Hague en el carnaval de Notting Hill.

No de sus famosas sesiones de judo, ni tampoco de su matrimonio con Ffion, por m�s feliz que parezca.

Proviene de su creencia en s� mismo, una convicci�n completa y tranquila de sus propios derechos y tal vez de su destino, que a los 36 a�os lo llev� al liderazgo del Partido Conservador.

Semejante confianza en s� mismo y �xito precoz har�an a cualquier pol�tico cordialmente antip�tico, tanto frente a sus colegas como a sus rivales.

En el caso de William Hague, sin embargo, �stos vienen con un brillante, casi p�caro, buen humor y una franqueza que le han ganado admiradores en todo el espectro pol�tico.

Terror de los comunes

El l�der de los conservadores o tories, como se les conoce en el Reino Unido, se siente m�s a gusto en la c�mara de los Comunes, donde se ha convertido en una de las estrellas de los �ltimos tiempos.

All�, se ha mostrado como un agudo examinador del Primer Ministro, muchas veces divertido y algunas veces devastador.

Margaret Thatcher es la hero�na de William Hague

Su opini�n de que el neo-laborismo es un gobierno de mentirosos, inevitablemente han resentido sus relaciones con Tony Blair - quien ha calificado al l�der Tory de irresponsable y extremista -.

Lo que s� es seguro es que el liderazgo de Hague ha hecho un zigzag de estilo y contenido desde hace un tiempo, mientras busca un balance entre la ortodoxia thatcheriana y las nuevas ideas, para conducir a un partido exhausto por 18 a�os de gobierno y una estrepitosa derrota electoral en 1997.

Sin embargo, su hero�na ha sido y sigue siendo Margaret Thatcher.

Desde que asumi� el liderazgo del partido, plante� una estrategia clara de tres etapas, entre las que se encuentran una clara oposici�n al euro y una fuerte defensa de un recorte impositivo y un gobierno de menor tama�o.

Sin embargo, los problemas no se han hecho esperar. Ha habido cambios de direcci�n repentinos o errores embarazosos.

Internamente, Hague ha sido criticado por tener un estilo de liderazgo muy cerrado y reservado. Por otro lado, su rivalidad con Michael Portillo, el otro l�der potencial del partido, ha sido m�s que obvia.

Ahora, ingresa a las elecciones con un plan de gastos que ha sido ridiculizado por el gobierno y una pol�tica europea que sus cr�ticos advierten producir� una confrontaci�n temprana con los socios de la Uni�n Europea.

Logros reales

Hague es conocido por su capacidad para debatir.

Sin embargo, antes de criticar el liderazgo de William Hague, hay que tomar en cuenta cuan golpeado estaba el partido cuando asumi� el mando y qu� hubiera pasado si segu�a otro camino.

El partido ya se hab�a inclinado hacia la derecha, y el impulso hacia una mayor democracia partidaria acentu� esa tendencia.

En este contexto, Hague logr� evitar una ruptura con Europa.

Ha aguijoneado a un popular gobierno laborista una y otra vez.

Y, por sobre todo, el optimismo y confianza que transmite ha convertido a una organizaci�n desmoralizada en una nuevamente lista para la pelea.

Tal vez la mayor prueba de ello, pase lo que pase en las elecciones, sea que el l�der Tory que siga a William Hague sea... William Hague.