Virgilio y la divina comedia

Virgilio y la divina comedia

Virgilio y la divina comedia
Por:
  • larazon

Carlos Urdiales

La Divina Comedia, el célebre poema de Dante Alighieri, es considerada obra fundamental en la transición del pensamiento medieval al renacentista; pieza maestra de la literatura italiana y una de las cumbres de la literatura universal. En La Divina Comedia, Virgilio es el guía de Dante, el protagonista.

Dante cruza primero el Infierno, que simboliza al ser humano, sus pecados, tentaciones y debilidades; luego pasa al Purgatorio, donde se procesan y solventan las culpas para lograr la liberación, y finalmente Virgilio, el guía, deja a Dante a las puertas del Paraíso, donde Beatriz es quien se encarga de llevarlo por las nueve esferas del saber y la ciencia.

Hoy podemos estar frente a otra divina comedia, una en la cual Virgilio Andrade debe guiar al gobierno federal (Dante) a través del infierno que han ocasionado la falta de credibilidad y la sospecha; para generar un purgatorio, un espacio en tiempo y en Derecho donde con investigaciones objetivas, rigurosas y creíbles los pecados provocados por la falta de sensibilidad y la negación de conflictos de intereses queden aclarados, y expiados y podamos seguir adelante en la ruta de los compromisos y las promesas postergadas; llegar, pues, al Paraíso.

Por instrucción de su jefe, Virgilio Andrade debe primero reconstruir la abandonada Secretaría de la Función Pública para articular las investigaciones pertinentes y determinar si el mismo Presidente Enrique Peña, su entorno familiar, o Luis Videgaray incurrieron o no en conflicto de interés con la compra de las casas de Ixtapan, la blanca o Malinalco.

A tres meses de la noticia sobre propiedades privadas adquiridas a una empresa constructora y los contratos de ésta con los gobiernos del Estado de México y federal, se pone en marcha la singular acción. Recuperar imagen, credibilidad y prestigio es prioritario para el país, no sólo para los funcionarios en cuestión.

La tarea de Virgilio Andrade es fundamental en el ámbito ético, no sólo en el legal, donde nos han dicho que nunca se incurrió en falta alguna, pero argumentos como nunca haber estado en posición de asignar licitaciones y contratos no los exime de haber ocupado posiciones jerárquicas superiores a esa tarea puntual; es decir, no asignaron contratos pero fueron jefes de quienes sí lo hicieron. Si alguien utilizó esa posición en beneficio propio e indebido es justamente lo que deberá averiguar el ex consejero electoral.

A la probidad de Virgilio se opone la lógica de una designación presidencial. La decisión de Enrique Peña para reactivar y volver a nombrar titular de la Función Pública contrasta con la incapacidad del Legislativo para aprobar la iniciativa del Ejecutivo sobre una fiscalía anticorrupción. Sin embargo, que esto funcione y trascienda conviene. Que el nombramiento de Virgilio Andrade no sea parte de una comedia.

urdiales@prodigy.net.mx

Twitter: @CarlosUrdiales