Crítica de Juego de Armas (War Dogs)

El director de la trilogía de Resacón en Las Vegas se pone serio y se adentra en el oscuro negocio armamentístico en EE.UU., logrando un buen film dramático.

Resulta cuanto menos curioso y llama la atención que un cineasta como Todd Phillips (autor de la trilogía de Resacón en Las Vegas, Salidos de Cuentas, Starsky y Hutch o Viaje de pirados) se adentre en un tema dramático y delicado que aconteció recientemente en EE.UU. y que se hizo muy popular a partir de un artículo publicado en la revista Rolling Stone.

Los hechos abarcan el período comprendido entre 2005 y 2008 y tienen como protagonistas a dos jóvenes veinteañeros con mucho descaro y pocos escrúpulos. El primer efecto sonoro de los nombres de Efraim Diveroli y David Packouz no nos dice excesivamente nada remarcable, al menos en España.

Pero ahondando en ellos gracias a la película, descubrimos que fueron dos de los estafadores más importantes del negocio armamentístico del mundo gracias a ciertos fallos y lagunas del sistema estadounidense y su logística en conflictos de guerra.

Phillips demuestra un buen acierto de casting (Jonah Hill está estupendo como Efraim y Miles Teller como narrador y su fiel acompañante David), lo que supone una ventaja para que Juego de Armas no decaiga. Bradley Cooper, quien ejerce de co-productor, se reserva un pequeño papel de reparto pero con fortaleza suficiente e importancia para el desarrollo de los acontecimientos. El lado femenino lo pone la actriz de origen cubano Ana de Armas, quien hace de novia de David (Teller).

Por un lado, lo apasionante de esta película (War Dogs aunque llamada aquí Juego de Armas) es cómo explica que los escrúpulos son lo de menos y algunos caraduras pueden llegar lejos. Como cita uno de los personajes (Jonah Hill ha podido hallar un papel que marcará su carrera dramática, alejada de sus estereotipos de rellenito gracioso): "Yo también odio a Bush pero esto no es una cuestión de ser pro-guerra. Es cuestión de ser pro-pasta". Con esta frase se resume media película, que no solo es irónica e inteligente sino muy disfrutable.

War Dogs quizá hubiera sido más adecuada para su comprensión si se hubiera llamado "Perros de Guerra", ya que dota de un sentido más lógico a la crítica que hace de sus personajes en la venta de armamento y lo que rodea a esa industria en EE.UU. Y eso es lo que Todd Phillips quiere destacar, a pesar de que describa que toda ascensión trae problemas o caídas y la película supone un devenir curioso en el tramo final.

Cualquiera podría llegar a deducir tras leer todo lo anterior que esta es una cinta que trata un tema muy delicado y por ello se pone muy seria. Pero no es así porque Phillips no pierde su frescura humorística y la ironía pura, con diálogos donde especialmente Jonah Hill hace sacar carcajadas entre el público en más de una ocasión. La narración la lleva su compañero de reparto y con Miles Teller sufrimos, nos vemos engañados, absorbidos, manipulados y hasta asqueados de la vida en algún momento. Y eso que tiene una pareja preciosa que le quiere en casa, dinero y una niña recién nacida.

En Juego de Armas entran en liza temas como la honestidad y lealtad entre amigos, la confianza de la pareja, las mentiras o las falsas esperanzas... Porque todo puede trabajarse sin escrúpulos o caer como un castillo de naipes. La cinta queda como ejercicio más que curioso, de visionado atractivo. Su problema, menor, es que no llega a un punto notable alto que la permita entrar en el grupo de las "imprescindibles" del año.

Además, por momentos recuerda lejanamente a un intento de emular a Scorsese sin llegar a serlo (incluso hay alguna similitud lejana con El lobo de Wall Street, aunque quedando lejos de aquélla y donde Jonah Hill allí solo era secundario aquí toma muchísimo más protagonismo y lleva el hilo central de casi todo).

Dos reflexiones más: "Dios bendiga a la América de Dick Cheney" es el título de uno de los capítulos en los que se estructura la cinta. Ya descubrirán por qué. Aunque hay uno aún mejor: "¿Desde cuándo decir la verdad sirve de algo?".

No pierdan detalle a las canciones recurrentes como The Passenger de Iggy Pop o Girl, you'll be a woman soon (versión de Neil Diamond), que suenan a menudo entre secuencia y secuencia, entre muchas otras conocidas como Wish you were here de Pink Floyd. Puede que no sean necesarias en ciertos momentos. De hecho, a veces da igual que estén o no pero si están, pues mejor. Es como el nombre de la empresa que crearon estos tipos (AEY), cuyas siglas no significan nada. Lo importante es que pareciera que había algo serio detrás.


LO MEJOR: El gran realismo del que dota Jonah Hill a ese personaje sin escrúpulos que fue Efraim Diveroli y su peripecia en Afganistán. El ritmo va casi en plan vertiginoso y pasa bastante ligera.

LO PEOR: Quiere ser Scorsese (y se nota bastante) sin llegar a serlo. Le falta un poco de punch para ser inolvidable entre tanto título pero sigue siendo recomendable.

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