La historia de amor de Carlos III y Camila Parker-Bowles, hoy reina consorte del Reino Unido, se remonta a hace cinco décadas y ha generado opiniones divididas entre el pueblo británico, ya que antes de llegar al altar sostuvieron un romance extramarital por 15 años, pues el hijo de la reina Isabel II estaba casado con la princesa Diana.
Pero lo interesante de su relación es las similitudes que comparte con la historia de dos de sus antepasados. Y es que muy pocos saben que la bisabuela de Camila Parker, Alice Keppel, fue amante de Eduardo VII, tatarabuelo de Carlos III.
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De hecho el día que Camila conoció a Carlos, por ahí de 1970 en un partido de polo, ella le contó detalles del vínculo que unía a dos de sus familiares: "mi bisabuela fue la amante de su tatarabuelo", le comentó una joven Camila, que nadie llegó a imaginarse que después de medio siglo llegaría al trono junto a su esposo.
Actualmente, Camila goza de mayor aceptación en Inglaterra, pero en su momento la opinión pública la consideró como la responsable del fin del matrimonio real entre Diana y el príncipe Carlos, celebrado en 1981. Incluso Lady Di, que rápidamente comprendió que la duquesa era el gran amor de la vida de su esposo, la llamó el "Rottweiler".
Quién fue Alice Keppel, la bisabuela de la reina consorte y amante de un rey
Aunque Eduardo VII y Alice Keppel no tuvieron el mismo final feliz que Camila y Carlos, su romance guarda varias similitudes con el de los actuales reyes de Reino Unido.
Se conocieron alrededor de 1880 cuando Eduardo era príncipe de Gales y estaba casado con Alexandra de Dinamarca, una unión que respondía a fines políticos y económicos. Mientras que Alice estaba casada con el séptimo conde de Edmonstone. Él tenía 56 años y ella 29.
Poco después de que cruzaron miradas por primera vez comenzaron su idilio, puesto que Eduardo quedó encantado con la belleza de la mujer. El heredero a la corona británica había tenido otras amantes; sin embargo, a Alice fue la primera y única que nunca ocultó.
Al igual que Carlos III, Eduardo tuvo que esperar muchos años antes de ser nombrado monarca de Gran Bretaña debido a que su mamá, la reina Victoria (que murió en 1901), estuvo al frente de uno de los reinados más largos de la historia.
Qué le pasó a Alice Keppel tras muerte del rey Eduardo VII
De acuerdo con el historiador Theo Aronson todos en la corte sabían y aceptaban su relación, incluso su esposa, Alexandra: "El concepto que Eduardo VII tenía de Alice era demasiado elevado para someterla a la indignidad de la clandestinidad”.
Alice era una mujer preparada, inteligente y hábil para tratar a otras personas, fue debido a ello que se convirtió en consejera de Eduardo VII, según Vanity Fair. Tal era su importancia que en la coronación de su amante fue sentada a un costado del altar de la Abadía de Westminster".
Cuando la salud de Eduardo VII menguó a Alice se le permitió despedirse en privado de él. En 1910 el rey falleció a causa de un enfisema pulmonar, y con ello Alice Keppel perdió todos sus privilegios. Uno de los rumores más sonados de esta historia apunta a que la bisabuela de Camila Parker habría tenido un hijo de Eduardo, pero este mito jamás ha sido comprobado.
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