesnay la clase ociosa se califica como parasitaria por consumir parte de la riqueza sin contribuir a la generación de ésta, en el tableau de Cantillon se parte del principio que ya hemos desarrollado de que el único factor de producción es la tierra, por lo que el grupo que genera riqueza es el grupo de los terratenientes, como Cantillon repite machaconamente todos los estamentos y habitantes de un estado subsisten a expensas de los propietarios de las tierras. La demanda viene determinada por las decisiones de los terratenientes debido a que poseen una gran parte de la rente generada y a que el resto de las clases por lo general suelen imitar a éstos en su modo de gastar, así existen algunos colonos, maestros artesanos u otros empresarios acomodados que varían en sus gastos y consumo; y éstos toman siempre por modelo a los señores y propietarios de las tierras. Los imitan en su vestido, en su cocina y en su modo de vivir. Los terratenientes son también los únicos que comercian con el exterior. Respecto del uso que se da a la renta, los colonos destinan parte de su renta (1/3) a pagar rentas a los terratenientes, otra parte (1/3) para el mantenimiento de la granja y de su familia, de la cual gasta la mitad en materias primas de la ciudad (es decir, un sexto del producto total) y otra (1/3) como beneficio, de la cual la mitad destina al consumo de alimentos y la otra mitad al consumo de bienes de las ciudades (es decir, un sexto de producto total). El terrateniente utiliza de ese tercio o dos sextos que recibe como renta agrícola la mitad para el consumo de alimentos (es decir, un sexto de producto total) y la otra mitad para el consumo de bienes de las ciudades (es decir, otro sexto de producto total). Con lo que la ciudad recibe del producto de la tierra 1/6 (materias primas) + 1/6 (consumo de los agricultores) + 1/6 (consumo de los terratenientes) = 1/2. La mitad del producto de la tierra va a parar al campo (granjeros y terratenientes) y la otra mitad a la ciudad (artesanos). Los artesanos, como hemos dicho, reciben la mitad de la renta total y dicha renta se destina dos tercios para su consumo de alimentos y un tercio para producir materias primas. De un modo simplificado, podríamos representar gráficamente el tableau économique de Cantillon de la siguiente manera (las flechas indican flujos monetarios): La conclusión final que se extrae del tableau économiquede Cantillon es, al igual que en el de Quesnay, que el mercado se autorregula y se equilibra sin necesidad de influencias externas por parte del Estado. De esto podríamos concluir, aunque Cantillon no lo llega a decir, que laissez faire, laissez passer.

Pensamiento económico de John Stuart Mill Biografía de John Stuart Mill

Pensamiento económico de John Stuart Mill En términos económicos, John Stuart Mill es considerado como el último gran economista clásico. Con su muerte termina una tradición cuyos principales exponentes Malthus y David Ricardo.

son

-además

de

Mill- Adam

Smith, Thomas

El laissez faire Uno de los principales libros de Mill es Sobre la libertad, el cual se transformó en una fuente del Liberalismo, y es donde expone el principio absoluto que debería gobernar las relaciones entre la Sociedad y sus miembros. Este principio consiste en la no intervención de la autoridad, ya que las personas son soberanas en sus Acciones. Como ejemplo, Mill señaló que el Estado no puede impedir a una persona que pase por un puente en malas condiciones en consideración de su propio Bien. Sólo podrá aconsejar, advertir o incluso suplicar, pero en ningún caso obligar a alguien a que haga algo -o deje de hacerlo- por su propio Bien. Este ejemplo se proyecta a la gran mayoría de los actos sociales y, por supuesto, a los económicos. Aquí se inscribe su férrea defensa del Laissez " A juicio de Mill, cuando el Estado interviene, en general lo hace tarde o lo hace mal. Faire

Sin embargo, este autor no era dogmático y con el paso del Tiempo fue introduciendo una serie de excepciones a su doctrina de la no intervención del Estado en el campo económico. Planteó que una vez cumplidos sus deberes de policía, la autoridad podía hacer mucho, directa

o indirectamente, para ayudar a mejorar el bienestar material de la gente. Una de las excepciones más famosas al laissez faire que Stuart Mill menciona es el caso de reducción de horas de Trabajo. Para él, la única forma de acortar la jornada laboral era por ley, puesto que para lograrlo se necesitaba que todos los trabajadores se organizaran, lo cual era muy improbable (se debe recordar que en esa época, en plena Revolución Industrial, los horarios de Trabajo duraban muchas veces más de dieciséis horas diarias). Si Bien se puede criticar la incongruencia de John Stuart Mill, gran parte de sus excepciones al laissez faire, con el Tiempo, se fueron transformando en leyes adoptadas en distintos países. Por lo tanto, el hecho de que asumiera que el Laissez Faire debía ser la regla, y cualquier desviación del mismo debía hacerse sólo cuando no quedara alternativa; no está tan lejos del principio de subsidiaridad tan común en nuestros días. Introducidas sus excepciones, Mill llegó a afirmar la ahora famosa dicotomía entre las leyes. Por una parte, existían las Leyes Económicas de producción, que eran gobernadas por leyes inmutables que se debían acatar. Por otra, existían las leyes sociales de la Distribución, las cuales no estaban determinadas sólo por las fuerzas económicas. Según Mill, las leyes de la distribución son casi por entero materia de la voluntad de cada uno y de las instituciones humanas, las cuales, a su vez, son Producto de valores, costumbres, filosofías sociales y gustos cambiantes.

El futuro de la sociedad Respecto del futuro de la Sociedad, Mill tenía una concepción similar a la de David Ricardo, según la cual en algún momento se detendría el Crecimiento Económico, y la Sociedad entraría en un estado estacionario. Esto se produciría por una suma de diversas causas: los progresos técnicos, la Ley de Rendimientos Decrecientes, la acumulación de Capital y el incremento de la Competencia de las empresas. Estos componentes se combinarían y

darían como resultado que las Ganancia de los productores disminuyeran y la Renta de la Tierra se incrementara. De este modo, la economía en algún momento pasaría de crecer a estancarse. Lo curioso es que Mill, a diferencia del pesimismo de otros autores como Malthus, miró con complacencia ese paso de un estado progresivo a un Estado estacionario. En este último, podrían evaluarse los problemas de equidad en la Distribución y las reformas sociales podrían realizarse con rapidez, siempre que existiera un férreo control a la natalidad, ya que su ausencia, sostenía Mill, era una de las causas principales de la Pobreza. El estado estacionario se convirtió, para este autor, en una especie de utopía en la que al haberse alcanzado la opulencia, el Estado podría resolver los problemas que realmente importaban, es decir, la igualdad de la Riqueza y de las oportunidades.

Thomas Hobbes Thomas Hobbes

Thomas Hobbes

Información personal

Nombre de nacimiento

Nacimiento

Thomas Hobbes de Malmesbury

5 de abril de 1588 Westport cerca de Malmesbury,Wiltshire, Inglaterra

Fallecimiento

4 de diciembre de 1679 (91 años) Derbyshire, Inglaterra

inglesa

Nacionalidad

Información profesional

Ocupación

Lengua materna

Filósofo

inglés

Obras notables El Leviatán

[editar datos en Wikidata]

Thomas Hobbes (5 de abril de 1588 - 4 de diciembre de 1679) fue un filósofo inglés cuya obra Leviatán (1651) influyó de manera importante en el desarrollo de la filosofía política occidental. Es el teórico por excelencia del absolutismo político. Índice [ocultar]



1Su importancia



2Situación filosófico-social



3Referencias o

3.1Bibliografía

o

3.2Enlaces externos

Su importancia[editar] Thomas Hobbes es recordado por su obra sobre filosofía política, aunque también contribuyó en una amplia gama de campos como historia, geometría, teología, ética, filosofía general y ciencia política. Más tarde diría respecto a su nacimiento: "El miedo y yo nacimos gemelos". La frase alude a que su madre dio a luz de forma prematura por el terror que infundía la Armada Invencible española, que se acercaba a las costas británicas. Ha sido considerado a lo largo de la historia del pensamiento como una persona oscura. De hecho, en 1666, en Inglaterra se quemaron sus libros luego de haber sido tachado de ateo. Posteriormente, tras su muerte, se vuelven a quemar públicamente sus obras. En vida, Hobbes tuvo dos grandes enemigos con los que mantuvo fuertes tensiones: la Iglesia de Inglaterra y la Universidad de Oxford. La obra de Hobbes, no obstante, es considerada como una de las fundamentales en la ruptura con la línea de la Edad Media y el inicio de la Modernidad. Sus descripciones de la realidad de la época son brutales. Estuvo siempre en contacto con laReal Sociedad de Londres, ente científico fundado en 1662. La época de Hobbes se caracteriza por una gran división política que confrontaba dos bandos bien definidos: 

Monárquicos, que defendían la monarquía absoluta aduciendo que la legitimidad de esta venía directamente de Dios.



Parlamentarios, que afirmaban que la soberanía debía estar compartida entre el rey y el pueblo.

Hobbes se mantenía en una postura neutra entre ambos bandos, ya que, si bien afirmaba la soberanía del rey, afirmaba también que el poder de este no provenía de Dios. El pensamiento filosófico de Hobbes se define por enmarcarse dentro del materialismo mecanicista, corriente que dice que solo existe el "cuerpo" físico y niega la existencia del alma. También dice que el ser humano está regido por las leyes del universo. En estos dos conceptos su pensamiento es parecido al de Spinoza. Sin embargo, se diferencia en gran medida de este al afirmar que el ser humano es como una máquina porque, según Hobbes, se mueve continuamente para alcanzar sus deseos. Este movimiento se clasifica en dos tipos: de acercamiento, cuando la persona se acerca a las cosas que desea; y de alejamiento, cuando esta se aleja de las cosas que ponen en peligro su vida. Así, dice que la sociedad está siempre en movimiento. Escribió Leviatán, un manual sobre la naturaleza humana y cómo se organiza la sociedad. Partiendo de la definición de hombre y de sus características explica la aparición del derecho y de los distintos tipos de gobierno que son necesarios para la convivencia en sociedad. El origen del Estado es el pacto que realizan todos los seres humanos entre sí, mediante el cual se subordinan desde ese momento a un gobernante, quien a su vez procura el bien de todos los súbditos y de sí mismo. De ese modo se conforma la organización social. Su visión del estado de naturaleza, anterior a la organización social, es de una "guerra de todos contra todos". La vida en ese estado es solitaria, pobre, brutal y breve. Habla del derecho de naturaleza, al que se refiere como la libertad de utilizar el poder que cada uno tiene para garantizar la autoconservación. Cuando una persona se da cuenta de que no puede seguir viviendo en un estado de guerra civil continua, surge la ley de naturaleza, que limita al hombre a no realizar ningún acto que atente contra su vida o la de otros. De esto se deriva la segunda ley de naturaleza, en la cual cada hombre renuncia o transfiere su derecho, mediante un pacto o convenio, a un poder absoluto que le garantice un estado de paz. Junto con los Dos tratados sobre el gobierno civil, de John Locke, y El contrato social, de Rousseau, el Leviatán es una de las primeras obras de entidad que abordan el origen de la sociedad.

Situación filosófico-social[editar] En los albores del Renacimiento, el filósofo italiano Nicolás Maquiavelo expuso en su principal obra, El príncipe (1513), la teoría de que el gobernante no debe regir sus actos por normas morales o procedentes del derecho natural, sino que debe reconocer como única guía el bien del Estado. Por su parte, Jean Bodin propugnó que el Estado debía asumir la soberanía absoluta (summa potestas) sobre el pueblo. Contra el concepto de razón de Estado argüido por los anteriores fueron formuladas las teorías contractualísticas de Althusius, según las cuales la soberanía descansa en el pueblo, y el iusnaturalismo de Hugo Grocio, que definió la injusticia como aquello que parece contrario a la comunidad de los seres sensitivos. Con Samuel von Pufendorf, quien aplicó al derecho el método deductivo de las ciencias matemáticas, adquirió valor el concepto de respeto recíproco. En su tratado más famoso, Leviatán (1651), Hobbes señaló formalmente el paso de la doctrina del derecho natural a la teoría del derecho como contrato social. Según este filósofo inglés, en la condición de estado de naturaleza todos los hombres son libres y, sin embargo, viven en el perpetuo peligro de que acontezca una guerra de todos contra todos (Bellum omnium contra omnes). Desde el momento en que la sumisión por pacto de un pueblo al dominio de un soberano abre una posibilidad de paz, no la verdad, sino el principio de autoridad (en tanto sea garante de la paz) constituye el fundamento del derecho.

Related Documents


More Documents from "victor"