Biografía de Victoriano Huerta, presidente de México

Victoriano Huerta (22 de diciembre de 1850 - 13 de enero de 1916) fue un general mexicano que se desempeñó como presidente y dictador de México desde febrero de 1913 hasta julio de 1914. Una figura importante en la Revolución Mexicana , luchó contra Emiliano Zapata , Pancho Villa , Félix Díaz y otros rebeldes antes y durante su gestión.

Un luchador brutal y despiadado, durante su reinado, el alcohólico Huerta fue temido y despreciado tanto por sus enemigos como por sus seguidores. Eventualmente expulsado de México por una coalición informal de revolucionarios, pasó un año y medio en el exilio antes de morir de cirrosis en una prisión de Texas.

Primeros años de vida

Victoriano Huerta nació José Victoriano Huerta Márquez el 22 de diciembre de 1850, hijo único y mayor de cinco hijos del campesino Jesús Huerta Córdoba y su esposa María Lázara del Refugio Márquez. Vivían en el barrio de Agua Gorda dentro del municipio de Colotlán, Jalisco. Sus padres eran de etnia huichol (wixáritari), y aunque se decía que Jesús Huerta era en parte descendiente de europeos (mestizo), Victoriano se consideraba indígena.

El cura del pueblo le enseñó a leer y escribir a Victoriano Huerta, y se decía que era un buen estudiante. Cuando era adolescente, Huerta ganaba dinero como contador en Colotlán. Quería unirse a las fuerzas armadas y solicitó la admisión en el Colegio Militar de Chapultepec. En 1871, el general Donato Guerra, líder del ejército mexicano en ese momento, condujo una guarnición de tropas a Colotlán. Necesitando ayuda secretarial, Guerra fue presentado a Huerta, quien lo impresionó mucho. Cuando Guerra salió de la ciudad, se llevó consigo a Huerta, y a los 17 años, Huerta ingresó a la academia militar en enero de 1872. Allí tomó clases para convertirse en oficial de artillería, especializándose en matemáticas, artillería de montaña, topografía y astronomía. . Fue un estudiante destacado y fue nombrado segundo teniente en diciembre de 1875.

Carrera militar temprana

Huerra vio acción militar por primera vez mientras estaba en la academia, cuando participó en la Batalla de Tecoac librada el 16 de noviembre de 1876 entre el entonces presidente Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. Como miembro del ejército, luchó por el presidente y, por lo tanto, estuvo en el bando perdedor, pero la batalla llevó al poder a Porforio Díaz, el hombre a quien serviría durante los próximos 35 años.

Cuando se graduó de la academia en 1877, Huerta fue uno de los tres hombres elegidos para continuar su educación en Alemania, pero su padre murió y decidió quedarse en México. Se incorporó a la rama de ingeniería del ejército y recibió asignaciones para reparar instituciones militares en Veracruz y Puebla. En 1879 fue ascendido a Capitán y actuó como ingeniero e intendente. A finales de 1880 fue ascendido a Mayor.

Estando en Veracruz, Huerta había conocido a Emilia Águila Moya, y se casaron el 21 de noviembre de 1880: eventualmente tendrían nueve hijos. En enero de 1881, Porfirio Díaz asignó a Huerta un cargo especial en la Comisión de Estudios Geográficos, con sede en Jalapa, Veracruz. Huerta pasó la próxima década trabajando con esa comisión, viajando por todo el país en tareas de ingeniería. En particular, se le asignó trabajo astronómico, y uno de los proyectos bajo su supervisión directa fue la observación del Tránsito de Venus en diciembre de 1882. Huerta también supervisó trabajos topográficos para el Ferrocarril Nacional Mexicano.

una fuerza militar

Los usos tecnológicos e intelectuales de Huerta en el ejército tomaron una postura más agresiva a mediados de la década de 1890. En 1895 fue enviado a Guerrero, donde los militares se habían levantado contra el gobernador. Díaz envió tropas, y entre ellas estaba Victoriano Huerta, quien allí ganó reputación como un hábil oficial de campo, pero también como un hombre que no daba cuartel, que continuaba masacrando a los rebeldes después de que se habían rendido.

Demostrando ser un eficaz líder de hombres y un luchador despiadado, se convirtió en el favorito de Porfirio Díaz. A principios de siglo, ascendió al rango de general. Díaz le encargó la represión de los levantamientos indígenas, incluida una campaña sangrienta contra los mayas en Yucatán en la que Huerta arrasó pueblos y destruyó cultivos. En 1901 también luchó contra los yaquis en Sonora. Huerta era un gran bebedor que prefería el brandy: según Pancho Villa, Huerta empezaba a beber nada más despertarse y andaba todo el día.

Comienza la revolución

El general Huerta era uno de los líderes militares de mayor confianza de Díaz cuando estallaron las hostilidades después de las elecciones de 1910. El candidato de la oposición, Francisco I. Madero , había sido arrestado y luego huyó al exilio, proclamando la revolución desde la seguridad de los Estados Unidos. Líderes rebeldes como Pascual Orozco , Emiliano Zapata y Pancho Villa respondieron al llamado, capturando pueblos, destruyendo trenes y atacando a las fuerzas federales cuando y donde las encontraran. Huerta fue enviado a reforzar la ciudad de Cuernavaca, atacada por Zapata, pero el antiguo régimen estaba siendo atacado por todos lados, y Díaz aceptó la oferta de Madero de exiliarse en mayo de 1911. Huerta acompañó al antiguo dictador a Veracruz, donde un vapor estaba esperando para llevar a Díaz al exilio en Europa.

huerta y madero

Aunque Huerta estaba amargamente decepcionado por la caída de Díaz, se inscribió para servir bajo las órdenes de Madero. Durante un tiempo, entre 1911 y 1912, las cosas estuvieron relativamente tranquilas cuando quienes lo rodeaban tomaron la medida del nuevo presidente. Sin embargo, las cosas pronto se deterioraron cuando Zapata y Orozco se dieron cuenta de que era poco probable que Madero cumpliera ciertas promesas que había hecho. Huerta fue enviado primero al sur para tratar con Zapata y luego al norte para luchar contra Orozco. Obligados a trabajar juntos contra Orozco, Huerta y Pancho Villa descubrieron que se despreciaban mutuamente. Para Villa, Huerta era un borracho y un martinete con delirios de grandeza, y para Huerta, Villa era un campesino analfabeto y violento que no tenía nada que hacer al frente de un ejército.

La Decena Trágica

A fines de 1912 entró en escena otro jugador: Félix Díaz, sobrino del dictador depuesto, se declaró en Veracruz. Rápidamente fue derrotado y capturado, pero en secreto participó en una conspiración con Huerta y el embajador estadounidense Henry Lane Wilson para deshacerse de Madero. En febrero de 1913 estallaron los combates en la Ciudad de México y Díaz salió de prisión. Esto dio inicio a la Decena Trágica , o “quincena trágica”, que presenció horribles combates en las calles de la Ciudad de México mientras las fuerzas leales a Díaz luchaban contra los federales. Madero se refugió dentro del palacio nacional y aceptó tontamente la “protección” de Huerta incluso cuando se le presentaron pruebas de que Huerta lo traicionaría.

Huerta sube al poder

Huerta, que había estado peleando con Madero, cambió abruptamente de bando y arrestó a Madero el 17 de febrero. Hizo que Madero y su vicepresidente renunciaran: la Constitución mexicana incluyó al Secretario de Relaciones Exteriores como el siguiente en la sucesión. Ese hombre, Pedro Lasurain, tomó las riendas, nombró a Huerta como Ministro del Interior y luego renunció, nombrándolo Secretario de Relaciones Exteriores. Madero y el vicepresidente Pino Suárez fueron asesinados el 21 de febrero, supuestamente mientras “intentaban escapar”. Nadie lo creyó: obviamente Huerta había dado la orden y ni siquiera se había molestado en excusarse.

Una vez en el poder, Huerta repudió a sus compañeros conspiradores e intentó convertirse en dictador al estilo de su antiguo mentor, Porfirio Díaz.

Carranza, Villa, Obregón y Zapata

Aunque Pascual Orozco se unió rápidamente, agregando sus fuerzas a las federalistas, los otros líderes revolucionarios se unieron en su odio a Huerta. Aparecieron dos revolucionarios más: Venustiano Carranza , gobernador del Estado de Coahuila, y Álvaro Obregón, ingeniero que se convertiría en uno de los puntales de la revolución.mejores generales de campo. Carranza, Obregón, Villa y Zapata no podían ponerse de acuerdo en mucho, pero todos despreciaban a Huerta. Todos abrieron frentes a los federalistas: Zapata en Morelos, Carranza en Coahuila, Obregón en Sonora y Villa en Chihuahua. Aunque no trabajaron juntos en el sentido de ataques coordinados, todavía estaban vagamente unidos en su sincero deseo de que nadie, excepto Huerta, gobernara México. Incluso Estados Unidos entró en acción: al sentir que Huerta era inestable, el presidente Woodrow Wilson envió fuerzas para ocupar el importante puerto de Veracruz.

La Batalla de Zacatecas

En junio de 1914, Pancho Villa movió su fuerza masiva de 20,000 soldados para atacar la estratégica ciudad de Zacatecas . Los federales se atrincheraron en dos colinas que dominan la ciudad. En un día de intensos combates, Villa capturó ambos cerros y las fuerzas federales se vieron obligadas a huir. Lo que no sabían era que Villa había apostado parte de su ejército en la ruta de escape. Los federales que huían fueron masacrados. Cuando el humo se disipó, Pancho Villa había obtenido la victoria militar más impresionante de su carrera y 6.000 soldados federales estaban muertos.

Exilio y muerte

Huerta sabía que sus días estaban contados después de la aplastante derrota en Zacatecas. Cuando se corrió la voz de la batalla, las tropas federales desertaron en masa y se pasaron a los rebeldes. El 15 de julio, Huerta renunció y partió al exilio, dejando a cargo a Francisco Carbajal hasta que Carranza y Villa pudieran decidir cómo proceder con el gobierno de México. Huerta se movió durante su exilio, viviendo en España, Inglaterra y Estados Unidos. Nunca perdió la esperanza de volver a gobernar en México, y cuando Carranza, Villa, Obregón y Zapata dirigieron su atención el uno al otro, pensó que vio su oportunidad.

Reunido con Orozco en Nuevo México a mediados de 1915, comenzó a planear su regreso triunfal al poder. Sin embargo, fueron capturados por agentes federales estadounidenses y ni siquiera cruzaron la frontera. Orozco escapó solo para ser perseguido y baleado por los guardabosques de Texas. Huerta fue encarcelado por incitar a la rebelión. Murió en prisión en El Paso, Texas, el 13 de enero de 1916, de cirrosis, aunque había rumores de que los estadounidenses lo habían envenenado.

Legado de Victoriano Huerta

Hay poco que decir que sea positivo sobre Huerta. Incluso antes de la revolución, era una figura ampliamente despreciada por su despiadada represión de las poblaciones nativas de todo México. Constantemente se puso del lado equivocado, defendiendo al régimen corrupto de Porfirio Díaz antes de conspirar para derrocar a Madero, uno de los pocos verdaderos visionarios de la revolución. Era un comandante capaz, como lo prueban sus victorias militares, pero sus hombres no lo querían y sus enemigos lo despreciaban absolutamente.

Logró una cosa que nadie más hizo: hizo que Zapata, Villa, Obregón y Carranza trabajaran juntos. Estos comandantes rebeldes solo estuvieron de acuerdo en una cosa: Huerta no debería ser presidente. Una vez que se fue, comenzaron a pelear entre sí, lo que llevó a los peores años de la brutal revolución.

Incluso hoy, Huerta es odiado por los mexicanos. El derramamiento de sangre de la revolución se ha olvidado en gran medida y los diferentes comandantes han adquirido un estatus legendario, en gran parte inmerecido: Zapata es el purista ideológico, Villa es el bandido de Robin Hood , Carranza una oportunidad quijotesca para la paz. Huerta, sin embargo, todavía es considerado (con razón) como un sociópata borracho y violento que alargó innecesariamente el período de la revolución por su propia ambición y es responsable de la muerte de miles.

Fuentes

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