Biografia de Warren Gamaliel Harding

Warren Gamaliel Harding

(Blooming Grove, 1865 - San Francisco, 1923) Pol�tico norteamericano que fue el vig�simo noveno presidente de los Estados Unidos de Am�rica (1921-1923). Partidario de una pol�tica aislacionista, se neg� a que Estados Unidos entrara a formar parte de la Sociedad de Naciones, pero promovi� la Conferencia de Washington. En pol�tica interna llev� a cabo una reducci�n de los impuestos y del d�ficit p�blico, lo que no impidi� que, debido a su falta de car�cter, favoreciera la corrupci�n y el cohecho perpetrados a sus espaldas por un nutrido grupo de colaboradores suyos de Ohio, a los que se denomin� "banda de Ohio", todos ellos nombrados sin la necesaria reflexi�n por parte del propio Harding.


Warren G. Harding

Miembro de una familia de granjeros de clase media, Harding fue el mayor de los ocho hermanos habidos en el matrimonio formado por George Tyron Harding, f�sico de profesi�n, y Elizabeth Dickerson. Tras asistir a la escuela rural de su localidad natal y atender los trabajos cotidianos de la granja, en 1879 fue enviado al Ohio Central College, donde se gradu� en 1882. Cuando su familia se traslad�, al a�o siguiente, a la localidad de Marion (Ohio), el joven Harding entr� a trabajar en el peri�dico local Democratic Mirror.

Dos a�os m�s tarde, Harding era editor en el Marion Star, peri�dico que m�s tarde comprar�a junto con un pu�ado de amigos por la cantidad de 300 d�lares, y al que consigui� convertir en un peri�dico respetable y con influencia en el estado, al tiempo que le cambiaba el nombre por el de Marion Daily Star. En 1891 Harding contrajo matrimonio con una de sus colaboradoras, Florence Kling DeWolfe. Harding comenz� a colaborar con el Partido Republicano en Ohio, pues puso el peri�dico -que cada vez cobraba m�s importancia- al servicio de la causa republicana, apoyando todas las campa�as p�blicas de los miembros del partido, lo cual le convirti� en uno de sus l�deres estatales m�s poderosos e influyentes.

Su estrecha amistad con el senador de Ohio Joseph B. Foraker le abri� las puertas de la pol�tica activa al ser elegido, en 1899, senador de su estado, cargo que abandon� en 1902 para presentarse y ser elegido vicegobernador de Ohio. Durante todo el per�odo que permaneci� en el puesto, Harding sac� adelante 17 enmiendas, todas ellas positivas para la poblaci�n del estado, lo que le catapult� a las cotas m�s altas de popularidad y contribuy� en gran manera para que, en 1914, fuera elegido senador por el estado de Ohio en el Congreso de Washington.

Su �poca como senador coincidi� con la Primera Guerra Mundial; se opuso, al igual que hicieran la gran mayor�a de republicanos, a la pol�tica exterior seguida por el presidente Woodrow Wilson (1913-1921) y, en especial, contra los famosos Catorce Puntos propuestos por el presidente en la Conferencia de Par�s, en 1919, tras el fin del conflicto mundial. Harding demostr� poseer poca madera de l�der, pero mucha facilidad para hacer amigos debido a su car�cter afable y moderado. Aparte de la defensa p�blica que hizo sobre la introducci�n del sufragio universal para toda la poblaci�n, incluidas las mujeres, Harding apenas se interes� ni particip� en las innumerables reformas pol�ticas que estaba llevando a cabo el Congreso en un per�odo tan vital de cambios, pues fue uno de los pol�ticos m�s absentistas del parlamento.


Retrato oficial del presidente Harding

Las elecciones presidenciales de 1920 demostraron que el pa�s estaba cansado de la moral predicada por el presidente Wilson y del celo cruzadista de �ste, ya fuera por la reforma interna o por el nuevo orden mundial, ya pasado de moda. La camarilla senatorial republicana decidi� presentar a la presidencia en su Convenci�n Nacional a un candidato completamente conservador y muy manejable, elecci�n que recay� sobre Harding, al que acompa�� en calidad de vicepresidente el gobernador de Massachusetts, Calvin Coolidge, convertido en s�mbolo de la ley y el orden gracias a la ruptura de la huelga de polic�as de Boston.

La candidatura republicana de Harding no tuvo problemas para derrotar, con una aplastante victoria, a la dem�crata encabezada por un James M. Cox derrotado de antemano, quien se present� acompa�ado por un desconocido pero muy prometedor joven dem�crata, Franklin Delano Roosevelt, futuro presidente entre 1933 y 1945. Harding gan� las elecciones con en un programa muy simple, pero tremendamente efectivo a los ojos de los estadounidenses, al que bautiz� con el nombre de Return to normalcy ('Vuelta a la normalidad'), en el que rechazaba cualquier aventura en el extranjero o heroicidad gratuita y se centraba exclusivamente en el equilibrio interno y en el sentimiento aislacionista y nacionalista que sacud�a al pa�s.

Ciertamente, la oratoria trivial, falta de profundidad intelectual y estrechez de Harding contrastaban penosamente con la ret�rica elevada, la mente disciplinada y la amplitud de miras del anterior presidente. Harding, hombre amable y sociable, que hab�a sido editor de un peri�dico local, apenas se hab�a esforzado por superar sus or�genes, circunstancia que demostr� muy pronto al observar c�mo los temas complejos le ven�an demasiado grandes y le desbordaban.

No obstante, consciente de sus inmensas limitaciones, tuvo la habilidad de nombrar a hombres experimentados para los puestos clave de su gabinete: el eminente jurista y antiguo gobernador de Nueva York Charles Evans Hughes se convirti� en secretario de Estado; Herbert Hoover, ingeniero de minas, que hab�a dirigido el auxilio de B�lgica y Francia durante la guerra, encabez� la secretar�a de Comercio; Henry Wallace, respetado editor de un peri�dico agrario de Iowa, fue nombrado secretario de Agricultura; y el multimillonario banquero e industrial Andrew Mellon, secretario del Tesoro. Tambi�n fue acertada la elecci�n del ex-presidente William Howard Taft (1909-1913) para la presidencia del Tribunal Supremo.

Pero, por desgracia para Harding, adjudic� otros puestos importantes a sus compinches pol�ticos, la "banda de Ohio", los cuales compart�an su misma inclinaci�n por el p�ker, el whisky y el lujo, pero no as� su sentido de la responsabilidad p�blica. Sus tropel�as constantes acabar�an conduciendo al Gobierno estadounidense a una de sus mayores crisis de identidad y de transparencia, da�ando seriamente la imagen de toda la clase pol�tica del pa�s ante los at�nitos ojos de los ciudadanos cuando fueron descubri�ndose todas las corruptelas y desmanes de los pol�ticos de Washington.

La principal caracter�stica del Gobierno de Harding fue el apoyo que prest� a las empresas comerciales y financieras. Mellon llev� a cabo un programa de gasto p�blico y de recortes tributarios y redujo la sobretasa de los impuestos m�s elevados. Los intereses de las grandes compa��as se vieron satisfechos por el retorno a la tradicional pol�tica proteccionista republicana que Harding imprimi� con la aprobaci�n de la Ley Arancelaria de Emergencia, del a�o 1921, y la de un a�o m�s tarde, la Ley Fordney-MacCumber, que elev� los aranceles a unos niveles sin precedentes hasta entonces.

En consonancia con su creencia en la necesidad de llevar a cabo un pol�tica econ�mica intervencionista por parte del Gobierno lo m�s laxa posible, Harding abandon� la pol�tica federal financiera de Wilson, por lo que la Comisi�n Federal de Comercio y organismos similares dejaron de funcionar en la pr�ctica. Algo similar pas� con la legislaci�n antitrust emprendida por los gobiernos progresistas anteriores, lo que hizo perceptible una progresiva consolidaci�n de las empresas, especialmente las dedicadas al sector bancario, los servicios p�blicos, la industria automovil�stica y la venta al por menor.

Harding tambi�n apoy� a los patronos en las disputas industriales. En la huelga de mineros del estado de Virginia Occidental en 1921, Harding no dud� en enviar tropas federales para restaurar el orden. Tras el estallido m�s violento en los yacimientos carbon�feros de Illinois, en 1922, el presidente consigui� el retorno al trabajo de los mineros mediante la promesa (que incumpli�) de establecer una comisi�n de investigaci�n federal. Casi al mismo tiempo, el fiscal general del Estado puso fin a una huelga de los ferrocarriles al obtener un mandamiento judicial general contra los huelguistas, a la par que el Tribunal Supremo, presidido por Taft, propici� al sindicalismo estadounidense una serie de golpes sucesivos que lo hicieron tambalearse y quedar sometido al control del Gobierno.

A principios del a�o 1923 comenzaron a salir a la luz las consecuencias de los inmerecidos nombramientos de Harding, los cuales se tradujeron en esc�ndalos pol�ticos y econ�micos may�sculos, todos ellos perpetrados por la "banda de Ohio". El primero de ellos afect� a Charles R. Forbes, al frente de la Oficina de Veteranos, quien fue acusado de haberse apropiado de 250 millones de d�lares. El segundo en caer fue Thomas Miller, custodio de Bienes Enajenados, acusado de haber aceptado una gran cantidad de sobornos. A �ste le sigui� Jesse Smith, confidente principal del fiscal general, que hab�a dirigido un floreciente negocio en el Departamento de Justicia vendiendo perdones e inmunidad judicial a los m�s importantes g�nsteres del momento.

Pero, sin duda alguna, el esc�ndalo m�s sensacional fue el arrendamiento de campos petrol�feros del Gobierno a particulares para su explotaci�n. Tras una minuciosa y exhaustiva investigaci�n, se descubri� como principal implicado al mism�simo secretario del Interior, Albert B. Fall, que hab�a arrendado en secreto los campos de Elk Hills (California) y Teapot Dome (Wyoming) a dos magnates del petr�leo, recibiendo a cambio pr�stamos sin garant�a.

Traicionado por sus mejores amigos, Harding muri� repentinamente durante una gira de discursos que estaba realizando por los estados occidentales del pa�s, el 2 de agosto de 1923. S�lo la rectitud patente y contrastada de su sucesor en el cargo, el vicepresidente Calvin Coolidge (1923-1929), fue capaz de restituir el buen nombre y la fama de austeridad del Partido Republicano.

Como colof�n a la pol�tica interna de Harding, durante su mandato se aprobaron leyes restrictivas de emigraci�n que frenaron bastante el flujo de emigrantes provenientes de todos los rincones del mundo que llegaban a Estados Unidos cada a�o. As� mismo, las tensiones �tnicas y raciales fueron en aumento, posibilitando el arraigo a nivel nacional de la organizaci�n racista Ku Klux Klan, fundada en 1915 por el predicador metodista William J. Simmons. A partir de los a�os veinte, el pa�s se sumi� en una aut�ntica fiebre prohibicionista, como por ejemplo la aprobaci�n de la Ley Volstead ('Ley Seca') de 1919.

El triunfo de Harding signific� el rechazo al internacionalismo wilsoniano, es decir, sentenci� el futuro del Tratado de Versalles y el pacto de la Sociedad de Naciones. En agosto de 1921, Harding firm� la paz por separado con Alemania, Hungr�a y Austria, manteni�ndose al margen de la nueva organizaci�n internacional. A�n as�, Harding no fue un aislacionista extremo, ya que los Estados Unidos estaban estrechamente ligados a Europa por un conjunto de intereses econ�micos y empresariales. Si antes de 1914 los estadounidenses eran los principales deudores de Europa, tras la guerra se convirtieron en el principal acreedor de una suma muy importante. Lo que Harding preconiz� fue un rechazo al compromiso pol�tico en Europa y a la Sociedad de Naciones, pero no as� en el plano econ�mico y financiero, ya que nunca antes hab�an estado tan ligados los Estados Unidos a Europa como lo estaban en 1920.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].